En México la política de planificación familiar (PF) fue instaurada en 1974 como respuesta a la alta fecundidad del momento. Su establecimiento significó una disminución acentuada de la tasa global de fecundidad de 6.99 hijos por mujer en 1960 a 2.07 en 2018.1Si bien la evolución de cobertura de uso de la diversa gama de métodos anticonceptivos (MAC) ha contribuido a este logro, en fechas recientes el condón masculino es el método más usado en la primera relación sexual y ocupa el tercer lugar entre las mujeres sexualmente activas.2 Centrar el análisis en el uso del condón es relevante ya que es el único MAC que proporciona doble protección, dado que ayuda en la prevención de embarazos no deseados/no planeados y al mismo tiempo protege contra infecciones de transmisión sexual.
Algunos de los factores que contribuyen al uso del condón en el debut sexual son la necesidad percibida del anticonceptivo, los conocimientos correctos sobre su uso y disponibilidad,3 la planeación de la primera relación sexual y las habilidades de negociación con la pareja.4,5En relación con el uso del condón en la última relación sexual, algunos de los factores determinantes para su utilización son haberlo usado en la primera relación sexual,6,7la negociación con la pareja, el balance de poder en la sexualidad y las normas sobre el uso del condón, entre otros.8
Considerando que el inicio de la vida sexual determina el proceso reproductivo de las personas y, por ende, su fecundidad9,3es crucial conocer en profundidad los cambios en el calendario del uso de condón masculino en el inicio sexual y en relaciones sexuales posteriores en diferentes cohortes de mujeres. La justificación para focalizar nuestro interés en un análisis de este tipo se basa en que se estudian los acontecimientos demográficos referidos a una cohorte, donde el interés fundamental reside en investigar cómo los sucesos demográficos se relacionan en el transcurso de la vida de los individuos que la conforman.4 En este caso, las estimaciones longitudinales reflejan el promedio de la trayectoria reproductiva real de las mujeres.5
En México, la edad en la primera relación sexual, la escolaridad de la población, así como las tasas de fecundidad adolescente han cambiado en las últimas décadas, por lo que el análisis de cohortes tiene sentido dado que el cambio social marca diferencias en las distintas generaciones.10 Así, el presente trabajo tiene como objetivo caracterizar el uso de condón en la primera y última relación sexual en diferentes cohortes de nacimiento de mujeres a partir de una encuesta reciente y representativa a nivel nacional, para observar posibles diferencias entre grupos generacionales.
Material y métodos
En este trabajo se utilizó la Encuesta Nacional de Niños, Niñas y Mujeres en México 2015 (ENIM), que es una encuesta con muestreo probabilístico, polietápico, estratificado y por conglomerados; con representatividad nacional, regional, por estratos rural-urbano y para población indígena. Los ponderadores están normalizados por lo que no se presentan resultados con población expandida. Los detalles metodológicos y aspectos éticos, como el consentimiento informado y los procesos de revisión y aprobación han sido publicados previamente.11
Para este trabajo se utilizó información del cuestionario aplicado a mujeres de 15 a 49 años de edad. No obstante, el presente análisis considera a las mujeres de 20 años y más que iniciaron vida sexual antes de la encuesta. La figura 1 presenta los criterios de selección de la muestra de 9 754 mujeres estratificadas en seis cohortes quinquenales, de acuerdo con el año de nacimiento: 1966-1970, 1971-1975, 1976-1980, 1981-1985, 1986-1990 y 1991-1995.
Las variables utilizadas en este trabajo son: uso de condón en la primera relación sexual (sí/no), uso de condón en la última relación sexual (sí/no), edad en la primera relación sexual, hablante de lengua indígena (sí/no), educación (primaria o menos, secundaria, media superior y superior), primera relación sexual al inicio del matrimonio o unión (sí/no), quintiles de riqueza (más pobre, segundo, medio, cuarto y más rico) y área de residencia (urbana/rural).
Se realizó un análisis bivariado de cada una de las variables antes descritas respecto al uso de condón en la primera y en la última relación sexual. Se calcularon intervalos de confianza al 95% (IC95%) y pruebas ji cuadrada de independencia para identificar diferencias estadísticamente significativas entre las mujeres que utilizaron condón en su primera y última relación sexual y las que no lo hicieron. Asimismo, para caracterizar cada cohorte, se calculó para cada una la edad media en la primera relación sexual, el porcentaje que utilizó condón en su debut sexual y en la última relación sexual, y el que cuenten con educación media superior o superior. Para observar si estas variables difieren significativamente entre generaciones, se utilizaron modelos de regresión univariados (lineal y logístico) ajustando únicamente por cohorte y considerando la cohorte 1966-1970 como la categoría de referencia.
Finalmente, dado que la prevalencia de las variables dependientes es superior a 10%, se estimaron modelos Poisson modificados, los cuales permiten estimar las razones de prevalencia con datos transversales y producen estimadores más robustos y de menor varianza que los modelos logísticos,12 para observar las asociaciones de las variables de interés con el uso del condón en la primera y en la última relación sexual. Para el caso de la última relación sexual, se presentan dos modelos, el primero no incluye el uso de condón en la primera relación sexual y el segundo sí; esto con el fin de ver el efecto que esta variable tiene de acuerdo con la evidencia científica que demuestra.6,7 Tomando en consideración que la variable que indica si la primera relación sexual coincidió con la primera unión está alejada de lo que acontece en la última relación sexual, se excluyó de estos modelos. El análisis estadístico consideró el diseño complejo de la encuesta utilizando los comandos SVY en Stata 15.
Resultados
El 28% de las mujeres que iniciaron vida sexual declararon haber usado condón en la primera relación sexual, cifra que disminuyó a 17% en la última relación sexual. Por grupos de edad, sólo 16% reportó haber usado condón en el debut sexual antes de los 15 años o de los 20 años en adelante; este porcentaje se redujo a 11% en el caso de uso en la última relación sexual entre aquellas que iniciaron su vida sexual antes de los 15 años.
Por cohorte de nacimiento, la prevalencia de uso de condón en la primera y última relación sexual presentó porcentajes significativamente mayores en las cohortes más recientes: mientras que 11% de las mujeres nacidas entre 1966 y 1970 utilizó condón en su primera relación sexual y 10.4% en la última, la mitad de las mujeres de la cohorte 1991-1995 lo usó en la primera y 30% en la última. También se observa que 10.8 y 6.7% de las mujeres que hablan lengua indígena utilizaron este método en su primera y última relación sexual, respectivamente, comparados con 29.4 y 17.9% de las mujeres que no hablan lengua indígena (p<0.001). Además, las mujeres que comenzaron su vida sexual al casarse o unirse usaron en menor proporción condón en la primera relación sexual (14.8%) en comparación con las que no iniciaron vida sexual al mismo tiempo de la primera unión (28.4% p<0.001) (cuadro I).
Variable | Utilizó condón en su primera relación sexual | Valor p* | Utilizó condón en su última relación sexual | Valor p* | ||||||||
% | IC95% | % | IC95% | |||||||||
Edad en la primera relación sexual | ||||||||||||
<15 | 16.2 | [11.0-23.4] | 0.002 | 10.5 | [7.6-14.5] | 0.074 | ||||||
15-17 | 27.0 | [24.0-30.2] | 16.3 | [14.1-18.8] | ||||||||
18-19 | 33.2 | [29.2-37.5] | 18.6 | [15.5-22.2] | ||||||||
20 o más | 16.2 | [23.4-30.9] | 18.2 | [15.4-21.5] | ||||||||
Cohorte | ||||||||||||
1966-1970 | 11.0 | [8.1-14.8] | 0.000 | 10.4 | [7.0-15.0] | 0.000 | ||||||
1971-1975 | 16.1 | [11.3-22.4] | 13.4 | [9.4-18.7] | ||||||||
1976-1980 | 20.7 | [16.1-26.2] | 11.4 | [8.5-15.2] | ||||||||
1981-1985 | 11.0 | [26.1-35.2] | 14.8 | [11.9-18.2] | ||||||||
1986-1990 | 41.0 | [36.9-45.4] | 22.8 | [19.2-27.0] | ||||||||
1991-1995 | 50.3 | [45.9-54.8] | 30.1 | [26.0-34.6] | ||||||||
Habla lengua indígena | ||||||||||||
Sí | 10.8 | [7.1-16.0] | 0.000 | 6.7 | [4.6-9.6] | 0.000 | ||||||
No | 29.4 | [27.5-31.4] | 17.9 | [16.2-19.7] | ||||||||
Primera relación sexual cuando comenzó a vivir con su (primera) pareja | ||||||||||||
Sí | 14.8 | [12.5-17.5] | 0.000 | 12.7 | [11.2-14.4] | 0.661 | ||||||
No | 28.4 | [26.2-30.8] | 13.4 | [10.7-16.7] | ||||||||
Nivel de escolaridad | ||||||||||||
Primaria o menos | 8.5 | [6.8-10.7] | 0.000 | 7.9 | [6.5 -9.5] | 0.000 | ||||||
Secundaria | 20.1 | [17.6-22.9] | 14.5 | [12.3-17.0] | ||||||||
Media superior | 39.6 | [36.2-43.0] | 20.0 | [17.3-22.9] | ||||||||
Superior | 53.6 | [47.0-60.0] | 29.5 | [23.0-37.0] | ||||||||
Quintiles de riqueza | ||||||||||||
Más pobre | 14.0 | [11.6-16.7] | 0.000 | 10.9 | [8.7-13.5] | 0.000 | ||||||
Segundo | 22.6 | [19.7-25.7] | 17.0 | [14.3-20.1] | ||||||||
Tercero | 23.1 | [20.1-26.3] | 14.2 | [12.0-16.9] | ||||||||
Cuarto | 14.0 | [29.0-37.8] | 17.1 | [14.3-20.3] | ||||||||
Más rico | 46.2 | [40.7-51.9] | 25.4 | [19.7-32.2] | ||||||||
Área de residencia | ||||||||||||
Urbana | 31.1 | [28.9-33.3] | 0.000 | 18.3 | [16.4-20.3] | 0.005 | ||||||
Rural | 17.5 | [13.7-22.1] | 13.1 | [10.6-16.2] |
* Valor p de la prueba ji cuadrada
Asimismo, el cuadro I muestra que el uso de condón en la primera y última relación sexual presentó una tendencia ascendente conforme el nivel educativo fue más alto: de 8.5 y 7.9% de las mujeres con primaria o menos a 53.6 y 29.5% de las mujeres con educación superior (p<0.001), respectivamente. Un comportamiento similar se observa por quintiles de riqueza: mientras 14.0 y 10.9% de mujeres del quintil más pobre usaron condón en su primera y última relación respectivamente, 46.2 y 25.4% de las del quintil más rico lo hicieron (p<0.001). También, se encontró una brecha en el porcentaje del uso de condón en la primera y última relación sexual en los ámbitos rural y urbano. Entre las mujeres de zonas urbanas, 31.1 y 18.3% utilizaron condón en la primera y última relación sexual respectivamente, comparados con 17.5 y 13.1% en las áreas rurales (p<0.001).
El cuadro II presenta algunas características sociodemográficas seleccionadas de las cohortes analizadas. Se encontró una tendencia significativa decreciente en la edad media de inicio sexual en todas las cohortes respecto a la primera (1966-1970); las mujeres nacidas en esos años iniciaron su vida sexual en promedio a los 20.4 años, mientras que las de la cohorte más reciente a los 17.1 años. En contraste, se aprecia una tendencia creciente en el porcentaje de mujeres que usaron condón en su debut sexual, que va de 11.0% en las de la primera cohorte a 50.3% en las más jóvenes. En este caso, las mujeres nacidas entre 1971 y 1975 no mostraron diferencias estadísticamente significativas con la cohorte de referencia. Con respecto al uso de condón en la última relación sexual, sólo las dos cohortes más recientes presentaron cambios significativos comparadas con la cohorte de referencia: mientras 10% de la cohorte 1966-1970 usó condón en la última relación, 22.8 y 30.1% de las cohortes más recientes lo usaron. Respecto a la escolaridad, únicamente las cohortes nacidas después de ١٩٨٠ presentaron diferencias significativas comparadas con las de mayor edad. Una mayor proporción de mujeres jóvenes tuvieron un nivel educativo más alto que aquellas de la primera cohorte: sólo 31.0% de la primera cohorte logró concluir la educación de nivel medio superior o superior comparado con 52.7% de la última cohorte.
Cohorte | n | Edad media a la primerarelación sexual | Porcentaje que usó condón en su primera relación sexual | Porcentaje que usó condón en su última relación sexual | Porcentaje con educación media superior o superior | ||||||||
% | Valor p | IC95% | % | Valor p | IC95% | % | Valor p | IC95% | % | Valor p | IC95% | ||
1966-1970* | 1 091 | 20.4 | - | [19.8-21.0] | 11.0 | - | [ 7.6-14.3] | 10.3 | - | [3.4-14.3] | 31.0 | - | [25.9-36.2] |
1971-1975 | 1 287 | 19.4 | 0.00 | [19.1-19.7] | 16.0 | 0.11 | [10.5-21.6] | 13.4 | 0.32 | [8.8-18.0] | 32.5 | 0.71 | [26.2-38.8] |
1976-1980 | 1 513 | 19.5 | 0.02 | [19.0-19.9] | 20.7 | 0.00 | [15.7-25.8] | 11.4 | 0.70 | [8.1-14.7] | 34.6 | 0.29 | [29.4-39.9] |
1981-1985 | 1 847 | 18.4 | 0.00 | [18.2-18.6] | 30.5 | 0.00 | [25.9-35.1] | 14.8 | 0.10 | [11.6-17.9] | 42.8 | 0.01 | [35.1-50.4] |
1986-1990 | 2 077 | 18.1 | 0.00 | [17.8-18.3] | 41.0 | 0.00 | [36.8-45.3] | 22.8 | 0.00 | [18.9-26.7] | 51.0 | 0.00 | [46.5-55.5] |
1991-1995 | 1 939 | 17.1 | 0.00 | [16.9-17.2] | 50.3 | 0.00 | [45.9-54.8] | 30.1 | 0.00 | [25.-34.4] | 52.7 | 0.00 | [48.2-57.2] |
* Cohorte de referencia
n: tamaño de muestra sin ponderar
IC95%: intervalo de confianza al 95%
El cuadro III presenta los resultados de los modelos Poisson multivariados. Comparadas con la cohorte 1966-1970, las cohortes más recientes mostraron mayores posibilidades de usar condón en la primera relación sexual. Con una tendencia creciente en la razón de prevalencia, se observa que las mujeres nacidas entre 1971 y 1975 tienen 1.5 veces más posibilidades (IC95%: 1.0, 2.3) de usar condón en la primera relación sexual comparadas con la cohorte 1966-1970, mientras que las mujeres de la cohorte más reciente (1991-1995) tienen 4.4 veces más posibilidades de usar condón en la primera relación sexual (IC95%: 3.1, 6.3) que sus contrapartes de la cohorte de referencia.
Variable | Uso de condón en la primera relación sexual | Uso de condón en la última relación sexual | |||||||
Modelo 1 | Modelo 2 | ||||||||
RP | Valor p | IC95% | RP | Valor p | IC95% | RP | Valor p | IC95% | |
Cohorte | |||||||||
1966-1970 | 1.00 | - | - | 1.00 | - | - | 1.00 | - | - |
1971-1975 | 1.51 | 0.06 | [1.0-2.3] | 1.27 | 0.34 | [0.8-2.1] | 1.19 | 0.52 | [0.7-2.0] |
1976-1980 | 1.83 | 0.00 | [1.3-2.7] | 1.08 | 0.74 | [0.7-1.7] | 0.96 | 0.86 | [0.6-1.6] |
1981-1985 | 2.51 | 0.00 | [1.7-3.6] | 1.36 | 0.16 | [0.9-2.1] | 1.14 | 0.55 | [0.7-1.7] |
1986-1990 | 3.42 | 0.00 | [2.4-4.8] | 2.12 | 0.00 | [1.4-3.1] | 1.60 | 0.02 | [1.1-2.4] |
1991-1995 | 4.44 | 0.00 | [3.1-6.3] | 2.90 | 0.00 | [1.9-4.3] | 2.06 | 0.00 | [1.4-3.1] |
Utilizó condón en la primera relación sexual | |||||||||
No | NA | - | NA | NA | - | NA | 1.00 | - | - |
Sí | NA | - | NA | NA | - | NA | 2.24 | 0.00 | [1.8-2.8] |
Habla lengua indígena | |||||||||
No | 1.00 | - | - | 1.00 | - | - | 1.00 | - | - |
Sí | 0.69 | 0.05 | [0.5-1.0] | 0.53 | 0.00 | [0.4-0.8] | 0.57 | 0.01 | [0.4-0.9] |
Primera relación sexual cuando comenzó a vivir con su (primera) pareja | |||||||||
No | 1.00 | - | - | NA | - | NA | NA | - | NA |
Sí | 0.61 | 0.00 | [0.5-0.7] | NA | - | NA | NA | - | NA |
Nivel de escolaridad | |||||||||
Primaria o menos | 1.00 | - | - | 1.00 | - | - | 1.00 | - | - |
Secundaria | 1.64 | 0.00 | [1.3-2.1] | 1.42 | 0.01 | [1.1-1.8] | 1.34 | 0.03 | [1.0-1.7] |
Media superior | 2.53 | 0.00 | [2.0-3.2] | 1.65 | 0.00 | [1.3-2.2] | 1.38 | 0.03 | [1.0-1.9] |
Superior | 2.79 | 0.00 | [2.1-3.7] | 2.21 | 0.00 | [1.6-3.1] | 1.71 | 0.00 | [1.2-2.4] |
Quintiles de riqueza | |||||||||
Más pobre | 1.00 | - | - | 1.00 | - | - | 1.00 | - | - |
Segundo | 1.22 | 0.11 | [1.0-1.5] | 1.22 | 0.16 | [0.9-1.6] | 1.18 | 0.24 | [0.9-1.6] |
Tercero | 1.17 | 0.24 | [0.9-1.5] | 1.01 | 0.94 | [0.8-1.4] | 0.99 | 0.92 | [0.7-1.3] |
Cuarto | 1.57 | 0.00 | [1.2-2.0] | 1.12 | 0.52 | [0.8-1.6] | 1.01 | 0.97 | [0.7-1.4] |
Más rico | 1.94 | 0.00 | [1.5-2.5] | 1.47 | 0.03 | [1.0-2.1] | 1.28 | 0.20 | [0.9-1.8] |
Área de residencia | |||||||||
Urbana | 1.00 | - | - | 1.00 | - | - | 1.00 | - | - |
Rural | 0.94 | 0.66 | [0.7-1.2] | 1.00 | 0.98 | [0.8-1.3] | 1.02 | 0.92 | [0.8-1.4] |
Nota: Adicionalmente se ajustó por edad a la primera relación sexual NA: No aplicable; IC95%: intervalo de confianza al 95%
También se encuentra que las mujeres que hablan lengua indígena, tienen 31.5% menores posibilidades de uso de condón en su debut sexual que sus contrapartes no hablantes de lengua indígena (RP=0.69, IC95%: 0.5, 1.0). Asimismo, las que iniciaron su vida sexual al mismo tiempo que comenzaron su vida conyugal tienen 38.9% menores posibilidades de usar condón en su primera relación sexual comparadas con las mujeres que no iniciaron vida sexual al momento de la unión (RP=0.61, IC95%: 0.5, 0.7) (cuadro III).
Se observa una asociación positiva entre nivel educativo y uso del condón en el debut sexual. Así, tener secundaria (RP=1.6, IC95%: 1.3, 2.1), educación media superior (RP=2.5, IC95%: 2.0, 3.2) o educación superior (RP=2.8, IC: 2.1, 3.7) incrementa las posibilidades de usar condón en la primera relación sexual en comparación con las mujeres que tienen educación primaria o menor. De igual forma, las mujeres en los dos quintiles de mayor riqueza presentan mayores posibilidades de uso de condón en la primera relación sexual (RP=1.6, IC95%: 1.2, 2.0 y RP=1.9, IC95%: 1.5, 2.5, respectivamente) comparadas con las del quintil más pobre.
En el modelo 1 (cuadro III ) sobre uso de condón en la última relación sexual, se observa que las cohortes más recientes tienen mayores posibilidades de usarlo, aunque con menores magnitudes que las observadas en la primera relación sexual. Así las cohortes 1986-1990 y 1991-1995 tienen 2.1 y 2.9 mayores posibilidades de usarlo en la última relación sexual. Asimismo, hablar lengua indígena reduce cerca de la mitad las posibilidades de usar condón en la última relación sexual (RP=0.53, IC95%: 0.4, 0.8). Además, contar con secundaria (RP=1.4, IC95%: 1.1, 1.8), educación media superior (RP=1.7, IC95%: 1.3, 2.2) o educación superior (RP=2.2, IC95%: 1.6, 3.1) incrementa las posibilidades de uso en la última relación sexual respecto a las de educación primaria o menor. Finalmente, se observa que las mujeres del quintil más rico tienen mayores posibilidades de uso (RP=1.5, IC95%: 1.0, 2.1) que las del quintil más pobre.
En el modelo 2, se observa que, al incluir la variable de uso de condón en la primera relación sexual, la asociación con el quintil de mayor riqueza pierde significancia, y la asociación con educación, aunque permanece significativa, se reduce en magnitud; así, la posibilidad de usar condón en la última relación sexual se duplica entre las mujeres que lo usaron en su debut sexual (RP=2.2, IC95%: 1.8, 2.8). Además, se observa que las cohortes más jóvenes tienen mayores posibilidades de uso en la última relación sexual (RP=1.6, IC95%: 1.1, 2.4 y RP=2.1, IC95%: 1.4, 3.1, respectivamente), y hablar lengua indígena reduce esa posibilidad (RP=0.6, IC95%: 0.4, 0.9).
Discusión
En este estudio se analizó el uso del condón en la primera y última relación sexual en diferentes cohortes de nacimiento de mujeres. Los principales resultados muestran un cambio generacional en la utilización de este MAC a favor de una mayor posibilidad de uso en las cohortes más jóvenes, particularmente en el debut sexual. A partir de los hallazgos en este análisis se destacan aspectos que han cambiado en el país a través del tiempo, y que reflejan en parte las experiencias diferenciadas de las distintas cohortes, las cuales son relevantes en el uso del condón: calendario de inicio de vida sexual junto con inicio de vida conyugal, nivel educativo, condición de lengua indígena y quintiles de riqueza y, en el caso de la última relación sexual, el uso del condón en la primera relación sexual.
Investigaciones previas han documentado una menor coincidencia entre el calendario de inicio de vida sexual y la entrada a la primera unión en diferentes países.13,14En el caso de México, en el periodo 1976-2009 el análisis de las trayectorias sexuales de las mujeres muestra cercanía entre la primera relación sexual y la primera unión conyugal.15No obstante, esta tendencia se ha modificado en fechas recientes en las generaciones más jóvenes, particularmente en las más educadas, con un distanciamiento entre inicio sexual y unión.16,17Nuestro estudio encuentra que cuando el inicio de vida sexual y la unión ocurren en un periodo cercano, disminuyen a 39% las posibilidades de usar condón en la primera relación sexual. El hecho de que la maternidad temprana está relacionada con un proyecto de unión de pareja,9y el estatus marital de las mujeres está asociado con el deseo de embarazo,18 explica que algunas personas no usen condón en su iniciación sexual cuando comienzan vida en pareja. Hecho confirmado por otros estudios en donde se muestra el deseo del embarazo como uno de los principales motivos para no usar MAC en la primera relación sexual.2,19
También se observa una asociación positiva del uso del condón en la primera y última relación sexual con el nivel educativo, lo cual se alinea con los hallazgos de estudios anteriores20,21donde se encuentra que las adolescentes con mayor escolaridad y aspiraciones educativas suelen retrasar el inicio de vida sexual22,23y son más proclives a utilizar anticonceptivos.24 Es posible que las diferencias observadas entre cohortes también puedan derivarse del proceso de expansión educativa que el país ha experimentado en las últimas décadas,25 así como por los cambios curriculares implementados prácticamente en todos los niveles y modalidades de enseñanza. No obstante, a pesar de que desde los noventa se realizaron reformas a nivel básico y medio superior para agregar contenidos de educación sexual, existe evidencia que señala en la juventud desconocimiento y escasa utilización de protección anticonceptiva en el ejercicio de su sexualidad.6,26
Nuestros hallazgos sobre la posibilidad de mayor uso del condón en los quintiles más altos de riqueza complementan la información empírica encontrada en la literatura al respecto, en donde se muestra que los grupos socioeconómicos más desfavorecidos presentan un alto grado de vulnerabilidad sexual y reproductiva.27 Lo que se refuerza con los resultados aquí encontrados en hablantes indígenas cuyas posibilidades de uso de condón se reducen 31% en la primera relación sexual y alrededor de 50% en la última relación sexual. En particular, cuando mejoran las condiciones socioeconómicas del hogar, aumentan las posibilidades de uso de condón en la primera relación sexual.28 Lo mismo se obtuvo en la última relación sexual, excepto cuando se ajustó por uso de condón en el debut sexual, lo que subraya la importancia del uso de MAC en el inicio sexual.
Nuestro resultado sobre la asociación entre el uso de condón en la primera y última relación sexual es consistente con lo obtenido con otros trabajos.6,7,21Este es un hallazgo relevante que está ligado al cumplimiento de otras condiciones que motivan su uso en la iniciación sexual, como negociación con la pareja y balance de poder en la relación.8 Entonces, el uso del condón en la última relación sexual puede estar condicionado por algunos factores que ocurrieron en la primera relación coital y que motivaron su continuidad.6
El presente trabajo tiene algunas limitaciones que deben ser señaladas. Por una parte, dada la naturaleza transversal de la encuesta, no se puede establecer causalidad. Asimismo, la encuesta incluye preguntas retrospectivas sobre edades de inicio de vida sexual y uso de métodos anticonceptivos, por lo que podría existir sesgo de memoria. Además, en esta investigación no se puede identificar si las diferencias entre las cohortes se deben a problemas de memoria diferenciales, considerando que el tema estudiado está más alejado en el tiempo para las personas de mayor edad. Por otra parte, es posible que no se midieran variables relacionadas con las circunstancias del inicio de vida sexual que pudieron mediar los resultados encontrados, tales como no tener datos de la pareja, los cuales pueden influir en el uso de MAC. Adicionalmente, el tener dos preguntas en el tiempo muy puntuales sobre el uso del condón no permite saber si ha habido un uso continuo de MAC. Se sugiere que en un futuro se indague sobre las circunstancias en las que ocurre el inicio de vida sexual y el uso consistente de condón para poder tener mayor precisión en este tema.
Es necesario mencionar la importancia de los cambios en torno a la salud sexual y reproductiva en el contexto en que las mujeres de las distintas cohortes han estado expuestas: pasando de una política de planificación familiar para reducir la fecundidad en los setenta al reconocimiento de los derechos sexuales y reproductivos a mediados de los noventa.29 Estos cambios gubernamentales posiblemente pudieron incidir de manera diferencial en las cohortes analizadas.
Este estudio encuentra resultados relevantes a partir de una encuesta poblacional en la que se muestra un uso del condón diferencial por cohortes en la primera y última relación sexual. Es necesario señalar que el inicio de una vida sexual protegida debe ser una prioridad en la política sanitaria, y con ello contribuir a la disminución de embarazos no deseados, particularmente en la población de adolescentes, en donde la vulnerabilidad social y económica los expone en mayor grado a enfrentar riesgos en su salud, además de que este MAC es un factor fundamental para su uso posterior.