Señor editor: La pandemia de Covid-19, producida por SARS-Cov-2, representa un desafío para los sistemas de salud, particularmente en regiones con elevada carga de enfermedades crónico-degenerativas (ECD), pues la diabetes mellitus (DM), hipertensión arterial (HTA) y edad >65 años son factores de riesgo asociados con la severidad de Covid-19.1,2 En 2018, 75% de los adultos en México padecía sobrepeso u obesidad, 10% diabetes y 18% hipertensión.3 Sonora, en el noroeste mexicano, ocupa los primeros lugares en la prevalencia nacional de dichas condiciones;3 además, en la entidad, hasta el 22 de abril de 2020 se acumularon 181 casos de Covid-19 confirmados por laboratorio.
Hemos revisado retrospectivamente esos 181 casos y se ha observado una letalidad de 12.1% (22/181) superior al promedio mundial (5.2%). Apreciamos una diferencia significativa (p <0.05) en la edad media de los casos fatales (56.98+/-15.70) y los no fatales (39.05+/-15.61). Además, pacientes con edad ≥60 años, la DM y la HTA tuvieron seis (RM=6.43, IC95% 2.50-16.49), 10 (RM=10.03, IC95% 3.80-26.49) y siete (RM=7.22, IC95% 2.78-18.74) veces más riesgo de fallecer. Aunque la obesidad fue la condición más prevalente entre los casos (n=51, 28.2%), no confirió, por sí sola, un mayor riesgo de mortalidad (RM=1.21, IC95% 0.46-3.19).
La prevalencia de ECD es relevante en el curso de la pandemia de Covid-19. En México, particularmente en la frontera norte, ha habido deficiencias tanto en la prevención primaria como en el control de estas enfermedades. Por ejemplo, un estudio de pacientes mexicanos con DM encontró que la media de hemoglobina A glucosilada (HbA1C) fue de 9.2%, lo que demuestra descontrol de la enfermedad.4 Esto es importante pues se ha documentado una asociación entre descontrol glucémico y severidad de la enfermedad respiratoria por el virus SARS-CoV,5 filogenéticamente similar a SARS-CoV-2.
Los esfuerzos del sistema de salud mexicano deben dirigirse a identificar los factores de riesgo que acompañan a la carga de mortalidad por Covid-19. El control metabólico de pacientes diabéticos e hipertensos debe ser más estricto que nunca.