Señor editor: En su estudio, Cabezas y colaboradores1 discuten el impacto de la vacunación contra hepatitis B en el control de las infecciones por virus Delta y B en las comunidades indígenas de la Amazonia peruana, y observan un importante descenso en la prevalencia de antígeno de superficie para hepatitis B (HBsAg) en población menor de 11 años. Este beneficio también se ha podido observar en las comunidades indígenas amazónicas colombianas.1
Este logro fue fruto del establecimiento de una política nacional para el control de la hepatitis B y D desde 1992, la cual incorporó en 1995 la vacunación para la hepatitis B en el plan obligatorio de vacunación.2 El beneficio de esta terapia se evaluó en 2008 con población pediátrica localizada en la Amazonia colombiana, y se identificó una reducción en una muestra de 2 145 niños y sus madres de 60 a 75% en la prevalencia de infección por hepatitis B y antígeno de superficie HBsAg.3 dicionalmente, otro estudio de 2012,4 en la misma región, que evaluó 1 275 niños permitió identificar una prevalencia de 0.5% de HBsAg y de 3.8% para anticuerpos IgG AntiHBc, lo cual confirma la respuesta favorable de esta intervención.
Del mismo modo, la vacunación contra hepatitis B ha influenciado en la prevalencia de hepatitis Delta en las comunidades amazónicas colombianas, las cuales vivieron dos brotes de dicho virus en el año 2000 en la comunidad Alto Paca, en el departamento del Vaupés, cerca de la frontera con Brasil, con nueve muertes por encefalopatía y falla hepática, con serologías positivas para hepatitis B y dos casos con anti HDV, en los que se identificaron, entre 71 casos posibles en la comunidad, a 20 personas con anticuerpos antiHDV.5 En el año 2005, en la ciudad de Inírida en el departamento del Guainía, cerca de la frontera con Venezuela, se identificaron tres muertes por encefalopatía con coinfección de hepatitis B y Delta.6 Desde entonces, no se han logrado describir nuevos casos de hepatitis Delta en dichas áreas del país dentro de los reportes del Ministerio de Salud de Colombia.
Si bien los resultados de vacunación son modestos en comparación con otros países, es importante resaltar que las tasas de reducción de infección se han alcanzado en áreas con pobre acceso a los servicios de transporte y salud, lo que demuestra que, contrario a lo descrito por Rizzetto y colaboradores,7 sí puede lograrse el control de una enfermedad endémica como la hepatitis B y Delta en un lugar con tantas complejidades geográficas como la Cuenca del Amazonas. Sin embargo, hay nuevos retos como el aumento de la población migrante de otras naciones, lo que puede generar la aparición de nuevos casos.