El 85% de las especies de la superfamilia Eriophyoidea corresponden a la familia Eriophyidae, con más de 4,000 especies descritas (de Lillo & Skoracka, 2010). Dentro de esta familia destaca el género Acalitus con 97 especies descritas en el mundo (Amrine & Stasny, 1994). En 1970, Wilson reportó a A. batissimus en México y más tarde García-Valencia y Hoffmann (1997) describieron a A. santibanezi; sin embargo, en el país los eriofioideos han sido poco estudiados y por el momento se desconoce el número total de especies presentes (Acuña-Soto et al., 2010).
Acalitus orthomera (Keifer) ha sido registrada en Estados Unidos de América, Nueva Zelanda y Polonia (Amrine & Stasny, 1994) asociada con zarzamoras cultivadas; en estas plantas provoca ampollas dentro de los brotes, agallas en los peciolos que retrasan o limitan el desarrollo de ramas y de los mismos, y generan ampollas en la base de las drupas (Baker et al., 1996); sin embargo, a pesar de estos daños, este eriófido no ha sido considerado de importancia económica para el cultivo. Recientemente en Brasil fue asociado a los frutos, pero su relación con el descoloramiento de las drupas no es clara (Trinidad et al., 2108). Por otra parte, las especies A. essigi (Hassan) y Phyllocoptes gracilis (Nalepa) si están directamente relacionadas con el daño en el fruto y en infestaciones severas lo secan, mermando su calidad, lo que ocasiona pérdidas en su comercialización (Davies et al., 2001; Pye & de Llilo, 2010).
En el mes de mayo del 2016, en el huerto denominado “Santa Marcela” ubicado en el municipio de Ziracuaretiro, fueron recolectados brotes tiernos y frutos de zarzamora Rubus fruticosus var. tupy, los cuales se colocaron en bolsas de polietileno con cierre hermético. Se llevaron al laboratorio de Acarología de la Facultad de Agrobiología “Presidente Juárez” de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo. Los ácaros se extrajeron, preservaron y montaron de acuerdo con lo propuesto por Amrine y Manson (1996). La determinación taxonómica a nivel de género se basó en Amrine et al. (2003). La confirmación específica del eriófido encontrado se realizó empleando la descripción original realizada por Keifer (1951). Las imágenes de los especímenes fueron tomadas con microscopía diferencial de contraste de interferencia (DIC) y los trabajos morfométricos fueron realizados tomando fotografías en microscopía de contraste de fases. Las imágenes se analizaron mediante el programa Image Tool 3,0 (Wilcox et al., 2002). Las medidas se presentan en µm y son el promedio del total de ejemplares; las máximas y mínimas están entre paréntesis. Los ejemplares obtenidos fueron depositados en la colección de referencia de plagas agrícolas de la Facultad de Agrobiología “Presidente Juárez”.
Material examinado: Acalitus orthomera (n = 15), Michoacán, Ziracuaretiro, huerto “Santa Marcela”; 19° 24’ 50.22’’ N, -101° 55’ 12.60’’ O; 1,317 msnm; VI-2016; 15♀ ex Rubus fruticosus var. tupy, (brotes vegetativos); Col. Ayala-Ortega.
Acalitus orthomera (Keifer, 1951)
Diagnosis: Hembra. Cuerpo. Vermiforme de 192 (180-200) de largo por 37 (35-40) de ancho. Gnatosoma. Pequeño y curveado hacia debajo, de 20 (18-21) de largo. Escudo prodorsal (Fig. 1). Con forma subtriangular, de 29 (27-31) de ancho y 23 (21-25) de largo, con un diseño de líneas distribuidas de la siguiente manera: línea media presente, líneas admedias divergiendo posteriormente, primera línea lateral orientada hacia atrás y bifurcándose delante de los tubérculos dorsales; las líneas se hacen menos evidentes lateralmente debido a numerosas líneas cortas que se intercalan con las líneas centrales; lateralmente presenta una prominente mancha “ocelar”. Tubérculos dorsales en el margen posterior del escudo y separados por 17.5 (15.5-19.5); sedas sc de 20 (18-23) de largo y proyectadas hacia atrás. Patas I. De 23 (23-25) de largo; tibia sin la seda bv, y de 6 (4-8) de largo; solenidio de 6 (4-7); empodio de cuatro ramas. Patas II. De 21 (19-23) de largo; tibia de 2.5 (2-3.5); tarso de 5 (4-7); solenido de 7.5 (5.5-9.5). Región coxigenital. Con uno o dos anillos incompletos y uno a dos anillos completos. Platos coxisternales. Totalmente microtuberculadas, las coxas anteriores unidas hacia el margen anterior. Apodemas prosternal apenas visible. Opistosoma. Con 68 (65-70) anillos completamente microtuberculados, los microtubérculos son pequeños y redondeados; seda lateral c2 de 21 (20-22) de largo, en el anillo 10 (9-11) desde el escudo prodorsal; seda d de 35 (32-36), en el anillo 22 (20-24); seda e de 26 (24-27), en el anillo 41 (39-43); seda f de 12 (11-14), en el anillo 5 (4-6) desde el final del opistosoma; sedas accesorias h1 aparentemente ausentes. Apodema genital. Son anteriormente acuminados. Genitalia externa. De 18 (17-20) de ancho y de 10 (9-11) de largo, la placa que la cubre, presenta de 10 (9-11) costillas irregulares y longitudinales; seda 3a de 11 (9-12) de largo (Fig. 1).
Macho. No encontrado.
Observaciones de campo: En este estudio las poblaciones de A. orthomera fueron bajas, de entre 10 y 15 ácaros por yema, sin observarse daño como lo reportado en otras partes del mundo (Baker et al., 1996). Por su parte, Rebollar-Alviter et al. (2013) la reportan en yemas vegetativas necrosadas, indicando que no hay una correlación directa entre el daño y la presencia de A. orthomera en Michoacán.
Se ha reportado otra especie de Acalitus pero asociada al fruto (Lemus-Soriano et al., 2016); estos autores mencionan que los daños ocasionados pueden causar pérdidas del 60 al 100% en la producción de la frutilla, pero no profundiza en la taxonomía de la especie. Es posible que se trate de A. essigi (Hassan), la cual Lemus-Soriano (2017) menciona que está presente en la región productora de zarzamora en Michoacán desde el 2012. En el presente estudio no se encontraron eriófidos en el fruto y es probable que A. essigi haya sido determinada erróneamente, cuestión que se hace irresoluble al no tener el material para su corroboración y, por el momento, su presencia en el estado es dudosa.