Introducción
Durante las últimas décadas se ha prestado especial atención al Gobierno Corporativo, en especial, tras los escándalos financieros protagonizados por algunas empresas, debido a las prácticas fraudulentas llevadas a cabo en la gestión de las mismas. Una de estas prácticas puede tener su origen en la escasa diligencia en la aplicación de las normas contables (Babío & Muíño, 2005; Rodríguez-Ariza, Frías & García, 2014; Sánchez Fernández de Valderrama, 2004), que ha generado una distorsión de la información financiera publicada, dando lugar a una desconfianza en el sistema económico actual. Además, estas actuaciones han contribuido a una crisis de valores y de actitudes básicas para mantener relaciones estables (Bueno Campos, 2002) entre propietarios y directivos, y otros grupos de interés de las empresas. La clave para subsanarlo está en los “Consejos de Administración” de las empresas que han actuado sin un adecuado Buen Gobierno y sin estándares éticos, ofreciendo, al mercado, una información distorsionada de la verdadera situación de las mismas y de su gestión (Briozzo, Albanese, & Santolíquido, 2017; Hidalgo, García-Meca & Martínez, 2011; Sánchez Fernández de Valderrama, 2004).
En este contexto, la falta de consenso teórico de principios generalmente aceptados o de modelos generales de medición, validados en su aplicación por la comunidad científica y profesional, ha provocado ciertas desviaciones interpretativas sobre la valoración de las empresas (Bueno Campos, 2002, p. 159; Tejedo-Romero & Araujo, 2015), originando, en algunos casos, diferencias entre el valor de mercado y el que figura en las cuentas anuales. Algunos autores (Alcaniz, Gomez-Bezares & Ugarte, 2015; Brooking, 1997; Edvinsson & Malone, 1999) justifican dichas diferencias, entre otras cosas, al escaso reconocimiento del capital intelectual (en adelante CI) en la valoración de las empresas, a pesar de haberse convertido en un recurso económico clave (Hidalgo & García-Meca, 2009; Spagnol, Moraes & Piqueira, 2015; Villegas, Hernández & Salazar, 2017; Zerenler, Hasiloglu & Sezgin, 2008), cuyos orígenes se encuentran en: las personas (Capital Humano, en adelante CH), el entorno socioeconómico (Capital Relacional, en adelante CR) y la organización (Capital Estructural, en adelante CE), cobrando un papel crítico en la creación de valor (de Cássia Fucci-Amato & Amato-Neto, 2010; Herrera & Macagnan, 2016; Villegas et al., 2017). Y, aunque el sistema de información contable juega un papel fundamental como generadora y suministradora de información, en la actualidad, no resulta de total utilidad para las empresas intensivas en CI-Conocimiento (An, Davey, Eggleton & Wang, 2015; Brooking, 1997; Edvinsson & Malone, 1999). El balance ha dejado de ser totalmente explicativos de la realidad empresarial sobre la que pretenden informar, ya que los criterios de identificación, medición y valoración han dejado de responder a las características de la economía basada en el conocimiento (Brennan, 2001; Herrera & Macagnan, 2016; Hidalgo & García-Meca, 2009; Tejedo-Romero & Araujo, 2015).
Por esta razón, una serie de empresas e instituciones se han inclinado por la adopción de una perspectiva no estrictamente financiera en la valoración del CI, complementando los estados financieros anuales con información voluntaria. Esto requiere de una visibilidad más completa y transparente de la información divulgada por las empresas, al ser un elemento clave de un Buen Gobierno Corporativo. Así, no sería posible un buen gobierno corporativo sin un sistema contable eficiente, ni la calidad ofrecida por la contabilidad tendría fiabilidad sin un eficiente sistema de Gobierno Corporativo (Briano & Saavedra, 2015; Briozzo et al., 2017; Rodríguez-Ariza et al., 2014; Sánchez Fernández de Valderrama, 2004). Por ello, para la aplicación de prácticas de Buen Gobierno Corporativo, promoviendo eficiencia y transparencia, equidad en el tratamiento de los accionistas y difusión de información, así como el establecimiento de mecanismos efectivos de control interno, se ha producido una importante oleada de códigos de buen gobierno (CNMV, 1998, 2003, 2006, 2013 y 2015), para fomentar los comportamientos éticos en los órganos de administración y dirección de las empresas.
En este contexto, el objetivo de este trabajo se ha centrado en el estudio de la influencia de la estructura de propiedad y de determinadas características del Consejo de Administración de las empresas en una mayor transparencia informativa respecto al CI, tratando de aportar un mayor conocimiento, a los trabajos previos en este campo, sobre los cambios experimentados en la política divulgativa empresarial. La justificación para considerar como factor determinante al gobierno de la empresa, como señalan Li, Pike y Haniffa (2008), es que el consejo de administración promueve la divulgación de información en los informes anuales y, por tanto, las características de éste pueden ser importantes para influir en la política divulgativa de CI.
A este fin, y utilizando la metodología del “análisis de contenido”, se han creado índices de divulgación, construyendo cuatro modelos estadísticos, con la técnica de regresión lineal, que permiten determinar la influencia que ejercen las variables representativas de la estructura de propiedad y de las características del Consejo de Administración de la empresa en la divulgación de información sobre el CI, en general y en particular, del CH, CR y CE. Además, se han considerado determinadas variables de control como tamaño, endeudamiento y sector. Para ello, y considerando la entrada en vigor de la ley 26/2003, de 17 de julio, de transparencia informativa, se seleccionaron los informes anuales de una muestra de 23 empresas cotizadas, incluidas en el índice bursátil del IBEX 35, durante los años 2004 a 2008, analizándose un total de 115 informes anuales, y dejando, para posteriores trabajos, el periodo 2009-2015, tras la aprobación de la ley 16/2007, 4 de julio, de reforma y adaptación de la legislación mercantil en materia contable para su armonización internacional con base en la normativa de la Unión Europea, y también al coincidir, a raíz de su entrada en vigor, con una serie de fusiones de empresas cotizadas en IBEX 35 a lo largo de los años 2009 y 2010, que hubiera distorsionado la serie histórica de las seleccionadas.
Asimismo, este estudio empírico ha requerido una importante búsqueda y recopilación de datos que, siendo de una gran especificidad, se encuentran dispersos en diversos informes, y que depende su divulgación, en gran medida, del Gobierno Corporativo (Consejo de Administración). Los resultados muestran que el porcentaje de acciones en manos de accionistas significativos, tamaño del consejo, separación de funciones (en el cargo de presidente y primer ejecutivo), porcentaje de consejeros independientes, tamaño, nivel de endeudamiento y sector de la empresa influyen en el nivel de divulgación de información sobre CI. Además, cabe destacar que la media de las empresas analizadas cumple con las recomendaciones establecidas en el código unificado de buen gobierno de 2006 (en adelante CUBG).
Planteamiento de la investigación. Desarrollo de hipótesis El Gobierno de la empresa
Con la globalización de la economía y la liberalización de los mercados, como la desregulación, privatizaciones y venta de empresas públicas, se han incrementado los movimientos de capitales, produciéndose una mayor dispersión de la propiedad de las grandes empresas, debido a la existencia de una multitud de pequeños y grandes inversores (institucionales) que no participan en su gestión, pero que fueron adquiriendo el derecho a ejercer mayor protagonismo en la supervisión y control de las empresas, lo que lleva asociado el riesgo de conflictos de intereses (Berle & Means, 1932) entre las partes. Este conflicto por la Teoría de la Agencia como un entramado de relaciones (relaciones de agencia) entre accionistas y directivos (Jensen & Meckling, 1976), considerado eje central del problema del Gobierno de las empresas cotizadas. Esta teoría se fundamenta en que los directivos (agentes) pueden no actuar siempre en beneficio de los accionistas (principal), porque sus objetivos son diferentes. La resolución de este problema de agencia requiere el diseño de mecanismos de gobierno que permitan el control eficiente de la dirección de la empresa (Briano & Saavedra, 2015; Briozzo et al., 2017; Hidalgo et al., 2011).
Por ello, con la finalidad de mejorar el Buen Gobierno de las empresas cotizadas, se han redactado Códigos de Buen Gobierno (CNMV, 1998, 2003, 2006, 2013 y 2015) donde se recogen una serie de recomendaciones y reglas dirigidas a los gobiernos de las mismas, para que voluntariamente las pongan en práctica (Babío & Muíño, 2005), haciendo que los Consejos de Administración cumplan su función de mecanismo interno de supervisión y control (Rodríguez-Ariza et al., 2014).
En consecuencia, y sustentado en la ética y la transparencia, el Buen Gobierno es un medio eficaz para evitar los conflictos de intereses y los desequilibrios existentes entre accionistas mayoritarios y minoritarios, accionistas y directivos. Esto ha llevado a las empresas a mejorar e incrementar la transparencia mediante un mayor nivel de información divulgada, así como a una mayor accesibilidad y publicidad, tratando de devolver, a los mercados y a la sociedad en su conjunto, la confianza perdida.
La información sobre capital intelectual
Con el fin de solventar las limitaciones de la normativa contable vigente respecto a la identificación, medición y valoración del CI, y para mejorar la utilidad de la información que se proporciona a los accionistas, se ha sugerido que las empresas procedan a revelarla de manera voluntaria en secciones, bien dentro del informe anual, ya que es el principal medio de comunicación corporativa de las actividades e intenciones futuras de las empresas, o bien, por medio de los denominados informes de CI e informes de Sostenibilidad (An et al., 2015; Meritum, 2002; Rodrigues, Tejedo-Romero & Craig, 2016).
Así, la mayoría de los trabajos sobre divulgación de CI se han basado en el marco conceptual Sveiby (1997) para definir, clasificar y registrar la información sobre éste, siendo posteriormente desarrollado por Guthrie y Petty (2000), y aplicado en los estudios realizados por éstos en Australia, y replicado por: Brennan (2001) en Irlanda; Bozzolan et al. (2003) en Italia; April, Bosma y Deglon (2003) y Wagiciengo y Belal (2012) en Sudáfrica; Goh y Lim (2004) y Ahmed Haji y Mohd Ghazali (2013) en Malasia; An et al. (2015) en China; Abeysekera y Guthrie (2005) en Sri Lanka; Vandemaele et al. (2005) en los Países Bajos, Suecia y Reino Unido; Oliveras y Kasperskaya (2005) y Alcaniz et al. (2015) en España; Rodrigues, Tejedo-Romero & Craig (2016) en Portugal; Hidalgo & García-Meca (2009) e Hidalgo et al. (2011) en México; Herrera & Macagnan (2016) en Brasil y España; De Silva, Stratford y Clark (2014) en Nueva Zelanda, entre otros. Estos trabajos demuestran que, a pesar de la inexistencia de una normativa regulatoria contable sobre el registro de los hechos de CI, las empresas están suministrando, de manera voluntaria, información relativa al mismo. En este sentido, nuestro trabajo se apoya en la teoría de recursos y capacidades puesto que, el CI es el recurso más importante que posee la empresa por su potencial estratégico en generar ventajas competitivas (Hall, 1992; Wagiciengo & Belal, 2012). Muchas empresas están interesadas en informar de manera voluntaria con el fin de señalar su ventaja competitiva (Ahmed Haji & Mohd Ghazali, 2013; Sonnier, 2008) y así, poder conseguir el apoyo de los inversores en el mercado de capitales (Alcaniz et al., 2015; Tabares, Alvarez & Urbano, 2015).
Desarrollo de hipótesis
La presencia de diversos problemas en el Buen Gobierno de las empresas se puede deber, en algunos casos, a deficiencias en su política de presentación y divulgación de la información (Whittington, 1993), siendo la cantidad y calidad de ésta fundamental para reducir las asimetrías informativas y la discrecionalidad de los directivos, ya que limitan la libre actuación de la administración y dirección, e incentivan las prácticas manipuladoras (Babío & Muiño, 2005; Prado, García & Gallego-Álvarez, 2009; Rodríguez-Ariza et al., 2014; Rodrigues, Tejedo-Romero & Craig, 2016). A este fin, y teniendo como fundamento la Teoría de la Agencia, se estudian la estructura de la propiedad y las características del Consejo de Administración, como factores influyentes en la divulgación de información del CI.
La estructura de la propiedad cobra especial importancia tanto por el grado de concentración o dispersión de la propiedad como por la participación accionarial de directivos y consejeros. Y se define como el grado de participación en la propiedad de la empresa que determina la distribución de poder y control (Briano & Saavedra, 2015). Así, una alta dispersión de la propiedad de las acciones (gran número de pequeños accionistas) supone una mayor separación entre propiedad y gestión, originando unos elevados costos de agencia, debido a que éstos se encuentran alejados de la estructura de poder y declinan de su ejercicio y participación en la gestión y control de la empresa, derivando hacia la existencia de asimetrías informativas. Como señala Eng y Mak (2003), es necesaria una mayor supervisión y control por parte de los accionistas minoritarios, lo que requiere la necesidad de una mayor divulgación de información y, por ende, de CI. En virtud de este planteamiento se propone la primera hipótesis:
H1: Existe una asociación negativa entre la concentración accionarial y el nivel de divulgación de información de CI.
Además, determinadas características del Consejo de Administración favorecen la articulación de reglas y conductas que pueden contribuir a mejorar la labor de supervisión y control, y, por ende, a un incremento de la transparencia informativa y de la confianza de los futuros inversores, minorando de esta manera el posible conflicto de intereses entre insiders (agente) y outsiders (principal).
La existencia de consejeros independientes puede favorecer la toma de decisiones orientadas a revelar información voluntaria (Babío & Muíño, 2005; Barako, Hancock, & Izan, 2006; Briano & Saavedra, 2015; Cerbioni & Parbonetti, 2007; Chen & Jaggi, 2000; Gisbert & Navallas, 2013; Hidalgo et al., 2011; Ho & Wong, 2001; Li et al., 2008; Lim, Matolcsy, & Chow, 2007) de CI en los informes anuales, reduciendo las asimetrías de información entre los directivos y accionistas (Hidalgo et al., 2011; Lim et al., 2007). Puesto que se espera más objetividad e independencia en el análisis de la gestión y del comportamiento de la empresa por parte de los independientes (Rodríguez-Ariza et al., 2014). Por tanto, esta característica del Consejo suele mejorar su capacidad decisoria de supervisión y control para aliviar los conflictos de agencia entre propietarios-accionistas y directivos, e incrementar el nivel de divulgación de información de CI. Por ello, se plantea la siguiente hipótesis:
H2: Existe una asociación positiva entre la independencia del Consejo de Administración y el nivel de información divulgada de CI.
Cuando el cargo de presidente del Consejo y primer ejecutivo recae en la misma persona, puede dar lugar a comportamientos ineficaces y oportunistas (Jensen & Meckling, 1976), debido a la excesiva concentración de poder, aunque, teóricamente, debería favorecer la divulgación de información para disminuir los costos de coordinación (Coles, Daniel, & Naveen, 2008; Hidalgo et al., 2011; Jensen, 1993). Li et al. (2008) sostienen que la dualidad en el cargo puede limitar la independencia del Consejo, y poner en peligro las funciones de control y supervisión que afectan a la política divulgativa de información de la empresa. La concentración de mucho poder en manos de una única persona puede dar lugar a comportamientos ineficaces y oportunistas (Jensen & Meckling, 1976), favoreciendo los intereses personales en detrimento de la empresa (Prado et al., 2009). La tercera hipótesis a corroborar será:
H3: La divulgación de información de CI está positivamente relacionada con la separación de las funciones de primer ejecutivo y presidente del consejo.
En la literatura previa no se detecta una posición unánime en relación con el tamaño del Consejo de Administración a la hora de garantizar la eficiencia en su rol de supervisión y control (Rodrigues, Tejedo-Romero & Craig, 2016). Algunos autores, como Pearce y Zahra (1992), opinan que un tamaño del Consejo elevado favorece la diversidad de criterio y el nivel de información divulgada. En esta línea, Briano y Saavedra (2015), Gisbert y Navallas, (2013) e Hidalgo et al. (2011 encuentran una asociación positiva entre el tamaño del Consejo y el nivel de divulgación voluntaria de información. Sin embargo, Jensen (1993) considera que ello se torna en reducción de la rapidez y eficiencia en la toma de decisiones por falta de coordinación e información. Aunque un elevado número de miembros en el Consejo puede suponer una mayor capacidad de supervisión, ésta puede mermarse por un alargamiento en el proceso de toma de decisiones y en el procedimiento de comunicación (Jensen, 1993), y, por tanto, estaría negativamente relacionados con la transparencia informativa de CI. En este sentido, Cerbioni y Parbonetti (2007) y Lim et al. (2007) encuentran una asociación negativa entre el tamaño del Consejo y el nivel de información voluntaria. Por tanto, se plantea la siguiente hipótesis:
H4: La divulgación de información de CI está negativamente relacionada con el tamaño del Consejo de Administración.
Diseño metodológico y obtención de datos
Para este estudio empírico (contrastar las hipótesis), se ha empleado la metodología del análisis de contenido (April et al., 2003; Beattie & Thomson, 2007; Bozzolan et al., 2003; Guthrie, Petty, Yongvanich, & Ricceri, 2004; Tejedo-Romero & Araujo, 2015), cuyas técnicas han servido como base para la elaboración de un índice de divulgación y tres subíndices (Rodrigues, Tejedo-Romero & Craig, 2016) con la finalidad de poder cuantificar la información sobre el CI, en general y en particular, del CH, CR y CE de las empresas objeto de estudio.
Para garantizar la fiabilidad del análisis de contenido se han considerado las indicaciones de Guthrie et al. (2004) que consideran que, para el caso de un único codificador si éste ha sido objeto de un período suficiente de formación y las decisiones de codificación han llegado a un nivel aceptable en la muestra piloto realizada, se puede probar la fiabilidad en el proceso de depuración de los datos. No obstante, para suplir la falta de transparencia en la codificación de los mismos (Beattie & Thomson, 2007), se han llevado a cabo las etapas que se desarrollan a continuación.
Periodo de estudio
El periodo elegido abarca 5 años, desde el 2004 al 2008 (ambos inclusive). Esta elección viene motivada, como ya se expuso, por la aprobación en España de la ley 26/2003, de 17 de julio, de transparencia informativa, que regula a todas las sociedades emisoras de valores e instrumentos financieros admitidos a cotización, donde se recoge, en el apartado 2 del artículo 117, que dichas sociedades deben disponer de una página web para difundir información, lo que facilita el acceso, a partir de 2004, a los documentos analizados de forma más fácil y accesible.
Definición de la población y elección de la muestra
Las empresas cotizadas en el mercado continuo español que estuviesen incluidas en el índice bursátil del IBEX 35 durante el período 2004-2008 constituyen la población de partida, al ser éstas más susceptibles de una mayor transparencia informativa (Hernández, Aibar, & Aibar, 2015). El IBEX 35 es el principal índice bursátil de referencia de la bolsa española. Está formado por las 35 empresas con más liquidez que cotizan en la bolsa; son las que poseen un mayor volumen de contratación y capitalización bursátil.
En el proceso de selección de la muestra se ha optado por un diseño dirigido o no probabilístico (Hernández, Fernández, & Baptista, 2006), partiendo de las empresas incluidas en el índice del 2008 y manteniéndolas fijas durante el resto de años analizados, hasta el año 2004. Se optó por el año 2008 con la finalidad de obtener una muestra significativa de las empresas del IBEX 35, puesto que, en años posteriores, han tenido lugar operaciones de fusiones, y algunas empresas han salido de dicho índice. Así, la muestra quedó configurada por 23 grupos empresariales, disponiendo de información a nivel de grupo, consolidada, un 65,7% de la población de partida. Igualmente, se encuentran caracterizados todos los sectores industriales (ver Figura 1).
Medición de las variables y obtención de los datos
Con la finalidad de corroborar las hipótesis que se han planteado previamente, el nivel de divulgación de información sobre el CI, en general y en particular, CH, CR y CE, suministrado por las empresas en sus informes o memorias anuales, han sido las variables dependientes que se han considerado para los cuatro modelos estadísticos que se especifican más adelante. Estas variables se han medido utilizando índices y subíndices de divulgación no ponderados que se basan en los resultados obtenidos del análisis de contenidos de los informes anuales. Así, las unidades de muestreo han sido los informes anuales, las de registro son la presencia o ausencia de información de CI y las unidades contexto se ha analizado la información a nivel de frase. Para la codificación de los datos se ha seguido el marco inicial de Sveiby (1997). Así, se utiliza un modelo tripartito de CI donde cada categoría (CH, CR y CE) se compone de una serie de subcategorías y de elementos específicos que se han basado en la literatura previa (ver tabla 1).
CI | ||
---|---|---|
CH | CR | CE |
EMPLEADOS: 1 Perfil del empleado 2 Datos económicos 3 Seguridad y salud de los empleados 4 Relaciones laborales y actividad sindical 5 Implicación de los trabajadores con la comunidad 6 Reconocimiento de los empleados 7 Empleados destacados 8 Temas de igualdad de oportunidades y diversidad 9 Comportamiento de empleados 10 Compromisos de empleados 11 Motivación de los empleados EDUCACIÓN: 12 Educación reglada 13 Cualificación profesional FORMACIÓN Y DESARROLLO: 14 Formación de empleados 15 Desarrollo de empleados CONOCIMIENTOS RELACIONADOS CON EL TRABAJO: 16 Know-how (saber hacer) 17 Experiencia profesional 18 Antigüedad de los expertos) 19 Rendimiento y resultado de los altos directivos 20 ESPÍRITU EMPRENDEDOR |
21 RELACIONES FINANCIERAS 22 MARCAS CLIENTES: 23 Nombre de clientes relevantes 24 Lealtad de clientes 25 Satisfacción del cliente 26 Servicios y apoyo a clientes REPUTACIÓN/IMAGEN DE LA EMPRESA: 27 Nombre de la empresa 28 Contratos favorables 29 Medidas de protección del medioambiente 30 Patrocinio y mecenazgo 31 Responsabilidad social/Acción social 32 Gobierno de la empresa SOCIOS DEL NEGOCIO: 33 Colaboración con empresas 34 Acuerdos de franquicia 35 Acuerdos de licencia OTRAS RELACIONES DE LA EMPRESA 36 Relaciones con proveedores 37 Relaciones con las administraciones públicas 38 Relaciones con centros de investigación 39 Relaciones con los medios de comunicación 40 Relaciones con otros grupos de interés 41 CANALES DE DISTRIBUCIÓN |
PROPIEDAD INTELECTUAL: 42 Patentes 43 Copyrights 44 Marcas comerciales 45 Secretos comerciales 46 FILOSOFÍA DE GESTIÓN 47 CULTURA CORPORATIVA PROCESOS TECNOLÓGICOS Y DE GESTIÓN: 48 Procesos de Gestión 49 Procesos Tecnológicos I+D+i: 50 Investigación y Desarrollo 51 Innovación SISTEMAS DE INFORMACIÓN Y DE REDES: 51 Sistemas de información 52 Sistemas de redes |
Partiendo del marco anterior, del índice general de CI (ICI), se han elaborado tres subíndices correspondientes a las categorías de CH (ICH), CR (ICR) y CE (ICE), configurándose cada uno de éstos de la siguiente manera:
Donde Ij son el índice y subíndices absoluto de divulgación no ponderado de la empresa j, i son los ítems o partidas, j es la empresa y, Xji es la puntuación obtenida para el ítem i en la empresa j. De modo que, Xij tomará el valor 1 si la empresa j ha divulgado el ítem i y, tomará el valor 0 en caso contrario.
Con relación a las variables independientes, los datos necesarios se han obtenido de los informes anuales de Gobierno Corporativo. La medición de estas variables queda descrita a continuación:
VARIABLE | MEDIDA |
Concentración accionarial | - Variable numérica que representa la tenencia de acciones por persona física o jurídica ≥ 5% del capital. |
Independencia del Consejo de Administración | - Variable numérica que representa el porcentaje de consejeros independientes en el Consejo de Administración. |
Separación de las funciones de Primer Ejecutivo y Presidente del Consejo | - Variable dummy que toma el valor de 1 en caso de separación de funciones y 0 en caso contrario. |
Tamaño del Consejo de Administración | - Variable numérica que representa el número total de miembros que integran el Consejo de Administración. |
Además, se han considerado determinadas características empresariales como variables de control (Alcaniz et al., 2015; Chen & Jaggi, 2000; Rodrigues, Tejedo-Romero & Craig, 2016), puesto que son necesarias para aislar el efecto de las características del Consejo de administración en el nivel de divulgación de información sobre CI. La obtención de los datos se ha realizado desde la base de datos SABI (Sistema de Análisis de Balances Ibéricos).
Tamaño: Ha sido medida como el logaritmo neperiano del número de empleados (Alcaniz et al., 2015; Bozzolan et al., 2003).
Sector: Se han considerado variables dicotómicas para cada uno de los sectores, es decir recibe un valor igual a 1 si la empresa pertenece al sector en cuestión y un valor 0 si no pertenece (Hidalgo & García-Meca, 2009; Rodrigues, Tejedo-Romero & Craig, 2016).
Endeudamiento: Es medido como el cociente entre el importe total de la deuda y el patrimonio neto (Cerbioni & Parbonetti, 2007). Además, se ha incluido el año como variable de control.
Modelo de investigación
De acuerdo con lo expuesto, para obtener las variables que, en mayor medida, contribuyen a explicar la variabilidad del índice (CI) y subíndices (CH, CR y CE) de información, se han utilizado cuatro modelos estadísticos de regresión lineal múltiple que permiten, dada una variable dependiente a explicar y un conjunto de variables independientes, obtener una función lineal de tales variables con la cual explicar o predecir el valor de la variable dependiente. A este fin, se crean los cuatro modelos estadísticos siguientes:
Modelo 1:
Modelo 2:
Modelo 3:
Modelo 4:
Resultados y discusión
En primer lugar, se llevó a cabo un análisis para efectuar una aproximación al comportamiento de las variables de los modelos mediante sus principales estadísticos.
N | Mínimo | Máximo | Media | Desv. tip. | Mediana | |
Variables dependientes | ||||||
ICI | 115 | 0 | 0.698 | 0.417 | 0.198 | 0.491 |
ICH | 115 | 0 | 0.800 | 0.386 | 0.219 | 0.450 |
ICR | 115 | 0 | 0.762 | 0.407 | 0.203 | 0.476 |
ICE | 115 | 0 | 0.917 | 0.487 | 0.234 | 0.583 |
Variables independientes | ||||||
% Accionistas Significativos | 115 | 0% | 92.06% | 30.92% | 23.88% | 27.46% |
% Consejeros Independientes en el CA | 115 | 9.09% | 80% | 40.66% | 17.03% | 41.18% |
Tamaño Del Consejo | 115 | 8 | 24 | 14.99 | 3.84 | 15 |
N | Frecuencia | Porcentaje | Porcentaje acumulado | Media | Desv. tip. | |
Separación de Funciones | No separación | 86 | 74.8 | 74.8 | 0.252 | 0.436 |
Separación | 29 | 25.2 | 100 |
Los resultados demuestran, que pese a estar inmersos en la Sociedad del Conocimiento, se divulga escasa información de CI, con una media en el nivel de información del CH, CR y CE de un 39%, 41% y 49%, respectivamente. Resultados muy similares a los obtenidos en trabajos previos de otros países: en Australia (Guthrie & Petty, 2000), Irlanda (Brennan, 2001), Sudáfrica (April et al., 2003), Suecia, Países Bajos y Reino Unido (Vandemaele et al., 2005), un 30%, 40% y 30%, respectivamente; en Italia (Bozzolan et al., 2003) un 21%, 49% y 30%, respectivamente; en Sri Lanka (Abeysekera & Guthrie, 2005) un 36%, 44% y 20%, respectivamente; en Malasia (Goh & Lim, 2004) un 22%, 41% y 37%, respectivamente; y en España (Oliveras & Kasperskaya, 2005) un 21%, 51% y 28%, respectivamente. Así, bajo los postulados de la teoría de los recursos y capacidades, las empresas tienen miedo a perder su ventaja competitiva que tiene su origen en el recurso estratégico más importante que poseen, su CI, y quizás puede ser el motivo de la escasa divulgación.
Finalmente, la estimación del modelo estadístico de regresión lineal se realiza mediante el método de regresión por etapas “hacia adelante”, en el que la entrada y salida de las variables independientes en la ecuación de regresión se realiza a partir de los valores del estadístico t-Student. En cada paso se calcula el coeficiente estandarizado para cada variable si la misma entrase en el modelo en el próximo paso, así como el valor del estadístico t y el nivel de significación. En este trabajo, se ha utilizado como criterio de entrada en la ecuación un nivel de significación inferior al 0,05 y, uno de salida, superior al 0,1. En este sentido, se exponen los resultados (ver tabla 4) que se han obtenido en los cuatro modelos estadísticos tras haberse cumplido los supuestos de linealidad, independencia, homocedasticidad, normalidad y no multicolinealidad para su correcta aplicación.
Variables | Modelo 1 CI | Modelo 2 CH | Modelo 3 CR | Modelo 4 CE | ||||
---|---|---|---|---|---|---|---|---|
β | t | β | t | β | t | β | t | |
(Constante) | 9.975*** | 1.868* | 7.715*** | 2.000** | ||||
% Acc de actas significativos | 0.227 | 2.509** | ||||||
% Consejeros independientes | -0.225 | -2.675*** | ||||||
Separación funciones | 0.365 | 3.983*** | 0.417 | 4.584*** | 0.281 | 3.070*** | ||
Tamaño del CA | -0.475 | -4.989*** | -0.361 | -4.352*** | -0.378 | -4.144*** | -0.314 | -3.444*** |
Nº empleados | 0.454 | 5.190*** | 0.573 | 6.148*** | 0.367 | 4.073*** | ||
Endeudamiento % | .593 | 5.674*** | 0.392 | 3.450*** | ||||
Servicios de consumo | -0.257 | -3.199*** | -0.397 | -5.070*** | -0.236 | -2.915*** | -0.216 | -2.683*** |
Bienes de consumo | -0.208 | -2.484** | ||||||
Servicios financieros e inmobiliarios | -0.481 | -4.571*** | -0.424 | -3.778 | ||||
R 2 | 0.329 | 0.390 | 0.340 | 0.355 | ||||
R 2 corregido | 0.298 | 0.362 | 0.310 | 0.320 | ||||
F | 10.689*** | 13.943*** | 11.237*** | 9.922*** |
*** = Significativa para p<0,01; ** = Significativa para p<0,05; * = Significativa para p< 0,1
En cuanto al suministro de información de CI, se observa que son cuatro las variables que contribuyen a explicar los niveles de información: 1) El tamaño del Consejo resulta determinante en el nivel de información del CI (β=-0,475, sig.=0,000), a mayor tamaño menos información se divulga, así se reconoce tanto a nivel teórico (Tª de la Agencia) como empírico (Babío & Muíño, 2005; Cerbioni & Parbonetti, 2007; Lim et al., 2007), corroborándose la cuarta hipótesis planteada. 2) La separación de funciones, en el cargo de presidente del Consejo y primer ejecutivo, es estadísticamente significativa (β=0,365, sig.=0,000), implica un mayor nivel de divulgación de información sobre CI (Barako & Brown, 2008; Cerbioni & Parbonetti, 2007; Li et al., 2008), confirmándose de esta manera la hipótesis tercera. 3) El tamaño de la empresa resulta determinante (β=0,454, sig.=0,000) para justificar mayores niveles de información divulgada de CI (Barako et al., 2006; Bozzolan et al., 2003; Haniffa & Cooke, 2005; Ho & Wong, 2001). Y, a nivel sectorial, se observa que el de servicios y bienes de consumo mantienen comportamientos diferenciales (β=-0,257, sig.=0,002; β=-0,208, sig.=0,015, respectivamente) con respecto del resto de sectores, siendo éstos los que menos divulgación de información de CI realizan, puesto que son sectores poco intensivos en este tipo de capital (OECD, 2001).
El ajuste del modelo estadístico de CI medido por el R 2 corregido asciende a 0,298, lo que implica que las variables independientes explican un 29,8% de la varianza del nivel de divulgación de la información del CI. Este valor es muy similar al obtenido en los estudios de Chen y Jaggi (2000) con un 30%, Ho y Wong (2001) con un 31,4%, Lim et al. (2007) con un 18,79%.
En cuanto al suministro de información de CH, las variables que contribuyen a explicar los niveles de información han sido: el tamaño del Consejo que resulta determinante en el nivel de información, a mayor tamaño menos información se divulga (β=-0,361, sig.=0,000). Además, como ocurre en otros trabajos previos (Eng & Mak, 2003; Haniffa & Cooke, 2005), un mayor % de consejeros independientes en el Consejo conlleva un menor nivel de información suministrado (β=-0,225, sig.=0,009), ya que como argumentan Li et al. (2008), puede ser que los consejeros no ejecutivos no sean necesariamente tan independientes. También, resulta significativo el nivel de endeudamiento (β=0,593, sig.=0,000) y los sectores de servicios de consumo y financiero e inmobiliario (β=-0,397, sig.=0,000; β=-0,481, sig.=0,000, respectivamente). En este modelo, el R 2 corregido asciende a 0,362, lo que implica que las variables independientes explican un 36,2% de la varianza del nivel de divulgación de la información del CH, corroborándose de manera particular las hipótesis H2 y H4.
En el caso del suministro de información de CR, e igual que para el caso del modelo 1 relativo a la información de CI, las variables que resultan significativas para explicar los niveles de información han sido: el tamaño del Consejo, la separación de funciones, el tamaño de la empresa y el sector de servicios de consumo (β=-0,378, sig.=0,000; β=0,417, sig.=0,000; β=0,573, sig.=0,000; β=-0,236, sig.=0,004, respectivamente).También ha resultado significativa la variable % de acciones en manos de accionistas significativos (β=0,227, sig.=0,014), implicando un mayor nivel de información suministrada (Eng & Mak, 2003). En cuanto al ajuste, este modelo estadístico presenta un R 2 corregido que asciende a 0,310, lo que implica que las variables independientes explican un 31% de la varianza del nivel de divulgación de la información del CR. Así, se confirman las hipótesis H1, H3 y H4.
Las variables que contribuyen a explicar el suministro de información de CE son: el tamaño del Consejo, separación de funciones, tamaño de la empresa y el sector servicios de consumo (β=-0,314, sig.=0,001; β=0,281, sig.=0,003; β=0,367, sig.=0,000; β=-0,216, sig.=0,008, respectivamente), igual que ocurría en el caso de la información relativa al CI y CR. Asimismo, y al igual que para el caso del CH, han resultado estadísticamente significativas el nivel de endeudamiento (β=0,392, sig.=0,001), con una relación positiva (Barako et al., 2006; Eng & Mak, 2003), y el sector financiero e inmobiliario (β=-0,424, sig.=0,000), que es poco intensivo en intangibles (OECD, 2001). El R 2 corregido asciende a 0,320, lo que implica que las variables independientes explican un 32% de la varianza del nivel de divulgación de la información del CE, corroborándose las siguientes hipótesis: H3 y H4.
Conclusiones
Este estudio empírico evidencia cómo la existencia de determinadas características de Gobierno Corporativo, relativas a la estructura de la propiedad y al Consejo de Administración, influyen en la divulgación de información voluntaria respecto al CI. Los resultados avalan que la existencia de determinadas recomendaciones establecidas en España en el CUBG (CNMV, 2006, 2013, 2015) proporcionan los mecanismos de control necesarios para incrementar el grado de transparencia informativa, en aras a la existencia de un buen gobierno corporativo como medio de evitar los posibles conflictos de intereses desde la óptica de la Teoría de la Agencia.
Por tanto, el Gobierno Corporativo juega un papel fundamental a la hora de divulgar información voluntaria del CI, como mecanismo para reducir las asimetrías de información y los costes de agencia. En concreto, se ha evidenciado que, el porcentaje de acciones en manos de accionistas significativos, el tamaño del Consejo de Administración, la separación de funciones (en el cargo de presidente y primer ejecutivo), el porcentaje de consejeros independientes miembros del Consejo de Administración influyen en el nivel de divulgación de información. Asimismo, se ha evidenciado como determinadas características empresariales como el tamaño, sector y endeudamiento influyen en el suministro de una mayor cantidad de información voluntaria.
En este sentido, se ha confirmado que un mayor número de miembros pertenecientes al Consejo perjudica los niveles de divulgación de información del CI, CH, CR y CE suministrados por la empresa; es decir un mayor tamaño del Consejo tiene un impacto negativo sobre la efectividad del Consejo debido a que los consejeros podrían estar menos motivados para participar en la toma de decisiones estratégicas y revelarían menos información. Además, la separación de funciones es un mecanismo útil para salvaguardar los interesas de todas las partes, mejorando la función de supervisión y la cantidad de información divulgada relativa al CI, CR y CE. Asimismo, un mayor número de consejeros independientes influyen negativamente en el suministro de información de CH; quizás pueda deberse a que estos consejeros no son tan independientes como en un principio se pensaba, o bien, porque la presencia de ellos dentro del Consejo de Administración (que garantiza los intereses de los accionistas minoritarios y del resto de stakeholders) sea el motivo de que los accionistas minoritarios demanden menos información, al tener depositado en los independientes una mayor confianza, y la empresa divulgue menos. Finalmente, alto grado de concentración de la propiedad en manos de los principales accionistas beneficia la divulgación de información sobre el CR; esto puede deberse a que estén interesados en revelar información del CR con la finalidad de aumentar la liquidez y el valor de las acciones de la empresa.
Bajo el marco de la Teoría de la Agencia, con estos resultados, se ha pretendido contribuir al estudio de los mecanismos de Gobierno Corporativo y su influencia en la divulgación de información del CI, aportando luz de la situación en España, debido a los escasos trabajos previos. Además, esta aportación es de una gran utilidad estratégica para reducir el problema de agencia, que puede ir encaminada para futuras recomendaciones y modificaciones de los códigos existentes, siendo de interés para reguladores, analistas financieros, inversores, participantes en el mercado de capitales, etc.
En este sentido, nuestro trabajo ha tratado de aportar evidencia de lo recomendable de impulsar el Buen Gobierno Corporativo, los códigos de conducta y comportamientos éticos en los órganos de administración y gestión de las empresas, con la finalidad de incrementar la transparencia informativa. Además, también se ha pretendido evidenciar la utilidad que, para el resto de empresas españolas, supone conocer la actuación de la alta dirección e importancia dada a la divulgación voluntaria sobre CI y los factores determinantes de ese mayor nivel de información.
Por último, significar que un trabajo futuro irá encaminado a completar la metodología del análisis de contenido con una triangulación metodológica, elaborando un cuestionario dirigido a los encargados de elaborar los informes o memorias anuales. Además, nos gustaría ampliar la muestra objeto de estudio en un contexto internacional, estudiando las posibles diferencias existentes en relación con los mecanismos de gobierno corporativo en cada uno de los países analizados; así como, ampliar el periodo objeto de estudio incorporando datos más actuales correspondiente al periodo 2009-2017.