La vivienda, más que un derecho social es considerada actualmente una mercancía, lo que dificulta el acceso a la población de menore recursos, obligándola a moverse de forma constante. Esta movilidad transforma tanto los lugares de origen como los de destino. Estos temas fueron discutidos en el ciclo de conferencias “Vivienda y migración. Una mirada desde la geografía crítica”,1 realizado los días 22 y 26 de septiembre de 2016 en el Instituto de Geografía de la UNAM.
El ciclo de conferencias, organizado en dos mesas de discusión, contó con la presencia de estudiantes de licenciatura y de posgrado, profesores e investigadores tanto de la UNAM como de otras instituciones y centros de investigación. Teniendo como marco teórico los aportes de la geografía critica, se analizaron los temas a partir de conceptos como “acumulación por desposesión” y “prácticas materiales, espacio percibido y espacio imaginario” (Harvey, 1990 y 2003), así como producción del espacio (Lefebvre, 2012) y urbanismo neoliberal (Theodore, et al., 2009), los cuales han permitido abordar desde una perspectiva crítica la producción del espacio en términos del actual sistema de producción de la vivienda y su proceso de financiarización, que se ha implementado a partir de la década de los noventa; mientras que en los procesos migratorios se han exacerbado prácticas en dos sentidos, por un lado, población privilegiada cuyo movimiento migratorio trae repercusiones sociales, como el despojo de tierras y, por otro lado, la violación a los derechos humanos hacia los migrantes de tránsito por México y a la población extranjera no privilegiada residente en el país.
La primer mesa, titulada “¿Quién pierde y quién gana en las crisis de vivienda? — Perspectivas comparativistas a los procesos de neoliberalización urbana y financiarización de la vivienda”, estuvo integrada por Micahel Janoschka, investigador del Departamento de Ciencia Política y Relaciones Internacionales de la Universidad Autónoma de Madrid. A partir de una discusión teórica del capitalismo sobre la creación permanente de nuevos mercados mediante el proceso de “destrucción creativa” propone que un análisis crítico de la economía urbana contemporánea requiere pensar las operaciones del capital como fundamento de la economía actual, a partir del cual analiza el mercado inmobiliario, en el entendido que procesos como gentrificación, transformación en los mecanismos de producción de la vivienda, expolio de tierras y servicios públicos, responden a esa lógica de financiarización de la economía que crea un único espacio planetario de valorización del capital.
Georgia Alexandri, investigadora posdoctoral del Departamento de Ciencia Política y Relaciones Internacionales de la Universidad Autónoma de Madrid, a partir del planteamiento sobre la construcción de sociedades de propietarios, la vivienda como activo financiero y la creación de nuevos mercados y el surgimiento de los dueños globales, argumenta en torno al actual proceso de financiarización de la vivienda y desposesión en los casos de Grecia y España. Luis Alberto Salinas, del Instituto de Geografía, planteó la relación entre el Estado y el mercado en la expansión de la Zona Metropolitana de la Ciudad de México a partir del desarrollo masivo de vivienda de interés social. Estableció que las transformaciones en la política de vivienda han modificado la promoción pública a una promoción privada, con lo cual, actualmente se considera a la vivienda no como un derecho social sino como una mercancía, y como un factor importante en el crecimiento económico. El Estado crea y reproduce el mercado formal, por un lado, mediante reformas jurídicas y regulaciones favorables estimula la oferta y, por otro lado, mantiene un fuerte apoyo a la demanda, mediante el otorgamiento de subsidios y créditos a la adquisición de vivienda. En esta mesa de discusión se estableció como un elemento fundamental la financiarización de la vivienda dentro de los procesos de neoliberalización urbana, observados tanto en ciudades europeas como en América Latina.
La segunda mesa, titulada “Movimientos migratorios. Entre resistencias, despojos y derechos”, estuvo integrada también por Michael Janoschka, quien propuso el análisis del turismo residencial o migración por amenidad desde una perspectiva del desarrollo económico y las rearticulaciones sociales, políticas y territoriales que se pueden discutir desde una perspectiva crítica. Para su argumentación se centró en cinco tesis: pensar el turismo residencial desde los procesos de financiarización, desde la transformación desde el sector inmobiliario; la asociación de este tipo de migración con los procesos de gentrificación; el desplazamiento y su relación con el turismo residencial; el turismo residencial como una faceta de la desposesión de bienes comunes y las formas no capitalistas de reproducción; y las resistencias y la construcción de actores a través de la resistencia política.
Por su parte, Santiago Bastos, investigador del CIESAS Occidente, presentó el caso de Mezcala, una comunidad ubicada en el estado de Jalisco, a través de la resistencia y el desarrollo turístico y el despojo inmobiliario. Mencionando el caso de otras comunidades cercanas al caso de estudio, refirió al turismo residencial no como progreso para las comunidades de origen, como es visto en algunos casos, sino como este fenómeno genera un mercado dual en el cual participan los campesinos ahora sin tierras. Reflexionó sobre cómo los procesos de despojo de tierras, dentro del marco de las reformas neoliberales que se han implementado en México y las realizadas al Artículo 27 constitucional, han servido para intentar que esta comunidad sea expropiada de su tierra y cómo a partir de la organización de dicha comunidad, se han resistido y se ha mantenido la idea de comunidad y de lucha por su territorio.
Por último, el trabajo de Ana Melisa Pardo, del Instituto de Geografía, se enfocó en otra mirada a la participación de la población extrajera en el proceso migratorio, no como grupo privilegiado, sino como vulnerable a la violación a sus derechos humanos. El trabajo trató tanto acerca de la población migrante de tránsito por México como de los extranjeros residentes, resaltando conceptos como ciudadanía transnacional y analizando el impacto que han tenido los actuales cambios de la política migratoria en la producción del espacio. Destacó cómo la política actual centra su atención en la recepción de población privilegiada, con altos niveles educativos y cómo se excluye a la migración tradicional por motivos económicos, y cómo, a pesar de las restricciones de la política migratoria actual, esta población encuentra mecanismos de participación política y de representación de su espacio.
Por último, se destacó el interés que suscita el análisis de la política de vivienda y los procesos migratorios a partir de la acumulación de capital como uno de los elementos importantes la financiarización de la economía en la etapa actual del capitalismo neoliberal, cuyas consecuencias económicas y sociales son estudiadas desde la perspectiva de la geografía crítica.