INTRODUCCIÓN
Existe una miríada de publicaciones internacionales que definen riesgos y vulnerabilidades de los territorios, especialmente aquellos vinculados a la pérdida de vidas humanas ocasionadas por desastres.1 Esta investigación adecua los conceptos riesgo y vulnerabilidad al patrimonio, símbolo de la historia territorial latinoamericana y caribeña, y plantea la relación entre bienes instituidos globalmente y bienes tratados de forma negligente a nivel local.
El número exiguo de fuentes acerca de riesgos y potenciales de preservación en América Latina y el Caribe corresponde con la fragilidad de las políticas públicas relacionadas con la gestión de riesgos patrimoniales en el continente. En consecuencia, este artículo presenta, de manera crítica, un cuadro-síntesis de los riesgos (R) y potenciales de preservación patrimonial (Pp) en la región en los siguientes casos: Lima y Cusco (Perú), Guanajuato y Guadalajara (México), Camagüey (Cuba), Portobelo (Panamá) y Ouro Preto (Brasil).2 Las evidencias empíricas posibilitarán una revisión de la posición teórico-metodológica relativa a los conceptos de patrimonio-territorial y territorio de excepción,3 los cuales pueden contribuir al debate acerca de nuevas prácticas de preservación específicas para América Latina y el Caribe.
Metodológicamente, los riesgos del patrimonio seleccionado para la investigación fueron identificados a partir de la tríada urbanización, turismo y eventos trágicos en el continente. Además de las investigaciones de campo en las ciudades mencionadas, se recopilaron y analizaron datos de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) para una mejor definición y propuesta de gestión de los riesgos propios de la urbanización de la región.
La tesis de investigación plantea que los principales riesgos para el patrimonio latinoamericano y caribeño provienen de la asimilación e incorporación regional de una política de preservación eurocentrada. Adoptada de manera irrestricta, dicha política descuida la fuerza de participación consciente de los sujetos locales en la elección de bienes declarados y no declarados. Se observa una paradoja cuando los riesgos que afectan el Patrimonio Mundial del continente se incrementan debido a la fuerza de la racionalidad eurocéntrica4 de la patrimonialización global,5 que cataliza, a su vez —con el aparato técnico-científico, informacional y del Estado-mercado—, la singularización estratégica de los sitios culturales y naturales del planeta.
En resumen, se traza un panorama de riesgos y de potenciales de preservación patrimonial para América Latina y el Caribe, además de estimular prácticas patrimoniales alternativas para el Sur, donde se concentra una población que, a pesar de las precarias condiciones materiales, incorpora la doctrina productiva-consumista del Norte, sin medir los costos ecológicos y culturales que conlleva. Si cada modelo de desarrollo construye su propio modelo de riesgo (Bohorquez, 2011), son posibles alternativas político-económicas situadas para reducir vulnerabilidades y aumentar capacidades a través de una praxis patrimonial propiamente latinoamericana y caribeña, fundamentada en una crítica humanista decolonial en diálogo con los conceptos de patrimonio-territorial y territorio de excepción.
EL ENFOQUE SOBRE RIESGOS AL PATRIMONIO
El enfoque sobre riesgos al patrimonio incorpora el tema de riesgos y vulnerabilidades como procesos vinculados con la toma política de la naturaleza, que favorece desastres — entendidos como expresión material del riesgo por Bohorquez (2011)—, con impacto en las vidas en los territorios.
El riesgo es una amenaza probable para la dimensión humana y el mundo. El término proyecta y alerta el futuro de personas y de objetos geográficos situados, como es el caso del patrimonio; define el devenir en las tensiones sociales o naturales vinculadas que pueden agravar un hecho destructor. La consumación de una amenaza anunciada como riesgo enlaza una serie de políticas y economías espaciales con las narrativas de vida, muerte, producción y consumo tecnológico. “Analizar globalmente un riesgo y establecer un sistema de observaciones y conceptos que permitan definir sus frecuencias, tendencias y hasta sus leyes, en resumen es una potencialidad de violencia” (Gallais, 1994: 7).
Es relevante considerar la hibridez del riesgo. Asumida la reproducción material y difusión subjetiva del mismo, la dicotomía sociedad versus naturaleza sirve a las políticas económicas espaciales retroalimentadas por los riesgos. “Se constata que, en gran medida, los enfoques sobre riesgos […] oscilan entre la naturalización de la apropiación y uso de la naturaleza (y de las prácticas socioculturales) y la invisibilización de la sociedad” (Castro y Zusman, 2009: 149).
Los riesgos son oportunidades de mercado que entrelazan productores y consumidores; de definiciones y operaciones realizadas también por las ciencias con una óptica de minimización de daños y muertes y de maximización del capital (Beck, 2010). En el caso de análisis, la racionalidad científico-tecnológica también produce, políticamente, riesgos patrimoniales; el fracaso se da tanto por el enfoque institucional-metodológico fisicalista6 de los riesgos, como por la ausencia de una praxis patrimonial situada.7
Antes que nada, las ciencias se tornaron madrinas legitimadoras de una contaminación industrial a escala mundial del aire, del agua, de los alimentos, etcétera, así como del decrecimiento generalizado asociado a la muerte de plantas, animales y seres humanos (Beck, 2010: 66).
El papel contradictorio de la ciencia moderna, que ha generado por sí misma situaciones de riesgo en sus diversos tipos y escalas, ¿podría ser superado con el fin de la dicotomía sociedad versus naturaleza? Los análisis de Castro y Zusman (2009) y de Beck (2010) corroboran el de Lavell (1993), para quien los estudios de patrones sísmicos y climatológicos, de dinámica terrestre y de estructuras de ingeniería dan énfasis a los problemas de precisión y adecuación de estructuras con los parámetros físicos de los eventos “naturales” que amenazan a la sociedad en América Latina. El autor señala que la sociedad aparece poco en la fórmula como objeto de acción y de cambio en la corrección de patrones de comportamiento, lo que favorece situaciones de desastres.
Ante la naturaleza híbrida del riesgo —en la cual la tecnociencia potencia desastres, al mismo tiempo que invisibiliza a la sociedad, otorga protagonismo a una naturaleza destructora y favorece el capitalismo de riesgo—, el concepto mitigación es importante para el patrimonio. Sujetos situados, en situación espacial y conscientemente movilizados8 constituyen la resistencia patrimonial y la mitigación de riesgos. Adoptar la mitigación como estrategia al máximo de duración patrimonial y de la vida es reconocer la “imposibilidad de evitar totalmente la exposición a eventos potencialmente destructores” (Bohorquez, 2011: 142).
Investigaciones relevantes han cartografiado diferentes consecuencias socioterritoriales de la relación patrimonialización-urbanización en los países de la región.9 Está claro que, por un lado, esa relación otorga visibilidad global a los destinos turísticos latinoamericanos y caribeños y, por otro, ha agravado problemas existentes de infraestructura, servicios y gestión del territorio. Los problemas más destacados de orden urbano-ambiental en América Latina y el Caribe como microclimas, presión y contaminación de recursos debido a la expansión metropolitana, cambios demográficos y culturales en áreas urbanas y rurales, servicios públicos inadecuados, vivienda, desigualdades por inaccesibilidad a amenidades urbanas y tratamiento económico destructivo del territorio (Satterthwaite, 1993; Graizbord, 2007) esbozan vulnerabilidades que se revelan en riesgos estructurales para los bienes culturales, de la naturaleza y de la vida en todo el continente.10
Antes de abordar concretamente el cuadro-síntesis de los riesgos y potenciales de preservación en América Latina y el Caribe (para los sitios elegidos), es pertinente profundizar en los problemas originarios de riesgos patrimoniales en el continente desde la urbanización y el turismo, lo que ayuda a la comprensión de las conexiones necesarias entre la mitigación de daños del Patrimonio Mundial, el patrimonio-territorial y los territorios de excepción.
PROBLEMAS ORIGINARIOS DE RIESGOS Y CONEXIONES NECESARIAS PARA ENTENDER LA MITIGACIÓN DE DAÑOS DEL PATRIMONIO LATINOAMERICANO Y CARIBEÑO
América Latina y el Caribe contaban con una población de 364 millones de habitantes en la década de 1980, y se proyecta alcanzar 661 millones en 2020; Brasil tenía una población de 121 millones de habitantes en 1980 y se espera que sean 209 millones en 2020; la población de México en la misma década era de 70 millones de habitantes y se pronostica que en 2020 será de 127 millones, Perú por su parte, tenía una población de 17 millones de habitantes en 1980 y se proyecta que ascienda a 32 millones en 2020 (Cepal, 2012).
Esa progresión, que duplica la población del continente en 40 años (sumada a las revoluciones política, económica y cultural de las ciudades y el campo por influencia del control financiero internacional de los territorios en diferentes tipologías y escalas), intensifica la problemática de los riesgos para el patrimonio y la vida en la región; riesgos permanentes que son irreversibles en el patrón de progreso asumido.11 “El aceptar que no es posible llegar a cero en cuanto a nivel de riesgo, es la opción que lo reduce para poder convivir con él” (Bohorquez, 2011: 142).
Los datos analizados en las nueve tablas elaboradas12 reflejan el efecto de apropiación territorial exógena-endógena centenaria de América Latina y el Caribe y de su colonialidad.13 Son resultados puntuales de la urbanización del territorio,14 la cual origina riesgos en el patrimonio y la vida latinoamericana y caribeña.
La Tabla 1 indica la población urbana y rural en situación de pobreza e indigencia. Respecto de la economía popular, entre 1990 y 2014 Brasil y Perú redujeron drásticamente su porcentaje de población urbana y rural en situación de pobreza e indigencia; Costa Rica y Panamá en poco alteraron esa tendencia y México duplicó su índice de indigencia, además de aumentar la pobreza urbana. La población urbana pobre disminuyó de una manera más marcada que la población rural pobre en toda América Latina y el Caribe, lo que demanda mayor atención de los gobiernos hacia la gente del campo. Los males de la urbanización en la región se originan de la explosión demográfica, la ausencia de reformas agrarias y el contenido tecnopolítico-corporativo de las empresas generados por una urbanización hecha en la articulación del colonialismo y el imperialismo (Singer, 1973). Debido a sucesivas dependencias externas productoras de tipologías urbanas de esencia segregadora, existe una crisis de legitimidad de las políticas espaciales (y patrimoniales) incapaces de minimizar riesgos, mitigar daños y generar igualdad.
En la perspectiva de la equidad, el riesgo culturalmente construido apuntará a la desigualdad intertemporal en el acceso a los servicios urbanos, con prevalencia de riesgos técnicos para las poblaciones menos atendidas por los beneficios de las inversiones públicas (Acselrad, 1999: 41-42).
País | Área | Situación económica | 1990 | 2000 | 2003 | 2006 | 2008 | 2010 | 2012 | 2014 |
---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|
América Latina – Caribe | Urbana | Indigencia | 15.3 | ... | ... | 8,5 | 8.1 | 7.7 | 7.1 | 8.0 |
Pobreza | 41.4 | ... | ... | 30.9 | 27.7 | 25.6 | 23.1 | 23.8 | ||
Rural | Indigencia | 40.1 | ... | ... | 30.4 | 30.9 | 29.5 | 28.2 | 27.6 | |
Pobreza | 65.2 | ... | ... | 55.2 | 55.0 | 52.4 | 48.7 | 46.2 | ||
Brasil | Urbana | Indigencia | 16.7 | ... | 11.5 | 6.7 | 5.5 | ... | 4.0 | 3.4 |
Pobreza | 41.2 | ... | 35.8 | 30.0 | 22.8 | ... | 16.2 | 14.3 | ||
Rural | Indigencia | 46.1 | ... | 27.5 | 20.5 | 16.5 | ... | 13.2 | 11.3 | |
Pobreza | 70.6 | ... | 54.6 | 50.1 | 41.2 | ... | 32.1 | 28.7 | ||
Costa Rica | Urbana | Indigencia | 6.9 | 5.4 | ... | 5.4 | 4.3 | 4.8 | 5.7 | 6.0 |
Pobreza | 24.9 | 17.5 | ... | 18.0 | 15.6 | 17.0 | 17.1 | 17.4 | ||
Rural | Indigencia | 12.5 | 11.1 | ... | 9.8 | 7.3 | 9.9 | 9.8 | 11.2 | |
Pobreza | 27.3 | 24.4 | ... | 20.4 | 17.5 | 20.8 | 19.0 | 22.0 | ||
México | Urbana | Indigencia | ... | 6.6 | ... | 4.4 | 6.4 | 8.5 | 9.8 | 12.2 |
Pobreza | ... | 32.3 | ... | 26.8 | 29.2 | 32.3 | 33.2 | 39.1 | ||
Rural | Indigencia | ... | 28.5 | ... | 16.1 | 19.8 | 21.3 | 21.5 | 23.0 | |
Pobreza | ... | 54.7 | ... | 40.1 | 44.6 | 42.9 | 43.5 | 44.7 | ||
Panamá | Urbana | Indigencia | ... | ... | 7.8 | 5.7 | 4.7 | 4.7 | ... | 3.3 |
Pobreza | ... | ... | 24.7 | 19.5 | 17.0 | 14.9 | ... | 11.9 | ||
Rural | Indigencia | ... | ... | 35.8 | 29.2 | 28.8 | 26.6 | ... | 28.3 | |
Pobreza | ... | ... | 55.3 | 47.9 | 46.3 | 44.8 | ... | 40.9 | ||
Perú | Urbana | Indigencia | ... | ... | 8.6 | 4.9 | 2.7 | 1.9 | 1.4 | 1.0 |
Pobreza | ... | ... | 40.0 | 31.2 | 25.4 | 20.0 | 16.6 | 15.3 | ||
Rural | Indigencia | ... | ... | 44.6 | 37.1 | 32.4 | 23.8 | 19.7 | 14.6 | |
Pobreza | ... | ... | 75.2 | 69.3 | 68.8 | 61.0 | 53.0 | 46,0 |
Fuente: Elaboración propia con datos de Cepal (2016).
En ese contexto, 32% de la población urbana y 74% de la población rural todavía vive en la indigencia y en la pobreza en América Latina y el Caribe (Tabla 1), y 20% de la población urbana sobrevive en tugurios (Tabla 2). La Cepal indica que 34% de la población urbana peruana, 25% de la panameña, 22% de la brasileña (en 2014) y 45% de la nicaragüense (en 2007) estaba en condiciones subnormales de vivienda (Tabla 2), lo cual es resultado de la falta de políticas públicas habitacionales, que alcanza a los migrantes que van del campo a la ciudad. Paradójicamente, para el periodo 1980-2020 ocurre una evolución de algunos indicadores sociales de desarrollo en América Latina y el Caribe, en los que la expectativa de vida salta de 65 a 75 años, la tasa de mortalidad infantil cae de 56 a 15 infantes por cada 1 000 nacidos vivos y el alfabetismo abarca de 85% a 91% de la población mayor de 15 años (Tabla 3). Ciudades de crecimiento explosivo; problemas habitacionales, sanitarios y de movilidad urbana; centros históricos deteriorados; desempleo, y bajos salarios estimulan la imposición de una agenda urbana para las masas populares de América Latina y el Caribe a partir de 1950. En ese periodo se fundan las bases sociales de un Estado de bienestar necesario para el desarrollo; una presión que no es originaria de la burguesía volcada al crecimiento económico (Almandoz, 2008).
País | 1990 | 1995 | 2000 | 2001 | 2005 | 2007 | 2009 | 2014 |
---|---|---|---|---|---|---|---|---|
América Latina y el Caribe | 33.7 | ... | 29.2 | ... | ... | ... | ... | 20.5 |
Brasil | 36.7 | 34.1 | 31.5 | 36.6 | 29.0 | 28.0 | 26.9 | 22.3 |
Costa Rica | ... | ... | ... | 12.8 | 10.9 | ... | ... | 5.5 |
México | 23.1 | 21.5 | 19.9 | 19.6 | 14.4 | 14.4 | ... | 11.1 |
Nicaragua | 89.1 | 74.5 | 60.0 | 80.9 | 45.5 | 45.5 | ... | ... |
Panamá | ... | ... | ... | 30.8 | 23.0 | ... | ... | 25.8 |
Perú | 66.4 | 56.3 | 46.2 | 68.1 | 36.1 | 36.1 | ... | 34.2 |
Fuente: Elaboración propia con datos de Cepal y DENU (2016a, 2016b).
País | Quinquenios | Expectativa de vida al nacer (años de vida) | Tasa de mortalidad infantil (de 1 000 nacidos vivos) | Tasa de alfabetismo en población mayor a 15 años (%) |
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América Latina y el Caribe | 1980-1985 | 65,2 | 56,8 | 85,8 |
1985-1990 | 67,1 | 46,8 | 85,8 | |
1990-1995 | 68,9 | 38,3 | 89,7 | |
1995-2000 | 70,6 | 31,6 | 89,7 | |
2000-2005 | 72,1 | 25,1 | 91,5 | |
2005-2010 | 73,4 | 21,4 | 91,5 | |
2010-2015 | 74,7 | 17,9 | 91,5 | |
2015-2020 | 75,8 | 15,1 | ... |
Fuente: Elaboración propia con datos de Cepal (2013).
Las Tablas 2 y 3 definen el antagonismo desarrollo y crecimiento: bajo índice de habitabilidad urbana y evolución de indicadores sociales de desarrollo. Un mejor nivel de educación podría mitigar los riesgos para el patrimonio latinoamericano y caribeño; puntos favorables al desarrollo social no pueden ser omitidos. Hay una alteración del cuadro de vida y, además, de la educación en el continente. La Tabla 4 muestra una letárgica e insuficiente, pero real, progresión de los gastos públicos en educación, el Brasil del siglo XXI sugiere esa reflexión por las grandes inversiones de la “Era Lula”. A excepción de Panamá, los demás países muestran un aumento de los gastos públicos en educación (menos marcados en México y Perú). La formación de la población estructura la mitigación de riesgos y daños ocasionados por eventos, lo que demanda otras políticas territoriales. “Es fundamental que la praxis de liberación parta del pueblo, se mantenga en su elemento, se movilice desde dentro y abajo su papel de actor colectivo histórico” (Dussel, 2007: 127).
País | 1970 | 1980 | 1990 | 1995 | 2000 | 2004 | 2008 | 2010 | 2012 | 2013 | 2014 | |
---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|
Brasil | PIB | ... | ... | ... | 4.5 | 3.9 | 4.0 | 5.3 | 5.6 | 5.9 | ... | ... |
GTG | ... | ... | ... | ... | 11.5 | 10.4 | 14.1 | 14.6 | 15.6 | ... | ... | |
Costa Rica | PIB | ... | 7.3 | ... | 3.3 | 4.4 | 4.9 | 5.0 | 6.8 | 6.9 | 6.9 | 7.0 |
GTG | ... | ... | ... | ... | 18.8 | 20.4 | 20.8 | 22.9 | 23.5 | 22.8 | 23.1 | |
Cuba | PIB | ... | 8.4 | ... | ... | 7.7 | 10.3 | 14.1 | 12.8 | ... | ... | ... |
GTG | ... | ... | ... | ... | ... | ... | ... | ... | ... | ... | ... | |
México | PIB | ... | ... | 2.3 | 3.9 | 4.1 | 4.8 | 4.9 | 5.2 | ... | ||
GTG | ... | ... | ... | ... | 19.8 | 22.2 | 18.8 | 19.4 | ... | |||
Nicaragua | PIB | 2.0 | 3.3 | ... | ... | 3.0 | ... | ... | 4.5 | ... | ||
GTG | ... | ... | ... | ... | 14.6 | ... | ... | 22.8 | ... | |||
Panamá | PIB | 5.4 | 4.3 | ... | 4.8 | 5.0 | 3.8 | 3.5 | ... | ... | ||
GTG | ... | ... | ... | ... | 19.8 | 14.4 | 14.9 | ... | .... | |||
Perú | PIB | ... | ... | ... | ... | 3.3 | 3.0 | 2.8 | 2.8 | 2.9 | 3.3 | 3.7 |
GTG | ... | ... | ... | ... | 15.3 | 15.3 | 14.5 | 13.6 | 14.4 | 15.2 | 16.2 |
Fuentes: Elaboración propia con datos de CEPAL e IEU (2015).
La población empobrecida, en defensa de sus intereses nacionales, intenta escapar a la expoliación del sistema construyendo, desde la pobreza, economías alternativas; “una lucha por la emancipación económica y social, los enemigos están afuera —imperialismo— y al interior de cada sociedad —clases dominantes nativas—, mancomunados para mantener y profundizar vínculos externos, preservar y ampliar privilegios internos” (Ribeiro, 2007: 464). Esa dinámica tiene por objeto la formación territorial basada en el orden político, religioso, agrario, urbano, etc., y está asociada con las formaciones psicosociales de cada país. Los riesgos para el patrimonio y la vida se conectan en la realidad y el imaginario espaciales de manera integrada;15 la percepción popular de las injusticias sociales y de las instituciones políticas sirve para el análisis y la praxis patrimonial situada.
Las Tablas 5 y 6 sintetizan la percepción popular de injusticias sociales y la realidad del empleo en la región. La percepción de injusticia en la distribución de la renta nacional es la variable más elevada en los países analizados, es el caso de 92% de la población brasileña y 82% de la peruana, la cual tampoco confía en las instituciones políticas y del Estado. Costa Rica, Panamá y Nicaragua tienen una media de 30% de población que se victimiza dentro del cuadro político-económico nacional. La tasa de desempleo es cambiante en los países, a pesar de su significativo aumento en Brasil y Perú y de su inestabilidad en el continente, México y Panamá presentan una reducción relativa. Bohorquez (2011) considera que la mitigación de riesgos depende del ataque a las vulnerabilidades, pues la naturaleza diversa de los fenómenos que definen las amenazas dificulta actuar directamente en ellas. La percepción popular de las injusticias, la actuación de las instituciones políticas y la realidad del desempleo imprimen urgencia de movilización por una praxis patrimonial alternativa de la vida grupal en las ciudades y el campo.
País | Percepciones | 1997 | 2006 | 2009 | 2010 | 2011 | 2015 |
---|---|---|---|---|---|---|---|
Brasil | TV* | 38 | 34 | 41 | 26 | 32 | 49 |
PIDR** | 93 | 86 | 83 | 78 | 85 | 92 | |
DIPE*** | 59 | 56 | 57 | 47 | 60 | 73 | |
Costa Rica | TV | 33 | 33 | 37 | 35 | 39 | 38 |
PIDR | 77 | 70 | 70 | 73 | 75 | 81 | |
DIPE | 55 | 56 | 40 | 49 | 65 | 64 | |
México | TV | 49 | 33 | 39 | 30 | 42 | 58 |
PIDR | 71 | 75 | 84 | 85 | 85 | 82 | |
DIPE | 57 | 57 | 65 | 65 | 66 | 70 | |
Nicaragua | TV | 41 | 29 | 32 | 29 | 31 | 31 |
PIDR | 63 | 70 | 81 | 74 | 73 | 58 | |
DIPE | 54 | 74 | 76 | 73 | 65 | 57 | |
Panamá | TV | 28 | 18 | 29 | 19 | 19 | 33 |
PIDR | 79 | 82 | 73 | 67 | 66 | 62 | |
DIPE | 60 | 63 | 56 | 57 | 56 | 63 | |
Perú | TV | 43 | 35 | 38 | 29 | 41 | 52 |
PIDR | 86 | 91 | 89 | 86 | 86 | 82 | |
DIPE | 72 | 76 | 80 | 81 | 77 | 74 |
* TV: tasa de victimización en el contexto nacional (funcionamiento del Estado de derecho).
** PIDR: percepción de injusticia en la distribución de la renta nacional.
*** DIPE: desconfianza en las instituciones políticas y el Estado.
Fuentes: Elaboración propia con datos de Cepal (2016b) y Cepal y Corporación Latinobarómetro (2016).
País | 1990 | 1994 | 1997 | 1999 | 2002 | 2005 | 2008 | 2010 | 2011 | 2012 | 2016* |
---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|
América Latina | 5.6 | 7.2 | 8.4 | 10.6 | 10.4 | 9.4 | 7.5 | 8.3 | ... | 6.6 | ... |
Brasil | 4.5 | 7.4 | 8.0 | 11.4 | 10.4 | 10.7 | 8.0 | ... | 7.4 | 6.7 | 11.2 |
Costa Rica | 5.3 | 4.2 | 5.8 | 6.1 | 6.8 | 6.9 | 4.8 | 7.1 | 7.7 | 7.8 | 9.5 |
México | 3.3 | 4.5 | 3.2 | 2.4 | 3.4 | 4.1 | 4.8 | 6.3 | ... | 4.7 | 4.0 |
Nicaragua | ... | ... | ... | ... | ... | 5.9 | ... | ... | ... | ... | ... |
Panamá | ... | 15.8 | 15.4 | 13.6 | 16.5 | 12.1 | 6.5 | 7.7 | 5.4 | ... | ... |
Perú | ... | ... | 10.6 | 7.3 | 7.2 | ... | 5.9 | 5.0 | 4.8 | 4.4 | 7.1 |
*Mayo de 2016. Agencia Trading Economics.
Fuente: Elaboración propia con datos de Cepal (2016c).
Minimizar vulnerabilidades territorializadas en favor de la máxima seguridad dentro de un plan de mitigación de riesgos patrimoniales y de la vida exige más que diagnósticos cartográficos, estadísticos o empíricos, demanda mayor (in)formación popular. En América Latina y el Caribe los datos indican que existen graves vulnerabilidades: socioeconómicas (pobreza y desorganización comunitaria), político-institucionales (centralización del poder y obsolescencia de instituciones), cultural-educativas (estigmas y estereotipos conductores de comportamientos), ecológico-ideológicas (concepción y vivencia en el territorio) y técnico-informacionales (sectorización excluyente de tecnologías e información). Wilches-Chaux (1993) y Lavell (1993) caracterizaron esa síntesis como vulnerabilidad global y trataron riesgos físicos relacionados con la vulnerabilidad humana, cuyo origen deriva de la crisis del desarrollo y la política de estar en la Tierra.16
Los riesgos físicos y eventos trágicos tienden a repetirse en los mismos territorios. Por ello, es necesario “cambiar la escala: el territorio ya no es automáticamente el del riesgo (se pueden sentir las consecuencias de una inundación sin necesariamente tener los pies en el agua)” (Veyret y Reghezza, 2006: 14). La Tabla 7 enumera los desastres geofísicos y climatológicos para toda América Latina y el Caribe. Terremotos, tormentas e inundaciones figuran como los desastres de mayor impacto (en cuanto a afectados y pérdidas humanas). Los mayores desastres en Brasil ocurren por inundaciones y sequías; en Costa Rica, por inundaciones; en Cuba, por tormentas; en México, por terremotos, tormentas, temperaturas extremas e inundaciones; en Nicaragua, por terremotos, tormentas y temperaturas extremas; en Panamá, por inundaciones, y en Perú, por terremotos, inundaciones y temperaturas extremas. Este cuadro genérico sugiere el énfasis que debe darse a cierto tipo de eventos por país, a fin de formular políticas públicas de salvaguarda de la vida y el patrimonio de cada pueblo.
País | Indicador | Periodo de 1990 a 2015 | |||||||
---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|
Desastres geofísicos | Desastres Climatológicos | ||||||||
Terremotos | Erupciones v. | Tormentas | Inundaciones | Deslizamientos | Temp. Extrema | Sequías | Incendios | ||
América Latina y el Caribe | Eventos | 102 | 55 | 256 | 545 | 90 | 48 | 74 | 37 |
Afectados | 51 004 438 | 2 202 139 | 30 011 755 | 39 664 316 | 627 090 | 5 698 326 | 63 005 358 | 167 521 | |
Muertos | 227 710* | 92 | 111 377 | 46 441 | 3 566 | 3 285 | 75 | 163 | |
Brasil | Eventos | 1 | 0 | 10 | 78 | 13 | 4 | 10 | 3 |
Afectados | 286 | 0 | 185 345 | 7 486 858 | 159 444 | 0 | 43 062 000 | 12 000 | |
Muertos | 1 | 0 | 33 | 2 833******** | 540 | 39 | 0********** | 1 | |
Costa Rica | Eventos | 10 | 3 | 8 | 23 | 1 | 0 | 3 | 1 |
Afectados | 155 213** | 18 900 | 796 836 | 609 040 | 200 | 0 | 0 | 1 200 | |
Muertos | 94 | 0 | 67 | 108 | 7 | 0 | 0 | 0 | |
Cuba | Eventos | 1 | 0 | 23 | 18 | 0 | 0 | 5 | 1 |
Afectados | 5 689 | 0 | 10 883 110 | 788 775 | 0 | 0 | 920 000 | 0 | |
Muertos | 0 | 0 | 71 | 74 | 0 | 0 | 0 | 0 | |
México | Eventos | 16*** | 7 | 76 | 42 | 9 | 14 | 5 | 3 |
Afectados | 502 430 | 118 518 | 7 135 797 | 4 379 674 | 320 | 136 000 | 2 565 000 | 0 | |
Muertos | 149**** | 20 | 1326 | 1 719 | 164 | 274 | 0 | 50 | |
Nicaragua | Eventos | 5 | 4 | 17 | 16 | 1 | 0 | 5 | 3 |
Afectados | 26 175 | 317 770 | 1 292 179 | 604 257 | 5 769 | 0 | 1 013 000 | 16 000 | |
Muertos | 186***** | 1 | 36 789******* | 163 | 29 | 0 | 0 | 0 | |
Panamá | Eventos | 4 | 0 | 2 | 29 | 0 | 0 | 2 | 1 |
Afectados | 21 511 | 0 | 7 550 | 165 128 | 0 | 0 | 0 | 1 436 | |
Muertos | 32 | 0 | 15 | 110 | 0 | 0 | 0 | 0 | |
Perú | Eventos | 18 | 3 | 3 | 36 | 15 | 11 | 5 | 1 |
Afectados | 1 262 820****** | 8 040 | 667 418 | 3 309 092 | 36 402 | 5 389 920 | 3 321 500 | 1 000 | |
Muertos | 1 050 | 0 | 593 | 812 | 715 | 2 003********* | 0 | 0 |
* Solamente el terremoto de 2010 en Haití mató a 222 000 personas.
** 1990, 1991 y 2009 concentran los eventos que afectaron al mayor número de personas en Costa Rica.
*** 1995, 1999, 2003, 2010 y 2012 fueron años de ocurrencia de los eventos más trágicos en México. Cabe recordar el terremoto de 1985, que dejó cerca de 10 000 muertos.
**** A ese número deben ser sumados cerca de 450 muertos por los dos terremotos de septiembre de 2017 en México, la mayoría en Oaxaca, Morelos y Ciudad de México.
***** El terremoto de 1992 fue el que causó mayores daños y muertes en Nicaragua.
****** 2001 y 2007 son los años de ocurrencia de los terremotos más violentos en Perú para el periodo señalado.
******* La tormenta de 1998 fue la mayor responsable del incremento en el número de muertos del periodo en Nicaragua.
******** Las lluvias e inundaciones en 2011 en Rio de Janeiro incrementaron el número de muertes por ese evento (cerca de 1 200).
********* Comparativamente, los datos que Cepal trabaja en toda América Latina arrojan que Perú es el país más afectado del continente por las temperaturas extremas.
********** A pesar del registro alarmante de afectados por la sequía en Brasil, no hay datos del número de muertos.
Fuente: Elaboración propia con datos de Cepal (2016a).
La sociedad no puede ser una víctima pasiva que se conforme con reparar las consecuencias del impacto de procesos físicos en vez de gestionar las crisis (Veyret y Reghezza, 2006). Los problemas de urbanización presentados, originarios de riesgos, aumentan la exposición y agravan los peligros, lo que refuerza el protagonismo de los sujetos situados para la mitigación de daños.
La Tabla 7 es un instrumento de reflexión genérica y no de precisión numérica, pues presenta lagunas de información por año o localidad; los datos son del periodo 1990-2015. Las políticas públicas espaciales de preservación del patrimonio con respecto a la frecuencia de esos riesgos y la formación popular mitigarían en Brasil los impactos catastróficos de inundaciones en ciudades-patrimonio como Goiás, Goiás, y São Luiz do Paraitinga, São Paulo, o de deslizamientos en Ouro Preto, Minas Gerais. En el caso de Epecuén, Argentina, una estancia turística para la salud, se convirtió en una ciudad fantasma tras una destructora inundación en 1985. Muchos podrían ser los ejemplos.
En el continente, el mayor número de muertos y afectados por desastres se da por terremotos, tormentas e inundaciones, específicamente, en México, Nicaragua y Perú. La paradoja utópica se refiere a la preservación patrimonial y de la vida en el devenir contingente del riesgo. Las conexiones necesarias para la mitigación de daños involucran políticas que reduzcan vulnerabilidades populares y que prevengan el impacto de los diversos eventos (trágicos o no). No hay discusión o práctica honesta de mitigación de riesgos si no se atacan, en conjunto, la ideología del progreso y sus consecuencias (en forma de molestias o vulnerabilidades sociales)17 y las intencionalidades políticas de los riesgos. “Es esencial calificar el nivel de riesgo socialmente aceptable, suponer su severidad, las condiciones económicas de cada comunidad, las pérdidas a las que el grupo está sujeto y su capacidad política de intervención” (Bohorquez, 2011: 153).
A pesar de las variables de urbanización, riesgos y vulnerabilidades en América Latina y el Caribe, el ordenamiento territorial se hace por conexiones prácticas convergentes y divergentes. La urbanización resultante de la colonialidad y la construcción política del riesgo se enfrentan a acciones en defensa de la vida en los espacios. La Tabla 8 analiza la evolución de áreas terrestres y marinas protegidas en la región. Entre 1990 y 2014 se triplicaron las áreas de protección ambiental. Brasil y Cuba las cuadruplicaron, y los demás países las duplicaron. La Tabla 9 resalta la importancia del turismo receptivo y emisor en términos de gastos, entradas y salidas en el periodo 2010-2015. México es el mayor receptor de turistas y entrada de divisas, con un aumento significativo en los últimos cinco años. Panamá y Perú también tuvieron un aumento relevante de entrada de turistas en el periodo. Brasil se configura como el mayor emisor de turistas.
País | 1990 | 2000 | 2014 |
---|---|---|---|
América Latina y el Caribe | 4.9 | 8.0 | 13.3 |
Brasil | 4.7 | 10.2 | 20.4 |
Costa Rica | 2.2 | 2.8 | 3.1 |
Cuba | 1.4 | 1.4 | 5.0 |
México | 1.0 | 3.6 | ... |
Nicaragua | 7.0 | 18.7 | 22.0 |
Panamá | 4.1 | 4.4 | 5.2 |
Perú | 3.0 | 4.6 | 19.4 |
Fuente: Elaboración propia con datos de Cepal (2017).
País | Percepciones | 2010 | 2011 | 2012 | 2013 | 2014 | 2015 |
---|---|---|---|---|---|---|---|
Brasil | TEG* | 19 338 | 24 608 | 26 008 | 29 286 | 29 998 | 20 356 |
TES** | 6 498 | 7 805 | 8 466 | 8 666 | ... | ... | |
TRG*** | 5 963 | 6 370 | 6 623 | 6 784 | 7 405 | 6 254 | |
TRC**** | 5 161 | 5 433 | 5 677 | 5 813 | ... | ... | |
Costa Rica | TEG | 533 | 620 | 647 | 648 | 594 | 686 |
TES | 662 | 717 | 773 | 790 | ... | ... | |
TRG | 2 179 | 2 646 | 2 773 | 3 029 | 3 150 | 3 360 | |
TRC | 2 495 | 2 526 | 2 590 | 2 641 | 2 760 | 2 883 | |
Cuba | TEG | ... | ... | ... | ... | ... | ... |
TES | 251 | 253 | 213 | 287 | ... | ... | |
TRG | 2 218 | 2 503 | 2 613 | 2 608 | 2 546 | 2 819 | |
TRC | 2 532 | 2 716 | 2 839 | 2 853 | 3 003 | 3 525 | |
México | TEG | 9 001 | 9 704 | 10 735 | 11 970 | 12 556 | 12 669 |
TES | 14 334 | 14 799 | 15 580 | 15 911 | 18 260 | 19 603 | |
TRG | 9 001 | 12 458 | 13 320 | 14 311 | 16 607 | 18 451 | |
TRC | 23 289 | 23 403 | 23 402 | 24 150 | 29 345 | 32 093 | |
Nicaragua | TEG | 329 | 240 | 241 | 277 | 361 | 273 |
TES | 908 | 912 | 979 | 994 | ... | ... | |
TRG | 309 | 378 | 422 | 417 | ... | ... | |
TRC | 1071 | 1122 | 1 233 | 1 273 | 1 390 | ... | |
Panamá | TEG | 575 | 679 | 591 | 1 046 | 1 107 | 1 023 |
TES | 392 | 414 | 447 | 619 | ... | ... | |
TRG | 2 621 | 3 630 | 4 534 | 5 379 | 5 750 | 6 007 | |
TRC | 1 726 | 2 004 | 2 086 | 2 202 | 2 305 | 2 553 | |
Perú | TEG | 1 648 | 1 768 | 1 900 | 2 114 | 2 113 | 2 351 |
TES | 2 058 | 2 132 | 2 296 | 2 364 | ... | ... | |
TRG | 2 475 | 2 814 | 3 074 | 3 925 | 3 831 | 4 151 | |
TRC | 2 948 | 3 299 | 3 642 | 4 010 | 4 062 | ... |
* TEG: turismo emisor - gastos (x 1 000 dólares).
** TES: turismo emisor - salidas (x 1 000 personas).
*** TRG: turismo receptivo - gastos (x 1 000 dólares).
**** TRC: turismo receptivo - llegadas (x 1 000 personas).
Fuente: Elaboración propia con datos de Cepal y OMT (2015). Para México, la información fue tomada de Sectur (2016).
Los desastres no son eventos aislados, sino que son un continuo de manifestaciones extremas de contextos espaciales cotidianos; la tragedia demarca la situación límite entre la fragilidad y la resistencia del sistema social (Lavell, 1993). Entonces ¿el aumento de las áreas protegidas y el turismo podrían significar resistencia social dentro de la destrucción política de la naturaleza?
La dependencia total de la actividad turística es un factor de riesgo por la inestabilidad que representa desde el punto de vista económico, social y ambiental (Valdivieso y Coll-Hurtado, 2010). Sin embargo, identificar los principales riesgos y potenciales de la preservación patrimonial puede inducir estrategias políticas y de resistencia popular situadas, incluso desde el turismo. La investigación empírica revela tales elementos en América Latina y el Caribe, y refuerza la visión conceptual relativa al lugar de patrimonio-territorial y a los territorios de excepción, los cuales se analizan a continuación.
RIESGOS (R) Y POTENCIALES DE PRESERVACIÓN (Pp) EN AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE
¿Cómo enfrentar riesgos estructurales y activar potenciales de preservación en América Latina y el Caribe en un entorno sociodemográfico de 600 millones de habitantes, de los cuales 180 millones son pobres y 80 millones viven en la miseria, todos ellos residiendo en territorios de excepción?
A pesar de la pluralidad de peligros para el Patrimonio de la Humanidad, el cuadro-síntesis de (R) y (Pp) en América Latina y el Caribe (resultado inédito de trabajo de campo en cinco países y siete sitios) muestra caminos para políticas de gestión de riesgos por la identificación de variables analíticas favorables a conexiones territoriales afectivas entre bienes instituidos y no instituidos. La Tabla 10 (cuadro-síntesis) está estructurada en columnas laterales izquierda y derecha, con R y Pp identificados en cada sitio estudiado. Los colores resaltan el grado de evidencia de R; los números, el grado de activación de Pp. Las variables fueron creadas conforme avanzó el trabajo de campo, pues la realidad empírica reveló, gradualmente, elementos primordiales de análisis sobre riesgos patrimoniales en América Latina y el Caribe.
RIESGO (R) |
Lima (PE) |
Cusco (PE) |
Guadalajara (MX) |
Guanajuato (MX) |
Camaguëy (CU) |
Portobelo (PA) |
Ouro Preto (BR) |
POTENCIAL DE PRESERVACIÓN (Pp) |
---|---|---|---|---|---|---|---|---|
Turismo | (2) | (1) | (2) | (1) | (2) | (2) | (-2) | Espacio público |
Comercio | (-2) | (-1) | (-1) | (-1) | (2) | (-2) | (-1) | Uso residencial |
Estigma espacial | (2) | (1) | (2) | (1) | (2) | (-2) | (1) | Acceso, movilización e movilidad |
Tugurización | (0) | (1) | (2) | (-2) | (1) | (2) | (1) | Fiestas populares localizadas |
Catástrofes, desastres, accidentes | (0) | (1) | (2) | (-1) | (0) | (-2) | (-2) | Conexión con elpatrimonio-territorial |
Desarrollo de infraestructura | (-2) | (-1) | (1) | (-1) | (2) | (-2) | (1) | Sensibilización patrimonial (educación y cultura) |
Problemas de propiedad (afectivos, jurídicos, gestión) | (-1) | (1) | (1) | (-2) | (2) | (0) | (2) | Estudios científicos crítico-propositivos |
LEYENDA | ||||||||
(-2) (-1) (0) (1) (2) [Pp activo o en riesgo]* |
||||||||
No evidente** (R) |
Evidente e incipiente (R) |
Evidente y progresivo (R) |
Evidentemente elevado (R) |
Grado de activación (Pp) |
* Esta gradación, que va de (-2) (riesgo efectivo al potencial de preservación) a (2) (potencial de preservación claramente activo), se entiende en la experiencia de campo. El valor (-2) sugiere un mayor riesgo para el potencial de preservación identificado por negligencia clara. El valor (-1) refiere a un riesgo relativo. En los valores (1) y (2) se señala, respectivamente, activación parcial y total del potencial de preservación. Por último, el valor (0) revela que no se identificó durante el trabajo de campo realizado (por no existir, por no tener relación con la tipología de patrimonio o por no ser encontrado durante la verificación).
** La evidencia se refiere a la forma de percepción, verificación, identificación (o no) y análisis en la búsqueda de campo.
Fuente: Elaboración propia a partir del levantamiento y síntesis de investigación de campo (Perú, México, Cuba, Panamá y Brasil).
Metodológicamente, el enfoque de cada sitio patrimonial se dio por los siguientes procedimientos: 1) observación empírica asistemática;18 2) entrevistas semiestructuradas;19 3) entrevistas narrativas;20 y 4) elaboración del cuadro-síntesis de R y Pp en América Latina y el Caribe con los datos de los procedimientos anteriores.21
La lectura del cuadro-síntesis muestra que la condición de R siempre está acompañada de Pp más o menos activados, por lo que es posible que diferentes políticas espaciales mitiguen R por la activación de Pp.22 Fue verificado que:23
1) Por un lado, el turismo configura un R elevado en Cusco debido a prácticas masificadas y banalizadoras del territorio y de las tradiciones (Figura 1), además de favorecer intervenciones urbanas y de modelo globalizado inductor de gentrificación puntual, sobre todo con capital internacional. En ese sitio se agrava el R turístico por la proyección internacional y atractivo de Machu Picchu, pues para llegar a él obligatoriamente se debe pasar por Cusco. El turismo como R ya es una evidencia progresiva en Guanajuato y Ouro Preto, debido a usos masivos, abusivos e irregulares del territorio y los bienes, lo que ocurre, por ejemplo, en el contexto de festivales como Las Tunas y la proliferación de “antros” en Guanajuato, y del carnaval en Ouro Preto. Por otro lado, el análisis ayuda a negar el radicalismo de científicos que descalifican el potencial del turismo en favor de la preservación. En la cubana Camagüey el fenómeno turístico comienza a generar transformaciones en el uso de suelo urbano, sin pervertir el sentido memorial de sus bienes; la resistencia está en la apropiación popular del centro. Al no ser la actividad dinamizadora de la economía urbana, esa práctica no se evidencia como R en Lima, Guadalajara y Portobelo, pero podría ser una fuente de divisas, especialmente para el sitio panameño, que se encuentra en un serio proceso de deterioro, lo que lo llevó a la Lista de Patrimonio Mundial en Peligro de la Unesco, en 2012. El desafío utópico está en la operación y generalización del turismo como Pp (el caso de Camagüey) y no como R (el caso de Cusco), lo cual demanda la adopción de políticas puntuales en cuanto al uso y apropiación colectiva del territorio. Para ello, es necesario rescatar, en cada individuo, la libertad interior que lleva a cabo el sujeto como proyecto o la propia libertad (Sartre, 2002), tener el patrimonio como potenciador y posibilidad de otra vida.
2) En Lima, el comercio local-regional violenta la forma y el contenido de los bienes patrimoniales, pues es realizado por usos y apropiación desregulada del territorio y los bienes inmuebles, así como exceso de carga y desviación del sentido memorial patrimonial, además de utilizar materiales incompatibles con la estructura original y estilo arquitectónico. También ha establecido un comercio mayorista y minorista que se intensifica desde la Plaza de Armas hasta los bordes del sitio declarado. Ese comercio deriva en la destrucción de bienes culturales para la construcción de nuevos edificios y estacionamientos o “playas” (Figura 2). El comercio muestra una evidencia progresiva de R para Cusco (turístico), Guanajuato (turístico y local) y Ouro Preto (turístico y local). Al sustituir viviendas, el comercio local, como en Guadalajara, comienza a desvirtuar material y simbólicamente el centro tradicional.24 En Camagüey, el comercio turístico inicia la apropiación del centro tradicional y demanda cuidados especiales en la gestión de este territorio que aún es popular.25 Si es imposible imaginar una ciudadanía concreta que prescinda del componente territorial (Santos 2007), las conexiones territoriales afectivas llevan a la concientización de la apropiación y usos del patrimonio como fuente de ciudadanía para mitigar daños y mantener la vida. El método demanda comprender las contradicciones de la totalización de la ciudad y las variables de la naturaleza del fenómeno urbano (Scarlato y Costa, 2017).
3) El caso de Lima es emblemático de un estigma espacial que, de elevado R, se convierte en progresivo por el imaginario producido desde ideas preconcebidas, que repele y aleja del área patrimonial vista como violenta, popular (de manera peyorativa) o de precariedades imaginadas por la población. En los últimos años, la actuación pública-privada en puntos estratégicos del centro tradicional ha favorecido un cambio de ese imaginario. De los sitios patrimoniales analizados, el estigma espacial ocurre solamente en Lima.
El comercio informal, sin proyecto, es el principal daño del patrimonio, seguido de conflicto de usos; debería haber más viviendas en el centro; en Barrio Alto ha habido un proyecto para viviendas, pero no funcionó debido a la violencia y el estigma preconcebido con dicha área. (Entrevista concedida por un funcionario del Ministerio de Cultura de Perú, en noviembre de 2016)
Paradójicamente, el centro de Lima como espacio estigmatizado evoluciona a un territorio de excepción, pues se cuestiona su situación de locus formal e informal de memoria y cultura individuales y colectivas. El estigma espacial disminuye la capacidad de identificación colectiva, de interacción y de acción popular en defensa de la vida situada (Husseini y Costa, 2017).
4) La tugurización tiene relación con la forma de turismo, comercio y vivienda establecida en el sitio. Ocurre cuando varias unidades de vivienda (y/o comercios) se concentran en un único inmueble, lo cual genera deficiencia en la atención de servicios básicos y pone en peligro la manutención del bien y la calidad de vida y del uso (derivado también del exceso de viviendas para estudiantes en centros históricos de ciudades universitarias, como Ouro Preto y Guanajuato). La tugurización por comercio y vivienda es destructora en Lima y se vuelve progresiva en Cusco, Guanajuato y Camagüey, con variaciones en el grado de deterioro (Figura 3).
El comercio y la tugurización están insertas en un cuadro en el cual el 82% de los inmuebles del centro de Camagüey son de uso habitacional, por lo que no se aconseja retirar a las personas de sus casas, pues generaría conflictos y degradaría aún más los bienes; los bienes son divididos frecuentemente; el Estado autoriza la disponibilidad de inmuebles para familias necesitadas por medio de un plan nacional, lo que ocurre también en La Habana […] las personas quieren vivir en el centro histórico, les gusta el lugar; lo que debe ser revisado es el hecho de que el crecimiento del núcleo familiar destruye edificios en la ciudad. (Entrevista concedida por un académico de la Universidad de Camagüey, abril de 2017.)
La tugurización tanto comercial como residencial son los dos R más graves para el patrimonio latinoamericano y caribeño, pues destruyen material y simbólicamente los edificios y los sitios en conjunto.
5) Catástrofes, desastres y accidentes engloban eventos geofísicos y climatológicos trágicos derivados de la mezcla de naturaleza, políticas territoriales y prácticas populares (incluye accidentes de tráfico, incendios y ocupación desordenada agravados por aquellos fenómenos provenientes del movimiento de la Tierra, que inciden en el clima y el relieve). La Tabla 7 señaló los eventos trágicos por cada país analizado. En especial, Ouro Preto y Camagüey han enfrentado severos desastres climatológicos, con mayor incidencia en verano. Las intensas lluvias de enero ocasionan deslizamientos que conducen a muertes y pérdida de bienes patrimoniales en Ouro Preto, debido a la densa ocupación popular de sus muchas laderas; Camagüey sufre inundaciones frecuentes por el río Hatibonico y huracanes tropicales, como Flora (1963), Ike (2008) e Irma (2017), con muertos y daños en el centro histórico.
La naturaleza genera riesgos para los bienes patrimoniales, pues los ríos Tinima y Hatibonico se desbordan en la periferia y el centro, cada verano. También hay incendios en locales comerciales que almacenan materiales inflamables. En Camagüey no hay una política seria de reducción de impactos a los bienes por esos riesgos; las personas viven en donde los ríos pasan y son impactados por las lluvias y las crecidas. (Entrevista concedida por un académico de la Universidad de Camagüey, abril de 2017).
Lima y Cusco también enfrentan daños materiales y muertos por sismos a lo largo de los años: Lima registra desastres que afectaron profundamente la ciudad Antigua en 1586, 1687 y 1746; en Cusco el agravante son las serias lluvias torrenciales e inundaciones que suceden tras largos periodos de estiaje. En la Zona Metropolitana de Guadalajara y en Guanajuato hay registros de graves inundaciones y microsismos debidos a las fallas geológicas que bordean el Pacífico. Guanajuato ha pasado por 15 inundaciones trágicas hasta el siglo XIX y cuatro en los siglos XX y XXI (1902, 1905, 1911 y 2007). Todos los sitios analizados presentan pérdidas de bienes y vidas por incendios (ya sea por problemas de administración o crímenes). Para Ríos (2010: 41),
la transformación técnica destinadas a fines urbanos está asentada (más aún a partir del avance del modo de producción capitalista) sobre relaciones socioeconómicas y políticas claramente asimétricas, que terminan, a menudo, reproduciendo desigualdades espaciales, las que también se expresan en términos de riesgo de desastre.
6) Existe una superposición de las variables de R relacionadas con el desarrollo e infraestructura y problemas de propiedad para todos los sitios analizados. El primer término se refiere a la implantación de equipamiento de renovación urbana (vías, puentes, viaductos, electrificación, comunicación, circulación, etc.), desfase entre modernización tecnológica y demandas patrimoniales y sociales del presente que producen un fachadismo en detrimento de la manutención integral del bien y del conjunto urbano y usos desproporcionados. El segundo se relaciona con el abandono del inmueble por parte de los propietarios, desconocimiento de derechos y deberes de uso y apropiación de la tierra, inoperancia de la legislación sobre propiedad y preservación patrimonial, difusión deficiente de los sentidos históricos, memoriales y culturales del patrimonio declarado (y del no declarado). Portobelo, Lima y Cusco congregan, paradójicamente, dos dimensiones de abandono: una causada por la ideología del desarrollo nacional panameño, que le da poca importancia al valor histórico y al potencial de generación de renta de las fortificaciones del Caribe, cuando la dimensión patrimonial y de la economía nacional se concentra en la Ciudad de Panamá (el Casco Antiguo y Panamá Viejo);26 la otra se refiere al abandono de las casonas y la apropiación popular irregular de los inmuebles en franco proceso de deterioro (en Lima) o el apoderamiento destructivo por parte del turismo (en Cusco). Guadalajara incorpora la marca del crecimiento económico e inversiones en infraestructura en el área declarada, por un lado, la construcción de la Línea 3 del Metro (Figura 4), que cruza el centro histórico, generó daños para más de 300 inmuebles; por otro lado, su infraestructura utilizó tecnologías favorables para la preservación, como es el caso de estacionamientos públicos subterráneos en el Centro Histórico (una estrategia de mitigación originada en la década de 1980). Las demandas de movilidad urbana generan R y Pp. La estrategia tomada en Lima, Cusco y Guanajuato (sustituir casonas por playas) representa un riesgo, mientras que en Guadalajara se estimulan Pp. El desarrollo, la infraestructura y la propiedad constituyen una tríada generadora de R, pero pueden favorecer Pp en América Latina y el Caribe al depender de las intenciones generadas en y por el territorio. Si la razón, en su sentido de logos o ratio fue siempre referida al sujeto, a su facultad de pensar (Horkheimer, 2015), las ideas y prácticas del desarrollo se pueden configurar para mitigar R.
7) Enaltecer el espacio público activado como Pp significa entender la realización de la vida social cotidiana en el sitio patrimonial y el entorno; plazas, calles, atrios (apropiados, usados como Pp), etc., son fundamentales para operar la conexión territorial afectiva de los bienes por la población local y/o turistas. A diferencia de lo que ocurre en buena parte de las ciudades brasileñas, en las que el espacio público es oprimido por el Estado y mal apropiado por la población (como en el caso de Ouro Preto), en el resto de América Latina y el Caribe son considerables los sitios patrimoniales en los que el espacio público está consagrado a resistencias políticas, económicas y culturales (Figura 5). Muchos centros históricos son lugares alcanzables incluso para la población de baja renta, especialmente las plazas-palco de debate político, expresión artística y sobrevivencia económica, con contradicciones implícitas en cada caso (lo que fue verificado en Lima, Cusco, Guanajuato, Guadalajara y Camagüey). La conexión espacio público-patrimonio urbano puede favorecer la mitigación de R, cuando el comercio y el turismo fueron desarrollados dentro de una ideología que aprehende el territorio en una constitución objetiva y subjetiva de la vida colectiva urbana y no como recurso de clase. Activar el espacio público como Pp, además de mitigar R para el patrimonio, significa hacer cultura y política por la apropiación incondicional de la ciudad. Además, la interacción espacio público activado, patrimonio y monumentos potencializa el imaginario y la práctica de la movilización social y el derecho a la ciudad por la apropiación efectiva del espacio.
8) Al contrario de la tugurización, el uso residencial representa Pp cuando favorece la apropiación duradera y los vínculos de vivencias en el sitio patrimonial y el entorno inmediato. Con excepción de Camagüey, en donde la política de propiedad de los inmuebles restringe la privatización y lleva a la población a ocupar como viviendas inmuebles propiedad del Estado (de hecho es colectiva), todos los sitios de los países analizados ven ese Pp (uso residencial) en R por motivos como tugurización, exploración masiva turística y comercial, estigma espacial y deterioro de los inmuebles, con las especificidades derivadas de cada política habitacional local. El uso residencial regular en sitios patrimoniales favorece la permanencia de generaciones y tradiciones materiales e inmateriales que, no obstante, contribuyen a la mitigación de R. Más que residir, las generaciones sucesivas que habitan el patrimonio reconocen su historia y memoria desde una conciencia espacial afectiva fortalecida por tradiciones locales. América Latina y el Caribe poseen centenas de casos de sitios preservados por acciones populares conscientes y vinculantes con cultura, memoria, religiosidad y economía en las cuales creencias, ritos y formación individual y grupal, como necesidades tradicionales, favorecen la permanencia de familias (por generaciones) en aglomeraciones tradicionales. Es el caso de São João del-Rei, en Minas Gerais, Brasil, y de Anta Antigua, en Cusco, Perú.
9) Acceso, movilidad y movilización son una tríada que, al activarse, representa un significativo Pp por aportar facilidad de tránsito, promoción y apropiación del patrimonio declarado (y no declarado); involucra la lucha popular por la proximidad material y simbólica a sitios exclusivos, aislados o en conjunto. El análisis realizado en los siete bienes contradice aquellos artículos que tratan la patrimonialización desde una crítica radical. Con excepción de Portobelo, por la desconsideración del Estado al potencial generador de renta y afectos locales por el acervo (Figura 6), los demás sitios están más integrados en la vida política, económica y cultural de la población, son accesibles e incorporan, variablemente, grados de movilidad y de movilización popular por la existencia de determinados grupos sociales y sus intereses. Existe una relación directa entre acceso, movilidad y movilización con la constitución de espacios públicos en América Latina y el Caribe, continente expresivo de un compromiso político popular por el espacio, lo que se expresa en las muchas luchas nacionales por los derechos de los pueblos. México y Perú son los países de mayor importancia en la activación de espacios públicos como Pp por su poder de movilización y solidaridad. Debido a las desigualdades territoriales es necesario un ente como el Estado (en su ejercicio político de cuidar de todos) para garantizar acceso y movilidad de calidad. En ausencia del Estado, se hacen movilizaciones por vías solidarias, las cuales propician conexiones territoriales afectivas para el patrimonio y la vida.
10) Las fiestas populares tradicionales locales (sagradas o profanas), con calendario establecido y que contribuyan con saberes y logren enaltecer la cultura histórica del lugar, ya sea a nivel de la cultura popular regional o del país, constituyen en América Latina y el Caribe Pp relevante. La fiesta del Cristo Negro de Portobelo, en Panamá, y la Fiesta de la Virgen de la Inmaculada Concepción de Zapopan, en Guadalajara, estimulan las mayores peregrinaciones nacionales favorables para la mitigación de R a través de conexiones estratégicas afectivas con el territorio. En el mismo sentido, constituyen Pp las festividades religiosas de Ouro Preto en los cerros del entorno del Centro Histórico: São João, Piedade, Santana y Taquaral. Sin embargo, a pesar del Pp de las festividades, solamente la de Zapopan está conectada con sectores patrimoniales declarados, o sea, el Pp ya está activo en ese caso. En Portobelo es urgente la conexión de esa importante festividad con el patrimonio declarado. La emergencia del espacio público, accesos, movilidades y movilizaciones favorece la continuidad de las fiestas populares mitigadoras de R, por fomentar solidaridad espacial. La cultura popular, expresada como patrimonio-territorial, exige la descolonización del pensamiento y de las prácticas eurocentradas del patrimonio en América Latina y el Caribe. Acciones de valoración endógena, conectiva y afectiva de las tradiciones pueden contribuir para mitigar R y aún más: disminuir los prejuicios de la lógica en la cual “cada hombre vale por el lugar en donde está: su valor como productor, consumidor y ciudadano depende de su localización en el territorio” (Santos, 2007: 107).
11) Conexión con el patrimonio-territorial significa diálogo permanente o intermitente de saberes, prácticas culturales y bienes de distritos o de barrios periféricos con el centro urbano principal o el patrimonio declarado. Es la propia conexión territorial afectiva mediada por el patrimonio-territorial; valoración mutua que descoloniza el territorio, pues tanto la universalización como la singularización de bienes declarados dependen de esa conexión que revela culturalmente territorios de excepción y viceversa. El patrimonio-territorial en conexión fortalece la resistencia negra, indígena y de géneros en América Latina y el Caribe; revela el tránsito de los sujetos entre los lugares de cultura y por la cultura en general. Son incluidos en esa categoría mercados populares (Figura 7), minas, distritos antiguos de municipios, capillas y fiestas de barrios o rurales, antiguas fábricas, estaciones ferroviarias, expresiones de cultura popular, etc. A excepción de Ouro Preto, los demás sitios poseen algún mercado popular en las áreas preservadas, por lo que pueden desarrollar estrategias patrimoniales configuradoras de conexiones territoriales afectivas propicias al vínculo Patrimonio Mundial y patrimonio-territorial. Los mercados urbanos en el continente estructuran la vida y las relaciones populares aún vivas en territorios tradicionales. En el mercado, lo sagrado convive con el espacio de comercio popular y turístico, representa resistencia a la voracidad del comercio urbano moderno realizado por los shoppings y nuevos centros comerciales. El campo se hace presente por los productos, el arte, la cultura y los flujos populares diarios (campo-ciudad-periferia-periurbano). Esas espacialidades urbanas resistentes posibilitan la permanencia de saberes culturales productivos rurales en la urbe, por hombres y, especialmente, por mujeres ancianas.27 No hay una escala de ciudad o dinámica citadina que obstruya la importancia de los mercados urbanos como mitigadores de R. Los mercados (como Pp) amortiguan el impacto del comercio, especialmente cuando ya provocó una tugurización parcial del acervo patrimonial, además de posibilitar el intercambio cultural urbano-rural, si se establecen circuitos de visita de los mercados hacia los bienes declarados. Ejemplo de gran potencial para una conexión territorial afectiva está en el mercado San Juan de Dios (de los mayores en Latinoamérica), que podría vincularse con el Hospicio Cabañas (bien cultural de la humanidad) en la ciudad de Guadalajara.
12) La sensibilización patrimonial se refiere al establecimiento de políticas espaciales educativas vinculadas con las memorias del lugar y el tratamiento claro del patrimonio como valor colectivo desde escuelas, organismos de preservación, universidades o instituciones administrativas, de gestión u organizaciones civiles. Camagüey, Guadalajara y Ouro Preto son, entre los sitios investigados, los que reflejan en las prácticas urbanas educativas y culturales algunas estrategias para esa sensibilización, es el caso de La Ronda (se colocaron 500 placas personalizadas distribuidas entre monumentos como señalización interpretativa en Guadalajara). En la ciudad cubana, los arquitectos de la Universidad de Camagüey tienen un papel estructural en la sensibilización patrimonial por la educación y la cultura, que se refleja en la manutención material del sitio. En el caso brasileño, la Universidad Federal de Ouro Preto, fundaciones y organismos de preservación suman esfuerzos por la sensibilización patrimonial (por ejemplo, el Proyecto Sentidos Urbanos).28 La sensibilización patrimonial desde la educación y la cultura puede llevar a conexiones territoriales afectivas a través de una conciencia activada por medio del espacio pensado-actuado y de la producción intelectual crítica que denuncie R y enaltezca Pp.
Cabe cuestionar las definiciones y prácticas eurocentradas sobre el patrimonio, cuando organismos oficiales latinos y caribeños no aseguran, de manera comprobada, la preservación integral por problemas de gestión y de recursos, lo más grave es que no comprenden el sentido totalizante del territorio. Como la diversidad cultural no es restrictiva (pero sí segmentada por el Estado y órganos de preservación y sus narrativas), deben emerger estrategias que incluyan en la gestión de riesgos la fuerza de las ideas: ciudadanía efectiva, conexión territorial afectiva, participación popular y democracia patrimonial por el saneamiento de la vida urbana total.
Los riesgos para el patrimonio y la vida derivan de la vulnerabilidad global catalizada por varios equívocos: 1) énfasis en el contenido político-económico del territorio; 2) racionalidad ideológica del desarrollo en América Latina y el Caribe, que tiene en la colonialidad su fuerza motriz; 3) mal entendimiento de la categoría filosófica totalidad, operada en el sesgo de un empirismo restrictivo (en las ciudades y el campo); y 4) incorporación acrítica del concepto universalidad, mal entendido por gestores y académicos cuando se integra a los discursos patrimoniales hegemónicos favorables a una patrimonialización desconectada de la realidad territorial continental.
La praxis patrimonial situada o propiamente latina se opera en conexiones territoriales afectivas. En algún grado, eso puede mitigar daños a los bienes y a la vida si el direccionamiento de las acciones de gestión de riesgos alcanzara a los sujetos más vulnerables al converger la tríada patrimonio de la humanidad, patrimonio-territorial y territorios de excepción. El sentido de las políticas espaciales debe amenizar la dimensión capitalista de los bienes para trascender la solidaridad y la cultura latentes de territorios de los subalternizados detentores y activadores del potencial de preservación.
Se puede romper, a través del patrimonio-territorial y de los territorios de excepción, con una especie de determinismo geocultural por el cual se justifica o atribuye a Europa cualquier dimensión de desarrollo en América Latina, África y Asia.
CONSIDERACIONES FINALES
La comprobación de una teoría ocurre cuando se verifica si ofrece soluciones satisfactorias a problemas importantes.29 Esta investigación es la “prueba de fuego” del debate teórico relativo a utopismos patrimoniales en América Latina, que se centra en los conceptos patrimonio-territorial y territorio de excepción.30 Al considerar los principales riesgos, la inevitabilidad de pérdidas y la existencia de potenciales de preservación en el continente, a partir de los casos investigados, se aprecia que las políticas de gestión de riesgos tienen en la praxis patrimonial situada la capacidad de desarrollar una racionalidad menos instrumental y funcional y más humana.
El turismo (en el aspecto teórico y práctico) puede figurar como alternativa al desarrollo social y no sólo como una amenaza. La experiencia empírica en el continente denota variación de la situación turística para cada sitio, correlacionada con el contenido de los usos del territorio: residencias formales o tugurización, comercio local o turístico y política espacial de apropiación colectiva o privada de los bienes. La generalización de la crítica abstracta al turismo no es pertinente, conduce a la pérdida de potenciales locales, opaca la fuerza popular por el patrimonio-territorial; la crítica potente se deriva de análisis concretos. Optar por la práctica turística inclusiva de los sectores populares, conectados material y afectivamente con el territorio, llevará a la minimización de daños relativos a los usos de acervos así como del estigma espacial.31
Por un lado, la ideología política del desarrollo latino es catalizadora de catástrofes, por otro, la tríada acceso, movilidad y movilización es un potencial real de preservación dada la fuerza solidaria popular que exige políticas espaciales favorecedoras de conexiones territoriales materiales y afectivas. Sujetos en territorios de excepción activan el espacio público desde su lugar. En un terreiro de candomblé, en Brasil, un individuo aprende la lengua y la religión africanas oprimidas en el proceso colonizador. En la periferia de Buenos Aires un coleccionista de radios hizo un museo en su casa para presentar al público la relación entre historia de la técnica y eventos trágicos como el nazismo. En un cementerio de la periferia de Lima adolescentes producen instrumentos musicales para, a través del arte local, recibir a los visitantes, lo que está asociado con el contenido simbólico del culto a la muerte en el país.
La mitigación de daños producidos a partir de tragedias se da, antes que nada, por el reconocimiento político periférico de la política generadora de vulnerabilidades. El proceso de resistencia debe ser enfrentado como pedagógico; las acciones de resistencia, educativas. Confrontar problemas estructurales que conllevan trabajo infantil, discriminación de ancianos y criminalización de la pobreza en sitios patrimoniales demanda acción conjunta con los violentados. No hay defensa de selvas sin los pueblos de la selva; no hay preservación patrimonial sin la gente del lugar. Ningún conocimiento crea resistencia por sí mismo, pero la potencializa; el saber está inscrito en el hacer. La realidad espacial no puede ser negada, pero sí puede integrar una cartografía social transgresora. En el conducto de esa inversión de valores relativos y favorables a los territorios de excepción, que coloca en situación a los sujetos y al patrimonio-territorial, está la mitigación de los daños materiales y subjetivos de la vida de los lugares y la apertura para otra patrimonialización global, integradora y universal desde América Latina y el Caribe.