Introducción
En los cuerpos de agua dulce, el zooplancton es mucho menos diverso que en los océanos, aunque algunos grupos pueden alcanzar altas densidades. Los grupos que más contribuyen a la biomasa en estos ecosistemas son cladóceros, copépodos y rotíferos, aunque pueden encontrarse también otros grupos, como los protozoos (Elías-Gutiérrez, 2014; Velázquez et al., 2021).
El zooplancton es un componente importante de los ecosistemas acuáticos, ya que representa el vínculo, desde el punto de vista trófico, entre los productores primarios y la producción de peces planctónicos. Además de ser un elemento en la cadena de reciclaje de nutrientes en las masas de agua, es un componente importante como fuente de proteínas tanto para las larvas como para los adultos de muchas especies acuícolas cultivadas en los dos tipos principales de sistemas de producción: semi-intensivo e intensivo (Chhaba & Dabhade, 2021; Ismiño et al., 2020; Quiroz & Díaz, 2010). Como alimento vivo, desempeña un papel crucial en la nutrición de las primeras etapas de la vida de muchas especies de peces, en particular para la primera alimentación exógena. Pero también desempeña un papel importante como alimento natural para juveniles, adultos y peces de tamaño comercializable (Anton-Pardo & Adámek, 2015; Nunn et al., 2012; Sarma & Nandini, 2017).
El zooplancton presenta un ciclo de vida corto, una alta tasa de fertilidad y la capacidad de vivir en altas densidades, características que facilitan su cultivo; su lento movimiento y coloración facilitan la captura por parte de las postlarvas. Entre los grupos de zooplancton más utilizados como alimento para las postlarvas están la artemia, los rotíferos, los cladóceros y los copépodos. La importancia de utilizar artemia se basa en la practicidad del almacenamiento y el manejo de sus cistos. Debido a su tamaño en el estadio de nauplio, es un alimento práctico para muchas larvas de peces y crustáceos en la larvicultura comercial, ya que son una dieta de buena calidad (Chuan et al., 2003; Luna-Figueroa et al., 2018; Prieto & Atencio, 2008; Sarma & Nandini, 2017). El zooplancton es rico en proteínas, aminoácidos, lípidos minerales esenciales y enzimas, que son necesarios para que las larvas de peces mejoren su crecimiento y supervivencia efectiva (Prieto & Atencio, 2008; Santana et al., 2021).
Los cladóceros son considerados representantes del zooplancton dulceacuícola, pues ocupan un lugar clave en la red trófica, con altas tasas de reproducción y fácil cultivo (Ismiño, et al., 2020; Pérez-Legaspi et al., 2017). El grupo cuenta con al menos 110 especies registradas hasta ahora en el país (Elías-Gutiérrez et al., 1999; Elías-Gutiérrez et al., 2008).
En la acuicultura, uno de los factores limitantes es que las especies de peces de importancia comercial en cultivo no tienen un alimento que les aporte los requerimientos nutricionales mínimos que les permitan crecer en óptimas condiciones (Ismiño et al., 2020; Luna-Figueroa et al., 2010; Luna-Figueroa et al., 2018; Sarma & Nandini, 2017). En este sentido, los cladóceros son organismos del zooplancton de gran utilidad para la acuicultura, ya que representan un aporte nutritivo, diversifican el alimento, son presa fácil para larvas de peces y crustáceos, y representan un importante renglón en la cadena trófica de muchos cuerpos de agua (Chhaba & Dabhade, 2021; Luna-Figueroa et al., 2018; Otero et al., 2013). Los cladóceros son aceptados por diferentes especies de peces de agua dulce, por lo que es necesario conocer las diferentes alternativas de producción de alimento vivo a gran escala, ya que es difícil sustituir el alimento natural, pues las dietas artificiales generalmente provocan altas mortalidades por deficiencias nutricionales cuando no están balanceadas (Luna-Figueroa et al, 2018; Sarma & Nandini, 2017).
En general, ha sido reportada la preferencia por el consumo de zooplancton de mayor tamaño (cladóceros y copépodos) y consumo insignificante de rotíferos y protozoarios en la mayoría de las especies neotropicales de peces, en las que fue evaluado el régimen alimentario en la fase de alevinaje (Chhaba & Dabhade, 2021; Luna-Figueroa et al., 2018; Prieto et al., 2006). Son organismos ampliamente distribuidos en lagos, reservorios artificiales, bordos temporales y permanentes, muy abundantes en ambientes con alta concentración de materia orgánica, debido a que tienen huevos efipios que les proporcionan gran resistencia a las condiciones ambientales adversas a su ciclo de vida (Gómez-Márquez et al., 2013; Peña et al., 2014).
Los géneros Daphnia, Moina y Diaphanosoma se han seleccionado como los cladóceros más importantes en la acuicultura por su fácil cultivo y aporte nutricional (Chhaba & Dabhade, 2021; Ramírez-Merlano et al., 2013; Torrentera & Tacon,1989). Con base en lo anterior, los cladóceros pueden ser aprovechados como alimento natural de peces o crustáceos en cultivo; por ende, este trabajo tiene como objetivo identificar las especies de cladóceros presentes en los ambientes acuáticos temporales y permanentes del estado de Morelos y su posible uso como alimento vivo para acuicultura.
Área de estudio
El estado de Morelos se ubica en el centro de México (18º 45’ 59.28’’ N; 99º 02’ 59.22’’ O). Limita al norte con la Ciudad de México y el Estado de México, al sur con los estados de Puebla y Guerrero, al este con Puebla, y al oeste con el Estado de México y Guerrero. Tiene un gradiente altitudinal y climático en dirección norte-sur que favorece una amplia riqueza de hábitats y especies en ambientes acuáticos diversos. En la porción norte existe una zona montañosa entre los 3000 m. s. n. m. y 4000 m. s. n. m., con clima de semifrío a templado, y es en esta región donde se localizan los lagos del Parque Nacional Lagunas de Zempoala, de origen volcánico/glaciar que mantienen una fauna y flora endémica; es una cuenca endorreica con drenaje torrencial durante la temporada de lluvias (Aguilar, 2003; Bonilla, 1992; Godínez-Ortega et al., 2017; Instituto Nacional de Estadística y Geografía [INEGI], 2014).
Enseguida se presenta la región del valle intermontañoso como la región suroriental de la entidad, donde se registran altitudes entre 1000 m. s. n. m. y 2000 m. s. n. m., con climas semicálidos -los más cálidos de los templados con temperatura media anual mayor a 18 °C-, caracterizando al 60% de la extensión territorial, espacio en el cual ubicamos la mayor cantidad de embalses (Bonilla, 1992; INEGI, 2014; Peña et al., 2014). Finalmente, la región montañosa del sur se ubica en la porción sureste de la entidad a 1000 m. s. n. m., con clima cálido, temperatura media anual entre los 22 °C y los 26 °C, en localidades como Puente de Ixtla, Tetecala, El Higuerón, Xicatlacotla, Cuautlita, Huajintlán y Tlaquiltenango (Figura 1). El estado de Morelos forma parte de la región hidrológica R-18 “Río Balsas”, y lo recorren tres cuencas hidrológicas: Atoyac, Balsas-Mezcala y río Grande de Amacuzac (Aguilar, 2003; INEGI, 2014).
Materiales y métodos
Se llevaron recolectas de zooplancton de 130 embalses realizadas de febrero del 2000 a diciembre del 2010, que en suma representan casi el total de los cuerpos de agua entre permanentes y temporales, incluidos los lagos, presas, bordos, microreservorios, jagüeyes -embalses que captan agua de lluvias y que funcionan como sistemas comunicantes de acumulación de este vital líquido y son una técnica autóctona, cuyo nombre en náhuatl data de 1561 (Guzmán, 2017)-, charcas y estanques, según Quiroz & Díaz (2010).
Se realizaron un promedio de seis a 10 recolectas por cada sistema durante diferentes periodos de estiaje y lluvias, estaciones y épocas anuales. En cada visita a los embalses se tomaron muestras de agua para determinar algunos parámetros físicoquímicos in situ y otras más para ser analizadas en el laboratorio. La recolecta del zooplancton se llevó a cabo en las temporadas de lluvias y secas. El muestreo se realizó en la zona litoral y la zona cercana a la compuerta o zona más profunda, realizando de uno a tres arrastres superficiales dependiendo de la superficie de cada cuerpo de agua, empleando una red cónica con abertura de malla de 50 µm. Las muestras de zooplancton se preservaron en frascos de 250 ml con formol al 4% y se etiquetaron para su control. En cada uno de los cuerpos de agua se registraron factores físicos y químicos como oxígeno disuelto (mg/L), conductividad (mS/cm), temperatura del agua y aire (°C) y pH (unidades), con el empleo de una sonda multiparamétrica Quanta.
Para el reconocimiento de los organismos de los grupos cladócera, se utilizaron las claves especializadas de Dodson & Silva-Briano (1996), Elías-Gutiérrez et al. (2008), Pennak (1978) y Thorp & Covich (2001). La abundancia relativa y absoluta de los cladóceros se obtuvo utilizando un mililitro de muestra en una cámara Sedgwick-Rafter, analizando tres alícuotas por muestra por cada recolecta obtenida por embalse; los valores obtenidos fueron registrados como org/m3 (Wetzel & Likens, 2000). Se analizó riqueza específica, la cual representa el número total de especies en una comunidad (Moreno, 2001).
Para analizar la relación entre las variables físicoquímicas y el componente biótico, se realizó un análisis de componentes principales (ACP), el cual se basa en reducir la dimensionalidad de las variables con el fin de simplificar el total de parámetros obtenidos durante el estudio y así determinar el comportamiento de los sistemas con base en los parámetros más relevantes (Chen et al., 2018; Dallas, 2000), procesamiento que se llevó a cabo con el paquete estadístico XLSTAT versión 2020.
Resultados
El estado de Morelos cuenta con 36 municipios, pero únicamente 25 presentan embalses, en donde se registraron 138 sistemas acuáticos (Figura 2), entre los 920 m. s. n. m. y 2900 m. s. n. m., en donde se ubican el lago Tequesquitengo y el Lago Compila, respectivamente.
Del total de sistemas acuáticos registrados, 89 son de carácter permanente y 49 temporales. El municipio que más embalses presentó fue Tepalcingo, con 15; seguido de los municipios de Coatlán del Río, Jantetelco y Tetecala, con 13 cada uno; Ayala y Tlaquiltenango con 10 cada uno; mientras que los municipios de Cuernavaca, Jojutla, Ocuituco, Tepoztlán y Tetela del Volcán solo tienen un embalse (Figura 3). Los municipios con mayor cantidad de embalses permanentes registrados fueron Tepalcingo (nueve), Tlaquiltenango (nueve) y Ayala (ocho), mientras que Tepoztlán no tiene ningún embalse permanente. Los municipios que tienen gran cantidad de embalses temporales son Tetecala, Coatlán del Río y Jantetelco, con ocho, siete y seis, respectivamente.
En el reconocimiento de las especies de cladóceros en los embalses se identificaron 33 especies, comprendidas en ocho familias (Bosminidae, Chydoridae, Daphnidae, Ilyocryptidae, Macrothricidae, Polyphemidae, Sididae y Moinidae) y 14 géneros. Se observó que la familia Chydoridae fue la más representada con cinco géneros y 10 especies (Tabla 1), seguida de la familia Daphniidae con ocho especies y las familias Bosminidae, Ilyocriptidae y Macrothricidae con una especie cada una.
Clase | Suborden | Familia | Género | Especie |
Branchiopoda | Cladocera | Bosminidae | Bosmina | B. longirostris (Müller, 1776) |
Chydoridae | Alona | Alona guttata (Sars, 1862) | ||
A. affinis (Leydig, 1860) | ||||
A. diaphana (King, 1853) | ||||
Alonella | Alonella sp. (Sars, 1862) | |||
Camptocercus | Camptocercus sp. (Bair, 1843) | |||
C. dadayi (Stingelin, 1913) | ||||
Chydorus | Chydorus reticulatus | |||
C. eurynotus (Sars, 1901) | ||||
Leydigia | Leydigia leydigi (dchoedler,1862) | |||
L. estriata (Birabén, 1939) | ||||
Daphniidae | Ceriodaphnia | Ceriodaphnia dubia (Richard, 1894) | ||
C. reticulata (Jurine, 1820) | ||||
C. lacustris (Birgei, 1893) | ||||
Daphnia laevis (Birge, 1879) | ||||
Daphnia | D. cf. mendotae (Birge, 1918) | |||
D. parvula (Fordyce, 1901) | ||||
D. pileata (Hebert & Finston, 1996) | ||||
Simocephalus serrulatus (Koch, 1841) | ||||
Simocephalus | S. punctatus (Orlova-Bienkowskaja, 1998) | |||
S. acutirostratus (King, 1853) | ||||
S. exspinosus (DeGreer, 1778) | ||||
Ilyocryptidae | Ilyocryptus | Ilyocryptus agilis (Kurtz, 1878) | ||
Macrothricidae | Macrothrix | Macrothrix spinosa (King, 1853) | ||
M. triserialis grupo | ||||
Sididae | Diaphanosoma | Diaphanosoma birgei (Korinek, 1981) | ||
D. cf. Brachyurum (Liévin, 1848) | ||||
D. fluviatile (Hansen, 1899) | ||||
D. spinulosum (Herbst, 1975) | ||||
Polyphemidae | Polyphemus | Polyphemus sp. (Müller, 1785) | ||
Moinidae | Moina | Moina cf. Micrura (Kurtz, 1874) | ||
M. wierzejskii (Richard, 1895) |
Fuente: Elaboración propia.
En el periodo de lluvias sobresale por su frecuencia el cladócero Moina cf. micrura. Las especies M. cf. micrura y M. wierzejskii registraron abundancias promedio de 11 org/m3 a 9336 org/m3 en embalses de la zona centro-oriente del estado. De forma particular, en la zona mayor a los 1000 m. s. n. m., el género Daphnia estuvo constituido de cuatro especies reconocidas (D. parvula, D. laevis, D. pileata y D. cf. mendotae), en donde la primera fue la que mayor abundancia de organismos en promedio registró (5111 org/m3) y la última registró el menor promedio (57 org/m3). Es importante mencionar que para la especie D. cf mendotae solo se reconoció su presencia en dos embalses de la zona norte y dos embalses de la región oriente.
Del género Ceriodaphnia se identificaron tres especies: C. dubia, C. lacustris y C. reticulata. C. lacustris registró abundancias máximas de 1542 org/m3 y mínimas de 110 org/m3, y C. dubia únicamente se registró en los embalses de la zona cálida de las regiones oriente y poniente del estado con abundancias promedio de 217 org/m3 como máximo y promedios mínimos de 80 org/m3. El género Alona se consideró por su abundancia y frecuencia como un grupo esporádico en los embalses. En este género se determinaron tres especies: Alona diaphana, A. affinis y A. guttata, estas dos últimas registradas tanto en presas como en los bordos del estado.
En el género Diaphanosoma se reconocieron cuatro especies: D. birgei, D. fluviatile, D. spinolosum y D. cf. brachyrum, presentándose con mayor frecuencia y abundancia en los embalses naturales y artificiales la especie D. birgei, con valores promedio que variaron de 138 org/m3 a 6178 org/m3; las otras tres especies se consideraron poco frecuentes y abundantes con valores promedio de 110 org/m3 a 217 org/m3.
Los embalses que presentaron la mayor cantidad de especies fueron San Andrés y Chicomucelo en el municipio de Zacualpan de Amilpas, con siete especies cada uno, que se ubican entre los 1680 m. s. n. m. y 1700 m. s. n. m., seguido de la presa Emiliano Zapata, municipio de Puente de Ixtla, con seis especies a una altitud de 986 m. s. n. m. Las especies que más frecuencia presentaron fueron Moina cf. Micrura, registrada en 128 embalses, y Diaphanosoma birgei, registrada en 102 sistemas acuáticos, quienes estuvieron presentes en el 93.4% y 74.4% de los embalses, mientras que Alona diaphana, Alonella sp., Camptocercus dadayi, Daphnia mendotae y Diaphanosoma cf. brahyurum fueron las especies que solo se registraron en un embalse cada una (Figura 4).
La temperatura máxima del agua registrada en la temporada de estiaje fue de 35 °C en el municipio de Coatlán del río, en el embalse Chavarría a 1160 m. s. n. m., y la mínima fue de 13.2 °C en el municipio de Huitzilac en el lago Zempoala ubicado a los 2890 m. s. n. m. La temperatura máxima en la temporada de lluvias fue de 33 °C en el lago Coatetelco, en el municipio de Miacatlán a 962 m. s. n. m. y la mínima fue de 16 °C en el estanque Mariano Escobedo, Zacualpan de Amilpas, a 1781 m. s. n. m.
Las concentraciones de oxígeno disuelto que se registraron en el municipio de Yautepec en el bordo Cocoyoc-Oaxtepec, a 1310 m. s. n. m., variaron entre 15 mg/l como valor máximo en la temporada de estiaje y 16 mg/l en la temporada de lluvias. La concentración mínima en temporada de estiaje fue de 0.7 mg/l y se registró en el municipio de Jantetelco, en el bordo Jantetelco a 1404 m. s. n. m., y en temporada de lluvias fue de 1 mg/L en el municipio Zacualpan de Amilpas, en el estanque Mariano Escobedo. En ninguno de los ecosistemas registrados se observaron condiciones de anoxia.
El análisis de componentes principales permitió establecer asociaciones entre los sitios de muestreo y las variables físicas y químicas, evidenciando que los dos primeros componentes explicaron el 61.82% de la variación total. El primer componente conformó el 38.38% de la varianza, registrándose a las variables pH, O2 y temperatura, todas correspondientes al periodo de estiaje que se asociaron a 35 sistemas acuáticos (7, 8, 9, 10, 12,14, 16, 23, 31, 32, 38, 43, 48, 52, 53, 64, 66, 69, 70, 71, 73, 76, 78, 80, 82, 86, 87, 91, 97, 104, 106, 120, 121, 122, 123). Por otra parte, durante la temporada de lluvias se observa que nuevamente las variables O2, pH y temperatura se relacionan con 27 cuerpos de agua (1, 2, 4, 5, 6, 11, 13, 15, 17, 25, 29, 30, 40, 44, 46, 57, 58, 62, 77, 88, 92, 94, 101, 103, 105, 107, 108, 110). La altitud se relaciona con los sistemas 21, 24, 34 y 35, correspondientes a los ecosistemas acuáticos pertenecientes al municipio de Huitzilac. No se observó ninguna variable que se asociara a otros 18 sistemas acuáticos (3, 19, 20, 26, 27, 33, 41, 72, 74, 75, 79, 84, 119, 131, 133, 135, 136, 138) (Figura 5).
Discusión
El total de especies del suborden Cladócera registradas en los cuerpos de agua de este trabajo, participan de manera activa en la dinámica de la productividad secundaria, transmitiendo la energía que toman del primer nivel correspondiente a los organismos fotosintéticos, registrando abundancias importantes en los ecosistemas, dominando y compitiendo con las especies de rotíferos en cada ambiente (Chhaba & Dabhade, 2021; Elías-Gutiérrez et al., 2008; Ismiño et al., 2020; Sarma & Nandini, 2017). Sobresalen en el presente trabajo por su abundancia y frecuencia en los ecosistemas acuáticos las especies de la familia Daphniidae y en segundo lugar las de la familia Sididae, las cuales son consideradas por Korovchinsky (2006) y Elías-Gutiérrez et al. (2008) como especies de amplia distribución mundial, y en menor abundancia y frecuencia las familias Macrothricidae y Bosminidae.
Elías-Gutiérrez et al. (2008), Fuentes-Reinés et al. (2012) y González et al. (2023) señalan que Chydoridae, Sididae, Macrothricidae, Moinidae, Daphnidae e Ilyocryptidae son los grupos de cladóceros comunes en áreas neotropicales, mientras que Kotov et al. (2005) y Peña et al. (2014) consideran que la presencia de estas familias está asociada a la temporada de lluvias y sequía.
Los cladóceros Diaphanosoma birgei y Moina cf. micrura son especies que sobresalieron por su frecuencia durante la época de estiaje de estudio. Al respecto, Fuentes-Reinés et al. (2012) y Fuentes-Reinés et al. (2022) mencionan que Moina micrura es considerada una especie cosmopolita. Arroyo et al. (2008) y Granados-Ramírez et al. (2020) consideran que hay especies que prefieren condiciones ambientales muy particulares de ciertos ambientes; sin embargo, la mayoría son fáciles de adaptarse a las condiciones locales de los ambientes temporales o permanentes. Algunas de las especies se han reportado en ecosistemas de zonas de la región neártica como de la zona neotropical, señalando que su frecuencia y abundancia está ligada al nivel de competición por alimento y espacio (Arroyo et al., 2008; Elías-Gutiérrez et al., 2008; Fuentes-Reinés et al., 2022; Granados-Ramírez et al., 2020).
Astiz & Álvarez (2014) y Gómez-Márquez et al. (2013) citan que Diaphanosoma birgei es una especie abundante en los sistemas acuáticos del estado de Morelos y es considerada como especie limnética; por otro lado, Gómez-Márquez et al. (2013) consideran que Moina micrura se encuentra en el grupo de las especies constantes y con altas abundancias en los ecosistemas acuáticos, caso contrario para las especies del género Daphnia, que solo se puede registrar en un solo mes; y como lo mencionan Benzie (2005), Elías-Gutiérrez et al. (1999), González et al. (2023), Granados (1990) y Pérez-Legaspi et al. (2017), estas especie prefieren aguas templadas y frías. Velázquez et al. (2021) mencionan que D. birgei representa un nuevo registro para Jalisco en ecosistemas eutrofizados, es considerada una especie ocasional por tener registros de menos de dos organismos por litro y ha sido asociada a ecosistemas con presión predatoria, como es citado por Dodson & Silva-Briano (1996).
Gómez-Márquez et al. (2013), Granados-Ramírez et al. (2020), Parra et al. (2006) y Sinev & Silva (2012) señalan que algunas de las especies de cladóceros, antes citados, expresan ciertas preferencias por algunas condiciones climáticas y ambientales, como la temperatura, oxígeno disuelto, alimento disponible (algas) y vegetación litoral, que en la mayoría de las veces define la estructura de la comunidad para estos ecosistemas temporales o permanentes. Arroyo et al. (2008), Parra et al. (2006) y Velázquez et al. (2021) reportan que algunas de estas especies están presentes en sus estudios y que sus abundancias están regidas por la cantidad de alimento y la temporalidad de cada cuerpo de agua.
Bosmina longirostris fue registrada por Bermúdez & Enríquez (2010), Domínguez (2006) y Santiago (2016) como una especie con alta abundancia y presencia en la laguna de Zumpango y en el lago de la Cantera Oriente, México, ya que tiene preferencia por climas tropicales y subtropicales, lo que favorece su crecimiento. Margalef (1983) y Marce et al. (2005) señalan que B. longirostris es una especie de amplia distribución, se ubica en el plancton limnético, es propia de ambientes eutrofizados y puede llegar a ser indicador de condiciones limnológicas.
Peña et al. (2014), Guzmán (2017) y Quiroz & Díaz (2010) mencionan que el estado de Morelos tiene una gran diversidad de cuerpos de agua llamados bordos, microreservorios, jagüeyes, embalses naturales (lagos) o artificiales (presas), los cuales han sido construidos en diferentes municipios en distintos tipos de clima, con el fin de retener el agua para uso de actividades agrícolas y pecuarias, características que han permitido que las especies que se utilizan como alimento vivo por parte de la ictiofauna estén presentes en estos ecosistemas, como es el caso de los géneros de Daphnia, Moina y Diaphanosoma, que son considerados de gran importancia en la piscicultura (Chhaba & Dabhade, 2021; Prieto & Atencio 2008). Son especies apreciadas como presa fácil por los peces debido a su forma, movimiento, perfil nutricional y pigmentación (Iglesias et al., 2008; Muñoz et al., 2013; Santiago, 2016), y con los cuales se han realizado una gran variedad de trabajos para su cultivo, como son los de Pagano et al. (2000) y Prieto et al. (2006).
Familia | Especie | Lago | Presa | Bordo |
Chyrodidae | Alonella sp. | X | ||
Alona diaphana | X | X | ||
A. affinis | X | X | ||
A. guttata | X | |||
Chydorus reticulatus | X | |||
C. eurynotus | X | X | ||
Camptocercus dadayi | X | |||
Camptocercus sp. | X | |||
Leydigia leydigi | X | |||
L. striata | X | X | ||
Bosminidae | Bosmina longiristris | X | X | |
Daphnidae | Ceriodaphnia dubia | X | ||
C. lacustris | X | |||
C. reticulata | X | |||
Daphnia párvula | X | |||
D. pileata | X | |||
D. cf. mendotae | X | |||
D. laevis | X | X | ||
Simochephalus punctatus | X | X | ||
S. acutirostratus | X | |||
S. serrulatus | X | |||
S. exspinosus | X | X | ||
Sididae | Diaphanosoma birgei | X | X | |
D. fluviatile | X | |||
D. spinolosum | X | X | ||
D. cf. brachyrum | X | X | ||
Moinidae | Moina cf. micrura | X | X | X |
M. wierzejskii | X | X | X | |
Ilyocryptidae | Ilyocriptus agilis | X | ||
Macrothricidae | Macrotrix spinosa | |||
M. triserialis | X | |||
Polyphemidae | Polyphemus sp. | X |
Fuente: Elaboración propia.
Arce et al. (2018), Ferrão-Filho et al. (2003) y Muñoz et al. (2013) consideran que las moinas son crustáceos de gran calidad, rápido crecimiento y reproducción, y que, como alimento vivo, son una excelente alternativa para la acuicultura. De igual manera, Luna-Figueroa et al. (2010) reportan que utilizar M. wierzejski en la alimentación de peces favorece el incremento de peso.
González-Flores et al. (2022) y Luna-Figueroa et al. (2018) mencionan que todas las opciones de alimentos vivos son potencialmente utilizables para producir peces ornamentales. También concluyen que proporcionar alimento vivo con pre-adultos de mosquito y cladóceros da mejores resultados para ganancia de peso, además de dar a los peces más colorido, lo que es una ventaja porque pueden comercializarse más rápido por ser más llamativos y reflejar un buen estado de salud.
Sin embargo, Luna-Figueroa et al. (2018), García-Rodríguez et al. (2020), Prieto & Atencio (2008) y Sarma & Nandini (2017) consideran que un punto importante que se debe de considerar para suministrar el primer alimento es el tamaño de la boca de la larva del pez. Otero et al. (2013) recomiendan proporcionar individuos juveniles de las especies Diaphanosoma sp. como alimento vivo para el cultivo comercial, mientras que Luna-Figueroa et al. (2018) y Marciales-Caro et al. (2010) mencionan que se puede utilizar como una práctica de alimentación alternativa como herramienta para la disminución de costos de producción de larvas en bagre rayado, mostrando una optimización en la sobrevivencia larval, lo cual ha sido uno de los principales inconvenientes en la especie.
De igual forma, se recomienda evaluar otros procesos de enriquecimiento y fuentes de ácidos grasos con el objetivo de lograr aumentar la tasa de crecimiento durante esta fase y consolidar el proceso de larvicultura. Atencio et al. (2014) señalan que la mayor mortalidad larval en peces se presenta entre el segundo y cuarto día de inicio de la alimentación exógena.
Para el género Daphnia, Burns (2013) y González et al. (2023) menciona que las dafnias desempeñan un papel importante como "herbívoros clave" en la transferencia de biomasa y energía hacia los niveles superiores como los peces. Edmondson & Litt (1982) reportan que el cambio importante que afectó el éxito de Daphnia evidentemente fue una disminución en la abundancia del depredador, ya que la introducción de peces exóticos como la tilapia (Oreochromis niloticus, Linnaeus, 1758) y otras especies de poecílidos (Heterandria bimaculata, Heckel, 1848), Poeciliopsis gracilis (Heckel, 1848), pueden tener efecto sobre la abundancia de las comunidades de zooplancton, por ser especies planctívoras en sus etapas juveniles y al depredar en mayor proporción a los cladóceros, como ha sido reportado para otros sistemas acuáticos (Elías-Gutiérrez et al., 1999; Enríquez et al., 2009; Gayosso-Morales et al., 2017; González et al., 2023; Nandini et al., 2005; Santiago, 2016).
Gándara et al. (2013) y Prieto & Atencio (2008) concluyen que D. magna y C. reticulata, por su ciclo de vida simple y corto, tamaño y rápido crecimiento, tienen potencial para ser utilizadas como fuente de alimento vivo en el manejo de la primera alimentación de postlarvas de peces. Luna-Figueroa & Figueroa (2003), quienes trabajaron con Daphnia sp. como alimento vivo durante las primeras semanas de desarrollo de Cichlasoma istlanum, reportaron que acelera significativamente el crecimiento e incrementa la tasa de sobrevivencia de esta especie. Por último, diferente a todas las especies registradas aquí, Simocephalus punctatus es reportada en agua con niveles de arsénico menores a los 0.2 mg/L y que podrían utilizarse como bioindicador regional de calidad del agua de los cuerpos de agua contaminados con arsénico en San Luis Potosí (Mendoza, 2016).
Conclusiones
Se identificaron los géneros Dahnia, Moina y Diaphanosoma, cladóceros que se utilizan para realizar cultivos de alimento vivo. Moina cf micrura está ampliamente distribuida en los cuerpos de agua temporales y permanentes del estado de Morelos, especie presente en lagos, embalses o presas y que es ampliamente utilizada como alimento por parte de la ictiofauna presente. Dentro del género Moina destaca Moina wierzejski, que ha sido utilizado en trabajos experimentales, se ha empleado en cultivos como alimento vivo y se ubica en cualquier sistema acuático que se registró en este estudio. Diaphanosoma birgei también es muy utilizada como alimento vivo y se registró en lagos, presas y bordos. Es importante destacar a Daphnia laevis y D. cf. Mendotae, pues por su abundancia y frecuencia pueden ser cultivadas y empleadas para experimentos de supervivencia de peces y para estudios de toxicología. Las especies de cladóceros registradas son utilizadas como alimento vivo, y la idea es evitar que se introduzcan especies de otras regiones, con el fin de mejorar la obtención de semilla indispensable para los cultivos de especies de peces de importancia comercial y ornamental.
Conflicto de interés
Los autores declaran que no tienen conflicto de intereses.