Introducción
La avifauna en el estado de Guanajuato, en general, ha sido poco estudiada y existen escasos registros sobre su distribución en esta entidad (Rodríguez-Yáñez, Villalón y Navarro-Sigüenza, 1994), y este conocimiento es aún más escaso en la zona serrana. Los estudios realizados en el estado son pocos comparado con otras entidades cercanas, como, por ejemplo: Veracruz, Distrito Federal o Jalisco (Navarro-Sigüenza y Benítez, 1993; Navarro-Sigüenza et al., 2014; Rodríguez-Yáñez et al., 1994). Además, los pocos estudios existentes han sido esporádicos, en varios casos asociados a tesis de licenciatura u otras contribuciones no formalmente publicadas que se han limitado a realizar inventarios (e.g., Gómez-Rodríguez, 2011; Moya, 2012; Sánchez-Cordero, 2007), informes ocasionales de registros faunísticos y notas sobre la biología de especies (Bolaños et al., 2012; Donagho, 1965; Moore, 1939), así como estudios ecológicos en ambientes perturbados (Zuria, 2003; Zuria y Gates, 2013) y en ambientes acuáticos (Uriarte-Garzón, 2012; Uriarte-Garzón y Lozoya, 2009). La mayoría de los estudios se han concentrado en la sierra de Santa Rosa y la laguna de Yuriria (Cruz, 1986; Chapa-Vargas, Salgado-Ortiz y Monzalvo-Santos, 2011; Estrada, 1995; González, 2012; Labarthe, 2004). Es notable, sobre todo, que hasta 2004 no existían referencias bibliográficas específicas sobre la diversidad de aves para la pequeña sección de la Sierra Madre Oriental que existe dentro del estado de Guanajuato (Navarro-Sigüenza, Garza-Torres, López de Aquino, Rojas-Soto y Sánchez-González, 2004), donde solamente se detectaron registros de 2 especies (Myioborus pictus y Piranga rubra ; Navarro-Sigüenza et al., 2004).
Recientemente Gurrola-Hidalgo, Escalante, López y Sanabria (2012), en la primera síntesis disponible sobre las aves del estado, mencionan que se cuenta con un listado de 366 especies de aves para la entidad, aunque esto no significa que ya se tenga un inventario completo de la avifauna (Rojas-Soto y Oliveras de Ita, 2005). En este sentido, la necesidad de actualizar la información y generar nuevos estudios ornitológicos toma mayor importancia en la zona de la Sierra Gorda en Guanajuato, un sitio muy poco conocido biológicamente y que es adyacente a otra reserva de la biosfera del mismo nombre en el estado de Querétaro, la cual ha sufrido una intensa pérdida de hábitat y la fragmentación drástica en las últimas décadas (Esparza-Claudio, 2012). En la presente contribución se proporciona información de 7 especies de aves que constituyen registros notables para el estado de Guanajuato, así como un listado de todas las aves observadas durante el estudio.
Materiales y métodos
La Sierra Gorda en Guanajuato está localizada al noreste de la entidad, cuenta con una superficie de 236,882 ha y comprende parte del municipio de San Luis de la Paz y la totalidad de los municipios de Atarjea, Santa Catarina, Victoria y Xichú (21°41', 21°05' N-99°13', 100°13' O; fig. 1) (Conanp, 2005). Esta región es adyacente a la Reserva de la Biosfera Sierra Gorda en el estado de Querétaro (fig. 1) y forma parte de 2 zonas fisiográficas, la del Altiplano Mexicano y la Sierra Madre Oriental, en ella se encuentra una variedad de tipos de vegetación como selva baja caducifolia (Bursera morelensis , Cordia boissierii) , matorral submontano (Fouquierria splendens , Ipomoea sp., Opuntia sp., Stenocereus queretaroensis , Prosopis laevigata ) y bosque de pino-encino (Pinus michoacana , P. teocote , Juniperus flaccida , Quercus laurina , Q. affinis , Q. castanea , Q. crassifolia , Q. rugosa ; Semarnat, 2007), intercalados entre sí a través de una accidentada topografía (Carranza, 2005). Recientemente el sitio se designó como un área natural protegida Reserva de la Biosfera Sierra Gorda de Guanajuato (Semarnat, 2007).
El trabajo de campo se realizó en 15 sitios localizados en la sección oriental de la Reserva de la Biosfera Sierra Gorda (fig. 1) y comprendió 6 visitas entre noviembre de 2011 y agosto de 2012, abarcando un total de 28 días con 191 h de trabajo de campo repartidos por estación del año. Se empleó el método de conteo por parcelas (N = 8) con radio fijo dispuestas al azar en los principales tipos de vegetación, así como en cultivos y pastizales (Hutto, Pletschet y Hendricks, 1986; Ralph, Saber y Droege, 1995), en donde se registraron todas las especies de aves observadas y escuchadas durante 5 min dentro de una circunferencia con radio de 25 m y con una distancia mínima de 250 m entre cada parcela (Hutto et al., 1986). Los conteos se llevaron a cabo por la mañana entre las 06:30-11:30 h y por la tarde entre las 15:00-19:00 h; en pocas ocasiones los horarios fueron modificados por las condiciones ambientales de lluvia o neblina. Las observaciones se hicieron con binoculares (8 × 35 y 10 × 50). Además, se capturaron ejemplares mediante el uso de 6 redes ornitológicas (2.5 × 12 m y abertura de malla de 36 mm), las cuales fueron colocadas a lo largo de cuerpos de agua, en los bordes de cultivos con remanentes de vegetación natural, en áreas de pastoreo y en los bordes de bosque y selva. Las redes se abrieron diariamente durante 4 h (07:00-11:00 h), si las condiciones climáticas y la presencia de personas o ganado lo permitían, sumando un total de 24 h red/día. La identificación de las especies se realizó con ayuda de guías especializadas (Dunn y Aldefer, 2006; Howell y Webb, 1995; Peterson y Chalif, 1989; Pyle, Howell y Yunick, 1987). Con el fin de estimar la exhaustividad del inventario se generó una curva de acumulación de especies en función del esfuerzo de muestreo, usando como unidad de esfuerzo el número de días (Chao, 2004). Se determinó que los estimadores de Jacknife de primer (Jack 1) y segundo orden (Jack 2) fueron los que mejor se ajustaron a los datos observados. El programa EstimateS 9.0 (Colwell, 2013) se utilizó para calcular el número de especies esperadas. La estacionalidad de las especies se determinó conforme a las categorías establecidas por Howell y Webb (1995) y complementadas con las observaciones realizadas en campo. Se aplicaron los criterios sugeridos por Sánchez-González (2013) para la publicación de nuevos registros, quien explica que un nuevo registro debe ser considerado como auténtico si los taxones se registran por primera vez en la entidad política o se registran en una región biótica distinta. También fueron utilizados como referencia de la novedad de la información los mapas de distribución potencial elaborados por Navarro-Sigüenza y Peterson (2007) de las especies consideradas en este trabajo (Conabio, 2008; www.conabio.gob.mx/informacion/gis/).
Resultados
Se registraron un total de 105 especies de aves, de las cuales 32 son migratorias y 73 son residentes ( Anexo ). Los estimadores utilizados en la curva de acumulación de especies no mostraron un valor cercano a lo observado (fig. 2). El modelo de acumulación de especies indica que se observaron aproximadamente el 68.6% (Jack 1) y el 63.2% (Jack 2) de la avifauna esperada en el área de estudio, con base en los métodos empleados. Lo anterior sugiere que el esfuerzo de muestreo invertido no fue el suficiente aun para detectar la totalidad de las especies potenciales para el área de estudio. A continuación se documenta la presencia de 7 especies que representan registros notables para Guanajuato; de las cuales 5 especies amplían su distribución conocida (Trogon mexicanus , Ara militaris , Cyanocorax yncas , Euphonia elegantissima y Spinus notatus ) y 2 no estaban registradas para la entidad (Buteogallus anthracinus y Myiozetetes similis ).
Buteogallus anthracinus (aguililla negra-menor)
Se observaron ocasionalmente 1-2 individuos sobrevolando los alrededores de la localidad de El Platanal, del río Santa María y en cañadas adyacentes con arroyos temporales entre marzo y agosto de 2012. Las marcas distintivas observadas en B. anthracinus fueron la coloración negra, alas anchas, una banda ancha terminal blanca en la cola y las patas largas amarillas; en vuelo resalta una franja blanca en la base de las rémiges primarias (Howell y Webb, 1995). Es una especie residente de la parte oriental de México (Howell y Webb, 1995). Especie no documentada en esta región, sin embargo, existen registros previos en la Sierra Gorda en Querétaro (González, 2001, 2008). Esta especie está enlistada bajo protección especial en México en la NOM-059 (Semarnat, 2010).
Trogon mexicanus (trogón mexicano)
Se observaron con regularidad 1-2 individuos perchando y vocalizando en un bosque de pino-encino cercano a la localidad de Puerto de Buenavista, de noviembre 2011 a agosto 2012. Las marcas distintivas observadas en T. mexicanus fueron la coloración verde brillante, vientre rojo y 3 franjas blancas en la cola negra (Howell y Webb, 1995). Esta especie ha sido registrada previamente en la Sierra Gorda, en bosques mesófilos y de pino-encino en la parte noroeste de Querétaro (González, 2001, 2008), pero no documentada para la parte de Guanajuato. También ha sido registrada en bosques mesófilos, de coníferas y húmedos de la Huasteca Potosina (Sánchez-González y García-Trejo, 2010) y en el noreste de Hidalgo (Howell y Webb, 1995; Martínez-Morales, 2001). Es probable que habite en las partes más inaccesibles en los bosques de la Sierra Madre Oriental. Howell y Webb (1995) documentan esta especie como residente en el interior del país del sur de Chihuahua y Tamaulipas hasta Chiapas. Este registro amplía el área de distribución conocida de la especie en la Sierra Madre Oriental en aproximadamente 40 km al oeste (Howell y Webb, 1995).
Ara militaris (guacamaya verde)
Se observaron grupos conformados por 10-22 individuos durante noviembre de 2011 y agosto de 2012, sobrevolando, perchando y en busca de zonas de forrajeo en diferentes sitios del municipio de Xichú (Puerto de Buenavista, El Roblar, El Tepozán, Las Palomas, El Gato, El Platanal, El Pinalito). Las marcas distintivas observadas en A. militaris fueron la coloración verde brillante, las plumas primarias y de la rabadilla azules (Howell y Webb, 1995). Estos individuos probablemente provienen del Sótano del Barro en Querétaro. A la fecha no se han registrado sitios de anidación y de alimentación en ninguna región de Guanajuato. La distribución conocida de la especie se amplía en la sierra Madre Oriental en aproximadamente 20 km al oeste, pues ha sido registrada previamente en bosques de pino-encino en la parte noroeste de Querétaro (Gaucín, 2000; González, 2001, 2008), agregando una nueva localidad de presencia a este taxón de gran interés para la conservación.
Myiozetetes similis (luis gregario)
Dos individuos fueron vistos y escuchados regularmente perchando en árboles de Bursera y alimentándose de insectos, entre marzo y agosto de 2012 a 780 m snm a las orillas del río Santa María y cercanos a la localidad de El Platanal. Otros 2 individuos fueron observados en el camino entre las localidades de Puerto de Buenavista y El Platanal a 830 m snm. Las marcas distintivas observadas en M. similis fueron el pico pequeño de color negro, coloración amarilla en el vientre y parche naranja rojizo en la corona (Howell y Webb, 1995). Esta especie ha sido registrada en bosques mesófilos, de coníferas y húmedos de la Huasteca Potosina (Sánchez-González y García-Trejo, 2010). Esta es una especie residente, que a pesar de ser común a lo largo de las costas y tierras bajas, frecuentemente se observa cerca de poblados, muy raramente es registrada en sitios al interior del país (Howell y Webb, 1995) y no ha sido previamente registrada en esta región; sin embargo, existen registros cercanos previos en la Sierra Gorda en Querétaro (González, 2001, 2008).
Cyanocorax yncas (chara verde)
Grupos de 2-4 individuos fueron observados con regularidad en cañadas de selva baja perturbada asociada con vegetación riparia en el camino entre las localidades de Puerto de Buenavista y El Platanal, a 830 m snm, entre noviembre de 2011 a agosto de 2012. Las marcas distintivas observadas en C. yncas fueron la coloración verde, el parche negro en la garganta y corona azul (Howell y Webb, 1995). Es residente en la vertiente del golfo de México, desde Tamaulipas hasta Chiapas, incluyendo la península de Yucatán; y en la vertiente del Pacífico, desde el sur de Nayarit a Oaxaca (Howell y Webb, 1995). Este registro extiende el área de distribución conocida de la especie en la Sierra Madre Oriental en aproximadamente 70 km al oeste de sus localidades de presencia en la Sierra Gorda en Querétaro (González, 2001, 2008) y de la Huasteca Potosina (Sánchez-González y García-Trejo, 2010).
Euphonia elegantissima (eufonia capucha-azul)
Observada con regularidad forrajeando durante noviembre de 2011 a marzo de 2012 en bosque de pino y en los bordes de bosque de los diferentes caminos a 1,950 m snm. Las marcas distintivas observadas en E. elegantissima : en el macho fueron el vientre canela, partes posteriores del cuello azul; mientras que en la hembra, coloración verde-oliváceo, garganta canela y corona azul (Howell y Webb, 1995). Residente en ambas vertientes desde Sonora y Tamaulipas, el interior del centro de México hasta Chiapas (Howell y Webb, 1995). Este registro amplía el área de distribución conocida en la Sierra Madre Oriental en aproximadamente 80 km al oeste, pues ha sido registrada previamente en bosques de pino-encino en la parte noroeste de Querétaro (Gaucín, 2000; González, 2001, 2008).
Spinus notatus (jilguero encapuchado)
Este jilguero se observó con regularidad (2-8 individuos) en espacios abiertos en los alrededores de las localidades de Puerto de Buenavista, El Roblar y El Tepozán entre noviembre de 2011 a marzo de 2012, en zonas de pastoreo y cultivos principalmente, y en zonas con vegetación herbácea con remanentes de bosque de pino-encino. Las marcas distintivas observadas en S. notata fueron el pecho y cabeza negra, partes inferiores amarillas y parches de color amarillo en las alas y cola (Howell y Webb, 1995). Residente del sur de Sonora y sur de Tamaulipas hasta Chiapas (Howell y Webb, 1995). Este registro amplía su área de distribución conocida en la Sierra Madre Oriental por 40 km al oeste, pues ha sido registrada previamente en bosques de pino-encino en la parte noroeste de Querétaro (González, 2001, 2008).
Discusión
La Reserva de la Biosfera de la Sierra Gorda en Guanajuato es un área que ha sido muy poco explorada de forma sistemática, por lo que el listado de aves que se presenta en el documento de registro oficial de su estatus como reserva de la biosfera carece de un sustento completo de inventarios ornitológicos (Conanp, 2005), como puede demostrarse por los registros nuevos presentados aquí para el estado. De las áreas que cubre la reserva, nuestros recorridos de campo en la zona de Xichú nos muestran que es una de las que presenta mejor estado de conservación, a pesar de que existe cierta actividad ganadera, forestal y minera en la zona. Esta zona presenta diversos tipos de vegetación como bosques de pino y encino, pastizales y cultivos; mientras que hacia el oeste se ubican algunas zonas de matorral y la zona de bosque tropical seco con barrancas bien conservadas y está alejada de la zona con centros urbanos. Comparada esta zona con la región adyacente del estado de Querétaro, la cual es más seca con matorral y solo existe vegetación riparia y manchones de bosque tropical en las barrancas y zonas cercanas a cuerpos de agua. Esto quizás sea un factor importante para la presencia de algunas especies como las aquí documentadas. Las posibles razones de la ausencia previa de registros en el área de las 7 especies que se analizaron, especialmente el caso de A. militaris , son, además de una probable expansión reciente de sus rutas de desplazamiento, que la especie estaba, pero no se había registrado en la zona o que sí se había documentado, pero esos registros no se han publicado (Gaucín, 2000). La adición de 7 especies de aves para el estado de Guanajuato y el registro de otras 98 especies sugieren la importancia de esta región a nivel estatal como un área importante de riqueza de especies de aves y como zona de contacto de aves de afinidad tropical distribuidas en el este de México con las de ambientes secos del Altiplano Mexicano, así como por la presencia de especies indicadoras de buen estado de conservación de los hábitats de bosque, como T. mexicanus , A. militaris y Xiphorhynchus flavigaster , por mencionar algunas. Sin embargo, es necesario continuar con los esfuerzos de investigación que permitan completar el conocimiento de la avifauna de la Sierra Gorda de Guanajuato y así poder evaluar el estado de conservación real de la comunidad de aves y de las poblaciones que la componen.