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Huitzil

versión On-line ISSN 1870-7459

Huitzil vol.13 no.2 Omitlán dic. 2012

 

Nuevos registros y ampliaciones de distribución

 

Primer registro de la cotorra argentina (Myiopsitta monachus) en Baja California Sur, México

 

First record of the Monk Parakeet (Myiopsitta monachus) in Baja California Sur, Mexico

 

Israel Guerrero-Cárdenas,* Patricia Galina-Tessaro, Javier Caraveo-Patiño, Ivonne Tovar-Zamora, Oscar Roberto Cruz-Andrés y Sergio Álvarez-Cárdenas.

 

Centro de Investigaciones Biológicas del Noroeste, SC. Av. Instituto Politécnico Nacional No. 195, Colonia Playa Palo de Santa Rita, La Paz, Baja California Sur, 23096, México. Correo electrónico: *guerrero04@cibnor.mx.

 

Recibido: 12 de junio de 2012.
Revisión aceptada: 2 de octubre de 2012.
Editora asociada: Teresa Patricia Feria Arroyo.

 

Resumen

La cotorra argentina (Myiopsitta monachus) es un ave de la familia Psittacidae que se distribuye de manera nativa en Sudamérica, con poblaciones asilvestradas en otros países fuera de su distribución original. En México, existen cuatro reportes publicados en revistas científicas sobre nuevos avistamientos en los estados de Querétaro, área metropolitana del DF, Michoacán y Oaxaca, pero, a la fecha, en la parte norte del país no hay evidencia de su presencia. Para la Península de Baja California no hay registros bien documentados de su existencia, por ello reportamos por primera vez nuevos avistamientos y sitios de anidación en el poblado de Guerrero Negro, Baja California Sur, México.

Palabras clave: anidación, Guerrero Negro, nuevos avistamientos, oasis.

 

Abstract

The Monk Parakeet (Myiopsitta monachus), a bird of the Psittacidae family, has its native distribution in South America and feral populations in other countries outside its original range. In Mexico, four reports described new sightings in the states of Querétaro, the metropolitan area of Mexico City, Michoacán, and Oaxaca, but up to date there has been no evidence of its presence in the northern region of the country. For the peninsula of Baja California there have not been well documented reports of its existence. In this study we report for the first time new sightings and nesting sites in the town of Guerrero Negro, Baja California Sur, Mexico.

Key words: nesting, Guerrero Negro, new sightings, oasis.

 

La cotorra argentina (Myipsitta monachus) es originaria de Sudamérica; su distribución nativa abarca desde el este de Los Andes, Bolivia central y sur de Brasil, hasta el centro de Argentina, incluyendo Paraguay y Uruguay (Aramburú y Corbalán 2000). La aparición de la cotorra en diferentes latitudes fuera de su distribución nativa es un caso de estudio que ha llamado la atención de diversos investigadores de vida silvestre. Debido, principalmente, a su capacidad cosmopolita, algunas de sus poblaciones han logrado asilvestrarse en diferentes países como EUA (Neidermyer y Hickey 1977, Van Bael y Pruett-Jones 1996, Butler 2005), Inglaterra (Dale 1979, Butler 2005), Francia, Holanda y España (Battlori y Nos 1985, Murgui y Valentín 2003, Vidal 2004, García 2007); Italia (Maranini y Galuppo 1994), Suiza (Krebser 1963), Bahamas y Puerto Rico (Spreyer y Bucher 1998), y México (Pablo-López 2009, Pineda-López y Malagamba-Rubio 2011, MacGregor-Fors et al. 2011).

Esta cotorra pertenece a la familia Psittacidae, es de tamaño mediano con aproximadamente 29 cm de altura. La cola es larga y el pico amarillento, patas negras y los ojos de color café obscuro. Las partes superiores son verdes con las plumas primarias y secundarias de las alas azules. La frente y la garganta son de color gris pálido, el pecho es obscuro y con marcas en forma de escamas de color gris pálido. No presenta dimorfismosexual (Sibley 2000, Kaufman 2005, Álvarez-Romero et al. 2008).

Si bien la cotorra no destaca por su colorido, su conducta reproductiva la ha convertido en un ave sorprendente debido a que es altamente gregaria; construye sus nidos en múltiples subcámaras grupales, generalmente en árboles de gran altura (mayores a 10 m). Pone de 5 a 8 huevos por nidada que incuban por un período de 26 días aproximadamente (Aramburú 1997, Aramburú y Corbalán 2000, Gómez de Silva et al. 2005). Su dieta es diversa e incluye gran variedad de granos silvestres y cultivados como el sorgo, maíz y arroz. También se ha observado que se alimenta de un sin fin de semillas, frutos, flores, insectos, brotes de hojas, hierbas y otras partes de árboles. Su hábitat predilecto corresponde a bosques abiertos, bosques de palmeras, áreas agrícolas y zonas urbanas (Aramburú 1997, Aramburú y Corbalán 2000, Tala et al. 2005).

El primer registro de la cotorra argentina en México fue en 2003 en el Parque Ecológico de Xochimilco, en el Distrito Federal. Posteriormente, sólo se ha reportado en los estados de Querétaro (Pineda-López y Malagamba-Rubio 2011), Oaxaca (Pablo-López 2009), en el área metropolitana del DF y Michoacán (MacGregor-Fors et al. 2011). Se piensa que esta ave puede existir en algunas zonas urbanas fronterizas cercanas a El Paso Texas (como Ciudad Juárez, Chihuahua), lugar donde se estableció desde 1986 (Pablo-López 2009). Sin embargo, la presencia de la cotorra en el norte de México no se ha confirmado a la fecha (Álvarez-Romero et al. 2008, MacGregor-Fors et al. 2011).

Para la Península de Baja California no existe evidencia de alguna especie de psitácido que la haya habitado como área de distribución nativa (Sibley 2000, Kaufman 2005). Plasencia-Vázquez y Escalona-Segura (2012) mencionan que la mayoría de loros en México tienen su distribución en las tierras bajas en las vertientes del Golfo de México y del Pacifico, además de la Península de Yucatán, así como en algunas zonas montañosas y algunas islas.

En Baja California Sur, MacGregor-Fors et al. (2011) mencionan un avistamiento de esta especie para el área de "Loreto River" (poblado de Loreto) consultado en el sitio web e-Birds a partir de un listado de aves que proporcionó M. Grosselet con fecha del 31 de enero de 2009 a las 16:05 h, pero no provee mayor información que pueda validar dicho reporte. Así, estos nuevos avistamientos que presentamos representan el primer registro científico formal de nuevas áreas de colonización, distribución y anidación de la cotorra argentina en el poblado de Guerrero Negro, Baja California Sur, en el noroeste de México.

Los registros y observaciones de la cotorra los efectuamos durante el mes de octubre de 2011, al realizar una investigación de la población de tejón (Taxidea taxus) que se distribuye dentro de los terrenos de la empresa Exportadora de Sal (ESSA), en el poblado de Guerrero Negro, BCS (Figura 1). El poblado tiene una extensión de 700 ha y se ubica dentro de la Reserva de la Biosfera El Vizcaíno (Ortega et al. 1992, INE 2000). Existen dos tipos de vegetación, una compuesta por especies exóticas como la casuarina (Casuarina equisetifolia), eucalipto (Eucalyptus sp.), naranjo (Citrus sinensis) y mango (Mangifera indica), en la zona urbana, y otra con flora nativa dominada por la palma datilera (Phoenix dactylifera), palma de taco (Washingntonia robusta), yuca (Yuca valida) y cardón (Pachycereus pringlei), tanto en la zona urbana como en áreas naturales aledañas al poblado.

Durante recorridos en las inmediaciones del poblado, captamos una primera parvada de siete individuos que sobrevolaban el área del parque recreativo, localizado entre las calles de Emiliano Zapata y Francisco I. Madero, en la parte noroeste del poblado (27°57'39.26"N, 114° 03'22.37"O; 6 m snm). Observamos una segunda parvada de 20 individuos en una zona habitacional entre las calles Baja California y Venustiano Carranza (27°57'28.35"N, 114°03'24.53"O; 6 m snm) a 300 m del primer registro. En esta misma zona, logramos observar cuatro individuos perchados en las hojas de una palma de taco (Washingtonia robusta), así como dos individuos más dentro de un nido (de los 15 nidos que hay en una sola palma) construido en la parte alta de la palma (Figura 2). Durante varios días recorrimos diferentes lugares alrededor de Guerrero Negro con la finalidad de corroborar si la especie estaba ocupando otros lugares. No encontramos registros de nidos ni de más individuos. Adicionalmente, tomamos fotografías de los animales observados, así como de las áreas de percha y anidación.

La identificación de los individuos se basó en sus características morfológicas y de coloración del plumaje, de acuerdo a los criterios de Sibley (2000) y Álvarez-Romero et al. (2008). Observamos que los nidos están construidos sólo en la parte alta de la palmera de taco; esto puede deberse a la abundancia de esta palma en la zona, que además les provee de alimento por la gran cantidad de semillas que produce a lo largo del año (Figura 3). Tala et al. (2005), mencionan que existe una marcada preferencia de M. monachus por construir nidos en especies de árboles de gran tamaño como la araucaria brasileña (Araucaria angustifolia), seguido de palmeras y eucaliptos (Eucaliptus sp.), dato que concuerda con nuestras observaciones, ya que estas dos últimas especies arbóreas son las de mayor abundancia en la zona.

Debido a la abundancia de esta cotorra dentro de su distribución nativa, ha sido considerada como plaga; hecho que la ha convertido en el ave predilecta de comerciantes debido principalmente a su bajo precio y a las bajas restricciones para su captura y venta. Así, su traslado a otras regiones como mascota han sido muy común. Bajo estos hechos, pensamos que la aparición de la cotorra en estas zonas se debe, principalmente, a su venta como mascotas y a que posteriormente han escapado o fueron liberadas intencionalmente, conclusión que concuerda con otros reportes de esta especie en México (Pablo-López 2009, MacGregor-Fors et al. 2011, Pineda-López y Malagamba-Rubio 2011).

Battlori y Nos (1985) mencionaron que algunas especies de aves pueden establecerse en las ciudades e incrementar sus poblaciones, convirtiéndose en colonizadoras exitosas como la cotorra argentina. Así, Tala et al. (2005) y Álvarez-Romero et al. (2008) describen a esta cotorra como una especie altamente invasora que puede ocasionar serios daños a los diferentes ecosistemas donde se establecen, siendo una especie que compite muy agresivamente por alimento y espacio con las aves nativas.

En EUA, Ehrlich et al. (1988) reportaron la muerte de individuos de dos especies de aves (Turdus migratorius y Cyanositta sp.) por ataques directos de esta cotorra. En este contexto, es importante resaltar que en Baja California Sur existen 171 oasis, de los 180 que se distribuyen en toda la Península de Baja California, que son reconocidos como sistemas únicos de gran fragilidad con características particulares de gran riqueza de flora y fauna endémica (Arriaga y Rodríguez-Estrella 1997, Rodríguez-Estrella et al. 2004); en estos sitios se ha documentado que las especies invasoras son las principales responsables de ejercer mayor impacto negativo (Velázquez-Miranda y Ruiz-Campos 2011). Por otro lado, Hilton-Taylor et al. (2009) y CANEI (2010) han documentado que en ciertas zonas las cotorras ocasionan graves daños a los ambientes naturales como la pérdida de biodiversidad; por ejemplo, ha competido fuertemente por áreas de anidación con especies como Sturnus vulgaris, Sitta sp. y Corvus sp (Tayler 2010).

Aunque por el momento se desconoce la magnitud de los daños que podría ocasionar la cotorra en estas áreas, consideramos necesario un monitoreo oportuno y eficiente que aplique acciones rápidas para contener o erradicar a esta especie altamente invasiva. De no ser así, en corto tiempo podría extender su distribución y colonizar otras áreas naturales como los oasis, así como las zonas urbanas de Baja California Sur.

Por lo anterior, consideramos que estos avistamientos son de gran importancia para documentar que efectivamente la cotorra se encuentra ya establecida en esta zona y anidando. Es indispensable realizar más investigación científica de esta población con el fin de obtener mayor información que permitan una mejor toma de decisiones para su manejo y erradicación. Además, se requiere de un programa de educación ambiental y difusión por diferentes medios dentro de la reserva y en el estado sobre la importancia de conservar la biodiversidad y del peligro que representa la introducción de especies exóticas que se tienen muchas veces como mascotas y el impacto que puede causar la liberación de las mismas en las poblaciones silvestres nativas.

 

Agradecimientos

Agradecemos a los técnicos del laboratorio de ecología animal Franco Cota, Abelino Cota y Armando Tejas, por su colaboración del monitoreo en campo. A la empresa Exportadora de Sal (ESSA) y al Centro de Investigaciones Biológicas del Noroeste S.C. (CIBNOR), por todo el apoyo logístico para la permanencia en la zona, y por el financiamiento otorgado para el desarrollo del proyecto "Ecología trófica del tejón (Taxidea taxus) en algunas áreas de la Reserva de la Biosfera del Vizcaíno, Guerrero Negro, B.C.S." Agradecemos a Diana Dorantes su apoyo en la edición del resumen en inglés. Agradecemos a ambos revisores por sus valiosos comentarios y sugerencia al manuscrito.

 

Literatura citada

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