En el Bajío y suroeste de Guanajuato en el ciclo primavera-verano se siembra chile en fresco (Capsicum annum L.), mientras que en el norte en el mismo ciclo la producción es para chile en seco. La superficie sembrada con esta hortaliza se ha reducido en 47% ya que ha pasado de 7 583 a 4 032 ha en los últimos diez años (SIAP, 2014). Esta reducción de la superficie se debe en mayor parte a la secadera o marchitez del chile que es la enfermedad que causa las mayores pérdidas de rendimiento que llegan hasta 100% en el país y 40% en Guanajuato (González et al., 2009; CESAVEG, 2012).
En México se ha asociado esta problemática a diferentes microorganismos como Phytophthora capsici, Fusarium oxysporum, F. solani, Rhizoctonia solani, Alternaria spp., Sclerotium rolfsii, Verticillium dahliae, V. albo-atrum, y Pythium spp; así como algunas especies del nematodo Meloidogyne (Rico et al., 2004; Guillén et al., 2006; Velásquez et al., 2007; González et al., 2009). El CESAVEG (2012) reporta a P. capsici, Phytium spp., Fusarium spp., y Rhizoctonia spp., como los principales en el estado. La estrategia de manejo que ha dado los mejores resultados para la disminución del inóculo de estos hongos en el suelo es la desinfestación con metam sodio (González et al., 2009); sin embargo, su manejo requiere de varias medidas de seguridad que en caso de no tomarlas implican riesgos para la salud humana y animal, para el cultivo y el ambiente.
Se ha observado que la forma tradicional de aplicación de este desinfestante, inyectado al suelo, no es completamente efectiva para el control de los fitopatógenos por lo que puede presentarse la enfermedad (Sumner y Phatak, 1988; Bedriñana et al., 2009). Cuando esto sucede, el uso de plaguicidas o de agentes biológicos son la opción para el manejo curativo; sin embargo, el productor desconoce qué microorganismos están causando la enfermedad en sus parcelas por lo que se requiere primeramente un diagnóstico fitosanitario de plantas enfermas y/o suelo para saber que hongos están presentes y si inciden solos o en asociación; esta información le permite al productor seleccionar el o los fungicidas específicos para cada uno de los hongos o los antagonistas necesarios.
Por lo anterior, los objetivos de este estudio fueron: a) conocer la situación actual de los hongos asociados con la secadera o marchitez del chile, su presencia y distribución en el Bajío y suroeste de Guanajuato; y b) saber si estos se encuentran solos o en asociación en las parcelas. Estos objetivos se plantearon como una herramienta informativa para los productores de chile del estado.
En los ciclos primavera-verano (P-V) 2013 en Celaya, Irapuato, Villagrán, Silao, Romita, Pénjamo y Abasolo; y 2014 en Apaseo El Grande, Cortázar, Villagrán, Juventino Rosas, Abasolo, Pénjamo, Guanajuato, Silao y Romita; se hicieron colectas en cinco de oros de 10 plantas enfermas de chile x parcela x productor cooperante. Se colectaron plantas de diferentes variedades y tipos de chile como Crusadier, Don Vicente y Aristóteles (tipo serrano), Imperial, Húngaro, Arista, Tajín y 5807 (jalapeño). Las plantas colectadas presentaron síntomas típicos de marchitez o secadera que fueron plantas de menor tamaño, marchitas con los tallos erguidos, las hojas colgantes sin cambios en su color y los frutos secos, arrugados o ya maduros colgando de la planta. En las raíces y los tallos afectados se observaron dos tipos de pudriciones, las secas de una coloración café; y las suaves, acuosas e inodoras, de una coloración café y café oscuro a casi negro.
Las plantas colectadas se procesaron en el Laboratorio de Fitopatología del Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias - Campo Experimental Bajío. A las plantas se les cortó el follaje y sólo se utilizó el tallo y la raíz misma que se lavó con agua corriente para retirar el exceso de suelo. De este material se tomaron porciones de 0.5 cm2 del tejido de tallo y raíz con pudriciones que se desinfestaron con hipoclorito de sodio al 5% durante 90 s; posteriormente se lavaron dos veces con agua destilada estéril y se almacenaron en papel absorbente estéril hasta su utilización. Los cortes se sembraron bajo la campana de flujo laminar en medio papa-dextrosa-agar (PDA) + Ac. láctico, incubándose a 20-24 °C.
Luego de cinco a siete días se hizo una primera identificación de las colonias fungosas y una segunda 20 días después. Para clasificar las colonias dentro del género Fusarium, la característica principal observada fue la pigmentación del PDA, que fue en su mayoría de un color violeta o púrpura claro, rojo y fucsia, conforme el micelio envejeció (a los 20 días) se tornó de una coloración violeta oscuro a casi negra coincidiendo con lo reportado por Leslie y Summerell (2006) y Nelson et al. (1983). Para especies de Rhizoctonia se observó la coloración del PDA café claro en los primeros días, y café oscuro con el paso del tiempo; mediante preparaciones temporales se observaron las hifas en ángulo de 90°, constricción de las mismas y la formación de las dos septas a corta distancia del punto de origen de las ramificaciones hifales (Sneh et al., 1991).
Para Phytophthora se observó un crecimiento blanco algodonoso de tipo cameliforme y estrellado en PDA (Drenth y Sendall, 2001). Se hicieron re aislamientos en PDA de las colonias mediante punta de hifa para obtener cepas puras. Se clasificaron 80, 13 y 2 cepas, dentro de los géneros Fusarium, Rhizoctonia y Phytophthora, respectivamente.
De las 80 cepas de Fusarium spp., se seleccionó una por localidad mismas que se sembraron en medio Hoja de clavel-Agar (HCLA) y PDA; a la par se sembraron, siguiendo el mismo procedimiento, las cepas certificadas de la ATCC® F. oxysporum (No. de catálogo MYA-3041), F. oxysporum f. sp. lycopersici (No. de catálogo 16605), y F. solani (No. de catálogo 16372). Se incubaron a 20 -24 °C, 12 h luz blanca y 12 h luz negra. Después de 20 días se realizó la identificación morfológica siguiendo las claves taxonómicas de Leslie y Summerell (2006) y Nelson et al. (1983). Para el caso de las 13 cepas puras de Rhizoctonia se corroboraron las características morfológicas mediante preparaciones temporales auxiliados con el microscopio compuesto, se utilizaron las claves de Sneh et al. (1991), Romero (1994) y Mendoza (1999). Las dos cepas puras de Phytophthora se pusieron a crecer en medio jugo de verduras (V8) clarificado líquido para estimular la formación de esporangios, se identificaron de acuerdo con Drenth y Sendall (2001), Romero (1994) y Mendoza (1999).
En general, de todas las colectas se aisló a Fusarium spp., directamente de tejido de raíz y tallo infectado; se identificó a F. oxysporum en ocho de los 11 municipios, comparando las características morfológicas con las de la cepa certificada F. oxysporum (MYA-3041). Las cepas analizadas presentaron las siguientes características en PDA: micelio blanco, en algunos casos aglomerado o esparcido en la caja Petri, la pigmentación del medio varió en color desde blanco (HCLA) a violeta pálido u oscuro, rojizo y fucsia. Los micro y macroconidios fueron hialinos y no se observaron esclerocios. Características en HCLA: se observaron en algunas cepas la formación de esporodoquios naranja pálido sobre las hojas de clavel.
En la mayoría de las cepas la pigmentación en este medio fue violeta pálido y en algunos casos blanco cremoso. En todas las cepas los microconidios fueron abundantes, ovalados o elípticos y ligeramente arriñonados, en su mayoría con una septa. Los macroconidios, que se presentaron en PDA y en los esporodoquios formados en HCLA, fueron en su mayoría de longitud media (30-50 µm), ligeramente curveados, delgados y con tres septas. La célula apical fue cónica, curveada y con un ligero gancho mientras que la célula basal tuvo una terminación en forma de pie; coincidiendo con lo reportado por Leslie y Summerell (2006), Nelson et al. (1983) y APS (2013).
Para Rhizoctonia spp., las 13 cepas se identificaron como este hongo, se observaron hifas color blanco con tonalidades café; el micelio al microscopio fue hialino, ligeramente café con ramificaciones en ángulo recto, frecuentemente con una ligera constricción y una septa cerca de cada rama, estas características coinciden con las descritas por Sneh et al. (1991) para el género; y por Romero (1994), Mendoza (1999) y APS (2003) para R. solani tomando en cuenta el hospedante de donde se aisló al hongo en este estudio. Para Phytophthora spp., el medio V8 clarificado líquido estimuló la formación de esporangios, en este caso, los esporangióforos fueron abundantes, simples y ramificados irregularmente, los esporangios fueron ovoides (casi redondos) y globosos; en su mayoría solo con una papila conspicua. Estas características coinciden con lo reportado por Drenth y Sendall (2001) para el género de este hongo; y con APS (2003), Romero (1994) y Mendoza (1999) para P. capsici en chile.
De acuerdo a los hongos encontrados por municipio (Cuadro 1), en el ciclo P-V/2013 en 100% de los municipios se encontró a Fusarium spp., la especie F. oxysporum se identificó en tres municipios. En tres (27%) se identificó a Rhizoctonia spp., y solamente en uno a Phytophthora spp. En el ciclo P-V/2014, en 100% de las localidades se identificó a Fusarium spp., y la especie F. oxysporum se encontró en siete municipios; Rhizoctonia spp., se identificó en cinco (56%) y Phytophthora spp., en uno. Los datos anteriores coinciden parcialmente con las frecuencias reportadas por González et al. (2002), quienes mencionan que de plantas muestreadas de chile con síntomas de marchitez, se aisló 65% a Fusarium spp., 33% a R. solani y 33% a P. capsici.
Rico et al. (2001) al analizar plantas de chile con pudriciones de raíz, colectadas en 118 lotes, aislaron a Fusarium spp., 65%, a R. solani en 32% y P. capsici en 3%. Por otro lado, Guillén et al., (2006) al analizar muestras de suelo procedentes de Dolores Hidalgo, Guanajuato, identificaron a P. capsici en 60% de las muestras, R. solani en el 40%; y F. oxysporum y F. solani en 100% de las muestras. En los casos reportados anteriormente, al igual que en este estudio, se aislaron a los tres hongos y Fusarium spp., fue el que se aisló con mayor frecuencia seguido de Rhizoctonia spp., y Phytophthora spp.
Respecto a la asociación de los hongos en el ciclo P-V/2013, en cuatro municipios se aisló de plantas afectadas solamente a Fusarium spp., y/o F. oxysporum; en tres se aisló a Fusarium spp., y/o F. oxysporum + Rhizoctonia spp.; mientras que en Irapuato se aisló a F. oxysporum + Phytophthora spp. En P-V/2014 se aislaron solos a Fusarium spp., y/o F. oxysporum en cuatro municipios; en cuatro a estos mismos hongos + Rhizoctonia spp., y solo en Villagrán se aislaron los tres juntos (Cuadro 1).
Conclusiones
Los hongos asociados a la secadera o marchitez del chile fueron Fusarium spp., F. oxysporum, Rhizoctonia spp., y Phytophthora spp. El hongo en mayor frecuencia fue Fusarium spp., y/o F. oxysporum en 100% de las muestras colectadas en ambos ciclos de cultivo; seguido de Rhizoctonia spp., y Phytophthora spp. Fusarium spp., y/o F. oxysporum fue el único hongo que se aisló solo. Este mismo se encontró junto con Rhizoctonia spp., y/o con Phytophthora spp. Los tres hongos solo se identificaron en un municipio. El conocimiento de la asociación entre estos hongos permitirá al productor hacer un mejor manejo de los mismos.