El cultivo de ajo (Allium sativum L.) en Aguascalientes y Zacatecas es la hortaliza más importante durante el invierno; se cultivan alrededor de 3 000 hectáreas en ambos estados (Reveles et al., 2014; Macias et al., 2014). Debido a que el sistema de propagación del ajo es exclusivamente clonal o vegetativo la semilla puede acarrear un gran número de patógenos (Cafrune et al., 2006). Los patógenos presentes externa o internamente en la semilla pueden provocar aborto de semilla, pudrición de semilla, reducción o eliminación de la capacidad de germinación o daño en el tejido de las plantas emergentes (Fakhrunnisa y Ghaffar, 2006).
Durante el proceso de producción y poscosecha las plantas o bulbos de ajo son afectados por un grupo de patógenos que pueden ser diseminados por medio de la semilla (Ochoa et al., 2012). Poco se conoce acerca de la presencia de patógenos fungicos y el daño abiótico presente en los bulbillos de ajo usados como semilla en Aguascalientes y Zacatecas; por lo que, el objetivo del estudio consistió en determinar la incidencia de hongos y ácaros en dientes de distintas variedades comerciales y experimentales de ajo en Aguascalientes y Zacatecas.
Durante mayo y junio de 2015 se colectó un número variable de bulbos de diferentes cultivares de ajo procedente de parcelas de productores y experimentales en los municipio de Pabellón de Arteaga y Tepezalá, Aguascalientes y en los de Villa de Cos y Calera, Zacatecas, todos los bulbos colectados habían sido cosechados en el periodo abril - junio de 2015.
Los bulbos se conservaron en bolsas de papel durante julio y agosto; en septiembre se desgranaron, contaron y pesaron los dientes sanos y dañados de cada bulbo. Posteriormente cada diente de un bulbo fue revisado al microscopio estereoscópico para detectar ácaros, así como la presencia de micelio en las lesiones rojizas presentes o sobre las catáfilas interiores de cada bulbillo. La identificación de los ácaros y hongos se realizó según las características descriptivas publicadas por Estebanes y Rodríguez (1991); Watanabe (1994) respectivamente.
Se logró colectar ajo de 25 cultivares de los tipos blanco, jaspeado, rosado y morado; la mayoría de los bulbos colectados provenían de los municipios de Pabellón de Arteaga y Tepezala en Aguascalientes.
En los bulbillos con lesiones de color café a rojo se logró detectar la presencia de hongos y ácaros aunque se encontraron colonias fungosas en la superficie de la semilla sin daño evidente. En tres colectas (Chileno, Hermosillo y Plateado) no se observaron lesiones, colonias de hongos o ácaros. Al contrario, las colectas con mayor porcentaje de daño fueron Durango, C-3-1/25 y R-35-10-1B con 30.9, 27.1 y 25% de daño respectivamente.
Es importante señalar que colectas como Massone, Nacajuca, Ixmiquilpan, Oaxaca y Guatemala presentaron daños variables por una “lesión hundida” de color variable entre café y rojo sin crecimiento fungoso o presencia de ácaros que se denominó “daño químico”, un daño similar al “waxy breakdown” ha sido reportado afectando los bulbillos exteriores de los ajos que son sometidos a alta temperatura antes de la cosecha (Schwartz, 1995) (Cuadro 1).
U= Ulocladium spp.; R= Rhizoglyphus spp.; C= Curvularia spp.; A= Alternaria spp.; S= Stemphyllium spp.; Rh= Rhizoctonia spp.; F= Fusarium spp.; V= Verticillium spp.; P= Penicillium spp.; DQ= degradación química; DM= daño mecánico.
De manera general se encontró que el patógeno más común resultó Ulocladium spp. 40% de las colectas en asociación con otros hongos como Curvularia spp., Verticillium spp. y Fusarium spp. entre otros, Ulocladium sp. ha sido reportado en semilla de cebada (Fakhrunnisa y Ghaffar, 2006).
Se han reportado varias especies de Fusarium afectando a la semilla de ajo con daños entre 50 - 60% (Crowe, 1995), en Aguascalientes Velásquez y Medina (2004) reportaron la patogenicidad de aislamientos de Fusarium spp. sobre algunas variedades de ajo. Aunque se ha reportado la presencia de Rhizoctonia spp. en los restos de cultivo de ajo (Sumner, 1995), probablemente su ocurrencia en éste trabajo esté asociada con las catáfilas que recubren los dientes. El daño químico resultó el síntoma abiótico más frecuente, se registró 52% de las colectas y es posible que en fases de daño avanzadas sirva como puerta de entrada a saprófitos presentes en las catáfilas del bulbo.
El ácaro Rhizoglyphus spp. fue detectado en cinco de las colectas efectuadas (Cuadro 1), por el contrario, la presencia del ácaro Aceria tulipae K., que ha sido reportada en bulbos colectados en los estados de Aguascalientes, Guanajuato y Zacatecas (Acuña, 2007; Acuña et al., 2012), no fue detectada en el presente trabajo.
No se encontraron esclerocios o micelio de Sclerotium cepivorum Berk., agente causal de la pudrición blanca del ajo y considerada como la principal enfermedad del cultivo en esta región (Velásquez et al., 2011), tampoco se encontraron bulbos con daños por Ditylenchus dipsaci Kühn en ninguna de las variedades muestreadas.
La evaluación de daño reveló que en ocho (32%) de las 25 colectas contenían semillas dañadas. Las colectas con mayor grado de daño, expresado como porcentaje del peso total con algún tipo de lesión fueron Durango, Calerense y Español con 11.7, 6.6 y 6.1% del peso total dañado (Cuadro 2).
Conclusiones
En conclusión la semilla de ajo proveniente de Aguascalientes y Zacatecas se encontró contaminada con hongos pertenecientes a los géneros Alternaria spp., Curvularia spp., Fusarium spp., Penicillium spp, Rhizoctonia spp., Stemphyllium spp., Ulocladium spp. y Verticillium spp. así como por ácaros pertenecientes al género Rhizoglyphus spp. Además los bulbillos con daño presumiblemente químico (hundimiento café claro) pueden llegar a constituir un problema importante para la semilla de ajo.