Introducción
El cambio de uso del suelo y la urbanización están transformado los ecosistemas en áreas metropolitanas debido a que han experimentado un crecimiento considerable en las últimas décadas (Dadashpoor y Alidadi, 2017; Salvati et al., 2018; Dadashpoor et al., 2019) y representan la perturbación ambiental dominante en el mundo (Vitousek et al., 1997). A escala local, la dinámica del territorio influye en el deterioro y degradación de los suelos, en las modificaciones de los nichos ecológicos y en la resiliencia de los componentes ecológicos (Najera Gonzalez et al., 2010). La dinámica está determinada por factores como el relieve, los socioeconómicos, el manejo, tenencia de la tierra y las políticas sectoriales (Delgado et al., 2017).
El estudio de la dinámica espacio-temporal constituye uno de los aspectos más importantes dentro del análisis físico-biótico para el ordenamiento ecológico territorial (Aguayo et al., 2009). Proporciona la base para identificar las tendencias de los patrones de deforestación, degradación, desertificación y pérdida de la biodiversidad (Lambin et al., 2001).
Para la elaboración del ordenamiento territorial en zonas urbanas es necesario conocer los patrones del cambio de uso del suelo que ayude a instrumentar estrategias y acciones encaminadas a un aprovechamiento sustentable para disminuir los problemas del deterioro de los ecosistemas urbanos (Duch et al., 2019).
El Land Change Modeler (LCM) for ecological sustainability de IDRISI (Eastman y Toledano, 2018), está diseñado para la planificación del uso del suelo, debido a que simplifica las complejidades del análisis de cambio de cobertura de la tierra (Camacho-Olmedo et al., 2010; Eastman, 2012). Está orientado a evaluar el constante problema de la conversión acelerada del suelo y a las necesidades analíticas de conservación de la biodiversidad (Camacho-Olmedo et al., 2010; Eastman, 2012).
En Tabasco se degradó más de 90% de la cobertura estatal como consecuencia del impulso económico del siglo XX ( Sánchez, 2005; Navarro y Toledo, 2008; Zavala, 2009; Pinkus-rendón y Contreras-sánchez, 2012). En ellos destacan las plantaciones de plátano y cacao orientadas al mercado internacional que se extendió desde finales del siglo XIX, hasta la década de los 40’s, la ganadería extensiva dirigida al mercado nacional conocida como Plan Chontalpa (1965-1976), el Programa de Desarrollo Rural Integrado para el Trópico Húmedo, y el boom petrolero que permaneció con gran auge entre los 70’s y 80’s (Allub y Michel, 1979; Flores-Santiago, 1987; Capdepont-Ballina; Marín-Olán, 2014) .
Estos programas explotaron tierras selváticas y ganaron espacio a los humedales con una irreversible perturbación de los recursos naturales (Lara y Vera, 2017). Durante 1940-1996 la mayor perturbación de los ecosistemas fue la pérdida de 95% de las coberturas selváticas de Tabasco (Zavala et al., 2009).
Nacajuca es parte de la zona metropolitana de Villahermosa y recibe la influencia del acelerado crecimiento urbano con ocupación de carreteras, fraccionamientos, centros comerciales y otros servicios que han transformado el sistema natural, los impactos se han centrado en la transformación de la vegetación arbórea, así como de los humedales lacustres, palustres y ribereños (Capdepont-Ballina y Marín-Olán, 2014; Diaz, 2014; Palomeque-De la Cruz et al., 2017).
Durante las décadas de los sesentas y setentas, la ganadería bovina recibió un impulso extraordinario en el sureste mexicano y en particular en el estado de Tabasco que transformó más de 1200 ha de selvas en pastizales (Morales, 1990; Galindo, 2006). Para la década de los ochenta, el descubrimiento y explotación de grandes mantos petroleros en la región provocó una serie de alteraciones a los ecosistemas. De esta manera, los frecuentes derrames de petróleo, la deforestación y la construcción de caminos para construir y dar mantenimiento a las instalaciones petroleras (Lara y Vera, 2017), no solo contribuyeron al impacto ambiental, sino que han modificado los patrones de escurrimiento superficial, que significa un impacto ambiental aún no cuantificado.
Debido a esto, es necesario emplear los modelos geomáticos del cambio de uso del suelo con una plataforma SIG para conocer la actual configuración espacial de las coberturas naturales y los usos artificiales con la finalidad de proveer información precisa y actualizada de la dinámica espacial para el ordenamiento ecológico territorial. El objetivo de este artículo fue modelar los cambios de cobertura y uso del suelo en el municipio de Nacajuca, Tabasco, México (2000, 2008 y 2017), mediante un análisis multitemporal empleando el Land Change Modeler for ecological sustainability del programa IDRISI (Eastman y Toledano, 2018).
Materiales y métodos
Área de estudio
El municipio de Nacajuca se localiza en la subregión del Centro, ubicada en el noroeste de la Ciudad de Villahermosa en el estado de Tabasco. Colinda al norte con los municipios de Jalpa de Méndez, Centla y Centro; al este con Centro, al sur con Cunduacán y Centro; finalmente al oeste limita con Cunduacán y Jalpa de Méndez (Ayuntamiento de Nacajuca Tabasco, 2018; Gobierno del Estado de Tabasco, 2018). Se ubica entre las coordenadas 18° 09’ 05’’ latitud norte y entre 93° 01’ 06’’ longitud oeste.
La altitud media del territorio es de 10 m y cuenta con una extensión de 52 457 ha (Figura 1). Los suelos son de llanura costera con numerosos pantanos y sistemas lagunares y con suelo de aluvión, por lo que gran parte de su territorio es inundable (Lara y Vera, 2017; Ayuntamiento de Nacajuca Tabasco, 2018).
Se emplearon dos ortofotos del año 2000 (1:20 000) y 2008 (1:10 000) descargadas de la base de datos de INEGI (INEGI, 2008). También se obtuvo una imagen del satélite Sentinel de 2017 (1:10,000) (ESA, 2017). La información presentó un sistema de coordenadas y proyección UTM, zona 15 N y datum WGS84. Posteriormente se realizó una digitalización de vectores con el software Arc GIS® 10.2 (ESRI, 2017).
La digitalización fue apoyada con una supervisión en campo y comparación con fuentes cartográficas. Las categorías empleadas fueron: 1) humedales; 2) vegetación arbórea; 3) área urbana; 4) terrenos baldíos; 5) zona industrial; y 6) pastizal. Posteriormente los vectores fueron transformados a formato raster con el comando RasterVector del software Idrisi Terrset (Eastman, 2016).
Modelación del cambio de uso del suelo (2000, 2008 y 2017)
Land Change Modeler del software IDRISI Terrset, genera una matriz de cambio de uso del suelo con imágenes que varían en el número de fechas de colecta; es decir, en más de dos periodos ( Pontius, et al., 2004; Pineda, et al. 2009) . En dicha matriz las filas representan las categorías del mapa en el tiempo uno (T1) y las columnas las categorías del mapa en el tiempo dos (T2) (Cuadro 1).
Tiempo 1 | Tiempo 2 | Total T1 | Pérdida | |||
---|---|---|---|---|---|---|
Clase 1 | Clase 2 | Clase 3 | Clase n | |||
Clase 1 | P11 | P12 | P13 | P1n | P1+ | P1+ - P1n |
Clase 2 | P21 | P22 | P23 | P2n | P2+ | P2+ -P2n |
Clase 3 | P31 | P32 | P33 | P3n | P3+ | P3+ -P3 |
Clase n | Pn1 | Pn2 | Pn3 | Pn, n | Pn+ | Pn+ - Pn, n |
Total T2 | P+1 | P+2 | P+3 | P+n | ||
Ganancia | P+1-Pn1 | P+2-Pn2 | P+3-Pn3 | P+n-Pn, n |
Asimismo, la diagonal principal muestra las persistencias entre las categorías de T1 y T2, mientras que los elementos fuera de la diagonal principal dan cuenta de las transiciones ocurridas entre ambos periodos para cada categoría (Cuadro 1). El subtotal con la sumatoria de cada categoría se ubica en el penúltimo renglón y en la penúltima columna ambos representan el total de los cambios para cada categoría en cada periodo.
La última fila y columna recogen el total de las variaciones para cada categoría. El Cuadro 1, muestra un modelo genérico de la matriz, la cual es un subproducto del análisis y sus resultados se utilizan para construir el Cuadro 2 donde se expresan los totales de cada categoría por año, así como las pérdidas y ganancias de cada una de estas.
Categorías | 2000 | 2008 | Pérdidas (ha) | Ganancias (ha) | Cambio neto (ha) |
Tc (%) |
|||
---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|
(ha) | (%) | (ha) | (%) | ||||||
Humedales | 29 608 | 56.4 | 28 097 | 53.6 | -1 796 | 285 | -1 511 | -0.7 | |
Vegetación arbórea | 7 826 | 14.9 | 7 866 | 15 | -640 | 680 | 40 | 0.1 | |
Área urbana | 769 | 1.5 | 1565 | 3 | -1 | 796 | 796 | 9.3 | |
Terrenos baldíos | 15 | 0 | 136 | 0.3 | 0 | 122 | 122 | 32 | |
Pastizal | 14 239 | 27.1 | 14 792 | 28.2 | -1 614 | 2 168 | 554 | 0.5 | |
Categorías | 2008 | 2017 | Pérdidas (ha) |
Ganancias (ha) |
Cambio neto (ha) |
Tc (ha) | |||
(ha) | (%) | (ha) | (%) | ||||||
Humedales | 28 097 | 53.6 | 25 187 | 48 | -3 995 | 1 085 | -2 910 | -1.4 | |
Vegetación arbórea | 7 866 | 15 | 7 262 | 13.8 | -1 322 | 718 | -604 | -1 | |
Área urbana | 1 565 | 3 | 2 889 | 5.5 | -40 | 1 365 | 1 325 | 8 | |
Terrenos baldíos | 136 | 0.3 | 115 | 0.2 | -41 | 19 | -22 | -2.1 | |
Pastizal | 14 792 | 28.2 | 17 004 | 32.4 | -2 167 | 4 378 | 2 212 | 1.8 |
El cruce de las imágenes de coberturas y uso de suelo del 2000 y 2008 (Figura 2), generó una matriz con un estadístico Kappa= 0.9349; mientras que las imágenes de 2008 y 2017 (Figura 2) generaron una matriz con estadístico Kappa= 0.8802. Estos estadísticos cercanos a 1 son confiables para el análisis de la dinámica del territorio en los dos periodos de tiempo (Eastman y Toledano, 2018).
Los resultados incluyeron el resumen de las matrices que muestra la superficie de cada categoría, en la comparación con otras, en términos de ganancias, pérdidas, cambios netos, transiciones y contribuciones entre categorías.
Tasas de cambio
Las tasas de cambio de uso del suelo para los dos periodos de estudio fueron calculadas mediante la fórmula (Palacio-Prieto, 2004): Td= [(S2/S1) (1/n) -1] * 100. Donde: Td= tasa de cambio anual (%); S1= área cubierta al inicio del periodo (ha); S2= área cubierta al final del periodo (ha); y n= número de años del periodo.
Resultados y discusión
Análisis de cambios 2000-2008-2017
El Cuadro 2 reporta las superficies de uso de suelo y las tasas de cambio por periodo analizado. En el 2000; 56.4% de Nacajuca estaba constituido por humedales (Cuadro 2), en los que destacan pantanos con una variedad de flora y fauna. Otros humedales dominantes son las lagunas, en donde se establecieron los llamados camellones chontales en los años 70’s, cuyo objetivo era combinar suelos para cultivos de hortalizas y el desarrollo de la piscicultura (Ayuntamiento de Nacajuca Tabasco, 2015).
En los humedales hay presencia de vegetación hidrófila flotante dentro y en las orillas como la zarza (Mimosa pigra), el popal (Thalia geniculata), el carrizal (Phragmites australls) y los tulares (Typha domingensis) (Cálix et al., 1991; Pérez Sánchez, 2007). En el territorio existe la presencia de acahuales en diferentes niveles de conservación y pequeñas porciones de selvas que en 2000 ocupaban 14.9% (Cuadro 2).
La riqueza forestal se ha visto desplazada por la explotación irracional, contrabando de maderas, conservándose pequeñas porciones de cedro, macuilis, ceiba y en menor escala caobas (Ayuntamiento de Nacajuca Tabasco, 2015). El área urbana y el pastizal ocupaban menores superficies (1.5% y 27.1%) en comparación con las coberturas naturales (Cuadro 2). En los pastizales también se encuentran superficies agropecuarias que cuentan con una diversidad de cultivos que van de granos a frutos, plantas comestibles entre las que destacan el maíz, frijol y calabaza (Pérez, 2007).
Como se muestra en el Cuadro 2 y en la Figura 3, durante el primer periodo de análisis (2000-2008), se detectó que los humedales disminuyeron 1 796 ha con una tasa negativa de cambio de 0.7%, mientras que la vegetación arbórea presentó ligero incremento (680 ha) con una tasa de cambio de 0.1% (Cuadro 2). Al mismo tiempo, el área urbana ocupó un crecimiento notable de 796 ha con una tasa de cambio de 9.3% y el pastizal tuvo aumentos de 2 168 ha con una tasa de cambio de 0.5% (Cuadro 2).
Estos datos señalan que en el primer periodo de análisis, Nacajuca presentó patrones de cambio de uso del suelo similares a los registrados en la ciudad de Villahermosa (2000-2008), en la cual se detectaron pérdidas de vegetación natural y humedales (1 624 y 2 013 ha) con amplias tasas de cambio (-7.45 y -1.13%) mientras que el pastizal y la zona urbana aumentaron (540 y 1 334 ha) con tasas de cambio de 0.62 y 1.46% (Palomeque-De la Cruz et al., 2017).
A pesar de la influencia de la dinámica espacial de la zona metropolitana de Villahermosa, en Nacajuca las tasas de cambio para humedales, vegetación arbórea y pastizales fueron menores de 1% tanto para la pérdida de humedales como para el aumento del área urbana y pastizales (Cuadro 2). Sin embargo, estas tasas se asemejaron más al promedio de la deforestación en la cuenca del Grijalva-Usumacinta (0.9%) durante 1993-2007 (Kolb y Galicia, 2012).
En el periodo 2008-2017 se detectó la mayor perturbación de los ecosistemas debido a que las pérdidas de humedales (3 995 ha) y vegetación arbórea (1 322 ha) incrementaron en comparación con el periodo anterior (2000-2008) con amplias tasas negativas de cambio (1.4% y 1%), mientras que el área urbana continuó ocupando superficies con ganancias de 1 365 ha, y con tasas de cambio de 8% (Cuadro 2).
También se encontró que el pastizal presentó los mayores incrementos con ganancias de 4 378 ha y una tasa de cambio de 1.8% (Cuadro 2). Este fue el periodo de mayor dinámica espacial y coincide con la velocidad de deforestación (-0.3%) registrada a nivel nacional durante 1999-2015, según el informe mundial de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, 2015).
En el mapa de uso del suelo de 2017 destaca el mayor crecimiento de la cabecera municipal de Nacajuca y el poblado de Guatacalca al oeste, el denso núcleo urbano del fraccionamiento Pomoca en el sureste y de la zona conurbada de bosques de saloya al sur (Figura 2).
A pesar de su constante dinámica, los humedales son las coberturas con mayor dominio en la subcuenca Grijalva-Villahermosa, su gran persistencia se relaciona con aumentos en su área de distribución debido a mayores porcentajes de humedad en el suelo y por estar siendo sujetas a procesos de inundación al estar ubicadas en zonas bajas y por la influencia los sistemas de bordos de control de agua (Neiser et al., 2019).
Los suelos también influyen con la vulnerabilidad a inundaciones debido a que la región noroeste y suroeste que ocupa la mitad de la superficie municipal se clasifican como Gleysoles que son suelos de texturas arcillosas o francas, que presentan problemas de exceso de humedad por drenaje deficiente. Mientras que, en la parte central y sur, se tienen suelos clasificados como Fluvisoles, cuya presencia se asocia a la existencia de ríos en la zona. Al norte limitando con el municipio de Centla, existen suelos clasificados como Solonchak que son suelos salinos debido a la cercanía del Golfo de México (Ayuntamiento de Nacajuca Tabasco, 2015).
Nacajuca se ha conurbado con Villahermosa a partir del crecimiento urbano hacia el sur y al oeste de la capital de estado. El índice de urbanización del municipio Nacajuca (63.1%) está por encima del promedio estatal en cuanto a la aglomeración (59.7%), siendo actualmente el municipio quien más absorbe el crecimiento poblacional y metropolitano que sufre Villahermosa (Ayuntamiento de Nacajuca, Tabasco, 2015). Con relación al papel que ejerce Nacajuca con la metropolización de Villahermosa, se observa que los polos urbanos que para el año 2000 estaban unidos por caminos primarios, en 2017 se visualizan conectados por corredores urbanos y asentamientos humanos dispersos (Figura 2).
La consolidación de los corredores se basó en la construcción de fraccionamientos y centros comerciales (Ayuntamiento de Nacajuca Tabasco, 2018). El análisis espacial demuestra que Nacajuca se está expandiendo de forma incontrolable, disminuyendo sus coberturas de vegetación arbórea y aumentando sus áreas de pastizal, con un dominio de terrenos bajos e inundables (Figura 2). La infraestructura artificial actúa como barrera, por lo que el relleno de áreas para la ampliación de nuevas zonas urbanas adyacentes a las carreteras ha favorecido la ocupación de zonas inundables, lo que contribuye a aumentar el alto riesgo de inundaciones (Zamora et al., 2019).
En el mapa de 2017, se observa a Nacajuca con fragmentación del paisaje (Figura 2), un proceso que es causado por factores antropogénicos y se considera como una de las causas principales de la pérdida de biodiversidad, por sus efectos biológicos como la pérdida de la variabilidad genética de las poblaciones; ecológicos como la pérdida del hábitat, de salud pública como la transmisión de enfermedades zoonóticas, y socioeconómicos como la pérdida de fuentes de recursos naturales para el desarrollo social de las poblaciones humanas, siendo una problemática de interés global muy común en las zonas urbanas latinoamericanas (Santos y Telleria, 2006; Bähr y Borsdorf, 2011).
La dinámica espacial de los ecosistemas de Nacajuca también se determinó con la detección cartográfica y cuantitativa de las transiciones 2000-2008. En esta se observa que las transformaciones más sobresalientes fueron la conversión elevada de coberturas de humedales a pastizal, aunque también se encontraron cambios de pastizal a vegetación arbórea debido a procesos de reversión natural o inducida. Asimismo, se detectaron transiciones de pastizal a urbano y a pesar de la reversión de vegetación, se encontró el remplazo de vegetación arbórea a pastizal para el crecimiento de las actividades agropecuarias (Figura 4).
Las transiciones 2008-2017 mostraron el remplazo de humedales por pastizal e importantes desplazamientos de vegetación arbórea para la expansión del área urbana y para el aumento del pastizal. También existieron dinámicas de reversión, aunque en menores superficies como las conversiones de pastizal a humedales y pastizal a vegetación arbórea (Figura 4).
Las contribuciones de superficie entre las cinco categorías en el periodo de análisis 2000-2008, señalan que la pérdida de humedales estuvo relacionada con el aumento de 1 531 ha de pastizal y de 29 ha de área urbana (Figura 5). En contraste, las pérdidas de vegetación arbórea fueron causadas por el crecimiento de 186 ha del área urbana (Figura 5). Sin embargo, se presentó una reversión de la vegetación sobre 279 ha de espacio ocupado anteriormente por pastizal (Figura 5).
La regeneración de coberturas arbóreas en este periodo, coincide con acciones de reforestación en los ejidos de Tabasco debido a crecientes programas de reforestación para el aprovechamiento forestal y pago de servicios ambientales como la captura de carbono (Alejandro-Montiel et al., 2010). De igual manera, el pastizal creció sobre 118 ha de terrenos baldíos y perdió 580 ha abonadas al crecimiento del área urbana (Figura 5). Las contribuciones del periodo 2008-2017 señalaron que 2 866 ha de humedales fueron convertidas a pastizal, mientras que otras 29 ha de humedales fueron transformadas en área urbana (Figura 5).
Las pérdidas de vegetación arbórea fueron causadas por los aumentos de 93 ha de pastizal, 12 ha de terrenos baldíos, 49 ha por aumento de humedales y 450 ha por el crecimiento del área urbana (Figura 5). El pastizal fue el espacio para el crecimiento de 743 ha del área urbana (Figura 5).
De este modo, se hace evidente que los patrones de cambio de uso del suelo durante 2000, 2008 y 2017, fueron en primer lugar, las transiciones de grandes coberturas de humedales a pastizal y en segundo lugar la transformación del pastizal en áreas urbanas. Estas transiciones coinciden con la degradación de los ecosistemas de la zona urbana de Villahermosa (1984-2000-2008) que fueron causadas en primer lugar por la transición a pastizal de uso agropecuario y en segundo por la urbanización ( Zavala-Cruz et al., 2011; Palomeque de la Cruz et al., 2017).
Además, en Tabasco grandes coberturas de humedales han desaparecido debido al crecimiento del pastizal, seguido por el crecimiento urbano, la consolidación de la infraestructura industrial y de carreteras (Estrada et al., 2013). La pérdida de las coberturas de humedales es un problema de prioridad nacional debido que son proveedores de servicios ecosistémicos como el mantenimiento de la biodiversidad de flora y fauna, regulación ambiental, retención de nutrientes, purificación del agua, control de inundaciones, secuestro de carbono y agua para actividades agropecuarias y consumo humano (Henny y Meutia, 2014; Moreno-Casasola e Infante, 2016; López-Jiménez, 2019).
Se afirma que las transiciones de humedales a pastizal son de gran influencia en el territorio, por lo que pueden ser usadas en Land Change Modeler para la construcción de submodelos de potencial de transición que tengan como objetivo encontrar las reglas que influyen en la dinámica del cambio espacio temporal, e identificar las variables que las condicionan ( Eastman, 2012; Diaz-Pacheco y Hewitt, 2013). Las transiciones también pueden ayudar a simular escenarios prospectivos al combinarse con las variables determinantes y con una Cadena de Markov (Mishra et al., 2011; Diaz-Pacheco y Hewitt, 2013).
El cambio en el uso del suelo en Nacajuca también fue inducido por actividades petroleras, principalmente la construcción de pozos y carreteras de acceso a ellos, lo que llevó al relleno humedales; pero también debido a derrames y explosiones en los pozos ( Pinkus-Rendón y Contreras-Sánchez, 2012; Lara y Vera, 2017). El impacto ambiental en los humedales afectó también a comunidades indígenas como las del poblado de Tucta, donde la construcción de camellones para obtener espacios destinados a la producción agrícola requirió del relleno de zonas inundables, contribuyendo de este modo a la vulnerabilidad del territorio ante el crecimiento de mayores eventos de inundación en los años 2000, 2001, 2007, 2008 y 2010 que trajeron a consecuencia la reducción de la producción de cultivos e incluso la desaparición de especies locales (Lara y Vera, 2017).
De acuerdo con el análisis espacio-temporal y la revisión de literatura, las alternativas para reducir los efectos del cambio de uso del suelo deben estar enfocados a los objetivos del ordenamiento ecológico territorial y el desarrollo urbano para el desarrollo sostenible. En este, es necesario el diagnóstico y manejo sostenible del territorio para generar mejoras a la calidad de vida, proteger y conservar los recursos naturales, así como integrar las disposiciones y normas para ordenar y regular la zonificación de áreas de reservas, restauración ecológica, usos y destinos de suelo que permitan diseñar procesos de acción social, resolución de problemas y conflictos entre la sociedad y el medio ambiente que garanticen un mejor nivel de vida de la población (Ayuntamiento de Nacajuca Tabasco, 2015; Castillo y Moreno, 2015).
En este sentido, los SIG, la teledetección y los diversos modelos geomáticos para el análisis del cambio de uso del suelo, constituyen herramientas que deben ser integradas en el diagnóstico ambiental, social y económico, previo al modelo de ordenamiento territorial. Con estas, puede analizarse la dinámica espacio-temporal a una mayor escala espacial y constituyen un método de clasificación de mayor exactitud. Permite visualizar las principales transiciones entre las categorías de usos y coberturas para comprender, prevenir y revertir los impactos destructivos de las actividades económicas y los patrones de urbanización, así como la simulación de proyecciones futuras de la dinámica espacial (Camacho-Olmedo et al., 2010; Eastman, 2012; Eastman y Toledano, 2018).
Conclusiones
El cambio de uso del suelo en Nacajuca, Tabasco, durante 2000-2008-2017, se ha caracterizado por el desarrollo total de 8 707 ha de superficies urbanizadas y la ocupación de suelo para actividades agropecuarias. La perturbación de los ecosistemas se incrementó en 7 753 ha con la modificación de gran parte del municipio, poniendo en riesgo la capacidad de carga del sistema natural, incrementando inundaciones en terrenos de uso habitacional, así como de uso para actividades productivas con afectaciones en la economía de las familias de origen rural.
Los principales cambios ocurren por la transformación de humedales en pastizal provocado por el estrangulamiento de los cuerpos de agua, para después ser transformados de pastizales a zonas urbanas con los consecuentes riesgos que esto origina tanto para los servicios ambientales como para la seguridad de la población que termina residiendo en esos espacios.
El cambio de uso de Nacajuca ha contribuido con la conurbación con Villahermosa a partir del crecimiento urbano hacia el Sur y al Oeste de la capital del estado. La modelación de la dinámica espacial con el Land Change Modeler de IDRISI, demostró que las principales transiciones fueron en primer lugar, el cambio de grandes coberturas de humedales a pastizal y en segundo lugar la transformación del pastizal a áreas urbanas y que esto se relaciona con la actual dinámica de la zona metropolitana de la ciudad de Villahermosa. También coincide con la pérdida de grandes coberturas de humedales en gran parte del territorio de Tabasco, debido al crecimiento del pastizal, seguido por el crecimiento urbano y la consolidación de las carreteras.
Los resultados indican que para evitar posibles escenarios de deterioro ambiental por lo menos en las próximas dos décadas ‘si no se logra un cambio sustantivo en las políticas del desarrollo’, se implementen alternativas para reducir los efectos del cambio de uso del suelo, alineados con los objetivos del ordenamiento ecológico territorial y el desarrollo urbano para el desarrollo sostenible. Por lo que este estudio contribuye a proveer información precisa, veraz y actualizada de la dinámica espacial en el área de estudio para futuros programas.
Resalta la importancia del uso de los Sistemas de Información Geográfica (SIG), la teledetección ambiental y los modelos geomáticos como herramientas para estudiar con mayor precisión el territorio, lo que permite trabajar a mayor escala y con mejores métodos de clasificación para el diagnóstico actual y futuro de la dinámica ambiental, social y económica en el ordenamiento ecológico territorial.