Los cerdos ferales son animales que viven de manera silvestre y están ampliamente distribuidos a nivel mundial. Debido a las afectaciones que ocasionan a la agricultura, a la ganadería y a los recursos naturales; así como su interferencia con otras especies, se consideran como especie invasora1-2. En México, la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (CONABIO) ha reportado la presencia de estos animales principalmente en los estados del Norte, en particular en el Cañón de Santa Elena en Chihuahua y en la Reserva de la Michilía localizada en el estado de Durango, asimismo en la Laguna de Términos en Campeche y algunas zonas del Centro de México.
Diversos estudios han demostrado que los cerdos ferales pueden ser una fuente importante de enfermedades de origen bacteriano como brucelosis, viral como Aujeszky y parasitario como triquinelosis, lo que representa un riesgo en la salud pública y animal3-6. Actualmente en México existe poca información sobre el aspecto sanitario de estos animales, la información disponible indica que en los estados de Baja California Sur y Durango se ha detectado la presencia de influenza porcina, leptospirosis, salmonelosis y brucelosis7-8. Para ampliar la información sanitaria disponible hasta ahora, en el presente estudio se determinó la presencia y frecuencia de Salmonella spp (Spp), virus del síndrome respiratorio y reproductivo del cerdo (VPRRS), circovirus porcino tipo 2 (PCV2), virus de influenza porcina (VIP), virus de diarrea epidémica porcina (VDEP), Mycoplasma hyopneumoniae (Mhyo) y Actinobacillus pleuropneumoniae (App) en muestras colectadas en cerdos ferales de los estados de Chihuahua y Durango, México.
Durante el período de 2019 a 2020, con el apoyo del programa de control del cerdo feral en el Cañón de Santa Elena, Chihuahua y en la Reserva de la Biosfera la Michilía, Durango, se logró capturar de manera oportunista a 15 y 23 animales respectivamente de ambos sexos y diferentes tallas. Posterior a la captura los animales se sacrificaron en el lugar del trampeo de acuerdo a los lineamientos de la NOM-033-SAG/ZOO-2014. De manera inmediata al sacrificio se hizo la colecta de muestras biológicas de los animales: hisopos nasales y rectales, los cuales se almacenaron en medio esencial mínimo (MEM) como medio de transporte hasta su análisis. En los hisopos nasales se determinó la presencia de VIP y en los rectales Spp y VDEP mediante PCR.
De todos los cerdos se tomaron muestras de sangre de la vena cava anterior empleando una aguja de 16G x 4 pulgadas y se colocaron en un tubo con gel separador, posteriormente se centrifugaron a 1,500 rpm durante 10 min, y el suero se almacenó en refrigeración hasta su análisis para VPRRS y PCV2 por PCR y anticuerpos de VPRRS, PCV2, App, Mhyo, Spp y VDEP. Para el caso de los animales capturados en Chihuahua se logró obtener también órganos como pulmón, hígado y linfonodos, colectando un fragmento aproximado de 5 cm de cada uno, los cuales se colectaron en bolsas de plástico nuevas que se almacenaron en congelación a -20 oC hasta el análisis de Spp, VIP, VPRRS y PCV2. Todas las determinaciones se llevaron a cabo en el laboratorio de diagnóstico del Departamento de Medicina y Zootecnia de Cerdos de la Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia de la Universidad Nacional Autónoma de México.
Para los estudios moleculares se realizó la extracción de ácidos nucleicos de las muestras nasales, rectales, suero y tejidos utilizando el kit comercial (QIAamp cador Pathogen Mini Kit QIAGEN) siguiendo las instrucciones del fabricante. Posteriormente se realizó la reacción en cadena de la polimerasa (PCR) en tiempo real, para lo cual se utilizó un kit de tipo comercial (GeneReach Pockit) para cada uno de los agentes mencionados; estos kits se utilizaron bajo el protocolo para cada uno de los agentes con su respectivo control positivo y negativo; la interpretación como positivas fue con un CT igual o menor a 35 de acuerdo al proveedor. Las pruebas serológicas se realizaron utilizando kits comerciales para Spp (Idexx Laboratories Inc), PCV2 (BioNote Inc.), VPRRS (Civtest Suis PPRS A/S Hipra), VDEP (ID Screen PEDV indirect), Mhyo (Civtest Suis MHYO Hipra) y App (ID Screen App Screening indirect); se realizó la metodología y la interpretación de acuerdo con las instrucciones del proveedor.
Para el análisis de la información, debido a la no homogeneidad entre las muestras, así como al poco número de éstas y la ausencia de otro tipo de información de los animales muestreados, se realizó una estadística descriptiva, obteniendo los porcentajes de muestras positivas para cada agente etiológico en cada estado.
En los dos estados analizados, por medios moleculares se detectaron 11 muestras positivas para PCV2 (73.3 %) en Chihuahua y 21 (91.3 %) en Durango; de igual manera se obtuvieron dos muestras positivas para Spp en el grupo de Chihuahua (13.4 %) y una para Durango (6.6 %). Para el caso de VIP hubo dos muestras positivas (8.7 %) en Durango. En el caso de VPRRS y VDEP las muestras fueron negativas en ambos estados (Cuadro 1).
Agente | Chihuahua | Durango | ||||
---|---|---|---|---|---|---|
(+) | (-) | (+) | (-) | |||
VIP | 0 | 15 | 2 | 21 | ||
Salmonella spp | 2 | 13 | 1 | - | ||
VDEP | 0 | 15 | 0 | 23 | ||
VPRRS | 0 | 15 | 0 | 23 | ||
PCV2 | 11 | 4 | 21 | 2 |
VIP= virus de influenza porcina; VDEP= virus de diarrea epidémica porcina; VPRRS= virus del síndrome respiratorio y reproductivo del cerdo; PCV2= circovirosis porcina tipo 2.
Los resultados de serología mostraron 12 (80 %) muestras positivas hacia PCV2 y 13 para Salmonella (56.5 %) respectivamente, también se identificaron 2 (13.3 %) muestras positivas para Spp en Chihuahua y 23 (100 %) para Durango. Para App hubo dos muestras positivas (2.6 %) para Chihuahua y 23 (100 %) para los animales de Durango. Las muestras resultaron negativas para VPRRS, VDEP y Mhyo en todas las muestras Cuadro 2.
Agente | Chihuahua | Durango | ||||
---|---|---|---|---|---|---|
(+) | (-) | (+) | (-) | |||
Salmonella spp | 3 | 12 | 23 | 0 | ||
PCV2 | 12 | 3 | 13 | 10 | ||
VPRRS | 0 | 15 | 0 | 23 | ||
VDEP | 0 | 15 | 0 | 23 | ||
Mhyo | 0 | 15 | 0 | 23 | ||
App | 2 | 13 | 23 | 0 |
PCV2: circovirosis porcina tipo 2; VPRRS= virus del síndrome respiratorio y reproductivo del cerdo; VDEP= virus de la diarrea epidémica porcina; Mhyo= Mycoplasma hyopneumoniae. App= Actinobacillus pleuropneumoniae.
El alto número de muestras positivas que se detectaron en suero y en órganos para PCV2 en ambos estados sugiere que este virus circula activamente en la población de cerdos ferales muestreada, lo cual concuerda con lo reportado en otros informes similares9-11. Lo anterior puede sugerir que el cerdo feral podría ser un reservorio para cerdos domésticos o viceversa. Con respecto al VIP, a pesar de ser una enfermedad ampliamente distribuida en el mundo, solo se encontraron dos muestras positivas en Durango; sin embargo, el éxito en la detección del antígeno es complicado debido que el virus tiene un período muy corto de excreción y la toma de muestra debe de realizarse cuando el cerdo está en período febril12.
Los resultados de este trabajo coinciden con estudios previos13-14 en donde la detección de este virus se ve afectado también por factores externos como la interacción con otras especies15. En el caso de Spp se sabe que la bacteria se puede eliminar en heces de forma intermitente por largos periodos, por lo que posiblemente al momento de la captura de los animales, estos no la estaban eliminando. Hay que tomar en cuenta que también se requieren grandes poblaciones para mantener la infección en el ambiente, por lo que existe la posibilidad que en los cerdos ferales la bacteria no esté presente. Los resultados mostraron un comportamiento poco uniforme al detectarse alta frecuencia en los cerdos de Durango, pero baja en Chihuahua, posiblemente debido al tipo de hábitat que influya en la disponibilidad de agua y alimento y éste sea un factor estresante que propicie que el cerdo elimine al patógeno y se tenga un contacto más frecuente con la bacteria, heces y agua1.
En el caso de PRRS y PED los resultados negativos sugieren que estos agentes son de escasa o nula circulación en los cerdos ferales, lo cual coincide con lo reportado por varios autores14,16,17, ya que requieren condiciones epidemiológicas particulares para su difusión dentro de una piara, como sería la sobrepoblación, lo que sucede constantemente en las granjas porcinas tecnificadas; los cerdos ferales son poblaciones de baja densidad, lo que reduce la posibilidad de contacto con dichos virus por lo que no sería posible la trasmisión. Con relación a Mhyo, el no encontrar muestras positivas puede indicar que este agente probablemente no está presente, pero se debe considerar que puede haber infecciones subclínicas detectables solamente con histopatología3,18. Hay estudios con datos positivos a Mhyo pero puede ser debida a la geografía, la época de colección y al número de muestras19. En el caso de App, los resultados muestran la presencia de este agente, lo cual concuerda con otros estudios9,14 donde se reporta alta frecuencia hacia esta enfermedad, y si se adiciona que este kit tiene una alta sensibilidad y detecta los 12 serotipos relevantes en cerdos domésticos, se puede inferir que este agente circula en estas poblaciones20-21.
Este trabajo demostró la presencia de animales positivos hacia varios agentes importantes en la producción porcina comercial y en la salud pública, como ya se había reportado en un estudio previo en Baja California Sur. Es relevante comentar la implicación de lo anterior, debido a que estos animales se movilizan grandes distancias y en piaras en búsqueda de comida y agua, lo que conlleva a su interacción con otras especies silvestres, domésticas y el humano, representando un riesgo al ser reservorio de diversos agentes infecciosos. Aunque Conabio indica la presencia de esta especie en todo México, se desconoce la población total, por lo que sería bueno realizar más investigaciones para conocer exactamente dónde están presentes, estimar que población hay en cada uno de esos lugares para poder implementar programas de control como el que realiza la Michilía, y a la vez realizar estudios con diseños más dirigidos y con un tamaño de muestra mayor para continuar con la detección de los agentes infecciosos presentes en estos animales. Todo lo anterior permitirá conocer una situación más exacta en México, donde la información prácticamente es nula.