Los ecosistemas de montaña resguardan una alta diversidad biológica, propiciada por factores fisiográficos, geológicos, hidrológicos, climáticos y edáficos, los cuales, tras su interacción, generan ambientes heterogéneos, mismos que se ven favorecidos por la compresión climática en distancias relativamente cortas a través del gradiente altitudinal (Körner & Spehn et al. 2002, Spehn et al. 2010). Las montañas han sido llamadas “torres de agua”, ya que mejoran la calidad de vida para las personas a través de procesos que se desarrollan a través de la interacción de los componentes bióticos y abióticos, como es la aportación de agua limpia entre muchos otros servicios necesarios en el régimen biológico (Viviroli et al. 2003, Egan & Price 2014).
En México, una las unidades fisiográficas de mayor biodiversidad y riqueza es la provincia Sierra Madre Oriental (SMOr), que resguarda poco más de 8,500 especies de plantas vasculares nativas (Luna et al. 2004, Salinas-Rodríguez 2015, Salinas-Rodríguez et al. 2017), de las cuales, en los últimos 30 años, se han descrito cerca de 400 especies nuevas (Rzedowski 2015). Dentro de esta provincia existen relictos bien conservados de ecosistemas naturales complejos, propios de la región, como es el caso de la Microcuenca del Cañón de los Chivos (MCC) (Figura 1). Se localiza en la vertiente este de la sierra de Álvarez (INEGI 2001) y forma parte de una pequeña porción del Área de Protección de Flora y Fauna Sierra de Álvarez, de acuerdo con Torres & Sierra (2003). Particularmente en México, las geoformas conocidas como cañones resaltan por su complejidad, tipos de vegetación y alta riqueza de especies asociada. Algunos ejemplos de ello son el Cañón del Espinazo del Diablo en San Luis Potosí, el Cañón del Zopilote en Guerrero, el Cañón del Sumidero en Chiapas y el Cañón de Iturbide en Nuevo León (Ávila-Sánchez et al. 2010, Salinas-Rodríguez et al. 2013, Espinosa-Jiménez et al. 2014, Castillo-Gómez 2015).
En toda la sierra de Álvarez, desde que los europeos llegaron a esta región, se ha hecho un uso irracional de sus recursos, principalmente por la extracción de madera para construcción y combustible por parte de compañías como “The Alvarez Land and Timber Company”, que tuvo como objetivo proveer de leña y madera a la Compañía Metalúrgica Mexicana desde finales de la década de 1880 hasta la de 1940 (Martínez 2003, Palacios 2008), así como la extracción de roca caliza para la elaboración de cal hidratada, inicialmente por varias caleras artesanales pequeñas y más recientemente, por una gran industria como lo es CAL QUÍMICA MEXICANA, S.A. de C.V., la cual desde finales de la década de 1970 explota la roca caliza (Castillo-Lara 2003, 2007, Enríquez-Salaices-Valdez 2016). El objetivo de este trabajo fue elaborar un inventario de plantas vasculares para la MCC. Se analiza su riqueza por grupos taxonómicos, formas de crecimiento, nivel de endemismo y vulnerabilidad.
Materiales y métodos
Zona de estudio. La MCC pertenece a la Región Hidrológica del Río Panuco, dentro de la sección más alta de la Subcuenca del Río Verde (Figura 2). En la zona se presentan siete arroyos de los cuales dos son principales, arroyo Merlín y arroyo Charco Oscuro, los cuales al unirse con el arroyo La Salitrera forma el río Santa Catarina (INEGI 2001). La delimitación de la MCC se realizó a través del simulador de flujos de cuencas hidrográficas SIATL de INEGI (INEGI 2013). La MCC se localiza en los municipios de Villa de Zaragoza y San Nicolás Tolentino en el centro del estado de San Luis Potosí. Comprende una superficie total de 6,518 hectáreas y se ubica entre las coordenadas UTM: 334,819 E, 2,438,406 N, noroeste; 331,810 E, 2,437,139 N, noreste; 340,159 E, 2,417,903 N, suroeste; 344,593 E, 2,431,579 N, sureste. (INEGI 2001, 2013). La MCC se sitúa dentro de la provincia fisiográfica SMOr y subprovincia Carso Huasteco (Cervantes-Zamora et al. 1990), caracterizada localmente por sus abruptas laderas, con pendientes mayores al 20 %, y un gradiente altitudinal que va de los 1,437 a 2,702 m snm (INEGI 2013). La composición lítica en la MCC es compleja como resultado de distintos fenómenos geológicos (Carrasco 1970, Carrillo-Bravo 1971, Sánchez & Soberanes 2001, López-Doncel 2002). Su porción norte y centro incluye rocas calizas; en una pequeña fracción al noroeste, roca lutita, mezclado en bajas porciones con roca caliza; y en la porción sur toba riolítica-ignimbrita (Sánchez & Soberanes 2001). El suelo dominante es el litosol, con puntuales asociaciones de litosol con regosol eútrico al suroeste de la microcuenca y litosol con rendzina al sureste; al norte existe una pequeña porción de suelo luvisol órtico (INEGI 2001).
Según la clasificación de Köppen, modificado por García (1981), el clima del área pertenece al grupo BS1 kw, con un clima semi-seco templado con lluvias en verano (INEGI 1987, García-Sánchez & Aguirre 2011). En la región en donde se localiza la MCC, la vegetación es compuesta en mayor proporción por encinares; sin embargo, existen otros tipos de vegetación en el área, mismos que corresponden a bosque de encino-pino, bosque de galería, matorral submontano y pastizal inducido (INEGI 2001).
Trabajo de campo y gabinete. El trabajo de campo consistió en recolectas botánicas realizadas de febrero del 2016 a junio de 2019. Se efectuó un muestro sistematizado a través de 25 transectos (Figura 2) estratificados por tipos de vegetación de acuerdo con las clasificaciones de Flores et al. (1971) y Rzedowski (1978), cada uno con una longitud promedio de 400 m en dirección paralela a la pendiente. Cada transecto se repitió tres veces, con base en la temporada funcional del año (húmeda, seca y fría), principalmente durante el periodo comprendido entre marzo del 2018 a julio del 2019. Se recolectaron aquellas especies vegetales con estructuras reproductiva (flor y/o fruto) de los estratos herbáceo, arbustivo y arbóreo, en los diferentes tipos de vegetación. Se recolectaron al menos cinco duplicados por espécimen, pero para especies poco abundantes, se recolectó un ejemplar. Para las especies en riesgo únicamente se tomó registro fotográfico. Con el fin de ilustrar la apariencia estructural de cada especie se asignaron formas de crecimiento generales, de acuerdo con conceptos definidos en el glosario botánico de Font Quer (1953) como árboles, arbustos, hierbas, epífitas y trepadoras, además de casos específicos de hábitos nutricionales como lo son las parásitas y saprófitas.
Para la identificación taxonómica se revisaron tratamientos taxonómicos, descripciones de especies y guías (Salazar 1990, Herrera 2001, Espejo-Serna et al. 2002, Mickel & Smith 2004, Borhidi 2006, Mendoza-Ruiz & Pérez-García 2009, Martínez-Gordillo et al. 2013, Hernández-Sandoval 2019, García-Sánchez & Aguirre 2011), además de fascículos y capítulos de Flora del Bajío y Regiones Adyacentes (Fryxell 1993, Ballard 1994, Calderón de Rzedowski & Rzedowski 1994, Carranza-González & Madrigal 1995, García & Koch 1995, Fernández-Nava 1996, Rzedowski & Calderón de Rzedowski 1997, Rzedowski & Calderón de Rzedowski 2002, Daniel & Acosta-Castellanos 2003, Lorea-Hernández 2004, Rzedowski & Calderón de Rzedowski 2005, Pérez-Calix & Carranza-González 2005, Steinmann 2005, Calderón de Rzedowski & Rzedowski 2006, Andrade et al. 2007, Carranza-González 2007, Carranza-González 2008, Espejo-Serna et al. 2009. Espejo-Serna et al. 2010a, 2010b, Rzedowski et al. 2011, Rzedowski & Calderón de Rzedowski 2011, Sosa & Valdivieso 2013, González-Elizondo & González-Elizondo 2015, Martínez 2015, Rzedowski et al. 2016), de Flora Mesoamericana (Hoch et al. 2009, Stevens & Morales 2009, Pool & Knapp 2012), de Flora Fanerogámica del Valle de México (Calderón de Rzedowski & Rzedowski 2005) y de Flora de Veracruz (Espejo-Serna & López-Ferrari 2003). El procesamiento de los especímenes botánicos se realizó de acuerdo con el manual de herbario de Lot & Chiang (1986). El secado, identificación, montaje y etiquetado de los ejemplares botánicos se realizó en el herbario Isidro Palacios (SLPM). Algunas de las especies se registraron de manera fotográfica y fueron incluidas dentro del portal Naturalista (CONABIO 2019). Adicionalmente se consultaron especímenes históricos para el área de estudio en la colección del herbario SLPM y Desert Botanical Garden (DES).
Para la clasificación de angiospermas se utilizó el sistema APG IV (APG 2016) y para los helechos y afines, así como para gimnospermas el sistema de Christenhusz et al. (2011). La estandarización nomenclatural se realizó con el paquete Taxonstand v.2.1 (Cayuela et al. 2012) para R (R Development Core Team 2019), la cual se basa en ThePlantList (2010). Para el caso de taxones irresueltos se tomó de referencia el Catálogo de las plantas vasculares nativas de México (Villaseñor 2016). Se realizó una revisión exhaustiva del marco legal para conocer las especies incluidas en alguna categoría de conservación nacional en la NOM-059-ECOL-2010 (SEMARNAT 2010) o internacionales, como lo es la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (CITES 2019) y la lista roja de especies amenazadas de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCN 2019). Se indican las plantas restringidas al estado de San Luis Potosí y regiones adyacentes mencionadas en De-Nova et al. (2018), las especies que no son nativas de México, así como nuevos registros para el estado de acuerdo con la lista de Villaseñor (2016).
Con el fin de determinar el esfuerzo de muestreo en el área, se realizó una curva de acumulación de especies, la cual representa gráficamente la forma en que se registran nuevas especies por unidad de muestreo (Villarreal et al. 2006). Se utilizó el estimador no paramétrico Jackknife primer orden (Jack 1), el cual es una función del número de especies presentes en sólo una unidad de muestreo, mediante el software Estimates 9.1.0. (Colwell et al. 2012), con 1,000 rarefacciones y 16 extrapolaciones. Este estimador ha demostrado ser el más apropiado en términos de exactitud global (95 %), aún con un bajo número de muestras (González-Oreja et al. 2010). Para comparar la riqueza florística de la MCC y otras áreas de zonas montañosas previamente estudiadas, se calculó el índice de biodiversidad taxonómica (IB) de acuerdo con Squeo et al. (1998), definido como el número de especies entre el logaritmo natural del área en km2 (IB= S/lnA).
Resultados
Trabajo de campo. Se realizaron un total de 871 recolectas durante 71 días desde febrero del 2016 hasta julio del 2019, en campañas de siete días en promedio y que incluyeron todas las estaciones del año. Los ejemplares pueden ser consultados en la base de datos del herbario Isidro Palacios (SLPM 2019). Los especímenes históricos de la zona de estudio incluyen 120 ejemplares recolectados desde junio de 1998 hasta diciembre del 2015, además de un ejemplar de Edward Palmer de 1922 depositado en el herbario US. De acuerdo con el estimador Jack 1 el esfuerzo de muestreo alcanzó el 93 % de la riqueza de especies esperadas para la MCC (Figura 3).
Riqueza taxonómica y formas de crecimiento. Para la MCC se registraron 545 especies de plantas vasculares, las cuales pertenecen a 327 géneros, de 104 familias y cinco linajes (Apéndice 1, Tabla 1). Se obtuvieron un total de 987 registros, de los cuales 979 cuentan con respaldo de ejemplar de herbario y ocho fueron observados y registrados fotográficamente en la plataforma en línea Naturalista (Apéndice 1). Las eudicotiledóneas son el grupo taxonómico mejor representado con 385 especies (70.64 %), seguidas de las monocotiledóneas con 115 (20.10 %), y las restantes se dividen en magnolídeas con nueve (1.65 %), gimnospermas con 10 (1.83 %) y los helechos y afines con 26 (4.77 %), respectivamente (Tabla 1). Las familias más ricas son Asteraceae (37 géneros y 64 especies), Fabaceae (24 géneros y 38 especies), Orchidaceae (21 géneros y 33 especies), Poaceae (22 géneros y 29 especies) y Cactaceae (ocho géneros y 19 especies) (Tabla 2). Los géneros más diversos fueron Quercus con 17 especies, Tillandsia con nueve, Agave y Pinus con ocho, Echeveria con siete, Asclepias, Euphorbia, Salvia y Sedum con seis, y Ageratina, Panicum y Polypodium con cinco especies, respectivamente. En las figuras 4 y 5 se muestran algunas de las especies de la MCC. El IB dentro de la MCC es de 130.47 (spp./lnA), lo que la ubica en el segundo lugar en comparación con otras regiones estudiadas previamente en ecosistemas de montaña del estado de San Luis Potosí (Tabla 3). La forma de crecimiento dominante son las hierbas con 314 especies (57.61 %), seguidas por los arbustos con 103 especies (18.9 %), los árboles con 80 especies (14.67 %) y, en menor proporción las trepadoras con 31 especies (5.68 %) y las epífitas con 17 especies (3.12 %) (Tabla 4).
Grupo taxonómico | Familias | Géneros | Especies | % |
---|---|---|---|---|
Helechos y Afines | 7 | 17 | 26 | 4.77 |
Gimnospermas | 3 | 3 | 10 | 1.83 |
Angiospermas | 94 | 307 | 509 | 93.39 |
Mangnólidas | 2 | 4 | 9 | 1.65 |
Monocotiledóneas | 15 | 67 | 115 | 20.10 |
Eudicotiledóneas | 77 | 236 | 385 | 70.64 |
Total | 104 | 327 | 545 | 100 |
Familia | Géneros | % | Especies | % |
---|---|---|---|---|
Asteraceae | 37 | 11.31 | 64 | 11.74 |
Fabaceae | 24 | 7.34 | 38 | 6.97 |
Orchidaceae | 21 | 6.42 | 33 | 6.06 |
Poaceae | 22 | 6.73 | 29 | 5.32 |
Cactaceae | 8 | 2.45 | 19 | 3.49 |
Fagaceae | 1 | 0.31 | 17 | 3.12 |
Lamiaceae | 7 | 2.14 | 17 | 3.12 |
Asparagaceae | 5 | 1.53 | 14 | 2.57 |
Crassulaceae | 3 | 0.92 | 15 | 2.75 |
Apocynaceae | 7 | 2.14 | 14 | 2.57 |
Euphorbiaceae | 6 | 1.83 | 14 | 2.57 |
Solanaceae | 7 | 2.14 | 14 | 2.76 |
Ericaceae | 8 | 2.45 | 9 | 1.65 |
Rubiaceae | 8 | 2.45 | 9 | 1.65 |
Plantaginaceae | 5 | 1.53 | 6 | 1.10 |
Total | 169 | 51.68 | 312 | 57.25 |
Sitio de estudio | Autores | Tipo de vegetación | Rango altitudinal | Área (km2) | Riqueza gamma | IB |
---|---|---|---|---|---|---|
Cañón del Espinazo del Diablo | Castillo-Gómez 2015 | Sc, Ss, Sp, Be, Bmm, Bg, Ms | 550-1,550 | 18 | 573 | 198.24 |
Cañón de los Chivos | Presente estudio | Be, Bep, Bg, Bm, Ms | 1,437-2,702 | 65.18 | 545 | 130.47 |
Parque Nacional Potosí | Enríquez-Salaices-Valdez 2019 | Bep, Bpe, Bg | 1,580-2,800 | 20 | 327 | 109.15 |
Sierra de Monte Grande | Reyes-Agüero et al. 1996 | Mm, Mr, Mc, Ch, Pñ | 2,200-2,400 | 42.8 | 397 | 105.68 |
Flora de Guadalcázar | Torres-Colín et al. 2017 | Be, Bp, Ms, Mx, Pz. | 1,000-2,500 | 3,800 | 813 | 98.63 |
Sierra de Catorce | González et al. 2007 | Be, Pñ, Cd, Ch, Ms, Mr, Mm | 1,400-3,060 | 1,400 | 530 | 73.16 |
Sierra de Álvarez | García-Sánchez et al. 1999 | Diferentes asociaciones de Be | 200-2,702 | 2,276 | 332 | 42.94 |
Forma de crecimiento | Bosque de encino (%) | Bosque de encino-pino (%) | Bosque de galería (%) | Bosque afín a mesófilo de montaña (%) | Matorral submontano (%) | TOTAL (%) |
---|---|---|---|---|---|---|
Árbol | 13.60 | 14.21 | 16.74 | 35.29 | 13.95 | 14.67 |
Arbusto | 17.20 | 16.59 | 14.88 | 11.76 | 27.32 | 18.90 |
Hierba | 57.60 | 62.55 | 57.67 | 33.30 | 44.18 | 57.61 |
Epífita | 3.60 | 3.31 | 4.65 | 9.80 | 5.23 | 3.12 |
Trepadora | 8.00 | 3.31 | 6.04 | 9.80 | 9.30 | 5.68 |
Endemismos, especies en riesgo y nuevos registros. En la MCC se registraron 181 especies endémicas para México (118 géneros y 54 familias) y un total de 22 especies de distribución restringida al estado de San Luis Potosí y regiones adyacentes. Se registraron 117 especies dentro de la NOM-059-SEMARNAT (SEMARNAT 2010), la CITES o la IUCN (Apéndice 2), lo que representa el 21.46 % de la riqueza total del área. Un total de 45 especies están protegidas por la CITES, de las cuales sólo una (Ceratozamia zaragozae) se indica en el Apéndice I (especie en mayor grado de peligro) y las otras 44 en el Apéndice II (especies que pueden estar en peligro si no se controla estrictamente su comercio). Se registró un total de 84 especies dentro de la IUCN, de las cuales una se encuentra en peligro crítico (Ceratozamia zaragozae), dos en peligro (Opuntia megarhiza y Opuntia pachyrrhiza), tres vulnerables (Cornus disciflora, Mammillaria schiedeana, Pinus greggii), dos casi amenazadas (Ferocactus histrix, Pistacia mexicana), dos de bajo riesgo dependientes de conservación (Arbutus xalapensis, Viburnum elatum) de acuerdo con la antigua categoría LR/CD (Lower risk: conservation dependant) y 74 en preocupación menor. Además, en la MCC se registraron 11 especies en alguna categoría de riesgo según la NOM-059 (SEMARNAT-2010), cuatro amenazadas (Erythrina coralloides, Litsea glaucescens, Mammillaria erythrosperma, Mammillaria schiedeana), cuatro sujetas a protección especial (Brahea moorei, Ferocactus histrix, Pinus strobiformis, Schiedeella nagellii) y tres en peligro de extinción (Ceratozamia zaragozae, Echeveria elegans, Tilia americana var. mexicana). Se registraron 17 especies no nativas de México. Además, se encontraron seis nuevos registros para el estado de San Luis Potosí, de los cuales no existía recolecta previa en herbarios ni mención en algún trabajo florístico para el estado (Corallorhiza maculata, Corallorhiza wisteriana, Funkiella tenella, Hexalectris nitida, Schiedeella crenulata y Sisyrinchium angustissimum).
Vegetación. En la MCC se apreciaron fisonómicamente cinco tipos de vegetación: bosque de encino, bosque de encino-pino, bosque de galería, bosque afín a mesófilo de montaña y matorral submontano (Figura 6). Los tipos de vegetación de mayor a menor riqueza fueron el bosque de encino con 75 familias, 182 géneros y 250 especies (45.87 %), el bosque de galería con 73 familias, 170 géneros y 215 especies (39.45 %), el bosque de encino-pino con 62 familias, 149 géneros y 211 especies (38.72 %), y el bosque afín a mesófilo de montaña con 34 familias, 48 géneros y 51 especies (9.35 %) (Tabla 5). La forma de crecimiento más dominante en todos los tipos de vegetación fueron las hierbas, seguido por los arbustos en el bosque de encino, bosque de encino-pino, matorral submontano y por árboles en el bosque de galería y el bosque afín a mesófilo de montaña (Tabla 4). Los tipos de vegetación con mayor presencia de epífitas fueron el bosque afín a mesófilo de montaña y el matorral submontano que también tienen una mayor presencia de trepadoras.
Discusión
Riqueza florística. La MCC incluye al menos 545 especies de plantas superiores, lo que equivale al 10.06 % de las plantas vasculares nativas del estado de San Luis Potosí que se estima en 5,413 especies (Villaseñor 2016, De-Nova 2018). Las familias más ricas en especies dentro de la MCC (Asteraceae, Fabaceae, Orchidaceae y Poaceae) resultan ser también las que se reportan como las de mayor riqueza en México (Rzedowski 1972, Villaseñor 2016, Torres-Colín et al. 2017, Sánchez-Ken 2019). Así mismo, siete de los géneros más ricos en la MCC coinciden con los más ricos a nivel nacional de acuerdo con Villaseñor (2016), entre los que destacan Quercus, Tillandsia, Agave y Pinus. México es considerado como centro de diversidad y origen para estos géneros o algunas de sus secciones (Gentry 1982, Farjon 1996, Valencia-A. 2004, García-Mendoza 2004, Sosa & De-Nova 2012, Pinzón et al. 2016, Sosa et al. 2018). Por ejemplo, la SMOr representa uno de los centros de origen y mayor riqueza específica del género Quercus (Govaerts & Frodin 1998, Valencia-A. 2004). Se ha mencionado previamente que la riqueza y endemismo de Quercus está asociada a la combinación de varios factores, entre ellos la disponibilidad de hábitats adecuados para ser ocupados (Valencia-A. 2004). En la MCC se combinan diversas comunidades vegetales y en todas ellas el género Quercus está presente con al menos dos especies.
El valor del índice de biodiversidad taxonómica en la MCC (IB = 130.47), sobrepasa el valor promedio (IB = 108.29) reportado para otras regiones de ecosistemas de montaña en el estado de San Luis Potosí (Reyes-Agüero et al. 1996, García-Sánchez et al. 1999, González et al. 2007, Castillo-Gómez 2015, Torres-Colín et al. 2017, Enríquez-Salaices-Valdez 2019), y sólo se encuentra por debajo del Cañón del Espinazo del Diablo, área que incluye tipos de vegetación más complejos con afinidad cálido húmedo y subhúmedo, además de templado húmedo.
En la MCC existen especies de afinidad Neártica, pero también otros con afinidad Neotropical que se han señalado previamente con preferencia por los climas cálidos subhúmedos como son Ficus cotinifolia, Lysiloma acapulcense, Catasetum integerrimum y Arisaema macrospathum (Salazar 1990, Croat & Carlsen 2003, Andrade et al. 2007, Carvajal 2007, Ibarra-Manríquez et al. 2012). Estas especies están presentes en el área de estudio dentro del bosque afín a mesófilo de montaña y el matorral submontano; su presencia indica condiciones ambientales y ecológicas particulares dentro de la MCC, pues su registro en la zona representa el más continental dentro del estado. En el caso de A. macrospathum, su registro más continental se había mencionado para el fragmento de bosque mesófilo de Ríoverde (Salinas-Rodríguez & Cruzado-Cortés 2011), el cual se localiza 35 km al este de la MCC. Por otro lado, los géneros Ficus y Catasetum no cuentan con registros para el estado fuera de la región Huasteca.
Se ha mencionado que la compleja fisiografía presente en algunos cañones incide directamente en el establecimiento de una mayor variedad de asociaciones vegetales y una alta riqueza florística (Ávila-Sánchez et al. 2010, Castillo-Gómez 2015). En el caso de la MCC, el contacto abrupto entre laderas con diferente exposición genera comunidades vegetales contrastantes en distancias cortas como el bosque de encino en laderas de exposición norte, con presencia de Quercus furfuracea, Q. polymorpha, Persea liebmannii, P. americana e Ilex brandegeeana y el matorral submontano en laderas de exposición sur con presencia de Juniperus flaccida, Viguiera trachyphylla, Painteria elachistophylla, Decatropis bicolor, Colubrina ehrenbergii, Bernardia albida. Estos tipos de vegetación son limitados por una delgada franja de bosque de galería en el fondo de cañón, donde la especie dominante es Platanus mexicana.
Vegetación. De los cinco tipos de vegetación presentes en la MCC, el bosque de encino es el que domina y presenta la mayor riqueza florística. En trabajos previos se han reportado hasta cuatro diferentes tipos de encinares para la sierra de Álvarez (García-Sánchez et al. 1999, Zavala-Chávez & García-Sánchez 1999), y es posible que su interacción con el resto de los tipos de vegetación incida en su alta riqueza. Estos autores han resaltado la presencia de encinares mesófilos dentro del área, caracterizada por la presencia de Asclepias pellucida, Quercus affinis, Q. crassipes y Tilia americana var. mexicana (García-Sánchez et al. 1999), que coinciden con algunas zonas húmedas de bosque de encino dentro de la MCC pero difieren de lo que aquí denominamos el bosque afín a mesófilo de montaña.
El bosque de galería es el tipo de vegetación con mayor diversidad taxonómica a nivel de familia, el segundo en riqueza florística y presenta diferencias en su composición, según el sustrato geológico y la altitud. A pesar de que Platanus mexicana es constante en el bosque de galería, las áreas con roca ígnea que colindan con el bosque de encino-pino, presentan también Alnus acuminata subsp. arguta, así como las áreas colindantes con el matorral submontano presentan Carya illinoinensis. Se ha mencionado que en las zonas rivereñas existen ecotonos de alta diversidad biológica y de funcionamiento complejo por su posición entre los sistemas acuático y terrestre (Mendoza et al. 2014) como se observa dentro de la MCC y áreas adyacentes en cuanto su riqueza de especies y diversidad de asociaciones vegetales.
El bosque de encino-pino, que ocupa el tercer lugar en riqueza y diversidad taxonómica, se encuentra consignado a la región sur-sureste de la MCC, en las zonas más altas del área, de 1,580 a 2,300 m snm y con sustrato derivado de rocas ígneas. En este tipo de vegetación existen manchones reducidos de pequeñas herbáceas que parecen indicar un microambiente de alta humedad, entre estos destacan los elementos herbáceos Cranichis subumbellata, Cyclopogon violaceus y Cyclopogon luteo-albus, reconocida esta última como indicadora de calidad ambiental en otros tipos de vegetación como el bosque mesófilo de montaña (Díaz-Toribio 2009). En regiones cercanas, como el Parque Nacional El Potosí, la riqueza de especies del bosque de pino-encino se sitúa por encima de la que presenta el bosque de encino (Enríquez-Salaices-Valdez 2019).
El matorral submontano es de los tipos de vegetación de menor riqueza florística en la MCC, en contraste con lo reportado para otras regiones de San Luis Potosí, como la sierra de Guadalcázar, en dónde es el tipo de vegetación más rico en especies (Torres-Colín et al. 2017). La menor riqueza del matorral submontano, respecto a la mayoría de los bosques templados de la MCC, probablemente se asocia a la menor área que éste ocupa en la microcuenca, lo cual reduce los escenarios ambientales que favorecerían su riqueza. Respecto a las variantes de composición observadas en este tipo de vegetación fue notorio Esenbeckia berlandieri en las zonas más húmedas y protegidas de la alta incidencia solar, donde destaca como arbolito vigoroso, e incluso llega a formar pequeños rodales, en contraste con las áreas escarpadas y más xéricas con especies de menor altura, donde Painteria elachistophylla fue la especie más frecuente. Esto coincide con lo reportado para el matorral submontano en Linares, Nuevo León, donde algunas especies, generalmente de porte arbustivo, pueden llegar a crecer como árboles o arbolitos en áreas protegidas de la alta radiación solar con microclimas más húmedos (García-Hernández & Jurado 2008). Así mismo, Myrtillocactus geometrizans y Stenocereus queretaroensis son notorios en las zonas con suelos derivados de roca ígnea, dentro del matorral submontano, mientras que, en las áreas con substrato sedimentario, está ausentes, tal y como fue descrito por Rzedowski (1961) para esta vegetación dentro del estado de San Luis Potosí.
La menor riqueza florística presente en el tipo de vegetación afín a bosque mesófilo de montaña está asociada a su extensión, ya que se restringe a un pequeño manchón de 2.1 ha protegido dentro de una cañada en una ladera de exposición noroeste. Este tipo de vegetación fue designado como bosque afín a mesófilo de montaña ya que los elementos vegetales presentes en el sitio son característicos de este tipo de vegetación, poco comunes en los bosques de encino de la MCC, por lo que este pequeño rodal se distingue de la matriz que lo rodea. En este tipo de vegetación se percibe una alta humedad, diferente a la de su entorno, debido al arroyo semipermanente que lo cruza y por su ubicación dentro de una pequeña cañada oscurecida, que le confiere un microambiente con una constante presencia de neblina y otros tipos de condensación. Sus principales componentes arbóreos son Persea americana, Tilia americana var. mexicana, Cinnamomum pachypodum, Carya ovata y Morus celtidifolia que han sido asociados previamente a bosques mesófilos de montaña en México (Rzedowski 1996, Villaseñor 2010) y particularmente en la SMOr, como los de Copalillos y Rioverde en el estado de San Luis Potosí, Landa de Matamoros en el estado de Querétaro y la Reserva de la Biosfera El Cielo en el estado de Tamaulipas (Puig et al. 1987, Cartujano et al. 2002, Salinas-Rodríguez & Cruzado-Cortés 2011, Fortanelli-Martínez et al. 2014). Previamente se ha indicado que la presencia de bosques húmedos, como el bosque afín a mesófilo de montaña, en la sierra de Álvarez, es favorecida por la neblina y otros tipos de condensación de humedad derivados del efecto de barlovento provocado por el viento que proviene del Golfo de México (Cserna & Bello 1963, Villaseñor 2010, Salinas-Rodríguez & Cruzado-Cortés 2011). Su registro en la MCC representa su distribución más continental dentro del estado de San Luis Potosí hasta el momento y abre la posibilidad de encontrar otros fragmentos en la región que representen refugios para su conservación.
Formas de crecimiento. La proporción de la riqueza de especies, con respecto a las formas de crecimiento en la MCC, coincide con lo reportado para otras regiones con ecosistemas de montaña en la SMOr, como el Parque Nacional El Potosí y la sierra de Zapalinamé, en donde dominan las herbáceas, seguidas por los arbustos, árboles y en menor proporción las trepadoras y epífitas (Encina-Domínguez et al. 2009, Enríquez-Salaices-Valdez 2019). A pesar de que, a nivel de diversidad gamma, en las formas de crecimiento, se tuvo un mayor porcentaje de arbustos respecto a los árboles, en el bosque de galería y el fragmento afín a bosque mesófilo de montaña se presentó un mayor porcentaje de árboles con relación a los arbustos. Este efecto puede atribuirse al grado de conservación en estos tipos de vegetación, sobre todo en el afín a bosque mesófilo de montaña, donde además se presentó el mayor porcentaje de trepadoras y epifitas. Estas últimas son un indicador de humedad y conservación en algunos tipos de vegetación debido a las preferencias de estas formas de vida (Lüttge 1997, Köster et al. 2009).
Endemismos, especies en riesgo y nuevos registros. De la riqueza florística presente en México, casi la mitad son endémicas de sus provincias biogeográficas (Villaseñor 2003, 2004). El endemismo en la MCC equivale al 1.55 % de las 11,600 especies endémicas de México (Villaseñor 2016) y al 15.94 % de las 1,135 endémicas de la SMOr (Salinas-Rodríguez et al. 2017). Las familias más representativas son Asteraceae y Asparagaceae con cinco especies, Crassulaceae con cuatro especies y Cactaceae con tres especies. Asteraceae y Cactaceae son también las familias más ricas en especies endémicas dentro de la SMOr (Salinas-Rodríguez et al. 2017). Cabe destacar que Ceratozamia zaragozae, Tigridia potosina y Verbesina sororia, tienen una distribución restringida dentro del estado de San Luis Potosí (Villaseñor 2016, Castillo-Lara et al. 2017). De las 117 especies incluidas en alguna de las listas de protección, únicamente 11 especies están registradas en alguna categoría de riesgo dentro de la NOM-059 (SEMARNAT 2010). Algunas como C. zaragozae y Schiedeella nagelii son endémicas a San Luis Potosí y regiones adyacentes (Villaseñor 2016, Castillo-Lara et al. 2017, De-Nova et al. 2018) y C. zaragozae se encuentra en la categoría de peligro de extinción en la NOM-059- (SEMARNAT 2010), en el apéndice 1 de la CITES y en la categoría de peligro crítico (CR) de la IUCN. El bajo número de especies catalogadas en las categorías de riesgo de la NOM-059 con respecto a la CITES y IUCN, resalta la necesidad de actualizar la norma nacional y realizar un análisis ecológico más minucioso (Enríquez-Salaices-Valdez 2019). Los seis nuevos registros para el estado de San Luis Potosí han sido de relevancia puesto que existen pocos registros para México. Cinco de los nuevos registros pertenecen a la familia Orchidaceae y uno a la familia Iridiaceae. Además, se comprobó la presencia de Staphylea pringlei, la cual había sido previamente sugerida para el estado (Carranza-González 2004) y aunque recientemente ha sido mencionada para Rioverde, San Luis Potosí (Salinas-Rodríguez et al. 2017), la presente investigación es la primera que incluye recolectas formales respaldadas con ejemplares de herbario en una colección. La población de S. pringlei en la MCC se encuentra confinada dentro del manchón afín a bosque mesófilo de montaña, con algunos individuos dispersos a lo largo de un arroyo adyacente en un segmento no mayor a 1 km. Su presencia es bastante significativa, ya que se ha considerado una especie relictual, con afinidad por los bosques mesófilos de montaña y con algunas pocas poblaciones en el Cañón de Iturbide y el Parque Nacional Cumbres de Monterrey, Nuevo León, en el bosque mesófilo de montaña de Tamaulipas, en los límites entre Hidalgo y Veracruz, y en algunos bosques mesófilos de montaña de Veracruz. (Marroquín 1976, Sosa 1988, Avendaño & Durán 2000, Cavazos 2000, Salinas-Rodríguez et al. 2013). Lo anterior indica que la MCC podría representar un refugio para otras especies de distribución restringida.
La MCC es un eslabón importante para la conservación de la biodiversidad dentro del estado de San Luis Potosí y para El Corredor Ecológico SMOr, debido a que representa un área de importante diversidad florística y permite la conexión entre áreas naturales protegidas como son el Parque Nacional El Potosí y el Área Natural de Protección de Flora y Fauna Sierra de Álvarez. Su heterogeneidad ambiental, promovida por su complejidad de geoformas y ubicación geográfica, resalta a la MCC como refugio de biodiversidad, con presencia de endemismos regionales, elementos de ecosistemas relictuales, así como comunidades vegetales en buen estado de conservación. Todo esto soporta que la MCC sea propuesta como área destinada a la conservación.