Introducción
La educación interprofesional (EIP) es recomendada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) para fomentar las competencias de los estudiantes de ciencias de la salud con el fin de mejorar la salud de la población1. Dicha educación es definida por la OMS como un proceso en el cual estudiantes de diferentes carreras de ciencias de la salud aprenden juntos durante algún periodo de su formación con el objetivo de trabajar juntos en el futuro para prevenir o curar la enfermedad, rehabilitar y promocionar salud1. Un buen método para fomentar dicha educación es la simulación clínica2. Esta metodología consiste en situar al estudiante ante problemas de salud parecidos a la realidad3donde éste puede ejercer sus habilidades con absoluta seguridad para el paciente y permite una retroalimentación a través de una reflexión crítica2,4. La simulación clínica tiene diversas etapas conocidas por los nombres técnicos de prebriefing, briefing, escenario y debriefing. Esta última, la más importante, es de retroalimentación e implica una reflexión crítica compartida con los tutores al final de la actividad. En esta etapa se favorece la estructuración de los conocimientos, el autoaprendizaje y la autoevaluación3. La simulación es un buen método no solo para fomentar competencias específicas sino transversales, como serían el trabajo en equipo, la comunicación interpersonal o el liderazgo4,5. A partir de estas 2 premisas, se diseñó una actividad piloto de aprendizaje interprofesional para estudiantes en ciencias de la salud de estudios diferentes, dependientes de la institución sanitaria Parc de Salut Mar (PSMar) de Barcelona. En el campus universitario del PSMar imparten su docencia 3 centros diferentes: Facultad de Ciencias de la Salud y de la Vida de la Universidad Pompeu Fabra (UPF), Facultad de Medicina de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) y Escuela Superior de Enfermería del Mar, adscrita a la UPF. En dicho campus, entre otras carreras, se cursan estudios de Medicina (compartidos entre la UPF y la UAB) y Enfermería. Asimismo, el PSMar tiene un centro no universitario, el Instituto Bonanova, donde se cursan la mayoría de las especialidades sanitarias de la Formación Profesional, entre ellas la de los Ciclos Formativos de Grado Medio de Cuidados Auxiliares de Enfermería. Este artículo pretende narrar 2 experiencias educativas que tuvieron como objetivo el introducir el aprendizaje colaborativo interprofesional en el campo de la simulación clínica y, en caso de éxito, instaurar la EIP en los estudios reglados de Medicina y de Enfermería que se cursan en la institución sanitaria.
Método
Participantes
El proyecto de EIP consistió en realizar 2 jornadas de simulación clínica en las que en cada una de ellas se presentaron los mismos 3 casos clínicos. Las jornadas se realizaron durante un único día en junio de 2015 y en julio de 2016. En ellas participaron estudiantes de los últimos cursos de los estudios de Medicina, de Enfermería y de Formación Profesional Sanitaria ligados al PSMar. En ambas ediciones, la actividad académica reglada de los estudios implicados había terminado. En la primera experiencia participaron 14 estudiantes (3 de Medicina, 6 de Enfermería y 5 de Auxiliares de Enfermería) y en la segunda 15 (6 de Medicina, 4 de Enfermería y 5 de Auxiliares de Enfermería). En ambos casos, la mayoría de estudiantes fueron mujeres (11 en 2015 y 13 en 2016). En las 2 actividades estuvieron presentes los mismos 11 profesores (4 de Medicina, 4 de Enfermería y 3 de Ciclos Formativos de Grado Medio de Cuidados Auxiliares de Enfermería) donde la mayoría de ellos ejercieron como instructores.
Material e instrumentos utilizados
Las experiencias se realizaron en las instalaciones del Instituto Bonanova, un centro de simulación de alta fidelidad equipado con maniquí y con todo el instrumental necesario para resolver los casos presentados. Al acabar cada experiencia, los estudiantes, de forma voluntaria y anónima, contestaron un cuestionario de 14 ítems tipo Likert con 5 alternativas. Éste contenía ítems sobre percepción de aprendizaje y de utilidad de la experiencia, valoración de los instructores, aspectos organizativos, satisfacción de haber participado en la experiencia y la posibilidad de extensión de la EIP en los estudios reglados (anexo 1). En la segunda prueba piloto, 3 de los 14 ítems fueron diferentes a los de la primera.
Los escenarios
En cada una de las 2 jornadas piloto se presentaron escenarios con los mismos 3 casos clínicos que siguieron las 4 fases del proceso de simulación: prebriefing (10 minutos), briefing (15 minutos), escenario (10 minutos) y debriefing (20 minutos). Esta última fase tuvo 2 partes, una conjunta (10 minutos) y una específica para cada estudio (10 minutos). El primer caso estaba ubicado en una unidad de urgencias donde se encontraba un paciente con infarto de miocardio y el primer contacto con el problema recaía sobre el/la estudiante de medicina. El segundo caso se desarrollaba en una unidad de cuidados intensivos con un enfermo intubado y que presentaba desaturación de forma súbita. En este caso, el/la estudiante de enfermería era la primera persona en afrontar el problema. El tercer caso hacía referencia a una sala de hospitalización donde el/la estudiante de Auxiliar de Enfermería, al entrar en la habitación para tomar las constantes vitales, se encentraba con un paciente con un cuadro de pérdida de conocimiento por hipoglucemia. En todos los casos intervinieron directamente 3 estudiantes, uno por cada titulación. El resto de los estudiantes participantes observaron la situación en tiempo real en una sala contigua a través de una pantalla de proyección. En cada jornada intervinieron 9 estudiantes, 3 por titulación que fueron designados entre los propios estudiantes asistentes a la jornada. Los estudiantes que participaron en las experiencias no habían tenido ninguna experiencia previa en simulación. Respecto a los docentes, en cada caso participaron de forma directa 6 profesores, 3 en la cabina de control, uno por titulación, y 3 dirigiendo el debriefing, también uno por cada carrera. En cada una de las 2 jornadas participaron 9 profesores de forma directa y 2 como observadores.
Objetivos de aprendizaje y retroalimentación
Cada caso tenía unos objetivos de aprendizaje para los estudiantes participantes cuya evaluación quedaba en consideración de los instructores. En los anexos 2 y 3 se presentan como ejemplos ilustrativos las rúbricas utilizadas para los alumnos de medicina en el primer escenario y de los de formación profesional en el tercero. En cada caso, al finalizar la fase de escenario, todos los estudiantes participantes tuvieron un debriefing conjunto de 10 minutos donde se compartían las vivencias, sensaciones, trabajo en equipo, comunicación y liderazgo. En esta sesión estuvieron presentes todos los profesores y fue dirigida por uno de ellos. Una vez acabada esta sesión conjunta, se procedió, durante 10 minutos, a un debriefing específico en función de los estudios de los participantes. En esta actividad, conducida por un docente experto de las disciplinas correspondientes, se trataron aspectos técnicos, objetivos específicos de aprendizaje y roles propios dentro del equipo multidisciplinar. En cada jornada, tras la finalización de todos los escenarios y debriefing correspondientes a los 3 casos, se procedió a realizar un último breve encuentro con todos los asistentes, con el objetivo de valorar de forma global la actividad.
Resultados
Valoración por parte de los profesores
Después de cada jornada, el equipo docente realizó diversas reuniones de reflexión donde se analizaba la experiencia y se hacían propuestas de mejora. En estas reuniones, todos los docentes consideraron que los objetivos específicos de cada uno de los estudios participantes y de los interprofesionales de trabajo en equipo se habían conseguido en su gran mayoría. Así, consideraron que la experiencia tenía un alto valor formativo y que debería ser extendida de forma progresiva en los estudios reglados de los centros participantes.
Valoración por parte de los estudiantes
Todos los estudiantes asistentes a las sesiones respondieron el cuestionario de satisfacción. La valoración de las experiencias fue altamente positiva. La tabla 1muestra las puntuaciones medias y desviaciones típicas en cada uno de los ítems contestados. En ella se pueden observar los 3 ítems que en la segunda experiencia fueron distintos a los de la primera. Todas las medias fueron superiores a 4 indicando una gran percepción de aprendizaje, de utilidad de la experiencia, de valoración positiva de sus instructores y de satisfacción por haber participado en la actividad. Los resultados fueron muy similares en todos los asistentes sin diferencias entre sexos o entre estudios. Un resultado destacable fue el que los participantes, en las 2 pruebas, consideraron que la experiencia interprofesional realizada se debería extender a asignaturas de sus estudios reglados.
Ítem | Piloto 1 (2015) N= 14 | Piloto 2 (2016) N= 15 |
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Aprendizaje práctico conseguido | 4,36 (0,8) | |
Aprendizaje teórico conseguido | 4,23 (0,7) | |
Utilidad para la profesión futura | 4,62 (0,6) | 4,67 (0,5) |
Adecuación de la metodología para facilitar el aprendizaje | 4,50 (0,6) | 4,75 (0,5) |
Adecuación de los casos presentados | 4,79 (0,4) | 4,33 (0,9) |
Ritmo correcto | 4,29 (1,0) | 4,75 (0,5) |
Explicaciones claras y confianza por parte de los instructores | 4,93 (0,3) | 4,67 (0,6) |
Facilitación de participación e interacción entre participantes por parte de los instructores | 4,86 (0,4) | 4,58 (0,7) |
Interés de los instructores en fomentar el aprendizaje | 4,85 (0,6) | |
Duración de la sesión | 4,36 (0,8) | 4,45 (0,7) |
Instalaciones y equipamientos | 4,21 (0,8) | 4,75 (0,6) |
Satisfacción de haber participado | 4,79 (0,4) | 4,82 (0,4) |
Cumplimiento de expectativas y consecución de objetivos | 4,57 (0,6) | 4,73 (0,6) |
Extensión de la experiencia a estudios reglados | 4,93 (0,3) | 4,58 (0,8) |
Recursos de soporte (ECG; analítica, pruebas radiológicas) | 4,33 (0,7) | |
Aprendizaje conseguido | 4,58 (0,5) | |
Debriefing como herramienta útil de aprendizaje | 4,75 (0,6) |
Discusión
Nuestro objetivo consistió en implementar unas pruebas piloto de EIP en el campo de la simulación clínica con el fin de, en caso de éxito, introducir actividades interprofesionales en los estudios reglados de los centros participantes. La experiencia estaba en consonancia con la necesidad y utilidad de la EIP1,2,6,7y con la consideración de la importancia de la simulación para favorecer dicha educación colaborativa2,8.
Los resultados de la experiencia fueron totalmente positivos por la percepción de utilidad y de satisfacción por parte de los participantes, tanto de docentes como de discentes. Recordemos que las puntuaciones de los estudiantes en todos los ítems y en las 2 ocasiones fueron superiores a 4. Dentro de la alta satisfacción mostrada por los alumnos, se debería destacar el hecho de que consideraran que la EIP se debería extender a los estudios reglados de las titulaciones participantes.
Los resultados positivos del presente trabajo coinciden con los mostrados en otros estudios en países muy diferentes donde se resalta la utilidad de la EIP, especialmente en simulación8-10. También confirman que las experiencias de EIP generan una gran satisfacción entre los estudiantes6,9,11.
Sabemos que la mayoría de las actividades de EIP en estudiantes de ciencias de la salud son con alumnos de medicina y de enfermería9,11,12, pero también conocemos casos donde han participado estudiantes de otras disciplinas, como Fisioterapia, Farmacia, Nutrición, Psicología o Terapia respiratoria8,10,13-17.
Nuestras experiencias tuvieron una característica novedosa respecto a los estudios comentados ya que implicaron a estudiantes no universitarios, en concreto de Formación Profesional Sanitaria. Creemos que ello es especialmente relevante dado que, en muchos centros de salud, en concreto en los hospitales, trabajan en equipo profesionales de medicina, de enfermería y de auxiliar de enfermería.
Asimismo, queremos asumir algunas limitaciones de la experiencia como el escaso número de alumnos participantes o el no haber utilizado rúbricas específicas para evaluar el comportamiento de los participantes en aspectos de competencias transversales no exclusivamente técnicas. Cada instructor evaluó estas conductas de forma subjetiva. A pesar de ello, en los debriefing colectivos después de cada caso se insistió en la importancia de dichas competencias y se constató el buen funcionamiento del trabajo en equipo o la asunción de roles profesionales. De todos modos, después de la segunda actividad se acordó la necesidad de rúbricas específicas en las futuras actuaciones para las competencias genéricas.
Dado el éxito de las experiencias piloto, en la actualidad la actividad en simulación interprofesional se realiza y se evalúa de forma sumativa en 2 asignaturas del grado en Medicina, una en cuarto curso y otra en quinto, y en una asignatura del grado de Enfermería. En el caso de los alumnos de Auxiliares de Enfermería, el objetivo de la simulación es formativo debido a que los alumnos que participan todavía no han hecho prácticas en ningún centro hospitalario. Si bien en la actualidad las experiencias de EIP en simulación se están realizando en cursos superiores, se tiene la intención de hacerlas extensivas progresivamente a cursos inferiores de las carreras y no solo en simulación sino en otras actividades susceptibles de interdisciplinariedad, incluyendo asignaturas comunes.
Tanto la EIP como las actividades de simulación clínica además de fomentar las competencias específicas de las carreras, son especialmente adecuadas para mejorar competencias transversales muy relevantes4,5. A pesar de sus beneficios potenciales18, las experiencias de EIP en España son escasas, posiblemente por la dificultad para implementarlas19. Tenemos conocimiento de un proyecto no implementado20y de 3 experiencias con éxito en 2 universidades12,16,21, en 2 de las cuales se utilizó la simulación16,21.
La actividad desarrollada, con la participación de estudiantes no universitarios, puede aportar un nuevo estímulo para fomentar la IPE en diversos estudios de ciencias de la salud de universidades españolas o de países latinoamericanos.
Conclusiones
Las experiencias piloto de EIP con estudiantes de medicina, de enfermería y de auxiliares de enfermería fueron exitosas y generaron gran satisfacción en los participantes, tanto instructores como estudiantes. La participación de estudiantes no universitarios en el equipo multidisciplinar es novedosa y enriquecedora que debería ser objeto de nuevas experiencias. El éxito de las pruebas piloto dio lugar a introducir la EIP en cursos superiores de los estudios reglados de medicina y de enfermería con la intención de hacerlos extensivos a cursos inferiores. La experiencia realizada puede servir de estímulo para fomentar la EIP en estudios de ciencias de la salud en universidades españolas y latinoamericanas.