Sr. Editor:

Durante el 2021, evaluamos las razones por las cuales los médicos en México deciden o no, elegir la geriatría como especialidad.

Al plantear la investigación, nos enfrentamos a una serie de retos que todos conocemos bien: ¿De qué manera aseguramos la participación? ¿Qué tan costoso podría ser, en tiempo, dinero y esfuerzo lograr tener la muestra? La investigación finalmente es 1% inspiración, 10% esfuerzo y un 90% de capacidad logística para llevar a cabo las ideas que surgen y que son necesarias aterrizar para que el proyecto se lleve a cabo.

Inicialmente, contactamos con las escuelas y facultades de medicina del país, para preguntarles acerca de la educación de la geriatría en el pregrado, es decir, si existía un curso organizado como tal en el plan de estudios. Lo anterior implicó un gran esfuerzo, en cuanto a organización, con llamadas e invitaciones por distintos medios para hablar con los responsables, particularmente por correo electrónico. Este trabajo, que duró meses, en muchas ocasiones no fue exitoso y la realidad fue que no logramos obtener una respuesta de la totalidad de las escuelas que de forma inicial nos habíamos planteado.

El siguiente paso, implicó invitar a estudiantes de medicina, de distintas regiones del país, para preguntarles acerca de su elección y al considerar nuestra experiencia anterior, sabíamos que había un riesgo considerable de no conseguir una muestra adecuada. Necesitábamos contactar estudiantes que hubieran elegido geriatría como especialidad, así como estudiantes que independientemente de la elección que hubieran hecho, estuvieran seguros de que nunca hubiesen elegido a la geriatría como especialidad.

Por lo anterior, nuestro enfoque, en esta ocasión, fue exclusivamente por medio de redes sociales, por lo que se envió una invitación a través de las cuentas personales de Facebook, Twitter e Instagram de la primera autora de esta carta, Carolina Gómez Moreno. La respuesta fue por lo demás extraordinaria: durante las 72 horas después de publicar la invitación, se logró contactar a un 90 % de la cantidad de los estudiantes que se necesitaban para completar la muestra, con mayor respuesta de los que no eligieron geriatría.

Con los mensajes directos en Twitter, se obtuvieron los datos de contacto, además de que fue posible organizar grupos de WhatsApp y se llegó a un acuerdo para realizar las entrevistas de grupos focales por medio de la plataforma Zoom. De igual manera, con WhatsApp los estudiantes enviaron la firma de los consentimientos informados.

La pandemia por COVID-19, en los últimos dos años, nos muestra la necesidad, tan inherente a la condición humana, de mantenernos en contacto y la magnitud de los esfuerzos que se llevan a cabo para lograrlo. Somos seres humanos y sociales, sin duda nuestra naturaleza no deja lugar para el aislamiento, ni siquiera durante una pandemia y esto, afortunadamente, es una buena nueva para la investigación en cualquiera de sus áreas, particularmente en la investigación en ciencias sociales y en el área educativa.