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Cuadernos de Lingüística de El Colegio de México

versión On-line ISSN 2007-736X

Cuad. Lingüíst. Col. Méx. vol.11  Ciudad de México ene./dic. 2024  Epub 09-Sep-2024

https://doi.org/10.24201/clecm.v11i00.302 

Artículos

Gramaticalización del marcador del estándar de la comparación: tipología intragenética de lenguas yuto-aztecas del noroeste de México

Grammaticalization of the marker of the standard of comparison: intragenetic typology in Uto-Aztecan languages of northwestern Mexico

Zarina Estrada Fernández1 
http://orcid.org/0000-0001-7249-2452

1Universidad de Sonora Hermosillo, Sonora zarina.estrada@unison.mx


Resumen:

La Tipología intragenética centra su interés en el análisis de propiedades que se observan en lenguas genéticamente emparentadas para explicar procesos de cambio lingüístico diacrónico que se manifiestan en ellas sin pretender desarrollar propuestas de reconstrucción histórica. El análisis de las construcciones comparativas en lenguas yuto-aztecas que aún se hablan en la región noroeste de México, pima bajo, tarahumara, guarijío, tepehuano del norte y yaqui, permite mostrar la variedad de tipos de cláusulas comparativas que ocurren en estas lenguas y a partir de ellas proponer las distintas etapas de gramaticalización que dan lugar al surgimiento del marcador del estándar de comparación, dígase el operador clave que contrasta al tópico de la comparación con el estándar de la comparación.

Palabras clave: construcciones comparativas; tipología intragenética; lenguas yuto-aztecas; gramaticalización; marcador del estándar de comparación

Abstract:

Intragenetic Typology focuses its interest on the analysis of properties that are observed in genetically related languages to explain processes of diachronic linguistic change that manifest themselves without trying to develop proposals for historical reconstruction. The analysis of the comparative constructions in Uto-Aztecan languages that are still spoken in the northwestern region of Mexico, Pima Bajo, Tarahumara, Guarijío, Northern Tepehuan, and Yaqui, allows us to show the variety of types of comparative clauses that occur in these languages and to claim in favor of the different grammaticalization paths that give rise to the marker of the standard of comparison, that is, the key operator that contrasts the topic of comparison with the standard of comparison.

Keywords: comparative constructions; intragenetic typology; Uto-Aztecan languages; grammaticalization; marker of the standard of comparison

1. Introducción

Los estudios de corte tipológico inter- o intragenético (Greenberg 1969; Kibrik 1998; Dezsö 2008) permiten apuntalar la diversidad de comportamientos lingüísticos que se manifiestan en un determinado ámbito funcional en lenguas de una misma familia o diferentes, y desarrollar explicaciones desde una perspectiva diacrónica. En el caso de este trabajo, el foco de interés está centrado en las construcciones comparativas. El análisis del tema en distintas lenguas pertenecientes a diferentes familias lingüísticas, o bien, a una misma familia, permite, no solo corroborar coincidencias, como las que ya han sido observadas por Stassen (2005) en una base de datos de 167 lenguas del mundo, sino también de proponer hipótesis sobre las diferencias lingüísticas que se observan desde la perspectiva de la teoría de la gramaticalización.

Las construcciones comparativas han sido poco estudiadas en lenguas amerindias. Uno de esos estudios es el de Chamoreau (2012), y hasta la fecha, no se ha desarrollado un trabajo comparativo que se centre en las lenguas yuto-aztecas o yuto-nahuas, habladas en la región noroeste de México, que en este contexto geográfico pertenecen a dos subramas: (i) la tepimana y (ii) la taracahíta. Geográficamente, las personas que hablan las lenguas que abordamos en este trabajo radican en zonas montañosas de la sierra Madre Occidental y la región baja o valle del estado de Sonora como se muestra en el Mapa 1.1

Mapa 1 Ubicación geográfica de las lenguas yuto-aztecas del noroeste de México2  

En este trabajo, las construcciones comparativas se abordan desde una perspectiva tipológica-diacrónica. En general, se asume que el origen de la complejidad sintáctica surge de la parataxis, esto es, de cláusulas encadenadas que posteriormente avanzan hacia las cláusulas complejas o incrustadas como lo ha expuesto Givón (2009: 10) y que él y otros autores, entre ellos Heine & Kuteva (2007), han esquematizado como el cambio que va de parataxis a sintaxis. Asumimos esta visión como un factor determinante para explicar el desarrollo o surgimiento de las construcciones comparativas. De esta manera, en esta contribución se busca mostrar las etapas de evolución que se manifiestan durante el surgimiento o gramaticalización del llamado marcador del estándar de comparación (MEC). El análisis muestra que, aun en un ámbito circunscrito a lenguas de una misma familia, podemos constatar que: (i) el análisis intragenético da evidencia de cómo, en un reducido número de lenguas de una misma familia, se manifiestan diversas construcciones encaminadas a la codificación del ámbito funcional de la comparación, y que, (ii) la tendencia diacrónica de cambio apuntala el proceso de reducción de construcciones comparativas biclausales de tipo paratáctico, entiéndase yuxtapuestas a las monoclausales, y (iii) que la diversidad de construcciones que se manifiestan en las lenguas analizadas ofrece evidencias de las distintas rutas de gramaticalización que explican el origen del operador al que se conoce como MEC.

Las lenguas que se abordan pertenecen, como ya se ha mencionado, a la familia yuto-azteca o yuto-nahua limitándose a las que hasta ahora aún se hablan en el noroeste de México: pima bajo y tepehuano del norte de la rama tepimana, y guarijío, tarahumara y yaqui, de la rama taracahíta. El análisis se desarrolla considerando tanto los condicionamientos comunicativo-pragmáticos y semánticos, como las características estructurales que codifican a las construcciones comparativas.

Cabe observar que, debido a la extensión de esta contribución, el estudio no pretende cubrir la globalidad de construcciones comparativas que sería posible encontrar en las lenguas que se analizan, lo cual se observará porque durante el análisis no se discuten comparativas de superioridad, similitud e inferioridad para todas las lenguas. Sin embargo, la selección del material lingüístico analizado es suficiente para los objetivos centrales de esta contribución, específicamente: (a) mostrar la variedad de construcciones y propiedades que se observan en cada una de las lenguas bajo estudio siempre y cuando sea posible, (b) dar evidencia de los procesos de evolución, dígase de gramaticalización, que se proponen a partir de los datos comparativos, y finalmente, derivado de esto, (c) sustentar como empíricamente válido un continuo de gramaticalización que inicia en la expresión de situaciones comparativas biclausales, sin MEC, hasta expresiones donde el evento comparativo ser reduzca a una construcción monoclausal y donde ya se gramaticaliza un operador, dígase MEC.

2. Las construcciones comparativas

El ámbito nocional de esta contribución se sostiene en dos apartados distintos, aunque complementarios. El primero desarrolla un marco general para comprender la tipología intragenética que se observa en lenguas de la familia yuto-azteca, y que se puede plantear a partir de la revisión de lo que se ha propuesto para el ámbito de las construcciones comparativas para lenguas del mundo. El segundo presenta los principios básicos sobre los procesos de gramaticalización. Cada uno de estos apartados se desarrollan en las subsecciones siguientes.

2.1. Perspectiva tipológica de las construcciones comparativas

Las construcciones comparativas en lenguas del mundo han sido analizadas por diferentes autores (Stassen 1985; 2001; 2005; Cuzzolin & Lehmann 2004; Dixon 2008; Haspelmath & Buchholz 1998; y Haspelmath et al. 2013), entre otros. En general, todos ellos describen una construcción comparativa prototípica como aquella que contiene cinco elementos tal como se observa en el ejemplo del inglés en (1), así como su versión en español, con diferencias menores como el uso del morfema del inglés -er, en contraste con el cuantificador más en español:

(1) John is taller than Peter

‘Juan es más alto que Pedro’

La descripción y términos con los que se identifican los cinco elementos característicos de una construcción comparativa se proporcionan en (2):

(2) Elementos integrantes de una construcción comparativa prototípica

(i) el tópico de la comparación (the comparee), que en (1) es John

(ii) el tópico contrastivo (the standard), que corresponde a Peter

(iii) el marcador de grado (degree-marker), que es el sufijo -er

(iv) el marcador del estándar de la comparación

(the standard-marker), el elemento than, y

(v) el predicado (the parameter), is_tall

Varios son los tipos de construcciones comparativas que distintos autores han propuesto para las lenguas del mundo, entre ellos Stassen (1985; 2005; 2013), Dixon (2008), y Haspelmath et al. (2013) 3 entre otros. En la Tabla 1, se identifican los tipos de construcciones comparativas según el primer autor.

Tabla 1 Subtipos de construcciones comparativas en Stassen (2005; 2013

1. La comparación conjuntiva (the conjoined comparative)
2. La comparación locativa (the locational comparative)
i. El estándar de la comparación está marcado como fuente de un movimiento (separativa o from-comparative)
ii. El estándar de la comparación está marcado como meta de un movimiento (alativa o to-comparative)
iii. El estándar de comparación está marcado como locativo (at-comparative)
3. La comparación de partícula (the particle comparative)
4. La comparación verbal (the exceed or verbal comparative)

El tipo 1, corresponde a la comparación conjuntiva (conjoined comparative), normalmente formada por dos cláusulas. En una se codifica el tópico de la comparación y en la otra, el estándar de comparación. Además, en este tipo de construcción pueden presentarse dos predicados, los cuales ocurren si se codifica distinta polaridad, es decir, una cláusula afirmativa o positiva y otra negativa. La polaridad negativa puede favo recer que el predicado no se repita. En (3) se ilustra un ejemplo que Stassen (2005) proporciona para este primer tipo de construcción comparativa.

(3) Menomini: Comparativa conjuntiva (conjoined comparative)

Tata’hkes-ew nenah tɛh kan.

fuerte-3SG 1 y no4

‘Él es más fuerte que yo.’ (lit. Él es fuerte y yo no (soy fuerte))

(Bloomfield 1962: 506, en Stassen 2005: 492, ej. 14)

El tipo 2, o comparación locativa (locational comparative), según se ha mostrado en la Tabla 1, exhibe tres subtipos dependiendo la preposición que se utilice, como se observa en los ejemplos en (4):

(4) Mundari: Locativa separativa (from-locative)

a. sadmo- ete hati maranga-e.

caballo-desde elefante grande-3SG.PRS

‘El elefante es más grande que el caballo.’

(Hoffman 1903: 110, en Stassen 2005: 4, ej. 6)

Siuslaw: Locativa de meta o alativa (to- or benefactive comparative)

b. sea his na- tc.

3SG bien 1SG.OBJ-para

‘Él es mejor que yo.’

(Frachtenberg 1922a: 555, en Stassen 2005: 4, ej. 9)

Tubu: Comparativa locativa (at-locative)

c. sa-umma gere do mado.

ojos-POS sangre en rojo

‘Sus ojos son más rojos que la sangre.’

(Lukas 1953: 45, en Stassen 2005: 5, ej. 12)

El tipo 3, dígase, la comparativa de partícula, usa, a modo general, una adposición para introducir el estándar de comparación (than-comparative). En el ejemplo (5) del francés, la marca de comparación, la partícula que, activa la codificación del estándar de comparación:

(5) Francés: Comparativa de partícula (comparative particle)

Tu es plus jolie que ta soeur

2SG ser más bonita que 2SG hermana

‘Tú eres más bonita que tu hermana.’

(Bernard Bichkjian, en Stassen 2005: 6, ej. 16)

Finalmente, el cuarto tipo, denominado comparativa verbal (exceed comparative), se caracteriza por el uso del verbo exceder o sobrepasar que establece el requerimiento de un objeto directo que corresponde al estándar de comparación, como se observa en (6):

(6) Duala: Comparativa verbal (exceed or verbal comparative)

nin` ndábò e koló búkà n´ine

esta casa ella grande exceder DEM

‘Esta casa (ella) es más grande que esa.’

(Ittmann 1939: 187, en Stassen 2005: 3, ej. 4)

Así, a partir de los antecedentes tipológicos que hemos expuesto, y asumiendo que las lenguas bajo estudio exhiben diversas construcciones comparativas que se acomodan a los tipos descritos, el análisis intratipológico de los datos de las lenguas yuto-aztecas analizadas en este trabajo se presentará en §3. Dicho análisis se apoya además en principios básicos de la teoría de la gramaticalización que presentamos en la § 2.2., los cuales permitirán explicar el desarrollo diacrónico del MEC.

2.2. Principios básicos de los procesos de gramaticalización

Los estudios que abordan el análisis de los cambios lingüísticos desde la perspectiva de la gramaticalización tienen sus orígenes en reflexiones que diversos autores plantearon en diferentes momentos, entre ellos Meillet (1921); Kuryłowicz (1965); Givón (2018, [1979]); Lehmann (2015); Heine et al. (1991); Heine & Kuteva (2007), entre otros. Desde esta perspectiva teórica, los estudios sobre la gramaticalización reflexionan sobre el “origen y evolución de las formas gramaticales” y cómo ellas surgen a través del tiempo y del espacio, esto último considerando las posibles diferencias que se encuentran en lenguas habladas en distintas zonas geográficas. Las aportaciones más relevantes de los enfoques sobre gramaticalización se encuentran en el planteamiento de las llamadas rutas o cadenas de cambio, cuya relevancia es importante para explicar los procesos de cambio que ilustran cómo surgen distintas categorías gramaticales en las lenguas del mundo (Heine & Kuteva 2005; Kouteva et al. 2019).

Para el análisis de las construcciones comparativas que se desarrolla, las aportaciones del marco conceptual de la gramaticalización resultan importantes porque permite explicar, etapa por etapa, las diferencias de las construcciones o formas constatadas en las distintas lenguas yuto-aztecas bajo estudio, y validan el origen y surgimiento del MEC. De esta manera, el análisis que se expondrá en §3 sobre los distintos tipos de construcciones comparativas, se traduce a distintas etapas de gramaticalización del MEC. Durante el análisis, estas etapas o rutas de gramaticalización se exponen considerando, inicialmente, la no ocurrencia del MEC para avanzar hacia la etapa donde ya se consigue visualizar a un elemento que satisface el comportamiento descrito en (2).

3. Construcciones comparativas en lenguas yuto-aztecas

Las propiedades tipológicas relevantes como marco previo para el análisis de las construcciones comparativas son solamente dos: (i) el orden básico o neutral de la cláusula declarativa simple, que tiende a ser SOV como se ha caracterizado para el proto-yuto-azteca (Langacker 1977: 24) y (ii) la tendencia manifiesta de codificar distintos elementos gramaticales como clíticos de segunda posición (Steele et al. 1981), dígase tienden a ocurrir en una posición de atracción según Bisang (1996).

En esta sección se da cuenta de la variedad tipológica de las construcciones comparativas a partir de datos de las lenguas del noroeste de México que anteriormente hemos mencionado: pima bajo, tepehuano del norte, tarahumara, guarijío y yaqui. De esta manera, la sección avanza reflexionando sobre las distintas rutas o cadenas de cambio que dan origen al elemento funcional u operador, que hemos denominado MEC en las lenguas yuto-aztecas bajo estudio.

3.1. Comparativas antonímicas yuxtapuestas con doble predicado

Las construcciones comparativas de este tipo se documentaron en dos lenguas: pima bajo, y guarijío. Los datos muestran que las comparativas biclausales se obtienen mediante la yuxtaposición de dos predicaciones, lo que se ilustra en pima bajo, en (7), y en guarijío, en (8). En los ejemplos se observa una predicación o cláusula afirmativa y otra negativa. Recordemos que los componentes centrales de cada una de las cláusulas corresponden a: (i) el tópico de la comparación, es decir, el argumento sujeto o comparado, (ii) el marcador de grado, que en pima bajo se codifica mediante el intensivo si’ ‘muy’ o ‘mucho’ y en guarijío mediante el término epečé ‘más’, y finalmente (iii) el predicado. Véase que en las construcciones en (7) de pima bajo, el predicado está codificado mediante los adjetivos gi’id ‘grande’ o gi’igid ‘grandes’ y liid ‘pequeño’.

(7) Pima bajo: Comparativa como construcción yuxtapuesta biclausal

a. hig si’ gi’id aan si’ liid.

3SG.SUJ INT grande.COP 1SG.SUJ INT pequeño.COP

‘Él es tan alto como yo.’ (lit. él es muy grande, yo soy muy pequeño)

b. aat si’ gi’igid mitim vupim iip.

1PL.SUJ INT grande.PL.COP 2PL.NSUJ igual también

‘Nosotros somos igual de grandes que ustedes.’

(lit. nosotros somos muy grandes, ustedes (son) igual también.’)

En (8) se ilustran dos comparativas antonímicas negativas en guarijío: en (8a) el adjetivo werumá ‘grande’ corresponde al predicado, mientras que en (8b) es čitiá ‘parecer’. Cada uno de los predicados están precedidos por marcadores de polaridad negativa ki, en (8a) y kaɁí, en (8b).5 También se observa que (8a) no cuenta con algún elemento que corresponda al MEC, en cambio (8b) tiene la posposición de manera, rehká ‘como’, que puede ser analizada como equivalente funcional al MEC. El orden que ocupa dicho elemento es el característico de una posposición, ya que se encuentra después de la frase nominal a la que se refiere.

(8) Guarijío: comparativa biclausal antonímica

a. no’ó puhkú miísi epečé werumá ki= amó

1SG.NSUJ CLS gato M.GRADO grande NEG=2SG.NSUJ

puhkú čitiá.

CLS parecer

‘Mi gato es más grande que el tuyo.’

(lit. mi gato es más grande, el tuyo no parece.’) (Félix 2007: 103, ej. 121)

b. ahpoé pahcá ená, kaɁí noɁó=ga rehká.

3SG.SUJ antes venir NEG 1SG.NSUJ=ENF POSP

‘Él vino antes que yo.’ (lit. él vino antes, no como yo)

(Miller 1993: 131, ej. 530)

3.2. Comparativas con subordinante como marcador del estándar de comparación

Las construcciones comparativas de este tipo se observaron en pima bajo y tepehuano del norte, aunque en §3.7 mostraremos un caso de tarahumara que podría guardar cierta semejanza con los ejemplos que aquí se ilustran. En las construcciones en (9) y (10), los subordinantes ko, en pima bajo, y ši, en tepehuano del norte, introducen al estándar de la comparación o tópico contrastivo, por lo que podría argumentarse que estos subordinantes son equivalentes funcionales a un MEC. En el caso del subordinante ko del pima bajo, debe observarse que marca sujeto distinto, lo que acentúa el cambio del tópico de la comparación al tópico contrastivo.

(9) Comparativa con subordinante como marcador del estándar

de comparación

Pima bajo

higai si’ tivi-d [ ko am mar]

3SG.SUJ M.GRADO alto-COP SUB 2SG.NSUJ hijo

‘Él es más alto que su hijo.’

(lit. él es muy alto SUB tu hijo.)

(10) Tepehuano del norte

giñ mara bamion koi [ ši aani]

1SG.POS hijo M.GRADO dormir.PFV SUB 1SG.SUJ

‘Mi hijo durmió más que yo.’ (lit. mi hijo durmió más SUB yo)

Dado el uso de los elementos subordinantes mencionados en las construcciones en (9) y (10) podríamos considerar que existe cierta similitud con la que se observa en las cláusulas subordinadas de complemento objeto en cada una de estas lenguas, lo que puede constatarse al observar los ejemplos (11a-b) de pima bajo, y (12a-b) de tepehuano del norte. Nótese que, en estas últimas construcciones, los subordinantes introducen (i) cláusulas reducidas a un predicado, titvan ‘jugar.IRR’ en (11a), y tuid y a ‘hacer.PFV’ en (12a), y además, el uso de (ii) un clítico pronominal de sujeto, =n ‘1SG.SUJ’ en (11b) o, (iii) un elemento adverbial povii ‘así’, en (12b). Es justo en la introducción de esos elementos que las construcciones de objeto directo o clausal difieren de las comparativas ilustradas (9) y (10) dado que en estas últimas los subordinantes son seguidos de elementos nominales como am mar ‘tu hijo’ y aani ‘yo’.

(11) Pima bajo: cláusula de complemento clausal objeto con

subordinante ko

a. okosi lii oob daks ko titv-an.

mujer DIM persona permitir-PFV SUB jugar-IRR

‘La mujer permitió al niño que jugara.’

b. aap am=aag-im ko =n duv-an.

2SG.SUJ 2SG.NSUJ-gustar-CONT SUB=1SG.NSUJ llegar-IRR

‘Te gusta que haya llegado.’

(Estrada Fernández 2010: 149, ej. 21a)

(12) Tepehuano del norte: cláusula de complemento clausal objeto

con subordinante

a. dai agidyi [ povii dui-tadai.]

CONJ decir.PAS [SUB así hacer-REM]

‘y les dijo lo que sucedió.’

b. ka-mi tiga-kai [ tuidya.]

ya-NEG encontrar-SEC [SUB hacer.PFV]

‘ya no encontraba que hacer.’

Por otro lado, si recapacitamos en las comparativas con subordinante como las ilustradas en (9) y (10), no podemos dejar de hipotetizar que dichas construcciones corresponden a réplicas del español -véase las traducciones al español de ellas- en las que el subordinante que introduce al tópico o estándar de la comparación. Esta propuesta permite proponer que los ejemplos en (9) y (10) se han gramaticalizado replicando construcciones similares del español, lo que se constata tanto en la posición y función de los subordinantes que introducen al estándar de la comparación. La propuesta de una ruta de gramaticalización inducida por el contacto se sostiene en la similitud formal y semántica que tienen esas construcciones con las del español, lo que, sin lugar a dudas, puede sostenerse como un proceso de cambio motivado por el contacto precisamente debido al carácter bilingüe de los hablantes que proporcionaron el corpus de esta investigación y, sobre todo, por ser el español la lengua dominante en los espacios públicos de estas comunidades desde el inicio de la colonización a partir del siglo XVII. La propuesta teórica del pro ceso se reconoce como réplica gramatical inducida por contacto en Heine & Kuteva (2007: 327).6 De esta manera, los subordinantes, ko del pima bajo e del tepehuano del norte, pueden ser considerados equivalentes funcionales a un MEC, debido a que introducen al tópico contrastivo o estándar de la comparación.

3.3. Comparativa monoclausal sin marcador del estándar

Este tipo de construcción se observó solamente en tepehuano del norte y, hasta ahora, solo en comparativas de similitud, como el ejemplo en (13). El elemento clave para la función comparativa es ipani ‘igual’, que corresponde al marcador de grado de similitud. El ejemplo en (13) también muestra al tópico contrastivo o estándar, gi sukuli ‘tu hermano’, situado como adjunto, dígase yuxtapuesto, ya que, en contraste con los que se observa en (11) y (12) no se codifica ningún subordinante en función del MEC. El carácter monoclausal de la construcción en (13) es evidente debido a la ausencia de un segundo predicado. Esto confirma que el tópico contrastivo o estándar de la comparación ocurre como elemento adjunto yuxtapuesto, y que además se encuentra en la posición esperada para un argumento oblicuo o circunstancial, que por lo regular ocurren hacia el margen final de la construcción.

(13) Tepehuano del norte: comparativa mono-clausal sin marcador

del estándar

aapi ipani gido gi sukuli.

2SG.SUJ M.GRADO grande 2SG.POS hermano.menor

‘Tú eres tan grande como tu hermano menor.’

(lit. tú (eres) igual de grande (que) tu hermano menor)

3.4. Comparativa monoclausal con tópico contrastivo o estándar como clítico

Este tipo de construcción comparativa también se observó únicamente en tepehuano del norte, como se observa en (14). Se trata de una comparativa de similitud monoclausal como la anteriormente ilustrada en (10), donde solo ocurre un predicado. En la construcción en (14), el sujeto de la cláusula codifica al tópico de la comparación, y el tópico contrastivo corresponde al pronombre no-sujeto de primera persona giñ ‘1SG.NSUJ’, que se posiciona como clítico antes del marcador de grado ipani ‘igual’, para juntos codificar giñ=ipani, ‘1SG.NSUJ=M.GRADO’. Este comportamiento contrasta, como se dijo anteriormente, con el ejemplo en (10) donde el tópico contrastivo ocurre como adjunto en posición final o margen derecho de la cláusula y, por lo tanto, distante del marcador de grado:

(14) Tepehuano del norte: comparativa monoclausal con tópico

contrastivo o estándar como clítico

Gin mara [ giñ =ipani] koi.

1SG.POS hijo 1SG.NSUJ=M.GRADO dormir.PFV

‘Mi hijo durmió igual que yo.’

A partir de la codificación del tópico contrastivo o estándar dentro de los límites de una construcción monoclausal, en la que este elemento además ocurre como clítico al margen izquierdo del marcador de grado ipani ‘igual’, podemos afirmar que la construcción refleja un paso más hacia la gramaticalización de las construcciones comparativas. De nuevo, dicha gramaticalización se asemeja mucho a la función que se observa en es pañol donde ocurre el subordinante que seguido del pronombre personal que alude al estándar de la marcación, como en que yo, aunque en (14), el tepehuano del norte resuelve la codificación mediante el pronombre giñ ‘1SG.SUJ’ antepuesto al marcador de grado ipani ‘igual’. El que giñ=ipani ‘yo=igual’, ocurra en (14) es un claro indicio de una etapa previa a la gramaticalización que se discutirá al referirnos a la construcción que se ilustra en (15). Así, tal como se sostendrá en §3.5, la ruta de gramaticalización, que se observa en ejemplos como los que hemos discutido tanto en (13) como en (14), puede calificar como un caso de réplica estructural del marcador complejo igual que del español. La pérdida de independencia de los elementos se manifiesta en la clitización del pronombre de primera persona sujeto al unirse al elemento subordinante ma, como se ve en (15) y no al marcador de grado como anteriormente se vio en (14), indicio también de un proceso de grama ticalización.

3.5. Comparativa monoclausal con marcador del estándar de comparación

Al igual que como se mencionó en §3.4, los datos que se han discutido de tepehuano del norte proporcionan evidencia de construcciones comparativas que permiten sostener una etapa más avanzada en el proceso de gramaticalización en la que se vislumbra el surgimiento del MEC. La ruta debe ser vista, específicamente, como un proceso inducido por el contacto entre lenguas. Esta propuesta de gramaticalización se valida en rasgos que se observan en (15a-b), específicamente: (i) en que el marcador de grado ipani ‘igual’ se ha reducido fonéticamente a ipa=, muestra de la erosión fonética y (ii) que el uso de un clítico al margen izquierdo del subordinante ma ‘que’, indica la pérdida de independencia de ese elemento, proceso que es apuntalado por Heine & Kuteva (2005; 2007: 534-541).7 Por lo tanto, la marca de grado cliticizada al subordinante da lugar a un proceso de réplica estructural en la que el marcador de grado se une al MEC como en el español igual que.

(15) Tepehuano del norte: comparativa con réplica estructural del

español igual que

a. Idyi ooko ipa=ma niiyi uurugi.

DEM mujer M.GRADO=SUB cantar.PRS pájaro

‘Esa mujer canta como un pájaro.’ (lit. esa mujer que canta igual

que un pájaro)

b. Pabora kaban mii ipani =ši Paulina

Pablo rápido correr.PFV M.GRADO=SUB Paulina

‘En cuanto a Pablo, corrió tan rápido como Paulina.’

(lit. Pablo corre rápido igual que Paulina)

3.6. Comparativa con marcador del estándar o tópico contrastivo como posposición

Este sexto tipo de construcción comparativa se documentó en tarahumara y en yaqui, otras de las dos lenguas yuto-aztecas consideradas en este trabajo. A diferencia de las construcciones comparativas que hasta ahora hemos discutido, las que se documentaron en tarahumara, e incluso en yaqui, requieren de un elemento evidencial que de alguna forma atenúa la declaración comparativa. En tarahumara, el evidencial usado es el de percepción atenuada, simiraka o simirame, cuya interpretación semántica corresponde a ‘va yendo con eso’ y que podría interpretarse en español como ‘se me figura’. Este evidencial de percepción atenuada ocurrió en todas las expresiones comparativas documentadas en tarahumara, lo que podría explicarse como una forma de evitar la declaración de un acto de habla en el que se comparen propiedades asignadas a individuos o cosas. El análisis apuntalaría cierta coincidencia con lo que Dixon (2008: 814) señala en cuanto a que sociedades pequeñas carecen de construcciones comparativas.

Además de la particularidad de la lengua a la que nos hemos referido en el párrafo anterior, las construcciones comparativas del tarahumara mostraron, como se verá en los ejemplos en (16) y (17), la presencia de la posposición kitera ‘por lo tanto’, ‘así pues’, ‘a causa de’, que destaca al ocurrir en posición final después de un pronombre o de una frase nominal que hace referencia al tópico contrastivo. La ocurrencia de la posposición en esta posición permite proponer que estas construcciones corresponden a las comparativas con preposiciones identificadas por Stassen (2005; 2013), con la diferencia de que las lenguas yuto-aztecas carecen de este tipo de elementos, y en su lugar tienen posposiciones. La función que la posposición tiene en los ejemplos (16) y (17) es justo interpretable como equivalente funcional al MEC. Esta equivalencia funcional apoya la propuesta de un proceso de gramaticalización que da lugar al surgimiento del MEC tal como se ha planteado como principal propuesta en esta contribución. Discutiremos primero el ejemplo en (16) y posteriormente a ello el (17):

(16) Tarahumara: Comparativa con posposición como MEC

échi-ko, simí-ra-ka welé wasé tamí kitera .

DET-TOP ir-PERT-EST M.GRADO tierra 1PL.OBJ POSP

‘En cuanto a él, parece ir yendo con más tierra que nosotros.’

(17) Tarahumara: Comparativa con posposición como MEC,

pero sin marcador de grado

échi-ko, simí-ra-me kupe tami kítera.

DET-TOP ir-PERT-NMLZ cabello 1PL.OBJ POSP

‘En cuanto a él, él va con cabello como nosotros.’

Nótese que, tanto en (16), como en (17), la posposición kitera está precedida por un pronombre objeto, tami ‘1SG.OBJ’, que codifica al tópico contrastivo o estándar de la comparación. Asimismo, que los ejemplos difieren en cuanto a la codificación del marcador de grado, ya que mientras que en (16) está presente, no ocurre así en (17). A este respecto cabe señalar que la ocurrencia del tópico contrastivo codificado mediante un pronombre objeto o acusativo ha sido discutido en los estudios lingüísticos del inglés, entre ellos el de He & Wen (2015) quienes indican que esa marcación de caso parece ser requerida por el marcador del estándar de comparación than. El análisis de He & Wen (2015) se centra en la polémica que gira en torno al porque ese marcador debe ser analizado como conjunción o preposición. No obstante, es claro que than, como marcador del estándar de comparación, destaca al aceptar que el elemento pronominal que suele acompañarlo y codifica al tópico contrastivo o estándar de la comparación, como sería en un determinado caso una primera persona del singular I, que construcciones comparativas ocurre tanto con marcación acusativa en than me, como nominativa, en than I. Según He & Wen (2015) la diferencia de selección de caso acusativo vs. nominativo puede deberse a énfasis. En los ejemplos de tarahumara, la marcación de objeto del pronombre tami de ‘1PL.OBJ’, en (16), y (17), es compatible con la propuesta de He & Wen (2015).

Un último aspecto que hay que aclarar entorno al ejemplo en (16) en contraste con el de (17), es que el primero de ellos destaca porque no tiene codificado un marcador de grado y, además, porque lo que se ha denominado como evidencial de percepción atenuada tiene el sufijo nominalizador estativo -ka, que no ocurre en (17). Dicha diferencia podría indicar que en (16) el elemento atenuador muestra un menor grado de nominalización con relación al que ocurre en (17), que muestra el sufijo nominalizador -me. La diferencia en el uso del sufijo estativo -ka vs. -me, es todavía incierta. El último rasgo que ocurre en ambos ejemplos es el sufijo -ra de pertenencia; el cual indica que se asigna una cualidad al tópico de comparación o comparando.

En cuanto a las construcciones comparativas en yaqui, los datos permiten proponer un alto grado de gramaticalización de la estrategia que hemos denominado MEC, o introductor del tópico contrastivo. En los ejemplos en (18) se ilustran tres casos donde el elemento al que nos hemos estado refiriendo ocurre como dos tipos distintos de posposiciones bepa y benasi, ambos con el valor semántico de ‘como’. En (18a-b) se muestra la posposición bepa, que ocurre en comparativas de superioridad e inferioridad y en (18c) la de benasi que fue utilizada solo en comparativas de similitud o igualdad. Esta especialización apuntala al yaqui como una lengua con mayor grado de gramaticalización de las construcciones comparativas precisamente porque la lengua (i) solo mostró construcciones marcadas con una de las posposiciones que hemos mencionado y (ii) que el uso de ellas es consistente, es decir, que ningún otro tipo de comparativa surgió en la exploración de datos que se realizó.

(18) Yaqui: Comparativa de superioridad con posposición bepa

a. aapo che’a teebe nee bepa.

3SG.SUJ INT alto 1SG.OBJ como

‘Él es más más alto que yo.’

Yaqui: Comparativa de inferioridad con posposición bepa

b. empo che’a ka bambamsee ne bepa .

2SG.SUJ INT NEG IT~rápido 1SG.OBJ como

‘Tú eres menos rápido que yo.’

Yaqui: Comparativa de similitud o igualdad con posposición benasi

c. aapo tekipanoa em uusi benasi .

3SG.SUJ trabaja 2SG.POS hijo similar/parejo

‘Él trabaja igual que tu hijo.’

Además, en guarijío y tepehuano del norte, también pudieron observarse construcciones que contienen una posposición para hacer referencia al tópico contrastivo, dígase MEC. Obsérvense los ejemplos en (19), de guarijío y (20) de tepehuano del norte.

(19) Guarijío

ahpoé osopíci tehpekúma hu, ka’i no’o=gá rehká.

3SG.SUJ M.GRADO alto COP NEG 1SG.SUJ=ENF como

‘Él es más alto que yo.’ (lit. él es más alto, no como yo)

El siguiente ejemplo, como ya mencionamos, corrobora que en tepehuano del norte también es posible que una posposición se encuentre en función del operador que marca al tópico contrastivo o estándar de la comparación. En el ejemplo en (20), la posposición duukai ‘como’ se encuentra pospuesta al marcador de grado ipam ‘igual’ que a su vez está precedido del pronombre gin ‘1SG.NSUJ’ que codifica al estándar de comparación.

(20) Tepehuano del norte

igai kiiga ga ata-buai gin ipam duukai.

3SG.SUJ M.GRADO 3N.ESP cosa-trabajar 1SG.NSUJ M.GRADO como

‘Él trabaja tan bien como yo.’ (lit. él trabaja bien como mi igual)

Al lado de las construcciones que se han descrito para el tarahumara, yaqui, guarijío y tepehuano y que hemos analizado en esta sección, respectivamente (16-17), (18), (19) y (20), la construcción del pima bajo, en (21), parece competir con el patrón de las lenguas a las que nos hemos referido y descrito, ya que aparentemente replica una estructura con posposición. La diferencia estriba en que, en pima bajo, el elemento que ocurre en la posición que correspondería a la posposición, consiste de un marcador de grado: hasip ‘parejo’. De esta manera, la construcción comparativa que se proporciona en (21) parece replicar la estrategia del uso de una posposición para hacer surgir a un MEC, lo que puede ser interpretado como una gramaticalización incipiente.

(21) Pima bajo

higai, ig tiv am=mar hasip.

3SG 3SG.SUJ alto 2SG.NSUJ=hijo M.GRADO

‘En cuanto a él, él es tan alto como su hijo.’

(lit. en cuanto a él, él es igual de algo (como) tu hijo)

Recapacitando sobre las propiedades que se observan en (21), cabe resaltar las siguientes: (i) el tópico de la comparación tiene mayor prominencia, lo que se confirma porque se encuentra codificado mediante un pronombre independiente higai ‘3SG’ que ocurre al inicio de la construcción separado prosódicamente del resto de la misma (representado aquí mediante el recurso de la coma), y porque después de este elemento, se reitera la alusión al mismo referente mediante la codificación del pronombre de tercera persona del singular sujeto, ig ‘él’; (ii) el marcador de grado, hasip ‘parejo’ o ‘igual’, se encuentra posicionado en el lugar que en tarahumara, yaqui, guarijío y tepehuano del norte ocurrieron, respectivamente, las posposiciones kitera, bepa, rehká y duukai que funcionan como MEC o marcador del tópico contrastivo. Finalmente, cabe mencionar que el ejemplo (21) de pima bajo aparentemente es una construcción biclausal, ya que su contenido proposicional afirma, en primer lugar, la altura de la tercera persona y, en segundo lugar, el carácter de igualdad que guarda el hijo de la segunda persona o interlocutor. Solo un estudio de corte prosódico podría validar una separación prosódica que permitiera sostener una biclausalidad como rasgo relevante, y con ello, que el marcador de grado en el ejemplo (21) de pima bajo “gana peso pragmático”, es decir, destaca como elemento prominente de la comparación.

De esta manera, el análisis de las construcciones vistas en §3 confirman la relevancia del estudio intratipológico de lenguas de una misma familia, ya que a través de este tipo de acercamiento pueden validarse las tendencias de cambio o rutas de gramaticalización que emergen, y tal vez compiten, para dar surgimiento al llamado MEC, lo que se ha expuesto como objetivo central de esta contribución. Las coincidencias de las estrategias descritas y que funcionan para codificar al MEC, tal como se mostró en los ejemplos (16-17) de tarahumara, (18) de yaqui, (19) de tepehuano del norte, (20) de guarijío y, finalmente, en el de (21) de pima bajo muestran que el orden que ocupa el MEC, sea la posposición kitera en tarahumara, bepa o benasia en yaqui, rehká en guarijío y duukai en tepehuano del norte, obedecen el comportamiento característico de las posiciones. Igualmente, el marcador de grado hasip de pima bajo, a pesar de que su naturaleza no es la de una posposición se une a este comportamiento lo que se refleja en la posición final de un elemento referencial como puede ser un pronombre o frase nominal y que semánticamente haga referencia al tópico contrastivo o estándar de la comparación. Recuérdese que la posición final, suele ser, el lugar canónico del predicado en lenguas SOV como es el caso de las yuto-aztecas. Así, aunque los ejemplos discutidos en esta sección no son idénticos, destacan como relevantes al analizarlos comparativamente ya que todos ellos codifican al MEC (recuérdese la lista en (2)).

3.7. Comparativa con mayor grado de gramaticalización

En esta sección se presenta el último tipo de construcción comparativa documentada como resultado de esta investigación. La construcción particular que discutiremos se consiguió obtener solo en tarahumara en comparativas de similaridad o igualdad. Para claridad expositiva, en el ejemplo en (22), se ha encerrado entre corchetes tanto al subordinante complejo mapu=reká como al tópico contrastivo o estándar de la comparación bilé mawiyá ‘un jaguar’. Ambos elementos ocurren incrustados entre el sujeto de la comparación y el predicado motivo de la comparación. El MEC es el subordinante complejo, mapu=reká, al que se le ha adjuntado, como clítico, una posposición de manera, reká.8 La unión del subordinante con la posposición de manera reká dan lugar a un MEC complejo que compite en la codificación de construcciones comparativas con la posposición kitera.

(22) Tarahumara: Comparativa con subordinante con clítico de manera

towi-ko [mapu=reká bilé mawiya] nakóo

niño-TOP SUB=MAN un jaguar pelear.IPFV

‘En cuanto al niño, quizás él lucha como un jaguar.’

(lit. ‘este es el niño, que como jaguar pelea.’)

La construcción en (22) apuntala una última estrategia del tarahumara para codificar al marcador del tópico contrastivo o estándar de la comparación (MEC) y que en el ejemplo que discutimos se materializa mediante un conectivo cuya función es la de un subordinante que al hospedar a la posposición reká añade la función comparativa. Una vez más, como en ejemplos anteriores ya descritos, podemos afirmar que la gramaticalización en este caso también es resultado de una réplica estructural del español que recuerda al uso de qué seguido de como, para ofrecer la interpretación final que se da en la traducción literal ‘este es el niño, que como jaguar pelea.’

4. Reflexiones finales

Recordemos que el análisis desarrollado en este trabajo estuvo guiado por dos objetivos: (i) mostrar la diversidad de construcciones comparativas que se observan en lenguas de una misma familia y región, e (ii) identificar los procesos de cambio diacrónico que dan como resultado construcciones más gramaticalizadas, en particular las que permiten entrever el surgimiento del MEC. El trabajo se enmarca en una perspectiva intratipológica que da relevancia a las semejanzas y similitudes que se hacen patentes en las lenguas analizadas. Además, esas similitudes y diferencias se evalúan desde las propuestas que la teoría de la gramaticalización propone para explicar los procesos diacrónicos que se manifiestan en ellas y pueden sostenerse como rutas de gramaticalización paulatinas. Particularmente el análisis de las construcciones comparativas se centró en la codificación del MEC. La reflexión implícita en el análisis propuesto para la explicación de las construcciones comparativas descritas responde de alguna manera la siguiente pregunta: ¿Qué nos dice el abanico de posibilidades descritas sobre las construcciones comparativas? La respuesta a esta interrogante se encuentra en la presencia de los distintos comportamientos que fueron analizados y para los que argumentamos que corresponden a distintas manifestaciones de una sola ruta de gramaticalización. Esas distintas opciones de codificación avanzan hacia lograr expresar el MEC. Las distintas construcciones observadas en las lenguas yuto-aztecas habladas en la Sierra Madre Occidental del noroeste de México dan muestra de la importancia que adquiere el marcador u operador que hemos mencionado y cómo las cinco lenguas hacen uso de sus posibilidades estructurales para cumplir la función comunicativa de la comparación.

Los resultados obtenidos dan evidencia de una ruta de gramaticalización que avanza desde construcciones biclausales en las que dos predicaciones de propiedades o cualidades se afirman o niegan de forma independiente, para avanzar posteriormente hacia la tendencia a la integración de todos los elementos necesarios para conseguir la expresión de comparación por medio de una sola cláusula. Es en este proceso, donde destaca el surgimiento o emergencia, dígase gramaticalización, del MEC podemos afirmar que las propiedades estructurales compiten entre ellas para resolver la necesidad comunicativa que implica el comunicar la comparación de propiedades de dos distintas entidades. Asimismo, que las soluciones preferidas o que finalmente destacan como más gramaticalizadas están en sincronía con las que se han observado para otras lenguas del mundo, o bien, están motivadas por principios como la clitización que en las lenguas yuto-aztecas privilegian una posición de atracción que ha sido caracterizada como segunda posición.

Agradecimientos

Esta investigación deriva del proyecto Tipología intragenética y diversidad tipológica en lenguas de la Tarahumara, apoyado por el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (CB-2013-220328) y cuya vigencia fue de 2014 al 2018. El trabajo de campo que ese proyecto me permitió realizar cubrió la exploración de las construcciones que en esta contribución se discuten.

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1El Mapa 1 solamente considera las lenguas yuto-aztecas habladas en el noroeste de México en las que se centra el artículo. Las lenguas de esta familia tienen una de las mayores coberturas geográficas en América por lo que no se consideró necesario incluir un mapa que identificara las regiones donde se hablan y su distribución actual. Se recomienda consultar Dakin (2004) para consultar una clasificación de las lenguas de la familia.

2El mapa ha sido adaptado a partir del que se incluye en Estrada Fernández (2020: 271).

3 Haspelmath et al. (2013) consideró una muestra de 230 lenguas. En la conformación de la muestra se evitó incluir la selección realizada por Stassen (1985) para con ello ofrecer un abanico de lenguas de mayor amplitud y, por ello, de capturar la diversidad de construcciones comparativas que se observan en las lenguas del mundo.

4Algunas de las glosas y traducciones, así como la marcación enfática (letras negritas) de algunos elementos en los ejemplos, han sido proporcionadas por la autora de esta contribución.

5Los datos, para los que no se cita su procedencia, son resultado de trabajo de campo de la autora de esta contribución.

6 Heine & Kuteva (2007: 327) mencionan que la réplica de un patrón estructural crea “nuevos patrones de uso”, o bien, “categorías funcionales” cuando las lenguas se reproducen, copian o transfieren categorías de otras lenguas. La réplica estructural también es vista como una nueva forma de codificar un determinado dominio funcional que sigue la pauta de una lengua con la que se está o entra en contacto (Heine & Nurse 2008: 4).

7En cuanto al subordinante ma, es conveniente aclarar que, en la actualidad se trata de un subordinante con poca frecuencia de uso en tepehuano del norte, pero que sí se encuentra en otras lenguas yuto-aztecas del noroeste de México. Así. En tarahumara ocurre muy frecuente como subordinante complejo simple, ma, o complejo, mapu, según lo indica Brambila 1953:57), y que en tepehuano del sur corresponde na, de acuerdo a Willett (1991: 57).

8En guarijío existe el cognado de esta posposición de manera, rehká, cuya forma varía solo por la consonante aspirada que sigue a la vocal /e/.

Cómo citar: Estrada Fernández, Zarina. 2024. Gramaticalización del marcador del estándar de la comparación: tipología intragenética de lenguas yuto-aztecas del noroeste de México. Cuadernos de Lingüística de El Colegio de México 11, e302. DOI: 10.24201/clecm.v11i00.302.

Abreviaturas

1, 2, 3

Primera, segunda, tercera persona

CLF

Clasificador

COP

Cópula

DEM

Demostrativo

DET

Determinante

ENF

Énfasis

EST

Estativo

INT

Intensivo

M.GRADO

Marcador de grado

MAN

Manera

NEG

Negativo

NESP

No específico

NMLZ

Nominalizador

NSUJ

No-sujeto

OBJ

Objeto

PASD

Pasado

PERT

Pertenencia

PFV

Perfectivo

PL

Plural

POS

Posesivo

POSP

Posposición

PRS

Presente

SG

Singular

SUB

Subordinante

SUJ

Sujeto

TOP

Tópico

Recibido: 17 de Septiembre de 2023; Revisado: 12 de Marzo de 2024; Aprobado: 12 de Abril de 2024

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