Introducción
El uso apropiado de los fármacos avala la efectividad y seguridad en la terapéutica, lo que contribuye a incrementar la calidad de vida de los pacientes. No obstante, en algunas ocasiones, unido al efecto terapéutico se presentan efectos adversos.
“Las reacciones adversas a los medicamentos (RAM), tienen un elevado impacto negativo en la salud de los pacientes. Por eso, y con el objetivo de poder minimizar los riesgos asociados al uso de medicamentos, la Organización Mundial de la Salud promueve los programas de Farmacovigilancia (FV), que en su gran mayoría se basan en la notificación voluntaria y el análisis de las RAM1”.
Los ensayos clínicos son relativamente limitados en la detección de RAM, por su tiempo restringido de evaluación, por la exclusión de determinados grupos de pacientes, como ancianos, niños y mujeres embarazadas, y por desarrollarse en condiciones diferentes a las de la práctica clínica habitual2.
“Ningún fármaco es totalmente seguro. Muchos efectos indeseables y graves de los fármacos ocurren con poca frecuencia, quizás sólo una vez en varios miles de pacientes, por lo que pasan inadvertidos en las poblaciones relativamente pequeñas (unos pocos miles), en el estudio clínico estándar de fase III3.”
A pesar de que los medicamentos son sometidos a diferentes controles de calidad durante su desarrollo, estos no son suficientes para garantizar que durante su uso, no se presenten eventos adversos que se puedan presentar en la etapa poscomercialización, cuando el fármaco es utilizado en un gran número de personas y en grupos de riesgo como los niños, los ancianos, las embarazadas y pacientes con enfermedades concomitantes.
“La práctica médica lleva implícito el acto de la prescripción de medicamentos y por consiguiente, el médico debe ser consciente de la existencia de las reacciones adversas, para poder enfrentarse de manera adecuada no sólo a la sospecha clínica, sino al manejo del problema. La educación y el conocimiento son importantes en cualquier sentido en la vida, identificar las posibles reacciones adversas a fármacos y sobre todo conocer cuáles son antes de prescribir un fármaco, ayudará a decidir a tiempo cuándo suspender los medicamentos que ocasionen daño, así podremos aspirar a lograr que el beneficio sea indiscutiblemente superior al riesgo4.”
“La Farmacovigilancia es responsabilidad de los sistemas de salud, que al analizar la información relacionada con los efectos de los medicamentos, estén en posibilidad de identificar características de la población en la que se manifiesten eventos adversos relacionados, para que, por medio de la metodología científica de causa-efecto, se clarifiquen sospechas, se establezcan medidas y por lo tanto, se pueda mejorar el perfil de seguridad de los fármacos, en beneficio del resto de la población5.”
El documento «Medication Without Harm, WHO Global Patient Safety Challenge», publicado en 2017 por la OMS, establece como meta a alcanzar en cinco años, la reducción en un 50% de los daños severos relacionados con los medicamentos. Propone la implementación de acciones para reforzar los métodos de escrutinio de errores en las prescripciones, buenas prácticas en los procesos de manejo y uso de los medicamentos; y en las actividades propias del análisis de los datos derivados de las actividades de farmacovigilancia6.
La FV se afianza como un instrumento, cuya utilidad tiene alcance internacional. Uppsala Monitoring Center es el centro colaborador de la OMS para la farmacovigilancia.
Estados Unidos es el país que más reportes tiene a nivel mundial. En 2015 representó el 57% de los reportes registrados por Uppsala, lo que corresponde a un índice de 2,004 reportes por millón de habitantes, sólo por debajo de Singapur y Corea del Sur, con 3,847 y 2,399, respectivamente7.
Cuba es el país de la región de Latinoamérica con el mayor número de notificaciones (16,500/año) y el único que hace parte de la lista de 20 países con la mayor tasa de reportes por millón de habitantes, establecida por Vigibase8.
El estudio de las reacciones adversas conlleva la clasificación y codificación de estas. La magnitud del efecto provocado por una reacción adversa en un individuo se relaciona con su severidad; se puede clasificar en leve, moderada, grave y letal, según afecte o no, y en qué medida, al desarrollo de la actividad cotidiana del paciente. El algoritmo de Karch y Lasagna modificado por Naranho9 permite clasificar las reacciones adversas a los medicamentos según su causalidad en definitiva, probable, posible, condicional y no relacionada. El análisis de las reacciones adversas evitables, permite desarrollar intervenciones en función del fallo o error que se producen durante el proceso de utilización de los medicamentos. Otro eje de clasificación, es aquel que describe la frecuencia de aparición de las reacciones adversas. Para ello se tipifican en frecuente, ocasional, rara y no descrita10.
El sistema cubano de farmacovigilancia detecta RAM de baja frecuencia de aparición, lo que indica la elevada cultura del reporte en los especialistas del sistema cubano11.
Sin embargo, de manera particular las investigaciones sobre las RAM de baja frecuencia que se presentan en la provincia son escasas, por lo que se realiza esta investigación, con el objetivo de caracterizar las reacciones adversas medicamentosas de baja frecuencia de aparición, recibidas en la Unidad Coordinadora Provincial de Farmacovigilancia, del 2014 al 2018. De tal manera que permita brindar información de utilidad disponible para el análisis, cuando haya circunstancias que hagan sospechar de algún efecto adverso desconocido o que haya sido insuficientemente caracterizado, que pueda inducir a medidas orientadas a su control y prevención contribuyendo al uso seguro y racional de los medicamentos.
Materiales y Método
Se realizó un estudio observacional, descriptivo, transversal, de serie de casos de farmacovigilancia, a partir de la notificación espontánea de sospechas de reacciones adversas, en el quinquenio 2014 - 2018, en Matanzas.
Se trabajó con el universo, compuesto por todas las notificaciones de pacientes con reacciones adversas, consideradas de baja frecuencia de aparición (aquellas clasificadas como ocasionales, raras y no descritas para el fármaco).
La información necesaria se obtuvo de la base de datos provincial de farmacovigilancia FarmaVigiC, de la que se filtraron los años de interés para la investigación. Esta base de datos como fuente de información está validada por el sistema de farmacovigilancia y por la Autoridad Reguladora Nacional. A partir de este conjunto de datos se obtuvo una base secundaria de reportes de baja frecuencia. Esta operacionalización se realizó de acuerdo a las Normas y Procedimientos del Sistema Cubano de Farmacovigilancia12.
Se estudiaron variables como la frecuencia de aparición (ocasional, rara y no descrita), el sexo (masculino y femenino), el grupo de edad (niños: de 0 a 15 años, adultos: 16 a 59 años y ancianos: 60 años y más). Otras variables estudiadas fueron el tipo de efecto adverso, el fármaco sospechoso, el grupo farmacológico, la intensidad y la imputabilidad.
Se realizó una revisión bibliográfica y documental. Para resumir la información se emplearon las medidas de frecuencias absolutas y relativas.
Desde el punto de vista ético, la investigación se realizó con el consentimiento del especialista, que atiende la base de datos de la Unidad Coordinadora Provincial de Farmacovigilancia del Ministerio de Salud Pública (UCPFv). La información referida a los pacientes y notificadores se omitió respetando la confidencialidad de los datos.
Resultados
En el período analizado del 2014 al 2018, se evaluaron un total de 6,705 notificaciones de sospecha de RAM, con un promedio de 1,341 notificaciones/año.
Los reportes de baja frecuencia totalizaron 3,407 RAM, en el período de 5 años. Predominan las reportadas como ocasionales con 1,741 reportes, lo que representa 51.1% del total de RAM de baja frecuencia. Es de destacar el número importante de las RAM no descritas, que fueron notificadas 946 para un 27.8%. La figura 1, muestra la tendencia en el quinquenio de los reportes de baja frecuencia.
El sexo femenino resultó ser el de mayor notificación con 2,154 reportes para un 63.2%. En cuanto a los grupos de edades las RAM de baja frecuencia, resultaron ser mayores en los adultos (62.3 %), lo cual se corresponde con el mayor porcentaje de los reportes recibidos que pertenecen a este grupo poblacional figura 2 y 3.
Respecto al tipo de RAM de baja frecuencia, la erupción cutánea con 895 notificaciones, fue de las más reportadas para un 26.2% del total de RAM de baja frecuencia, seguida por prurito, angioedema, mareo y fatiga.
Como puede apreciarse en la tabla 1, la dipirona y el ibuprofeno con 244 reportes (7.1%) y 198 (5.8%), fueron los medicamentos que más reacciones de baja frecuencia se reportaron en este período.
Entre los años 2014 al 2018, predominaron las RAM de baja frecuencia clasificadas como moderadas (3,182 reportes para un 93.3 %) y en cuanto a la imputabilidad predominaron las de baja frecuencia probables 2,462 (72.2%) tabla 2.
Discusión
La detección de las reacciones adversas de baja frecuencia, es cada vez más importante dentro de la farmacovigilancia. Se encontró un incremento de reportes de reacciones adversas de baja frecuencia en los últimos años, lo que concuerda con la tendencia mundial. En el artículo de revisión Farmacovigilancia: un paso importante en la seguridad del paciente5, se plantea la importancia de implementar mecanismos para disminuir el potencial error humano, así como identificar y gestionar los riesgos y problemas relacionados con los medicamentos. Por otra parte, se hace énfasis en la necesidad de impulsar la cultura del reporte con el fin de percibir la problemática, para analizar su imputabilidad y así con el esfuerzo de todos, establecer mecanismos que influyan en la mejora del perfil de seguridad del sistema de medicación de las naciones.
Fármaco | No (n= 3407) | % |
dipirona | 244 | 7.16 |
ibuprofeno | 198 | 5.81 |
amoxicilina | 188 | 5.51 |
pentavalente | 184 | 5.40 |
penicilinas | 173 | 5.07 |
azitromicina | 162 | 4.75 |
captopril | 162 | 4.75 |
ciprofloxacina | 157 | 4.60 |
cefalexina | 129 | 3.78 |
enalapril | 122 | 3.58 |
Fuente: Base de Datos de la UCPFv
RAM | Ocasional | Rara | No descrita | Total | ||||
No | % | No | % | No | % | No | % | |
Severidad | ||||||||
Leve | 104 | 3.05 | 32 | 0.93 | 72 | 2.11 | 208 | 6.10 |
Moderada | 1629 | 47.81 | 681 | 19.98 | 872 | 25.59 | 3182 | 93.39 |
Graves | 8 | 0.23 | 6 | 0.17 | 1 | 0.02 | 15 | 0.44 |
Mortales | 0 | 0 | 1 | 0.02 | 1 | 0.02 | 2 | 0.05 |
Imputabilidad | ||||||||
Definitiva | 22 | 0.64 | 15 | 0.44 | 6 | 0.17 | 43 | 1.26 |
Probable | 1593 | 46.75 | 643 | 18.87 | 226 | 6.63 | 2462 | 72.26 |
Posible | 108 | 3.16 | 50 | 1.46 | 40 | 1.17 | 198 | 5.81 |
Condicionada | 18 | 0.52 | 12 | 0.35 | 674 | 1978 | 704 | 20.66 |
Total | 1741 | 51.10 | 720 | 21.13 | 946 | 27.76 | 3407 | 100 |
Fuente: Elaboración propia
En cuanto al grupo de edad, los adultos resultaron ser los de mayor notificación de reacciones de baja frecuencia. Esto en correspondencia con el mayor porcentaje de los reportes recibidos, que pertenecen a este grupo poblacional, tanto en el presente trabajo, como en los informes nacionales del sistema de Farmacovigilancia. Así también en la investigación realizada por Ríos-Quintana y Estrada- Hernández en México13, el grupo de edad más susceptible de padecer una reacción adversa a medicamentos, fue de 45 a 65 años. En un estudio donde se analizaron las notificaciones presentadas por los alumnos del tercer año, de la carrera de Odontología de la Universidad Nacional de Córdoba14 durante el año 2018, predominó el grupo de edad de 20 a 40 años en un 58%. La no coincidencia con esta investigación, pudiera estar relacionada con la edad de la muestra utilizada, donde los jóvenes eran los que predominaban.
En los ancianos es frecuente el efecto cascada, lo cual es un problema serio relacionado con la prescripción de medicamentos en este grupo poblacional, ya que al no ser identificado el efecto secundario que produce un fármaco, debido a que los síntomas se pueden erróneamente atribuir a otra enfermedad o al proceso de envejecimiento, más que a la terapia farmacológica instaurada, el paciente es tratado con otro fármaco. Esto incrementa el riesgo de sufrir reacciones adversas a los medicamentos, y de interacciones que pueden ser relevantes. Por lo tanto, los 896 reportes de RAM en ancianos se deben tener en consideración, en el momento de prescribir fármacos a este grupo poblacional.
El sexo femenino fue el más relacionado con las notificaciones de baja frecuencia de aparición, este resultado concuerda con lo reportado en la literatura tanto a nivel internacional,13-14como nacional8. La mujer tiene una mayor tendencia a la automedicación, y a acudir con mayor frecuencia a los centros de asistencia médica, por lo que este aumento del consumo de fármacos se relaciona con mayor frecuencia de ocurrencia de RAM. No obstante, no se debe considerar el sexo como un marcador de riesgo para una RAM, porque no se conocen los mecanismos que provocan estos efectos. Pero desde el punto de vista numérico, las tasas de RAM son mayores en las mujeres y se relaciona con menor metabolismo hepático femenino, un mayor consumo de medicamentos, sus responsabilidades socio familiares y con los cambios hormonales en el climaterio, que provocan mayor frecuencia de osteoporosis que en el hombre. A pesar de estos elementos, existe una variabilidad considerable en el momento de establecer determinantes precisos en cuanto a la relación sexo y RAM.
El predominio de la erupción cutánea coincide con lo revisado en los estudios nacionales descriptivos de la base de datos de Farmacovigilancia15, así como la Identificación de señales en reacciones adversas de baja frecuencia en Cuba, período 2004 al 201016. También en un estudio sobre reacciones adversas a medicamentos en una población colombiana, 2007-201317, predominaron los trastornos de la piel y anexos con el 35.3
%. En el artículo de Ríos-Quintana R y col13 las reacciones adversas a medicamentos en piel fueron las más reportadas. Estos resultados están dados ya que como expresa Chávez Lemus y col4, la piel es un órgano directamente implicado en
los procesos de farmacocinética y farmacodinamia, razón por la que es capaz de expresar múltiples reacciones clínicas, en respuesta a los diferentes estímulos medicamentosos.
Con relación a los grupos de medicamentos implicados en las reacciones adversas, los analgésicos y los antibacterianos tienen una prescripción elevada por lo que un gran número de pacientes son expuestos a los riesgos de RAM que generan estos fármacos. Estos resultados no desacuerdan con lo reportado por Furones y col18sobre reacciones adversas no descritas en embarazadas cubanas y donde los grupos farmacológicos con más notificaciones fueron los antimicrobianos. También en el estudio de notificaciones de la universidad de Córdoba13 las drogas más comúnmente reportadas fueron analgésicos.
En un estudio de reacciones adversas a medicamentos en neonatos hospitalizados en Colombia19, el 80.5 % de éstas, se asoció a los antibióticos sistémicos. Machado-Alba y col16 observaron los fármacos antiinfecciosos de uso sistémico como los grupos con más reportes.
El comportamiento de las reacciones adversas a medicamentos de baja frecuencia de aparición en cuanto a gravedad e imputabilidad, es similar al reportado en la literatura científica nacional8-15. Según datos de la investigación de reacciones adversas en la base de datos de Colombia16 el 49.4 % de las reacciones adversas a medicamentos, se catalogaron como moderadas. En los resultados de la tesis de Tanguila Andi20 se presenta la incidencia de RAM de tipo moderada en un 65 % y en el 90 % a la categoría probable. Similares resultados fueron publicados por García Milian y colaboradores21.
Conclusión
En Matanzas, en el quinquenio del 2014-2018 se reportaron reacciones adversas a medicamentos de baja frecuencia en su mayoría ocasionales y probables en piel y anejos, producida por analgésicos y antimicrobianos en el sexo femenino y adultos, de moderada intensidad. Se pone a disposición de las instituciones de salud el patrón riesgo-beneficio de los medicamentos que contribuye a la prescripción racional, como estrategia en la priorización y optimización de los recursos en salud.