Introducción
Los primeros indicios sobre el Burnout Parental (BP) surgieron en el ámbito hospitalario con las madres y padres cuyos hijos hospitalizados enfrentaban graves problemas de salud, a partir de las investigaciones realizadas se encontró que las madres y padres sometidos a estrés prolongado experimentaron síntomas de agotamiento similares a los doctores que se encontraban a cargo de los pacientes críticos, sugiriendo que el BP podría ser considerado como síndrome1,2,3,4. En 2017 el grupo de investigación de Roskam, Brianda y Mikolajcsak en Bélgica se propuso definir el concepto de BP y crear una herramienta que posibilitara su evaluación con la finalidad de generar acciones de prevención e intervención con los padres que sufriesen el cuadro, dicho instrumento debería poder diferenciar el BP del estrés parental y del burnout profesional5.
Cuando los padres carecen crónicamente de los recursos necesarios para manejar los factores estresantes de los niños, corren el riesgo de presentar el síndrome de BP, las responsabilidades parentales como padres en el cuidado y crianza de los hijos son un trabajo agotador que requiere tiempo y muchas veces, a expensas de privaciones de autocuidado, que pueden inducir a estrés, provocar agotamiento físico y emocional, llegando a ser crónico6. El síndrome de BP se define como una condición caracterizada por un estado de agotamiento intenso relacionado con la crianza de los hijos, en el individuo genera un distanciamiento emocional de los hijos y se siente dudoso de la capacidad de ser un buen padre; éste se manifiesta con cuatro síntomas principales: Agotamiento excesivo relacionado a los temas de crianza, distanciamiento emocional con los hijos, pérdida de placer por la crianza y la sensación de que existe un contraste entre la madre o padre que eran y en los que se han transformado7.
El número y la frecuencia de los síntomas de agotamiento son indicadores directos de la gravedad del agotamiento, que en sí mismo predice directamente sus consecuencias generalizadas8,9. Su prevalencia es relativamente alta y tiene graves consecuencias como el incremento en el distanciamiento emocional y los sentimientos de ineficacia, que se refuerzan mutuamente9. En la actualidad se estima que la prevalencia del BP es del 5-8%10 mientras que en Estados Unidos de América la tasa de prevalencia es del 8%, lo que significa que es probable que más de 5,5 millones de padres tengan BP11. En México no se tiene un registro de este síndrome en particular, sin embargo, en 2021 el INEGI llevó a cabo la primera encuesta nacional de bienestar auto reportado, donde se observó que el 19.3% de los adultos presentan síntomas de ansiedad severa, por otro lado, el 31.3% reportaron síntomas de ansiedad12.
En 2020 durante la encuesta internacional sobre igualdad de género, realizada en 17 países se observó que el 48% de las mujeres y 38% de los hombres afirmaron que durante ese año aumentó el tiempo que solían dedicar a realizar tareas domésticas, lo cual implicaría menos tiempo dedicado al cuidado de los hijos, incrementando el estrés así como el agotamiento físico y emocional, en este sentido, se señala que el 26 % de los mexicanos encuestados padecieron estrés emocional o problemas de salud mental13. Por otro lado, se han realizado estudios para determinar las diferencias en cuanto a género, al respecto, se encontraron diferencias de medición entre géneros y un nivel promedio más alto de agotamiento de las madres comparado con los padres14.
Las repercusiones de esta condición pueden ser serias en la crianza y el crecimiento saludable de los niños y adolescentes, ya que puede impactar diversas áreas de la vida de los padres, así como la relación que tienen con sus hijos16,17.
Los hallazgos sugieren que el agotamiento de los padres está asociado con síntomas depresivos, conductas adictivas, trastornos del sueño y conflictos de pareja. Destacando que el BP está más fuertemente asociado que el agotamiento laboral con tres variables: ideación de escape (ideas de huir o suicidarse), abandono infantil y violencia de los padres, concluyendo que estas consecuencias son dañinas no solo para el padre sino también para los hijos1,8.
Hasta antes de 2017 no se tenía una definición completa y mucho menos instrumentos de medición confiables. Es durante 2017 y 2018 que se realizan los primeros estudios en Bélgica y en Holanda, con 627 padres, sobre el desarrollo y validación de un instrumento para medir específicamente el BP18. Hasta el momento se han validado dos instrumentos para medir el agotamiento de los padres. El primero, el Parental Burnout Inventory (PBI)19, se desarrolló a partir del Maslach Burnout Inventory (MBI; Maslach, Jackson, & Leiter, 2010). Debido a que el PBI puede no reflejar completamente la experiencia de los padres agotados se utilizó un método inductivo para desarrollar otro instrumento basado en testimonios de padres con BP; los resultados mostraron que el desgaste de los padres es un concepto distinto y específico, es decir, no está relacionado con el desgaste profesional, la depresión, el estrés, el estado de ánimo depresivo y otras variables en los padres5.
El Parental Burnout Assessment (PBA) se ha traducido recientemente a más de 20 idiomas en el marco de la Investigación Internacional del BP, con este instrumento se ha evaluado el BP en 40 países, lo que demuestra que es el instrumento validado más utilizado para el diagnóstico de BP. Estudios destinados a investigar la prevalencia del agotamiento de los padres en el mundo (en países con culturas muy diferentes) han mostrado que, a pesar de la gran variación en las normas y prácticas de crianza, la experiencia subjetiva del agotamiento de los padres es similar en todos los contextos15,20,21,22,23.
El objetivo general de la investigación fue determinar la prevalencia del síndrome de Burnout Parental utilizando el BPA en una muestra de derechohabientes de la Unidad Médica Familiar (UMF) No. 47 del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS). Los objetivos específicos se centraron en analizar si el BP se encuentra asociado con el género de los padres y con el número de hijos. El primer objetivo específico se centró en analizar si la prevalencia del BP se presenta con mayor frecuencia en madres respecto de los padres en la muestra analizada. El segundo objetivo específico se enfocó en determinar si el número de hijos podría tener relación con los niveles de BP de las madres y padres de la muestra, considerando la hipótesis de que un mayor número de hijos estaría relacionado con un mayor nivel de BP.
Material y métodos
La presente investigación fue un estudio de tipo observacional, descriptivo, transversal. Se realizó un muestreo probabilístico, aleatorio, estratificado. El universo estuvo conformado por 63206 derechohabientes de la UMF No. 47 del IMSS ubicada en la periferia de la capital del estado de Tabasco, México; de los cuales 28013 se encontraron entre 20 y 44 años de acuerdo con el censo realizado en mayo del 2022 proporcionado por la Dirección de Incorporación y Recaudación del IMSS. Se calculó la muestra con la fórmula de poblaciones finitas obteniendo una muestra representativa de 268; por lo cual, para el estudio se consideraron 268 padres con residencia en Villahermosa, Tabasco y que tuvieran al menos un hijo menor de 18 años viviendo bajo el mismo techo.
Los criterios de selección fueron: padres derechohabientes en la unidad de medicina familiar de estudio, con edades entre 20 y 44 años, que vivieran bajo el mismo techo con al menos un hijo menor de 18 años (se consideraron familias tanto uniparentales como biparentales, hetero y homosexuales). Se excluyeron personas no adscritas a la unidad médica de estudio, aquellos que no fueran de 20 a 44 años, aquellos que vivieran separados de sus hijos o bien que no fueran capaces de resolver la encuesta.
Se investigaron las siguientes variables: edad, género, escolaridad, estado civil, número de hijos y actividad laboral; se empleó un cuestionario utilizando como instrumento de evaluación la versión modificada al español de la Evaluación del Burnout Parental (BPA: Parental Burnout Assessment)5.
Brevemente, el BPA consiste en un cuestionario de 23 ítems que evalúa los cuatro síntomas principales del agotamiento de los padres: agotamiento emocional (9 ítems; p. ej., me siento completamente agotado por mi rol como padre), contraste con el yo paterno anterior (6 ítems; p. ej., me digo a mí mismo que ya no soy el padre que solía ser), pérdida de placer en el rol paterno propio (5 ítems; p. ej., no disfruto estar con mis hijos), y distanciamiento emocional de los hijos (3 ítems; p. ej., ya no puedo demostrarles a mis hijos que los amo). Contempla una escala de frecuencia de 7 puntos de 0 a 6 (nunca, algunas veces al año, una vez al mes o menos, algunas veces al mes, una vez a la semana, algunas veces a la semana, todos los días). El puntaje de agotamiento de los padres se calcula sumando los puntajes de los ítems: los puntajes más altos reflejan niveles más altos de agotamiento parental. Las variables cuantitativas se presentaron como medias o medianas ± la desviación estándar y las cualitativas como frecuencia y porcentaje. Los datos se analizaron con el software estadístico SPSS Versión 25.
Resultados
La muestra estuvo conformada por 268 derechohabientes con edades comprendidas entre 20 y 44 años. Para la edad se obtuvieron los siguientes resultados: una media de 35.2, mediana de 36, moda de 44, con una desviación estándar de 6.12, un valor mínimo de 20 y máximo de 44. El 77.6% (208) de los encuestados fueron mujeres y los hombres representaron solo el 22.4 % (60), al respecto, es importante mencionar que durante la aplicación de la encuesta se observó que un mayor número de mujeres acude a consulta comparado con los hombres; así mismo presentaron mayor disposición a contestar la encuesta que los hombres.
En cuanto a la escolaridad de la muestra, se obtuvieron los siguientes datos: Primaria 14 (5.2%), Secundaria 36 (13.4%), Preparatoria 82 (30.6%), Licenciatura 112 (41.8%) y Posgrado 24 (9%). Al estimar las características del estado civil de los participantes en esta investigación se encontraron las siguientes frecuencias: 135 (50.4%) casados, 52 (19.4%) solteros, 3 (1.1%) viudos, 70 (26.1%) unión libre y 8 (3%) divorciados. Los sujetos de estudio se clasificaron de acuerdo con el tipo de familia, obteniendo la siguiente distribución: biparental 155 (57.8%), monoparental 52 (19.4%), multigeneracional 33 (12.3%), reconstituida 25 (9.3%) y homoparental 3 (1.1%).
Con respecto al número de hijos biológicos de los participantes se encontró lo siguiente: 95 (35.4%) un hijo, 120 (44.8%) dos hijos, 43 (16%) tres hijos y 10 (3.7%) cuatro hijos. Adicionalmente se encontró que en 102 (38.05%) de las familias viven con un hijo, 127 (47.38%) con dos, 33 (12.31%) con tres y sólo 6 (2.23%) con cuatro hijos. Las edades de los hijos se distribuyeron de la siguiente manera; el hijo mayor presentó una media de 11, con una mediana de 10, además de una desviación estándar de 6.8 con un mínimo de 0 y un máximo de 27. En el caso del hijo menor se encontró una media de 8 con una mediana de 7, con moda de 17 y una desviación estándar de 5.5, con un mínimo de 0 y un máximo de 18.
Los datos obtenidos sobre la cantidad de horas que los padres utilizan para el cuidado de los hijos mostraron que 45 (16.8%) de los encuestados pasan las 24 horas del día al cuidado de los hijos, seguido de 31 (11.6%) con 12 horas y 30 (11.2%) con 10 horas. Al comparar las horas que pasan al cuidado de los hijos con el sexo de los encuestados, se encontró una diferencia significativa entre ambos sexos (U=175, p=0.0056), siendo las mujeres quienes más horas al día dedican al cuidado de los hijos; ya que 43 (20.7%) de las mujeres encuestadas reportó pasar 24 horas a cargo del cuidado de los hijos, seguido de 30 (14.4%) con 10 horas y 26 (12.5%) con 12 horas; en contraste con los hombres quienes reportaron que 13 ( 21.7%) de ellos pasa entre 4 y 5 horas a cargo del cuidado de los hijos y solo 2 (3.3 %) reportó 24 horas (Tabla 1).
Horas | No. de Madres (M) | No. de Padres (P) | Subtotal (M+P) |
---|---|---|---|
0 | 0 | 1 | 1 |
1 | 1 | 0 | 1 |
2 | 3 | 0 | 3 |
3 | 9 | 1 | 10 |
4 | 12 | 13 | 25 |
5 | 11 | 13 | 24 |
6 | 13 | 10 | 23 |
7 | 12 | 3 | 15 |
8 | 17 | 8 | 25 |
9 | 7 | 2 | 9 |
10 | 30 | 0 | 30 |
11 | 0 | 1 | 1 |
12 | 26 | 5 | 31 |
13 | 2 | 0 | 2 |
14 | 1 | 0 | 1 |
15 | 5 | 1 | 6 |
16 | 5 | 0 | 5 |
17 | 2 | 0 | 2 |
18 | 5 | 0 | 5 |
19 | 1 | 0 | 1 |
20 | 3 | 0 | 3 |
21 | 0 | 0 | 0 |
22 | 0 | 0 | 0 |
23 | 0 | 0 | 0 |
24 | 43 | 2 | 45 |
Subtotal | 208 | 60 | Total =268 |
Fuente: Base de datos: Detección de síndrome de Burnout Parental en la población derechohabiente de la UMF No. 47.
Otra de las variables analizadas fue quien se encarga del cuidado diario de los hijos, habiendo un gran contraste entre hombres y mujeres ya que solo el 3.7% de padres refiere cuidar a los hijos en comparación con el 56.3% de las madres; interesantemente, una parte de la muestra (11.9%) refiere que los hijos tienen el cuidado conjunto de la madre con alguien más; esto es importante ya que nos permite observar que en primer lugar, es la mujer quien se encarga generalmente de las labores de crianza y es a quien se le atribuye mayor responsabilidad en el cuidado de los hijos, en segundo lugar, esta responsabilidad recae en los abuelos (Tabla 2).
Persona (s) encargada (s) del cuidado | Frecuencia | Porcentaje | Porcentaje válido | Porcentaje acumulado |
---|---|---|---|---|
Padre | 10 | 3.7 | 3.7 | 3.7 |
Otro | 11 | 4.1 | 4.1 | 7.8 |
Madre/padre | 6 | 2.2 | 2.2 | 10.1 |
Madre/empleada | 5 | 1.9 | 1.9 | 11.9 |
Madre/abuelos | 21 | 7.8 | 7.8 | 19.8 |
Madre | 151 | 56.3 | 56.3 | 76.1 |
Empleada | 7 | 2.6 | 2.6 | 78.7 |
Abuelos | 57 | 21.3 | 21.3 | 100.0 |
Total | 268 | 100.0 | 100.0 |
Fuente: Base de datos: Detección de síndrome de Burnout Parental en la población derechohabiente de la UMF No. 47.
Con respecto a la actividad laboral remunerada 187 (69.8%) reciben pago por su trabajo. Las actividades laborales principalmente de la población estudiada son 113 (42.2%) dedicados al trabajo profesional, seguidos de 61 (22.8%) en trabajos no calificados, 58 (21.6%) se dedican exclusivamente a labores del hogar y en un porcentaje menor 30 (11.2%) cuentan con un negocio propio. Al analizar los días de descanso semanales se encontró que 119 (44.4%) tienen solo un día de descanso de sus actividades laborales, 95 reportaron 2 días de descanso semanales y 40 (14.9%) refiere no tener ningún día de descanso.
En cuanto a la variable que corresponde con las horas de trabajo 82 (30.6%) participantes tienen jornadas laborales de 8 horas, de los cuales 70 (33.7%) son mujeres y 12 (20%) hombres. Seguido de 41 (15.3%) con 10 horas de los cuales 21(10.1%) corresponde a mujeres y 20 (33.3%) son hombres; por último 40 (14.9%) tienen jornadas de 12 horas.
Con relación a las labores del hogar, 203 (75.7%) encuestados reportaron que es la madre quien está a cargo de las labores del hogar, para 28 (13.8%) es un empleado y finalmente 12 (10.4%) mencionaron que dichas labores las realiza el padre. En cuanto a la división de tareas, en donde se obtuvieron datos de si la pareja ayuda o no con las labores del hogar, 149 (55.6%) respondieron afirmativamente en tanto que 119 (44.4%) contestaron que no. En el caso del cuestionamiento de si la pareja ayuda con el cuidado de los hijos 174 (64.9%) respondieron que sí y solo 94 (35.1%) que no (Tabla 3).
Madres | Padres | ||||
---|---|---|---|---|---|
Su pareja le ayuda con las labores del hogar No es “ayuda”, sino corresponsabilidad | SI | 99 | 47.6% | 50 | 83.3% |
NO | 109 | 52.4% | 10 | 16.7% | |
Su pareja le ayuda con el cuidado de los hijos | SI | 123 | 59.1% | 51 | 85% |
NO | 85 | 40.9% | 9 | 15% |
Fuente: Base de datos: Detección de síndrome de Burnout Parental en la población derechohabiente de la UMF No. 47.
Se identificaron un total de 237 (88.4%) participantes que presentaron algún grado de BP. De las 208 mujeres encuestadas, 189 (90.8%) presentaron algún grado de BP, mientras que, de los 60 hombres encuestados, 48 (80%) fueron positivos para BP. Los grados de BP en la población estudiada se distribuyeron de la siguiente manera: una frecuencia de 180 (67.2%) BP leve, 34 (12.7%) BP moderado, seguido de 23 (8.6%) BP grave y sin identificación de BP 31 (11.6%) de los encuestados. En cuanto a las dimensiones del BP; para 154(44%) de los encuestados predominó la presencia de agotamiento con una media de 12.58, mediana 7, desviación estándar 14.1, con un mínimo de 0 y un máximo de 53. Al analizar la distribución por sexo de las dimensiones, el 20% de las mujeres presentaron puntajes altos de agotamiento frente al 10% de los hombres, habiendo una diferencia significativa entre ambos sexos (Chi cuadrada 71.9, p=0.005). El 19.1% de las mujeres y el 3.3 % de los hombres presentaron puntajes altos de contraste, habiendo diferencias significativas entre ellos (p=0.017). En cuanto a saturación, 17.4 % de las mujeres presentaron puntajes elevados en comparación con el 5% de los hombres (Chi cuadrada 46.920 p=0.005). En el mismo sentido, un mayor número de mujeres fueron quienes tuvieron puntajes altos en distanciamiento emocional con 16% frente al 10% de los hombres.
Las madres y los padres de las familias que tienen a su cargo el cuidado de un mayor número de hijos presentan un mayor riesgo de presentar BP. Al respecto, al analizar la relación entre el grado de BP con el número de hijos que viven en el hogar, de las seis familias con más de 4 hijos, cuatro (66.7 %) de ellas presentan BP grave, una (16.67%) BP moderado y la otra (16.67%) BP leve. Mientras que para las familias que tienen a su cargo un menor número de hijos se observa un incremento en el porcentaje de casos sin BP. Para los casos diagnosticados con BP leve se observaron porcentajes similares; para las 33 familias con tres hijos se observaron 22 (66.67%) casos, para las 127 familias con dos hijos 81 (63.78%) casos y de las 102 familias con un hijo 76 (74.51%) casos. Con respecto a los casos de BP moderado y grave, se observó una tendencia a incrementar el porcentaje de estos cuando incrementa el número de hijos de las familias. . La relación entre el número de hijos que viven en el hogar con el riesgo de padecer algún grado de BP fue estadísticamente significativa (Chi-cuadrada 36.824, p<0.0001) (Tabla 4).
Hijos que viven en el hogar | Total | ||||||
---|---|---|---|---|---|---|---|
1 | 2 | 3 | 4 | ||||
Grado de BP | Sin BP | Recuento | 15 | 14 | 2 | 0 | 31 |
% dentro de grado de BP | 48.4% | 45.2% | 6.5% | 0.0% | 100.0% | ||
% dentro de hijos que viven en el hogar | 14.7% | 11.0% | 6.1% | 0.0% | 11.6% | ||
Leve | Recuento | 76 | 81 | 22 | 1 | 180 | |
% dentro de grado de BP | 42.2% | 45.0% | 12.2% | 0.6% | 100.0% | ||
% dentro de hijos que viven en el hogar | 74.5% | 63.8% | 66.7% | 16.7% | 67.2% | ||
Moderado | Recuento | 8 | 19 | 6 | 1 | 34 | |
% dentro de grado de BP | 23.5% | 55.9% | 17.6% | 2.9% | 100.0% | ||
% dentro de hijos que viven en el hogar | 7.8% | 15.0% | 18.2% | 16.7% | 12.7% | ||
Grave | Recuento | 3 | 13 | 3 | 4 | 23 | |
% dentro de grado de BP | 13.0% | 56.5% | 13.0% | 17.4% | 100.0% | ||
% dentro de hijos que viven en el hogar | 2.9% | 10.2% | 9.1% | 66.7% | 8.6% | ||
Total | Recuento | 102 | 127 | 33 | 6 | 268 | |
% dentro de grado de BP | 38.1% | 47.4% | 12.3% | 2.2% | 100.0% | ||
% dentro de hijos que viven en el hogar | 100.0% | 100.0% | 100.0% | 100.0% | 100.0% |
Fuente: Base de datos: Detección de síndrome de Burnout Parental en la población derechohabiente de la UMF No. 47
No se encontró diferencia significativa (Chi cuadrada 7.352, p=0.0615) cuando se comparó el género de la muestra con el grado de BP, lo cual indica que independientemente del sexo, tanto padres como madres presentan valores similares de BP. Al respecto, de los 60 hombres encuestados, 12 (20%) no presentaron síntomas de BP, 39 (65%) presentaron BP leve, 7 (11.7%) BP moderado y solo 2 (3.3%) BP grave. Mientras que para las 208 mujeres encuestadas 19 (9.1%) fueron clasificadas sin síntomas de BP, 141 (67.8%) reportó BP leve, 27 (13%) BP moderado y el 21 (10.1% ) BP grave.
Existe una asociación entre el grado de BP con las horas que pasan al cuidado de los hijos (Chi cuadrada 90.247, p=0.014). De los 45 encuestados que reportaron pasar 24 horas al cuidado de sus hijos el 93% presentó algún grado de BP, de igual manera, para los encuestados que reportaron pasar entre 10-12 horas al cuidado de sus hijos, el 94% se clasificó con algún grado de BP, mientras que de los 31 encuestados que no presentaron ningún síntoma de BP el 51% refirió pasar menos de 8 horas con sus hijos (Tabla 1). Los datos sugieren que la mayoría de los padres que pasan de 10 a 24 horas al cuidado de los hijos presentaran algún grado de BP.
No se encontró diferencia significativa entre el tipo de familia y el grado de BP de la muestra estudiada (Chi cuadrada 7.672, p=0.810). De las 155 familias biparentales 100 (64.51% presentaron BP leve, 22 (14.2%) con BP moderado y 11 (7.1%) con BP grave. En cuanto a las familias monoparentales 35 (67.3%) presentó BP leve, 7 (13.5%) BP moderado y 4 (7.7%) con BP grave; por otro lado, para las familias reconstituidas 18 (72%) presentaron BP leve, 1 (4%) BP moderado y 4 (16%) BP grave.
Discusión
Como resultado de la investigación en la UMF No. 47 del IMSS se identificó la presencia de BP en 237 (88.43%) derechohabientes de un total de 268 encuestados. Dentro de los resultados obtenidos se encontró que el sexo femenino predominó en el estudio con un 77.6% (208), la edad promedio fue 30 años en un 33.7% (118) lo cual coincide con lo reportado por Roskam et al. 6, en el 2020 donde encontraron de su muestra de 311 padres de familia el 56.5% (176) corresponden al sexo femenino con una edad de 30 años para el 43.4% (135); este mismo patrón se observó en la investigación realizada por Pérez-Diaz y Oyarce Cádiz realizado en Chile durante el 2020 en la que se observó la prevalencia en el sexo femenino con datos similares para el grupo de edad, así mismo, la muestra del presente estudio fue similar a la empleada en una investigación realizada en Colombia en 2023 por Cano-Restrepo21 en donde el 89.51% de los participantes fueron mujeres.
Al respecto, los datos del presente estudio indican que habitualmente las mujeres son las responsables del cuidado de los hijos y son las encargadas de llevarlos a consulta médica, por lo que la mayoría de los pacientes que acuden a consulta de manera diaria pertenecen al sexo femenino.
En referencia a los otros datos sociodemográficos en la investigación predominaron participantes casados con un 50.4% (135) lo cual coincide con Roskam et al. 6, en 2020en el que reportaron un 50.8% (119). Por otro lado, el nivel de escolaridad que mostró mayor prevalencia fue la licenciatura 41.8% (112) en este caso difiere de lo reportado por Cano-Restrepo21, en 2023; donde la prevalencia mayor fue primaria con 40.1% (118). En cuanto a las actividades laborales principalmente de la población estudiada, 42.2% están dedicados al trabajo profesional y 21.6% se dedica a las labores del hogar en contraste con lo reportado por Cano-Restrepo21, donde las ocupaciones más frecuentes entre los encuestados fueron las relacionadas con el cuidado familiar, el emprendimiento e independencia laboral, lo anterior indica que existen diferencias marcadas en cuando al nivel de educación y la actividad laboral en países como Colombia y México.
Para dar respuesta a la pregunta de investigación se buscó la prevalencia de BP en la muestra de estudio. Se identificaron un total de 237 casos con algún grado de BP, lo que corresponde a una prevalencia total de 88.4%. De las 208 mujeres encuestadas, 189 presentaron algún grado de BP, con una prevalencia del 90.8%, mientras que, de los 60 hombres encuestados, 48 fueron positivos a BP, con una prevalencia del 80%.
En cada una de sus dimensiones se encontró una frecuencia de 180 (67.2%) participantes con BP leve, BP moderado con 34 (12.7%), seguido de BP grave con 23 (8.6%) y sin identificación de BP 31 (11.6%). Este resultado es similar a lo encontrado por Cano-Restrepo21, en su estudio de 2023 quienes reportaron que el 79% (211) de los 267 encuestados presentaron nivel bajo de BP y solo el 10.1% presentó niveles altos de BP. De igual manera el resultado corresponde con lo reportado por Suárez Núñez en 2021 donde el 50% de la muestra presentó un nivel bajo de BP, 18.9% de los padres presentaron niveles moderados y el 6 % niveles graves de BP.
Es interesante observar que al cuestionar a las parejas sobre la ayuda que reciben en el cuidado de los hijos, 59% de las mujeres respondió afirmativamente mientras que, al cuestionar sobre la ayuda en las labores del hogar, 52.4% de las mujeres respondió negativamente, esto concuerda con lo observado por Matías et al. 23, en 2023 quienes identificaron que la mayoría de las tareas parentales son realizadas por mujeres en todo el mundo razón a la que atribuyen mayores niveles de BP que los hombres.
Finalmente, es muy importante reconocer que la prevención del BP es muy importante, ya que, a largo plazo, el BP grave pueden escalar a episodios de violencia sobre los hijos. Debido a que el BP presenta diferentes síntomas, resulta crucial poder diagnosticar a las madres y padres cuando el BP se encuentra en grado leve, con la finalidad de que no avance a moderado y grave, previniendo que la negligencia y la violencia durante el cuidado pudieran ocurrir24.
Conclusiones
El Burnout Parental es el resultado de la reducción de recursos y el aumento de factores estresantes relacionados con la crianza; no es sorprendente entonces que la prevalencia de BP haya sido alta en la población de estudio; esto podría asociarse con la carencia de redes de apoyo adecuadas para los padres y madres, la poca o nula corresponsabilidad coparental; así como el limitado acceso a actividades de recreación parental, lo que incrementa el tiempo que los progenitores invierten en el cuidado de los hijos.
Se encontró además que las madres presentaron puntajes superiores del BPA a los padres, probablemente derivado de que ellas son las principales encargadas del cuidado de los hijos y las labores del hogar; esto de acuerdo con la encuesta nacional para el sistema de cuidados (ENASIC) 2022 del INEGI, en donde se observó que el 86.9% de mujeres son las que se encargan del cuidado de los hijos e hijas.
El BP puede tener relación con el número de hijos que viven en el hogar y que dependen del cuidado de los padres, ya que se encontraron mayores niveles de BP en aquellas familias con más de 4 hijos viviendo bajo el mismo techo. El principal objetivo del presente estudio fue la identificación del BP en la población derechohabiente del IMSS, sin embargo, sería interesante realizar un estudio más amplio en donde se aborde la influencia de los aspectos sociodemográficos y el rol de género en el desarrollo del BP.
Finalmente, sería recomendable que los médicos familiares del sector salud diagnosticaran oportunamente el BP para realizar una intervención familiar temprana. Es importante señalar que el BP afecta la salud pública de la población mexicana, por lo que es de vital importancia que los padres tengan una adecuada salud mental para mejorar la convivencia al interior del seno familiar, lo cual impactaría positivamente en su calidad de vida.