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Cultura y representaciones sociales

versión On-line ISSN 2007-8110

Cultura representaciones soc vol.18 no.35 Ciudad de México  2023  Epub 31-Dic-2024

https://doi.org/10.22201/crim.20078110e.2023.11532 

Artículo (Casos)

Representaciones sociales: una comparación entre protagonistas masculinos coreanos y mexicanos en series juveniles desde la perspectiva de mujeres del Centro-Occidente de México

Social representations: a comparison between Korean and Mexican male protagonists in youth series from the perspective of women from Central-Western Mexico

Veronica Gabriela Valdivia Plaza1 

Judith Cavazos Arroyo2 

1 Universidad Autónoma de Aguascalientes (UAA).

2 Universidad Popular del Estado de Puebla (UPAEP)


Resumen:

En las últimas décadas ha aumentado la producción y el consumo de series de streaming. Particularmente, los k-dramas han logrado cautivar a las audiencias globales, al mismo tiempo que las producciones locales buscan mantenerse con nuevas propuestas, entre las que destacan las series juveniles. Los protagonistas masculinos son utilizados como un atractivo para las audiencias; por ello, el objetivo de esta investigación consiste en comparar las representaciones sociales de los protagonistas masculinos de series coreanas (doramas) frente a los de las series mexicanas juveniles, entre mujeres de la generación Z, que viven en la zona Centro-Occidente de México. Se desarrolló una investigación cuantitativa de naturaleza descriptiva y transversal, con un muestreo por conveniencia a 1104 mujeres que tienen entre diez y veinticinco años y que habían visto doramas coreanos y series mexicanas juveniles. Para el análisis se utilizó el método del núcleo central. Los hallazgos mostraron que el núcleo central de la representación de ambos protagonistas masculinos coincide con que son guapos; sin embargo, difieren en que los coreanos también son altos; mientras que los mexicanos son divertidos, fornidos y ricos. El sistema periférico de los dos grupos difiere; mientras que todos los atributos asociados a los coreanos son positivos, las percepciones sobre los protagonistas mexicanos son positivas y negativas.

Palabras clave: representaciones sociales; doramas; series juveniles; protagonistas masculinos; generación Z

Abstract:

The last decades have seen an increase in the production and consumption of streaming series. Particularly, k-dramas have managed to captivate global audiences, at the same time that local productions seek to keep up with new proposals, among which youth series stand out. The male protagonists are used as an attraction for audiences; therefore, the objective of this research is to compare the social representations of the male protagonists of Korean series versus those of Mexican youth series, among women of the Generation Z, living in the central-western area of Mexico. A quantitative, descriptive and cross-sectional research was conducted with a convenience sampling of 1104 women between ten and twenty five years of age who had watched Korean series and Mexican youth series. The central core method was used for the analysis. The findings showed that the central core of the representation of both male protagonists coincides in that they both are handsome; however, they differ in that Koreans are also tall; while Mexicans are funny, strong and rich men. The peripheral system of the two groups differs; while all attributes associated with the Koreans are positive, perceptions of the Mexican protagonists are positive and negative.

Keywords: social representations; k-dramas; youth series; male protagonists; generation Z

Introducción

Las representaciones sociales son primordiales para la identificación de imágenes que se generan a través de diferentes medios de difusión, como pueden ser las series. Con ello, factores culturales, sociales y personales llegan a ser concebidos como algo característico dentro de los personajes principales, en este caso masculinos, donde su rol es fundamental, puesto que llegan a ser el factor de éxito entre las jóvenes que disfrutan de este tipo de programas. La producción cultural de la ola coreana (Hallyu) ha contribuido a redefinir el concepto de la masculinidad hegemónica a través de la expansión global de la música (k-pop) y los dramas televisivos (k-dramas y doramas) entre las audiencias globales. El número de trabajos relacionados con el tema ha crecido significativamente; sin embargo, aún no hay suficiente investigación sobre la configuración de las representaciones masculinas en los k-dramas entre las generaciones más jóvenes (Ainslie, 2017), y las audiencias latinoamericanas no son la excepción (Dos Santos, 2020).

Cada vez más, las audiencias mexicanas jóvenes están expuestas a contenidos mediáticos internacionales con representaciones diversas sobre la masculinidad del protagonista (Benavides Almarza y García-Béjar, 2021), y aunque muchas producciones mexicanas aún incluyen identidades estereotipadas de género, algunas de ellas han incluido nuevas propuestas de tendencias de modelos representados con rasgos positivos y negativos (Fernández Poncela y Pérez García, 2019; Contreras Tinoco y Alfaro Beracochea, 2022). No obstante, faltan trabajos de investigación que incluyan la percepción de las identidades de los personajes masculinos principales en las producciones de las series mexicanas enfocadas a las audiencias juveniles.

Por otro lado, trabajos previos han identificado que la mayor parte de los seguidores de los doramas (Silva Gonzales, 2022; Táboas, 2023) y las telenovelas juveniles mexicanas (Ruiz Juárez, 2015; Sánchez, 2016; Orozco et al., 2020) son mujeres. Por ello, esta investigación se enfocó en comparar las representaciones sociales de los protagonistas masculinos de series coreanas (doramas) frente a los de las series mexicanas juveniles entre mujeres de la denominada generación Z (nacidas entre 1997 y 2012) que viven en la zona Centro-Occidente de México.

Revisión de la literatura

Representaciones sociales

Las representaciones sociales se distinguen porque pueden establecer un significado a lo que nos rodea, lo cual puede hacerse mediante un conjunto de imágenes y actividades cotidianas que están presentes en nuestro entorno, y donde lo que no era familiar para el grupo de referencia, queda dentro de su conocimiento (Castro et al., 2020). Con ello, el factor de interpretación y clasificación que desarrollamos como seres humanos conlleva a una unificación de contextos similares que son semejantes, lo que genera no sólo un comportamiento de aceptación, sino también de interpretación (Jodelet, 1984).

Al mismo tiempo, la identificación y conceptualización de objetos e imágenes se ve fortalecida, concretada y unificada por medio de un contexto de comunicación que es compartido e identificado en su ámbito de desarrollo, lo cual permite que esos objetos e imágenes sean reconocidos y preferidos por los individuos (Chen et al., 2022). Esto da pauta a una cultura visual en donde los significados de diferentes elementos crean contextos que son consensuados por sus usuarios. Esta cultura se transmite de generación en generación (Lukšík y Guillaume, 2018), y la repercusión y la aceptación de los significados trasciende en diferentes ámbitos, como pueden ser las plataformas digitales.

Por su parte, las representaciones sociales impulsan cierto tipo de creencias que son ideales, lo que induce una imagen con base en su naturaleza y otorga la oportunidad de crear percepciones que pueden o no ser nuevas dentro de su entorno (Zeletdinova y Diakova, 2019). Aunado a ello, las nuevas vías de comunicación propician que materiales de carácter visual y emocional sean difundidos en gran medida, lo que permite conocer nuevas formas de interpretación sobre percepciones de cualquier tipo de imágenes (Martikainen y Hakoköngäs 2022).

Representación de la masculinidad en los doramas

A finales de la década de los noventa surgió un movimiento cultural llamado Hallyu, conocido en español como la ola coreana, la cual se ha destacado por la producción y distribución de contenidos de la cultura popular de Corea del Sur (Dos Santos, 2020). La evolución del Hallyu ha implicado la internacionalización de series de televisión, películas, canciones pop (k-pop), comida y una nueva estética visual, que han influido en las audiencias de muchos países occidentales, entre ellos, México.

Los llamados doramas coreanos son vistos en plataformas legales e ilegales por audiencias de diferentes generaciones (Quezada-Tello y Longhi-Heredia, 2021), y los fanáticos devotos se ven atraídos no solamente por los nuevos géneros y la creatividad, sino también por viejas fórmulas familiares que agregan a las convenciones tradicionales algunas innovaciones (An, 2022). Entre estos aspectos destacan las conceptualizaciones de las masculinidades de los protagonistas (Beynon, 2002) y su influencia en la percepción del público en diferentes contextos en el mundo (An, 2022).

En la década de los ochenta, el discurso mediático de la masculinidad ideal de las producciones coreanas se centraba en un hombre varonil y militarizado como señal de hombría. Para los años noventa, la representación se enfocó principalmente en un guerrero corporativo de cuello blanco, empoderado, con estatus simbólico y exitoso, capaz de mantener a una familia. Fue a finales de esa década que surgieron nuevas masculinidades en los k-dramas. Éstas se asociaron con un hombre heterosexual, exitoso en el trabajo, y capaz de mantener sus relaciones; sin embargo, la primera década de los años dos mil marcó un cambio a través de la representación de una masculinidad “blanda” (Elfving-Hwang, 2017).

La masculinidad “blanda” en los dramas coreanos es representada por un estereotipo de doble feminización, ya que aplica tanto en la apariencia como en el carácter de los hombres jóvenes representados en las series (Khai y Wahab, 2017). Esta representación debe contar con una piel brillante e impecable, con un tono blanco (Park y Hong, 2021), un rostro bonito, rasgos juveniles y aniñados, un cuerpo delgado, alto y en buena condición física; además, es consumidor de una moda andrógina acompañada de accesorios femeninos. También, se muestra como un hombre educado, que se involucra en la relación romántica en la que expresa sus sentimientos (Gammon, 2021; Maliangkay y Song, 2015).

No obstante, algunos autores (Evita y Anastasya, 2021) sostienen que aun cuando los k-dramas intentan deconstruir positivamente la masculinidad, prevalecen varias normas malsanas basadas en la masculinidad de una cultura patriarcal, donde todo gira en torno a la figura masculina. El hombre es una figura de autoridad y predominan las historias tipo “cenicienta”, donde la mujer es de una clase social inferior, mientras que el hombre es de una clase superior. Además, las representaciones televisivas de las masculinidades empresariales coreanas actuales están marcadas por la ambigüedad, donde el lugar de trabajo es más una alienación que refleja la impotencia de los asalariados, en lugar de un empoderamiento (Elfving-Hwang, 2017).

Representación de la masculinidad en las series mexicanas juveniles

Las series mexicanas transmitidas tanto en televisión abierta como en plataformas digitales han dado pauta a la creación de personajes ficticios, en quienes la masculinidad toma un rol de modelo. Sus espectadores los conciben como personajes potencialmente correctos (Hernández-Reyna, 2022), lo que da pauta a una normalización cultural y representativa, donde la estandarización de caracteres simbólicos forma parte de la construcción de arquetipos que son idealizados, ya sea por una característica de sensualidad o de deseo (Pastrana y Del Río Almagro, 2022).

A finales del siglo XX la representación masculina en las series mexicanas presentó un cambio en su normativa de vida: aspectos no sólo de poder social, sino también de tipo corporal, ofrecen un enfoque de importancia a aquellos individuos que destacan por exhibir cuerpos estéticos que son formados en gimnasios con la intención de atraer al sexo opuesto (Almagro y De la Flor, 2022). Aunado a ello, las características convencionales, como la clase social, el poder adquisitivo, el nivel cultural, los grupos étnicos de referencia y el rol dentro del ámbito donde se desarrollaba la serie hacían más fuerte la relevancia de su virilidad (Hernández-Reyna, 2022).

Dentro de las tramas actuales, el personaje masculino principal, además de ser guapo y con una estética corporal atractiva, debe simbolizar que es fuerte, tenaz, protector e indestructible; lo cual propicia una competitividad reiterativa no sólo frente a personas de su mismo sexo, sino también hacia las mujeres. Por otro lado, cuando el personaje es sometido o no logra obtener lo que desea, entonces responde con agresión (Del Río Almagro y De la Flor, 2022), exponiendo aspectos misóginos y de violencia, ya sea por deseos de poder o por la falta de emotividad y sentimientos (Rodríguez et al., 2022).

Expertos han encontrado que algunas series mexicanas están reproduciendo los estereotipos orientales: cuerpos atléticos, delgados, rubios, jóvenes y de tez blanca se están convirtiendo en las características más valoradas por ciertas audiencias juveniles; además, algunos de los nuevos contenidos están incluyendo valores y principios tradicionales, entre los que sobresale el respeto a la familia y a la pareja (Contreras Tinoco y Alfaro Beracochea, 2022; Ramírez et al., 2021). Sin embargo, también se destacan aspectos negativos dentro de las series, como las adicciones a sustancias nocivas como el alcohol, mariguana y cocaína, y comúnmente los contenidos muestran situaciones de traición, deslealtad y corrupción (Alfaro-Beracoechea y Tinoco, 2023).

Generación Z

Algunos expertos han clasificado a los grupos poblacionales de acuerdo a ciertas características generacionales, ubicando seis grupos de acuerdo a sus años de nacimiento (The Center for Generational Kinetics, 2016): la generación tradicionalista, nacidos en 1945 y antes; la generación Baby Boomer, nacidos entre 1946 y 1964; la generación X, nacidos entre 1965 y 1976; la generación Y, nacidos entre 1977 y 1996, y la generación Z, nacidos entre 1997 y 2012. Esta investigación se centra en la generación Z y, particularmente, en audiencias femeninas pertenecientes a esta generación. Se trata de un grupo profundamente marcado por el avance de la tecnología, contextos de violencia, una economía global volátil, el activismo de movimientos que demandan justicia social (Seemiller y Grace, 2017), y se ha encontrado que las mujeres pertenecientes a esta generación se identifican fuertemente con su género (Deckman y McDonald, 2022).

Además, el consumo de medios masivos de la generación Z suele realizarse a través de internet, es decir, obtienen la información y ven contenidos en línea porque les parece conveniente y cómodo, debido a su disponibilidad en dispositivos móviles inteligentes (Karim, 2019). Estudios realizados en Latinoamérica han encontrado que esta generación es irreverente, que aprecia la inmediatez y la inclusión, pero también se enfrenta a una fuerte incertidumbre sobre el futuro (Vilanova y Ortega, 2017). El internet ha cambiado la forma en que estos jóvenes latinoamericanos se comunican entre ellos y con los demás, pues utilizan principalmente el teléfono móvil como medio de comunicación (Martínez-Estrella et al., 2023). Crean contenido y disfrutan de otros en múltiples plataformas (Agis, 2023) y prefieren el consumo de contenido global a través del streaming bajo demanda, en comparación a la televisión abierta y la televisión por cable. Así, plataformas como Netflix, Pluto tv, Tubi, entre otras, han incrementado su número de audiencias juveniles (Guarneros, 2021). En países como México, esta generación se percibe como más activista, hablan de la diversidad sexual de manera más natural que las generaciones anteriores, sienten que el país no termina de definir su rol en el mundo para brindarles mejores oportunidades, mientras ellos ya viven interconectados y globalizados; además, les preocupa el bienestar familiar, su seguridad, y el medio ambiente, aunque muchos se sienten solos, estresados y excluidos (Fuentes, 2022).

Método

Se utilizó el método del núcleo central (Abric, 2001) para identificar las representaciones sociales de los protagonistas masculinos de doramas coreanos frente a los de las series mexicanas juveniles, en audiencias femeninas de la generación Z (nacidas entre 1997 y 2012) que viven en la zona Centro-Occidente de México. Para ello, se desarrolló una investigación cuantitativa, de naturaleza descriptiva y transversal, esto con el fin de comprender los significados atribuidos por las participantes en un momento y contexto determinados.

Se desarrolló un instrumento que se dividió en cuatro secciones. En la primera sección se incluyeron dos preguntas filtro, una sobre la edad y otra sobre si la participante había visto al menos un dorama y una serie mexicana juvenil. Si las respuestas eran positivas, entonces se preguntaba respecto a las preferencias sobre los doramas (k-dramas) y las series mexicanas juveniles. La segunda sección se apoyó de la aplicación de una técnica proyectiva para la generación de cinco palabras (lematizaciones) sobre los protagonistas masculinos de los doramas. Una vez generadas, la participante debía calificar en orden de importancia cada una de ellas, desde 1= la menos importante hasta 5=la más importante. Finalmente, se solicitó evaluar cada palabra escrita en una escala de -3 a +3, donde -3 era el valor más negativo, 0 neutral y +3 era el valor más positivo.

La tercera sección se centró primero en la generación de cinco lematizaciones sobre los protagonistas masculinos de las series mexicanas juveniles. A continuación, cada respondiente debía evaluar la importancia de cada una de éstas, para posteriormente evaluar cada una de las palabras emitidas en un rango entre -3 y +3. La última sección solicitaba tres datos demográficos: lugar de residencia, edad y escolaridad.

A partir de un muestreo por conveniencia, se obtuvieron 1 104 encuestas válidas. La mayor parte de las participantes manifestó ser estudiante de licenciatura (55.2 %), seguido por estudiantes de preparatoria (18.1 %). Además, el 13.2 % dijo contar con una licenciatura, mientras que el 7.2 % contaba con una carrera técnica. Los menores porcentajes de participantes estudiaban la escuela secundaria (5.3 %) y primaria (0.5 %), mientras que el 0.5 % contaba con un posgrado. Respecto a los grupos de edad, 7.97 % contaba entre diez y quince años, mientras que 45.56 % tenía entre dieciséis y veinte años, y 46.47 % manifestó tener entre veintiuno y veinticinco años. Sobre la ocupación, el 79.1 % dijo ser estudiante, el 11.9 % profesionista, 6.4 % empleada, y el 2.6% dijo ser emprendedora o tener un negocio propio.

Las participantes mencionaron que generalmente ven los doramas en plataformas como Netflix, Rakuten Viki, Doramas Flix, Hulu, Estrenos Doramas, y Doramas hd. En cambio, las series juveniles mexicanas las ven en Televisa, Netflix, tv Azteca, y YouTube. Entre las series coreanas preferidas destacaron: Los chicos son mejores que las flores, Aterrizaje de emergencia en tu corazón, Jardín de meteoros, Está bien no estar bien, La belleza de Gangnam, Holo, mi amor, Woo, una abogada extraordinaria, El rey: eterno monarca, Mi primer amor de verdad, Veinticinco, veintiuno, ¿Qué le ocurre a la secretaria Kim? y Herederos. En relación con las series mexicanas juveniles preferidas principalmente se mencionaron rbd, Hijas de la luna, La flor más bella, El club, Oscuro deseo, La casa de las flores, Luis Miguel, la serie y Club de Cuervos.

Análisis de resultados

Análisis del modelo del núcleo central del protagonista masculino de k-dramas

Una vez analizadas las lematizaciones obtenidas a través de la encuesta sobre las características de los personajes masculinos de los k-drama, se procedió a identificar los elementos que conformarían el núcleo central. Para ello se localizaron 13 categorías; en la tabla 1 se muestran sus frecuencias emitidas. Para realizar el análisis correspondiente se tomó como punto de corte 27.5, obtenido de la media de la “frecuencia” más alta (ver tabla 1), y el punto de corte para importancia fue de 3, derivado de la mediana de los valores de la “importancia”. Así, las categorías por encima de estos valores se clasificaron como alta frecuencia y/o alta importancia, mientras que los resultados por abajo se consideraron como baja frecuencia y/o baja importancia, respectivamente.

Tabla 1. Categorías y frecuencias identificadas con protagonistas masculinos de los k-drama 

Categorías Las tres palabras más evocadas de la categoría Frecuencia
guapo atractivo apuesto sexy 55
alto estatura grande 38
educado respetuoso considerado honesto 32
tierno sensible detallista amigable 28
amable gentil carismático bueno 28
piel blanca blanco pálido piel suave 5
tímido reservado soñador sumiso 4
inteligente listo audaz capaz 4
viste a la moda estilo vestimenta outfit 2
femenino afeminado gay amanerado 2
agradable inocente paciente honesto 2
antisocial aburrido despistado solitario 1
machista macho masculinidad hombre 1

Fuente: Elaboración propia.

Después de obtener la tabla con las lematizaciones correspondientes, se elaboró el modelo de núcleo central, así como la zona de contraste y las periferias que complementaron el modelo emergente. En la figura 1 se aprecia que en el núcleo central (cuadrante superior-izquierdo) se encuentran las evocaciones más mencionadas e importantes para las participantes. Éstas se conformaron por los términos guapo y alto, por lo que ambos conforman el anclaje principal dando sentido a toda la representación. Los resultados implican que estos atributos físicos determinan y definen la identidad y esencia de la representación social de los protagonistas masculinos de los k-dramas.

Figura 1. Modelo del núcleo central de los protagonistas masculinos de los doramas 

A continuación, se analiza el sistema periférico que opera como una representación complementaria del núcleo central. Así, la primera periferia (cuadrante superior-derecho) se compone por tres evocaciones: educado, tierno y amable, las cuales constituyen un complemento del núcleo central e integra percepciones más heterogéneas de las fanáticas de los k-dramas. Continuando con el análisis, los elementos de contraste (cuadrante inferior-izquierdo) corresponden a las lematizaciones piel blanca, tímido, inteligente y viste a la moda. Esta zona representa elementos que pueden ser importantes para subgrupos de las seguidoras de este tipo de series.

Por último, la segunda periferia se compone de conceptos que son poco relevantes en la representación social, pero que toleran contradicciones en la representación estudiada. En este caso incluyen las lematizaciones de femenino, agradable, antisocial y machista. Esto significa que podrían existir algunas impresiones negativas o poco relevantes sobre los protagonistas masculinos de los k-dramas; esto es, que no toman una relevancia significativa para su representación social entre las fanáticas de este tipo de género televisivo.

Además del análisis presentado anteriormente, se examinaron las valencias emocionales de las representaciones sociales de las diferentes categorías. Así, se evaluaron los 13 cognemas y se calculó el índice de polaridad para cada uno. Si el valor resultaba negativo (de -1 a -0.1) significaba que las participantes mostraban una postura negativa hacia el cognema, mientras que una valencia positiva (de +1 a +0.1) reflejaba una postura positiva hacia la característica del protagonista masculino de los k-dramas.

Los resultados arrojaron que todas las valencias fueron positivas, lo que es un indicador de que todas las representaciones asociadas al protagonista masculino de los k-dramas presentan conexiones emocionales positivas entre su audiencia femenina de la generación Z. La valencia mejor evaluada fue femenino (0.800), que además de ser positiva, se encuentra ubicada en la segunda periferia, lo que implica que, a pesar de su valor en la polaridad, resulta poco relevante para la representación social del protagonista masculino de k-dramas. Enseguida, por el valor de la valencia destacan tierno (0.790) y educado (0.724), como puede notarse en la tabla 2. Ambas categorías se encuentran contenidas en la zona de la primera periferia, por lo que funcionan como complementos de la zona de núcleo central.

Tabla 2. Índices de polaridad de los k-drama 

Zona Categorías Índices de polaridad
Núcleo central guapo 0.614
alto 0.573
Primera periferia tierno 0.79
educado 0.724
amable 0.559
Elementos de contraste piel blanca 0.5
tímido 0.538
viste a la moda 0.588
inteligente 0.699
Segunda periferia femenino 0.8
machista 0.698
agradable 0.538
antisocial 0.538

La siguiente valencia en importancia es inteligente (0.699). Esta categoría se ubica en los elementos de contraste, lo que significa que forma un concepto importante para uno de los subgrupos de seguidoras de k-dramas de la generación Z. Enseguida, destaca machista (0.698), con polaridad positiva y una carga de valencia emocional importante. Este resultado implica que las jóvenes estudiadas perciben el machismo representado por el protagonista masculino, aunque le dan poca importancia dentro de la representación social. A continuación, aparece guapo (0.614) en la zona de núcleo central; viste a la moda (0.588) en la zona de contraste; alto (0.573) en la zona del núcleo central; amable (0.559) en la primera periferia; tímido en la zona de contraste y, agradable y antisocial en la zona de la segunda periferia, y los tres con valores de 0.538, y por último piel blanca (0.500), ubicado en la zona de contraste. En la tabla 2 y la gráfica 1 se presentan los índices de polaridad y su representación visual.

Gráfica 1. Índices de polaridad por zona k-drama 

Análisis del modelo del núcleo central del protagonista masculino de series mexicanas juveniles

Una vez analizadas las lematizaciones obtenidas a través de la encuesta sobre las características de los protagonistas masculinos de las series mexicanas juveniles, se identificaron los cognemas del núcleo central. Para ello se localizaron 16 categorías; en la tabla 3 se presentan las frecuencias manifestadas. El punto de corte fue de 20.0 y fue tomado de la media de la frecuencia más alta (ver tabla 3) y el punto de corte de la importancia fue de 3. Las lematizaciones por encima de estos valores se catalogaron como alta frecuencia y/o alta importancia, mientras que los resultados por debajo de estos valores se calificaron como baja frecuencia y/o baja importancia.

Tabla 3. Categorías y frecuencias identificadas con protagonistas masculinos de las series mexicanas juveniles 

Categorías Las tres palabras más evocadas de la categoría Frecuencia
guapo atractivo sexy bello 40
rico adinerado poderoso riqueza 35
divertido alegre bromista simpático 22
fornido fuerte fortachón musculoso 20
arrogante presumido egocéntrico engreído 22
romántico amoroso pasional amor 20
extrovertido popular fiestero sociable 10
elegante outfit bien vestido ropa elegante 3
delgado flaco fit 2
borracho vicio adicto tomador 2
rudo descortés vulgar conflictivo 2
cercano a la familia familia padre familiar 1
amigable amistoso carismático simpático 3
piel blanca blanco piel clara güero 3
joven juvenil adolescente juventud 2
valiente valor realista lanzado 1

A partir del análisis de la información contenida en la tabla 3, se construyó el modelo de núcleo central, así como la zona de contraste y las periferias. En la figura 2 se muestra que en el núcleo central (cuadrante superior-izquierdo) se encuentran los conceptos: guapo, rico, divertido y fornido. Estos cuatro atributos constituyen el anclaje principal de la representación analizada y definen la identidad de la representación social de los protagonistas masculinos de las series mexicanas juveniles.

Figura 2. Modelo del núcleo central de los protagonistas masculinos de las telenovelas mexicanas 

Asimismo, la primera periferia (cuadrante superior-derecho) se compone por tres evocaciones: arrogante, romántico y extrovertido, que funcionan como un complemento del núcleo central. Además, los elementos de contraste (cuadrante inferior-izquierdo) se conforman por las lematizaciones elegante, delgado, borracho, rudo y cercano a la familia. Estas evocaciones son significativas para nichos o subgrupos de audiencias de las series mexicanas juveniles.

Finalmente, la segunda periferia está integrada por lematizaciones que representan baja importancia y frecuencia en la representación social. Los resultados muestran las siguientes lematizaciones: amigable, de piel blanca, joven y valiente. Esta zona muestra que existen algunas impresiones negativas o poco relevantes sobre los protagonistas masculinos de las series mexicanas juveniles.

Por otra parte, se analizaron las valencias emocionales de las representaciones sociales de las diferentes lematizaciones. Se examinaron los dieciséis cognemas y se realizó el cálculo individual del índice de polaridad. Un valor negativo (de -1 a -0.1) implica que las encuestadas presentan una actitud negativa hacia el cognema; en cambio una valencia positiva (de +1 a +0.1) muestra una postura positiva de los cognemas identificados.

Se identificaron doce valencias positivas y cuatro valencias negativas. Todas las valencias del núcleo central fueron positivas (guapo, rico, divertido y fornido). En cambio, en la primera periferia se identificaron dos positivas (romántico y extrovertido) y una negativa (arrogante); en la zona de contraste se hallaron tres positivas (elegante, delgado, y cercano a la familia), y dos negativas (rudo y borracho). Por último, la segunda periferia se compuso de tres valencias positivas (amigable, joven y valiente) y una negativa (piel blanca). En la tabla 3 se presentan los índices de polaridad ordenados por zonas. Respecto a las valencias positivas, la categoría con la evaluación más alta la presentó “divertido” (0.862), ubicada en la zona del núcleo central, por lo que resulta fuertemente relevante para la representación social del protagonista masculino de series mexicanas juveniles. Los siguientes índices de polaridad se ubicaron en la segunda periferia, representados por valiente (0.822) y amigable (0.750). Después se encontró guapo (0.657), ubicado también en el núcleo central, posteriormente le sigue joven (0.630), localizado en la segunda periferia, seguido de romántico (0.603), ubicado en la primera periferia. Después se localizan elegante (0.547) y delgado (0.538), enclavados en la zona de contraste; posteriormente fornido (0.472) se ubicó en el núcleo central. Los índices positivos más bajos fueron cercano a la familia (0.333) en la zona de contraste, rico (0.299) en la zona del núcleo central, y extrovertido (0.262), ubicado en la primera periferia.

Solamente la zona núcleo central no presentó valencias negativas. El índice de polaridad más negativo se presentó en la zona de contraste con el concepto de borracho (-0.563). Le sigue arrogante (-0.514), ubicado en la primera periferia. Posteriormente aparece rudo (-0.220) en la zona de contraste y, por último, piel blanca (-0.059), localizado en la segunda periferia. En la tabla 3 y la gráfica 2 se presentan los índices de polaridad y su representación gráfica.

Comparación de las representaciones de los protagonistas masculinos de k-dramas y series mexicanas juveniles.

La teoría de las representaciones sociales implica un sistema jerarquizado y organizado, compuesto por dos subsistemas interactivos: un sistema central y uno periférico. Los resultados de la representación asociada al protagonista masculino de las series de k-dramas y mexicanas juveniles mostraron algunas similitudes e importantes diferencias.

Núcleo central. Este constituye la percepción de las características base o el corazón de la representación reconocida en la memoria colectiva (Rateau et al., 2023) de las jóvenes estudiadas. La representación del protagonista masculino mexicano está constituida por más lematizaciones en comparación con la de los k-dramas. En ambos tipos de series, los protagonistas son percibidos como guapos; sin embargo, este atributo es el de mayor índice en los doramas. En cambio, en los protagonistas mexicanos, la característica mejor valorada en esta zona es divertido, seguida por guapo. El otro atributo percibido sobre los protagonistas masculinos coreanos es alto, mientras que los protagonistas mexicanos son percibidos como fornidos y ricos. De esta forma, los elementos que principalmente constituyen el núcleo central y que son aceptados por el grupo estudiado y su sistema de normas (Abric, 2001) son solamente atributos físicos (guapo y alto) entre los protagonistas masculinos coreanos, mientras que entre los mexicanos se incluyen un rasgo de personalidad (divertido), así como también atributos físicos (guapo y fornido) y uno de naturaleza económica (rico).

Sistema periférico. Este sistema se compone de la primera periferia, la zona de contraste y la segunda periferia, los cuales explican diversos aspectos y más flexibles de la configuración de la representación social (Rateau et al., 2023). La primera periferia evidencia que el protagonista coreano es percibido como tierno, educado y amable, mientras que el protagonista masculino mexicano es percibido como romántico y extrovertido, pero también como una persona arrogante. Esta primera periferia es un complemento del núcleo central que se forma por el vínculo más inmediato que facilita a las jóvenes la conformación de la representación de los protagonistas a través de las series, por lo tanto, estas características son muy inestables y variables entre las audiencias juveniles (Oliveira, 2013).

En cambio, la zona de contraste está estrechamente relacionada con los atributos del núcleo central y representa las características que son consideradas importantes para un subgrupo minoritario entre las jóvenes estudiadas. Este valora la representación diferenciada de que el protagonista coreano es de piel blanca, tímido, viste a la moda e inteligente; mientras que el protagonista mexicano es percibido positivamente como elegante, delgado y cercano a la familia, pero negativamente como rudo y borracho.

Por último, la segunda periferia está conformada por características que juegan un menor rol en la representación social estudiada (Cohen et al., 2022). Para el protagonista masculino coreano se identificaron los siguientes atributos: femenino, machista, agradable y antisocial, y todas fueron valoradas positivamente; en cambio, el protagonista mexicano se identificó como valiente, amigable, joven y de piel blanca, casi todas valoradas positivamente, excepto piel blanca, cuya valencia fue negativa.

Discusión y conclusión

El objetivo de esta investigación consistió en comparar las representaciones sociales de los protagonistas masculinos de las series coreanas (doramas) frente a los de las series mexicanas juveniles entre mujeres de la generación Z que viven en la zona Centro-Occidente de México. Los resultados mostraron que el núcleo central de los protagonistas masculinos de los doramas está representado por atributos como guapo y alto; en cambio, en los protagonistas de las series mexicanas destacan divertido, guapo, fornido y rico. Estos resultados coinciden con investigaciones previas que han identificado que los protagonistas actuales de los k-dramas se caracterizan por representar una masculinidad “blanda”, la cual exhibe a un hombre guapo, estilizado, alto y con rasgos juveniles (Khai y Wahab, 2017).

Estudios sobre los protagonistas masculinos mexicanos han destacado la importancia de ser guapo y poseer un cuerpo atlético moldeado por horas de esfuerzo físico en el gimnasio (Almagro y De la Flor, 2022). Un hallazgo de esta investigación es que las jóvenes mexicanas del estudio perciben que el protagonista masculino en las series mexicanas que siguen es divertido. Trabajos previos en Colombia y España han encontrado que los personajes masculinos de las series son los favoritos de los adolescentes, principalmente si muestran rebeldía y son divertidos. Esto implica que algunos personajes se muestren aparentemente como malos, pero de buen corazón, y que los diálogos incluyan algunas narrativas de comedia (Masanet y Fedele, 2019; Rivera-Betancur y Uribe-Jonbloed, 2011).

Los atributos que conforman la primera periferia son relevantes para la representación social del protagonista masculino de las series coreanas y mexicanas porque mantienen una estrecha relación con el núcleo central. Por lo tanto, además de los atributos físicos, el personaje principal coreano cuenta con virtudes y competencias para desempeñarse en el mundo.

Un trabajo realizado en Indonesia sobre el tema encontró que las encuestadas percibían que la gentileza y amabilidad del protagonista masculino de los k-drama se enfatizaba sólo con la protagonista femenina, pero no con otras mujeres, lo que traducía en una percepción de dedicación a la pareja (Husodo y Chandraputri, 2021). De la misma manera, los k-dramas tienden a reflejar la importancia del sistema familiar y la educación para la sociedad coreana, en los que muchas veces el protagonista masculino es presentado con un mayor nivel educativo, refinamiento y sofisticación que la protagonista femenina (Schulze, 2013).

Respecto a los protagonistas masculinos mexicanos, los complementos del núcleo central reflejan a un hombre romántico y extrovertido, lo que concuerda con el perfil de los personajes estudiados en producciones de telenovelas y series de plataformas digitales españolas (Villena, 2022). Además, las participantes identifican la presencia de la arrogancia como un rasgo negativo en los personajes masculinos principales. Una investigación sobre la personalidad del mexicano encontró que, si bien los hombres mexicanos son simpáticos y modestos, también son arrogantes, lo que implica una sobreestimación de la autoimagen y las capacidades personales, lo que afecta la integración social (Domínguez Espinosa y Velasco Matus, 2017).

Tanto en los personajes principales coreanos como mexicanos se identificaron subgrupos que conforman percepciones particulares de representación social ubicados en las respectivas zonas de contraste. Así, los personajes principales masculinos coreanos son asumidos con piel blanca, tímidos, que visten a la moda y son inteligentes, lo que coincide con trabajos previos en los que la fandom/afición de los k-dramas, percibe a los protagonistas con una piel suave y clara, y con modales femeninos (Lee, 2018). Asimismo, se ha encontrado que el vestuario en las producciones televisivas de Corea del Sur se suma a la tendencia de la moda de la cultura pop coreana, esto es, armoniosa y actualizada con la última moda en ropa, zapatos y peinados masculinos (Murdianto y Zachari, 2022).

Respecto a los protagonistas mexicanos, un subgrupo los percibe como elegantes, delgados y cercanos a la familia, pero también como rudos y borrachos. Investigaciones han identificado que “las estrellas” televisivas mexicanas tanto femeninas como masculinas suelen ser elegantes y bien presentadas (Osuna, 1984). Por otro lado, aunque la representación del consumo de alcohol es omnipresente en los k-dramas de Corea del Sur y aproximadamente cada 12 minutos de programación se presentan mensajes sobre las normas culturales de un excesivo consumo de alcohol para calmar el estrés y facilitar las relaciones (Pasupathy et al., 2022), esta representación social es inexistente en la percepción de las participantes de la generación Z estudiada. No obstante, el protagonista mexicano sí es percibido como borracho y rudo.

Investigaciones sobre telenovelas latinoamericanas han encontrado que el consumo excesivo de alcohol y la rudeza se vinculan generalmente a personajes malvados, y que cuando se presentan en personajes buenos, su comportamiento y consumo es exculpado como una debilidad (Mazziotti, 2006). Al igual que como acontece en los k-dramas, en los contenidos mexicanos suelen ignorarse las consecuencias negativas del alcohol asociadas a la salud y la dependencia (Grim, 2019).

En conclusión, las representaciones sociales de los protagonistas masculinos coreanos y mexicanos en las series de televisión juveniles incluyen de manera central aspectos físicos y materiales (riqueza) en el caso de los mexicanos. Tanto los elementos de contraste como la primera y segunda periferias presentaron solamente atributos positivos para los personajes coreanos, mientras que los mexicanos también incluyen valencias negativas asociadas con la arrogancia, el excesivo consumo de alcohol, la rudeza y el color de la piel.

Al igual que otros trabajos, este también presenta algunas limitaciones, ya que la investigación se centró solamente en el estudio de las percepciones de niñas y jóvenes que vivían en la zona Centro-Occidente de México, que contaban entre diez y veinticinco años, y que manifestaron haber visto doramas y series mexicanas juveniles. Asimismo, se asumió un enfoque tradicional de la masculinidad preponderantemente heteronormativa y hegemónica, en concordancia con las representaciones y los roles asumidos por la mayoría de los protagonistas masculinos de las series coreanas (Elfving-Hwang, 2011) y telenovelas mexicanas (Grimm, 2019) mencionadas por las participantes, por lo que es recomendable que estudios futuros avancen esta línea de investigación desde un concepto alternativo al binario, investigando el fenómeno desde una perspectiva como la queer. Además, al utilizarse un método de conveniencia para la recolección de los datos, no fue posible generalizar los resultados, por lo que estudios futuros podrían considerar aplicar un muestreo probabilístico. O bien, se sugiere profundizar en el abordaje del tema desde aproximaciones como la cualitativa o desde un estudio mixto, lo que proporcionaría otras narrativas y reflexiones que enriquecerían la comprensión del fenómeno estudiado. Por último, trabajos futuros también podrían enfocarse en las representaciones sociales de las protagonistas femeninas desde las percepciones de otros tipos de audiencias.

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