Introducción
Aedes albopictus (Skuse) es un vector de amplia distribución, cuya competencia vectorial se ha comprobado para virus tales como, dengue, fiebre amarilla, chikungunya, encefalitis equina venezolana, encefalitis japonesa, San Angelo, La Crosse, virus del Nilo Occidental, Zika y parásitos como Dirofilaria immitis(1-5).
Esta especie, originaria del sudeste asiático, fue introducida al continente americano en la década de los 80, cuando se documentó su presencia en Estados Unidos de América y Brasil (1,2). Desde entonces, se ha dispersado por las islas del Caribe y otros países de América Central y del Sur (6). En Costa Rica, reportes científicos han informado sobre su presencia en las provincias de Limón (710), Puntarenas (11), Alajuela (12), Heredia (13) y San José (14).
Debido a su papel potencial como vector, su capacidad de dispersión y su difícil eliminación una vez introducido en una región (15), es importante actualizar el conocimiento sobre la distribución de Ae. albopictus. El objetivo de este trabajo es informar sobre la presencia de este vector en localidades de Costa Rica donde no había sido registrado con anterioridad.
Materiales y métodos
Como parte de las labores de vigilancia entomológica propias del Programa de Manejo Integrado de Vectores del Ministerio de Salud de Costa Rica; entre junio y diciembre del 2016, técnicos en vigilancia entomológica colectaron formas inmaduras de mosquitos con morfología compatible con el género Aedes en localidades de las provincias de Puntarenas (Isla de Chira y Golfito), Guanacaste (Liberia), Alajuela (Upala), San José (Acosta) y Heredia (Sarapiquí). Estas, fueron fijadas en alcohol a 70 % y, luego de su observación preliminar al microscopio estereoscópico, aquellas con diagnóstico presuntivo de Ae. albopictus fueron enviadas al Laboratorio de Investigación en Vectores (LIVE) de la Universidad de Costa Rica para su confirmación. Las larvas y pupas fueron aclaradas en lactofenol y montadas entre portaobjetos y cubreobjetos en medio Hoyer. Posteriormente, todos los ejemplares fueron evaluados al microscopio e identificados mediante el uso de claves dicotómicas especializadas (16,17).
Resultados
Las larvas y pupas fueron identificadas como Aedes albopictus, Aedes aegypti, Haemagogus equinus y Haemagogus iridocolor-H. lucifer (Cuadro 1).
Provincia | Cantón | Depósito larval | Especie(s) |
---|---|---|---|
Alajuela | Upala | Llanta | Ae. albopictus (1 L, 2 P) |
Canoa | Ae. albopictus (3 L) y Ae. aegypti (1 L, 1 P) | ||
Guanacaste | Liberia | Llanta | Ae. albopictus (4 L) |
Heredia | Sarapiquí | Piscina | Ae. albopictus (1 L) |
Maceta | Ae. albopictus (4 L) | ||
Balde | Ae. albopictus (7 L) | ||
Bota de hule | Ae. albopictus (1 L) | ||
Recipiente | Ae. albopictus (1 L) y Ae. aegypti (2 L) | ||
Puntarenas | Golfito | Recipiente plástico | Ae. albopictus (2 L, 2 P) |
Puntarenas | Puntarenas (isla de Chira) | Tanque de agua | Ae. albopictus (2 L) |
Lona plástica | Ae. albopictus (1 L, 1 P) | ||
Balde | Ae. albopictus (1 L) y Ae. aegypti (1 L, 1 P) | ||
Plástico | Haemagogus equinus (3 L) | ||
San José | Acosta | Balde | Haemagogus equinus (4 L) |
Bambú | Haemagogus equinus (3 L) y Haemagogus iridocolor-H. lucifer (1 L) |
Dentro de las características larvales de importancia taxonómica que sirvieron para confirmar la especie Ae. albopictus, se pueden destacar el sifón corto (dos veces tan largo como ancho) con un par de setas sifonales y con pecten; segmento abdominal X no rodeado totalmente por la silla de montar, cerda 3-VII de tamaño mediano-pequeño (Figura 1a), espículas dorsoposteriores poco prominentes en la silla de montar (Figura 1b) y el peine con una sola hilera de 8-12 dientes, cada uno con una sola espina grande, desnuda y sin espículas pequeñas en la porción apical (Figuras 1c y 1d).
La diferenciación, en el caso de Ae. aegypti, se llevó a cabo principalmente por la presencia de espinas subapicales fuertes en los dientes del peine y espinas laterales evidentes en el tórax (17). En el caso del género Haemagogus, éste se pudo diferenciar de Ae. albopictus por poseer la cerda 3-VII fuerte y prominente (Figura 2a), espículas dorsoposteriores moderadas a prominentes en la silla de montar (Figura 2b) y dientes del peine con una franja de espículas muy pequeñas en toda su extensión (Figuras 2c y 2d) (16).
Las pupas fueron concordantes con las características para Ae. albopictus, ya que mostraron una seta dorsal del primer segmento del abdomen a manera de penacho con cerdas ramificadas, la cerda 9-VIII simple o doble y paletas natatorias con un borde con fleco y una seta terminal simple (14,18).
Discusión
A pesar de que la introducción de Ae. albopictus al continente americano ocurrió hace pocos años, su rápida expansión ha sido demostrada en múltiples sitios (19). Este fenómeno es evidente también en Costa Rica, donde la presencia de esta especie ha sido reportada en las provincias de Limón (todos los cantones), Alajuela (San Carlos), Puntarenas (Corredores), San José (San José) y Heredia (Sarapiquí) (7-14). En este reporte se constata la presencia de esta especie en la provincia de Guanacaste (Liberia) y en nuevas localidades de las provincias de Puntarenas (La Isla de Chira y Golfito) y Alajuela (Upala).
Particularmente, en el caso de Costa Rica, sus características geográficas y ambientales relativamente estables a lo largo del país, brindan a este vector las condiciones idóneas para su ciclo vital. Las temperaturas promedio alrededor de 25 °C y la humedad relativa cercana al 70-75 % en muchas zonas del país, podrían permitir que el ciclo de desarrollo dure alrededor de 14 días y que los adultos puedan sobrevivir más tiempo (en comparación con zonas donde existen estaciones marcadas o una humedad baja), lo que facilita su dispersión (20).
De igual forma, las preferencias de hábitat por parte de Ae. albopictus suelen incluir ambientes sinantrópicos de carácter urbano, así como entornos rurales y silvestres, los cuales contienen múltiples sitios permisivos, tanto para la ovipostura y desarrollo larval, como para el reposo de las formas adultas (21, 22). Múltiples tipos de receptáculos, tanto naturales como artificiales, son usualmente ubicados en los diferentes contextos de Costa Rica (7-10, 13), ya sea por sus amplias zonas boscosas, zonas de transición entre centros urbanos y ambientes naturales, así como el establecimiento de casas en medio de zonas selváticas e inadecuados sistemas de recolección de basura, en algunas ocasiones.
Asociado con lo anterior, las condiciones naturales y biodiversidad presentes en el país, ponen a disposición de las hembras de Ae. albopictus una amplia variedad de mamíferos y aves, aspecto favorable para este hematófago oportunista (22,23). De igual forma, tiene la capacidad de coexistir con otras especies de vectores, tales como Aedes aegypti; y dentro de las estrategias para lograr esto, se ha reportado la segregación de las mismas en diferentes hábitats, Ae. aegypti predomina en áreas urbanas, Ae. albopictus en áreas rurales, y las dos especies coexisten en áreas periurbanas. Ae. aegypti predomina en áreas urbanas porque no necesita alimentarse de néctar (azúcar), y prefiere poner los huevos, reposar y picar a humanos bajo techo. Por el contrario, Ae. albopictus predomina en áreas rurales porque las hembras necesitan alimentarse de néctar y prefieren poner los huevos, reposar y picar a la intemperie (24).
Aunque no es totalmente conocido el papel de Ae. albopictus como vector de arbovirosis, tales como DENV, CHIKV o Zika, en Latinoamérica, debido en gran medida a la amplia distribución del vector principal Ae. aegypti y la falta de conocimiento de poblaciones naturales y su relación con las dinámicas de transmisión (25), es importante resaltar que la presencia de Ae. albopictus en Puntarenas y Liberia coincide con la notificación simultánea de casos de dengue, chikungunya y Zika reportados en estas mismas localidades durante 2016 (26). De igual forma, a pesar de que Ae. albopictus ha sido considerado por algunos autores como un vector menos competente que Ae. aegypti, para el DENV, dicha especie tiene la capacidad de sostener eventos epidémicos sin que haya otra especie de vector involucrada (22). Además, varios estudios han demostrado altas tasas de infección, diseminación y trasmisión vertical en condiciones experimentales (27,28). En América Latina, Méndez y colaboradores describieron uno de los primeros hallazgos de DENV en Ae. albopictus durante periodos epidémicos en Colombia (29). También existen reportes de infección natural en poblaciones de México, Brasil y Costa Rica (13,30,31). En el caso de CHIKV, Ae. albopictus también es un vector competente y, bajo ciertas circunstancias, puede ser mejor que Ae. aegypti(32,33). En islas del Océano Índico, África Central e Italia, se ha señalado como el responsable de brotes o del aumento en la incidencia de esta enfermedad (22). De manera similar, Ae. albopictus es considerado un vector competente de virus Zika. Existen reportes de mosquitos infectados naturalmente con este virus durante epidemias y evidencias de estudios experimentales que apoyan su potencial como vector, aunque esto puede ser cepa dependiente (34-36).
Con base en los hallazgos de este estudio se recomienda de manera prospectiva mapear los sitios de crías y analizar los criaderos mixtos; así como conocer las dinámicas de desplazamiento y/o coexistencia entre las especies vectores Ae. aegypti y Ae. albopictus en Costa Rica y países aledaños (37,24). En las áreas donde coexisten, es necesario estudiar los efectos de factores ecológicos, tales como la competencia entre los adultos y las larvas de las dos especies, así como las preferencias ambientales propias de cada una para predecir distribuciones y abundancias locales. Estas investigaciones futuras podrían permitir explorar más a fondo la relación entre los factores ecológicos y epidemiológicos de ambas especies, y así, lograr una mejor comprensión de sus respectivos papeles en la transmisión de arbovirus en nuestra región.
De igual forma, se enfatiza que Ae. albopictus puede hallarse coexistiendo con otras especies de mosquitos que resultan difíciles de diferenciar sin el uso de un microscopio, tales como Ae.aegypti y algunas especies de Haemagogus(7,8); razón por la cual, es importante reconocer las diferencias morfológicas que separan estos géneros y, de ser posible, emplearlas en la vigilancia entomológica a nivel nacional. La correcta identificación de estadios larvales permite la focalización del tratamiento en las áreas que verdaderamente lo requieren, lo cual optimiza los recursos disponibles para el control. Así mismo, el diagnóstico certero es necesario para dar un uso razonado a los insecticidas de efecto larvicida, ya que, de lo contrario, se podría fomentar la aparición de resistencia en especies de mosquitos que, aunque no son vectores de patógenos de importancia en salud pública, constituyen una molestia que infringe el estado de salud de la población. Finalmente, asociado al control vectorial, se enfatiza la importancia de un adecuado uso, gestión y disposición de los bienes o desechos sólidos, ya que, por lo menos en este reporte, se evidencia el uso de receptáculos artificiales para la ovipostura.