Introducción
Durante años la leche de los pequeños rumiantes como cabras y ovejas ha representado un importante ingreso económico en zonas rurales de los países en desarrollo, donde representa un alimento de alto valor biológico para la nutrición de niños y ancianos (Haenlein 2004). Debido a su contenido de grasa rica en ácidos grasos de cadena media (AGCM), como caproico, caprírico, caprílico y cáprico; los cuales pueden llegar a estar presentes hasta en 18 % de la leche (Boza y Sanz Sampelayo 1997); a diferencia de los ácidos grasos de cadena larga (AGCL), los AGCM inician su digestión en el estómago, por acción de la lipasa gástrica; mientras que en los AGCL en el duodeno, por lo que la hidrólisis de los AGCM es completada por la lipasa pancreática, a una velocidad cinco veces mayor que la de los AGCL (García 1996). En cuanto a los ácidos grasos se refiere, el aspecto más novedoso en relación a la composición de la grasa en la leche de los rumiantes tiene que ver con su contenido de ácido linoleico conjugado (ALC); el cual es el principal ácido graso precursor de la síntesis de cis 9, trans11-ALC, como consecuencia de la biohidrogenación que tiene lugar en el rumen, la cual depende de la cantidad y origen de grasa en la dieta, la relación forraje-concentrado y el contenido de nitrógeno en la dieta (Boza y Sanz Sampelayo 1997). Se ha documentado que el ALC tiene propiedades anticancerígenas (Banni et al. 1998, Yu 2001). Al respecto Morand-Fehr et al. (2000) mencionan que el forraje verde influye en el contenido de ácidos grasos de la leche, esto se debe a un aumento de los ácidos grasos poliinsaturados e incrementos de ALC, mediante la biohidrogenación en el rumen. Bajo este contexto, el objetivo de la presente investigación fue evaluar el efecto en la dieta de cabras Alpina Francés de la alfalfa henificada (Medicago Sativa) y la maralfalfa en verde (Pennisetum purpureum Var CT-115) sobre la producción, calidad y perfil de ácidos grasos durante los primeros 60 d de lactación.
Materiales y métodos
El manejo de los animales durante el experimento se realizó de acuerdo a la Norma Oficial Mexicana del cuidado de los animales (NOM-051-ZOO-1996).
Sitio experimental
El experimento se efectuó durante la primavera de 2013 en el área metabólica de la Granja Experimental del Centro Universitario UAEM -Temascaltepec, la cual se encuentra a 1740 msnm, clima del tipo cálido sub-húmedo, con lluvias en verano (Aw) (García 1987).
Animales, alojamiento y tratamientos
Cuarenta cabras Alpino Francés con peso promedio inicial de 39.3 ± 2.0 kg, 9 meses de edad y de primer parto; se alojaron en corraletas individuales provistas de sombra, comederos y bebederos automáticos. Antes de iniciar el experimento todas las cabras se vitaminaron con Vigantol ADE (3 mL animal-1) y se desparasitaron de forma interna y externa con Ivermectina (0.5 mL animal-1). Para después pesar a las cabras y estratificarlas de forma aleatoria por el peso, bajo un diseño completamente al azar. A cada cabra en el experimento se les monitoreó su estado de salud.
Los tratamientos fueron; T1: alfalfa y T2: alfalfa + maralfalfa (Tabla 1). Las cabras después del parto se adaptaron a los corrales y a la dieta basal (Cuadro 1) por 10 d. Se les proporcionó maralfalfa con edad de rebrote de 60 d, la cual se integró a la dieta en verde picándola a un tamaño de partícula de 3 cm. En tanto que la alfalfa se henificó y molió en molino de martillos con criba de 1 pulgada de diámetro para obtener partículas de 2.5 cm (Tabla 1).
Prueba productiva, calidad de leche y perfil de ácidos grasos
Durante el periodo experimental, la alimentación se ofreció a las 7:00, 13:00 y 19:00 h. La cantidad de alimento ofrecido y rechazado se pesó y registró todos los días, para luego determinar el consumo de materia seca (CMS). Cada semana se tomaron submuestras de alimento para formar una muestra compuesta, la cual se secó a 60 °C en una estufa de aire forzado, hasta peso constante para luego guardarlas para su análisis químico. Las muestras secas se molieron en un molino Wiley, modelo 4 (Thomas Scientific, Swedesboro) utilizando una criba de 2 mm de diámetro, para determinar el contenido de materia seca (MS), cenizas (CEN), extracto etéreo (EE) y proteína cruda (PC) con los métodos 930.15, 942.05, 945.16, y 984.13, respectivamente (AOAC 1997). La concentración de FDN y FDA (Van Soest et al. 1991) se determinó mediante el analizador de fibra Ankom 200 (Tecnología Ankom). El contenido de materia orgánica (MO), se estimó como el contenido de cenizas menos 100. La producción de leche se cuantificó todos los días mediante ordeño manual y se expresó en kg utilizando una báscula electrónica OHAUS Mod. 5603. La calidad de la leche se determinó a los 15, 30, 45 y 60 d mediante un Milko-Scan® FTP 5200, midiendo las variables: proteína cruda, lactosa, solidos no grasos, solidos totales, densidad y grasa. A los datos obtenidos en cada uno de los periodos, se les calculo la media, la cual se sometió al análisis estadístico.
Análisis de ácidos grasos
Las muestras compuestas colectadas fueron centrifugadas a 17 800 x g por 30 min a temperatura de 8°C, de la grasa separada por centrifugación se obtuvieron de 300 a 400 g para su extracción y metilación, para luego analizarse con la metodología propuesta por Hara y Radin (1978). Los esteres metílicos de los ácidos grasos se transesterificaron con metóxido de sodio de acuerdo con la metodología de Christie (1982), modificado por Chouinard et al. (1999). Los esteres metílicos de los ácidos grasos se cuantificaron por cromatografía de gases con un SP-2560 con columna capilar de 100 m X 0.25 mm diámetro interno y espesor de 0.2 μm (Supelco Inc., Bellefonte). Los análisis involucraron corridas con rampas de temperatura, la temperatura inicial del cromatógrafo fue de 50 °C que se mantuvo por 1 min, para luego incrementar a 160 °C, aumentando 5 °C cada min hasta llegar a los 42 °C. Posteriormente, la temperatura se incremento a razón de 5 °C por min hasta llegar a los 190 °C y se mantuvo por 22 min, con temperatura del inyector de 250° C. En la velocidad de flujo del gases acarreadores y el hidrógeno, se mantuvo a razón de 1 mL por min; el flujo de hidrógeno al detector de 25 mL por min, elfl flujo de aire de 400mL por min, y elfl flujo de nitrógeno de 45 mL por min.
Cada pico se identificó y cuantificó con una muestra de ésteres metílicos puros (UN Chek Prep, Elysian). La norma de referencia de grasa se utilizó para determinar la recuperación y los factores de corrección de los ácidos grasos de forma individual. La norma de referencia de grasa, se utilizó en intervalos regulares durante todo el análisis como ayuda del control de calidad.
Análisis estadísticos
Los datos se analizaron por medio de un análisis de varianza, utilizando el procedimiento GLM del SAS (SAS 2006). Bajo un diseño completamente al azar, las medias se separaron mediante la prueba PDIFF, STDERR statement y la significancia se tomó a un nivel de p ≤ 0.05 con la tendencia de 0.05 < p ≤ 0.10 (Steel y Torrie 1980).
Resultados
Respuesta productiva
Los resultados se muestran en Tabla 2, no se encontraron diferencias (p > 0.05) en el consumo de materia seca diaria; sin embargo, las cabras que consumieron alfalfa como fuente de forraje en la dieta produjeron 0.52 kg más de leche, respecto a las que se les incluyó maralfalfa en la dieta (p < 0.01).
Calidad de leche
El contenido de grasa y lactosa no fue afectado por el tratamiento (p > 0.05). Mientras que el contenido de proteína, sólidos totales, densidad y sólidos no grasos aumentaron (p < 0.05) con la inclusión del forraje de maralfalfa en la dieta de las cabras (Tabla 2).
Perfil de ácidos grasos
Los ácidos grasos caprílico y laúrico de cadena corta fueron más altos (p < 0.02) en el T1. El ácido palmitoleico y oleico fueron más altos (p < 0.01) en el T2, mientras que el linoleico fue menor (p < 0.05). El ALC, los ácidos grasos de cadena larga y ácidos grasos monoinsaturados fueron mayores (p < 0.05) en el tratamiento T2 (Tabla 3).
EEM= Error estándar de la media, 1 Valores de probabilidad asociados a tratamientos, AGCC= Ácidos grasos de cadena corta, AGCM= Ácidos grasos de cadena media, AGCL= Ácidos grasos de cadena larga, AGS= Ácidos grasos saturados, AGMI= Ácidos grasos mono-insaturados, AGPI= Ácidos grasos poli-insaturados.
Discusión
Respuesta productiva
La maralfalfa es una variedad de Pennisetum purpureum (Cuba CT115), desarrollada en Cuba por Martínez et al. (1996), tiene una buena productividad durante la estación seca y una alta resistencia al pastoreo. Se utiliza como alimento para el mantenimiento de bajos niveles de producción de leche en rumiantes en sistemas extensivos (Rodriguez et al. 2009), esto se debe a su bajo contenido de proteína cruda (9.81 %) y alto concentración de fibra insoluble en detergente neutro (50.59 %) (Correa, 2006), lo que limita la utilización de la fracción potencialmente digestible por falta de nitrógeno amoniacal (< 25 mg dL-1) en rumen. En el presente trabajo se encontró que cuando las cabras consumieron el forraje de alfalfa tuvieron una mayor producción de leche en comparación con las cabras que recibieron heno de alfalfa + maralfalfa, la menor producción de leche del tratamiento con maralfalfa se puede deber al bajo contenido de proteína cruda y a la alta concentración de fibra insoluble de la maralfalfa (Abdulrazak et al. 1997, Juma et al. 2006). A pesar de que en el presente experimento no se determinaron los carbohidratos no fibrosos (CNF) de la maralfalfa, se sabe que cuando un forraje se cosecha por las mañanas, la cantidad de CNF y de energía es baja, lo que repercute de forma directa en el consumo de materia seca y en la calidad de la leche, mientras que cuando se aumenta el contenido de carbohidratos solubles en el forraje, se mejora el consumo de materia seca y el contenido de proteína en la leche (Avondo et al. 2008). Mientras que otros estudios reportan que al incluir leguminosas tropicales en dietas de pasto maralfalfa, se mejora la degradabilidad de la MS (Rodríguez et al. 2009). El incluir alfalfa en la dieta de las cabras lecheras se tiene un mejor balance de compuestos nitrogenados y una mayor cantidad de la fracción potencialmente degradable, lo que aumenta la disponibilidad de energía neta para la producción de leche, como sucedió en el tratamiento T1.
Calidad de leche
Se ha comprobado que la relación de forraje concentrado en la dieta influye en la calidad de la leche y los productos elaborados (Ledesma et al. 2007). Sobre todo, si en la dieta se incluye forraje verde, al respecto Lucas et al. (2008), encontraron diferencias en el perfil de AG de quesos provenientes de leche de cabra alimentadas con forraje fresco. En el presente experimento, a pesar de que el contenido de grasa no se vio afectado por la inclusión de forraje fresco de P. purpureum en la dieta; el efecto de dilución podría explicar el aumento de proteína, sólidos totales, sólidos no grasos y densidad; en las cabras que recibieron maralfalfa en su dieta (T2). Por otra parte, cuando se incluye forraje en la dieta de los animales, el tamaño de la partícula tiene efecto sobre la calidad de la leche (Goetsch et al. 2010), por lo que el tamaño de partícula de la maralfalfa (3.0 cm) y el heno de alfalfa (2.5 cm), probablemente le dio ventaja al heno de alfalfa, ya que pudo tener una mayor velocidad de paso, lo que favorece un uso más eficiente de la energía al dedicar menos tiempo a la rumina (Goetsch et al. 2010).
Perfilfil de ácidos grasos
El contenido de ácido linoleico fue menor en el tratamiento T2, probablemente por la ruta metabólica que sigue del ácido linoleico conjugado (ALC). Siendo el principal ácido graso precursor de la síntesis de cis 9, trans11-ALC, como consecuencia de la biohidrogenación que tiene lugar en el rumen, por la acción de Butyrivibrio fibrisolvens (Kepler y Tove 1967). Al respecto Chilliard et al. (2003) indican que el funcionamiento de las células mamarias en caprinos y bovinos se regula de diferentes maneras, en especial en lo referente a los procesos de elongación de los ácidos grasos. En los tres tipos de leche (bovina, caprina y ovina) el ácido graso trans se encuentra en forma de ácido vaccénico, que es un precursor del ALC. Sin embargo Alonso et al. (1999) reportan que la cantidad total de C18: 1 trans en la leche de cabra corresponde a 2.1% del contenido total de grasas, por lo que el mayor contenido del ALC encontrado en la grasa de la leche de las cabras alimentadas con heno de alfalfa + marafalfa proviene de la biohidrogenación del ácido linoleico. Al respecto Nudda et al. (2005) afirman que el contenido de ALC en la grasa de la leche de ovejas y cabras, puede ser más alto que el encontrado en las vacas, debido al tipo de alimentación. Por otro lado los animales que se encuentran en confinamiento también pueden mejorar la calidad de la leche siempre y cuando reciban forrajes de buena calidad con edades tempranas de rebrote (Donnem et al. 2011).