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Historia mexicana

versión On-line ISSN 2448-6531versión impresa ISSN 0185-0172

Hist. mex. vol.71 no.3 Ciudad de México ene./mar. 2022  Epub 13-Dic-2021

https://doi.org/10.24201/hm.v71i3.4015 

Reseñas

Sobre Camila Pastor, The Mexican Mahjar: Transnational Maronites, Jews, and Arabs under the French Mandate

Jeffrey Lesser1 

1Halle Institute for Global Research Emory University Instituto de Estudos Avançados, Universidade de São Paulo

Pastor, Camila. The Mexican Mahjar: Transnational Maronites, Jews, and Arabs under the French Mandate. Austin, Texas: University of Texas Press, 2017. 352p. ISBN: 978-147-731-462-3.


Durante las últimas dos décadas, las investigaciones en torno a las experiencias de latinoamericanos descendientes de inmigrantes se han multiplicado de manera notable. Muchos estudios sobre ciudadanos latinoamericanos con antecedentes asiáticos, mediorientales, europeos del Este y no cristianos, demuestran las constantes negociaciones que se dan, en las identidades nacionales y étnicas, entre la estasis y la fluidez, el aquí y el allá, el nosotros y el ellos. Los nuevos temas, abordados desde nuevos enfoques, han llevado a cada vez más académicos a alejarse de la bifurcación que plantea el enfoque del “o”, para optar por el enfoque del “y”, más útil y quizá más realista. En lugar de concentrarse en estudios comunitarios y hagiografías, las más sofisticadas de las nuevas investigaciones se orientan hacia lo múltiple (identidades en lugar de identidad, diásporas en lugar de diáspora) y han demostrado que los latinoamericanos de ascendencia inmigrante no operan fuera de las construcciones más amplias de las identidades en toda su diversidad.

Es cada vez más común que los académicos rechacen el modelo tradicional de “homogeneidad” de la investigación nacional (y a menudo nacionalista). Las nuevas políticas de admisión y contratación en las universidades de todo el continente americano han originado una expansión del estudio de las poblaciones minoritarias, con frecuencia mediante los institutos o departamentos de estudios étnicos o su equivalente. Un creciente interés global en la multietnicidad ha llevado a la academia a franquear los límites de lo que yo llamo el “triángulo hegemónico”, que tiene en sus puntas una especie de absoluto para el “blanco”, el “negro” y los “pueblos indígenas”, y en su centro se enfoca en las mezclas de estas tres “poblaciones”. Más aún, los estudiosos de la raza y la etnicidad han comenzado a buscar nuevos modelos, y han encontrado valiosas comparaciones en las múltiples historias de esclavitud, trabajo indígena e inmigración en América Latina.

Los latinoamericanos de ascendencia medioriental no han recibido tanta atención como, por ejemplo, los de ascendencia ashkenazi judía europea o japonesa continental (na-ichi), entre otros. Esto resulta sorprendente dados los datos demográficos, tanto en términos de población como en términos de distribución nacional. En 1996, cuando The Americas editó un número especial sobre “‘Turco’ Immigrants in Latin America” [Inmigrantes turcos en América Latina], muchos lectores pensaron que era algo novedoso, quizá incluso exótico.1 Empero, durante las últimas dos décadas se ha visto un notable repunte de interés. La elección de políticos latinoamericanos de ascendencia “árabe” ha generado un nuevo escrutinio mediático y, por ende, público.2 Así, conforme nos acercamos a la tercera década del siglo XXI cristiano, las investigaciones sobre inmigrantes mediorientales y sus descendientes en América Latina se han convertido en un elemento más frecuente dentro de la discusión sobre raza y etnicidad en la región.3

The Mexican Mahjar, de Camila Pastor, es una adición importante para entender la identidad, la geografía, la (trans)nación, la diáspora y la etnicidad en el continente americano. El volumen presenta material nuevo y fascinante, además de recurrir a enfoques que tienen un impacto significativo en la literatura académica sobre América Latina y el Medio Oriente. En lugar de presentar a los inmigrantes y a sus descendientes como habitantes DENTRO de las naciones, la autora muestra cómo sus sujetos de estudio son ciudadanos DE las naciones. Para Pastor, México no es el epítome de algún tipo de geografía indefinida de la diáspora, sino que es más bien uno de sus varios núcleos. A decir verdad, hay que felicitarla por rechazar un título más anticuado, como “El Mahyar en México”, y preferir uno que recuerda a los lectores antes de la primera página que la nación es una parte tan importante de la identidad como la (trans)nación.

The Mexican Mahjar hace una contribución crítica a los llamados “nuevos estudios étnicos latinoamericanos” al utilizar el mandato francés en Medio Oriente como su principal zona de emigración. Además, Pastor incluye múltiples etnicidades y religiones en su estudio de la creación y el mantenimiento de la diáspora medioriental en México, sólo una de las muchas que surgieron en el continente americano a partir de una circulación migratoria de alrededor de 300000 personas, comenzando en las últimas tres décadas del siglo XIX.4

El foco de este libro se halla en la migración y los migrantes entre México y los actuales Siria y Líbano, algo que no sorprende, dado el alto porcentaje en el continente americano de emigrantes provenientes del Máshreq (la autora calcula que alrededor de una tercera parte de los pobladores dejaron esta región mediterránea oriental, también conocida por el término colonial francés “el Levante”). La periodización de The Mexican Mahjar incluye la ocupación francesa de México (1862) y la de Siria, décadas después, el declive y posterior colapso del Imperio otomano durante la primera guerra mundial, y memorias contemporáneas del pasado. Esta aproximación a las fechas le permite a Camila Pastor preguntarse sobre las formas en que el colonialismo afectó a los emigrantes (reales y potenciales) y sobre cómo la migración entre el Máshreq y México difería de acuerdo con la raza, la clase social, el género, la religión y la generación. De acuerdo con la convincente argumentación de Pastor, la movilidad podía “experimentarse como conquista, diáspora, exilio o peregrinación”,5 en un momento en que la conexión francesa entre México y el Máshreq suponía un patrocinio colonial que convertía a la migración en un fenómeno que estratificaba, en lugar de nivelar.

Si bien no es una historia global clásica ni tradicional, The Mexican Mahjar destaca las muchas formas en que la relación entre identidad étnica y construcción nacional va más allá del colonialismo. Este libro logra reconocer, mejor que muchos, la circularidad de la migración, cuyos actores vienen, van y vuelven a venir. Muestra en repetidas ocasiones cómo los problemas políticos y económicos resuenan a través de redes individuales, familiares y locales.

El enfoque teórico de The Mexican Mahjar requiere de métodos creativos, y eso es lo que utiliza Pastor, antropóloga histórica del Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE) en la Ciudad de México. Incluye datos, tanto cuantitativos como cualitativos, de los niveles micro y macro. La autora pasó tanto tiempo en los archivos (convencionales y no tanto) como en la elaboración de etnografías. Una y otra vez, la investigación de Pastor muestra cómo la migración en tanto proceso, como práctica humana y como una serie de experiencias que incitan a la producción material y cultural, es de naturaleza circular. The Mexican Mahjar es, entonces, un recordatorio de que la migración humana no es una iniciativa que va de un punto a otro ni física ni culturalmente. A decir verdad, como ocurrió en buena parte de América Latina y con muchas comunidades de emigrantes distintas, el regreso (en este caso a Siria y a Líbano) formaba parte importante de la experiencia migratoria. Como lo demuestra Pastor, la movilidad en tanto proyecto y en la práctica está llena de lo que podríamos llamar anclas temporales.

Mi capítulo favorito de The Mexican Mahjar se intitula “Objects of Memory” [Objetos de la memoria]. La pregunta general de esta sección gira en torno a la relación entre “los hechos” y “los recuerdos de los hechos”, y es aquí donde las habilidades etnográficas de Pastor se hacen más evidentes. Los cuatro géneros de la elaboración de memorias (historias nacionales, crónicas comunitarias, libros de recetas y autobiografías) destacan las distinciones basadas en el género y la fe, al tiempo que el enfoque etnográfico muestra un todo interconectado. Los “objetos” recuerdan a los lectores las numerosas formas en que los migrantes y sus descendientes privilegian “un tiempo y un lugar de partida para crear una narrativa más amplia que inserte a los mahyaris en la sociedad mexicana de acuerdo con definiciones comunitarias de uno mismo y el otro”.6 Aquellos académicos que se ubiquen dentro de varias disciplinas distintas, o que trabajen entre disciplinas, podrían utilizar este capítulo como modelo para futuras investigaciones.

Se dice que el difunto compositor y músico Antônio Carlos Brasileiro de Almeida (Tom) Jobim declaró que “Brasil no es para principiantes”. Lo mismo podría decirse de The Mexican Mahjar. El libro parecería estar dirigido a un público de especialistas en migración y diáspora latinoamericanas y mediorientales, e incluso los estudiosos profesionales de América Latina tendrán que buscar muchos de los términos. Por momentos, el texto define conceptos que ya fueron presentados páginas atrás o en notas finales que requieren un incómodo vaivén entre páginas si uno utiliza una tecnología tradicional, como el libro que me enviaron para hacer esta reseña. En consecuencia, los lectores no especializados podrían pasar por alto algunos de los aspectos más sólidos del libro, en particular en las secciones que abordan temas importantes y amplios, como las formas en que el colonialismo a la vez crea y desafía al nacionalismo, o cómo partes aparentemente distintas del globo pueden conectarse, desconectarse y reconectarse mediante vidas individuales.

Dejando de lado las nimiedades lingüísticas, The Mexican Mahjar plantea ideas importantes sobre varios temas (inmigración, transnacionalismo, colonialismo, etnicidad, estudios latinoamericanos y mediorientales, entre otros campos de estudio) mediante su recurso a métodos que surgen de múltiples disciplinas. Agradecí las explicaciones iniciales de la autora sobre sus métodos en tanto antropóloga histórica, que incluyen el significado de hacer lo que ella llama “etnología en los archivos”.7 La organización del libro (con muchos subtítulos dentro de cada capítulo) resulta útil dado el alcance del estudio. En particular, me gustó la forma en que Pastor varía constantemente su centro de atención entre individuos, instituciones y estructuras. Al mostrar cómo América Latina y Medio Oriente se hacen y se deshacen uno al otro, The Mexican Mahjar asume una gran labor desde los puntos de vista histórico, contemporáneo y geográfico. Se trata de una valiosa contribución al estudio sobre cómo la migración y el colonialismo contribuyen a los muchos tipos de identidades que conforman el mundo contemporáneo.

1Jeffrey Lesser e Ignacio Klich (eds.), “‘Turco’ Immigrants in Latin America”, en The Americas, 53: 1 (1996), pp. 1-14.

2Lamia Oualalou, “The Arabs of Latin America”, The Nation (12 jul. 2017), https://www.thenation.com/article/arabs-latin-america/.

3John Tofik Karam, Another Arabesque: Syrian-Lebanese Ethnicity in Neoliberal Brazil, Filadelfia, Temple University Press, 2007; Paul Amar (ed.), The Middle East and Brazil: Perspectives on the New Global South, Indiana, Indiana University Press, 2014.

4Jeffrey Lesser y Raanan Rein, “Challenging Particularity: Jews as a Lens on Latin American Ethnicity”, en Latin American and Caribbean Ethnic Studies, 1: 2 (sep. 2006), pp. 249-263. Versión en español: “Nuevas aproximaciones a los conceptos de etnicidad y diáspora en América Latina: la perspectiva judía”, en Estudios Sociales, 17: 32 (2007), pp. 11-30. Versión en portugués: “Laços Finais: Novas Abordagens sobre Etnicidade e Diáspora na América Latina no Século XX”, en Projeto História, 94: 42 (jun. 2011), pp. 249-263.

5Pastor, The Mexican Mahjar, p. 234.

6Pastor, The Mexican Mahjar, p. 177.

7Pastor, The Mexican Mahjar, p. 14.

8Traducción de Adriana Santoveña

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