La culebra moteada (Erythrolamprus sagittifer), se distribuye en el Sudeste de Bolivia, noroeste y oeste de Paraguay, Brasil y Argentina (Cabral et al., 2019). En Argentina se distribuye en las provincias de Catamarca, Chaco, Chubut (Ávila, 2009), Córdoba, Formosa, Jujuy, La Pampa, Mendoza, Neuquén, Rio Negro, Salta, San Juan, San Luis, Santa Fe, Santiago del Estero, Tucumán y La Rioja (Williams et al., 2021).
Erythrolamprus sagittifer se encuentra en una variedad de hábitats dentro de las regiones fitogeográficas de Chaco, Monte, Pampa, Patagonia y Espinal (Giraudo & Scrocchi, 2002). Es una especie, diurna y generalista que se alimenta principalmente de lagartijas y anfibios (Leynaud & Bucher, 1999; Willliams et al., 2021).
Geranoaetus albicaudatus (halcón de cola blanca) se distribuye ampliamente en el hemisferio occidental, desde Texas hasta la Patagonia Argentina (Heredia & Clark, 1984; Ferguson-Lees & Christie, 2005; Granzinolli & Motta-Junior, 2007). Es una rapaz grande (865-1,100 g) que se encuentra en hábitats abiertos o escasamente arbolados (Farquhar, 1992; Stotz et al., 1996) y se alimenta de una amplia gama de vertebrados e invertebrados (Hudson et al., 1920; Cottam & Knappen, 1939; Stevenson & Meitzen, 1946; Granzinolli & Motta-Junior, 2007).
El 24 de enero del año 2020 en el Departamento Añelo, en el centro Este de la Provincia de Neuquén, Argentina (38.183333° S, 69.016667° W, 259 m s.n.m.), durante un muestreo de campo observamos la depredación de E. sagittifer por un ejemplar de G. albicaudatus. El área se caracteriza por presentar aridez y lluvias escasas que dan lugar a una vegetación típica de la región fitogeográfica del Monte (Cabrera, 1971). La cobertura media de arbustos y herbáceas es del 25 % representada por Larrea divaricata, Allenrolfea vaginata, Panicum urvelleanum, Atriplex lampa, Suaeda divaricata, Senna affila, Acantholippia seriphioidis.
La observación ocurrió a las 10:00 a.m., donde presenciamos un halcón de cola blanca levantando vuelo a unos 15 metros de nuestra posición. El halcón llevaba en sus garras un ejemplar de E. sagittifer. Esta observación duró escasos segundos ya que el ave se alejó volando de nosotros. E. sagittifer se identificó por su coloración amarillenta moteada característica con un patrón de manchas subcirculares negras irregularmente dispuestas en el dorso. Durante el vuelo, logramos fotografiar al halcón de cola blanca (Fig.1). La culebra se encontraba muerta y presentaba daños justo debajo de la cabeza, encontrándose separada del cuerpo (Fig.1).
Algunos estudios han reportado para G. albicaudatus, una dieta principalmente constituida por invertebrados, en América del Norte (Snyder & Wiley, 1976), Argentina (Hudson, 1920) y Brasil (Schubart et al., 1965; Granzinolli & Motta-Junior, 2007). Sin embargo, los reptiles no son una presa rara para el halcón de cola blanca (Cottam & Knappen, 1939; Stevenson & Meitzen, 1946; Farquhar 1988; Granzinolli & Motta-Junior, 2007). Diversos estudios no detectaron insectos en la dieta o informaron dietas dominadas por presas vertebradas (Cottam & Knappen, 1939; Stevenson & Meitzen, 1946; Farquhar 1988). Por ejemplo, Oberholser (1974) reportó que G. albicaudatus es un especialista en serpientes, al menos en su sitio de estudio en Texas. Además, Stevenson & Meitzen (1946) informaron que los reptiles eran el segundo grupo más consumido, mientras que Farquhar (1988) encontró que eran el tercer grupo más importante en la dieta del halcón de cola blanca.
Quitar la cabeza del cuerpo antes de la ingestión, puede ser una estrategia común entre las aves rapaces (Granzinolli et al., 2007). Del Hoyo et al. (1994), observaron que las rapaces atacan el extremo anterior de las serpientes para inmovilizar la cabeza, lo que presumiblemente reduce el riesgo de ser mordidas. Esta estrategia también se ha reportado en G. albicaudatus para otras serpientes (Brasileiro et al., 2003; Sawaya et al., 2003; Motta-Junior et al., 2010) y lagartos (Grazinolli et al., 2007).
Es difícil observar eventos de depredación en la naturaleza, sin embargo, estos eventos casuales pueden proporcionar información novedosa sobre los hábitos tróficos de las especies silvestres. Además, contribuyen a profundizar el conocimiento sobre las interacciones predador-presa, tácticas de caza/ alimentación y manipulación de presas (Figueroa & Corales, 2015). En Argentina solo existen registros de depredación de G. albicaudatus sobre otros anfibios y reptiles como Boana raniceps, Leptodactylus latrans, Mabuya dorsivittata y Philodrias patagoniensis (Di Giacomo, 2005). Este reporte representa el primer caso documentado de depredación de Erythrolamprus sagittifer por G. albicaudatus en la Provincia de Neuquén, Argentina.