Polibio y la construcción de la Οἰκουμένη. Una introducción
La obra de Polibio tuvo por intención demostrar el “cómo y por qué género de constitución política fue derrotado casi todo el universo en cincuenta y tres años no cumplidos, y cayó bajo el imperio indisputado de los romanos”2 y, en ese sentido, son diversas las consideraciones que se han desarrollado sobre este problema, en especial en los últimos años en los que podemos reconocer un aumento considerable en las investigaciones sobre la obra polibiana, en donde se han replanteado antiguas cuestiones desde una perspectiva cultural, abriendo nuevas vetas para la discusión y producción en torno a, por ejemplo, la distancia del autor con el mundo romano, la construcción narrativa de las Historias y el replanteamiento desde un enfoque cultural que entrega de Polibio sobre el mundo heleno en un marco del dominio romano.3
Tomaremos en consideración la siguiente fórmula para el estudio de Polibio: su relación con el pasado, presente y futuro de su mundo, de la oikouménē del siglo II a. C., desde la perspectiva histórica, que es la que como historiadores nos concierne, y para ello debemos comprender y determinar las inquietudes de Polibio como un griego dentro del desarrollo de su obra y la importancia de Alejandro Magno en la construcción del mundo en el cual habita.4
La historiografía recientemente ha clasificado los temas que trató Polibio del siguiente modo: sus reparos hacia los diferentes gobernantes de la antigüedad, su posición frente a Roma y la situación de las ciudades griegas. Sin embargo, nosotros realizaremos nuestro estudio centrándonos en su correspondencia con lo acaecido, el presente y porvenir, evidenciando que los comentarios y reflexiones en torno a lo que nos compete están dispersos en el texto, comenzando con la perspectiva de Polibio frente al pasado griego que antecede a los acontecimientos complejos que él vivió, relatando el origen y las historias de las póleis, las relaciones entre ellas y su propia posición frente a los conflictos que le tocó presenciar. Es decir, intentar a través de historias locales construir una explicación acerca del porvenir de la oikouménē.
Con respecto a lo anterior, en el año 2002 Frank Walbank publicó un artículo titulado “Polybian studies, c. 1975-2000”, donde presentó los temas que han sido recurrentes en los estudios e investigaciones sobre las Historias de Polibio, los cuales organiza del siguiente modo:
Las opiniones sobre el oficio del historiador.
Los métodos de composición y contenido.
El éxito de Roma y su actitud hacia los “vencidos”.
El dominio romano desde el año 168 a. C.5
La posición de Polibio ante el mundo romano ha sido estudiada desde diferentes enfoques, pero no cabe duda de que es uno de los puntos más desarrollados y discutibles de la obra polibiana. No obstante, en las Historias encontramos elementos que trascienden, que van más allá de los límites de lo político y la guerra, como la percepción del mundo conocido, lo civilizado y lo bárbaro, entre otros. Por ejemplo, la discusión por parte de los investigadores acerca de la barbarie, en general, se ha desarrollado según las líneas que se han heredado de la tradición griega; sin embargo, ha sufrido variaciones durante el desarrollo del período helenístico sobre todo por la interacción de los griegos con los pueblos de Oriente que fue en cierto modo fluida. Lo bárbaro como sinónimo de lo exótico, de lo diferente, incluso como extraño fue puesto en cuestionamiento por los historiadores del período helenístico al momento de decidir sobre la civilidad y la barbarie. Esta crítica la hallamos en la historiografía actual inserta en las reflexiones que han realizado François Hartog, Edith Hall y Paul Cartledge, quienes se decantan en la dicotomía de la categorización de la barbarie, tomando en consideración solamente la civilidad contra la incivilidad.6 Esto ha llevado a que los estudios que se han desplegado sobre la obra polibiana traten la condición de prosperidad de los romanos o de los cartagineses, entendida como las grandes culturas que dominaron el Mediterráneo durante el siglo II a. C. Es importante mencionar que Polibio trata de reconstruir el conocimiento de los “bárbaros”, partiendo desde el entendimiento sobre ellos mismos, que podemos extraer de la información que nos aportan las Historias.
Tomando en cuenta que la pólis greco-helenística funcionó como un nodo de convergencia cultural entre lo griego y lo no-griego, debemos considerar la correspondencia entre lo local (lo bárbaro) y lo foráneo (lo griego), y en qué medida las ciudades del Oriente helenístico también fueron interpretadas como póleis al estilo griego. Entonces nos planteamos las siguientes preguntas al respecto de estas cuestiones. La primera de ellas guarda relación con uno de los conceptos claves dentro de nuestro estudio, la oikouménē. ¿Podemos encontrar una categoría que vaya más allá del espacio dominado por el mundo romano? La obra de Polibio entonces es una muestra del amplio conjunto de costumbres existentes en su tiempo, puesto que su obra recoge una cantidad no menor de pueblos, reinos y ciudades que poseían elementos propios y opuestos, así como otros comunes con el mundo griego.
La interrogante que concierne a la interpretación geográfica y etnográfica de Polibio al momento de escribir su obra es ¿de qué formas se relacionan geografía e identidad en la conformación del concepto de oikouménē en la historiografía polibiana? Las posibles respuestas nos permitirían comprender los elementos historiográficos de Polibio y su relación con la técnica (techné)7 para dar una interpretación de carácter cultural a los diferentes pueblos que habitan el espacio de la oikouménē. La geografía como un asunto técnico está desarrollada claramente en los fragmentos que nos han sido legados por Estrabón y que conforman lo que tenemos del libro XXXIV de la Historia de Polibio, sin embargo, y siguiendo lo planteado por Paul Pédech,8 el libro geográfico, el XXXIV, contaría con una corografía de Europa donde Polibio describiría a los diferentes pueblos que la habitaban, por lo que necesita de esta forma la identidad para poder estructurar el espacio ecuménico, por ello la oikouménē se relaciona directamente con la interpretación geográfica que Polibio realizó del mundo conocido.
Es además importante trasladar el relato polibiano más allá de su mirada personal y su relación con el mundo romano, es decir, llevar el enfoque de Polibio desde el centro de la oikouménē hacia los exteriores de esta, la periferia, pues nos permitirá establecer diferentes criterios de identidad que se establezcan según la realidad de cada uno de estos espacios, que podría ser una lectura entrelíneas del texto.
Lo anterior obedece a la influencia que tuvo la contemporaneidad en Polibio, en vista de que sus observaciones prioritarias se enmarcaban en los acontecimientos de su propia actualidad. Es necesario situar el contexto e intencionalidad de Polibio si pretendemos recalcar que la oikouménē no sólo era un concepto, sino también una realidad concreta que nos permite comprender los pensamientos y reflexiones del autor con respecto al pasado, a su presente y al porvenir o los posibles “destinos” de esta. Lo que intentamos es evidenciar que historiográficamente la obra de Polibio tiene un trasfondo meditativo con respecto a la condición de la oikouménē en los tres estados de tiempos mencionados que están visiblemente insertos en la narración, pero, como advertimos, están diseminados. No podemos establecer absolutamente que Polibio organizó esa dispersión intencionalmente.
El pasado de la Οἰκουμένη polibiana
Las Historias de Polibio fueron escritas en diferentes periodos a lo largo de la vida del autor, resulta evidente pensar que estas se pueden dividir en partes notoriamente perceptibles y que cada una de ellas se relaciona directamente con su concepción de los periodos anteriores a su presente. Si seccionamos su obra, podemos reconocer que esta se compone de una introducción que abarca los libros I y II en los cuales se propone establecer un marco temporal para el desarrollo de los libros siguientes; del libro III al XXX Polibio se preocupó de escribir cómo Roma conquistó parte de la oikouménē,9 lo que pareciera a primera lectura que tal vez fue su plan original y, por último, una expansión de esa historia “inconclusa” que lo llevó a escribir los libros XXXI al XL, con el propósito evaluativo de si se debía aceptar o rechazar la hegemonía romana en el Mediterráneo. Entonces, debemos considerar la propuesta general de la historiografía de que los cinco primeros libros fueron escritos antes del 146 a. C., fecha crucial para la historia de las ciudades griegas. Sin embargo, nuestro interés no es juzgar las proposiciones de Polibio concernientes a la aceptación o desdeño de la hegemonía romana, en vista de que las Historias no es una obra que mantiene una posición única con respecto a ello, y, además, la atención primordial de Polibio no era solamente Roma, sino que también era la oikouménē.
La finalidad de los primeros libros de las Historias era informar al mundo griego sobre temas que eran desconocidos a su público, y, además, con el propósito de entregar un marco general para la lectura de la obra:
Si estos estados que se disputaron la soberanía mundial nos fueran familiares y conocidos, no sería necesario, naturalmente, que nosotros escribiéramos los sucesos anteriores, y que describiéramos el propósito o el poder con que se lanzaron y emprendieron acciones tan grandes e importantes. Pero como la mayoría de los griegos desconoce el poder que antaño tuvieron romanos y cartagineses, e ignoran sus hazañas, hemos creído indispensable redactar este libro y el siguiente como introducción a nuestra Historia.10
La construcción del relato acudiendo a la memoria, al recuerdo, se utilizó como un argumento o recurso para la lucha contra la tiranía y justificar la expansión de las confederaciones dentro del contexto de defensa de la autonomía. La formación del pasado de la oikouménē responde a la necesidad de Polibio de cimentar una cohesión e identidad para la política “federal” de las póleis, por lo que este discurso buscó la comprensión de un pasado común para todos los actores del presente contemporáneo de Polibio, pero sobre todo para reconocer un elemento de unión entre todos los griegos; por ello los libros I y II responden a esta necesidad de edificar el presente a través de la memoria colectiva del mundo griego:
Es función propia de la historia, primero, conocer los discursos tal como fueron efectivamente pronunciados; en segundo lugar, averiguar las causas que hicieron fracasar o tener éxito los planes formulados en ellos, porque la simple narración de los hechos atrae al espíritu, pero es estéril; si se añaden las causas, el recurso a la historia es fructífero. Si de unas circunstancias similares pasamos a considerar las nuestras obtendremos indicios y previsiones con vistas a averiguar el futuro; esto nos capacita, unas veces, para preservarnos y otras para manejarnos con más confianza ante las dificultades que se presenten, siempre que establezcamos un paralelo con los hechos pretéritos.11
El fragmento anterior es una exposición de la función propia de la historia y demuestra que, para Polibio, establecer un paralelo con los acontecimientos pretéritos es importante para comprender el presente y el futuro. Polibio al reconstruir el pasado de la oikouménē buscó herramientas que le permitieron comprender su actualidad y su posterior proyección a futuro.12
El interpretar a Polibio dentro de su propia realidad cultural y política, el mundo helenístico, implica aceptar por nuestra parte las diferentes críticas que realizó hacia las acciones de la Confederación Aquea dentro del desarrollo de los acontecimientos del Mediterráneo. Esto funcionó como un ejercicio político que le permitió a Polibio reconstruir el pasado con objeto de convencer a sus contemporáneos sobre el desarrollo convulsionado de su historia actual, pero ante todo hay que pensarlo como una mirada sobre la expansión de Roma vista por un político aqueo. La introducción de las Historias nos presenta un marco temporal y cultural genuino, que es el punto de partida de los elementos trascendentales que Polibio tratará en sus Historias, que es la cuestión de metodología histórica.
La Confederación Aquea. El pasado
La Confederación Aquea tuvo sus orígenes aproximadamente durante el siglo V a. C. cuando las ciudades aqueas se establecieron en torno al santuario de Zeus Hamarios. Esta primera forma de organización tuvo un término abrupto por parte de los reyes de Macedonia durante el siglo IV a. C., para ser refundada en el 281 a. C., momento en el cual las póleis griegas se volvieron a reunir en torno a un centro y a tomar decisiones en conjunto.13 El federalismo se convirtió entonces en una herramienta que permitió la integración de las póleis como miembros de pleno derecho en un proyecto colectivo de pequeñas comunidades que están en una jurisdicción federal común para todos los miembros.14
La construcción del pasado de la Confederación Aquea se remonta al desarrollo de la Achaica,15 apartado de las Historias en el cual Polibio rememora variados episodios del pasado de la Confederación. Este acontecimiento sin duda guarda una estrecha relación con la construcción de la identidad y el resultado final de un proceso de memoria que buscó emular lo que era propiamente griego.16
El uso de la memoria y el recuerdo del pasado griego, en las Historias de Polibio, funciona como una herramienta que permite a los lectores reconstruir la historia griega sosteniéndose en un pasado común, una reinterpretación de los acontecimientos y modificación de los procesos que permiten crear una cultura helena que se establecerá en el imaginario de los habitantes griegos de este periodo;17 y no solamente de las póleis del Peloponeso, sino que también es aplicable a los diferentes actores que escapan a este espacio territorial, tal como serían los griegos que habitan la oikouménē.
La identidad de la Confederación Aquea se construyó desde la memoria y las nociones culturales de un pasado que se exhibe en el presente como la lucha de los griegos frente al bárbaro y la defensa de la autonomía frente a la tiranía. El presente de Polibio se expone en las Historias y aparecen estos elementos, y en ellos muchas veces nutrirán el desarrollo de su obra y con una evidente intención de justificar las acciones de los aqueos dentro de la política federal. Las Historias representan entonces un pasado significativo para los diferentes sectores de la Confederación y, como señala Giuseppe Zecchini, las Historias tienen dos intereses, en primer lugar, los orígenes y el pasado de la Confederación Aquea, y, por otra parte, la historia de Roma en la medida que se relaciona con el mundo griego y la oikouménē.18
El presente o la historia contemporánea
Entre los libros III y XXX se desenvuelve el grueso de la obra de Polibio, en ellos se narró la lucha de poderes de la oikouménē, uno de los temas direccionales de las Historias. La construcción del relato sobre la expansión romana nos muestra el proceso por el cual la Confederación Aquea y los reinos helenísticos cayeron bajo el poder de la esfera política romana. La mirada de Polibio sobre este proceso se dirige a una decadencia del sistema político griego y la necesidad de adaptación ante este nuevo actor que tiene influencias en su territorio.19
La construcción del presente del mundo griego tiene un sentido histórico e ideológico de acuerdo con nuestra interpretación, pues la unificación del Peloponeso a través de la Confederación hecha por los aqueos fue un intento de construcción de la identidad de estos últimos, literalmente una política identitaria que permitiría entender y justificar la situación actual del momento.20 La narración de la historia de los aqueos, y de los griegos en general, se exhibe como una progresión del pasado al presente, hacia una unidad que consienta enfrentarse a las grandes potencias, por lo que el discurso polibiano apunta a incluir a toda Grecia dentro de las interacciones mediterráneas.
El propósito de la Confederación Aquea implicaba la defensa de la autonomía de esta frente a los bárbaros. Para ello, Polibio conocedor de la situación a la cual se vería expuesta Grecia, y que expone abiertamente en las Historias, mostró la historia de Grecia como un mecanismo de enseñanza y como un recurso para que los habitantes de las póleis comprendieran cómo debían comportarse dentro de un contexto político cambiante al cual se verían expuestos. La visión de Polibio buscó suministrar instrumentos para que las elites de las ciudades intentaran manejar la nueva situación del Mediterráneo, especialmente las relaciones entre el mundo griego y los grandes poderes de este periodo requerían estas medidas.21 La escritura de Polibio puede ser también osada, es decir, interpretada como una de esperanza, de sueños de libertad y autonomía frente a un invasor común.
El futuro de la Οἰκουμένη
Como ya hemos desarrollado con anterioridad, uno de los principales temas que ha causado revuelo dentro del desarrollo de la historiografía acerca de Polibio es su postura frente al dominio romano, y, a pesar de que no es el objeto de estudio de nuestro trabajo, es pertinente dejar el espacio abierto para un futuro debate, porque para poder responder estos cuestionamientos nos enfrentamos al problema de fragmentación de la obra en sus últimos libros, pues la falta de la gran mayoría de los apartados posteriores a la batalla de Pidna (167 a. C.) impide que podamos conocer con certeza su posición o evaluación sobre si se debe aceptar o rechazar la hegemonía romana. Esto último lo podemos observar en el segundo prólogo expuesto en el libro III.22 Sin embargo, podemos encontrar algunos elementos que nos permitan comprender sus objetivos, pero estos no son suficientes para permitirnos establecer su “juicio” para con el mundo romano. Los primeros cinco libros nos permiten establecer algunas líneas, en vista de que estos se encuentran completos, y, además, el desarrollo de los acontecimientos se nos presenta con signos de un cierto pesimismo frente a los conflictos en los que está involucrada la Confederación Aquea como, asimismo, la guerra con Macedonia.
El futuro de la oikouménē es una cuestión fundamental para Polibio, si bien su intención se afinca en el presente, y por lo tanto su historia debe considerarse como contemporánea, se orienta a la comprensión de su actualidad y a la relación de la oikouménē con el mundo griego, sentenciando, además, que la política romana finalmente absorbería al mundo griego. El futuro o porvenir se exhibe como un objetivo al cual deben aspirar los gobernantes, por lo que la consolidación, el ejercicio del poder y las correctas deliberaciones se deben observar desde el presente, pero fundamentalmente observando el porvenir, una especie de idea de “progreso”. Esta preocupación está expuesta en I.72.7: “De modo que los que deben tomar decisiones, si quieren acertar, han de mirar no sólo al presente, sino también, e incluso más, al futuro”.23
Polibio a través de la didáctica de su obra buscó explicar los mecanismos necesarios para poder sobrevivir a la hegemonía romana sin aceptarla como tal. Sin embargo, uno de los eventos más críticos que pudieron influenciar la postura de Polibio sobre el dominio de Roma fue la destrucción de Cartago y Corinto, que explicaremos en el siguiente apartado.
La destrucción de Cartago y Corinto: una aproximación al futuro
Estos episodios ubicados en el libro XXXVIII y XXXIX ilustran claramente un posible cambio de opinión de Polibio sobre la hegemonía romana. La destrucción de Cartago y la de Corinto, ambas ocurridas en el año 146 a. C., fueron materia de innegable interés para Polibio. Si bien las motivaciones no pueden clarificarse, la descripción de los acontecimientos propiamente nos proporciona algunas nociones. En primer lugar, nos referiremos a la narración posterior a la destrucción de Cartago que corresponde al diálogo entre Polibio y Escipión: “Se volvió hacia mí, me cogió de la mano diestra, y exclamó: ‘Un momento glorioso, Polibio, pero no sé por qué temo y presiento que llegue la ocasión en que otro dé la misma orden contra nuestra patria’ ”.24
Para Polibio lo anterior es una afirmación sensata, debido a que este recordó las acciones de la fortuna y se preocupó de la situación de su propia región. La posibilidad de que la hegemonía romana sea combatida surgió como una posibilidad en la narración de Polibio; sin embargo, no debemos olvidar además que la causalidad bajo la cual desarrolló su narración nos puede apoyar en inferir que no existen cuestiones eternas, en esa línea, la ruina de Roma es una posibilidad real, concreta.
Considerando la reescritura del episodio de la destrucción de Cartago en la obra de Apiano, podemos indicar que se evidenció la posibilidad del agotamiento y final de la hegemonía romana:
Escipión contemplaba la ciudad muerta definitivamente, sumida en una destrucción total. Y entonces, cuentan, lloró y compadeció sin rebozo al enemigo. Luego se sumió en un mar de meditaciones y vio que la divinidad fomenta el cambio en ciudades, pueblos e imperios, igual que lo provoca en los hombres. Pues lo experimentó Ilión, ciudad feliz en otro tiempo, lo sufrió el imperio de los asirios, el de los medos y los persas, que en tiempos había sido formidable, e incluso Macedonia, cuyo esplendor era aún reciente.25
Con respecto al fragmento que relata la destrucción de la ciudad de Corinto en las Historias puede observarse, como una posibilidad, que la narración finalmente se orientó a mostrar que la hegemonía romana no siempre pudo haberse visto como esperanzadora por parte de nuestro autor, puesto que la descripción polibiana es abrumadora:
Polibio lamenta lo ocurrido en la toma de Corinto, y explica el desprecio de la soldadesca hacia las obras de arte y los exvotos. Dice que vio personalmente los cuadros tirados por los suelos y a los soldados jugando a los dados encima de ellos. Cita el cuadro de Arístides representando a Dioniso, pintura de la que algunos dicen que se originó el dicho: “nada como Dioniso”, y el que representaba a Heracles torturado por la túnica que le regalara Deyanira.26
La destrucción de Corinto expuso la ambivalencia de reconocer a los romanos como un pueblo civilizado o como bárbaro. Según Frank Walbank, Polibio aceptó el comportamiento de los soldados romanos y su barbarie27 y, en efecto, el abrazar esta postura como una certeza implicaría que Polibio fue complaciente con las acciones de Roma, por lo tanto, estaría de acuerdo con la desgracia padecida por los corintios. Sin embargo, consideramos que esto debe tomarse como un elemento para una discusión más profunda, donde juegan otros factores que influyen en la postura polibiana y que, indudablemente para nuestra interpretación, Polibio no consintió estas acciones, puesto que no las observó con mirada positiva, y es muy posible que sintiese temor por un destino fatídico para su ciudad natal, Megalópolis, incluso para otras ciudades griegas que se atreviesen a desafiar a los romanos.28
Puede asumirse como la consumación de las Historias de Polibio el libro XXXIX, en vista de que el XL, según el propio autor, corresponde a un compendio que incluye los resúmenes e índices de cada uno de los libros que escribió.29 El epílogo de las Historias narra algunas recapitulaciones de la vida de Polibio y su regreso a Grecia, en su conjunto realizó un sumario general de todos los temas que abordó en el desarrollo de su obra y que culminan con la “casi” conquista del “universo” conocido por los romanos.
El final de las Historias no es concluyente, pues a través de los fragmentos de los libros incompletos no podemos inferir las conclusiones de Polibio sobre el avance de los romanos, ni tampoco una evaluación precisa de si fue pertinente o no la hegemonía de Roma. Sin embargo, se subentiende que la lucha política desarrollada en el Mediterráneo entre Roma, Cartago y los reinos helenísticos trajo consigo la unificación de todos los rincones de la oikouménē en una única aspiración: “llegar a saber cómo y por qué clase de constitución casi todo el mundo se vio sometido y cayó bajo el Imperio de los romanos, lo cual no se encuentra que haya sucedido antes. Hemos cumplido ya todos estos propósitos”.30 Esta meditación conclusiva puede hacer dudar si en realidad Polibio la escribió antes de su regreso a Grecia.
Las Historias finalmente debemos reconocerlas como una narración de disputa de poderes en el Mediterráneo entre los principales actores que lo circundan, incluyendo la lucha de los diferentes reinos helenísticos que también formaron parte de la oikouménē y que Polibio no desconoció, de los cuales aporta información valiosa para conocimiento y comprensión de estos, además, de su interés por Roma que aparece como un punto focal en la esfera mediterránea. Para ello hemos de reconocer en la construcción de las Historias lo siguiente: primero, las conquistas del mundo romano, su revisión como un pueblo civilizado que está en un punto medio entre la barbarie y la civilidad, y que se manifestó con su poder eminentemente político, donde el imperialismo apoyó a construir una geografía de la oikouménē en torno a la dominación y la territorialidad frente a los reinos helenísticos y las póleis. Roma se posicionó de esta manera como una entidad que ejerció su autoridad a través de mecanismos tales como su institucionalidad y la πολιτεία romana expresada en su constitución mixta.
Reflexiones finales
Polibio en sus Historias fue entrelazando a los diferentes pueblos del mundo conocido y, por lo tanto, innegablemente puede ser útil como fundamento para comprender las diferencias culturales de la oikouménē. Este análisis de pueblos típicamente griegos con otros que no lo son resulta fundamental para poder comprender cómo se erigió la identidad del mundo helenístico y la oikouménē propiamente tal desde la perspectiva polibiana. Es allí donde se conjuga la construcción historiográfica de Polibio con respecto a los pueblos que no son griegos, especialmente con el mundo romano. También, se hace necesario ampliar este universo romano para comprender cómo se erigen las diferentes posturas de Polibio hacia el mundo greco-helenístico del cual tiene conocimiento y forma parte. Si bien es cierto que las Historias narran el desarrollo del imperialismo romano, nosotros las consideramos como la Historia de la oikouménē helenística, donde Roma es parte de ella, y, por otro lado, llamamos a reflexionar acerca del pasado, el presente y el porvenir de este mundo conocido, que asimismo fue una preocupación de Polibio que puede asumirse a su vez como una propuesta metodológica del mismo autor.
En síntesis, para poder concretar un esbozo de la idea de cultura como una categoría geográfica como lo es la oikouménē en las Historias, resulta fundamental y necesario establecer la importante correspondencia entre la construcción del relato historiográfico y el uso de la geografía como una herramienta determinante para la creación del conocimiento sobre nuevos espacios, como también la reflexión acerca del pasado, el presente y el futuro de la oikouménē. Pues, como hemos advertido, Polibio prestó mucha atención a los acontecimientos del pasado para responder a los del presente, como también reflexionó acerca del devenir de la oikouménē que se estaba transformando por obra del imperialismo romano, proceso del cual Polibio fue testigo e innegablemente en el epílogo de la obra mostró una posición mucho más meditativa y madura, añorando el pasado glorioso de Grecia. El epílogo en sí mismo es tema de debate aparte, puesto que es cuestionado porque no se ajusta al lenguaje polibiano, no obstante, no deja de ser interesante la meditación expuesta en él y sus posibles interpretaciones historiográficas. Este estudio fue presentado como una introducción, puesto que el ejercicio historiográfico de Polibio en torno a sus interpretaciones acerca del pasado, presente y futuro pueden valorarse desde muchas ópticas, por lo que el problema queda abierto a otras propuestas investigativas.