Introducción
La expansión de las ciudades provoca la tala de la vegetación arbórea en áreas periurbanas y rurales. Existe una creciente tendencia a estudiar los espacios abiertos y las zonas verdes en las ciudades dada la importancia para la población en relación con su salud física, psicológica y como espacios de cohesión social, por su importancia como portadora de biodiversidad, por su contribución en la regulación térmica, la calidad del aire y el drenaje de las aguas pluviales, así como por su importancia económica como oferta turística y de atractivos, y de optimización de los ambientes construidos en la ciudad.
Las áreas verdes urbanas son elementos fundamentales para mejorar el bienestar de su población. Las áreas verdes de gran tamaño contribuyen de manera efectiva a la regulación de las inundaciones ocasionadas por la acumulación de agua de lluvia, ya que mantienen una alta permeabilidad del suelo y su capacidad de infiltración (Galindo y Uribe, 2012). La cubierta de vegetación en zonas urbanas contribuye a la retención del suelo y disminuye el riesgo de procesos de remoción en masa (Romero et al., 2001) y ayuda a mitigar el ruido (Posada et al., 2009). La regulación de la temperatura urbana por las áreas verdes se ha demostrado en diversas ciudades (Sorensen et al., 1998; Jenerette et al., 2007), en particular el efecto amortiguador contra las islas de calor, también la capacidad de capturar partículas de carbono y filtrar el aire (Barradas, 2013). La cobertura vegetal origina confort, que, al ser percibido por la población, favorece la actividad física, reduce el estrés, promueve la integración social y una mejor calidad de vida, (Nitin, 2015; Martínez et al., 2016). Una adecuada cobertura vegetal en las ciudades redunda en la protección de la biodiversidad, en la conservación del hábitat y de comunidades de plantas, entre otros (Hough, 1998).
La gestión de áreas verdes tiene un rol muy importante en la sostenibilidad urbana, ya que la cobertura vegetal en las ciudades tiene importantes funciones para el medio ambiente, ofertan servicios ambientales que vinculan a la población con espacios de cierta naturalidad que sirven de esparcimiento a la población y dan sentido de pertenencia, en particular cuando son parte de espacios públicos. Las ciudades que ofrecen calidad de vida no solo han de tener buenos servicios, y niveles de contaminación atmosférica controlados, sino que deben poner a disposición de los ciudadanos zonas verdes urbanas a través de políticas responsables con el medio ambiente.
Este estudio tiene como objetivo identificar las superficies de áreas verdes de la zona urbana de la ciudad de Morelia, y establecer su relación con su población desde un enfoque geoecológico. Se utilizan para ello, como unidades espaciales de estudio al interior del territorio, los paisajes antropogénicos, mismos que tienen como fondo a los paisajes físico-geográficos sobre los que se asentó la ciudad y muestran las estructuras antropogénicas resultado de las funciones asignadas por la sociedad.
La investigación parte de la identificación y cartografía de los paisajes antropogénicos, comprendida esta ciudad como la zona urbana del municipio Morelia, Michoacán, México. El territorio de estudio se caracteriza por un proceso intenso de urbanización y una alta densidad de población.
Los paisajes de las zonas urbanas
La noción de paisaje natural (paisaje físico-geográfico) es el concepto básico de la geografía de los paisajes. Se define como un espacio físico donde los componentes naturales se encuentran en relación sistémica, con una integridad definida, es decir, como un todo. Son el resultado de la interacción entre las rocas, el clima, el agua, el suelo, el relieve y los organismos vivos (Mateo, 2011).
Los paisajes físico-geográficos o geosistemas naturales tienen una estructura funcional que evoluciona en el tiempo geológico; representan la naturalidad, la naturaleza de un espacio apropiado y transformado por la sociedad en tiempos recientes; incluso mantienen su estructura y funcionamiento a pesar de las modificaciones originadas por la humanidad, muestran la diferenciación de la naturaleza en el espacio y tienen una función natural. En la investigación se utilizan los paisajes físico-geográficos del territorio como fondo natural sobre el cual sucede el proceso de urbanización que conlleva a la modificación de la cobertura terrestre original y a la presencia de diferentes usos.
A la forma de organización del espacio -estipulada por el conjunto de elementos antropogénicos introducidos (carreteras, edificaciones, aeropuertos, viviendas), los tipos de usos y las clases de coberturas presentes en un tiempo dado en un territorio- se denomina estructura antropogénica de los paisajes (Mateo, 2011).
El diseño de una tipología de coberturas terrestres y de los usos del suelo es fundamental para la identificación de las estructuras antropogénicas que forman parte del paisaje urbano, teniendo en cuenta que dichas estructuras tienen un carácter temporal (Martínez y Bollo, 2017).
El concepto de cobertura terrestre se refiere al aspecto morfológico y tangible del suelo, comprende todos los elementos que forman parte del recubrimiento de la superficie terrestre de origen natural o cultural que estén presentes (INEGI, 2012). Una misma cobertura terrestre puede soportar diferentes usos, y un mismo uso puede desarrollarse sobre diferentes coberturas terrestres.
El uso de suelo representa la función asignada por la sociedad (función social) a cada paisaje físico-geográfico, es decir, indica la forma o tipo de apropiación en el tiempo, caracterizan al paisaje antropogénico. Los usos de suelo en las zonas urbanas se diferencian por la tipología de la vivienda e infraestructuras introducidas en los paisajes físico-geográficos sobre los que se desarrolló la ciudad y por las coberturas naturales modificadas aun presentes.
Las unidades geoecológicas, son unidades espacio-territoriales que se delimitan al superponer los usos y coberturas de suelos, para un momento dado, a la diferenciación de los paisajes físico-geográficos. Las unidades geoecológicas son consecuencia de las regularidades históricas de uso y ocupación del basamento físico-geográfico en un territorio (Kalmanova, 2015; Bollo, 2018). Permiten identificar a los paisajes antropogénicos -antroponaturales (geotecsistemas) y antrópicos (geoecosistemas)- de un territorio que ha sido sometido a la antropización (Preobrazhenskii y Aleksandrova, 1988; Mateo et al., 2012); en este estudio son resultado del proceso de urbanización.
La teoría de los paisajes antropogénicos es parte del enfoque geoecológico, ya que plantea la transformación de los paisajes naturales u originales en paisajes antropogénicos durante el proceso de apropiación por la actividad humana.
Las áreas verdes de la zona urbana del municipio Morelia
El presente trabajo toma como concepto de área verde (AV) de la ciudad el establecido por el reglamento para las áreas verdes de Morelia (POE, 2005), el cual la define como toda superficie que ha sido destinada para conservar la cobertura vegetal natural o inducida, contribuyendo a la infiltración de agua al subsuelo y al mejoramiento paisajístico y ambiental, mismas que se representan por diversas categorías. Estas categorías de áreas verdes han sido nombradas en diversos estudios realizados en México, según la Procuraduría Ambiental y del Ordenamiento Ecológico (PAOT, 2010), como: parques y jardines, plazas ajardinadas o arboladas, jardineras, zonas con cualquier cubierta vegetal en la vía pública, alamedas y arboledas, promontorios, cerros, colinas, elevaciones y depresiones orográficas, pastizales naturales y áreas de producción forestal, agroindustrial o que presten servicios ecoturísticos, zonas de recarga de mantos acuíferos y las demás áreas análogas.
Para la obtención de la superficie de área verde urbana es común aplicar tecnologías de teledetección, imágenes satelitales, datos multiespectrales, los cuales proporcionan métodos efectivos y eficientes para el monitoreo de vegetación. En el presente trabajo la capa de información de áreas verdes se obtiene a partir del cálculo del Índice de Vegetación Normalizado (Normalized difference vegetation index, NDVI).
Para establecer la relación entre área verde y población se utilizó el indicador de densidad de áreas verdes por habitante, calculado para las unidades de paisajes antropogénicos diferenciadas en el territorio de estudio, en particular en aquellos paisajes habitados. Algunos autores utilizan como unidades de análisis cuadrículas (Mena et al., 2011; Vera et al., 2016), otras unidades son establecidas según las variaciones superficiales de la densidad habitacional (Bascuñán et al., 2007), o también se utilizan unidades político-administrativas para trabajos a escala pequeña (Meza y Moncada, 2010; PAOT, 2010; Padullés et al., 2015).
Como valor comparativo o norma del indicador de densidad de áreas verdes por habitante, en el área de estudio se utilizó como referencia el valor de 10 m2 de área verde por habitante (AV/hab.) como valor satisfactorio, aunque se toma en cuenta el umbral mínimo de 9 m2, aceptable de 12 m2 y óptimo si es mayor a 25 m2 de área verde por habitante, según los valores atribuidos por la Organización Mundial de la Salud (OMS). Estos valores normativos no se encuentran disponibles en las publicaciones de la OMS, pero es aceptado en la mayoría de las publicaciones al respecto como norma de referencia (Bascuñán et al., 2007; Vera et al., 2016; WHO, 2016; Flores, 2017; Ekkel y de Bries, 2017).
De igual manera, aplicamos la tendencia de establecer entre el 20% y 30% de la tasa de área verde de los paisajes de la zona urbana como valor de referencia mínimo; no existe una norma oficial unificada de valores mínimos o máximos para este indicador a nivel internacional o nacional, sin embargo, en una recopilación de valores considerados para diferentes ciudades medias destacadas por sus espacios verdes, publicada por Singh et al. (2010), el autor propone utilizar estos valores como tasa de área verde mínima-aceptable en las áreas urbanas.
Materiales y métodos
La zona urbana del municipio de Morelia
Los límites de la zona urbana del municipio de Morelia, el mapa de paisajes físico-geográficos y el mapa de la tipología de la cobertura y usos de suelos fueron tomados de Martínez y Bollo (2017) y actualizados mediante el procesamiento de clasificación supervisada, interpretación visual y comprobación en campo, con información de la imagen Sentinel 2A S2A_MSIL1C_20200404_ T14QKG 04/04/ 2020 con una resolución espacial de 10 m (Figuras 1, 2 y 3).
Fuente: extraído del mapa de paisajes físico-geográficos de la Zona Metropolitana de Morelia, Martínez y Bollo (2017).
Fuente: extraído del mapa de paisajes físico-geográficos de la Zona Metropolitana de Morelia, Martínez y Bollo (2017).
Nota: en la tipología de la cobertura y usos de suelos de la zona urbana se identificaron 6 clases, 13 subclases y 31 tipos de coberturas y usos. Su cartografía se presenta en la Figura 3.
Fuente: extraído del mapa de coberturas y tipos de usos de suelo de la Zona Metropolitana de Morelia, Martínez y Bollo (2017).
La zona urbana del municipio Morelia tiene una superficie de 97.13 km2 y una población de 597 653 habitantes, según datos del Censo de Población y Vivienda 2020 (INEGI, 2020); se establece principalmente en cuatro localidades y 12 comarcas de paisajes físico-geográficos. En el fondo de los valles fluviales, planos a muy suavemente inclinados (1°-3°) (IVa Ríos Grande y Chico de Morelia), donde inicia el proceso histórico de urbanización, se encuentra el 29.12 % de la superficie de la zona urbana del municipio y el 64.34 % (383 951 hab.) de su población; en los paisajes de piedemontes bajos, en forma de llanura ondulada muy suave a ligeramente inclinados (1°-5°) (Ig), se encuentra el 22.73% de la superficie de la zona urbana y el 16.48% (98 499 hab.) de la población. El 16.62% de la superficie se encuentra en los paisajes físico-geográficos de piedemontes y superficies cumbrales muy suave a medianamente inclinadas (1º - 15º) (IIe), con el 10.82% (64 670 hab.) de población y en las terrazas fluviales erosivas, con presencia de domos, planas a muy suavemente inclinadas (1°-3°) (IVb) se encuentra el 12.01% de la superficie de la zona urbana con el 3.01% (17 986 hab.) de sus pobladores (Figura 2).
Las unidades geoecológicas de la zona urbana del municipio se distinguen tomando como base el mapa de paisajes físico-geográficos del territorio (Figura 1), el cual se cruza con el mapa de tipos de cobertura y usos de suelos (Figura 2); como resultado se obtienen las unidades geoecológicas del área de estudio.
Para obtener los paisajes antropogénicos del territorio de estudio y su cartografía, se evaluaron y clasificaron las unidades geoecológicas según el grado o intensidad de las modificaciones antropogénicas (clases) en cada unidad geoecológica y según la función asignada (subclases y tipos) (Milkov, 1977; Espinoza y Bollo, 2015).
El Índice de Vegetación Normalizado (NDVI). La densidad de área verde por habitante
El cálculo del NDVI implica el uso de una simple fórmula con dos bandas, el infrarrojo cercano (NIR) y el rojo (RED) de la imagen satelital utilizada. Algunos trabajos de investigación utilizan este índice en el cálculo de la superficie de áreas verdes (Fei y Marvin, 2006; Thoreau et al., 2010; Merlotto et al., 2012; Barrera y Henríquez, 2017; Van de Voorde, 2017; Jin et al., 2018; Morales et al., 2018; Nesbitta, 2019).
En ocasiones el empleo del NDVI produce resultados inexactos en cuanto a presencia de área verde, ya que valores altos se asocian lo mismo con una vegetación de alta densidad como con cultivos que alcanzan su madurez, por lo que resulta necesario considerar el comportamiento de esta variación en diferentes fechas. Para verificar la presencia de zonas con áreas verdes (AV) se empleó una herramienta de análisis de cambio de fenotipos de cultivos a través de la imagen multitemporal de NDVI, esta técnica ayudó al análisis de los tres momentos temporales a través de una sola imagen.
El NDVI se calcula según la ecuación:
La superficie de áreas verdes se obtuvo a partir del cálculo de los NDVI multitemporales, con ayuda del software Sentinel Application Platform (ESA, 2016). Se emplearon tres escenas del sensor Sentinel 2A, año 2020 (S2A_MSIL1C_20200320_T14QKG; S2A_MSIL1C_20200325_T14QKG y S2A_MSIL1C_20200404_T14QKG) con una resolución espacial de 10 m. La unidad mínima cartografiable fue de 40 000 m2 (escala 1:50 000). Se realizó el cálculo del NDVI para las tres fechas del periodo poco lluvioso (20 de marzo- t1, 25 de marzo- t2, 4 de abril- t3) (Figuras 4a, 4b y 4c) y a continuación una composición coloreada RGB (Red, Green, Blue) de los índices obtenidos para cada uno de los tres momentos temporales de análisis (desplegando el NDVI-t1 por la señal roja del monitor, el NDVI-t2 por la verde y el NDVI-t3 por la señal azul del monitor) (Figura 4d); los valores de NDVI multitemporales fueron interpretados y asignados por el tipo de vegetación a cada unidad de paisaje.
Realizando una interpretación de los valores de NDVI (-1 y 1) identificamos los momentos de presencia y crecimiento de área verde (valores elevados entre 0.32 y 1) o ausencia de masa vegetal (valores de NDVI bajos entre -1 y 0.31). La composición RGB (Figura 4d) muestra la combinación de los tres momentos temporales, esta nos revela diferentes tonalidades en función de la presencia (1) o la ausencia (0) de la vegetación a lo largo del tiempo en las tres fechas.
El color rojo indica presencia de área verde en la fecha 1, las tonalidades verdes señalan la existencia de área verde en la fecha 2 y los colores azules muestra presencia de área verde en la fecha 3. Con tonos blancos identificamos presencia continua de vegetación mientras que tonalidades negras mostrarán ausencia continua de vegetación (Tabla 1).
La determinación de la exactitud del cálculo del NDVI se realizó por medio de una técnica de muestreo aleatorio estratificado con un número de muestras que dependió del tamaño de superficie que ocupa cada unidad espacial, resultando en un total 1331 muestras, la exactitud fue de 92.79% y un Kappa de 0.75; el cálculo identifica vegetación sana y vigorosa, lo que permitió verificar la existencia real de vegetación supeditada a la experiencia del analista.
A continuación, se realizó el cruce de la capa de áreas verdes y la de paisajes antropogénicos, con ayuda de la herramienta Tabulate Intersection del SIG ArcGis 10.8.1. Se recalcula el área geométrica con ayuda del comando Summarize, y el resultado se une nuevamente con la tabla de la capa de paisajes para obtener el total de la superficie de área verde por unidad de paisaje antropogénico (SAV).
De tal manera, se obtiene la superficie de área verde por unidad de paisaje (SAV) y se calcula el porcentaje de la tasa de área verde (TAV) en la misma al dividir este valor entre la superficie de la unidad de paisaje (SUP), este indicador es referido a cada polígono de paisaje:
Donde:
TAV: |
Tasa de área verde (%). |
SAV: |
superficie de área verde por unidad de paisaje (km2). |
SUP: |
superficie de la unidad de paisaje (km2). |
Posteriormente, se calcula el indicador de densidad de área verde por habitante (DAVH) en los tipos de la subclase paisajes urbanos (I.1) del territorio por ser en los que encontramos población; se expresa en m2/ hab. Los datos de población fueron tomados del Censo de Población y Vivienda 2020 (INEGI, 2020) a nivel de manzanas, los que posteriormente se transfirieron a las unidades del paisaje mediante la herramienta de análisis espacial Spatial Join con el programa ArcGis 10.8.1.
Resultados y discusión
La tipología de la cobertura y usos de suelos y las unidades geoecológicas
Como resultado del proceso histórico de urbanización se modifican las coberturas naturales de los paisajes físico-geográficos producto de la asignación de usos de suelo para el cumplimiento de diversas funciones socioeconómicas y de hábitat, ello se refleja en la tipología de usos y coberturas para el año 2020. El mayor número de polígonos en la tipología de la cobertura y uso del suelo (510 polígonos) corresponde a los tipos de uso en instalaciones educativas (97), instalaciones varias (86) y al tipo habitacional continuo denso (63). Las mayores superficies corresponden a la clase habitacional (69.69 km2), que ocupa el 71.75% de la superficie de la zona urbana; la clase infraestructura (19.3 km2), el 19.9 %, la clase vegetación un 5.23% y la clase cultivos el 2.28% (Figura 3).
Las unidades geoecológicas (UG) de la zona urbana del municipio, obtenidas como resultado del cruce de los mapas en las Figuras 1 y 2, dieron como resultado 123 distribuidas en 533 polígonos. La mayor diferenciación originada por los usos históricos ocurre en el paisaje físico-geográfico del fondo del valle fluvial (IVa) sobre el cual se origina la ciudad (Valle de Morelia) con un total de 22 UG, y en sus terrazas (IVb) con un total de 16 UG, y también en los piedemontes, es decir, las partes más bajas de las montañas que rodean el valle fluvial con 21 UG al norte (Ig) (Volcanes Quinceo y Las Tetillas) y al sur con otras 21 UG (IIe) (Altozano) (Figura 5).
Los paisajes antropogénicos
La tipología de los paisajes antropogénicos obtenida fue resultado de la clasificación de las unidades geoecológicas según el grado o intensidad de las modificaciones antropogénicas (clases) y según la función asignada (subclases y tipos); presenta tres niveles taxonómicos: clases (2), subclases (5) y tipos de paisajes antropogénicos (19) (Tabla 2)
Fuente: elaboración propia
Las clases de paisajes antropogénicos se caracterizan por:
Clase Paisajes antrópicos: son unidades geoecológicas, originadas en un paisaje físico-geográfico, resultado de intensos procesos de antropogenización, determinadas por las funciones asignadas a estos paisajes (urbanización, industrialización, minería a cielo abierto, infraestructura hidrotécnica, infraestructura para servicios). Son paisajes muy transformados, sus componentes naturales han sido en general degradados; han desaparecido las coberturas vegetales y de suelos u ocupan menos del 5% de la superficie de la unidad geoecológica; las condiciones geólogo-geomorfológicas han sido alteradas; el drenaje restructurado y el microclima modificado; necesitan el constante sostenimiento de las acciones modificadoras y el cuidado de los elementos antropogénicos introducidos y de los procesos originados por las transformaciones generadas para mantener el funcionamiento del paisaje resultante.
Clase Paisajes antroponaturales: son paisajes que conservan aún, parcialmente, coberturas naturales o seminaturales; es característica la introducción de elementos antropogénicos; son resultado de procesos antropogénicos que provocan la modificación de las coberturas tales como la deforestación o la actividad agropecuaria; el drenaje ha sido parcialmente modificado, cambian las condiciones microclimáticas; las unidades mantienen aún el funcionamiento del paisaje natural por autorregulación, aunque ocurre la degradación con diferente intensidad de algunos componentes.
Las características de las subclases y tipos de paisajes se presentan en la Tabla 2.
Los paisajes antropogénicos, se cartografiaron en 437 polígonos en la zona urbana del municipio, representados en la Figura 6.
Se identificaron 2 clases de paisajes antropogénicos: los paisajes antrópicos, que ocupan el 91.66% de su superficie, lo que indica un intenso proceso de antropización, y la clase de los paisajes antroponaturales en la superficie restante. Encontramos 4 subclases de paisajes antrópicos en la zona urbana, paisajes antrópicos urbanos en el 71.75% de su superficie, paisajes antrópicos de servicios en el 13.47%, paisajes antrópicos tecnogénicos en el 6.42% y paisajes antrópicos artificiales con menos del 1%. La subclase de paisajes antrópicos urbanos cuenta con 7 tipos de paisajes, el tipo de paisaje antrópico urbano habitacional continuo de diferentes densidades ocupa la mayor superficie de la zona urbana del municipio con el 41.54%, seguido en superficie por los paisajes antrópicos urbanos habitacionales de diferentes densidades con el 15.97% de la misma. En la clase de paisajes antroponaturales encontramos una sola subclase de paisajes, los paisajes natural-antrópicos, que ocupan el 8.36% de la zona urbana con 4 tipos de paisajes (Tabla 2). En la zona urbana no encontramos paisajes naturales o seminaturales que se puedan representar a la escala de trabajo.
Tasa y densidad de área verde en los paisajes
Los valores de TAV, calculados para los paisajes antropogénicos, se presentan en la Tabla 3. La tasa de área verde de la zona urbana del municipio es muy reducida, de solo un 12.31% de cobertura de su superficie, los valores más aceptados como satisfactorios se encuentran entre 20% y 30%. Los paisajes de la clase antrópicos presentan una TAV del 9.46% de su superficie, mientras que los paisajes de la clase antropo-naturales llegan al 37%, cifras que pueden ser consideradas muy bajas y aceptables, respectivamente. Los paisajes antrópicos de la subclase servicios presentan la mayor TAV con el 23.49% de cobertura en esta clase, aún baja, mientras que los paisajes antrópicos subclase tecnogénicos tienen una tasa de tan solo el 13.5% (Figura 7).
Clase | Subclase | Tipo | Superficie (km2) |
% de superficie de la zona urbana |
Área Verde (m2) |
Área Verde (km2) |
TAV (%) | Pob. Total 2020 |
DAV. m2/hab. | Polígonos |
Antrópicos | Urbanos | Habitacional continuo de diferentes densidades | 40.34 | 41.54 | 1 661 981.63 | 1.66 | 4.12 | 427 581 | 3.89 | 48 |
Habitacional discontinuo de diferentes densidades | 15.51 | 15.97 | 838 350.09 | 0.83 | 5.40 | 92 417 | 9.07 | 20 | ||
Habitacional de edificaciones | 0.71 | 0.73 | 47 638.07 | 0.05 | 6.73 | 13,260 | 3.59 | 18 | ||
Habitacional de estilo colonial | 2.14 | 2.20 | 230 949.19 | 0.23 | 10.78 | 11 380 | 20.29 | 2 | ||
Habitacional de viviendas discontinuas | 5.02 | 5.17 | 72 ,976.55 | 0.72 | 14.39 | 21 762 | 33.18 | 10 | ||
Habitacional de viviendas aisladas | 4.24 | 4.37 | 1 335 495.43 | 1.34 | 31.47 | 7073 | 188.82 | 7 | ||
Habitacional de viviendas irregulares | 1.72 | 1.77 | 88 688.64 | 0.09 | 5.14 | 11 011 | 8.05 | 8 | ||
Subtotal | 69.69 | 71.75 | 4 925 079.61 | 4.93 | 7.07 | 584 484 | 8.43 | 113 | ||
de Servicios | Servicios recreativos. | 1.03 | 1.06 | 722 939.42 | 0.72 | 70 | 0 | 0 | 19 | |
Servicios deportivos | 1.22 | 1.26 | 221 142.64 | 0.22 | 18.18 | 0 | 0 | 12 | ||
Servicios educativos | 4.23 | 4.36 | 729 464.05 | 0.73 | 17.26 | 0 | 0 | 96 | ||
Servicios comerciales | 1.21 | 1.25 | 131 879.70 | 0.13 | 10.88 | 0 | 0 | 24 | ||
Servicios varios | 5.38 | 5.54 | 1 263 117.57 | 1.26 | 23.49 | 0 | 0 | 85 | ||
Subtotal | 13.07 | 13.47 | 3 068 543.38 | 3.06 | 23.49 | 0 | 0 | 236 | ||
Tecnogénicos | Industriales | 5.38 | 5.54 | 748 100.65 | 0.75 | 13.9 | 0 | 0 | 14 | |
Almacenamiento | 0.85 | 0.88 | 93 719.12 | 0.09 | 10.98 | 0 | 0 | 10 | ||
Subtotal | 6.23 | 6.42 | 841 819.77 | 0.84 | 13.50 | 0 | 0 | 24 | ||
Artificiales | De superficies degradadas Subtotal | 0.02 | 0.02 | 24 119.72 | 0.02 | 4.49 | 0 | 0 | 3 | |
Total | 89.01 | 91.66 | 8 859 562.48 | 8.67 | 9.46 | 0 | 0 | 376 | ||
Antroponaturales Natural-antrópico | De Vegetación secundaria | 0.44 | 0.45 | 38 477.43 | 0.04 | 71.47 | 433 | 0 | 6 | |
De matorrales y pastizales | 4.80 | 4.93 | 1 625 210.91 | 1.63 | 33.84 | 9597 | 0 | 34 | ||
Agrícolas | 2.28 | 2.35 | 1 145 276.09 | 1.15 | 50.12 | 2976 | 0 | 14 | ||
De suelos desnudos | 0.6 | 0.62 | 290 475.00 | 0.29 | 49.01 | 596 | 0 | 7 | ||
Total | 8.12 | 8.35 | 3 099 439.43 | 3.1 | 38.18 | 13 602 | 0 | 61 | ||
Totales | 97.13 | 100.00 | 11 959,001.91 | 11.96 | 12.31 | 597 653 | 0 | 437 |
Fuente: Elaboración propia.
En los paisajes antrópicos, subclase urbanos, la TAV es muy baja, tan solo del 7.07 % de cobertura, pero hay diferenciación entre sus tipos. El tipo de paisaje urbano habitacional continuo de diferentes densidades presenta los menores valores de la TAV con tan solo un 4.12%, y el tipo habitacional discontinuo de diferentes densidades presenta una TAV del 5.40%, son los dos tipos que ocupan mayor superficie en el territorio (Figura 8). Ello está relacionado con las diferencias en la estructura espacial de las construcciones, evidentemente la compactación y una mayor densidad de viviendas no permiten tener altas superficies de AV. Solo es aceptable la TAV en los paisajes del tipo habitacional de viviendas aisladas con poco más del 30% del indicador.
Los paisajes de la subclase antrópicos de servicios están presentes en la zona urbana con 5 tipos y 236 instalaciones, en ellos no reside población y ocupan un 13% de la superficie de la zona urbana. La TAV de esta subclase es baja, de 23.49%, los valores altos se encuentran en los paisajes antrópicos de servicios recreativos, 66.3%. En los tipos de paisajes antrópicos de servicios educativos, servicios varios y servicios deportivos, la TAV es baja, del 20% y llaman la atención los paisajes de servicios comerciales con la menor TAV, tan solo un 8%, ello se relaciona a una gran superficie dedicada a estacionamiento con poca vegetación.
Los paisajes antrópicos de la subclase tecnogénicos se diferencian en dos tipos, con 24 instalaciones, en ellos tampoco reside población, ocupan tan solo el 7% de la superficie de la zona urbana y presentan un 11.88% de la TAV, por lo que se le considera un valor muy bajo; hay diferencias en sus tipos, los paisajes tecnogénicos del tipo industriales presentan una TAV del 13%, mientras que los paisajes tecnogénicos de tipo almacenamiento tan solo un 6.23% de TAV, ello relacionado con grandes superficies exteriores aprovechadas al máximo en su función de almacenamiento, generalmente asfaltadas (Tabla 3).
Los paisajes de la clase antroponaturales presentan amplia cobertura vegetal del 36.57% de su superficie, aunque constituyen tan solo el 8.36% de la superficie de la zona urbana y están poco habitados (13 602 hab.). Son paisajes de la subclase natural-antrópico, no existen paisajes de bosques naturales que tengan una superficie significativa a la escala de trabajo. La TAV del tipo de los paisajes natural-antrópicos de vegetación secundaria es la más alta de la ciudad, con 71.47%, formada por vegetación arbustiva y de árboles aislados o plantaciones, muy dinámicas, con superficies intercaladas de suelos desnudos o agricultura de subsistencia en barbecho. El tipo de paisaje natural-antrópicos de matorrales y pastizales tiene una TAV del 29%, que se corresponde en gran parte con superficies volcánicas de lavas basálticas jóvenes (mal país en México), donde afloran rocas con vegetación arbustiva o pastos sometidos a incendios, lo que ocurre también en predios y terrenos baldíos; el tipo de paisajes agrícolas a la fecha de la imagen utilizada tiene una TAV del 45.6%, con tierras cultivadas y otras en preparación, es, por supuesto, muy variable a lo largo del año ya que predominan los cultivos de temporal a los de riego, con muy baja superficie de cultivos permanentes; el tipo de paisaje de suelos desnudos no es significativo por su pequeña superficie (Tabla 3).
La densidad de área verde por habitante (DAV/hab.) se calcula solamente en los 7 tipos de paisajes antrópicos urbanos ya que en ellos habita el 97.79% de la población de la zona urbana (Tabla 3). La DAV/hab. de los paisajes antrópicos, subclase urbanos, es de 9.73 m2 por habitante, valor que la ubica en las normas utilizadas internacionalmente (10 m2/hab), sin embargo, los valores más bajos de DAV/hab. los encontramos en los paisajes antrópicos urbanos del tipo habitacional de edificaciones, con tan solo 3.59 m2/hab, las AV en ellos se ubican generalmente en los estacionamientos frente a los edificios o pequeñas áreas comunes. Por su gran superficie, destacan los paisajes antrópicos urbanos habitacionales continuos de diferentes densidades, donde vive el 71.54% de la población, presentan muy baja densidad, 3.89 m2/hab.; ello se relaciona con las características de este tipo de paisaje muy compactos, sin jardines, sin espacios entre viviendas, generalmente de dos plantas, o con hacinamiento en la mayoría de ellas. En el tipo de paisaje antrópico urbano habitacional de estilo colonial, la densidad es de 20.29 m2/hab, conformado por dos polígonos, uno con valores muy altos de AV y muy poca superficie en la localidad de Altozano, y el otro conformado por el Casco Histórico de la ciudad que tiene un valor del indicador de 3 m2/hab. con una población de 10 665 hab. El paisaje que conforma el Casco Histórico es habitado por un alto número de personas, y además, presenta numerosos pequeños y medianos comercios en los cuales trabajan gran cantidad de personas. Las áreas verdes se restringen a parques o plazas, la ausencia de banquetas y un bajo número de calles peatonales dificulta la reforestación de las calles estrechas que rodean estos edificios patrimoniales, se concentra la contaminación por la alta circulación vehicular; es, sin duda, el paisaje de peor situación en la zona urbana en cuanto a este indicador. El tipo de paisaje antropogénico habitacional discontinuo de diferentes densidades presenta valores del indicador en la norma, 9.07 m2/hab., es un paisaje con alto número de población, pero diferente distribución de la vivienda (discontinuas) y estructura paisajística (jardines y patios). Los paisajes antropogénicos habitacional de viviendas discontinuas y de viviendas aisladas presentan muy altos valores del indicador, ocupan poca superficie y población en el territorio (Figura 9).
En la Tabla 4 y en la Figura 10 se presentan 5 categorías o rangos de la densidad de área verde por habitante; para establecerlas se tomó en cuenta como valor intermedio la norma del indicador. En la tabla destaca que existen 24 paisajes con el 2.9% de la superficie de la zona urbana y 18 144 habitantes donde no existe área verde. Un total de 46 paisajes, que ocupan el 72% de la superficie de la ciudad, tienen valores del indicador por debajo de la norma, en ellos habitan 493 806 personas (84.5% de la población de la zona urbana). Otros 11 polígonos de paisajes, que ocupan el 5.3% de la superficie de la zona urbana del municipio, donde habitan 25 148 personas (4.3 % de la población de la zona urbana), se encuentran en el intervalo de la norma.
Categorías m2/hab | Polígonos paisajes | Superficie m2 | %* | Habitantes |
0 | 24 | 2 016 839.64 | 2.9 | 18 144 |
0.1 - 9 | 46 | 50 188 385.88 | 72.01 | 493 806 |
9.1 -12 | 11 | 3 686 683.43 | 5.,29 | 25 148 |
12.1 - 25.0 | 8 | 6 030 332.66 | 8.65 | 32 979 |
> 25.1 | 24 | 7 771 162.89 | 11.15 | 27 576 |
Total | 113 | 69 693 404.50 | 100 | 597 653 |
*: % de superficie de la zona urbana del municipio Morelia.
Fuente: elaboración propia.
Ocho unidades de paisaje presentan valores altos de la densidad de áreas verdes, ocupan un 8.65% de la superficie con 32 959 habitantes (5.64 %) y 24 unidades de paisaje, que se extienden en el 11.15 % de la superficie de la zona urbana, con 27 576 habitantes (5.64%) presentan valores muy altos del indicador.
Conclusiones y recomendaciones
La zona urbana del municipio Morelia se ha conformado desde hace más de 300 años, resultado de un intenso proceso de urbanización de los paisajes naturales que la sustentan.
El NDVI multitemporal generó una imagen a falso color donde la presencia de área verde quedó identificada por su tonalidad en función de la presencia (1) o ausencia (0), para cada momento temporal, lo que hizo posible reducir la incertidumbre en resultados inexactos en cuanto a la determinación de superficies de área verde.
Los resultados obtenidos permiten establecer que los paisajes de la zona urbana del municipio tienen como principal función social la de hábitat, y ocupan el 70% de la misma. La infraestructura en instalaciones productivas o de servicios de la zona urbana muestra que la función económica esencial se relaciona con los servicios, existe una baja actividad industrial y las superficies de vegetación y cultivos ocupan menos del 8% de su superficie, mismas que posiblemente serán destinadas al crecimiento urbano o de los servicios.
Los datos obtenidos muestran que la presencia de áreas verdes en sus paisajes es inversamente proporcional al número de personas que les habitan, es decir, las tasas más bajas de área verde se encuentran en las zonas más pobladas, de aquí que su densidad de área verde por habitantes sea muy baja. En el año 2020, el 87.6% de los habitantes de la zona urbana viven en paisajes con una densidad de área verde por habitante inferior a los 10 m2/hab., es decir, por debajo de las normas reconocidas internacionalmente.
Las características de los tipos de paisajes habitacionales de la zona urbana del municipio es un factor que propicia la presencia de bajas coberturas de área verde. Es necesario cambiar los modelos de construcción de viviendas que sean rigurosos en la ubicación de los espacios de arbolado y jardines; evitar las construcciones de viviendas continuas que concentran la población y limitan la posibilidad de establecer áreas verdes; se hace necesario aplicar diseños de avenidas que permitan el arbolado en banquetas y en divisorias de calles con suficiente espacio para áreas verdes.
La metodología planteada para el estudio de la vegetación de la zona urbana de la ciudad mostró la relación entre los tipos de paisajes antrópicos urbanos y la densidad de área verde por habitante, identificando y diferenciando la problemática en el territorio de estudio. Los resultados obtenidos en las 113 unidades de paisajes de tipo habitacional permitirían establecer medidas precisas para organizar un programa de reforestación diferenciado por tipos de paisajes a partir de las bases de datos elaboradas. Se hace necesario crear proyectos innovadores en aquellos paisajes donde el espacio para arbolar sea deficitario, en particular en el paisaje del Centro Histórico; recurrir a tecnologías novedosas para aumentar la superficie de áreas verdes teniendo en cuenta el valor patrimonial de los edificios y las viviendas de este paisaje.
La ciudad de Morelia necesita con urgencia el cumplimiento de planes de reforestación, el cumplimiento y revisión de las normas establecidas con relación a sus áreas verdes, de manera que se logre mejorar la calidad de vida de su población, muy afectada en los paisajes más poblados.