INTRODUCCIÓN
La problemática de acceso a fuentes de agua con la calidad y disponibilidad adecuada para abastecimiento humano es un tema de vital importancia tanto para las autoridades como para la sociedad en general (Sánchez-Pérez et al. 2000, Pérez et al. 2011, CARE 2012). En México, la cobertura nacional de agua potable es del 92.5 %, (95.7 % en zonas urbanas y 81.6 % en zonas rurales). En sistemas de alcantarillado, la cobertura nacional es de 91.0 % (96.6 % en zonas urbanas y 74.2 % en zonas rurales) (CONAGUA 2016). En Chiapas, el 51 % de la población vive en áreas donde el acceso a servicios básicos es limitado (CONAPO 2015), lo cual ubica a este estado, de acuerdo con Kauffer (2014), entre los de menor porcentaje de acceso a agua entubada (87.2 %) y a sistemas de drenaje (86.9 %) a nivel nacional (INEGI 2015).
Una fuente de agua que debe considerarse es el agua subterránea en las dunas costeras. Estos ecosistemas se consideran prestadores de servicios ambientales,1 especialmente en servicios de provisión (Moreno-Casasola 2010). Las dunas costeras proveen agua para diversos usos, mantienen su calidad (Camacho-Valdez et al. 2013), purifican y asimilan nutrientes y herbicidas (Fisher y Acreman 2004, Cejudo-Espinosa et al. 2008), funcionan como barreras para la intrusión salina (Mollema et al. 2008) y sobre todo proveen agua para consumo humano (Everard et al. 2010).
En la zona costera de Chiapas, la mayoría de las localidades ubicadas en la franja de barrera sobre la duna utilizan pozos artesianos2 como fuente de agua para consumo (Machuca 2014). En la reserva de la biósfera de La Encrucijada, las localidades situadas en el área tienen como fuente principal de abastecimiento de agua los pozos artesianos (Liscovsky et al. 2012).
Estudios realizados en el área de la reserva han demostrado que las fuentes de agua situadas en la franja costera (entre ellos los pozos artesianos) están expuestas a diversos contaminantes, entre los que se encuentran descargas de basura, desechos sólidos y aguas residuales con excesiva carga de nutrientes provenientes de aproximadamente 17 ríos contaminados por los asentamientos urbanos aguas arriba (Gómez-Ortega 2013, Hernández 2014, Machuca 2014). En consecuencia, los pozos se ven afectados por la intrusión salina derivada de la erosión de la playa y las dunas costeras (Barrios-Ramos 2013), la cual ocasiona el aumento en la salinidad del agua (Machuca 2014). También se ha detectado variabilidad estacional en la disponibilidad de agua en los pozos, la cual generalmente es más baja en la temporada de estiaje de acuerdo con las evaluaciones de algunos estudios y de lo que percibe la población (Gómez-Ortega 2013, Machuca 2014). Según Liscovsky et al. (2012), en la temporada de estiaje la gente recurre a la compra de agua embotellada como fuente alterna porque percibe una disminución en la cantidad de agua en sus pozos.
Pese a que no se han realizado estudios exclusivos sobre percepción de la calidad del agua en La Encrucijada, Machuca (2014), Jones y Mach (2012), y Liscovsky (2012) lograron identificar que las personas perciben alteración en la calidad del agua de pozos y esteros que afecta directamente algunas de las actividades que realizan, tanto en el vivienda, como la disminución de la productividad pesquera.
Percepción ambiental como fuente de información
Los estudios de percepción permiten conocer las interpretaciones y los significados en torno a las impresiones obtenidas del ambiente y los efectos que tienen sobre los usuarios (Arias 2006). Calixto y Herrera (2010) mencionan que la percepción ambiental implica reconocer el ambiente a través de los sentidos; además, proporciona las bases para dirigir y regular actividades cotidianas del individuo. Fernández-Moreno (2008) considera que las percepciones ambientales son fuente de información importante para planeadores y manejadores de un territorito.
Otro aspecto importante de la percepción es que permiten profundizar la valorización subjetiva que realizan las personas con relación al significado de los servicios ecosistémicos (Álvarez-Salas et al. 2016), especialmente cuando se pretenden implementar estrategias de conservación, ya que la valorización de los servicios ambientales debe enriquecerse con el conocimiento de la población local (Carrera et al. 2016). Las distintas formas de percibir el entorno también están determinadas por diversas variables que influyen en los procesos perceptivos como la edad, el sexo, la densidad y el tamaño poblacional, la experiencia (Arias 2006, Jones y Mach 2012), el sistema de poder político (Benez 2008), el sistema educativo (Arellano et al. 2009), la religión y las actividades cotidianas (González-Figueroa et al. 2007, Machuca 2014), y la calidad y disponibilidad de los recursos (Corral-Verdugo et al. 2008).
Por ello, el objetivo del presente estudio fue conocer las percepciones de los habitantes de ocho comunidades de La Encrucijada sobre la calidad, disponibilidad y accesibilidad de las fuentes de agua que utilizan para uso y consumo, así como determinar la calidad del agua con base en parámetros físicos, químicos y microbiológicos.
MATERIALES Y MÉTODOS
Área de estudio
La Encrucijada (sitio RAMSAR núm. 815) se localiza al sur del estado de Chiapas, en la región fisiográfica denominada Planicie Costera del Pacífico, geográficamente ubicada entre los 14º 43’ y 15º 40’ latitud norte y 92º 26’ y 93º 20’ longitud oeste. Posee una superficie de 144 868 ha, de las cuales 36 216 ha pertenecen a dos zonas núcleo (La Encrucijada y Palmarcito) y 108 651 ha a la zona de amortiguamiento. La Encrucijada comprende parte de los municipios de Pijijiapan, Mapastepec, Acapetahua, Huixtla, Villa Comaltitlán y Mazatán (Fig. 1).
La construcción de viviendas depende principalmente de los recursos que ofrece el medio natural: paredes de palma real (Sabal mexicana), techo de palma, piso de tierra y, en algunos casos, de cemento con techo de loza o lámina. El servicio de energía eléctrica es deficiente en todas las comunidades, especialmente en la temporada de lluvias, debido a que las tormentas ocasionan el desprendimiento de ramas de mangle sobre el cableado y por ende su ruptura. Los servicios de salud y escuelas son escasos en las comunidades, por lo que la gente debe recurrir a la cabecera municipal para atender sus necesidades.
Muestreo y selección de las comunidades
Se emplearon el muestreo probabilístico y el muestreo aleatorio estratificado (Cochran 2000). Para este estudio se identificaron dos estratos, islas de barrera y orilla del estero, los cuales se eligieron en función de los servicios naturales que brindan a las comunidades. Ambos estratos poseen comunidades con menos de 1000 habitantes; incluso, algunas que no rebasan los 200 habitantes están alejadas de la cabecera municipal y se accede a ellas por carretera y vía fluvial (CONAPO 2015). En cada estrato se priorizaron las comunidades a partir de la revisión de la literatura y con base en dos criterios. El primero corresponde a la ubicación y el segundo a la principal fuente de suministro de agua (INEGI 2010). Cada estrato quedó conformado por cuatro comunidades. El primero, denominado isla de barrera, quedó constituido por las comunidades La Lupe, Brisas del Hueyate, Barra San José y El Zapotal. El segundo, denominado orilla del estero, estuvo integrado por las comunidades El Castaño, El Palmarcito, Barra Zacapulco y La Palma.
El tamaño de la muestra (Cuadro I) se calculó de acuerdo con el muestreo probabilístico estratificado proporcional (Cochran 2000).
Ubicación | Comunidad | Población total | Hombres | Mujeres | Número de viviendas | Número de viviendas muestreadas |
Isla de barrera | La Lupe | 157 | 74 | 83 | 32 | 3 |
El Zapotal | 929 | 447 | 482 | 208 | 21 | |
Barra San José | 756 | 391 | 365 | 205 | 20 | |
El Hueyate | 171 | 91 | 80 | 37 | 4 | |
2013 | 1003 | 1010 | 482 | 48 | ||
Orilla del estero | La Palma | 678 | 281 | 291 | 173 | 17 |
Barra Zacapulco | 399 | 209 | 190 | 102 | 10 | |
El Castaño | 75 | 29 | 46 | 16 | 2 | |
El Palmarcito | 1118 | 541 | 577 | 284 | 28 | |
2270 | 1060 | 1104 | 575 | 57 |
La unidad de análisis fueron las viviendas y el tamaño de la muestra se determinó en función del número total de viviendas con una proporción del 10 %. La elección de viviendas se hizo de manera aleatoria. Una vez en campo se enumeraron y se seleccionaron aleatoriamente con ayuda del programa R versión 3.1.2. En cada vivienda seleccionada se entrevistó a un miembro de la familia que cumpliera con dos criterios importantes: ser mayor de edad y tener aproximadamente 5 años de residir en la comunidad.
El instrumento metodológico que se utilizó fue la entrevista, que se basó en escalas de intensidad o apreciación, de distancia social con preguntas en abanico y dicotómicas,3 y de evaluación semántica diferencial4 (Pimienta-Lastra 1999, 2000). Dichas escalas permitieron determinar niveles de preferencia y su percepción sobre la calidad del agua en la fuente identificada (buena5, regular6 y mala7). Las preguntas fueron cerradas con una serie de alternativas de respuesta sencillas y cortas. Para su aplicación en campo se hizo la validación de caso único, experto y piloto (Martínez-Carazo 2006) donde aplicaron 27 cuestionarios. Después de la prueba piloto se rediseñó la encuesta final con 40 preguntas (Anexo 1). Para efectos de este artículo se incluyeron únicamente las respuestas a las preguntas 1, 3, 4, 5, 6, 10, 13, 16, 17, 21 y 22.
Calidad del agua
Para cada comunidad se muestrearon cinco puntos entre pozos, agua potable embotellada de garrafón (según el número de marcas de garrafón) y agua entubada (para las comunidades que cuentan con este servicio). En total se muestrearon 29 pozos artesianos, nueve marcas de garrafón y dos muestras de agua entubada. Los parámetros analizados fueron: oxígeno (O2), conductividad eléctrica (CE), salinidad (ppt), pH, temperatura (ºC), nitratos (NO3), nitritos (NO2), alcalinidad y coliformes fecales. Los parámetros de temperatura, salinidad, O2 y CE se evaluaron in situ, utilizando el equipo multiparamétrico YSI modelo 85. El potencial de hidrógeno se analizó con un sensor de pH Ecotest modelo pH2. El método utilizado para la determinación de NO3 y NO2 correspondió a lo establecido en el manual para el equipo Hach DR/890, previamente calibrado con los estándares respectivos para cada parámetro de acuerdo con el National Institute of Standards and Technology (NIST). Para su determinación se emplearon reactivos de NO3 (Nitraver 5) y NO2 (Nitriver 2). El análisis de la alcalinidad se realizó en el laboratorio de Biotecnología Ambiental de El Colegio de la Frontera Sur (Unidad Tapachula), empleando una mezcla de reactivos indicadores (anaranjado de metilo y ácido sulfúrico, 95 % a 98 %), siguiendo el método la Norma Oficial Mexicana NOM-041-SSA1-1993 (SSA 1995). La evaluación bacteriológica del agua se llevó a cabo con la prueba Coliscan Easygel (BioPaddles), utilizando botellas con medio de cultivo de nutriente TTC agar y MacConkey agar. Las botellas se introdujeron en la muestra para obtener 40 mL de la misma, posteriormente se agitaron por 15 s y se vació el contenido para su posterior incubación a una temperatura de 35 ± 2 ºC de 24 a 48 h. Pasadas las primeras 24 y 48 h de incubación se realizaron el primero y segundo conteos de colonias, respectivamente (Tovar et al. 2013a). Los análisis bacteriológicos se hicieron por duplicado. La evaluación de NO3, NO2 y alcalinidad se realizaron por triplicado y directamente en campo. Debido a la técnica utilizada, los análisis de alcalinidad se hicieron en el citado laboratorio de Biotecnología. Dichos análisis se hicieron en los meses de mayo y abril de 2016.
Análisis de datos
Para el análisis de la información derivada de la entrevista se utilizó estadística descriptiva básica. Las diferencias entre sitios de los parámetros fisicoquímicos y bacteriológicos se determinaron a través de un análisis de varianza (ANDEVA). Se consideró una p < 0.05 para reconocer diferencias significativas. El programa estadístico que se utilizó fue R v. 3.2.2. La evaluación de la calidad fisicoquímica y bacteriológica de las fuentes de agua se estimó a partir de las normas oficiales mexicanas NOM-041-SSA1-1993 (SSA 1995) y la NOM-127-SSA1-1994 (SSA 2000).
RESULTADOS
Características de los entrevistados y las viviendas
Se aplicó un total de 105 entrevistas domiciliarias (48 en isla de barrera y 57 en orilla del estero). Las entrevistas estuvieron representadas en su mayoría por mujeres en ambos estratos. En el estrato isla de barrera se entrevistó a un total de 34 mujeres y 14 hombres, mientras que en el estrato orilla del estero a un total de 33 mujeres y 23 hombres. La ocupación principal fue “ama de casa” en ambos estratos. En cuanto a educación, en promedio los sujetos cursaron el tercer grado de primaria para ambos sitios. La edad de los entrevistados varió de 45 a 60 años de edad, y han vivido en la comunidad de 35 a 50 años.
Fuentes de abastecimiento de agua
En el estrato isla de barrera todos los entrevistados expresaron tener pozo artesiano en su vivienda, y en algunos casos acceden a agua embotellada. En el sitio orilla del estero hay viviendas que cuentan con pozo artesiano, en tanto que otras acceden a agua embotellada y agua de la red.
El agua embotellada proviene de purificadoras de agua que se encuentran en comunidades vecinas y en la cabecera municipal. El costo del garrafón de 18 L varía por comunidad de 13 a 18 pesos. De acuerdo con los entrevistados, la venta de garrafones dañados y en malas condiciones es frecuente, continuamente contienen sedimentos y algas, tienen aberturas y son parchados con silicón.
En las dos comunidades que cuentan con agua entubada el agua proviene de pozos profundos que se encuentran en comunidades vecinas. El agua que se extrae llega a un tanque recolector ubicado en la comunidad; una vez almacenada, se realiza la cloración mediante el suministro de pastillas de cloro. Este proceso es realizado por el encargado en turno, quien no cuenta con capacitación para llevar a cabo dicho proceso. Cuando se carece de insumos para la cloración, el agua se suministra a las viviendas sin tratamiento previo.
Determinación y percepción de la calidad del agua
Isla de barrera
La percepción de la calidad del agua del pozo es considerada de buena calidad por la mayoría de los entrevistados (Fig. 2). El principal uso es doméstico, en algunas viviendas la emplean para regar el patio o plantas y para aseo personal. Los principales factores que influyen en que el agua de los pozos sea de buena calidad, según los usuarios, son la vegetación, la filtración por la arena, la distancia de las viviendas respecto de las fosas sépticas, el estero y la ubicación en una isla de barrera. De acuerdo con los análisis de agua, la mayoría de los pozos no cumplen con los estándares de calidad establecidos por la NOM-127-SSA1-1994 (SSA 2000) para consumo (Cuadro II). De los 16 pozos evaluados, 12 rebasaron los límites permitidos para NO2 (< 0.05 mg/L) y 11 para NO3 (< 10 mg/L). En cuanto a la alcalinidad y el pH, ninguno rebasó lo establecido por la norma (< 300 mg/L y 8-5, respectivamente), pero se encuentran cerca de rebasarla. En 14 pozos se registró la presencia de Escherichia coli, en dos pozos de El Zapotal E. coli y Enterobacter sp., y en un pozo de El Palmarcito E. coli y Pseudomonas sp.
Estrato: isla de barrera | Estrato: orilla del estero | ||||||||||||
Núm. de pozo | NO2 (mg/L) | NO3 (mg/L) | Alcalinidad (mg/L) | pH | Coliformes fecaless (UFC/mL) |
Núm. de pozo | NO2 (mg/L) | NO3 (mg/L) | Alcalinidad (mg/L) | pH | Coliformes fecales (UFC/mL) |
||
BSJ | 1 | 0 | 3.35 | 100 | 7.1 | 7 | EPTO | 1 | 0.5 | 4.95 | 86.7 | 7.8 | 23 |
2 | 0.5 | 2.25 | 120 | 7.9 | 41 | 2 | 1 | 5.45 | 93.3 | 7.4 | 15 | ||
3 | 0.5 | 4.3 | 100 | 8.5 | 36 | 3 | 1 | 6.75 | 173 | 8.3 | 13 | ||
4 | 0 | 3.6 | 120 | 8.5 | 13 | LPM | 4 | 2.5 | 5.2 | 320 | 7 | 106 | |
BHY | 5 | 1 | 1.4 | 186.7 | 7.4 | 1 | 5 | 1 | 5.9 | 327 | 8.2 | 85 | |
6 | 1 | 2.3 | 133.3 | 7.8 | 144 | BZ | 6 | 1 | 4.05 | 193 | 7.8 | 30 | |
7 | 0 | 7.4 | 180 | 7 | 0 | 7 | 0 | 1.5 | 167 | 7.8 | 10 | ||
8 | 1 | 3.9 | 200 | 7.4 | 0 | 8 | 0 | 0.15 | 20 | 7.7 | 10 | ||
9 | 1 | 2.2 | 153.3 | 7.8 | 9 | EC | 9 | 0 | 0.4 | 153 | 7.7 | 77 | |
EZ | 10 | 0 | 4.45 | 173.3 | 7.6 | 48 | 10 | 0 | 1.3 | 113 | 8.1 | 44 | |
11 | 0 | 2.95 | 240 | 7.6 | 12 | 11 | 0 | 0.15 | 207 | 7.2 | 23 | ||
12 | 1 | 7.2 | 146.7 | 8.3 | 8 | 12 | 1.05 | 12.35 | 187 | 7.3 | 17 | ||
LP | 13 | 1 | 8.8 | 193 | 6.9 | 19 | Agua entubada | ||||||
14 | 2 | 5 | 167 | 7.4 | 142 | Red de Barra Zacapulco | 1 | 0.3 | 140 | 7.6 | 4 | ||
15 | 1 | 1.4 | 167 | 6.8 | 16 | Red de La Palma | 0 | 0 | 140 | 7.4 | 15 | ||
16 | 1 | 1.7 | 167 | 7.7 | 110 | ||||||||
Marcas de garrafón | Marcas de garrafón | ||||||||||||
AguCa hula | 0 | 5.6 | 73 | 7.9 | 4 | Marca 1 | 0 | 1.45 | 60 | 6.9 | 72 | ||
Purival | 2.5 | 1.4 | 67 | 7.6 | 140 | Carlitos | 0 | 1.8 | 93 | 6.7 | 12 | ||
La fuente | 0 | 1.2 | 60 | 8.2 | 12 | Acuario | 0 | 3.1 | 53 | 7.3 | 71 | ||
Agua vida | 0 | 3.1 | 100 | 8.1 | 2 | Clarisa | 0 | 1.3 | 267 | 7.3 | 7 | ||
Marca 4 | 0 | 0.7 | 120 | 8.2 | 1 |
Límites máximos permitidos por la norma: NO2 > 0.05 mg/L; NO3 > 10 mg/L; alcalinidad > 300 mg/L; pH > 8.5; coliformes fecales: presencia. BSJ: Barra San Simón, BHY: Brisas del Hueyate, EZ: El Zapotal, LP: La Lupe, EPTO: El Palmarcito, LPM: La Palma, BZ: Barra Zacapulco, EC: El Castaño, UFC: unidades formadoras de colonias
Quienes acceden a agua de garrafón, la consideran de buena calidad por ser más limpia y por su sabor más dulce en comparación con el agua de pozo. Otros la consideran de mala calidad por las condiciones de los garrafones y por el sedimento que tiene el agua (Fig. 2). Sin embargo, las cuatro marcas evaluadas (Agua Chula, Purival, La Fuente, y Agua Vida) presentaron E. coli. Únicamente Purival rebasó el máximo permisible para NO2 (> 0.05 mg/L), en tanto que el resto se encontraron dentro de los límites permitidos para NO3, alcalinidad y pH (> 10 mg/L, > 300 mg/L y > 8.5 pH, respectivamente) (Fig. 2 y Cuadro II). Ninguna de las variables estudiadas presentó variación espacial (Cuadro III).
Variable | Estrato | Promedio | ± Desviación estándar | ANDEVA espacial |
O2 (mg/L) |
Isla de barrera Orilla del estero |
2.2 1.9 |
1.2 1.3 |
P = 0.652 |
NO2 (mg/L) |
Isla de barrera Orilla del estero |
0.8 0.7 |
0.5 0.8 |
P = 0.749 |
NO3 (mg/L) |
Isla de barrera Orilla del estero |
3.9 4 |
2.2 3.6 |
P = 0.911 |
Alcalinidad (mg/L) |
Isla de barrera Orilla del estero |
155.8 170 |
39.8 89.5 |
P = 0.577 |
CE (µs/cm) |
Isla de barrera Orilla del estero |
818.1 602.7 |
1360 520.8 |
P = 0.608 |
Salinidad (ppt) |
Isla de barrera Orilla del estero |
3 0.8 |
4.8 1.7 |
P = 0.151 |
pH (µs/cm) |
Isla de barrera Orilla del estero |
7.6 7.7 |
0.5 0.4 |
P = 0.644 |
T ºC | Isla de barrera Orilla del estero |
30 29.6 |
2.1 2.5 |
P = 0.624 |
Coliformes (UFC/mL) |
Isla de barrera Orilla del estero |
37.9 37.8 |
49.3 3.1 |
P = 0.994 |
UFC: unidades formadoras de colonias
Orilla del estero
La mayoría de los entrevistados que poseen agua entubada la perciben de buena calidad en comparación con el agua de pozo (Fig. 2). El agua entubada se utiliza para regar plantas y patios de las casas, para consumo doméstico y para aseo personal. Los entrevistados asocian la calidad del agua de pozo principalmente con la filtración por la arena, la cercanía al estero, la distancia de su vivienda a la fosa séptica, la vegetación en su comunidad y la cercanía a la isla de barrera. Los análisis de calidad de agua mostraron que, de los 12 pozos evaluados, siete rebasan el máximo permisible para NO2 (> 0.05 mg/L) y para NO3 (> 10 mg/L). En cuanto a la alcalinidad, los pozos 4 y 5 rebasaron el máximo permitido (> 300 mg/L), en tanto que ninguno rebasó el pH de 8.5 que establece la norma. Los 12 pozos presentaron coliformes fecales, especialmente E. coli (Fig. 2 y Cuadro II).
El agua embotellada es la principal fuente de agua para beber, y es considerada por la mayoría de los entrevistados como de buena calidad. Ninguna de las cinco aguas de garrafón disponibles (Carlitos, Acuario, Clarisa y dos sin marca) registró concentraciones de NO2, NO3, alcalinidad y pH mayores a lo que establece la norma, pero sí presentaron E. coli, por lo que se encuentran fuera de los establecido en la NOM-041-SSA1-1993 (SSA 1995). Ninguna variable presentó variación espacial (Cuadro III).
Las 24 viviendas que cuentan con agua entubada consideran que ésta es de buena o regular calidad. De estas mismas viviendas, el 44 % no percibe la calidad del agua de pozo, y algunos entrevistados consideran que es de buena calidad (Fig. 2). El agua entubada es usada principalmente para aseo doméstico y para regar patio o plantas. Los datos que arrojan el análisis de agua para las dos redes de agua muestran qué aunque presentaron una densidad baja de coliformes (4 CFU/mL para la muestra de Barra Zacapulco y con 15 CFU/mL en la muestra de La Palma) ambas no son aptas para el consumo humano de acuerdo a la NOM-041-SSA1-1993 (SSA 1995). Los valores de NO2 (1 y 0 mg/L), NO3 (0.3 y 0 mg/L) y alcalinidad de (140 mg/L en ambas) se encuentra por debajo del máximo permisible por la norma (Fig. 2 y Cuadro II). Ninguna de las variables presentó variación espacial (Cuadro III).
Disponibilidad de agua en comunidades rurales como servicio ecosistémico
Para los usuarios en el estrato isla de barrera la disponibilidad de agua en sus viviendas se reduce cuando las concentraciones de salinidad aumentan en el agua de pozo y provocan un cambio en el sabor que impide su consumo. La escasez de agua, especialmente en la temporada de estiaje, la contaminación de agua por fuentes externas, la limpieza y el mantenimiento de los pozos son otros factores que afectan la disponibilidad. Algunos entrevistados perciben una baja disponibilidad de agua pero no saben a qué atribuir este cambio, la cual es notoria de enero a mayo.
Algunos usuarios asentados en orilla del estero no perciben alteración en la disponibilidad del agua en los pozos, otros señalan que la salinidad y el mantenimiento de los pozos, así como la escasez de agua, son factores importantes. Los meses del año que identifican con mayor escasez de agua son marzo y abril.
Las personas que cuentan con agua entubada en las viviendas perciben escases en la disponibilidad del líquido debido a que el suministro se realiza cada tercer día.
La lluvia es considerada como un servicio ambiental. Aunque la gente no lo percibe como tal, si sabe que gracias a este fenómeno los pozos se recargan de agua; asimismo, percibe un aumento en la profundidad y, por ende, una disminución en la salinidad del agua que permite aprovecharla. También hay quienes advierten los beneficios en la pesca, con mayor producción, y en la realización de diversas actividades derivadas principalmente del agua de lluvia captada.
Para quienes dependen del agua entubada, el suministro es limitado debido a que la frecuencia de abastecimiento es de tres días por semana. Además de factores como la temporalidad, en este caso la temporada de lluvia acarrea fallas en la energía eléctrica, por ende obstáculos para el funcionamiento las bombas y la consecuente restricción en el suministro de agua. Pese a las situaciones que implica la temporada de lluvia, en algunos casos permite la captación de agua para realizar diversas actividades cuando falla el suministro de la misma (Fig. 3).
DISCUSIÓN
De acuerdo con la opinión de los entrevistados, la percepción de la calidad de agua determina los usos que se dan a las diversas fuentes del líquido; es decir, una fuente de agua que consideran de buena calidad es destinada para consumo doméstico, especialmente para beber en el caso del agua embotellada. Si el agua es considerada de calidad regular solamente se emplea para aseo personal y si es de mala calidad si únicamente sirve para regar el patio o las plantas. Dicha percepción puede atribuirse a que el mayor número de entrevistados fueron mujeres, ya que según Godínez y Lazos (2001) la percepción depende de la edad, el sexo y la experiencia. El rol de las mujeres en las comunidades, por ejemplo, en el desempeño de diversas actividades domésticas, les permite establecer parámetros de la calidad del agua definidos por su experiencia y el uso que le dan a las diferentes fuentes de este recurso. Gutiérrez-Villalpando et al. (2013) señalan que las mujeres son las principales usuarias del agua para el consumo doméstico, la agricultura de subsistencia, la salud y el saneamiento, por lo que perciben mejor los cambios en torno al líquido.
Los análisis bacteriológicos del agua de pozo y el agua entubada mostraron un recurso apto para uso doméstico, pero no para beber. Aunque dentro de los usos que le dan los entrevistados no está este último, debe considerarse una forma de proveer a la población agua apta para el consumo humano. Por su parte, los valores registrados del agua potable embotellada representan un riesgo para la salud, ya que la presencia de coliformes fecales evidencian un líquido no garantizado para beberse.
Los análisis fisicoquímicos y bacteriológicos del agua de pozo y entubada demostraron contaminación por coliformes fecales. Las concentraciones de NO2, NO3, alcalinidad y pH en algunos pozos rebasaron el límite máximo permisible y en otros están cerca de rebasarlo. De acuerdo con la NOM-127-SSA1-1994, el consumo de las fuentes de agua analizadas es un riesgo para la salud por que no es adecuada ni apta para este fin (SSA 2000).
De acuerdo con la percepción de los usuarios, el agua potable embotellada es la fuente principal de agua para beber, debido a que es considerada como de mejor calidad en comparación con el agua de pozo y entubada. Según algunos estudios, la adquisición de agua embotellada en los hogares es una forma de “comportamiento defensivo”, porque los usuarios perciben la relación entre calidad del agua y salud (Barreiro-Hurlé y Pérez y Pérez 2006, Benez 2008) y consideran que el agua embotellada tiene menos impurezas (Ferrier 2001, Bohórquez 2007); sin embargo, esto no garantiza el consumo de agua de mejor calidad, ya que ésta no cumple con los estándares de calidad establecidos por la NOM-041-SSA1-1993 para agua envasada y purificada (SSA 1995). En estudios previos sobre calidad del agua embotellada, los usuarios manifestaron que también necesita tener un tratamiento previo al consumo, puesto que sobrepasa lo establecido por las normas respectivas (Robles et al. 1999, Mazari-Hiriart et al. 2000, Díaz et al. 2007, Ahmed et al. 2013, Monteverde et al. 2013). Rojas (2010) indica que el consumo de agua contaminada con coliformes predispone a los usuarios a desarrollar sintomatología relacionada con trastornos como enfermedad diarreica aguda (EDA) y hepatitis A.
Los usuarios perciben una limitada disponibilidad de agua en sus fuentes de suministro, especialmente en las viviendas que tienen acceso al agua entubada, y también que los problemas en el suministro de la red de agua son infrecuentes. Autores como Chávez et al. (2013) y Soares y Vargas (2008) mencionan que los pozos son una alternativa en zonas rurales que no tienen acceso a sistemas de agua potable o los sistemas son deficientes. Soares (2007) y Benez et al. (2010) mencionan que la inaccesibilidad al servicio básico de agua potable en las zonas rurales depende de muchos factores, entre ellos la localización de la fuente de abastecimiento, al igual que las características del propio entorno físico (Fernández-Moreno 2008) y el tamaño de la población (Lazos y Paré 2000). A los beneficios que provee el uso de pozos artesianos, hay que sumarles los bienes que proporciona el entorno natural en las dunas costeras. Aunque los entrevistados no reconocen como tales los servicios ambientales de las dunas, si perciben los diversos beneficios que la lluvia aporta a los pozos, aprovechando mejor el líquido en la temporada de lluvia.
Dentro de los múltiples beneficios de las dunas costeras se encuentra la purificación del agua y como resultado su calidad (Carrera et al. 2016); sin embargo, los valores de contaminación de las fuentes de agua analizadas son altos debido a una gran influencia de procesos antrópicos. Por ejemplo, la contaminación del agua de los ríos que desembocan en La Encrucijada, tal como lo muestra la evaluación de la calidad de agua de siete ríos que desembocan en la reserva. En dicha evaluación se consideraron tanto las temporadas de secas como de lluvias, y en ambas se registraron valores altos de coliformes fecales por arriba de 500 CFU/100 mL (Tovar et al. 2013b).
La contaminación del agua entubada puede estar influenciada por las formas de tratamiento y el déficit de preparación de los encargados de realizar los procesos. Haro et al. (2012) enfatizan en su estudio la necesidad de vigilar los procesos de cloración del agua, especialmente en la red pública. En el estudio realizado por Torres et al. (2009) se evidencia que la causa principal del suministro de agua no apta para consumo es la incapacidad de los prestadores del servicio del acueducto para sanear el agua.
La contaminación del agua embotellada puede deberse a la contaminación en el proceso de purificación y a las condiciones de los garrafones de agua.
CONCLUSIONES
De acuerdo con la opinión de los entrevistados, la percepción de calidad del agua de las diferentes fuentes determina el uso que se les da. En cuanto a los parámetros bacteriológicos del agua de pozo y entubada durante el periodo de estudio, ésta no fue apta para consumo humano según la normatividad nacional.
Los parámetros bacteriológicos del agua embotellada que se comercializó en las comunidades durante el periodo de estudio indican asimismo que no es apta para consumo humano de acuerdo con la normatividad nacional. Los parámetros fisicoquímicos evaluados para las muestras de agua de pozos y entubada están cerca de rebasar el límite máximo permisible establecido por la Norma Oficial Mexicana NOM-127-SSA-1994 (SSA 2000) para agua de uso y consumo humano, en tanto que los parámetros fisicoquímicos del agua embotellada todavía se encuentran dentro del rango permitido.
La información derivada de este estudio debería considerarse como elemento importante para los planeadores y manejadores del área natural protegida La Encrucijada y para las autoridades encargadas de la gestión del agua en los diversos niveles de intervención.