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Papeles de población
versión On-line ISSN 2448-7147versión impresa ISSN 1405-7425
Pap. poblac vol.7 no.29 Toluca jul./sep. 2001
El significado de la participación femenina en el trabajo extradoméstico y su relación con la fecundidad en la zona metropolitana de la ciudad de Toluca
Vera Sollova Manenova
Universidad Autónoma del Estado de México
Resumen
El objetivo del artículo es considerar y analizar la relación entre dos fenómenos: la participación de las mujeres en el trabajo extra doméstico y la fecundidad. El estudio que sirvió de base se está realizando en un ámbito regional del valle de Toluca. Allí se encuentra la capital del estado más poblado del país. La investigación se basa en métodos cualitativos. En este sentido, el interés se centra en el entendimiento de los significados que otorgan las mujeres a los aspectos relacionados con fecundidad y trabajo.
Abstract
The objective of this article is to construct an approach to the relationship between extradomestic female work and fertility. The empirical study was carried out in the metropolitan area of Toluca, capital city of State of Mexico. The research is based on qualitative methods. Interest centers on understanding the significance that women endow to aspects of work and fertility.
El interés que domina en el artículo es considerar y analizar la relación entre dos fenómenos: la participación de las mujeres en el trabajo extradoméstico y la fecundidad. El estudio que sirvió de base se está realizando en un ámbito regional del valle de Toluca. Allí se encuentra la capital del estado más poblado del país.
La vinculación entre la dinámica del trabajo en zona urbana y la fecundidad implica la relación entre los fenómenos socioeconómicos y demográficos. Sin embargo, la investigación no pretende detenerse en el análisis cuantitativo de los fenómenos mencionados. Los datos estadísticos sirven para ubicar o enmarcar la problemática. No interesa tanto describir los hechos, sino conocer y entender los significados que otorgan las mujeres a los aspectos relacionados con la fecundidad y el trabajo.
Al término de los años sesenta México tenía los niveles de fecundidad más altos en el mundo. El estado de México rebasaba el promedio nacional. A partir de este momento han surgido varios estudios que trataron de encontrar determinantes socioeconómicos para explicar la situación. Los datos que expresaban el proceso del desarrollo económico, en particular las altas tasas del crecimiento del PIB, contrastaban con el fuerte crecimiento demográfico apoyado en los altos niveles de fecundidad. Parecía que el crecimiento económico no correspondía a la evolución de la fecundidad en el país. Según la teoría de la transición demográfica, la fecundidad y el desarrollo económico están correlacionados negativamente (García y Garma, 1982). El caso de México parecía no responder a este planteamiento. Algunos autores pretendían observar y evaluar la influencia de factores socioeconómicos para el comportamiento demográfico, en particular el de la fecundidad. Se consideraron los niveles de escolaridad de las mujeres, lugar de residencia rural o urbana y participación femenina en la actividad económica, entre otros. Junto con la atención a los datos estadísticos que identificaban la dinámica demográfica de la población femenina, pronto surgió interés por el estudio de los hogares y de la familia. Sin embargo, la situación y la problemática de las mujeres quedó excluida de los estudios demográficos.
El rol que ocupan las mujeres en la sociedad y en la familia constituye uno de los factores determinantes de los procesos demográficos. En este sentido, es importante generar más conocimiento sobre la relación de la desigualdad por motivos de género con los procesos demográficos. ¿Cómo ocurrió el rápido cambio de los altos niveles de la fecundidad a los niveles de reemplazo en algunas áreas urbanas en México? ¿Por qué algunas mujeres regulan su fecundidad mientras que otras no lo hacen? ¿Se trata de cambios que producen exclusivamente los individuos o cambios a raíz de las políticas de población públicas? ¿Qué tanto influyen las nuevas formas de organización social?
Joan Scott en su trabajo sobre la definición y teoría de género cita a Michelle Rosaldo, quien considera que no hay que buscar tanto la causalidad universal de los procesos y los fenómenos, sino los significados.
Me parece entonces que el lugar de la mujer en la vida social humana no es producto, en sentido directo, de las cosas que hace, sino del significado que adquieren sus actividades a través de la interacción social concreta (Scott, 1996: 228).
Además, Scott agrega:
Para alcanzar el significado, necesitamos considerar tanto los sujetos individuales como la organización social, y descubrir la naturaleza de sus interrelaciones, porque todo ello es crucial para comprender cómo actúa el género, cómo tiene lugar el cambio (Scott, 1996: 288).
El estudio se realizó con base en algunas entrevistas de profundidad realizadas en el valle de Toluca, la capital del estado de México, a finales del año 2000. Se plantea el análisis de la composición de los hogares y el rol de la mujer en su interior. También interesa la participación de los diferentes miembros de las familias en las responsabilidades del hogar, las opiniones sobre el número de hijos y la solución a las tareas del trabajo doméstico y extradoméstico. Se pretende lograr la comprensión de un proceso particular como es la relación entre el trabajo femenino realizado dentro y fuera del hogar y la fecundidad. Se analizan los significados que las mujeres, que se caracterizan por diferentes formas de trabajo, otorgan a la fecundidad y a las actividades domésticas y extradomésticas. La categoría género se constituye en un concepto analítico que ayuda a discernir la importancia que las mujeres atribuyen al trabajo, al número de hijos y la maternidad en general. El conocimiento que se pretende generar no se construye desde fuera, observando los procesos macro sociales y demográficos, sino a partir de los significados y valoraciones que les otorgan las mujeres en sus relatos. El trabajo puede ser considerado como carrera, actividad complementaria, necesario para el bienestar y la educación de los hijos o indispensable para la manutención del hogar (García y Oliveira, 1994). Además, para las mujeres el trabajo es uno solo y lo llevan a cabo dentro y fuera del hogar.
Hay que tomar en cuenta que la población femenina se inserta a mercados de trabajo heterogéneos. Puede participar en un trabajo asalariado o un trabajo por su cuenta, fuera o dentro del hogar. En el estado de México hay áreas donde existen mercados de trabajo diversificados, y se facilita la incorporación al trabajo en los tres sectores productivos. Pero también existen lugares donde no hay otra opción laboral que la agricultura.
Actualmente las mujeres que se incorporan al mercado de trabajo ya no son sólo las solteras, sino también las casadas y con hijos (García y Oliveira, 1994). Sin embargo, muchas de ellas son las únicas responsables de la marcha del hogar y de los hijos. En sus relatos las mujeres incorporan las ideas sobre la valoración de los hijos e hijas y la importancia del trabajo fuera del hogar. En las entrevistas se generó información sobre las diferentes actividades que desempeñan las mujeres dentro y fuera del hogar. El material permite analizar los significados que adjudican las mujeres al trabajo, a la maternidad y a sus derechos sexuales y reproductivos. Se considera que la maternidad otorga significado a la vida de las mujeres y contribuye a su identidad de género. La maternidad va más allá del hecho biológico. Es una construcción social que a parte del cuidado de los niños pequeños abarca la reproducción social de los individuos que componen el hogar (Fagetti, 1995). Además, es el eje organizador de las vidas de las mujeres. Por otro lado, las actividades laborales extradomésticas no tienen sólo significado económico para las mujeres.
Experiencias de las mujeres del valle de Toluca
Para captar las experiencias femeninas respecto al trabajo y la fecundidad se realizaron varias entrevistas a profundidad que proporcionaron relatos sobre la vida de las mujeres. Las entrevistas reflejan el carácter social del estudio. Por medio de las narraciones se pueden entender los significados que tiene las mujeres para el trabajo extradoméstico y doméstico, igual que los significados de la maternidad y número de hijos. Interesa analizar la construcción de los sujetos sociales femeninos que se han formado bajo la influencia de los ambientes familiares y laborales, en un entorno regional específico. Además, las entrevistadas expresan sus ideas sobre la imagen de lo que es ser mujer.
Al realizar las entrevistas se trató de introducir la temática y después intervenir lo menos posible, sin embargo, durante el tiempo de las narraciones se mostró interés a las entrevistadas. Según el desarrollo de las entrevistas, al final se introdujeron algunas preguntas complementarias sobre los puntos de mayor interés. Se intentó transcribir fielmente las entrevistas; solamente se eliminaron algunas partes breves y palabras repetidas que podrían romper la continuidad de la lectura.
Entre el campo y la ciudad
El orden de la presentación de las entrevistas es intencional. Los relatos se han agrupado según las características que han presentado las mujeres. En primer lugar se ha incluido el caso de Margarita, quien expresa el ambiente y la forma de vida que oscila entre lo rural y lo urbano. En ese sentido, el relato de Margarita refleja el proceso de la transición a las formas de vida urbanas. Hay que mencionar que muchos habitantes del valle de Toluca son migrantes y una parte importante de ellos ha llegado de áreas rurales. La experiencia rural y urbana en la vida de Margarita ilustra una mezcla de los dos estilos de vida que acompañan el proceso de urbanización en la región. La población en general tiende hacia la vida en la ciudad y el trabajo asalariado. Sin embargo, Margarita sabe aprovechar las costumbres rurales para combinar el bajo ingreso monetario con las prácticas de la economía de autosuficiencia y de la economía doméstica rural, para reforzar sus estrategias de sobrevivencia.
Margarita tiene 25 años y estudió hasta el primer grado de secundaria. Es casada y tiene dos hijas. Se emplea como trabajadora doméstica. Es una mujer que conoce tanto el ambiente rural como el urbano. Nacida en la ciudad de Toluca, pasó su niñez en un pueblo cercano, bajo el cuidado de su abuela. A sugerencia de sus parientes del pueblo se casó a los 15 años y a los 17 se regresó a la ciudad de Toluca con su esposo y sus dos hijas. Desde que era muy pequeña, su madre se trasladó a la ciudad de México y contrajo segundas nupcias. Margarita comenta que se relacionaba mejor con su abuela que con su madre.
Margarita es trabajadora doméstica, pero como su esposo no está de acuerdo con su trabajo extradoméstico, sale solamente tres días a la semana a trabajar con una familia en la ciudad de Toluca. Vive en la zona metropolitana, en el municipio de Zinacantepec. A parte de que su trabajo le agrada, utiliza el dinero para atender mejor a sus hijas. Por ejemplo, comenta, que si no trabajara no tendría para comprarles leche y otros alimentos. También hay que mencionar que salir a trabajar le ayuda a sobrellevar la situación tensa con su esposo. Comenta que se distrae y olvida los problemas. Sin embargo, según sus propias palabras, ella apoya a la economía familiar tanto con sus entradas de dinero, como con las labores que desarrolla en casa. Cría animales, sobre todo pollos y guajolotes. Las ganancias de su venta las utiliza para comprar material para la construcción de la casa. También hace carpetas y otros objetos, por ejemplo navideños, que vende entre sus vecinas. El dinero que acumula lo invierte en tandas.
Hay que mencionar que para su esposo es vergonzoso que su mujer trabaje; sin embargo, se deja convencer, por lo menos en parte, por la ayuda económica de su esposa. Él solamente entrega una pequeña cantidad semanalmente para el gasto de la casa. Cuando regresa de trabajar, no quiere que nadie lo moleste y nunca participa en el trabajo doméstico. Cuando su esposa le pide que ayude a las hijas con la tarea, se niega. Trabaja como carpintero.
Después de tener dos hijas que tienen 8 y 9 años, Margarita utiliza el dispositivo intrauterino para no embarazarse. Además, su esposo utiliza el condón. Ella quisiera tener todavía un hijo, pero su esposo alega que hay que terminar de construir primero la casa. También hay que mencionar que Margarita tuvo su primera hija a la edad de 16 años y su segundo parto fue diez meses después. Hasta la fecha, dice, "quedó delicada de salud".
Las estrategias de sobrevivencia
Lupita tiene 39 años y es madre de tres hijos. Tiene un puesto de dulces a fuera de una de las facultades de la universidad local. Nació en una familia pobre y numerosa, en un rancho como a cincuenta kilómetros al poniente de la ciudad. Nunca fue a la escuela. Desde muy joven se fue a trabajar a la ciudad de México. Se desempeñó como mesera en un pequeño restaurante de comida rápida donde la explotaba su patrón. Lupita se convenció que para aprender hay que sufrir. Considera que "porque si te regañan tantito y ya se quiere ir uno, pues ya no. Así, nunca se va a aprender a hacer nada...Tiene uno que aprender a sufrir, para salir adelante."
Lupita soñó con un matrimonio feliz, sin embargo, el hombre con quien vivió en unión libre y tuvo dos hijos la trató mal. Hasta la fecha ella no está segura si la abandonó o murió en el gran temblor en 1985. Ese día simplemente desapareció. Lupita se preocupa y piensa que probablemente la abandonó.
Después de este incidente, Lupita se trasladó a la ciudad de Toluca donde, tiempo atrás, compró un pequeño terreno. Este le sirvió para construir una vivienda muy humilde. Vivió diez años sin tener una pareja, trabajando y cuidando a sus dos hijos. Después se unió con un hombre para que, según sus palabras, "la respetaran sus familiares". Eligió como compañero a un hombre mayor, para que no la abandonara. Tuvo un tercer hijo.
Lupita se queja del destino de las mujeres, sin embargo considera que hay que luchar por uno mismo y también por los hijos. Los hijos deben de estudiar para no sufrir. En su caso piensa que, a pesar de que su vida ha sido difícil, ella supo salir adelante. Por otro lado, está muy agradecida con las personas que le han permitido poner su puesto de dulces y vender para los estudiantes.
También relata como se siente con su pareja. Dice que durante diez años estuvo sola, trabajaba y no pensaba en otra cosa. Sin embargo, una vez viviendo con su nueva pareja, se siente bien.
Pero ahora ya pues estoy con este señor, ya tengo un hijo con él, tengo más confianza. Horita, gracias a dios ya tengo un apoyo. Ya no pienso que al rato ya me va a dejar (recuerda a su primer compañero) ...pero le digo, ahora ya estoy más mejor, los dos trabajamos.
Lupita compara el trabajo de hombres y mujeres. Considera que para las mujeres es difícil hacer el trabajo dentro y fuera de la casa, que "uno de mujer tiene que trabajar mucho". Sin embargo, hay muchos hombres que llegan del trabajo y nada más se sientan.
En su caso, menciona que le gustaría quedarse en casa, pero el problema es el insuficiente ingreso que tiene su pareja. Comenta que el trabajo doméstico hay que hacerlo de cualquier manera y uno se organiza en la casa. También le ayuda uno de sus hijos. Finalmente, ella considera que es necesario que los dos, padre y madre, salgan a trabajar. "Sólo así sale uno adelante, menos no."
El trabajo invisible de una mujer
El caso de Alejandra es muy interesante. Ella y su esposo empezaron su vida en la etapa de la adolescencia y en condiciones de gran pobreza. Alejandra llegó a la ciudad de Toluca desde el estado de Guerrero. Sin embargo, el común esfuerzo de los esposos llevó a la familia hacia una situación económica estable y favorable. En este caso hay que apreciar el valor del trabajo de Alejandra para la formación del patrimonio familiar. El trabajo es casi invisible porque según su testimonio dedica regularmente sólo dos días a la semana a la venta de productos fuera de su casa. Además, ahora tiene una persona que le ayuda con el trabajo doméstico. Sin embargo, logró sostener el gasto familiar durante el tiempo de la construcción de la casa. Durante este tiempo el salario de su esposo servía exclusivamente para llevar a cabo la construcción.
Alejandra es una mujer de 41 años. Es casada. Su esposo trabajó como empleado en el sector público. A primera vista parece que Alejandra es una ama de casa por excelencia. Si se le pregunta por su trabajo, contesta que se dedica al hogar y vende algunos productos. Su venta se da sólo durante dos días a la semana. Sin embargo, de la entrevista resulta que Alejandra se dedica también a otras ventas. Poco a poco va surgiendo el verdadero significado e importancia de su trabajo doméstico y extradoméstico.
Tiene tres hijos, dos mayores de 20 años y una pequeña de 9. Del relato se desprende que cuando los dos primeros eran pequeños, la familia todavía no tenía suficientes recursos económicos. A penas iban a empezar a construir la casa. La madre no les podía dar la atención que deseaba porque trabajaba como cajera en una panadería y rolaba dos turnos. El horario del trabajo de Alejandra era el mayor obstáculo para poder atender a los hijos. Finalmente, las quejas de la hija mayor influyeron en la decisión de dejar el trabajo. Más tarde, la falta de dinero obligó a Alejandra a dedicarse a la venta de alimentos y otros productos.
Según las palabras de Alejandra, sus hijos mayores se hicieron independientes desde muy temprana edad gracias a su trabajo y porque no los podía atender. Se puede observar que la niña menor está recibiendo ahora mayor atención en comparación con sus hermanos. Alejandra no terminó sus estudios en la escuela normal. Ahora aprovecha sus conocimientos para ayudar a su hija, quien está estudiando el cuarto grado de primaria.
Alejandra confiesa que se siente cansada y si pudiera ya no trabajaría, sin embargo, al pensar en su hija pequeña, reconoce que todavía le faltan muchos años de trabajo. Por otro lado menciona las múltiples satisfacciones que le dan sus ventas. Entre ellas destaca el hecho de encontrar muchas amistades. Lo menciona como recompensa por la necesidad de tener que resolver el factor económico.
Respecto al número de hijos en la familia, Alejandra considera que sólo deberían ser dos o tres. Reflexiona sobre la atención que hay que darles, y destaca la necesidad de la convivencia familiar. Con emoción recuerda los momentos en que junto a su esposo e hijos desarrollan las tareas domésticas. Otro motivo por el cual sugiere sólo dos o tres hijos por familia, es el económico.
A la pregunta sobre el uso de los métodos anticonceptivos menciona que prefirió el método definitivo, la operación, cuando ya no quería tener más hijos.
"Dije ya hasta aquí, no tiene caso que le esté metiendo medicamentos a mi cuerpo, que al rato quien sabe que consecuencias traiga, no quiero más hijos. Dije hasta aquí y de una vez me opero".
Respecto a la decisión sobre el tamaño de la familia, Alejandra considera que corresponde a las mujeres. En este sentido, admite irresponsabilidad de los hombres, en particular los mexicanos. Reconoce el peso de la responsabilidad para las mujeres y expresa su admiración por las mujeres que trabajan dentro y fuera de casa.
La importancia del trabajo asalariado
María plantea las ventajas del trabajo asalariado. Ella tuvo diferentes trabajos en su juventud. Por ejemplo, se desempeñaba como dependiente en una tintorería y ayudaba en una tienda familiar. Sin embargo, se siente plenamente satisfecha sólo con su trabajo asalariado de afanadora, cuyos ingresos complementan las entradas de dinero que obtiene su esposo por su trabajo por cuenta propia. María tiene 34 años, es casada y tiene un hijo de 9 años, trabaja como afanadora en la universidad. Su caso es distinto a los anteriores. María valora el trabajo asalariado. Creció en una colonia en la orilla de la ciudad de Toluca, que hasta hace poco era un pueblo. En su opinión, el trabajo asalariado es la mejor forma para aumentar el nivel de vida de su familia. Su trabajo le gusta. Después de trabajar como doméstica, como dependiente en una tintorería y una panadería y atender la tienda de sus padres, María está contenta de tener un trabajo "seguro", a pesar de que trabaja como eventual. También tiene una actividad complementaria. Paralelamente a su trabajo asalariado se dedica a la venta de diversos productos cosméticos. Menciona que con su trabajo le está ayudando a su esposo. Con su actual trabajo se siente mejor que antes. El trabajo en su casa lo considera necesario, dice que ya se acostumbró, que su tiempo lo tiene medido y que no hay que dejar tan abandonado el hogar. Finalmente, piensa que se trabaja más en la casa que en el "trabajo".
El esposo de María es carpintero y ebanista. Trabaja con diferentes compañías y a veces sale a trabajar fuera de la ciudad. También trabaja por su cuenta en casa de su mamá. Con su esposa e hijo rentan una vivienda diferente. El esposo semanalmente paga 500 pesos para el gasto de la casa. No quiere más hijos porque su hijo debe tener todo lo que él no tuvo de niño, está de acuerdo en que su esposa trabaje.
María piensa que por su edad ya debería tener otro hijo, pero obedece a su esposo, quien ya no quiere más hijos. Sin embargo, ella observa las familias de sus hermanas casadas y las compara con la suya. Dice que su casa se va más triste, mientras que en la casa de sus hermanas se ve más ambiente. Considera que con tres hijos sería una buena familia. Pero también ella se encuentra en un dilema. Piensa que si tendría otro hijo, tendría que salirse de su actual trabajo. Pero en este caso ya no les alcanzaría el dinero para vivir. Tal parece que María se considera la última en su familia. Por ejemplo, menciona que su esposo está de acuerdo en que ella trabaje, porque sabe que es bueno para los dos (esposo e hijo). Más adelante María rectifica "bueno, para los tres, incluyendome a mi".
Independencia económica
Las dos últimas entrevistadas expresan el elogio a la independencia económica. Carmen y Elsa aprecian su trabajo pues les permite sentirse bien con ellas mismas y resolver la situación económica propia y la de sus hijos. En los dos casos la independencia económica es valorada como una señal de éxito en la vida.
Carmen tiene 27 años y vive separada de su esposo con sus tres hijos. Estudió en una escuela secundaria en Toluca. Es vendedora de ropa para mujeres. Vende de casa en casa y en las oficinas gubernamentales. También trabajó como recepcionista y en estéticas. Dedicada completamente a su trabajo, le paga a otra persona para que cuide a sus hijos y se encargue del trabajo doméstico. A Carmen le gustan las ventas, y además observa que puede ganar cada vez más dinero. A pesar de que estudió sólo hasta la secundaria, compara sus ganancias con las de una profesionista.
Cuando se casó, tuvo muy rápido a su primer niño. Después trató de usar anticonceptivos, pero sin mayor éxito. A tres años de distancia nació una niña y después se embarazó inmediatamente de su último niño. Después de su último parto optó por el método definitivo. Carmen argumenta que la falta de planeación de su vida familiar fue la causa de la separación de su esposo.
Yo creo que prácticamente esto fue nuestro problema ¿no?, nuestra falta de comunicación. Él en sus problemas, su vida, yo mi vida. Yo pienso que los dos tuvimos la culpa,¿no? porque pues él se hizo a su manera, yo me hice a mi manera, y entonces nunca dijimos a ver, vamos a sentarnos y ¿tú qué piensas?
Esta fue la única referencia que Carmen hizo de su esposo. Más adelante se aludía exclusivamente a sus hijos y a su trabajo. Habló de sus hijos en relación con el sentido de su vida. En varias ocasiones mencionó las ventajas del trabajo por cuenta propia, donde ella puede manejar su propio horario y no tiene la presión de ningún jefe.
Mire, una de mis satisfacciones es que como mujer me siento realizada por mis hijos, porque pues ya los tuve. Es mi satisfacción haber tenido mis tres hijos y ahora tener un motivo para la vida, para sacarlos adelante. Más que nada para la vida, porque muchas veces uno anhela muchas cosas y ya ve a sus hijos y como que las deja un poquito atrás. Entonces, horita una de mis satisfacciones ha sido esta de haberlos tenido, estar luchando por ellos, día con día y pues no sé. Día de mañana ya si puedo hacer otras cosas, pues si me gustaría hacerlas, como estudiar. Decir mañana me voy a computación, luego me voy a inglés. Pues si, tratar de superarme también un poquito más para apoyar a mis hijos para ahora que estén más grandes y que me necesiten, pues yo también estar un poquito preparada.
El negocio propio
Elsa es propietaria de una cocina económica, es divorciada y tiene cuatro hijas. Vive en la casa de su madre, viuda desde hace ocho años, en una colonia popular. Elsa tiene 41 años. Cuando estaba casada, su esposo trabajaba de caballerango en un club hípico y después como conserje en una escuela primaria, entre otras cosas.
No, yo salí de un pueblo cerca de Villa Victoria. Yo me vine de allá a la edad de 12 años, porque mi mamá no quería que yo me casara con un ranchero. Quería que yo me casara aquí en Toluca. Y de ese mal matrimonio tuve 4 hijas. Yo me casé a los 15 años, tuve 4 hijas y duré 20 años casada con este mismo señor. Fue una vida pesadísima para mí, porque yo tenía que trabajar no nada más para mí y para mis hijas, sino también para él. También tenía que mantenerlo a él, tenía que lavarle, plancharle y darle de comer.
Hoy Elsa trabaja en una cocina económica, que es de su propiedad. Se siente orgullosa porque pudo resolver su propia vida y la de sus hijas. Después de sufrir durante mucho tiempo física y psicológicamente dentro de un mal matrimonio, ahora está animada por su negocio y planea su crecimiento, igual que su propia superación personal.
El trabajar es muy bonito. Y ser independiente es mucho más bonito, porque uno valora su trabajo. Yo quisiera seguir con mi negocio en primero. En segundo, yo quiero estudiar. Quiero hacer mi primaria. Quiero terminar mi primaria. Es lo que yo anhelo, primeramente dios. No sé, a la mejor ya estoy muy grande para hacerlo, pero es mi ilusión. Y en lo de mi trabajo, me pienso meter a banquetes grandes también. A ver que dios diga. Yo no sé como nos vaya más adelante. El próximo año ya voy a tener aquí mi rótulo y voy a anunciar, este, banquetes a domicilio. Yo sin tener escuelas, sin ninguna preparación, golpeada, maltratada, humillada, mal vestida, mal comida. Y quien me ve donde estoy horita.
Después del maltrato por parte de su esposo y embarazos no deseados, Elsa reflexiona y aconseja a sus hijas:
Yo les digo a mis hijas piénsenlo, no vayan a traer hijos al mundo para que sufran lo que ustedes sufrieron. Piénsenlo antes de tener un hijo. Porque tener un hijo no nada más es decir voy a ser padre. Es una responsabilidad tanto para mantenerlos como para educarlos. La educación es lo que más cuesta. Mantenerlos con un poco de sopa o frijoles, con eso ya le di de comer a la criatura. La educación es lo que cuesta. Porque no todos los hijos son como uno piensa o como uno cree.
Algunas conclusiones
Los relatos dejan ver que si bien el trabajo extradoméstico tiene su función económica, también llega a definir la cotidianidad de las entrevistadas. El trabajo organiza el tiempo y los hábitos de las mujeres y sus familias. También, llega a enriquecer la subjetividad y apoya la decisión sobre el sentido de la vida. Los hijos son el primer motivo. El trabajo extradoméstico puede aparecer al principio como necesario desde el punto de vista económico, pero más adelante, también como indispensable para la personalidad de la mujer. Lo que al principio era sólo una carga, más adelante se convirtió en una actividad con la cual se identifican las mujeres como algo propio e indispensable. Sin embargo, las que tienen hijos pequeños, por ejemplo Carmen, lamentan la falta de tiempo para poder estar con ellos. Así, la identidad contradictoria de las mujeres se encuentra entre la maternidad y el trabajo extradoméstico.
Para las familias pobres, que se caracterizan por bajos ingresos, bajo nivel educacional y baja calificación profesional, es indispensable el ingreso femenino. Las mujeres son el eje moral y material para la sobre vivencia del grupo familiar. Además, las mujeres proporcionan el cien por ciento del trabajo doméstico. También aportan los ingresos, producto del trabajo extradoméstico. En algunos casos el conocimiento femenino de la vida del pueblo ayuda a la suficiencia de los alimentos para la familia. Las entrevistas reflejan la importancia del dinero que aportan las mujeres a la economía familiar tanto en el caso del trabajo por cuenta propia, como en caso del trabajo asalariado.
A diferencia de las mujeres separadas o divorciadas, las casadas consideran su trabajo como un apoyo o ayuda para sus esposos. Los esposos siguen siendo para ellas los jefes de familia, aun cuando sus ingresos son menores y no participan en el trabajo doméstico. En la práctica se manifiesta una situación familiar, donde la mujer carga con las tareas de producción y reproducción, mientras el hombre desempeña su rol tradicional (Carrasco, 1999). En el plano simbólico, las mujeres, sobre todo las casadas, comparten las ideas que caracterizan el modelo familiar donde sólo el hombre era la principal autoridad y proveedor.
Hay que recordar el caso cuando el esposo no está de acuerdo con el trabajo extradoméstico de la esposa. Por un lado existe una gran necesidad económica, y por el otro el rol autoritario del varón. Es uno de los momentos, cuando se puede observar con claridad que los cambios están propiciados por las mujeres. En las entrevistas ya aparece la identidad de la mujer caracterizada como madre, esposa, y también como trabajadora.
Algunas de las mujeres entrevistadas manifiestan que tienen que elegir el trabajo a costa del mayor número de hijos. Se puede ver poca posibilidad de la libre decisión sobre el número de hijos por parte de las mujeres. En algunos casos no pueden tener los hijos deseados porque los esposos se oponen a ello (Margarita y María). En contraste, otras mujeres tienen hijos no deseados. Una expresión de ello es el testimonio de Elsa:
Entonces, a consecuencia de esto, el doctor vio la reacción de él y me dijo, "Sabes que mi hija, tú ya no vas a poder tener hijos. Tú no puedes volver a embarazarte porque los embarazos intoxican tu organismo. Te casaste muy chica, una vida muy presionada que has llevado y ya no puedes ser madre". Y me operaron. Si no hubiese hecho eso el médico yo ya hubiera, creo, tenido otros 10 hijos más.
De esta manera la identidad femenina se forma con base en la multiplicidad de experiencias en la práctica cotidiana, conjuntamente con los viejos modelos ideológicos y los que se están transformando bajo el peso de la realidad. El modelo cultural tradicional, donde la maternidad es el eje de la identidad femenina y el modelo tradicional de la familia basado en la autoridad masculina, se enfrenta a la realidad laboral femenina. El espacio del trabajo junto con la experiencia de diferentes tareas dentro y fuera del hogar influyen en la formación de identidad de las mujeres.
En síntesis, las narraciones que aparecen aquí reflejan la presencia de tres grandes categorías: trabajo, fecundidad y organización familiar. Se relata cómo permanecieron y cómo han cambiado los roles de hombres y mujeres, así como las condiciones de vida para los hijos.
La categoría que aparece en las entrevistas con mayor énfasis es la del trabajo. Una poderosa razón femenina para trabajar fuera de casa es la posibilidad de mejorar varios aspectos de la vida de sus hijos. Al contrastar los casos de María y Carmen, podemos observar cómo cada una de ellas menciona las ventajas de su forma de trabajo, el trabajo asalariado (María) y el trabajo por su cuenta (Carmen). Es de notar que María cuenta con la ayuda de sus familiares, mientras que Carmen se tiene que organizar sola. Pero, el trabajo extradoméstico también puede ayudar a mejorar el ánimo de las mujeres y hacer que se olviden de sus problemas familiares (Margarita, Elsa y Carmen).
El trabajo doméstico aparece como un aspecto controversial, mientras que María manifiesta que ya se acostumbró, Margarita contrasta el gusto por el mismo trabajo fuera de casa y el desacuerdo y aburrimiento cuando tiene que desempeñar las mismas tareas en su casa. Por el nivel de sus ingresos, Carmen decidió contratar ayuda.
Los hijos son sin duda lo más apreciado por las mujeres y son una de las principales razones para trabajar. Se puede ver que al casarse, las mujeres no planifican sus embarazos. Es hasta después de su primer o segundo hijo cuando empiezan a acudir a diversos métodos anticonceptivos que no siempre son eficaces. Algunas mujeres que han sido entrevistadas no encuentran ninguna contradicción entre el trabajo extradoméstico y la familia. Sólo Carmen, quien trabaja todo el día, preferiría tener tiempo libre para sus hijos, sin embargo, cuando María piensa en la posibilidad de poder tener otro hijo, la situación ya no esta tan clara. Existe un sacrificio generalizado por parte de las mujeres de ganar dinero para mejorar la situación económica familiar.
Si se busca encontrar la división del trabajo en el hogar, la falta de la participación masculina es absoluta. Además, se puede ver sólo una mínima aportación monetaria por parte de los varones. También hay que reconocer el dominio de la autoridad masculina en la mayoría de los casos.
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Información sobre la autora
Vera Sollova Manenova. Licenciada en Sociología por la Universidad de Carolina de Praga, República Checa. Maestra en Sociología por la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEM). Actualmente cursa el doctorado en Ciencias Sociales con especialidad en estudios de género en la Universidad Metropolitana-Xochimilco y se desempeña como profesora investigadora en la Faculta de Economía de la UAEM. Ha publicado artículos sobre fecundidad, factores socioeconómicos que influyen en cambios demográficos, reestructuración industrial y participación femenina en el mercado de trabajo nacional y estatal, y estudios de género.
Correo electrónico: vsollova@hotmail.com