1. Introducción
El objetivo del presente artículo es revisar algunos fundamentales teóricos al mismo tiempo de realizar pruebas empíricas que respalden el enfoque de Thirlwall (1974) en el que consideró la existencia de una tasa de inflación óptima que puede acelerar el proceso de crecimiento económico y desarrollo mediante la reducción de la brecha entre la tasa de crecimiento garantizada con respecto a la natural. De esta manera, a través de la revisión y análisis de distintas escuelas de pensamiento económico referentes a la inflación y sus efectos en el crecimiento realizamos una contribución al debate en favor de políticas expansionistas en los países en vías de desarrollo.
En este sentido, la adopción de políticas macroeconómicas de estabilidad inflacionaria ha dirigido a diversas economías en desarrollo a una situación que ha frustrado los mecanismos que permitirían proporcionar trabajo a personas que en la actualidad no figuran en la distribución del ingreso personal debido a su condición desempleada. Si bien, existen distintos enfoques tanto académicos como institucionales que sostienen argumentos en contra de la inflación debido a sus repercusiones desigualitarias en la distribución del ingreso y la pérdida de bienestar social, stricto sensu los argumentos de Thirlwall (1974) sostienen que debe esperarse un cierto monto de inflación en el proceso de crecimiento y cambio estructural.
La hipótesis de nuestro artículo es que los bancos centrales (bc) de los países emergentes que siguen el modelo de metas de inflación han establecido un objetivo de inflación demasiado estricto y por consiguiente su modus operandi fomenta la brecha entre la tasa de crecimiento garantizada con respecto a la tasa natural. Es necesario tener en cuenta que la inflación de las economías emergentes no se forma exclusivamente por componentes de demanda y expectativas, también por elementos que se integran de forma híbrida con el empuje de costos y factores estructurales, estos tipos de inflación sobreimpuestos generan un rango de oscilación incompatible con aquellos objetivos de los bc de los países desarrollados. Por lo tanto, es sensato tener en cuenta que la inflación que optimiza a las economías emergentes no puede encontrarse estrictamente en rangos entre 3% y 3.75%.
De esta manera, la presente investigación considera las diferencias entre la dinámica inflacionaria y su causalidad en el crecimiento económico garantizado y natural para dos distintos grupos de economías, en vías de desarrollo y desarrolladas, las cuales presentan un comportamiento distinto a pesar de establecer una tasa de inflación objetivo similar, debido a las propias condiciones de las que ambos tipos de económica partieron para adoptar y ejecutar dicho régimen de política monetaria.
En las líneas que siguen analizamos la hipótesis relacionada con la existencia de un nivel de inflación óptimo en el que se reduce la brecha entre la tasa de crecimiento garantizada con respecto a la tasa natural, horizonte de inflación distinto al objetivo de política monetaria actual de los países en vías de desarrollo, y que inesperadamente se estima en algunos desarrollados. Después de esta introducción presentamos: un análisis teórico de la interacción de los diferentes tipos de inflación y sus efectos sobre el crecimiento; posteriormente evaluamos un conjunto de hechos estilizados relevantes sobre la política monetaria de países emergentes versus desarrollados. Finalizamos con la realización de estimaciones econométricas que prueban los niveles óptimos de inflación en los países estudiados, utilizando el método de series de tiempo de estimación no lineal de heteroscedasticidad y autocorrelación consistente de corrección de error autorregresivo, en conjunto con las conclusiones derivadas del análisis.
2. Análisis teórico, efectos de la inflación en el crecimiento
Los primeros trabajos de Thirlwall (1974)
exploran la importancia de las políticas expansionistas en los países emergentes
como parte esencial en la aceleración de su proceso de desarrollo, motivo por el
cual dentro de ciertos límites la inflación es necesaria para el crecimiento, de
esta manera propone una relación positiva entre el crecimiento y la inflación que
puede llegar a un nivel óptimo. Al respecto, Thirlwall (1974) al igual que Harrod (1939) consideran que el crecimiento económico depende del aumento y
absorción del trabajo, así como de su productividad, y esta última de la acumulación
de capital físico. A saber, todos estos elementos constituyen la tasa natural de
crecimiento de las economías
Por lo tanto, para que una economía crezca a su nivel natural se requiere aumentar la
disponibilidad de recursos de inversión. Sin embargo, las economías emergentes
usualmente experimentan escasez relativa de capital al igual que una baja (y hasta
cierto punto cuasi fija) acumulación en comparación con su proporción y crecimiento
de la fuerza de trabajo. En consecuencia, este tipo de economías presentan desempleo
estructural debido al exceso de dicha fuerza de trabajo y su tasa de crecimiento
real es menor a su tasa natural
De manera análoga, la brecha entre la tasa real y natural es un problema típico de
las economías en desarrollo que a su vez integra a la tasa garantizada
De esta manera, se puede observar una asociación positiva entre la inflación y el crecimiento en un nivel de tasas moderadas debido a la necesidad de impulsar mecanismos expansionistas con inversiones en acumulación de capital y al mismo tiempo incrementar el volumen de ahorro real para igualarlo a dichas inversiones, ahorro que a su vez depende endógenamente del nivel de ingreso. Así, la flexibilidad de la expansión monetaria y la inflación tienen un papel importante en la elevación de la tasa de crecimiento de los países que en circunstancias tales que la tasa de crecimiento económico real y garantizada se encuentran por debajo de la tasa natural (Thirlwall, 1974). Cabe señalar, si la proporción del ahorro puede ser aumentada a través de medios inflacionarios, la tasa de crecimiento real y garantizada pueden ser elevadas no sólo a corto plazo, sino también a largo plazo, debido a que la propensión del ahorro se encuentra positivamente relacionada con la tasa de crecimiento y con el nivel de ingreso per cápita, los cuales aumentarán en las etapas iniciales de la expansión monetaria.
Sin embargo, si bien Thirlwall (1974) afirma la existencia de una relación positiva entre el crecimiento y la tasa de inflación a nivel moderado, también admite que existen altas probabilidades que esta se vea subyugada a las preferencias de los formuladores de política monetaria con predilección a la estabilidad de los precios bajo el tradicional argumento en contra de la inflación debido a su efecto redistributivo en favor de las utilidades empresariales. A saber, este sesgo de predilección por parte de los bc no solamente ha permeado desde entonces, sino que desde finales del siglo xx la minimización de la inflación y su estabilidad es la mayor prioridad de la política económica, degradando a la acumulación de capital y al crecimiento económico explícitamente, bajo el régimen de metas de inflación.
Barro (1992), Bernanke, Laubach, Mishkin, y Posen (1999), De Gregorio (2019), Lucas (1972) y Woodford (2003, 2012, 2019), argumentan que las oscilaciones en los precios tienen efectos adversos en el funcionamiento del sistema económico, independientemente de las especificidades de cada país. En consecuencia, a finales del siglo xx, varios bc adoptaron el modelo de inflación objetivo como argumento central de su política monetaria. Este corpus teórico requiere que los bc sean autónomos para evitar ante cualquier circunstancia la realización de señoreaje y de forma similar que su único objetivo sea la estabilidad inflacionaria; por lo tanto, deben declarar y divulgar el seguimiento de una meta de inflación concreta, solamente harán uso de una tasa de interés de referencia como mecanismo de transmisión de la política monetaria y necesariamente deben adoptar un régimen de tipo de cambio flexible.
De acuerdo con el modelo de metas de inflación, las condiciones necesarias para fomentar las expectativas racionales, así como para favorecer el crecimiento económico y la creación de un ambiente predecible para los inversores están dadas por medio del anclaje y conservación de la demanda agregada de forma que se mantenga estable la inflación. De acuerdo con Bernanke et al. (1999), Carlin y Soskice (2015), Taylor (1993) y Woodford (2003, 2012), el modelo de política monetaria de objetivos de inflación presenta el siguiente funcionamiento: cuando se impulsa a la demanda agregada por medio de políticas expansivas se incrementa la inflación por arriba de la tasa objetivo del bc, en consecuencia éste experimenta una reducción de su función de utilidad debido al incumplimiento de su objetivo institucional, y por lo tanto intentará reducir la inflación hasta que se iguale nuevamente con la tasa objetivo. Así, el bc seguirá la Regla de Taylor, es decir, incrementará la tasa de interés de referencia hasta que la demanda agregada se reduzca lo suficiente como para eliminar la aceleración de la inflación, teniendo como consecuencia la reducción de esta hacia su nivel meta. A través de la ecuación [2] 1 se esquematiza esta regla monetaria:
Donde
Por lo tanto, si se resguarda a la demanda agregada, el desempleo no presentará aceleración ni desaceleración, evitando modificaciones en la tasa de inflación, como indican el concepto de la Non-Accelerating Inflation Rate of Unemployment (NAIRU) y la curva de Phillips. Esto supone que los agentes económicos cuenten con información y expectativas racionales, y así tomen decisiones adecuadas para el correcto funcionamiento del sistema. Además de lograr un mejor pronóstico y planeación del comportamiento de las economías.
Llegados a este punto, ya han sido abordadas las dos perspectivas contrarias, aquella que da importancia a la flexibilidad de política monetaria, así como los argumentos que fundamentan el modus operandi de los bc y son contrarios a la inflación al igual que la expansión de la demanda agregada. En consecuencia, resulta apropiado abordar dos enfoques que explican que la inflación puede presentar distintos determinantes a la demanda, dicho de otro modo, es necesario tener en cuenta que la demanda no es la única causa de la inflación, también los precios pueden aumentar por empuje de costos (cost-push), así como por una serie de factores estructurales de la dinámica productiva de cada país (inflación estructural).
En el caso de los modelos de inflación por empuje de costos, Arestis y Sawyer (2013), Colacchio y Forges (2017), Kaldor (1981), Lavoie (1992, 2006, 2018) destacan que la inflación se debe a las actividades de grupos monopolistas en el mercado de trabajo y a los productores imperfectamente competitivos, quienes están en la posición de aumentar los salarios y/o las utilidades respectivamente independientemente de la presión de la demanda en el mercado de factores o en el mercado de bienes, y por lo tanto, el crecimiento de los precios se deriva del conflicto de clases. Cabe señalar que, en los modelos de inflación por empuje de costos, el dinero es endógeno al sistema y no inicia la inflación, solamente la propaga debido a que el conjunto empresarial o asalariado son quienes incrementan sus respectivos precios para obtener el mayor plusvalor o utilidad posibles. Generalmente, la inflación en estos modelos es igual a la tasa de crecimiento de los salarios, menos la tasa de crecimiento de la productividad más el nivel de beneficio que desea obtener el grupo empresarial.
Además, los aumentos de precios se darán de forma diferenciada entre las empresas que operan al máximo de su capacidad y aquellas que no lo hacen; de modo que la estructura industrial desempeña un papel crucial en la asignación de los costos financieros hacia los consumidores u otras empresas. A su vez, los mecanismos de transmisión proporcionados por el uso de las tasas de interés como herramienta de política monetaria de los bc generan conflictos distributivos de tres formas: 1) a favor de los rentistas y en detrimento de los productores, 2) en perjuicio de la fuerza laboral y 3) a favor de la utilización, pero en contra de la tasa de acumulación de capital.
En cuanto a los modelos de inflación estructural, autores como Kalecki (1955), López, Mántey y Quintana (2012), Noyola (1956), Prébisch (1973), Sunkel (1958) y Thirlwall (1974) concluyen que la inflación es resultado de la relación entre la estructura de la demanda con la distribución sectorial del desempleo a través de los mercados, de forma que si algunos mercados se están expandiendo mientras que otros se contraen, adicional a la rigidez del mercado de trabajo, la economía experimentará inflación y desempleo debido a la inflexibilidad a la baja de precios y salarios en los mercados en contracción. Como resultado de la rigidez estructural, los salarios reales de los trabajadores disminuirán debido a los incrementos absolutos y relativos en los precios de los sectores en contracción, creando así un problema de redistribución del ingreso. Asimismo, Noyola (1956), Sunkel y Paz (1970) enfatizan que la estructura de la demanda y la distribución sectorial del desempleo se deben a la heterogeneidad productiva y al descuido de la acumulación de capital debido a la obtención de beneficios mediante activos financieros. Existe un caso especial de la inflación estructural, característica de las economías maquiladoras en las que cualquier aceleración de precios sobre los insumos importados genera presiones inflacionarias, mediante el efecto pass-through (efecto traspaso) del tipo de cambio. Por lo tanto, en escenarios de depreciación o devaluación de la moneda doméstica, la economía experimentará elevadas tasas de inflación (Noyola, 1956; Thirlwall, 1974).
Tomando en consideración los fundamentales anteriormente presentados, se revela que los costos y la estructura productiva son factores que recíprocamente en conjunto con la demanda determinan a la aceleración de la inflación en las economías en desarrollo. Por tal motivo, la aplicación del modelo de metas de inflación que exclusivamente utiliza a la tasa de interés como mecanismo de transmisión para mantener la inflación observada dentro de un rango reducido no parece ser una medida atractiva de política económica, y tampoco la más consistente para enfrentar las eventualidades relacionadas a los precios en las economías emergentes.
Por consiguiente, se pueden repensar los aspectos propuestos por Thirlwall (1974) y asociarlos con la hipótesis de enmienda y la causalidad oculta del consenso macroeconómico de objetivos de inflación de Lavoie (2006) la cual supone que, si bien la regla de Taylor produce desaceleración inflacionaria, el uso recurrente de esta política monetaria puede afectar a la tasa natural (véase ecuación [3]).
Donde
Adicionalmente, para complementar la propuesta y reformulación teórica de este artículo, es pertinente mencionar la hipótesis sobre insuficiencia dinámica (id) de Avendaño y Perrotini (2015, 2017) y Prébisch (1981) quienes definen a la id como la incapacidad del sistema económico para generar una tasa de acumulación de capital necesaria para absorber el excedente de la fuerza de trabajo. Al respecto, las economías experimentan id cuando la tasa garantizada en el sentido de Harrod (1939) es menor que la tasa natural de acumulación de capital, esta última considerada como la tasa de acumulación de capital que mantiene constante la tasa de desempleo en el largo plazo. Por lo tanto, la presencia de id fomenta la brecha entre la tasa garantizada y la tasa natural de acumulación de capital, así como de la tasa natural de crecimiento; en consecuencia, las economías emergentes experimentan un desequilibrio ineludiblemente vinculado con presiones inflacionarias, escenario que sobrepone de manera sintética factores de demanda y oferta en la tasa de inflación.
En suma, la inflación de las economías emergentes se compone por distintos elementos, como la demanda agregada, el empuje de costos, elementos estructural-productivos y su propia dinámica de acumulación de capital, por lo que en caso de seguir el modelo de inflación objetivo con base en una tasa meta demasiado reducida, solamente se agudizará la brecha entre la tasa de crecimiento real y la garantizada con respecto a su tasa natural de acumulación de capital y de crecimiento, desacelerando su proceso de desarrollo y agudizando el nivel de desempleo y escasez de capital de forma acumulativa. De esta manera, se podría considerar una síntesis y propuesta causal por medio de la ecuación [4]:
Donde
Por lo tanto, el modelo propuesto considera lo siguiente (véase figura 1): en seguimiento al modelo de metas de inflación con
fuerte aversión a la inflación, el bc dicta inicialmente su objetivo de inflación en
una baja inflación
En cambio, si el bc decide flexibilizar sus preferencias de inflación meta pasando de
Finalmente, en caso de buscar flexibilizar las preferencias de inflación del bc
arriba de los niveles moderados, buscando repetir el incremento en la tasa de
crecimiento, por medio de un uso irresponsable de la política expansionista y
financiamiento inflacionario, la economía pasaría a la función de utilidad del bc
Para terminar con este apartado, es necesario tener en cuenta que si bien la inflación en casi todos los países se ha convertido en un hecho de la vida cotidiana y por ende existe un sesgo de antipatía hacia ella debido a sus efectos redistributivos desigualitarios, este argumento no quiere decir que los asalariados y el conjunto económico quede en una peor situación absoluta per se, debido a que los procesos expansionistas de financiamiento inflacionario tienen el potencial de proporcionar trabajo a personas que anteriormente no figuraban en la distribución del ingreso debido a su calidad de desempleo; ipso facto, es preferible que el sistema económico muestre inflación en contraposición al estancamiento, debido a que el conflicto distributivo inflacionario persistirá irremediablemente, sin importar si hay o no crecimiento económico (Noyola, 1956; Thirlwall, 1974).
3. Revisión del modelo de metas de inflación, algunos hechos estilizados
La evolución de las economías que han adoptado el modelo de metas de inflación puede describirse mediante el comportamiento de la inflación y el crecimiento económico y puede realizarse una comparativa con la efectividad de los bc para alcanzar sus respectivos objetivos de crecimiento de precios. Por lo tanto, para complementar los argumentos previamente expuestos sobre la relación positiva entre la inflación y el crecimiento económico, es necesario evaluar la efectividad de los bc tanto para algunas economías emergentes como desarrolladas en cuanto a su logro de inflación objetivo y con ello determinar la posibilidad de lograr y mantener dicho rango meta. A continuación, analizamos y evaluamos la trayectoria de la inflación y crecimiento para un conjunto de economías emergentes y desarrolladas.
El primer hecho estilizado considera la efectividad de los bc para alcanzar y mantener su inflación observada dentro del rango de oscilación objetivo mediante una prueba de hipótesis (véase tabla 1). Al respecto, es posible notar que todos los países desarrollados (Nueva Zelanda, Estados Unidos, Canadá, Israel, Gran Bretaña, Suecia, Australia, Noruega, Alemania y Francia) presentan una efectividad en el cumplimiento de su inflación objetivo en valores bastante cercanos al 100%, siendo los niveles más bajos los de Nueva Zelanda, Estados Unidos y Australia con un 80.5%. Es decir, los países desarrollados indudablemente no tienen problemas para alcanzar sus metas de inflación.
Sin embargo, para el caso de las economías en desarrollo, el cumplimiento de la inflación objetivo es bastante heterogéneo con algunas excepciones como Chile, Corea del Sur y China, economías que se encuentran con poco más del 70% de efectividad de cumplimiento de su meta de inflación. Las demás economías se acercan al 50% de efectividad con excepción de Turquía que presenta la peor tasa de cumplimiento con un 12.5%.
En cuanto a la inflación promedio (véase tabla 1), como segundo hecho estilizado, es posible notar que las economías desarrolladas se encuentran plenamente dentro del nivel de inflación meta, siendo excepciones aquellos países que presentan tasas de inflación inclusive menores a su objetivo. En cambio, en las economías en desarrollo, el promedio de inflación sobrepasa a su meta puntual y particularmente su volatilidad es por lo menos del doble en comparación a las economías desarrolladas, con excepción de China. Por lo tanto, es posible observar que, en el período de aplicación del modelo de inflación objetivo, los países en desarrollo muestran una mayor tasa de incremento de precios en comparación con las economías desarrolladas en correspondencia a la consideración que explica que la inflación en economías emergentes se forma tanto por componentes de demanda, por empuje de costos y elementos estructurales. Indudablemente, los países emergentes presentan dificultad para alcanzar cabalmente sus tasas de inflación objetivo.
Inflación promedio % | Desv. Est. % Inflación | Int. Inferior %. Inflación | Int. Superior %. Inflación | Inflación objetivo % | Efectividad del objetivo inflacionario % | |
---|---|---|---|---|---|---|
Brasil | 6.0 | 2.8 | 5.3 | 6.7 | 3.75 | 44.4 |
Chile | 3.1 | 2.1 | 2.7 | 3.6 | 3.0 | 73.6 |
Colombia | 4.4 | 1.8 | 4.0 | 4.8 | 3.0 | 48.6 |
México | 4.1 | 1.0 | 3.9 | 4.4 | 3.0 | 51.3 |
Corea del Sur | 2.2 | 1.3 | 1.9 | 2.5 | 2.0 | 70.8 |
Turquía | 10.3 | 4.4 | 9.2 | 11.3 | 5.0 | 12.5 |
China | 2.6 | 1.9 | 2.2 | 3.0 | 3.0 | 80.5 |
India | 6.8 | 2.9 | 6.1 | 7.5 | 4.0 | 44.4 |
Nueva Zelanda | 2.0 | 1.2 | 1.7 | 2.3 | 2.0 | 80.5 |
Estados Unidos | 2.0 | 1.2 | 1.8 | 2.3 | 2.0 | 80.5 |
Canadá | 1.8 | 0.8 | 1.6 | 2.0 | 2.0 | 95.8 |
Israel | 1.2 | 1.8 | 0.8 | 1.7 | 2.0 | 91.6 |
GB | 2.0 | 0.9 | 1.8 | 2.3 | 2.0 | 88.8 |
Suecia | 1.2 | 1.2 | 0.9 | 1.4 | 2.0 | 91.6 |
Australia | 2.3 | 0.9 | 2.1 | 2.5 | 2.5 | 80.5 |
Noruega | 2.0 | 1.0 | 1.7 | 2.2 | 2.0 | 83.3 |
Alemania | 1.4 | 0.8 | 1.2 | 1.5 | 2.0 | 97.2 |
Francia | 1.3 | 0.9 | 1.1 | 1.5 | 2.0 | 97.2 |
Elaboración propia con base en FED St. Louis y OECD.
En cuanto a la dinámica de crecimiento y su relación con la tasa de inflación (véase gráfica 1), las economías desarrolladas presentan en conjunto una tasa de crecimiento promedio menor al 2%. Australia y Nueva Zelanda muestran las mayores tasas de crecimiento económico las cuales se corresponden con las tasas de inflación más elevadas de su grupo, siendo la excepción Israel cuya tasa de crecimiento es la más elevada de dicho conjunto al mismo tiempo que presenta la tasa de inflación promedio más baja, al igual que Suecia. De esta forma, nuevamente en aquellas economías donde la inflación no es suprimida, el crecimiento económico tampoco lo es.
Para el conjunto de economías en desarrollo, el promedio del crecimiento económico es más del doble que el de su contraparte, al igual que su nivel de inflación. Por consiguiente, se comprueba que el potencial de crecimiento económico se relaciona con la tasa de inflación de forma positiva. Particularmente, India y Turquía son las economías que presentan el mayor dinamismo en el crecimiento, al igual que los promedios de inflación más elevados de todo el conjunto de países seleccionados, demostrando la flexibilidad sobre la tasa de inflación bajo la prioridad del crecimiento económico.
Las economías latinoamericanas presentan una tasa de crecimiento ligeramente mayor en comparación con las economías desarrolladas, excepto en el caso de México cuya tasa de crecimiento promedio es la más baja en este subconjunto, asimismo este país presenta una efectividad cuestionable en el cumplimiento de su meta de inflación, siendo su inflación promedio mayor a su banda de flexibilidad por 0.1%. Finalmente, China es la economía que presenta la mayor tasa de crecimiento económico promedio con plenitud en el cumplimiento de su inflación objetivo; no obstante, señalamos que dicha tasa de inflación es superior a la observada en todas las economías desarrolladas de la muestra. En suma, este conjunto de hechos estilizados enfatiza que la inflación y el crecimiento económico se relacionan de forma positiva, pero es necesario analizar dicha relación por medio de estimaciones econométricas, objetivo que es abordado en el apartado siguiente.
4. Estimación y análisis del modelo
A continuación, se determinarán las proposiciones de esta investigación derivadas de las hipótesis de Thirlwall (1974) sobre la existencia de una relación positiva entre el crecimiento y la inflación moderada, con relación a la reformulación teórica propuesta con anterioridad. A saber, la determinación de estos arquetipos se realizará por medio de la estimación econométrica entre la tasa de crecimiento económico y la tasa de inflación, así como su término cuadrático para un conjunto de economías pertenecientes a los países desarrollados y en desarrollo. La selección de la muestra de países parte de la disponibilidad de su información, así como su homogenización en la medición de sus índices de precios al consumidor, al igual que los índices de cuentas nacionales PIB por gasto. Estos datos provienen de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (ocde) y del fed St. Louis (fred Economic Data). Enfatizamos que la periodicidad de la información es trimestral, y corresponde a un periodo del primer trimestre de 2003 al cuarto trimestre de 2020. En cuanto a la hipótesis de Thirlwall y Lavoie, se considera la siguiente reinterpretación y transformación con fines de estimación econométrica (ecuación [5]):
Donde
Para un conjunto de países desarrollados es posible utilizar un modelo ardl como muestra la ecuación [5]. Sin embargo, el tratamiento de algunas economías requiere ajustar la estimación mediante un modelo dinámico no lineal de heteroscedasticidad y autocorrelación consistente de corrección de error autorregresivo (Cochrane y Orcutt, 1949). Por lo tanto, la ecuación principal experimenta las siguientes modificaciones (véase ecuación [6]) para la mayoría de las economías de la muestra, en especial los países en desarrollo.
Finalmente, se recuerda que los modelos econométricos estimados consideran al término del rezago del crecimiento como una aproximación de la tasa de crecimiento garantizada. De esta manera, se logran integrar las consideraciones sobre las preferencias de los formuladores de política monetaria que proponen Thirlwall y el modelo de metas inflacionarias, en conjunto con los fundamentales de enmienda del modelo de objetivos de inflación, al igual que el principio de insuficiencia dinámica (Avendaño y Perrotini, 2015, 2017; Harrod, 1939; Lavoie, 2006; Sunkel y Paz, 1970; Thirlwall, 1974). Puntualmente, los resultados de estimación para los países en desarrollo y desarrollados se muestran en la tabla 2, destacando las formas funcionales empleadas, así como la significancia estadística individual de los regresores relacionados con la inflación y su término cuadrático, al igual que la bondad de ajuste y el número de observaciones utilizado. Asimismo, los espacios vacíos se deben a la omisión de algunos términos por falta de significancia estadística.
Intercepto | Inflación | Inflación cuad. | Rezago 1 crec. Eco. | Rho | Rezago 4 crec. Eco. | Rezago 5 crec. Eco. | Bond. ajust. | Obs. | |
---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|
Brasil | 0.7375 *** | -0.0803 ** | 0.3545 ** | 0.5753 *** | 0.7396 | 70 | |||
Chile | 0.7287 ** | -0.0665 * | 0.8157 *** | 0.7578 | 70 | ||||
Colombia | 1.4237 ** | -0.1359 * | 0.7212 *** | 0.7413 | 71 | ||||
México | -17.3545 ** | 8.4764 ** | -0.9213 ** | 0.7076 *** | 0.4838 | 71 | |||
Corea del Sur | 1.2358 *** | -0.2407 *** | 0.8304 *** | -0.4747 *** | 0.2914 ** | 0.9289 | 67 | ||
Turquía | 0.2799 *** | -0.0161 *** | 0.7998 *** | 0.8531 | 68 | ||||
China | 8.0602 ** | 1.7815 *** | -0.1379 * | 0.8998 *** | 0.818 | 70 | |||
India | 1.2015 ** | -0.0430 | 0.6718 *** | 0.7931 | 71 | ||||
Nueva Zelanda | 1.3092 *** | -0.3021 *** | 0.5547 *** | 0.7002 | 71 | ||||
Estados Unidos | 0.8648 *** | -0.1671 *** | 0.5809 *** | 0.7597 | 71 | ||||
Canadá | -2.5041 *** | 3.2888 *** | -0.6317 *** | 0.3850 *** | 0.5992 | 71 | |||
Israel | 3.2786 *** | 0.7748 *** | -0.1081 * | 0.7037 *** | 0.5427 | 71 | |||
GB | -6.4870 ** | 5.6584 *** | -0.8972 ** | 0.7414 *** | 0.4937 | 71 | |||
Suecia | 1.7010 *** | -0.2733 *** | 0.8062 *** | 0.7873 | 70 | ||||
Australia | -2.0652 *** | 3.0787 *** | -0.5288 *** | 0.3076 ** | 0.4806 *** | 0.7388 | 70 | ||
Noruega | 0.4328 * | -0.1357 * | 0.7620 *** | -0.5448 *** | 0.5737 *** | 0.7227 | 67 | ||
Alemania | 0.6147 * | -0.2775 * | 0.85 *** | 0.7673 | 68 | ||||
Francia | 1.6807 *** | -0.4178 * | 0.5768 *** | 0.4534 | 70 |
Elaboración propia con base en FED St. Louis y OECD.
Nota: *, ** y *** estadísticamente significativos al 10%, 5% y 1%de error respectivamente.
Para calcular el nivel de la inflación óptima que permite la maximización del crecimiento económico, al igual que el intervalo de esta tasa de inflación estimada, con miras a definir una banda de flexibilidad para la meta de inflación puntual, se utilizó el proceso de maximización por derivación, así como el método Delta (véase tabla 3).
Meta de inflación actual % | Estimación de inflación óptima % | Intervalo inferior 95% | Intervalo superior 95% | |
---|---|---|---|---|
Brasil | 3.75 | 4.59 | 3.16 | 6.02 |
Chile | 3 | 4.47 | 0.31 | 8.63 |
Colombia | 3 | 5.24 | 2.42 | 8.05 |
México | 3 | 4.60 | 3.95 | 5.24 |
Corea del Sur | 2 | 2.57 | 2.02 | 3.11 |
Turquía | 5 | 8.69 | 6.14 | 11.24 |
China | 3 | 6.46 | 2.68 | 10.24 |
India | 4 | 13.94 | -1.28 | 29.16 |
Nueva Zelanda | 2 | 2.17 | 1.74 | 2.60 |
Estados Unidos | 2 | 2.59 | 1.73 | 3.44 |
Canadá | 2 | 2.60 | 1.83 | 3.38 |
Israel | 1 | 3.58 | 0.45 | 6.71 |
GB | 2 | 3.15 | 2.11 | 4.20 |
Suecia | 2 | 2.51 | 0.94 | 4.07 |
Australia | 2 | 2.91 | 2.59 | 3.24 |
Noruega | 2 | 1.59 | 0.86 | 2.33 |
Alemania | 2 | 1.11 | 0.64 | 1.57 |
Francia | 2 | 1.16 | 0.23 | 2.09 |
Elaboración propia con base en FED St. Louis y OECD.
Nota: *, ** y ***estadísticamente significativos al 10%, 5% y 1%de error respectivamente.
Así, para el conjunto de economías emergentes que corresponden a Brasil, Chile, Colombia, México, Corea del Sur, Turquía, China e India, se puede apreciar que la inflación de optimización para el crecimiento económico es superior a su meta actual en todos los casos. Esta situación se presenta igualmente para algunos países desarrollados como Estados Unidos, Canadá, Israel, Gran Bretaña y Suecia, considerando que, si bien su inflación de optimización se encuentra dentro de su banda de flexibilidad, la tasa de inflación óptima en estos países muestra una aceleración mayor de 30% sobre su objetivo puntual, y en algunos casos esta aceleración rebasa el 50%, siendo Gran Bretaña una de estas particularidades.
En México, Corea del Sur, Turquía, Gran Bretaña y Australia el intervalo inferior de la estimación de inflación óptima es superior a sus objetivos de inflación actuales, así se comprueba que el seguimiento de política monetaria actúa de forma totalmente premeditada en estas economías, es decir, el uso de la regla de Taylor ocurre en intervalos que justamente comienzan los procesos expansionistas de la demanda agregada. Para Chile, Colombia, Turquía, China e India se tienen los intervalos más amplios de la muestra, así como los intervalos superiores de inflación más elevados, logrando las dos cifras en algunos casos; asimismo es necesario tomar precaución del resultado de India debido a la insignificancia estadística del término cuadrático de la inflación en su modelo de estimación.
Nueva Zelanda presenta la menor brecha entre su actual objetivo de inflación y su estimación de inflación óptima. Sin embargo, para el caso de Noruega, Alemania y Francia, inclusive la inflación óptima es menor a sus actuales objetivos debido a que estas economías desarrolladas han experimentado una inflación mayor a su tasa objetivo exclusivamente en períodos de recesión y crisis económica; esta particularidad es más enfática para el caso de Alemania cuyos intervalos inclusive son menores que su actual objetivo de inflación del 2%. Para todos los demás países desarrollados, no es de extrañar que sus intervalos de inflación óptima se encuentren dentro de su nivel de inflación objetivo actuales; no obstante, se debe enfatizar que inclusive en estas economías se demuestra la existencia de la relación positiva entre la inflación y el crecimiento.
Finalmente, es necesario calcular la tasa de crecimiento económico que obtendría cada economía si es que considerase la adopción de su respectiva inflación óptima como nueva inflación objetivo. Cabe señalar, esta maximización requiere integrar como restricciones que la inflación sea su nivel óptimo estimado y que los valores de los rezagos de la tasa de crecimiento sean iguales entre ellos e iguales a la tasa de crecimiento pronosticada. La igualdad entre los rezagos del crecimiento y su estimación bajo la condición de uso de tasas de inflación meta actual y por otro lado inflación óptima simulan la coincidencia entre la tasa garantizada y natural; estos resultados se muestran en la tabla 4.
Meta de inflación % | Crecimiento económico con inflación meta actual % | Inflación óptima % | Crecimiento económico con inflación meta óptima % | |
---|---|---|---|---|
Brasil | 3.75 | 2.17 | 4.59 | 6.10 |
Chile | 3 | 1.59 | 4.47 | 1.91 |
Colombia | 3 | 2.99 | 5.24 | 3.69 |
México | 3 | 0.24 | 4.60 | 2.30 |
Corea del Sur | 2 | 4.28 | 2.57 | 4.49 |
Turquía | 5 | 4.98 | 8.69 | 6.08 |
China | 3 | 12.16 | 6.46 | 13.81 |
India | 4 | 4.12 | 13.94 | 8.37 |
Nueva Zelanda | 2 | 3.17 | 2.17 | 3.18 |
Estados Unidos | 2 | 2.53 | 2.59 | 2.67 |
Canadá | 2 | 2.51 | 2.60 | 2.89 |
Israel | 1 | 4.63 | 3.58 | 4.67 |
GB | 2 | 1.24 | 3.15 | 2.43 |
Suecia | 2 | 0.80 | 2.51 | 1.72 |
Australia | 2 | 3.36 | 2.91 | 3.49 |
Noruega | 2 | 1.54 | 1.59 | 1.65 |
Alemania | 2 | 0.80 | 1.11 | 2.27 |
Francia | 2 | 1.69 | 1.16 | 1.39 |
Elaboración propia con base en FED St. Louis y OECD.
Los resultados de maximización del crecimiento mediante condiciones inflacionarias muestran que existe un grupo de economías emergentes y desarrolladas que ampliarían significativamente su nivel de crecimiento económico sostenido en caso de flexibilizar su objetivo de inflación, debido a que lograrían igualar sus tasas de crecimiento económico observadas con sus rezagos, estos casos son: Brasil, Colombia, México, Turquía, Gran Bretaña y Suecia. Con respecto a las demás economías, si bien se demuestra que estas no modificarían sustancialmente su dinámica de crecimiento, a pesar de operar en su nivel de inflación óptima, este cambio fomentaría un poco más su nivel de empleo.
5. Conclusiones
En este artículo presentamos un análisis teórico y empírico sobre la hipótesis de Thirlwall que redirige el sesgo existente en contra de la política monetaria expansiva, debido a que suprimir la inflación en algunas economías es equivalente a suprimir el crecimiento. Al respecto, el conjunto de países emergentes seleccionados presenta consistencia teórica y empírica en cuanto a flexibilizar su dinámica de política monetaria debido a que tienen mínima tolerancia a las fluctuaciones de la inflación y por eso hacen uso premeditado del aumento de tasas de interés.
Cabe señalar, no postulamos políticas de expansión monetaria irresponsables que hagan que la inflación quede fuera de control; más bien, debido a que los países en vías de desarrollo, así como algunos desarrollados, suman tasas de inflación por demanda sobreimpuesta a tasas de inflación estructural y empujada por los costos, es sensato considerar que su crecimiento de precios habitual no se puede encontrar exclusivamente en rangos reducidos, y por lo tanto, forzar a la acumulación de capital y a la tasa garantizada a estos niveles simplemente conduce a estas economías a abandonar las posibilidades de mejorar su estructura productiva. Siempre y cuando exista un crecimiento de la productividad, los estándares de vida podrán aumentar sin que las ganancias sufran merma alguna, los gobiernos tendrán una oferta estable de ingresos impositivos y será posible que personas que no figuran en la medición de la distribución del ingreso debido a su condición de desempleo, ahora ya puedan hacerlo. Es así como flexibilizar la política de objetivos de inflación no parece ser una alternativa tan monstruosa como se podría creer.