Introducción
El zacatonero rayado (Oriturus superciliosus) Swainson (1838), es una especie endémica de México y conocida comúnmente como zacatonero rayado o zacatonero serrano (Berlanga-García et al. 2015). Es un gorrión granívoro grande que mide entre 165-180 mm de longitud total, presenta coloración dorsal café y ventral blanquecina, posee ojos cafés con una zona superciliar blanca muy amplia, así como una máscara negra con algunas plumas postauriculares blancas; los adultos poseen un pico negro y no presentan dimorfismo sexual aparente (Nocedal 1984, Smith y Slager 2016).
Aunque el zacatonero rayado no es una especie categorizada en riesgo por la NOM-059, CITES o la lista roja de la IUCN (Berlanga-García et al. 2015) y no existen estudios sobre su biología y ecología (A. Navarro-Sigüenza com. per., O. Rojas-Soto com. per.), se encuentra catalogada con una vulnerabilidad media de 13 V V, lo cual indica que es medianamente vulnerable (Berlanga-García et al. 2015), esto debido a que presenta una distribución limitada, ya que es endémica de las serranías mexicanas; se localiza en los bosques templados que rodean pastizales de montaña (Sierra Madre Occidental y Eje Neovolcánico; González-García y Gómez de Silva-Garza 2002, Sánchez-Velásquez et al. 2008, Navarro-Sigüenza et al. 2014) que presentan rangos altitudinales de entre 1500 a 4300 m (Gómez de Silva 2002, Smith y Slager 2016).
Los pastizales de montaña donde vive esta especie se caracterizan por ser pastos altos y amacollados (Vickery et al. 1999, Smith y Slager 2016), representados por los géneros Calamogrostis, Festuca, Muhlenbergia y Stipa (Berlanga et al. 2009, Ugalde-Lezama et al. 2009, Siqueiros-Delgado et al. 2017). Los pastizales de montaña donde se ha registrado la especie se encuentran asociados y rodeados por bosques de Abies, Quercus (Berlanga et al. 2009) y Pinus (Paynter 1952), así como asociaciones entre Alnus-Pinus-Abies (Ugalde-Lezama et al. 2009), Juniperus-Pinus (Webster y Orr 1954), Pinus-Alnus (Nocedal 1984), Pinus-Quercus (Marshall 1957) y Pinus-Quercus-Abies (Loranca-Bravo et al. 2013). El zacatonero rayado también se ha registrado en zonas del valle de México que presentan pastizales inducidos, tales como zonas de pastoreo o áreas de cultivo (Ramírez-Albores 2013), y en bosques secundarios de Eucaliptus (Charre-Meunier 2013) y Pinus-Cupressus-Eucaliptus (Sánchez-Jasso et al. 2013). La especie se distribuye desde el Eje Neovolcánico Transversal hasta el norte del país siguiendo la Sierra Madre Occidental (Figura 1, Vickery et al. 1999) y se encuentra registrada en 21 estados de la República Mexicana (Cuadro 1, Navarro-Sigüenza y Peterson 2007, Naturalista 2018, eBird 2018).
Estado | Colecta histórica | eBird | Naturalista | Literatura |
---|---|---|---|---|
Aguascalientes | 1959 MVZ | 1, 4*, 5 | ||
Chihuahua | 1888 NHM | X | X | 1, 2, 3, 4 |
Ciudad de México | 1888 NHM | X | X | 4, 5 |
Colima | - | 5 | ||
Durango | 1903 CMNH | X | X | 1, 2, 3, 4, 5 |
Estado de México | 1888 NHM | X | X | 1, 3, 4, 5 |
Guanajuato | 1939 MLZ | X | X | 4, 5 |
Hidalgo | 1942 MLZ | X | X | 1, 4, 5 |
Jalisco | 1889 NHM | X | X | 1, 2, 3, 4, 5 |
Michoacán | 1939 MLZ | X | X | 1, 4, 5 |
Morelos | 1935 MLZ | X | X | 1, 4, 5 |
Nayarit | 1889 MCZ | X | 4, 5 | |
Oaxaca | 1965 CAS | X | X | 4, 5 |
Puebla | 1888 NHM | X | X | 1, 2, 3, 4, 5 |
Querétaro | - | X | X | - |
San Luis Potosí | 1888 NHM | 1, 2, 4, 5 | ||
Sinaloa | 1934 MLZ | X | 4, 5 | |
Sonora | 1905 MCZ | X | 1**, 2**, 3, 4** | |
Tlaxcala | 1954 CUMV | X | X | 1, 4, 5 |
Veracruz | 1888 NHM | X | X | 1, 2, 3, 4, 5 |
Zacatecas | 1888 NHM | X | 2, 4, 5 |
* El registro de colecta de O. superciliosus en Aguascalientes reportado por Miller et al. (1957) fue declarado como inexistente (J. McCormack com. per. septiembre de 2018).
** Phillips y Dickerman (1957) reportan la eliminación del registro estatal de 1893 en río Bavispe, Sonora, ya que la localidad de colecta en realidad se encontraba en Chihuahua, pero en 1905 se colectó un individuo que sí está registrado en una localidad del territorio sonorense.
En Aguascalientes, la especie O. superciliosus se distribuye en el Área Natural Protegida Sierra Fría. Esta ANP es un conjunto montañoso de 112,000 ha (Sedeso 1994) al Noroeste del estado, registrada como el AICA C-40 (Área de Importancia para la Conservación de las Aves, Godínez-Antillón et al. 1999).
En 1888 se registraron algunos individuos de esta especie en Aguascalientes, durante una expedición con destino a Zacatecas (Salvin y Godman 1889). La especie no volvería a ser registrada sino hasta setenta años después, cuando entre 1958 y 1959 el MVZ (Museum of Vertebrate Zoology) realizó un proyecto extensivo para colectar la fauna del estado, enviando a distintos investigadores (Anderson y Lidicker 1963). Durante dicho proyecto, el 21 de julio de 1959 el ornitólogo N.K. Johnson encontró y colectó dos individuos de O. superciliosus, además de realizar algunas observaciones en sus notas de campo (Johnson 1959, MVZ 2018). Desde esa fecha, no se había vuelto a registrar la especie en Aguascalientes.
Localidad
En 2016 realicé un estudio de diversidad y abundancia de la avifauna en algunas localidades de la Sierra Fría, entre ellas la localidad denominada Playa Cebolletas (22.268408°, -102.615908° 2900 m, Figura 1) en el ejido de la Comunidad Indígena Monte Grande de Sierra Fría, donde registré por primera vez a la especie. En 2018 volví al sitio para comprobar la presencia de la especie, incluyendo una segunda localidad ubicada a 800 m al suroeste de Playa Cebolletas, conocida como Playa Mariquitas (22.263805°, -102.622311° 2900 m, Cuadro 2, Figura 1), visité esta segunda localidad, ya que tanto Playa Mariquitas como Playa Cebolletas son los únicos sitios de Aguascalientes que presentan un tipo de vegetación acorde al que necesita O. superciliosus. La vegetación que circunda a ambas localidades se conforma por bosque mediano subcaducifolio compuesto por Juniperus deppeana y Quercus rugosa, con algunas zonas que incluyen chaparral de manzanita-encino representado por Arctostaphylos pugens y Quercus rugosa. Por otro lado, la vegetación que compone a Playa Cebolletas y Playa Mariquitas es de pradera de montaña, con la especie dominante de Muhlenbergia macroura, donde de manera dispersa se encuentran algunos árboles de J. deppeana, Q. rugosa y Q. sideroxyla (Siqueiros-Delgado et al. 2017).
Datos de avistamiento | Actividades de individuos | |||||
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Fecha | Hora | Abundancia | Perchado
en Q. rugosa |
Perchado
en J. deppeana |
Perchado
en M. macroura |
Forrajeando en la pradera de montaña |
Playa Cebolletas | ||||||
13/02/16 | 16:45 | 1 | 1 | - | - | - |
14/02/16 | 7:15 | 5 | - | - | 2* | 3 |
05/03/16 | 7:57 | 5 | - | 2 | 3* | 1 |
10/04/16 | 7:17 | 7 | - | 5* | - | 2 |
08/05/16 | 6:48 | 6 | - | 2* | - | 4 |
27/07/16 | 6:59 | 6 | 1* | 1 | - | 4 |
13/08/16 | 18:00 | 3 | - | 3* | - | - |
14/08/16 | 7:05 | 7 | - | 1* | - | 6 |
24/09/16 | 7:20 | 5 | - | - | 2 | 3 |
08/10/16 | 8:04 | 6 | - | 2* | - | 4 |
01/09/18 | 14:02 | 6 | - | 1* | - | 5 |
02/09/18 | 6:50 | 4 | - | 3* | 1 | - |
Playa Mariquitas | ||||||
01/09/18 | 18:51 | 4 | - | 4* | - | - |
02/09/18 | 9:10 | 5 | 2* | 3* | - | - |
* Vocalizando.
En color gris se señalan las observaciones incidentales fuera de las fechas y horarios de muestreo, las cuales fueron adjuntadas para evidenciar la presencia de la especie en la pradera de montaña en otros horarios.
Metodología de muestreo
Durante 2016 realicé dos muestreos por cada estación del año en Playa Cebolletas (Cuadro 2). Inicié en invierno (mediados de febrero e inicios de marzo), primavera (mediados de abril e inicios de mayo), verano (finales de julio y mediados de agosto) y terminé en otoño (finales de septiembre e inicios de octubre). Realicé conteo por puntos sin límite de radio, para detectar a todas las especies posibles, las registré mediante observaciones directas (visualización) e indirectas (vocalización, Ralph et al. 1996). Las actividades iniciaban 15 minutos antes del amanecer, variando a lo largo del año entre las 6:40 y 7:15 h. La duración del muestreo en cada localidad fue de 45 minutos. En 2018 proseguí con el mismo método de muestreo, pero reduciendo la duración del monitoreo a 30 minutos para cada localidad, y enfocando el esfuerzo de muestreo en localizar a O. superciliosus. Para identificar a los individuos utilicé binoculares Brunton 10 x 25, una cámara Nikon D3200 con teleobjetivo Tamron 150-600 mm y un teléfono Apple iPhone.
Registro y notas de comportamiento
El 13 de febrero de 2016 a las 16:45 h registré por primera vez a O. superciliosus de manera incidental, perchado en las ramas bajas de un Quercus sp. ubicado en el límite noroeste de la pradera de montaña, sin realizar vocalizaciones (Figura 2A). El 14 de febrero me trasladé al punto de conteo y a las 7:15 h detecté actividad de la especie, primero al escucharla vocalizar, y luego observando directamente a cinco individuos. Para la identificación de la especie realicé comparación fotográfica en la plataforma en línea de Naturalista. Observé a la especie en cada uno de los muestreos realizados en el 2016 y 2018.
En todas las observaciones en las que escuché a la especie vocalizando, registré que los individuos que vocalizaban hacían una pausa regular de al menos cinco segundos entre cada vocalización de canto, y que si más de un ejemplar cantaba, el segundo esperaba este lapso de pausa para cantar, de forma que cantaban por “turnos”, por lo que no se sobreponían los cantos. También observé que cuando algún ave de otra especie vocalizaba estruendosamente, los individuos de O. superciliosus interrumpían su canto antes de finalizar las notas, haciendo una pausa forzada y esperando a que la otra especie dejara de vocalizar antes de continuar cantando. Esto lo registré el 5 de marzo de 2016 con un individuo de Corvus corax, y en las fechas de 10 de abril y 8 de octubre de 2016 con individuos de Meleagris gallopavo.
También registré dos roles de comportamiento en la especie durante los muestreos matutinos de 2016 y 2018: uno de centinela y otro de forrajeo en los pastos. En el primero, los individuos que perchaban en los árboles o pastos, vigilando los alrededores cercanos a los individuos que presentaban el segundo rol (de forrajeo entre la vegetación). Cuando se presentaba un disturbio (presencia humana o aves de mayor talla como M. gallopavo), los centinelas comenzaban a cantar de forma continua, alternando con vocalizaciones de llamado, e inmediatamente los individuos que forrajeaban entre los pastos, volaban hacia la posición de los centinelas, colocándose en ramas cercanas a éstos. Permanecían perchados entre 30 segundos y 1 minuto después de que finalizaba el disturbio, para posteriormente volver a sus roles; estos roles eran modificados entre cada 5 y 10 minutos. Observé que, cuando yo guardaba silencio y permanecía inmóvil, los individuos de O. superciliosus continuaban realizando sus actividades normales en al menos 15 m de distancia.
Durante la temporada reproductiva en la primavera y verano de 2016 no registré ningún comportamiento acorde al de apareamiento (exceptuando un incremento en vocalizaciones de canto); tampoco ubiqué nidos debido al tipo de muestreo realizado, pero pude comprobar que la población de Playa Cebolletas era reproductora, ya que el 27 de julio de 2016 observé un individuo adulto perchado en lo alto de un Juniperus deppeana con un coleóptero en el pico, sin tragarlo voló y bajó al área de pradera de montaña, ocultándose entre los macollos de hierbas; indicando el comportamiento de traslado de comida para alimentación de polluelos (Ralph et al. 1996), sugiriendo la existencia de al menos un nido activo en la zona. Posteriormente el 13 de agosto del mismo año, registré dos individuos juveniles de primer año perchados en un J. deppeana, identificados con base en la coloración amarillenta del pico y presencia de puntos oscuros en el pecho y flancos (Figura 2B, Smith y Slager 2016).
Una especie muy común en la zona de muestreo en 2016 fue Junco phaeonotus, cuyos individuos siempre se mantuvieron en la vegetación boscosa que rodeaba a la pradera de montaña, pero nunca ingresaban a ésta, excepto cuando volaban por encima para cruzar de lado a lado. Por otro lado, en los meses fríos (enero, febrero, marzo, octubre) registré una continua presencia de la especie migratoria invernal gorrión de Lincoln (Melospiza lincolni), la cual siempre la encontré dentro de la zona de pradera de montaña, forrajeando por alimento junto a los individuos de O. superciliosus. En varias ocasiones registré cómo cuando uno o varios ejemplares del zacatonero rayado levantaban vuelo y se perchaban en los árboles, el gorrión de Lincoln los seguía y se perchaba junto a estos (Figura 2C), esperando a que los individuos de O. superciliosus bajaran nuevamente a forrajear, para seguirlos.
El 2 de septiembre de 2018 volví a la localidad de Playa Cebolletas, además de Playa Mariquitas. Registré a O. superciliosus en ambas localidades durante los muestreos en la mañana y de manera incidental en ambos sitios durante la tarde del día anterior.
En total registré 14 avistamientos de O. superciliosus, 12 en Playa Cebolletas y dos en Playa Mariquitas. Del total de registros, cuatro fueron incidentales, en horarios vespertinos que confirman su permanencia a lo largo del día en las localidades de muestreo. Además que, al haber registrado individuos juveniles, se puede determinar que esta especie posee una población reproductora en el sitio (Cuadro 2).
Discusión
Con los registros históricos de O. superciliosus en Aguascalientes, se confirma que para esta región la especie ha sido rara y restringida a las zonas serranas que poseen hábitats de pradera de montaña (Salvin y Godman 1889, Johnson 1959, MVZ 2018). De manera que los registros del presente reporte se definen como un redescubrimiento de la especie en Aguascalientes debido al gran lapso de tiempo durante el cual no se había reportado de nuevo a O. superciliosus. A pesar de que ya se han realizado algunas investigaciones de avifauna en la Sierra Fría (De la Riva-Hernández y Franco Ruíz-Esparza 2008, G. De la Riva-Hernández com. per.); y la existencia de registros de avifauna en bases de datos de eBird y Naturalista. La especie no había sido registrada en ningún sitio en décadas recientes.
No se conoce la localidad exacta donde Salvin y Godman (1889) observaron a la especie en 1888. Sin embargo, tomando la distribución de O. superciliosus, los registros de ejemplares de otras especies colectados por ellos en Aguascalientes (NHM) e información cartográfica de finales del siglo XIX (García-Cubas 1886), fue posible determinar la ruta de los investigadores en su expedición de San Luis Potosí-Aguascalientes-Zacatecas, siendo en extremo probable que hayan transitado por la llamada “Sierra de Pabellón” y la “Mesa de la Congoja”, ambas zonas pertenecientes a la Sierra Fría.
Tanto Johnson (1959) como Anderson y Lidicker (1963) reportaron que del 16 al 24 de julio de 1959 se encontraban realizando colectas de vertebrados en una localidad denominada como “4.8 km al N de el cerro de El Jagüey en la Sierra Fría”, donde Johnson (1959) colectó dos ejemplares de O. superciliosus (MVZ 2018). El área es descrita como: “… una zona con bosques de Pinus-Quercus, con un área abierta donde crece hierba en forma de grandes manojos (zacatón) y rodeado de Quercus spp. y Juniperus spp… existe una amplia zona de pastoreo y un campo de maíz a 400 m…”. La descripción que ambos realizan sobre la hierba es acorde con la que mencionan Siqueiros-Delgado et al. (2017) para Mulhenbergia macroura, el cual es un pasto de tamaño grande que crece en forma de macollos. Por otro lado, cabe mencionar la existencia de campos de cultivo y pastoreo tan cercanos, lo cual puede implicar que en pocos años el hábitat terminaría perturbado. Esto fue confirmado cuando J. Sigala-Rodríguez visitó la localidad en 2004, y encontró que la vegetación descrita originalmente era inexistente y había sido remplazada por un bosque de encino joven (Sigala-Rodríguez y Greene 2009).
Al quedar sólo dos zonas de pradera de montaña en Aguascalientes, que en conjunto abarcan no más de 0.30 km2 (Siqueiros-Delgado et al. 2017) es relevante para Aguascalientes la conservación de este tipo de vegetación, ya que por los registros anteriores de Oriturus superciliosus (Salvin y Godman 1889, Johnson 1959) comparados con la actualidad, y otros estudios que plantean la pérdida y fragmentación de la vegetación de la Sierra Fría (Sosa-Ramírez et al. 2015), se hace evidente la degradación que ha tenido esta zona en el estado. Chapa-Bezanilla et al. (2008) estudiaron fotografías aéreas y reportaron que entre 1954 y 1993 ocurrieron reducciones de entre 1.08, 2.82 y 27.04% en distintos tipos de vegetación de pastizales naturales ubicados en la zona centro de la Sierra Fría. Lo anterior amenaza la presencia de Oriturus superciliosus en Aguascalientes y perjudicaría a la biodiversidad estatal que se encuentra relacionada a la pradera de montaña. Un ejemplo de otra especie que se vería afectada sería Mulhenbergia aguascalientensis, una especie recientemente descrita que sólo se encuentra en Aguascalientes y sitios puntuales de Zacatecas y Durango, Siqueiros-Delgado et al. 2017, M. E. Siqueiros-Delgado com. per.).
Aunque toda la región de la Sierra Fría en general se ha visto afectada por los impactos humanos, el Ejido de la Comunidad Indígena de Monte Grande, que es donde se encuentran Playa Cebolletas y Playa Mariquitas, también presenta actividades de tala desde el siglo XVI, donde ocurrió un pico de explotación a inicios del siglo XX (Sosa-Ramírez et al. 2015). Pero actualmente el ejido y sus relictos de pradera de montaña se encuentran mejor protegidos y conservados por medios legales y físicos. Ahora existen programas de manejo, además de que estas localidades se ubican en zonas de difícil acceso (Siqueiros-Delgado et al. 2017). Playa Cebolletas y Playa Mariquitas posiblemente son los dos últimos sitios con vegetación de pradera de montaña donde se pueden encontrar a Oriturus superciliosus y a otras especies vegetales exclusivas de la región.
Respecto al comportamiento, al comparar las pausas que hacían los individuos de O. superciliosus entre sus cantos, y aquellos almacenados en bases de datos (Macaulay Library 2018), encontré una relación donde en grabaciones al Norte de la Sierra Madre Occidental los individuos pausaban sus cantos para no sobreponerlos con otros de su propia especie, de una forma muy similar a lo que observé en Playa Cebolletas. De forma muy diferente, en las grabaciones del valle de México los individuos sobreponían sus cantos constantemente. Lo cual pudiese depender de dos factores: la diferencia entre la competencia auditiva interespecífica o intraespecífica que presente la especie (Todt y Naguib 2000); o una diferencia conductual entre las subespecies O. superciliosus ssp. palliatus y superciliosus, donde Miller et al. (1957) reportaban que la división entre dichas subespecies ocurre entre el Sur de Zacatecas, Nayarit, Aguascalientes y San Luis Potosí.
Además, durante los muestreos de 2016 en Playa Cebolletas, registré una continua presencia de Junco phaeonotus en el bosque que circundaba a la localidad. Aunque esta ave era relativamente común, nunca la observé entrar al área de pradera de montaña, permaneció siempre bajo el dosel del bosque. Nocedal (1984), menciona que ambas especies son equivalentes ecológicamente, y si coexisten, una puede ser más dominante que la otra. Observé que la especie Melospiza lincolnii conformó parvadas mixtas con O. superciliosus durante la temporada migratoria (Figura 2C). Similares a las que reportó Marshall (1957) en el norte de México, entre O. superciliosus y Chondestes grammacus.
Recomiendo la impartición de talleres para difundir información a los ejidatarios de Monte Grande acerca de la importancia de estas dos pequeñas localidades para esta especie, y para la biodiversidad de Aguascalientes, así como proponerles a los mismos, la conservación de estas zonas.