Introducción
El cyberbulliyng LGBTIQ+ fóbico hace referencia a cualquier tipo de agresión destinada a personas cuya orientación sexual real o percibida, la de un familiar o amistad de la víctima,1 no se ajuste a los patrones heteronormativo,2 mediante el uso de las nuevas tecnologías de comunicación. De este modo, no solo afecta al colectivo de personas homosexuales sino que afecta a toda persona que no cumpla el estereotipo de masculinidad/feminidad tradicional estipulados en los patrones heteronormativos.3 Aunque no existe plena conformidad respecto a la definición,4 la literatura presente define este tipo de violencia desde una visión de multidimensionalidad, en la cual se manifiesta hostigamiento contra la diversidad sexual y de género en general.5 De este modo, la víctima es excluida, aislada y/o amenazada, recibiendo agresiones de manera constante, es decir, los efectos negativos se experimentan a nivel emocional (depresión, baja autoestima), conductual (aislamiento) y en rendimiento académico,6 disminuyendo su autoestima e incrementando el nivel de depresión, estrés e idealización suicida.7
Por otra parte, no se debe obviar cómo el cyberbullying LGBTIQ+ fóbico también se puede desarrollar en las instituciones educativas mediante acciones y políticas basadas en los estereotipos y sin un planteamiento inclusivo. En este sentido, Pichardo8 recuerda cómo la homofobia no opera en lo irracional o en el subconsciente, sino que es un prejuicio construido socialmente en el que se aprende a rechazar la diversidad. En este sentido, es necesario referenciar como Cifuentes9 explica los tres conceptos esenciales en la configuración de comportamientos y actitudes LGBTIQ+ Fóbicos: a) estereotipos, siendo estos entendidos como simplificaciones y asociaciones de ideas,10 b) actitudes, siendo estas la organización de creencias y cogniciones,11 y c) prejuicios, siendo una predisposición negativa hacia un colectivo.12 Por otra parte, Dunn et al.13 exponen que la misoginia o la aversión a la feminidad es un elemento de riesgo en la aparición del acoso, pudiendo ser esta la causa de que las mujeres y hombres de minorías sexuales sufran en mayor medida acoso. Si bien otras investigaciones como Edwards et al.14 mostraron que la orientación sexual de las mujeres no modera el ciberacoso que sufren, estas eran en mayor medida víctimas en comparación con sus homólogos. Por otra parte, es necesario exponer cómo los hombres homosexuales tenían mayor probabilidad de sentirse amenazados que sus homólogos ante una situación de ciberacoso.15
En cuanto al perfil del agresor, es necesario exponer que no existe un perfil unívoco, pero sí existe conformidad en una serie de aspectos, como los elevados prejuicios y disposición poco tolerante ante la diversidad afectivo-sexual,16 dificultades en inteligencia emocional y también en empatía,17 falta de información sobre este colectivo18 o bajo nivel socio-educativo,19 siendo estos no sólo elementos propios de la psicología de las diferencias individuales, sino factores culturales y sociales de la comunidad, indicando que el entorno es una variable determinante.20 Del mismo modo, el establecimiento de un clima de seguridad y tranquilidad en los centros educativos permite a los estudiantes que forman parte de este colectivo desarrollarse con plena libertad y tranquilidad, mejorando de manera significativa su calidad de vida. Esta situación ocurre prioritariamente en Educación Secundaria, durante el periodo de la adolescencia,21 si bien se mantiene hasta la educación universitaria.22 El efecto del estrés social, desde la teoría de Meyer,23 que sufre este colectivo disminuye su calidad de vida,24 aumentando la prevalencia a sufrir depresión, estrés y baja autoestima.25
Las redes sociales no solo pueden ser origen de malas experiencias, sino que pueden generarse como un espacio de apoyo en el cual se fomentan relaciones positivas, aumentando la red de apoyo y la sensibilización de la sociedad. Estas acciones ayudarían a reducir el estrés y la depresión experimentados por la comunidad LGBTIQ+.26 La complejidad de este tipo de violencia, unida a las alarmantes tasas de prevalencia que sufre este colectivo (ver Tabla 1) en comparación a sus iguales, oscilando entre un 10.5 por ciento y un 71.3 por ciento, junto a una perspectiva inclusiva desde el cual parten las acciones sociales, han provocado el crecimiento de acciones educativas en diferentes naciones con la finalidad de educar en diversidad sexual.27
Autor | Prevalencia | Nación |
Mayock et al. (2009) | El 40% fue víctima de agresiones verbales de carácter homofóbico. | Europeo |
Abreu, R. L. y Kenny, M. C. (2017). | Entre 10.5% y 71.3% de víctimas del colectivo LGBT. | Internacional Estudio de revisión sistemática |
COGAM (2016). | El 70% de las personas LGB ha sufrido o sufre cyberbullying. | España |
Kosciw et al. (2016). | El 85.2% estudiantes LGBTQ experimentaron acoso verbal (por ejemplo, insultos o amenazas). | USA |
Hinduja y Patchin (2011). | El 72% de los estudiantes LGBT fueron víctimas frente al 63% de los estudiantes heterosexuales. | USA |
(Guasp, 2012). | El 55% de los estudiantes LGB sufren acoso homófobo. | Reino Unido |
Martxueta (2014). | El 57.4% de las víctimas de ciberacoso pertenecían a la comunidad LGBTIQ+. | España |
El objetivo del presente trabajo es determinar la incidencia del ciberacoso en adolescentes del colectivo LGBTIQ+ en los últimos años (2016-2020).
Metodología
La implementación del protocolo de investigación se efectuó atendiendo a las especificaciones del manual de revisiones sistemáticas de Cochrane en Higgins y Green28 y PRISMA.29 Por otra parte, los criterios de inclusión y exclusión se suscribieron a lo estipulado por Botella y Sánchez30 y Moreau and Gamble:31
Fecha de publicación: 2016-2020.
Rigurosidad metodológica y ética: evidencia clara de seguimiento de método científico y aplicación de criterios éticos en el proceso de investigación de acuerdo con los principios de PICO.32
Instrumentos de medida: las variables habrán sido medidas mediante pruebas psicométricas baremadas.
Idioma: inglés o castellano.
Por lo que respecta a los criterios de exclusión se determinaron según las indicaciones de Botella y Sánchez33 y Moreau and Gamble:34
La determinación de datos incongruentes, imprecisos o la ausencia básica de tratamiento de datos, tanto de naturaleza cualitativa como cuantitativa, así como la baremación incorrecta de los instrumentos psicométricos son factores que implican el rechazo de la investigación.
Acciones booleanas empleadas en la estrategia
La estrategia de búsqueda. Esta se realizó en tres bases de datos: Psycoinfo, Scopus y Proquest. La búsqueda se efectuó en abril de 2021. Se seleccionó la siguiente acción booleana: “cyberbullying OR cybervictims OR cyberbullies AND xenophobia” (ver Figura 1).
Se codificaron de manera manual y sistemática cada una de las investigaciones mediante la lectura del abstract, título y palabras clave. Este proceso permite determinar qué investigaciones tratan la temática. Igualmente, es necesario indicar que en este proceso la mayor parte de los resultados fueron excluidos, pues en su mayoría no trataban ambas variables. En segundo lugar, se aplicaron los criterios de inclusión y exclusión.
Resultados
Descripción demográfica
Recientemente, entre los años 2016 y 2021, se han desarrollado interesantes investigaciones que persiguen la finalidad de estudiar en detenimiento la relación entre pertenecer a minorías sexuales y el ciberacoso. En total, la revisión sistemática se compone de 14 estudios con 15 muestras (una de las investigaciones es longitudinal) que suman un total de 38,164 adolescentes y jóvenes con una edad media de 17.72 años. En lo referente al tamaño de las muestras (véase Tabla 2), la más pequeña se compone de 125 y la mayor de 19,082 participantes. Además, la revisión aúna investigaciones europeas (Francia, Italia, Bélgica, España), norteamericanas (EE. UU. y Canadá) y asiáticas (Taiwan), tal y como se puede observar en la Tabla 3. En cuanto a la antropología, es necesario referenciar que la mayor parte de la muestra concierne a países europeos, siendo esto indicativo de la necesidad de estudio y concienciación en otras zonas geográficas.
Nación | Bélgica | Canadá | España | Francia | Israel | Italia | Suecia | Taiwan | EE.UU. |
Muestra | 2074 | 1748 | 4065 | 1889 | 347 | 3470 | 4989 | 500 | 19082 |
Referencia | Tamaño muestra | Edad | Nacionalidad |
(Sterzing et al., 2016) | 125 | 15-19 | EE. UU. |
(Camodeca et al., 2019) | 197 | 16.32 | Italia |
(Dermody et al., 2016) | 290 | 17.08 | EE. UU. |
(Zerach, 2016) | 347 | -- | Israel |
(Otis et al., 2016) | 400 | 32.8 | EE. UU. |
(Wang et al., 2018) | 500 | 20-25 | Taiwán |
(Elipe et al., 2018) | 533 | 14.9 | España |
(Desmet et al., 2021) | 1,037 | 15.2 | Bélgica |
(Desmet et al., 2018) | 1,037 | 12-18 | Bélgica |
(Garaigordobil y Larrain, 2020) | 1,784 | 13-17 | España |
(Blaya y Audrin, 2019) | 1,889 | 14.63 | Francia |
(Tintori et al., 2021) | 3,273 | 16 | Italia |
(Donahue et al., 2017) | 4,989 | 18 | Suecia |
Larrain y Garaigorgobil (2020) | 1,748 | 14-18 | España |
Discusión y conclusiones
La revisión sobre el cyberbulliyng LGBTIQ+ fóbico muestra una prevalencia creciente. La evidencia científica nos dice que, en los últimos años, entre el 10.5 por ciento y el 71.30 por ciento del colectivo ha sufrido ciberviolencia.35 Estas cifras son semejantes al estudio de COGAM,36 quien expone que el 70 por ciento de las personas de este colectivo ha sufrido o está sufriendo ciberacoso en España. Aunque no existe un modo único de ciberagresión,37 la intensidad y cronicidad de estos episodios de humillación, aislamiento y hostigamiento provocan importantes consecuencias emocionales en las víctimas.38 De este modo, pertenecer al colectivo LGBTIQ+ implica mayor probabilidad de padecer ciberacoso.39 Además, la evidencia científica expone que las mujeres de este colectivo se encuentran afectadas por este problema en mayor medida que sus compañeros de sexo masculino.40
En lo que respecta a las consecuencias emocionales, encontramos unanimidad en los resultados de la revisión sistemática. La tasa de angustia, ansiedad, idealización suicida, depresión, baja autoestima, aislamientos y bajo rendimiento académico entrañan un perfil complejo, en el que la víctima se siente desbordada por la situación e incluso presenta un mayor consumo de estupefacientes.41 En este sentido, la orientación sexual sí que media en la intensidad de las consecuencias socio-emocionales, pues tanto las cibervíctimas como los ciberagresores con una orientación no-heterosexual sufren mayores tasas de depresión, sintomatología patológica a excepción de ansiedad social.42 Además, es necesario referenciar que las consecuencias psicológicas del ciberacoso también pueden llegar a mantenerse en la edad adulta.43
En lo relativo a los acosadores, no encontramos un perfil definido. De inicio, algunas investigaciones lo asocian al sexo masculino y a una orientación sexual heterosexual,44 mientras que otras exponen que no hay diferencias significativas en la orientación sexual y el sexo de los agresores.45 Sin embargo, sí existe consenso en cuanto al perfil psicológico. De inicio, al igual que las víctimas, los agresores experimentan en mayor medida depresión, ansiedad social y síntomas psicopatológicos como somatización y sensibilidad interpersonal.46 Del mismo modo, los agresores destacan por una frialdad emocional y desconexión moral.47 Sin embargo, no todas las variables son propias de la personalidad, ya que también encontramos que el concepto de identidad social de Tajfel48 media en este proceso. Los agresores se posicionan en un endogrupo donde tratan de determinar su visión de la realidad como única y hegemónica. En este proceso, los prejuicios, estereotipos y la discriminación afloran, de forma que ejecutan acciones homófobas a la vez que toleran altos niveles de violencia y mantienen altos niveles de autoestima.49
Del mismo modo, existen una serie de elementos sociales y ambientales que reducen la probabilidad de ciberacoso. Entre ellos, destacan un consumo bajo de alcohol, una red familiar y de amistad sólida, apoyo social y apoyo institucional.50 De forma más concreta, es necesario indicar que el apoyo de la familia reduce la tasa de ansiedad,51 a la vez que el control psicológico de las familias se asocia con una mayor idealización suicida.52 Del mismo modo, el apoyo institucional y su activismo reduce la prevalencia del ciberacoso hacia los colectivos minoritarios.53
Como contribuciones prácticas y futuras líneas de investigación se concluye la necesidad imperiosa de realizar intervenciones de sensibilización y concienciación en los centros de educación secundaria. Aunque las actividades informativas cumplen una importante función y muestran a la sociedad el papel de apoyo de las instituciones, es necesario realizar intervenciones en inteligencia emocional54,55. En este sentido, encontramos cómo la frialdad emocional y la desconexión emocional son elementos clave en el mantenimiento del ciberacoso. Las intervenciones que parten del desarrollo de competencias emocionales, en las que la empatía y el perdón son las principales claves de acción, refieren mejoras significativas en la reducción del ciberacoso.56
Se concluye, entonces, que los estereotipos, los prejuicios y el miedo a la diversidad sexual son factores que contribuyen al mantenimiento del ciberacoso contra el colectivo LGBTIQ+, a la vez que el apoyo social, familiar e institucional se erigen como elementos protectores.