Introducción
Este artículo analiza el consumo de drogas en estudiantes de Artes de la Universidad Veracruzana, una de las universidades públicas más importantes de México debido a su amplia oferta educativa (331 programas educativos) y al número de estudiantes -alrededor de 70 mil-, inscritos en sus tecnicaturas, licenciaturas y posgrados (UV en Números, 2021).
Las drogas, independientemente de su estatus legal, actúan sobre el cerebro estimulando o inhibiendo el funcionamiento a nivel neuronal. Provocan efectos físicos y psicológicos que son buscados por los consumidores, a pesar de los daños que provocan en la salud de las personas y en su entorno familiar y social. El incremento del consumo de drogas legales e ilegales, el surgimiento de nuevas sustancias psicotrópicas cuyo funcionamiento aún no ha sido estudiado, y los cambios registrados en el patrón del consumo durante las últimas décadas, han provocado la preocupación de los gobiernos, de los profesionales de la salud y de los investigadores que observan que la población juvenil, sobre todo la población universitaria, es la más afectada por este problema.
En lo concerniente al consumo de drogas en el ámbito universitario, la mayor parte de los trabajos se centra en algún nivel o área de estudios siendo. Los más frecuentes se realizan con estudiantes de nuevo ingreso a la universidad (Morales, Del Valle, Belmar, Orellana, Soto e Ivanovic, 2011; Morell-Gomiz, García del Castillo, Gázquez Pertusa y García-del Castillo, 2011; Gómez, Herde, Laffee, Lobo y Martin 2007).
Diversos estudios han mostrado un aumento en el consumo de bebidas alcohólicas, tabaco y mariguana (Fernandes, Andrade, Martins, Martins, Rolim y Guerra-Martín, 2019; Carmona, Bueno, Paricio, Peyró y Arévalo, 2019; Fuentes, 2016; Gárciga, Torres y Rodríguez, 2015; Montalvo y Castillo, 2013). Otros refieren que los hombres presentan un mayor consumo, pero que esta conducta en las mujeres está creciendo de manera acelerada (Carmona et al., 2019; Matos de Araujo, Vieira y Meria, 2018; Gárciga et al., 2015). Asimismo, se ha reportado el consumo de fármacos sin prescripción médica como hipnóticos sedantes y tranquilizantes; en estos últimos, el consumo es más frecuente en mujeres (Matos de Araujo et al., 2018; Calderón y Castaño, 2015). Otros trabajos establecieron que la edad promedio para iniciar el consumo de drogas ilegales era entre 19 y 20 años (Calderón y Castaño, 2015; Montalvo y Castillo, 2013), y que las variables que parecen estar más claramente asociadas con el consumo de drogas ilegales en la población universitaria fueron las siguientes: vivir lejos de sus padres o familiares; problemas familiares; el lugar donde vive; con quién vive, e influencia de amigos (Matos de Araujo, Vieira y Meria, 2018; Montalvo y Castillo, 2013; Seguel, Santander y Ramos, 2012).
Por otro lado, destacan dos trabajos que abordan el tema desde una perspectiva más global. El primero es un estudio epidemiológico sobre consumo de drogas en población universitaria de la comunidad andina (Bolivia, Colombia, Ecuador y Perú) realizado en 2016 en cuyos resultados se reporta lo siguiente: el alcohol resultó ser la sustancia legal de mayor consumo entre los universitarios de los cuatro países. Se observó que el consumo era mayor en hombres que en mujeres, y que casi un tercio de los estudiantes consumidores de alcohol en Bolivia y Ecuador fueron clasificados como consumidores de riesgo o con uso perjudicial. Además, 12.1 % de los consumidores mostraron signos de dependencia. En cuanto al tabaco, el estudio reportó una prevalencia de consumo de «alguna vez en la vida» de 54.9 % en Ecuador; de 52.1 % en Perú; en Colombia de 51.5 %, y de 46.3 % en Bolivia. Cabe mencionar que, pese a estas cifras, el estudio establece que son las tasas de menor consumo respecto de otros reportes realizados anteriormente. En el caso de Colombia, se encontró que entre los factores psicosociales asociados al consumo de alcohol destaca la presencia de síntomas -entre moderados y graves- de ansiedad o depresión (González et al., 2013).
De acuerdo con el mismo estudio andino, la droga ilegal de mayor consumo fue la mariguana, afectando en Colombia a 37.6 % de los participantes; al 26.2 % en Ecuador; al 14.3 % del Perú, y a 12.3 % en Bolivia, donde se había consumido «alguna vez en la vida». Entre el 7 % (Perú) y el 33 % (Colombia) de los estudiantes que consumían drogas ilegales consumían dos o más de ellas, durante el último año.
El segundo estudio que abarcó a estudiantes de todas las áreas, regiones, niveles y programas educativos fue el Diagnóstico de Percepción, Riesgo y Consumo de Drogas en Estudiantes de la Universidad Veracruzana (Red Veracruzana de Investigación en Adicciones, REVIVA, 2017) en el cual participaron 19 815 estudiantes. La prevalencia del consumo de drogas «alguna vez en la vida» para el caso del alcohol fue de 68.0 % y de tabaco de 48.5 %. La droga ilegal de mayor consumo «alguna vez en la vida» fue la mariguana, con 16.2 %. A pesar de esto, el estudio permitió identificar la disminución del consumo de todas las drogas, salvo la mariguana, en comparación con un diagnóstico similar realizado en 2012 (De San Jorge-Cárdenas, 2020).
El diagnóstico muestra que el área académica que concentró el mayor consumo de drogas, legales e ilegales, es la de Artes, con 69.3 % para tabaco, 87.5 % en alcohol y 51 % en mariguana. Cabe mencionar que en el caso de esta última droga, su consumo en el área de las Artes prácticamente duplica el consumo del área Biológico-Agropecuaria, que registró el segundo mayor consumo -con 23.7 % «alguna vez en la vida»-, y es más de cuatro veces mayor que el consumo en el área Económico-Administrativa (Gogeascoechea, Ortiz, Díaz y Salas, 2020).
En lo que corresponde a las particularidades del consumo de drogas entre estudiantes del área de Artes, existen algunos estudios que describen prevalencias y factores asociados. Es el caso de dos trabajos realizados en Argentina, que reportaron consumo de cannabis, cocaína, anfetamínicos y alucinógenos (Kaiser, Rodríguez, Zapata, Sacchi, Riestra, Aranda y Rodríguez, 2013; Kaiser, Rodríguez, Aranda, Fader, Mocayar Bermúdez, Pinea Formica, Zapata Sacchi y Rodríguez, 2016).
Otro estudio realizado en una facultad de artes en Chile mostró que 80 % de los estudiantes consumieron alcohol durante el último año, 23.3 % marihuana, 56.7 % tabaco y 10 % tranquilizantes (Sepúlveda, Roa y Muñoz, 2011). En otro estudio realizado en Colombia se encontró que 3.7 % de los estudiantes de esta área consumía drogas (Córdoba, Betancourth y Tacán, 2017). Un trabajo más, realizado en Cuba con el objetivo de conocer los factores de riesgo para el consumo de drogas en estudiantes de artes plásticas, encontró que la sustancia de mayor consumo fue el alcohol, seguida por los medicamentos sin prescripción y el tabaco. Además, en este estudio se informó que el principal factor individual de riesgo asociado al consumo, fue la información distorsionada y escasa referente al tema de las adicciones; en cambio, en el ámbito social los factores de riesgo más relevantes fueron la convivencia en hogares donde el consumo de sustancias es frecuente y prácticamente cotidiano, la disponibilidad (venta legal o ilegal) de sustancias adictivas, así como la carencia de opciones recreativas y accesibles para los jóvenes (Iglesias, Fabelo y Araujo, 2012).
En otra investigación sobre uso de medicamentos sin prescripción entre universitarios de Madrid, se encontró que 52.63 % de los estudiantes de artes consumieron este tipo de drogas. El porcentaje de automedicación en hombres fue 63.64 %, mientras que en mujeres fue 58.26 %. Al comparar estos resultados con otros estudios realizados en España, se destaca a los estudiantes universitarios como unos de los colectivos en los que la prevalencia de automedicación es más elevada (Garcés, Delgado y Pacheco, 2014).
Con base en estos resultados, las autoras de este trabajo definieron como objetivo buscar la asociación entre el consumo de drogas en estudiantes de Artes y algunos factores psicosociales relacionados, por ejemplo: sexo, edad, semestre o periodo, calificaciones, funcionamiento familiar, uso de tiempo libre, autoestima, ansiedad, depresión, autocontrol y patrón de consumo, entre otros.
Método
Diseño de estudio y fuente de información
La fuente de información de este trabajo fue la base de datos del Segundo Diagnóstico de Percepción, Riesgo y Consumo de Drogas en Estudiantes de la Universidad Veracruzana. Este diagnóstico es un estudio cuantitativo, transversal y analítico realizado por REVIVA en 2017, en el que participaron estudiantes de todas las áreas, regiones, niveles y programas educativos de esta Institución de Educación Superior.
Participantes
Para este trabajo únicamente se analizó la información que corresponde a las variables de interés y a los datos proporcionados por los estudiantes inscritos en los Programas Educativos del Área de Artes: Danza Contemporánea, Educación Musical, Música, Fotografía, Teatro, Educación Artística en modalidad a distancia, Artes Visuales, Diseño de la Comunicación Visual, Estudio de Jazz y Técnico Superior Universitario en Diseño Asistido por Computadora y en Fotografía, que se ubican fundamentalmente en Xalapa, la capital del estado de Veracruz, en donde se concentra esta oferta educativa. La participación fue de 197 estudiantes que finalizaron el cuestionario de manera voluntaria y anónima.
Las características sociodemográficas de los participantes fueron las siguientes: edad mínima de 17 años y máxima de 55, con un promedio de edad de 22 ± 6. Cabe mencionar que en el área de Artes se aceptan adolescentes que aún no concluyen su educación media superior pero que ya están estudiando alguna de las disciplinas. El 63 % de los participantes fueron mujeres y el 37 % hombres. El 89.1 % de los participantes eran solteros.
Instrumento
Se utilizó el Cuestionario de Consumo de Drogas en Estudiantes Universitarios (CODEU-2), integrado por 273 preguntas, que se construyó a partir de diversas escalas e indicadores. Para efectos de este estudio se incluyen las relacionadas con:
Información sociodemográfica: edad, sexo, estado civil y lugar de residencia.
Información académica: carrera, región, semestre y promedio de calificaciones.
Información sobre consumo de drogas: «alguna vez en la vida», «en los últimos doce meses» y «en los últimos treinta días» de sustancias legales (alcohol y tabaco), médicas sin prescripción (estimulantes y tranquilizantes) e ilegales (mariguana, cocaína, crack, alucinógenos, inhalables, metanfetaminas y heroína).
Test AUDIT para medir los trastornos debido al consumo de alcohol, que establece cuatro niveles de riesgo: de 1 a 7 puntos, «consumo de menor riesgo»; de 8 a 15, «consumo de riesgo moderado»; de 16 a 19, «consumo de alto riesgo», y de 20 a 40 «consumo de muy alto riesgo» (Babor, Higgins-Biddle, Saunders y Monteiro, 2001).
Test Fagerström, que evalúa el nivel de adicción a la nicotina: «dependencia baja» de 1 a 3 puntos; «dependencia moderada» de 4 a 7, y «dependencia alta» 8 puntos o más. (Gómez Rodríguez. 2010).
Test CAST, para medir el consumo problemático de mariguana: «bajo riesgo» (0-1); «riesgo moderado» (2-3), y «alto riesgo» (4-6) (Niubó, Torrens, Suelves y Domingo-Salvany, 2013).
APGAR familiar (Gómez y Ponce, 2010) para evaluar el funcionamiento familiar. Los puntos de corte fueron: 0.0 a 0.7 «disfunción muy grave»; 0.8 a 1.5 «disfunción grave»; 1.6 a 2.3 «disfunción leve», y 2.4 a 3.0 «normofuncional».
Uso del tiempo libre, construida a través de las escalas de uso del tiempo libre para el afrontamiento (LCSS-M) adaptada y validada por Vanegas y González (2014), la Escala de Evaluación de los Resultados-2 (EERES-2) de Errasti, Fernández, Secades y Vallejo (2002) y otra diseñada para población colombiana por Mosquera y Galindo (2010). Los puntos de corte fueron: 0.0 a 0.7 uso de tiempo libre «con riesgo alto»; 0.8 a 1.5 «con riesgo moderado»; 1.6 a 2.3 «con riesgo mínimo», y 2.4 a 3.0 uso del tiempo libre «sin riesgo».
Escala de Ansiedad de Goldberg, Briedges y Duncan-Jones (1989). Es útil para identificar la presencia de síntomas de ansiedad. Los puntos de corte fueron: 0 a 1 «normofuncional», y 2 a 4 «presencia de síntomas de ansiedad» (Montón, Pérez-Echevarría y Campos, 1993; González, García y Córdova, 2004).
Escala de Depresión de Goldberg (1989) en Montón et al. (1993) que mide síntomas de depresión: 0 «normofuncional» y 1 a 4 «presencia de síntomas de depresión».
Escala de Autoestima de Rosenberg (1973). Los puntos de corte fueron: 1.0 a 1.6 «muy baja»; 1.7 a 2.4 «baja»; 2.5 a 3.2 «media», y 3.3 a 4.0 «muy alta».
Inventario de Detección de Consumo de Drogas Revisado (DUSI-R, por sus siglas en inglés) para medir el nivel de autocontrol. Se tomaron indicadores conductuales de agresividad y bajo control de impulsos, dejando fuera las preguntas relativas a alteraciones afectivas. Los puntos de corte fueron: «muy bajo», «bajo», «alto» y «muy alto» (Díaz Negrete, González Sánchez y García Aurrecoechea, 2006).
Se realizó una prueba piloto del cuestionario con un grupo de universitarios con características similares a las de la población de estudio, y se obtuvo la validación estadística correspondiente. Para calcular la confiabilidad estadística de cada una de las escalas, se utilizó la prueba Alpha de Cronbach. Además, se recurrió a un panel de expertos conformado de acuerdo con los criterios recomendados por Skjong y Wentworht (2000) que analizó la validez de constructo con resultados favorables.
Procedimiento
Después de una intensa campaña -identificada como Percíbete 2 por la comunidad universitaria-para la promoción de la participación, en la que colaboraron autoridades universitarias, tutores y representantes estudiantiles, se llevó a cabo un sondeo en línea. Se utilizó la plataforma Lyme Survey para que los estudiantes interesados ingresaran desde cualquier dispositivo electrónico (teléfonos inteligentes, computadoras portátiles, tabletas, computadoras de escritorio) y cualquier lugar (centros de cómputo universitarios, cibercafés u hogares). Con el fin de garantizar el anonimato, no se solicitó ningún dato personal. Para trabajar con la base de datos y abordar el tema que se presenta en este trabajo, se solicitó la autorización de REVIVA y se registró en un catálogo de proyectos y estudios derivados del Diagnóstico.
Análisis estadístico
El análisis de la base de datos se realizó mediante estadísticas descriptivas aplicadas a las distintas variables -frecuencias, porcentajes y medidas de tendencia central- utilizando el programa IBM SPSS versión 23 para Windows. Para identificar las diferencias entre variables se utilizó la prueba exacta de Fisher y ji al cuadrado. En ambos casos se consideró una significancia estadística cuando p < 0.05. Con el mismo paquete estadístico, se hizo un análisis de correspondencia múltiple para caracterizar a los estudiantes que consumen drogas.
Resultados
Los resultados se estructuraron de la siguiente manera: primero se presentan las características académicas de la población de estudio; posteriormente, se analizó el consumo de drogas legales e ilegales y se realizó un análisis bivariado que relaciona las variables psicosociales hasta aquí descritas. Finalmente se muestra el análisis de correspondencia múltiple para caracterizar a los estudiantes que consumen drogas.
Características académicas de los estudiantes
La mayor parte de los participantes en este estudio se concentraron en el programa educativo de Danza Contemporánea (41.7 %), seguido por Educación Musical (12.5 %), Música (8.9 %), Fotografía (7.3 %), Teatro (5.7 %), Educación Artística en modalidad a distancia (5.2 %), Artes Visuales (3.6 %), Diseño de la Comunicación Visual (3.1 %), Estudios de Jazz (3.1 %), Técnico Superior Universitario en Diseño Asistido por Computadora (8.35) y en Fotografía (0.5 %). El promedio de calificaciones fue de 8.7 ± 0.7 y un intervalo de 5 mínimo y 10 máximo. El 78.8 % refirió estar muy satisfecho con lo que estudiaba; 95.8 % creía que sí terminaría sus estudios y obtendría su título. El 85.4 % cursaba los periodos iniciales e intermedios; 10.9 % los periodos avanzados, y 3.6 % eran estudiantes rezagados, es decir, que la mayor parte de su generación ya había concluido la carrera y/o se había titulado.
Consumo de drogas entre los estudiantes del área de Artes
En lo que se refiere al consumo de drogas legales, se consigna el consumo «alguna vez en la vida» en los últimos doce meses y en los últimos treinta días. El consumo de tabaco «alguna vez en la vida» fue de 69.3 %, en los últimos doce meses de 41.1 % y en los últimos treinta días 31.3 %. Los resultados muestran una presencia importante en el ámbito universitario a pesar de que, en el caso del tabaco, la Universidad cuenta con un programa de edificios libres de humo de tabaco, además de que se prohíbe el consumo de cualquier droga dentro de las instalaciones. Por su parte, el consumo de alcohol «alguna vez en la vida» alcanzó a 87.5 % de los estudiantes en los últimos doce meses a 78.6 %, y en los últimos treinta días a 66.7 % (Tabla 1).
Drogas legales | n = 192 | |
---|---|---|
F | % | |
Tabaco | ||
Alguna vez en la vida | 133 | 69.3 |
En los últimos doce meses | 79 | 41.1 |
En los últimos treinta días | 60 | 31.3 |
Alcohol | ||
Alguna vez en la vida | 168 | 87.5 |
En los últimos doce meses | 151 | 78.6 |
En los últimos treinta días | 128 | 66.7 |
Fuente: Elaboración propia a partir del Segundo diagnóstico de percepción, riesgo y consumo de drogas en estudiantes universitarios.
En lo que corresponde al consumo de drogas ilegales «alguna vez en la vida», se observa que 51 % de los estudiantes que participaron en el estudio realizado en 2017 había consumido mariguana; 15.1 % alucinógenos (hongos, peyote, mezcalina, LSD, ayahuasca, PCP y/o éxtasis, entre otros); 14.6 % había consumido drogas médicas sin prescripción o receta médica -como estimulantes (Adderall, efedrina, bencedrina, dexedrina, y/o dexamil), tranquilizantes (Rohypnol, Librium, Valium, Diazepam) y otros opiáceos (Morfina, Codeína, Demerol, Oxycontin)-; el 9.4 % cocaína; 7.3 % metanfetaminas; 2.6 % crack o piedra; 2.6 % solventes inhalables, y 0.5 % heroína.
En referencia al consumo en los últimos doce meses, se encontró que 30.7 % de los estudiantes había consumido mariguana, 9.4 % drogas médicas sin prescripción, 6.8 % alucinógenos, 4.2 % cocaína y 3.6 % metanfetaminas. Por su parte, el consumo en los últimos treinta días registró una tendencia similar ya que 18.2 % había consumido mariguana, 3.6 % drogas médicas sin prescripción o receta y 1 % alucinógenos (Tabla 2).
Droga | n = 192 | |
---|---|---|
F | % | |
Alguna vez en la vida | ||
Mariguana | 98 | 51.0 |
Cocaína | 18 | 9.4 |
Crack o piedra | 5 | 2.6 |
Alucinógenos | 29 | 15.1 |
Solventes inhalables | 5 | 2.6 |
Metanfetaminas | 14 | 7.3 |
Heroína | 1 | 0.5 |
Drogas médicas sin prescripción | 28 | 14.6 |
En los últimos doce meses | ||
Mariguana | 59 | 30.7 |
Cocaína | 8 | 4.2 |
Crack o piedra | 1 | 0.5 |
Alucinógenos | 13 | 6.8 |
Solventes inhalables | 1 | 0.5 |
Metanfetaminas | 7 | 3.6 |
Heroína | -- | -- |
Drogas médicas sin prescripción | 18 | 9.4 |
En los últimos treinta días | ||
Mariguana | 35 | 18.2 |
Cocaína | 1 | .5 |
Crack o piedra | -- | -- |
Alucinógenos | 2 | 1 |
Solventes inhalables | 1 | .5 |
Metanfetaminas | 1 | .5 |
Heroína | -- | -- |
Drogas médicas sin prescripción | 7 | 3.6 |
Fuente: Elaboración propia a partir del Segundo diagnóstico de percepción, riesgo y consumo de drogas en estudiantes universitario.
Al analizar las características sociodemográficas y académicas de los estudiantes que consumieron drogas «alguna vez en la vida», se encontró que en el consumo de drogas legales, 88.4 % de las mujeres y 91.5 % de los hombres las consumieron. En cuanto a la edad, se encontró que 89.8 % de los menores de 22 años y 89.3 % de los mayores de 22 años las consumieron.
Respecto al semestre de estudio, 86.6 % de los que consumieron cursaban semestres iniciales, 92.7 % intermedios, 86.7 % avanzados y el total de los rezagados. Las calificaciones obtenidas por los estudiantes que consumían van de 8.5 a 10, sin embargo, los estudiantes que mostraron menor consumo son aquellos que obtuvieron las calificaciones más altas (de 9.5 a 10). En resumen, se observó que no hubo diferencias estadísticamente significativas en ninguna de las variables de la Tabla 3. En lo que se refiere al consumo de drogas ilegales «alguna vez en la vida», se obtuvo que el 52.1 % de los hombres y el 50.4 % de las mujeres las consumieron, así como el 46.3 % de los menores de 22 años y el 57.1 % de los mayores de 22 años.
Características | Drogas legales n = 192 | Drogas ilegales n = 192 | ||||
---|---|---|---|---|---|---|
Consumo n = 172 f (%) |
No consumo n = 20 f (%) |
Total N = 192 f (%) |
Consumo n = 98 f (%) |
No consumo n = 94 f (%) |
Total N = 192 f (%) |
|
Sexo 1 | ||||||
Hombre | 65 (91.5) | 6 (8.5) | 71 (100.0) | 37 (52.1) | 34 (47.9) | 71 (100.0) |
Mujer | 107 (88.4) | 14 (11.6) | 121 (100.0) | 61 (50.4) | 60 (49.6) | 121 (100.0) |
Edad 2 | ||||||
Menor de 22 años | 97 (89.8) | 11 (10.2) | 108 (100.0) | 50 (46.3) | 58 (53.7) | 108 (100.0) |
Mayor o igual a 22 años | 75 (89.3) | 9 (10.7) | 84 (100.0) | 48 (57.1) | 36 (42.9) | 84 (100.0) |
Semestre de estudio 3 | ||||||
Iniciales | 71 (86.6) | 11 (13.4) | 82 (100.0) | 42 (51.2) | 40 (48.8) | 82 (100.0) |
Intermedios | 76 (92.7) | 6 (7.3) | 82 (100.0) | 39 (47.6) | 43 (52.4) | 82 (100.0) |
Avanzados | 18 (85.7) | 3 (14.3) | 21 (100.0) | 12 (57.1) | 9 (42.9) | 21 (100.0) |
Rezagados | 7 (100.0) | 0 (0.0) | 7 (100.0) | 5 (71.4) | 2 (28.6) | 7 (100.0) |
Promedio de calificaciones 4 | ||||||
Menor a 8.5 | 48 (90.6) | 5 (9.4) | 53 (100.0) | 25 (47.2) | 28 (52.8) | 53 (100.0) |
8.5 a 8.9 | 36 (90.0) | 4 (10.0) | 40 (100.0) | 22 (55.0) | 18 (45.0) | 40 (100.0) |
9.0 a 9.4 | 59 (92.2) | 5 (7.8) | 64 (100.0) | 35 (54.7) | 29 (45.3) | 64 (100.0) |
9.5 a 10 | 29 (82.9) | 6 (17.1) | 35 (100.0) | 16 (45.7) | 19 (54.3) | 35 (100.0) |
Nota: Valor p < 0.05. Para 1 y 2: se aplicó ji al cuadrado; 3: se aplicó prueba exacta de Fisher y 4: se aplicó prueba exacta de Fisher, ji al cuadrado.
Fuente: Elaboración propia a partir del Segundo diagnóstico de percepción, riesgo y consumo de drogas en estudiantes universitarios.
En cuanto a las características académicas, los estudiantes que cursaban los semestres avanzados y los rezagados fueron quienes mostraron un mayor porcentaje de consumo (57.1 % y 71.4 % respectivamente). En el análisis de los promedios obtenidos por los estudiantes, se observa que no hay afectaciones en quienes consumen drogas. De la misma manera, ninguna de las asociaciones entre el consumo de drogas y las variables sociodemográficas y académicas fueron estadísticamente significativas (Tabla 3).
Con el objetivo de entender el patrón de consumo de las tres drogas de mayor consumo entre los estudiantes de Arte, se analizaron los resultados del test AUDIT, que mide el trastorno por consumo de alcohol durante el último año (n = 151); del test Fagerström, que evalúa el nivel de adicción a la nicotina en quienes consumieron tabaco en el último año (n = 79), y de la escala CAST, un instrumento de tamizaje para el consumo problemático de mariguana (n = 59).
El test AUDIT mostró que el 70.9 % de los estudiantes registraban un consumo de bajo riesgo; 23.2 % de riesgo moderado; 3.3 % de alto riesgo, y 2.6 % de muy alto riesgo. En lo que corresponde al test Fagerström, se encontró que el 89.9 % cursaba con dependencia baja a la nicotina; 8.9 % con dependencia moderada, y 1.3 % con dependencia alta. En cuanto a la mariguana, el CAST mostró que el 69.5 % de los estudiantes consumidores tenían un bajo riesgo; 22.0 % un riesgo moderado, y 8.5 % un alto riesgo.
El análisis del consumo de drogas legales e ilegales «alguna vez en la vida» asociado a algunos factores psicosociales muestra que, en referencia al consumo de drogas legales, 43 % registró una disfunción leve en el funcionamiento familiar, y 9.8 % de grave a muy grave. Alrededor del 91 % de los estudiantes de Artes reportó hacer uso de tiempo libre sin riesgo, frente a un 4.6 % con un riesgo de medio a alto. El 11.6 % mostró baja autoestima, y el 43 % media. Asimismo, el 52.9 % registró síntomas de ansiedad, y 75 % mostró síntomas de depresión. En lo que se refiere al autocontrol, 82.6 % de los estudiantes presentaron un nivel muy alto, lo que resultó ser estadísticamente significativo.
En cuanto a los estudiantes que habían consumido drogas ilegales «alguna vez en la vida», se registró que 46.9 % presentó una disfunción leve en el funcionamiento familiar. El uso de tiempo libre varió entre riesgo mínimo y riesgo alto en 10.2 % de los estudiantes. Asimismo, se observó que 12.2 % presentaba baja y muy baja autoestima; 57.1 % presentó síntomas de ansiedad, y 75.5 % síntomas de depresión. Nuevamente, el autocontrol mostró diferencias estadísticamente significativas (p < 0.05) en niveles de alto y muy alto en el 96.3 % de los estudiantes con este tipo de consumo (Tabla 4).
Factor psicosocial | Drogas legales N = 192 | Drogas ilegales N = 192 | ||
---|---|---|---|---|
Consumo n = 172 f (%) |
No consumo n = 20 f (%) |
Consumo n = 98 f (%) |
No consumo n = 94 f (%) |
|
Funcionamiento familiar 1 | ||||
Normofuncional | 81 (47.1) | 14 (70.0) | 41 (41.8) | 54 (57.4) |
Disfunción leve | 74 (43.0) | 6 (30.0) | 46 (46.9) | 34 (36.2) |
Disfunción grave | 14 (8.1) | 0 (0) | 9 (9.2) | 5 (5.3) |
Disfunción muy grave | 3 (1.7) | 0 (0) | 2 (2.0) | 1 (1.1) |
Uso de Tiempo libre 2 | ||||
Sin riesgo | 157 (91.3) | 19 (95.0) | 88 (89.8) | 88 (93.6) |
Con riesgo mínimo | 7 (4.1) | 0 (0) | 4 (4.1) | 3 (3.2) |
Con riesgo medio | 5 (2.9) | 0 (0) | 4 (4.1) | 1 (1.1) |
Con riesgo alto | 3 (1.7) | 1 (5.0) | 2 (2.0) | 2 (2.1) |
Autoestima3 | ||||
Muy baja | 2 (1.2) | 0 (0) | 1 (1.0) | 1 (1.1) |
Baja | 20 (11.6) | 2 (10.0) | 11 (11.2) | 11 (11.7) |
Media | 74 (43.0) | 7 (35.0) | 47 (48.0) | 34 (36.2) |
Alta | 76 (44.2) | 11 (55.0) | 39 (49.8) | 48 (51.1) |
Ansiedad 4 | ||||
Normofuncional | 81 (47.1) | 14 (70.0) | 42 (42.9) | 53 (56.4) |
Presencia de síntomas de ansiedad | 91 (52.9) | 6 (30.0) | 56 (57.1) | 41 (43.6) |
Depresión 5 | ||||
Normofuncional | 43 (25.0) | 7 (35.0) | 24 (24.5) | 26 (27.7) |
Presencia de síntomas de depresión | 129 (75.0) | 13 (65.0) | 74 (75.5) | 68 (72.3) |
Nivel de autocontrol 6 | ||||
Bajo | 3 (1.7) | 0 (0) | 3 (3.8) | 0 (0) |
Alto | 27 (15.7) | 0 (0) | 20 (2.5) | 7 (7.4) |
Muy alto | 142 (82.6) | 20 (100) | 75 (93.8) | 87 (92.6) |
Nota: Valor p < 0.05 para drogas ilegales. Para 1, 2, 3, 6: Se aplicó prueba exacta de Fisher; 4, 5: se aplicó ji al cuadrado.
Fuente: Elaboración propia a partir del Segundo diagnóstico de percepción, riesgo y consumo de drogas en estudiantes universitarios.
Análisis de correspondencia múltiple
Para caracterizar a los estudiantes que consumieron drogas legales e ilegales «alguna vez en la vida», se realizó un análisis de correspondencia múltiple, que se presenta en las Figuras 1 y 2. Para elaborar dichas figuras se utilizó el programa XLSTAT. Para obtener una mejor visualización se recodificaron las variables como a continuación se muestra. Generación (1 = Iniciales, 2 = Intermedios, 3 = Avanzados, 4 = Rezagados). Sexo (1 = Hombre, 2 = Mujer). Edad (1 = Menores de 22 años, 2 = Mayores o iguales de 22 años). Promedio de calificaciones (1 = Menor a 8.5, 2 = 8.5 a 8.9, 3 = 9.0 a 9.4, 4 = 9.5 a 10). Indicador AUDIT (0 = No consumo, 1 = Consumo de menor riesgo, 2 = Consumo de riesgo moderado, 3 = Consumo de alto riesgo, 4 = Consumo de muy alto riesgo). Indicador Fagerström (0 = No consumo, 1 = Dependencia baja, 2 = Dependencia moderada, 3 = Dependencia alta). Indicador CAST (0 = No consumo, 1 = Bajo riesgo, 2 = Riesgo moderado, 3 = Alto riesgo). Nivel de funcionamiento familiar (1 = Normofuncional, 2 = Disfunción leve, 3 = Disfunción grave, 4 = Disfunción muy grave). Uso del tiempo libre durante el fin de semana (1 = Uso sin riesgo, 2 = Uso con riesgo mínimo, 3 = Uso con riesgo moderado, 4 = Uso con riesgo alto). Autoestima (1 = Muy baja, 2 = Baja, 3 = Media, 4 = Alta). Ansiedad (0 = Normofuncional, 1 = Presencia de síntomas de ansiedad). Depresión (0 = Normofuncional, 1 = Presencia de síntomas de depresión). Autocontrol (1: Muy bajo, 2: Bajo, 3: Alto, 4: Muy alto).
Fuente: Elaboración propia a partir del Segundo diagnóstico de percepción, riesgo y consumo de drogas en estudiantes universitarios.
Fuente: Elaboración propia a partir del Segundo diagnóstico de percepción, riesgo y consumo de drogas en estudiantes universitarios.
En lo que respecta al consumo de drogas legales, la inercia total fue de 2.23, obteniendo cinco componentes. De estos cinco se tomaron los dos primeros, que explican el 16.47 % de la variabilidad. Se identificaron cuatro grupos:
Grupo 1 (Cuadrante I): Estudiantes, en su mayoría del sexo femenino, con promedio menor a 8.5 y pertenecientes al periodo intermedio. Presentan indicadores de consumo AUDIT y FAGERSTRÖM muy altos y una autoestima muy baja.
Grupo 2 (Cuadrante II): Estudiantes mayores de 22 años con promedio de 9 a 9.4, pertenecientes al periodo avanzado de estudios. Presentan autocontrol y autoestima muy altos, sin signos de depresión y ansiedad, con familia normofuncional y uso del tiempo libre durante el fin de semana sin riesgo o con riesgo moderado. Presentan además indicadores de consumo bajos de acuerdo con el AUDIT y el Fagerström.
Grupo 3 (Cuadrante III): Estudiantes, en su mayoría del sexo masculino, de periodos de estudio tanto iniciales como rezagados, con promedio generalmente de 9.5 a 10. Presentan una disfunción familiar leve y uso del tiempo libre durante el fin de semana con muy alto riesgo.
Grupo 4 (Cuadrante IV): Estudiantes, en su mayoría menores de 22 años, con promedio de 8.5 a 9, con niveles de autocontrol medio a alto. Presentan síntomas de depresión, ansiedad, baja autoestima y disfunción familiar grave y muy grave. Usan su tiempo libre durante el fin de semana con riesgo y tienen indicadores de consumo AUDIT y Fagerström con riesgo moderado hasta alto (Figura 1).
En el consumo de drogas ilegales, se encontró que la inercia total fue 2.385 y se obtuvieron también cinco componentes, de los cuales se tomaron los tres primeros, que explican el 17.75 % de la variabilidad. Se identificaron tres grupos:
Grupo 1 (Cuadrante II): Estudiantes, en su mayoría del sexo femenino, con promedio de 9 a 9.4, mayores de 22 años y pertenecientes a los periodos de estudio avanzados y rezagados. Presentan niveles de autocontrol y autoestima muy altos, sin signos de depresión y ansiedad, con familia normofuncional y uso del tiempo libre durante el fin de semana sin riesgo, además de indicadores de consumo AUDIT, CAST y Fagerström bajos.
Grupo 2 (Cuadrante III): Estudiantes de semestres iniciales con promedio alto, disfunción familiar leve, nivel de autoestima medio, usan su tiempo libre durante el fin de semana con riesgo moderado a alto.
Grupo 3 (Cuadrante IV): Estudiantes, en su mayoría del sexo masculino, menores de 22 años, con promedios hasta 8.9. Presentan síntomas de depresión, ansiedad, niveles de autocontrol y autoestima bajos, tienen una disfunción familiar grave y usan su tiempo libre durante el fin de semana con riesgo; además, presentan indicadores de consumo AUDIT, CAST y Fagerström de moderados a altos (sobre todo CAST).
Discusión
Recapitulando: debido a que en el Segundo Diagnóstico de la Percepción, Riesgo y Consumo de Drogas en Estudiantes Universitarios, el área de Artes de la Universidad Veracruzana concentró el mayor consumo de drogas legales e ilegales, el trabajo se propuso analizar el consumo de drogas en esta área y su asociación con algunos factores sociodemográficos, académicos y psicosociales.
En lo que concierne al consumo de alcohol y otras drogas, se encontró que los estudiantes del área de Artes de la Universidad Veracruzana registraron un mayor consumo de alcohol «alguna vez en la vida» (87.5 %) en comparación con la población general que, en la ENCODAT 2016, reportó un consumo de 71.3 %. Lo mismo sucede en el consumo en el último año que, en la población nacional, alcanzó un 51.4 %, a diferencia del área académica referida, donde alcanzó al 78.6 % de los estudiantes.
Finalmente, en lo que se refiere al consumo de alcohol en los últimos treinta días, en la universidad se reportó 66.7 % mientras que en la ENCODAT fue de 31.6 %. Adicionalmente, la comparación del consumo de alcohol «alguna vez en la vida» en el área de Artes resultó mayor que el consumo en la universidad en general, en donde fue de 68 %.
En lo que se refiere a drogas médicas -estimulantes y tranquilizantes- sin prescripción, la comparación entre los resultados de la ENCODAT y los de este estudio, muestra que el 3.1 % de la población general había consumido alguna droga médica sin prescripción o receta en 2016, mientras que en el área de Artes esta variable afectaba al 14.6 % de los estudiantes en 2017. Asimismo, la comparación entre los estudiantes de toda la universidad en los diagnósticos realizados en 2012 y 2017 con los estudiantes del área de Artes en esos mismos años, mostró que había un mayor consumo en el área de Artes. Garcés, Delgado y Pacheco (2014) señalan que los estudiantes universitarios son un colectivo con una prevalencia elevada de automedicación.
Por último, en lo referente al consumo de drogas ilegales «alguna vez en la vida», en el último año y en el último mes, la mariguana fue la droga de mayor consumo, tanto en la ENCODAT como en la universidad, específicamente en el área de Artes. Los alucinógenos ocuparon el segundo lugar como droga de mayor consumo en el área de Artes, lo que difiere de los resultados globales obtenidos en los dos diagnósticos universitarios, que reportaron que la droga que ocupó este lugar fue la cocaína.
Al contrastar los resultados de este estudio con el realizado en estudiantes universitarios de los países andinos (UNODC, 2017) se encontró que el consumo de drogas legales en estudiantes de Arte en la Universidad Veracruzana resultó más alto en tabaco que en Ecuador, Bolivia, Colombia y Perú, mientras que en el consumo de alcohol fue más bajo que en Colombia y Ecuador. En lo que se refiere a las drogas ilegales, se observó que el consumo de drogas médicas sin prescripción supera casi tres veces el consumo reportado en los países andinos. En el caso del consumo de mariguana, los estudiantes de Artes de la Universidad Veracruzana superan el consumo de los cuatro países andinos (37.6 % en Colombia, el más alto de los cuatro, frente al 51.0 % en este estudio).
Al comparar los resultados de este trabajo con los obtenidos por Fernandes et al., 2019; Carmona et al., 2019; Fuentes, 2016; Gárciga, Torres y Rodríguez, 2015 y Montalvo y Castillo, 2013 -que señalan que el consumo de alcohol, tabaco y mariguana aumentó en la población universitaria-, se encontró que en el caso de los estudiantes de Artes de la Universidad Veracruzana hubo una disminución en el consumo de alcohol y tabaco «alguna vez en la vida» de todos los estudiantes de esta institución, incluidos los de Artes, respecto de la medición anterior (REVIVA, 2012). Además, en el caso de Artes, se registró un aumento en el consumo de mariguana, del 38.1 % (REVIVA, 2012) al 51.0 %, y el consumo de fármacos sin prescripción médica es mayor en esta área en comparación con el resto.
Por su lado, el trabajo publicado por Kaiser y colaboradores (2016) -en el que participaron estudiantes del área de Artes de una universidad argentina- mostró diferencias con este trabajo, en tanto que se reportó un mayor consumo de todas las drogas, excepto tranquilizantes, mientras que en el área de Artes de la Universidad Veracruzana, el consumo de drogas se redujo en 2016, exceptuando la mariguana y drogas médicas sin prescripción. Asimismo, el consumo de alcohol en los estudiantes de Artes en Veracruz resultó menor que lo reportado por Sepúlveda y colaboradores (2011) en una universidad chilena.
Considerando el objetivo de relacionar el consumo con seis factores psicosociales, se analizó primero el funcionamiento familiar, entendido como la manera en que el estudiante percibe la adaptabilidad de este grupo social ante nuevas situaciones, la vida en común, participación, vinculación emocional, resolución de conflictos y conductas disruptivas en los integrantes de la familia. Se encontró que casi la mitad de los estudiantes que consumían drogas legales e ilegales presentaban una disfunción leve. Sin embargo, los estudiantes menores de 22 años con presencia de síntomas de ansiedad, depresión y baja autoestima presentaron una disfunción familiar grave y muy grave. Se ha documentado que la ausencia física y emocional de los padres, el aislamiento, el rechazo familiar y las afecciones psicológicas, son algunos de los factores que intervienen en la funcionalidad familiar alterada (Musitu, Jiménez y Murgui, 2007; Jaime, Pérez, Rodríguez, Vega, Díaz, 2014; Zambrano, Martínez, Alonso y Álvarez, 2016). Además, se ha encontrado que, a mayor consumo de alcohol, los adolescentes perciben una menor funcionalidad familiar (Alonso, Yáñez, Armendáriz, 2017).
El segundo factor psicosocial que se evaluó fue el uso de tiempo libre, entendido como el conjunto de actividades deportivas y/o culturales positivas y saludables que se realizan después de cumplir con las obligaciones escolares, sociales, familiares o laborales. Se observó que el grupo de estudiantes que habían consumido drogas legales e ilegales «alguna vez en la vida», presentó un riesgo de medio a alto. Iglesias, Fabelo y Araujo (2012), en su estudio realizado con estudiantes de artes plásticas, concluyen que en hogares donde hay consumo y acceso a drogas legales e ilegales con carencia de opciones recreativas, hay una asociación con el consumo de drogas. Esto resulta preocupante porque, como señalan Lazzeri et al. (2014), los comportamientos poco saludables están fuertemente relacionados con el entorno escolar y el grupo de compañeros.
En lo que se refiere a la variable autoestima, el tercero de los factores psicosociales estudiados, los resultados de esta investigación muestran que la mayor parte de los estudiantes de la Universidad Veracruzana tiene una alta autoestima, aunque este indicador es más alto en los estudiantes que no consumen drogas. Entre los que sí consumen, se observa una autoestima más alta en aquellos que consumen drogas legales, como alcohol y tabaco, en comparación con los que consumen drogas ilegales. Lo anterior podría explicarse a partir de lo que proponen Mac-Neef et al. (2000) cuando estipulan que las artes y el uso creativo del tiempo libre pueden apoyar el desarrollo del pensamiento creativo, pero también la autoestima, el respeto, la responsabilidad y la salud, características que también son propias de la resiliencia. Esto coincide con la tesis de Muñoz (2017) que cita a Thornton (2013) y concluye que los artistas viven o se sienten presionados por la búsqueda de originalidad, no sólo en lo que se refiere a su obra sino en su vida misma, lo que requiere una alta autoestima y confianza frente a la comunidad. En cambio, los resultados de este trabajo son distintos a los encontrados en un estudio realizado en Cuba por Iglesias et al. (2012), que investigaron los factores de riesgo individual, familiar y social en estudiantes de artes plásticas. Encontraron que en el primer grupo destacaron elementos relacionados con la curiosidad por el consumo, «embullo» de la juventud, los problemas personales, baja autoestima, el aburrimiento, la falta de motivación, el deseo de hacer lo que les haga sentir bien, el disfrute y la aceptación grupal.
En lo que corresponde a los síntomas de ansiedad, el cuarto de los factores psicosociales abordados en este trabajo, es importante recordar que el análisis mostró que 52.9 % de los estudiantes que consumen drogas legales y 57.1 % de los que consumen drogas ilegales, presentan síntomas de una ansiedad alta. Sin embargo, cabe destacar que 43.6 % de la población que no consume drogas ilegales y 30 % de los que no consumen drogas legales, también presentan estos mismos síntomas, probablemente derivada de una problemática común como estudiantes del área de Artes. Estos hallazgos coinciden con los de diversos trabajos que muestran que la ansiedad está asociada al consumo de sustancias psicoactivas porque el efecto de las drogas permite disminuir el malestar emocional, ayuda a calmar la tensión y el estrés, y afrontar las presiones de la vida cotidiana (Marmorstein y Iacono, 2003 ; Wu, Lu, Sterling y Weisner, 2004)
Asimismo, es frecuente encontrar la presencia de síntomas de depresión en estudiantes universitarios (Balazan et al., 2009; Pereyra et al., 2010; Arrieta et al., 2013), lo que coincide con los resultados de este trabajo, en el que más del 64 % presentaron síntomas.
Uno de los resultados significativos en cuanto al estudio de los factores psicosociales fue la variable autocontrol, la cual mostró diferencias entre el grupo de consumidores de drogas ilegales en comparación con el grupo de los no consumidores. Esto coincide con los resultados de diversos estudios que reportan una relación entre ambas variables, como el de López-Torrecillas et al. (2003) que encontraron una relación inversa entre autocontrol y consumo de drogas, por lo que concluyeron que si se incrementan los niveles de autocontrol, disminuirá la cantidad y cronicidad del consumo. En términos generales, se puede observar que poco más del 80 % de los estudiantes -consumidores de drogas legales e ilegales, así como los no consumidores- presentaron elevados porcentajes en el nivel «muy alto» de autocontrol. Esto coincide con lo reportado por Sosa (2014) que realizó una intervención contra el consumo de tabaco y encontró que más del 85 % de los participantes presentaron altos niveles de autocontrol. A pesar de que los resultados sobre esta variable coinciden con la mayor parte de los estudios revisados, llama la atención que los estudiantes que consumen drogas presenten un buen o alto nivel de autocontrol, cuando podría asumirse que justo sería lo contrario. Por lo anterior, se sugiere seguir estudiando esta variable desde nuevas perspectivas, para aportar información más contundente que nutra las medidas de prevención que podrían aplicarse en el área de las artes.
El panorama general que ofrece este estudio permite asentar que es importante que la Universidad Veracruzana, a través de las instancias competentes, diseñe intervenciones preventivas que tomen en consideración los hallazgos de este trabajo y que, por lo mismo, se enfoquen con mayor fuerza en el grupo de estudiantes varones, menores de 22 años y con un promedio menor a 9. Este grupo concentró los mayores indicadores de riesgo psicosocial para el consumo de drogas legales e ilegales, independientemente de que la prevención universal siga presente.
Conclusiones
Antes de abordar las conclusiones de este trabajo, es importante señalar sus limitaciones. De estas, la que destaca principalmente es la del tamaño de la población participante del área de Artes. Lo anterior se debe a que se utilizó el método de sondeo, y no se abarcó a toda la población. Sin embargo, cabe señalar que esta área es la que tiene menos estudiantes en la universidad.
Entre las principales conclusiones, parece posible atribuir la disminución en el consumo de drogas legales e ilegales en el área de Artes -con excepción de la mariguana- a un conjunto de medidas preventivas que ha tomado la Universidad Veracruzana. De estas medidas, destacan el Programa de Edificios 100 % Libres de Humo de Tabaco; la prohibición de realizar fiestas en las instalaciones universitarias, y la instalación de un centro centinela del Centro para el Desarrollo Humano e Integral de los Universitarios (CEnDHIU) en la Unidad de Artes. El CEnDHIU es la entidad responsable de brindar consejería, atención y canalización a los estudiantes que presentan problemas de consumo, emocionales y de salud sexual y reproductiva. Los centros centinela están a cargo del desarrollo de competencias sociales e individuales mediante la promoción de actividades para mejorar la salud y los estilos de vida de los universitarios.
Aunque en este trabajo no se indagó sobre estas variables, la literatura y la historia del arte han documentado que grandes celebridades del mundo recurren frecuentemente al consumo de drogas con la expectativa de potenciar la capacidad de crear, encontrar la inspiración y aumentar su rendimiento en escena (Quirosa, 2008). Como lo documentan Pérez (2018) y Hernández (2020) los artistas suelen considerar que el consumo de drogas permite el autoconocimiento, mejora su creatividad y sus posibilidades de generar obras trascendentales, lo que contribuye a establecer un imaginario que asocia el consumo de drogas y el arte, no sólo entre los propios artistas sino entre el público que naturaliza este consumo como propio del gremio. Este imaginario parece fortalecerse en la etapa universitaria, ya que como señalan Álvarez y Marín (2016, p. 26) :
La universidad en sí misma no constituye un factor de riesgo, pero sí los imaginarios sociales que se tejen alrededor de ella como un escenario donde la norma puede transgredirse sin consecuencias, o bien, puede considerarse otro factor de riesgo los imaginarios construidos socialmente que respaldan la idea del uso de las SPA (sustancias psicoactivas) con fines terapéuticos o (en) la contribución al aumento de la creatividad, el desarrollo intelectual o a facilitar la socialización.
Sin embargo, es importante señalar que hay pocos trabajos científicos que estudien la asociación entre arte y consumo de drogas o entre consumo de drogas y creatividad. En cambio, hay muchos que proponen la práctica de alguna de las formas del arte -sobre todo la danza, la música o la pintura- como mecanismo para prevenir el consumo.
De cualquier manera, resulta conveniente desarrollar más y mejores estrategias preventivas dirigidas a jóvenes caracterizados por la vocación y la necesidad de ser creativos, y continuar desarrollando trabajos de investigación, sobre todo cualitativa, que se concentren en explorar las representaciones sociales de los estudiantes de artes acerca de la creatividad, la inspiración y la asociación de estos elementos con el consumo de drogas. Todo esto con el objetivo de lograr una mejor comprensión del fenómeno.