Introducción
“Los conflictos aparecen como una constante en la historia de la humanidad” Calderón-Concha (2009), alterando el desarrollo de toda sociedad; ello ha propiciado la violencia entre seres humanos, desde un ámbito colectivo y público como las guerras, hasta el ámbito particular y privado como la violencia en la familia. Hoy se vive en un mundo lleno de violencia, donde las niñas y los niños son quienes padecen los estragos de esta situación, son reprimidos, castigados, insultados, golpeados, violados y asesinados; nadie los escucha y mucho menos los comprenden. La violencia dirigida a la niñez siempre ha estado justificada, desde creencias religiosas, medidas disciplinarias, mejoramiento de la raza, hasta el sentido de poder y pertenencia que los padres y las madres piensan que tienen sobre sus hijas e hijos (Fontana, 1979; Santana-Tavira et al., 1998; Perea-Martínez et al., 2005; OMS, 2014).
Actualmente el maltrato y abuso a las niñas y niños ha pasado de ser una práctica cotidiana en los hogares a convertirse en un problema de salud pública a nivel mundial, ha crecido de forma alarmante, sin respetar color, raza, religión o clase social, resultando con graves consecuencias que repercuten duran toda la vida en sus víctimas; lo que ha provocado que existan innumerables adultos con una historia de maltrato infantil y quienes corren mayor riesgo de repetir patrones de violencia de una generación a otra (Miranda, 2007).
El concepto de maltrato infantil es relativamente reciente, el primer término descrito fue el de “síndrome del niño golpeado”, realizado por Tardieu en 1868, luego de realizar las autopsias de 32 niños golpeados y quemados. Posteriormente Caffey (1946) describió la presencia de hematomas subdurales asociados con alteraciones radiológicas de los huesos largos en los pequeños.
Kempe y Silverman (1962) crearon la expresión síndrome del niño golpeado, definiendola como “el uso de la fuerza física no accidental, dirigida a herir o lesionar a un niño, por parte de sus padres o parientes”, basandose en las características clínicas presentadas por los casos que ingresaban al servicio de pediatría del Hospital General de Denver, en Colorado y, finalmente Fontana (1979) amplia el concepto, indicando que estos niños podían ser agredidos no sólo en forma física sino también emocional o por negligencia, sustituyendo el término “golpeado” por el de maltratado (Kempe, 1971; Fontana, 1979; Kempe y Kempe, 1985; Loredo, 1994; Osorio, 1995 citado en Santana-Tavira et al., 1998; Azola, 2007).
Cabral (2014) menciona que el maltrato infantil puede ser y es muchas cosas. En términos psicológicos es una patología del comportamiento. En términos jurídicos, señala que es un comportamiento delictivo o criminal que debe ser definido y sancionado legalmente. Sociologicamente es un problema y un fenómeno social y en términos morales o éticos, un problema de violación de derechos.
Para realizar un estudio acerca del maltrato infantil es necesario contar con una definición, es por ello que en este trabajo se retoma la que realizó la Fundación en Pantalla Contra la Violencia Infantil, la cual dice que es “cualquier acto u omisión intencional o por negligencia o incumplimiento al deber de cuidado, destinado a dañar a niñas, niños y adolescentes, y que genere riesgo o daño a su salud; quedan incluidos: toda forma de ofensa, injuria, insulto, agravio, humillación, ultraje, mortificación, vilipendio, golpes, lesiones físicas y emocionales; abandono; trata de personas, abuso sexual; maltrato institucional; bullying; mobbing; negligencia parental y cualquier otra forma análoga, que ponga al menor en situación de riesgo o desamparo” (FUPAVI y Sotelo, 2014). Dentro de ese contexto, se toma como base la siguiente tipología del maltrato infantil (Cuadro 1).
Tipo de maltrato | Definición | Características | Comportamiento |
---|---|---|---|
Físico | Es la agresión física que produce lesiones corporales en el menor | Huellas de objeto agresor (plancha, lazo, cadena, cinturón, etc.) hematomas, eritema, quemaduras, fracturas, inflamación, deformación de la región ruptura viseral o envejecimiento, ingresos frecuentes al hospital por lesiones cuya causa no es clara | Actitudes agresivas, destructivas, rebeldes, hiperactividad o apatía, timidez, miedo, ansiedad, aislamiento, culpa, sentimientos de ser malos. En ámbito escolar es frecuente la inasistencia y el bajo rendimiento |
Sexual | Es cualquier tipo de contacto sexual con un menor por parte de un familiar o cualquier adulto con el objeto de obtener excitación y/o gratificación sexual y que puede variar desde la exhibición de los genitales, los tocamientos corporales, hasta la violación | Presencia en genitales y/o año de: equimosis, laceraciones, sangrado, prurito, inflamación, himen perforado (niñas), dificultad para caminar, semen, infecciones, somatización. En adolescentes dispareunia | Miedo, ansiedad, culpa, desconfianza, enojo. En adolescentes, atracción homosexual, anorgasmia, pérdida o disminución de la líbido, autodevaluación |
Psico-emocional | Son actitudes dirigidas para producir daño a la integridad emocional de los menores a través de gestos o expresiones verbales que humillan o lo degradan | Retraso psicomotor, no juegan, se aíslan, se observan silenciosos y tristes, desvalorización, baja autoestima e inseguridad personal | Deterioro de las facultades mentales, principalmente en el área cognitiva, autodevaluación y bajo rendimiento escolar, retraimiento depresión, poca sociabilidad, sensación de no ser queridos, bloqueo emocional |
Abandono o Negligencia | Cualquier conducta que prive al niño o niña de la supervisión o atención indispensable para su desarrollo | Higiene deficiente, desnutrición en grado variable, aspecto enfermizo, ropa inadecuada para el lugar o clima. Sin asistencia médica oportuna y adinamia permanentes | Retraimiento, apatía, asistencia irregular a la escuela, bajo rendimiento escolar, indiferencia al medio ambiente externo |
Fuentes: Sistema Nacional para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF-PREMAN). Sistema Nacional de Salud Pública, el maltrato infantil: un problema mundial, México, 1998.
Todas las definiciones han servido en su momento a las/os estudiosos del tema para generar información y conocimiento acerca del maltrato infantil; sin embargo, pese a estos estudios e investigaciones acerca del fenómeno “las cifras que se reportan subestiman la verdadera magnitud del problema” (OMS, 2014).
En el ámbito internacional la OMS, reporta que aproximadamente el 20% de las mujeres y de 5% a 10% de los hombres manifiestan haber sufrido abusos sexuales en la infancia. La misma OMS señala que 23% de las personas de ambos sexos refieren maltratos físicos cuando eran niños, mientras que otros niños son objeto de maltrato psicológico o emocional y desatención; y calcula que cada año mueren por homicidio 34 000 menores de 15 años.
Por otra parte, Bascuñán y Larraín (2009) a través del boletín de la infancia y adolescencia sobre el avance de los objetivos de desarrollo del Milenio, reportan que “todos los años 275 millones de niños y niñas en el mundo son víctimas de violencia dentro de sus hogares (espacio que debiera ser de protección, de afecto y de resguardo de sus derechos) y unos 40 millones de menores de 15 años sufren violencia, abusos y abandono, fenómenos que se reportan en distintos ámbitos como la familia, la escuela, la comunidad, las calles y el trabajo”. En esta misma perspectiva (UNICEF, 2010), estima que entre 500 y 1 500 millones de niños en el mundo al año experimentan violencia, mientras que 275 millones de niños en el mundo son testigos de violencia doméstica. De acuerdo a la encuesta de salud mundial, se estima que 150 millones de niñas y 73 millones de niños menores de 18 años han sido abusados y explotados sexualmente.
En el caso de México, la situación de la violencia familiar y sobre todo, el maltrato infantil, son situaciones alarmantes y de urgente atención. Al respecto FUPAVI y Sotelo (2014) mencionan que de acuerdo con datos de INEGI, en el año 2010 habían un total de 39.2 millones de infantes en el país, de los cuales 19.9 millones eran niños y 19.3 millones niñas; que diversos estudios reportan al 10% como menores víctimas de maltrato y abuso y afirman que cerca de 4 millones se encuentran en situación de vulnerabilidad y riesgo; que en México, la primera causa de muerte e invalidez entre la población infantil es por abuso y maltrato, ocupando el primer lugar en violencia física, abuso sexual y homicidios de menores de 14 años entre los países pertenecientes a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE); también figura como primer lugar mundial en pornografía infantil.
De acuerdo con cifras que reporta la Red por los Derechos de la Infancia en México (REDIM), entre 2006 y 2008 se registraron alrededor de 23 000 homicidios de niños y niñas en edades entre 0 y 17 años y que la mayor incidencia de mortandad se produce entre las niñas y los niños más pequeños, concentrándose el 78% en menores de 3 años y el 38% en menores de 1 año, siendo las y los lactantes quienes padecen mayor número de traumatismos craneoencefálicos que terminan en algunos casos en la muerte. Por su parte UNICEF México (2014) reporta que 2 niños con menos de 14 años mueren cada día en el país, generándose una cifra total de 700 niñas y niños que mueren al año a causa de la violencia.
Por lo que respecta al estado de Hidalgo, INEGI (2013) de acuerdo con el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL) menciona que “en 2010 más de la mitad de la población menor de 15 años (61.6%) se encuentra en situación de pobreza multidimensional, entendida como la situación de una persona cuando no tiene garantizado el ejercicio de al menos uno de sus derechos para el desarrollo social, y los ingresos percibidos por los miembros del hogar donde reside son insuficientes para adquirir los bienes y servicios que requiere para satisfacer sus necesidades”.
La Procuraduría de la Defensa del Menor y la Familia (incorporada al Sistema Nacional para el Desarrollo Integral de la Familia) señala que en 2009, se registró el maltrato de 957 niñas y de 915 niños. Pese a que estas cifras pueden sonar alarmantes, en el país el maltrato infantil adolece de cifras oficiales que muestren la realidad del fenómeno. Al ser considerado como un problema doméstico, los casos de los que se tiene conocimiento son aquellos que derivan de una denuncia; sin embargo, es alarmante que por cada caso que conocen las autoridades, existen alrededor de 100 que no se registran, y de los casos que son denunciados muy pocos reciben atención o seguimiento oportuno, lo que revela el problema es más grande de lo que parece (SSP Gobierno Federal, 2010).
Las niñas y los niños se han convertido en los protagonistas de la violencia, con la finalidad de proteger a los millones de niñas y niños en el mundo, fue creada la convención sobre los Derechos del Niño en 1989, dando paso al más importante instrumento internacional jurídicamente vinculante que incorpora toda la gama de derechos humanos dirigidos a todas las niñas y niños del mundo, tales como: el derecho a la supervivencia; al desarrollo pleno; a la protección contra influencias peligrosas, los malos tratos y la explotación, a la plena participación en la vida familiar, cultural y social; regido por cuatro principios fundamentales: la no discriminación, la dedicación al interés superior del niño, el derecho a la vida, la supervivencia y desarrollo; y el respeto por los puntos de vista del niño (UNICEF, 2013).
México como Estado firmante de la convención, está obligado a cumplir con sus disposiciones y a adoptar diversas medidas para hacer efectivos los derechos reconocidos en ella. En consecuencia, el estado mexicano realizó múltiples reformas a su legislación desde el año 2000, destacando la realizada a su artículo 4° Constitucional, en la que reconoce que en todas las decisiones y actuaciones del estado se velara y cumplirá con el principio del interés superior de la niñez, que no es otra cosa más que, la garantía y satisfacción plena de sus derechos; para lo cual, quienes están obligados a preservarlos y exigir su cumplimiento son los ascendientes, tutores y custodios. Como consecuencia de dicha reforma, emana la Ley para la Protección de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes, promulgada en el año 2000, a nivel nacional, la cual prevé en su capítulo quinto, artículo 21, el derecho a ser protegido en su integridad, en su libertad, y contra el maltrato y el abuso sexual (Instituto de Investigaciones Jurídicas, 2014).
En este sentido, el hogar es uno de los lugares más peligrosos para una niña o un niño, ya que son sus progenitores o sus familiares los principales agresores, por ello el objetivo principal de esta investigación es analizar la percepción que tienen las niñas y los niños del municipio de Huichapan, Hidalgo, México, acerca del maltrato infantil, desde el ámbito escolar, a fin de conocer si son capaces de identificar cuándo se encuentran ante una situación de riesgo, daño o maltrato por parte de algún adulto de su entorno familiar o cercano a éste; y cuáles son los principales problemas que identifican dentro de sus hogares que puedan generar tensión en los adultos y que ésta pueda desencadenar en violencia hacia ellas/os, y cuáles son los tipos de maltrato dirigido a ellas/os por parte de las y los integrantes de su familia y conocidos.
Con base en lo anterior, se puede decir que el entorno escolar es propicio para realizar encuestas a las niñas y los niños al tema referente, ya que se sienten con libertad y seguridad de expresar lo que sienten y piensan, lo que permitió determinar que efectivamente son capaces de percibir los malos tratos que ponen en riesgo su vida y su integridad, principalmente los malos tratos físicos y por abuso, pero que, cuando éstos no les causan daño grave, los interpretan como “algo normal”, como parte de la disciplina de sus padres y madres hacia ellas/ os. También son conscientes de que existen problemas en casa que generan tensión entre los integrantes de la familia y que pueden coadyuvar a la generación de violencia dentro del entorno familiar, dirigido principalmente a ellas/os.
Descripción y metodología
La investigación se realizó en el Municipio de Huichapan, Hidalgo, México. Este se localiza al oeste en el estado de Hidalgo, colinda al norte con el municipio de Tecozautla, al sur con el municipio de Nopala de Villagrán y Chapantongo, al oeste con el estado de Querétaro y al este con el municipio de Alfajayucan (Cuadro 3). Cuenta con una superficie de 668.1 km, lo cual representa el 3.2% de la superficie estatal. Es un territorio ubicado en una extensión de la planicie, con irregularidades de la tierra donde se observa una región montañosa. Presenta un clima templado-frío. Está conformado por 67 comunidades, de las cuales sólo 3 son consideradas como zonas urbanas y 44 de ellas cuentan con escuela primaria pertenecientes a la Secretaría de Educación Pública (SEP). Tiene una población total de 44 253 habitantes, de la cual 21 176 son hombres y 23 077 son mujeres (INEGI, 2010).
Tipo de maltrato | Modo | Generador | Total (%) |
---|---|---|---|
Físico | Golpes, coscorrones, pellizcos, lanzar objetos, encerrar | 1. Mamá 2. Papá 3. Hermano/a | 122 |
Psicoemocional | Regaños, gritos, prohibir diversión y esparcimiento y, ser testigos de violencia en su hogar | 1. Mamá 2. Papá 3. Hermano/a | 226 |
Negligencia o abandono | Ignorarlos, no tomar en cuenta su opinión, no cubrir sus necesidades básicas como alimentación, descanso y limpieza | 1. Papá 2. Mamá 3. Abuelo/a | 103 |
Abuso sexual | Tocamientos, violación | 1. Familiar 2. Persona conocida | 9 |
Bullying | Gritos, insultos, golpes, burlas | Compañeros/as de la escuela | 131 |
Fuente: elaboración propia, 2014.
Fuente: http://www.hidalgo.gob.mx/estado/ubicacion_estado.html; http://www.ieehidalgo.org.mx/municipios.pdf.
Se ubica en el lugar 32 de la intensidad migratoria estatal, contando con 10 847 viviendas, de las cuales el 5.43% recibe remesas. Tiene un índice de marginación del -0.57894, que significa que su grado de marginación es medio y ocupa el lugar 52 en el estado; sin embargo, cabe mencionar que el 56.7% de sus comunidades tienen un alto índice de marginación entre las que se contemplan 9 de las 16 comunidades encuestadas para efectos de esta investigación (COESPO, 2010), por ende, las niñas y los niños del municipio de Huichapan pertenecen a un sector vulnerable, el rural, con problemas de marginación alta en su mayoría, situación que hace propicio el incremento del maltrato infantil entre su población, característica que ha sido determinante para que estas niñas y niños padezcan malos tratos en sus hogares. Partiendo de este supuesto, se considera que la violencia afecta en mayor magnitud a ciertos sectores de la población, como los son las zonas rurales e indígenas, donde el grado de marginación tiende a ser más alto (Contreras, 2001).
La problemática se abordó desde un método cualitativo (Sampieri, 2010). La población objeto fueron niñas y niños de 6 a 14 años de edad que cursaban de 1° a 6° grado de educación primaria, de 16 comunidades rurales: Bondojito, Boyé, Dantzibojay, Dongoteay, El Cajón, El Carmen, El tendido, Hacienda Comodejé, Llano Largo, Pedregoso, Vitejhé, Xajay, Yonthé, Zequetejé, Zothé; y la cabecera municipal; la única zona considera urbana dentro de nuestra muestra; la unidad de muestra fue de 18 escuelas de educación básica primaria, de las cuales 16 son públicas y se localizan en zonas rurales, así como una pública y una privada que se localizan en la cabecera municipal; se encuestaron a 1506 infantes, de los cuales 743 son niños y 763 son niñas, para la selección de la muestra se utilizó como criterio el porcentaje de deserción escolar a partir de 2% y de reprobados a partir de 1% a nivel primaria, debido a que la violencia en México es un factor determinante de la deserción escolar (UNICEF México, 2014), tomando como base de datos del Sistema Nacional de Información de Escuelas de la Secretaría de Educación Pública del ciclo escolar 2012-2013 (SEP, 2012-2013).
Para llevar a cabo el trabajo de campo, se contó con el apoyo de 8 aplicadoras/es de encuestas que fueron capacitadas/os para la correcta aplicación de los instrumentos de toma de datos. Se diseñó un cuestionario que consta de 27 reactivos cerrados, dividido en dos partes, la primera enfocada a conocer la relación del niño o niña y su entorno familiar; la segunda parte, se refiere a la relación del niño o la niña y su entorno educativo. Los instrumentos se aplicaron por grupo con un aplicador guía para su correcta contestación, a las niñas y niños que cursaban primero y segundo grado se les aplicó de forma personalizada, debido a que no sabían leer y escribir o tenían deficiencias para hacerlo. Para el análisis de datos se utilizó el sistema SPSS y tablas dinámicas en EXCEL.
Análisis y discusiones
De la información derivada de los datos obtenidos, se puede decir que actualmente en el municipio de Huichapan la mayoría de estudiantes a nivel primaria son niñas con 50.7%, aunque aún hay comunidades en las que predomina el estudiantado masculino, como es el caso de Bondojito, Comodejé, El Cajón, Sabina Grande, Xajay, Yonthé y Zothé. De acuerdo con el estudio del Estado Mundial de las Madres (Save The Children, 2006), y con datos del Banco Mundial (The World Bank, 2014), se muestra que los niños son quienes han tenido y tienen mayor oportunidad de acceder a la educación. En el caso de México durante el año 2012, el número de niños en edad escolar que asistieron a la escuela primaria fue de 211 401; mientras que el número de niñas fue de sólo 79 665. En el caso de Huichapan, esta cifra se revierte en la mayoría de las escuelas encuestadas, sin embargo aún queda mucho trabajo por hacer. Es importante que las niñas sigan accediendo cada día más a la educación, porque además de que es un derecho, es de suma importancia para lograr la igualdad de género en el acceso a la educación, porque con esta, lograrán tener una mejor vida, lo que les garantizará que de adultas sean mujeres asertivas, empoderadas y con mayores oportunidades de superación (ONU-mujeres, 2004).
Las principales problemáticas que viven las familias del municipio de Huichapan, vistos desde la percepción de las niñas y los niños son: 1). El 46% menciona sus progenitores no pasan tiempo de calidad con ellas/os, no les dedican tiempo para actividades de recreación y juego en familia; 2). El 35% menciona que su familia tiene carencia de recursos económicos para solventar los gastos y necesidades más básicas del hogar; este dato confirma el alto grado de marginación que viven las zonas rurales del municipio de Huichapan; y 3). El 34% manifiestan que actualmente tienen por lo menos un integrante de la familia enfermo, esta situación les genera angustia y preocupación, aunado a la falta de recursos económicos y a la ruralidad del lugar por la falta de centros de salud en su localidad, esta situación se agrava. El 30% dicen que alguien de su familia no tiene trabajo, afectándolos en mayor medida cuando la persona desempleada es el padre o la madre, ya que las niñas y los niños en estas edades dependen completamente de su familia, situación que va íntimamente relacionada con la carencia de recursos económicos y pobreza.
Y finalmente el 21% encuentran como un problema importante la ausencia del padre; es entendible su preocupación en este sentido, ya que en la infancia, las figuras paterna y materna son imprescindibles para el buen desarrollo del menor, porque ellas/os dependen completamente de sus padres y madres. Es de llamar la atención que las niñas y los niños no perciben como problemas importantes la violencia ejercida entre los integrantes de la familia, ni el alcoholismo de alguno de ellos; estos datos evidencian dos posibles situaciones, la primera, que no lo perciben así porque no existe en realidad esta problemática en el municipio, lo que es casi imposible porque sí manifiestan recibir malos tratos por parte de sus familiares; la segunda, que el tema de la violencia familiar incluyendo el maltrato infantil, aunado con el alcoholismo como principal factor de riesgo que genera actitudes violentas en las personas, son acciones tan cotidianas que son completamente aprobadas por los integrantes de la familia y por la sociedad, por lo que no son visibilizadas ni mucho menos denunciadas (SSP Gobierno Federal, 2010; OMS, 2014; Aranda, 2014).
Las evidencias anteriores han impedido que en la actualidad se tengan datos reales acerca del problema del maltrato infantil a nivel mundial. En el caso específico del municipio de Huichapan se observa que los malos tratos siguen siendo parte de la dinámica familiar, lo que no permite que las niñas y los niños los perciban como algo malo o como un problema.
En el Cuadro 2, surgieron los siguientes hallazgos: de acuerdo con el Centro de Estudios Sociales y de Opinión Pública (2005) la violencia intrafamiliar en México se da en uno de cada tres hogares, las principales causas del maltrato a menores son: las económicas, como carencias monetarias y de desempleo en la familia; las sociales, como farmacodependencia o alcoholismo, desintegración familiar; biológicas como limitaciones físicas en el menor, daños neurológicos; y emocionales como la incapacidad de los padres para enfrentar problemas, inmadurez emocional, baja autoestima, falta de expectativas y problemas entre pareja que conducen a maltratar al menor, omitiendo los requerimientos básicos para su formación y desarrollo. Todas estas causas han detonado en maltrato infantil dentro de los hogares del municipio de Huichapan.
De lo manifestado por las niñas y los niños, el maltrato psico-emocional es el principal que afecta a la infancia huichapense, ya que 100% de la población encuestada dijo haber recibido este tipo de maltrato en sus distintas modalidades, además de que está presente en todos los tipos de maltrato, pero principalmente surge cuando las niñas y los niños son insultados, ignorados o atestiguan de forma presencial u oída la violencia doméstica y la violencia de género, situación que en la mayoría de los casos es difícil de comprobar a menos de que la madre denuncie (SNDIF, 2011; OMS, 2014); este tipo de problema ha ido en incremento en los últimos años, sus características lo hacen de difícil detección, porque no muestra lesiones físicas visibles para su certificación médico-judicial.
Conclusiones y propuestas
Cuando la violencia tiene como protagonistas a las niñas y los niños, indica el gran malestar que está viviendo una sociedad. El municipio de Huichapan tiene niñas y niños protagonizando esta terrible realidad. Convivir, hablar e interactuar con ellas/os en un ambiente distinto a su hogar y lejos de sus agresores, permitió adentrarse en un mundo distinto, donde la única voz era la de la infancia; inquieta y alegre, pero otras veces, quieta y triste.
Trabajar con niñas y niños mostró una cara distinta del maltrato infantil, una perspectiva diferente. Se observaron las carencias con que cuentan las escuelas donde estudian; escuelas rurales donde en algunas sólo se cuenta con dos o tres maestras/os, incluso dos de ellas sólo tienen un maestro/a, esta situación provoca que estos profesionales realicen labores titánicas para cumplir con el compromiso que tienen con todas estas niñas y niños. Aun con sus carencias, estas escuelas se convierten, para muchas niñas y niños, en un lugar seguro y de desahogo; es por ello que en esta ocasión fue el lugar ideal para aplicar los cuestionarios y obtener conclusiones importantísimas como las siguientes:
La mayoría de las familias están constituidas de forma nuclear, sin embargo, la migración es un fenómeno que viven las familias huichapenses, y que afecta la dinámica emocional de las familias, dejando a la mayoría de éstas encabezadas por una sola figura adulta, que en su mayoría es la materna, debido a que obliga a los padres, en su mayoría, y las madres, en su minoría, a que tengan que dejar sus hogares y con éstos a sus hijas e hijos para poder cubrir las necesidades de su familia. Si bien, las niñas y los niños no perciben esta situación como un problema, sí les afecta a nivel emocional por la carencia de la imagen materna y paterna que son insustituibles.
La violencia entre integrantes de la familia no es un problema que perciban las niñas y los niños, no porque no exista, sino porque esta se ha vuelto parte de la dinámica familiar y de la resolución de conf lictos entre estos, independientemente de que no se muestren porcentajes alarmantes en estos aspectos. Los resultados relacionados a los malos tratos que reciben las niñas y los niños se elevan y estos evidencian las relaciones de poder que existen dentro de la familia, donde las y los más pequeños son en quienes repercuten estas acciones.
En tal entendido, se visualizan algunas acciones que ayuden a impulsar el respeto a los derechos de las niñas y los niños, así como a prevenir, detectar y atender oportuna y correctamente el problema del maltrato infantil y son las siguientes:
En lo social: que las instituciones de asistencia social como el Sistema para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF), la Subprocuraduría para la Defensa del Menor y la familia y la Instancia Municipal de la Mujer del municipio de Huichapan, capacite a su personal o bien incorpore profesionistas especializados en atención a menores víctimas de maltrato infantil. Brindar cursos, asesorías y talleres en las escuelas a cuatro grupos focales, niñas y niños de 1° a 3er grado, niñas y niños de 4° a 6° grado, padres y madres de familia o tutores, y maestras/os, directivos y personal administrativo, acerca del maltrato infantil; conformando un grupo multidisciplinario (sector salud, psicología, trabajo social, jurídico) para impartir dichos cursos. Así como crear una línea telefónica, red social, etc. donde las niñas y los niños tengan acceso para expresar sus problemas y se les brinde atención oportuna y adecuada a su edad.
En lo jurídico: es necesario crear un marco jurídico especializado en menores acorde a la realidad, que sea eficiente para resolver los conflictos y brindar apoyo a las víctimas de maltrato; capacitar y sensibilizar a las y los impartidores y mediadores de justicia en el ámbito del maltrato infantil y la violencia familiar, que conozcan la complejidad del tema y eviten revictimizarlas.
En la salud: que todas las niñas y los niños que necesiten atención médica por causas de maltrato, sea inmediata, obligatoria, de calidad y gratuita.
En la educación: que se capacite a las y los docentes en el tema del maltrato infantil y la violencia familiar, diseñándose cursos especializados para niñas y niños dentro del plan de estudios para que aprendan a reconocer una situación de riesgo y denuncien en caso de ser víctima. Que se cree un espacio, en todas las escuelas de nivel primaria, apto para brindarles atención psicológica durante todo el año escolar. Que todas las escuelas primarias, cuenten con un expediente por cada estudiante, donde contenga el historial de vida personal, social, médica y académica, lo que facilitará brindarle apoyo con un seguimiento adecuado.