En la actualidad, la mayor parte de los alimentos se siguen produciendo en zonas rurales y recorren grandes distancias hasta los mercados urbanos, sin embargo, la producción agrícola en las ciudades y en torno a ellas está aumentando (^{Doural et al., 2019}). Mantener niveles adecuados de biodiversidad en los ecosistemas urbanos cultivados contribuye al aumento de la productividad, en lo que juega un papel fundamental la diversidad insectil (^{Mendoza et al., 2021}), aunque la presencia de plagas conlleva la aplicación de plaguicidas para su control que degradan la calidad del medio ambiente.

Por ello, la regulación de organismos plagas forma parte del manejo de la biodiversidad y tiene gran importancia en el logro de una agricultura urbana más biológica y sostenible (^{Cucchi, 2020}). En tal sentido, la entomofauna benéfica asociada a la diversidad de especies arbóreas en este sistema de agricultura, sobre todo en las condiciones de Cuba, es poco abordada y puede brindar elementos para su aprovechamiento en el ámbito productivo y el manejo de plagas.

Entre septiembre de 2019 y marzo de 2020, con el objetivo de determinar la entomofauna benéfica asociada a las especies arbóreas en escenarios de la agricultura urbana (organopónicos) de Pinar del Río (Cuba), se realizó el inventario florístico hasta nivel de familia y especie. Se ejecutaron muestreos aleatorios este componente de la biodiversidad para la recolección de los artrópodos benéficos observados. Las muestras se colocaron en bolsas de nailon, enumeradas y conservadas, hasta su traslado al Laboratorio de Entomología de la Universidad de Pinar del Río donde se realizó la identificación.

Los especímenes se procesaron mediante el empleo de estereomicroscopio Novel^®, pinzas y bisturíes para las disecciones y comparaciones con las claves disponibles (^{Alayo y Garcés, 1989}; ^{CAB International, 2007}; ^{Vásquez et al., 2008}; ^{Mani, 2022}). Los eulófidos se separaron del resto de los insectos para montarlos en porta y cubre objetos y posteriormente identificarlos.

La composición de especies arbóreas la integraron 110 individuos pertenecientes a 21 especies distribuidas en 18 familias botánicas. Estos resultados difieren de los obtenidos en ecosistemas suburbanos de Santiago de Cuba (Cuba) donde se inventariaron 39 269 individuos correspondientes a 45 familias (^{Vargas et al., 2017}). Se apreció que algunas especies arbóreas se emplean como alternativa de subsistencia; mientras que, otras se fomentan como plantas con propiedades plaguicidas, con el propósito de cosechar sus órganos y elaborar preparados botánicos para su utilización en el manejo de plagas. La mayor proporción de estas fueron frutales (65%), correspondiéndose con estudios en finca de producción suburbana de La Habana, Cuba (^{Hernández et al., 2019}).

Los resultados evidenciaron que la presencia de estratos con especies arbóreas, menos intervenidos por el hombre, favorecen la estabilidad de la biodiversidad ya que funcionan como reservorio de 18 especies de artrópodos benéficos (Cuadro 1), las cuales se distribuyeron en dos clases (Insecta y Arachnida), siete órdenes y 14 familias. Los órdenes con mayor riqueza de especies fueron: Diptera, Hymenoptera, Mesostigmata y Araneae.

Investigaciones recientes informan que los depredadores son más frecuentes en cualquier época del año (^{Vargas et al., 2017}), lo que podría justificar que 88% de las especies identificadas presentaron función depredadora. Además, los depredadores pueden cambiar de presa cuando ésta se torna escasa y no son usualmente específicos como los parasitoides. También se plantean que los coccinélidos son depredadores con una amplia distribución en sistemas agrícolas de Cuba (^{Duarte y López, 2020}). En cambio, los ácaros depredadores en general, y los fitoseidos en particular, pudieran convertirse en una alternativa para el manejo de las poblaciones de ácaros e insectos fitófagos (^{Rodríguez et al., 2020}).

Se constató que P. americana y C. limón presentaron mayor concurrencia de artrópodos biorreguladores (60%), seguidas de P. guajava y M. citrifolia (40%). Cabe destacar que en otros estudios se inventariaron crisópidos, coccinélidos y ácaros fitoseidos asociados a plantas de cítricos (^{López y Segade, 2017}) mientras que, Euseius sp., es común encontrarlo en el cultivo del aguacatero (^{Chávez et al., 2017}). Asimismo, evaluaciones realizadas en plantaciones de noni y guayaba arrojaron una riqueza de 13 y 10 especies de insectos benéficos asociados, entre los cuales se detectaron coleópteros, himenópteros, dípteros, hemípteros y neurópteros (^{Matienzo et al., 2015}).

Los biorreguladores con mayor frecuencia (100%) en los puntos de muestreo fueron Condylostylus sp., O. costatus y Phytoseiulus sp., las cuales manifestaron elevada actividad depredadora. También alcanzaron valores superiores a 60% A. citricola, Z. longipes, Araneus sp. y Neoscona sp. (Figura 1)

Figura 1 Frecuencia absoluta de los artrópodos biorreguladores en los puntos de muestreo. 

Estos resultados indican que las especies depredadoras presentaron mayor riqueza y frecuencia en los escenarios donde se realizó la prospección, aunque deben estimarse los valores de abundancia y otros índices de diversidad en diferentes épocas del año para establecer relaciones con las etapas de mayor actividad biorreguladora y su aprovechamiento en el manejo agroecológico de plagas.