Los bambúes pertenecen a Bambusoideae, que es una de las 12 subfamilias de las Poaceae y donde se encuentran los cereales, la caña de azúcar y todos los demás pastos. Bambusoideae por su parte se divide en tres tribus; Arundinariae o bambúes leñosos templados, Bambuseae o bambúes leñosos tropicales y Olyreae o bambúes herbáceos (Clark et al. 2015, Soreng et al. 2017). Algunas especies de bambú leñosos se utilizan de diversas formas, como plantas ornamentales vivas, para la rehabilitación de suelos en terrenos degradados y para prevenir la erosión (Akinlabi et al. 2017). Además, diferentes partes del bambú, como las raíces, brotes, culmos (tallos), hojas y frutos, tienen usos variados que incluyen productos comestibles, producción de papel y textiles, artesanías, fabricación de muebles, productos altamente tecnológicos a base de bambú y construcción de viviendas (Liese et al. 2015, Akinlabi et al. 2017).
En particular, el culmo o tallo del bambú es la parte con la mayor cantidad de usos conocidos y su utilidad se determina por sus propiedades estructurales. Los culmos se dividen en nudos y entrenudos, siendo los nudos las conexiones transversales entre los entrenudos suelen ser huecos o sólidos (Liese et al. 2015). Se ha argumentado que promover el uso del bambú como un sustituto renovable y sostenible de la madera puede reducir la presión sobre los bosques, lo que ayudaría a evitar una mayor deforestación y degradación forestal (Lobovikov et al. 2009). Para hacer un uso sustentable del bambú, es importante no cortar culmos jóvenes menores a un año, aquellos de más de 1/3, o todos los culmos de la planta (Banik 2015).
En México se han descrito 63 especies de bambú, tanto leñosos como herbáceos, de las cuales 59 son bambúes leñosos (Ruiz-Sanchez et al. 2015, 2020, 2022a, b). De éstas especies 42 son endémicas (Ruiz-Sanchez et al. 2022b). Los bambúes leñosos en México se encuentran en el bosque tropical caducifolio, bosque tropical subcaducifolio, bosque tropical perennifolio, bosque de pino-encino, bosque mesófilo de montaña, matorral xerófilo y vegetación sabanoide sensuRzedowski (2006). Su distribución abarca desde el nivel del mar hasta altitudes de 3,200 m snm; cubren regiones que van desde Sonora y Tamaulipas a lo largo de la Sierra Madre Occidental, Sierra Madre Oriental, así como a lo largo de la Faja Volcánica Transmexicana y la Sierra Madre del Sur en Oaxaca y en las Sierras de Chiapas (Ruiz-Sanchez et al. 2015, 2020).
Los bambúes nativos de México han sido utilizados desde tiempos prehispánicos en diversas aplicaciones, como la elaboración de chimallis, un tipo de escudo fabricado con culmos de Otatea (Mejía-Saulés 2022). En tiempos más recientes, los culmos de diferentes especies de bambúes se emplean la creación de artesanías, cestería, esterillas o copiles, así como en la construcción de viviendas con las técnicas de bajareque (Guzmán et al. 1984, Vázquez-López 1995, Mejía-Saulés 2022, Cruz-Armendáriz et al. 2023). Es relevante mencionar que especies pertenecientes a los géneros Guadua y Otatea han sido reportadas como las utilizadas en la construcción de viviendas tanto en la era prehispánica como en el siglo XX, empleando la técnica de bajareque (Juárez & Márquez 1992, Terán Guerrero et al. 2016, Cruz-Armendáriz et al. 2023). De acuerdo con el Atlas de los Pueblos Indígenas de México, en el país se distribuyen 70 grupos étnicos (INPI 2023). Por otro lado, Cruz-Armendáriz et al. (2023) reportaron el uso de Guadua velutina Londoño & L.G. Clark en la construcción de viviendas de la etnia huasteca o teenek en la Huasteca Potosina, ubicada en el noreste de México (Figura 1). Las comunidades locales de la Huasteca Potosina utilizan el “otate” o “tzajib” (G. velutina) para construir sus viviendas con la técnica de bajareque. Actualmente, no tenemos un conocimiento completo acerca de cuántos grupos étnicos en México utilizan el bambú en la construcción de sus viviendas mediante la técnica del bajareque.
Tanto las especies de Guadua como las de Otatea se distribuyen a lo largo de la vertiente del Pacífico y del Golfo de México, así como a lo largo de la Faja Volcánica Transmexicana para el caso de algunas especies de Otatea (Ruiz-Sanchez et al. 2020). En particular, Otatea acuminata (Munro) C.E. Calderón & Soderstr., con la distribución más septentrional y endémica de México, llega hasta el norte de Sonora (Figura 1). Por su parte, Guadua velutina especie endémica de México, se distribuye hasta Tamaulipas (Figura 1) en la vertiente del Golfo de México (Ruiz-Sanchez et al. 2020). Con excepción de Guadua paniculata Munro, que habita en bosque tropical caducifolio y vegetación sabanoide por la vertiente del Pacífico (Figura 1), las especies de Guadua presentes en México se encuentran en bosques tropicales perennifolios o subcaducifolios, mientras que las especies de Otatea habitan en bosques tropicales caducifolios, bosque de encino, bosques de encino-pino y matorrales xerófilos (Ruiz-Sanchez et al. 2011, 2020).
El bajareque, también conocido como bahareque, quincha, enjarre o embarrado es una técnica constructiva que emplea un entramado de cañas (bambú), varas o mimbres y lodo, utilizando el material vegetal como estructura de soporte en la construcción (Guerrero Baca 2007, 2017). Esta técnica ha sido utilizada por diversas sociedades prehispánicas, cuya práctica se extendió hasta la segunda mitad del siglo XX en países como Brasil, Colombia, Ecuador, El Salvador, México, Perú y Venezuela y ha sido empleada para la construcción de muros, techos y cubiertas en diferentes tipos de climas (Juárez & Márquez 1992, Lopes & Ino 1998, Guerrero Baca 2007, 2017, Sánchez Gama 2007, López Pérez & Ruiz Valencia 2010, Henneberg de León 2012, García Urdánigo & Zambrano Álvarez 2017).
Según Guerrero Baca (2007), la construcción con tierra ha sido transmitida de generación en generación a través del conocimiento popular y el saber tradicional. Además, responde a la necesidad local de adaptarse a las condiciones y recursos de entorno natural en el que se habita. Dentro de las técnicas de construcción con tierra, se encuentra la tapia, el adobe y el bajareque. Es este estudio, nos enfocamos específicamente en el bajareque en algunos estados de México. En particular, Guerrero Baca (2007) describe el bajareque como una estructura compuesta de postes de madera empotrados en la cimentación o en el suelo, a los cuales se les fijan travesaños de menor sección con separaciones de entre 80 y 120 cm. Luego se incorpora un entramado de varas, cañas, carrizos o bambú, que pueden ser utilizados enteros o seccionados según su diámetro. Esta estructura se recubre en ambas caras con una mezcla con fibras vegetales, aplicándose en capas sucesivas de espesor decreciente.
De acuerdo con Guerrero Baca (2007), el origen del bajareque se remonta a hace más de 7,000 años, cuando los seres humanos comenzaron a establecerse de forma sedentaria. En la región de Mesoamérica, se han encontrado evidencias de la construcción con bajareque que datan de hace 3,700 años (Bernal 1984). López González (2015) menciona que los mayas ya utilizaban esta técnica de construcción hace 3,500 años, y se han descubierto restos de habitaciones construidas con bajareque de hace 3,270 años en Etla, Oaxaca (Fernández 1997). En el Salvador, en el sitio de La Joya de Cerén, se encontraron muros de bajareque sepultados bajo cenizas volcánicas que datan de hace 1,400 años (Guerrero Baca 2017).
Por otro lado, Terán Guerrero et al. (2016) llevaron a cabo un análisis mediante las técnicas de magnetismo de rocas en muestras de bajareque de la zona arqueológica de Los Guachimontones, Jalisco. Los Guachimontones se caracterizan por sus construcciones circulares conocidas como “guachimontón” (Figura 2, Weigand et al. 2008). Según Terán Guerrero et al. (2016), los habitantes de Los Guachimontones utilizaban altas temperaturas para quemar el bajareque como parte del proceso constructivo. Los resultados de Terán Guerrero et al. (2016) indican que el bajareque en Los Guachimontones tiene una antigüedad que oscila de 2,400 a 1,500 años. Es importante destacar que, en las evidencias mencionadas anteriormente sobre el uso del bajareque, no se ha podido determinar el tipo de material vegetal utilizado y en ningún caso se menciona el uso del bambú.
La única referencia que menciona el uso de una especie de bambú en la construcción con bajareque en un sitio arqueológico prehispánico es el estudio de Juárez & Márquez (1992). En ese estudio, se identificaron fragmentos de bajareque con impresiones de Otatea acuminata en la zona arqueológica de Loma Iguana, Veracruz, con una antigüedad aproximada de 1,200 años. Además, Flores Calvario & Rodríguez Licea (2020) mencionan el uso de “otate”, un término local utilizado para referirse al bambú en algunos estados de la República Mexicana, en la construcción de viviendas con la técnica de “pajarete” o bajareque en el estado de Colima. Sin embargo, no especifican la especie de bambú utilizada. Por último, Carazas Aedo et al. (2022) hacen referencia al uso de una especie del género Guadua en la construcción de viviendas mediante la técnica de bajareque en la región del istmo de Tehuantepec, Oaxaca, pero no mencionan la especie.
En este estudio, se presentan pruebas del uso de especies de bambú nativos de México en la construcción de viviendas rurales del siglo XX mediante la técnica de bajareque en distintos estados de la República Mexicana y por diversos grupos étnicos. Además, se propone que una especie bambú fue empleada en la construcción de viviendas con la técnica de bajareque en la zona arqueológica de Los Guachimontones, ubicada en Jalisco.
Materiales y métodos
Registro fotográfico y colectas de bambúes. Durante varias expediciones de campo llevadas a cabo en los años 2007, 2009, 2014, 2015, 2018, 2019, 2022 y 2023 se recopiló información fotográfica de viviendas construidas con la técnica de bajareque en los estados de Chiapas, Colima, Guerrero, Oaxaca y San Luis Potosí. Asimismo, en esos años, realizamos recolectas de bambúes siguiendo las recomendaciones de Soderstrom & Yong (1983) en las zonas cercanas a las construcciones, con el objetivo de comparar los culmos utilizados en los muros de las viviendas con los culmos recolectados. Es decir, colectamos material vegetativo de vainas, fragmentos de culmo, ramas, hojas foliares y flores en algunos casos.
Para determinar las especies recolectadas, se utilizaron las claves morfológicas de Ruiz-Sanchez et al. (2011, 2015) y Londoño & Ruiz-Sanchez (2014). Las muestras botánicas recolectadas fueron depositadas en los herbarios IEB, IBUG y XAL (Thiers 2023). Consultamos la página web del Atlas de los Pueblos Indígenas de México (INPI 2023), para identificar la afiliación potencial de los pueblos indígenas en cada estado donde se llevaron a cabo las observaciones de las viviendas rurales construidas con bajareque.
Visitas al laboratorio del sitio arqueológico de Los Guachimontones. Se realizaron dos visitas al laboratorio del sitio arqueológico de Los Guachimontones, Jalisco, en enero y febrero de 2023. En ese lugar se resguardan alrededor de 1,617 kilos de fragmentos de bajareque que fueron recuperados durante excavaciones en diversos contextos del sitio (Heredia Espinoza et al. 2023 Heredia Espinoza com. pers.). En el laboratorio del sitio arqueológico, capturamos fotografías de 24 fragmentos de bajareque en excelente estado de conservación, los cuales presentaban impresiones cóncavas con una apariencia similar a la de un medio cilindro, indicando el uso de un elemento constructivo. Para establecer una referencia de tamaño de los fragmentos, utilizamos una regla de 6 cm. Los fragmentos de bajareque varían en longitud de 2 a 8 cm, con impresiones cóncavas que tenían diámetros de 7 a 20 mm. Además, realizamos dos recolecciones de Otatea acuminata en los municipios de Magdalena y Tequila, los cuales actualmente se encuentran geográficamente más cercanos al sitio arqueológico (Figura 2). Utilizamos los culmos recolectados de estas dos poblaciones para compararlos con cada uno de los fragmentos de bajareque que presentaban impresiones cóncavas. También llevamos a cabo observaciones bajo un microscopio estereoscópico en busca de marcas que pudieran proporcionar pistas sobre el material vegetal utilizado en la construcción de bajareque en el sitio arqueológico de Los Guachimontones.
Resultados
Especies nativas utilizadas en el bajareque en México. Basándonos en la determinación de las especies recolectadas en los sitios cercanos a las viviendas construidas con bajareque, concluimos que las cinco especies utilizadas en la construcción de muros para viviendas con esta técnica en los estados de la República Mexicana estudiados son Guadua amplexifolia J. Presl., G. paniculata, G. velutina, Otatea acuminata y Otatea fimbriata Soderstr. En Frontera Comalapa, Chiapas, observamos el uso de G. paniculata en la construcción de una vivienda con bajareque (Figura 3). De acuerdo con el Atlas de los Pueblos Indígenas de México, el grupo étnico corresponde a los mam. En Roblada Grande, ubicado en el municipio de Villa Flores, Chiapas, se utiliza Otatea fimbriata en la construcción de viviendas (Figura 4). Aunque el Atlas de los Pueblos Indígenas de México no registra a ningún pueblo indígena en esa región, los propietarios de las construcciones, los hermanos Franco Robles, nos informaron que pertenecen al pueblo tsotsil. En Campo Cuatro, situado en el municipio de Comala, Colima, se utiliza Otatea acuminata en la construcción de viviendas (Figura 5). Aunque el Atlas de los Pueblos Indígenas de México no registra a ningún pueblo indígena en esa región. En Río Santiago, municipio de Atoyac de Álvarez, Guerrero, Guadua paniculata es el bambú utilizado en la construcción de muros de bajareque en las viviendas (Figura 6). Nuevamente, el Atlas no identifica a ningún pueblo indígena en esa región. En Santo Domingo Zanatepec, Oaxaca, se utiliza Guadua amplexifolia para la construcción de viviendas (Figura 7), y el grupo étnico asociado corresponde a los Zapotecos. Por último, en la región de la Huasteca Potosina en San Luis Potosí, se utiliza Guadua velutina en la construcción de muros y techos para las viviendas con la técnica de bajareque (Figura 8), y el grupo étnico relacionado es el de los Huastecos.
Especie utilizada en bajareque en Los Guachimontones. Los 24 fragmentos de bajareque analizados, con impresiones cóncavas de diámetros entre 7 a 20 mm, coinciden perfectamente con los culmos colectados de Otatea acuminata en Magdalena y Tequila. Al superponer los culmos recolectados con los diferentes fragmentos de bajareque, se ajustan completamente con el diámetro y forma de los fragmentos arqueológicos recuperados del sitio arqueológico de los Guachimontones (Figura 9). Solo un fragmento de bajareque presentó estrías paralelas en la impresión, las mismas que se encuentran en las partes basales de cada entrenudo de O. acuminata. Los diámetros, la forma cilíndrica y las estrías presentes en los culmos de O. acuminata concuerdan perfectamente con las impresiones de los fragmentos de bajareque utilizados en la construcción de viviendas y estructuras cívico-ceremoniales en Los Guachimontones. Por lo tanto concluimos que esta especie fue la utilizada en el bajareque (Figura 9).
Discusión
En la construcción de muros con bajareque en los estados de Chiapas, Colima, Guerrero y San Luis Potosí se utilizaron cinco especies de bambú: Guadua amplexifolia, G. paniculata, G. velutina, Otatea acuminata y O. fimbriata. De estas especies, dos son endémicas de México, G. velutina y O. acuminata, mientras que las demás son especies nativas (Ruiz-Sanchez et al. 2015, 2020). Según el Atlas de los Pueblos Indígenas de México, los pueblos indígenas asociados con la construcción de bajareque son los Huastecos en San Luis Potosí, los mam y tostsiles en Chiapas, y los zapotecos en Oaxaca (INPI 2023). Sin embargo, no se encontraron registros de grupos étnicos asociados con la construcción de bajareque en Guerrero y Colima. Esto nos lleva a considerar la posibilidad de que la técnica haya sido aprendida y adoptada en esas regiones por otros medios.
Nuestros resultados revelan que, en Colima, la especie de bambú utilizada en la construcción de bajareque es Otatea acuminata. Flores Calvario & Rodríguez Licea (2020) mencionan el "otate" como elemento en la construcción de bajareque en Colima, pero este término común se refiere a las 12 especies de Otatea que existen en México, así como a otras especies de bambú de géneros diferentes, como Guadua velutina. Por lo tanto, es importante referirse a las especies utilizadas por su nombre científico. Además, descubrimos que en el Istmo de Tehuantepec en Oaxaca, se utiliza Guadua amplexifolia en la construcción de muros de bajareque. Carazas Aedo et al. (2022) mencionan que en la región del Istmo de Tehuantepec en Oaxaca utilizan Guadua para la construcción de bajareque, y ahora sabemos que esa especie es Guadua amplexifolia.
En San Luis Potosí, principalmente en la región de la Huasteca Potosina, las comunidades Teenek utilizan Guadua velutina en la construcción de muros de bajareque. Nuestros resultados coinciden con las observaciones realizadas por Cruz-Armendáriz et al. (2023), quienes previamente informaron el uso de esta especie en la construcción de bajareque. El uso de Otatea fimbriata en Chiapas y Guadua paniculata en la construcción de bajareque en Chiapas y Guerrero no había sido reportado anteriormente.
Según los datos del Censo de Población y Vivienda 2020 (INEGI 2020), en México, el 92 % de las viviendas particulares habitadas están construidas con materiales como ladrillo, block, piedra, cantera, cemento o concreto. El 4 % de las viviendas se construyen con adobe, el 3 % con madera y solo el 1 % utiliza materiales como lámina, carrizo, bambú, palma, embarrado o bajareque. Estos datos demuestran que la técnica de bajareque ha disminuido su uso en México y está en desuso en gran medida.
Después de analizar los fragmentos de bajareque encontrados en la zona arqueológica de Los Guachimontones, Jalisco, donde se observaron impresiones de un elemento vegetal cilíndrico, hemos llegado a la conclusión de que posiblemente dicho elemento vegetal utilizado sea Otatea acuminata. Los culmos recolectados en Magdalena y Tequila se ajustan perfectamente a las impresiones cóncavas de los fragmentos de bajareque (Figura 9). Es importante destacar que nuestros resultados son observacionales, ya que no podemos afirmar con certeza si esta fue la especie utilizada en la construcción de las viviendas. Sin embargo, se ha determinado que los fragmentos de bajareque tienen entre 2,400 y 1,500 años de antigüedad, lo que convierte a Los Guachimontones en el sitio arqueológico más antiguo de México donde se ha encontrado evidencia del uso de una especie de bambú en la construcción de viviendas con la técnica de bajareque (Terán Guerrero et al. 2016).