Analizar el surgimiento, supervivencia y caída de los regímenes políticos en América Latina es un reto, dado que el investigador no sólo se enfrenta a un territorio heterogéneo, sino que se encuentra ante una densa y vasta bibliografía. Lo anterior dota de pertinencia a la obra que aquí nos ocupa, ya que en sus páginas encontraremos un análisis con metodologías mixtas y sustentado en teoría que nos permitirá comprender el devenir de los regímenes políticos en la región. Se trata de una obra ambiciosa, pues su análisis contempla a 20 países de Latinoamérica durante un período prolongado que abarca desde 1900 hasta 2010.
La pregunta central de Democracias y dictaduras en América Latina consiste en entender el surgimiento, permanencia y ruptura de los regímenes políticos. Para ello, los autores decidieron elaborar una teoría pertinente que pudiera explicar las dinámicas de estos procesos políticos. Aunque existen diversas teorías centradas en los procesos de democratización (tales como la teoría de la modernización, del desarrollo económico o de las políticas de masas), esta investigación precisó de conceptos, variables, así como de codificaciones específicas, para analizar una región extensa durante un periodo prolongado.
Para alcanzar el objetivo del proyecto, es decir, entender la evolución de los regímenes políticos en América Latina durante más de un siglo y las razones detrás de los patrones de estos regímenes, fue necesario emprender una investigación de tipo cualitativo y cuantitativo; una cualidad del libro que es preciso señalar, pues en la bibliografía sobre el tema preponderan las aproximaciones meramente cualitativas.
El libro está compuesto por nueve capítulos, en los cuáles se expone de manera detallada los procedimientos metodológicos para llevar a cabo las mediciones cuantitativas del proyecto, así como las condiciones de análisis de los estudios de caso del análisis cualitativo. En la introducción, capítulo I, se ofrece un panorama general de la investigación, mientras que en los capítulos II y III se especifican los lineamientos teóricos y metodológicos que sustentan la codificación de las preferencias normativas de los actores políticos. Así, en el capítulo IV se exponen los hallazgos cuantitativos, en tanto que en los apartados V y VI se presentan los estudios de caso de Argentina y El Salvador. Posteriormente, capítulo VII, los autores explican con mayor detenimiento la influencia de las políticas y los actores internacionales. En el capítulo VIII encontramos una explicación sobre los regímenes políticos de la tercera oleada. Por último, en el capítulo IX, los autores confrontan los aciertos de su teoría con los hallazgos de otras teorías. Cabe señalar que Mainwaring y Pérez-Liñán centraron sus esfuerzos para que la teoría desarrollada en este libro pueda aplicarse en otras regiones y no sólo para el caso latinoamericano.
La teoría de esta obra se sustenta en cinco supuestos: 1) los actores determinan los resultados de los regímenes; 2) durante el periodo analizado, las instituciones (partidos políticos, fuerzas armadas, sindicatos, jefes de gobierno, entre otros) son los actores más importantes; 3) la mayoría de los actores tienen un programa en el que defienden determinadas políticas, además de tener preferencias normativas por un régimen político; 4) las preferencias normativas de los actores (ya sean moderadas o radicales) no pueden determinarse respecto a su posición estructural en la sociedad; 5) cuando hay una organización fuerte en el poder es posible crear dependencia tanto en las preferencias normativas de régimen como en las políticas públicas, los actores individuales y las naciones también se pueden apegar a estas dependencias1 (p. 35).
Los actores políticos son las figuras centrales de esta teoría. A través de sus acciones es posible explicar los porqués de las dinámicas políticas de la región. Más allá de las estructuras políticas y culturales, podemos observar las respuestas de los actores en una situación específica, pues, como señalan los autores, sus decisiones no se limitan a su posición en la estructura social. Asimismo, sus preferencias normativas no se vinculan a un resultado meramente instrumental, pues para muchos actores importa la forma en la que se llevan a cabo sus acciones para detentar el ejercicio del poder.
Referente al análisis cuantitativo, fueron tres los elementos centrales analizados en la obra en cuestión: los actores políticos; las preferencias normativas de los actores políticos (si tiene una preferencia valorativa respecto a la democracia, o si es que tiene una postura radical, de izquierda o derecha) y las influencias internacionales. Determinar estos elementos como variables independientes permitió a los autores enfatizar la importancia de los agentes políticos para comprender el surgimiento, supervivencia o caída de los regímenes democráticos en la región. A la par, los autores y el investigador Daniel Brinks elaboraron una escala tricotómica para los regímenes políticos, a saber: regímenes democráticos, regímenes semidemocráticos y regímenes autoritarios. Con bases en estos elementos fue posible determinar los procesos democráticos que ha experimentado la región durante los últimos 100 años.
A lo largo de esta investigación, los autores y su equipo de trabajo, se dieron a la tarea de codificar las preferencias normativas de 1460 actores. Debido a la información disponible, fue necesario comenzar esta exploración a partir de 1945. Esta parte de la investigación fue realizada de forma cuantitativa en 18 países de América Latina. Con base en los datos arrojados, se pudo determinar que existieron tres oleadas de democratización en la región, que van de 1938 a 1946, de 1956 a 1958 y de 1977 a 2010, año en el que concluye la investigación.
Si bien los datos cuantitativos correspondieron a los supuestos de la teoría, fue menester realizar una investigación cualitativa. Por ello se eligieron dos estudios de caso: Argentina y El Salvador. El caso argentino muestra muchas rupturas de regímenes competitivos antes de la tercera oleada, hasta llegar a la estabilidad democrática después de 1983; en El Salvador nos encontramos con un escenario diferente, pues antes de la tercera oleada persistió el autoritarismo, pero hacia 1984 nos encontramos ante la estabilidad de los regímenes competitivos en el país. Ambos casos son representativos de los procesos democráticos en la región. Los estudios de caso permitieron profundizar en la bibliografía respecto al tema, así como en la codificación de las preferencias normativas de los actores políticos más destacados. Gracias a ello fue posible demostrar que los actores pueden cambiar sus preferencias normativas, moderando o radicalizando sus posiciones según las relaciones que se establecen con la oposición. Con base en lo anterior, es posible entender por qué un régimen competitivo puede caer y dar paso al autoritarismo. Sin embargo, no sólo se trata de la influencia de los actores políticos, sino que la dinámica regional y la influencia internacional son determinantes para la continuidad o ruptura de un régimen democrático.
Con respecto a la influencia internacional, es necesario señalar el influjo de Estados Unidos en el continente y a nivel global. Los autores elaboraron un indicador novedoso de las políticas estadounidenses hacia América Latina para medir estas intervenciones de forma objetiva. En términos generales, la conclusión es que las oleadas de democratización en Latinoamérica se vieron influidas por un espectro político continental y global; pero también las rupturas, debido a que la radicalización de los actores se alimenta de las ideas gestadas en el exterior, tal como sucedió después de la Revolución cubana después de 1959.
Para los autores es muy importante no centrar su análisis en un país, pues las relaciones que se establecen en las regiones son mucho más determinantes, no sólo para el caso latinoamericano, pues es posible verificar estos procesos en otras latitudes, como en la llamada primavera árabe, por ejemplo. En la obra se verifica que el surgimiento de las democracias puede verse determinado por los actores externos, pero no así en su continuidad, ya que las políticas exteriores de Estados Unidos, o de instituciones como la Organización de los Estados Americanos, no incentivan la supervivencia de los regímenes democráticos.
Quizá uno de los aspectos más sobresalientes de la investigación sea la explicación de la supervivencia de la democracia en América Latina después de la tercera oleada. Las condiciones económicas y sociales marcaban una tendencia negativa para el florecimiento de los regímenes competitivos, sin embargo, la democracia ha persistido durante un periodo largo, en consideración con las otras oleadas democráticas. Si bien han existido tendencias autoritarias relativamente recientes, el resto de la región ha permanecido con una valoración positiva respecto a la democracia, pese a los altos índices de pobreza.
Es necesario señalar que no todos los regímenes se sitúan en la democracia; varios países han transitado hacia una semidemocracia en donde los derechos humanos y las garantías constitucionales de los ciudadanos han sufrido constantes violaciones. Las democracias fuertes, según las codificaciones de los autores, consolidadas en Uruguay, Chile y Costa Rica. El resto de los países de la región se encuentran en una democracia débil o en un régimen semidemocrático.
Predecir el futuro de las democracias latinoamericanas puede ser una labor todavía incierta, pero los elementos que sustentan la teoría de Democracias y dictaduras en América Latina dan pie a interpretar los procesos próximos en la región. El estancamiento de las democracias y las semidemocracias podrían poner en riesgo la subsistencia de los regímenes democráticos, sin embargo, podemos verificar que los actores políticos no han optado por radicalización, sino que han mantenido una preferencia por la democracia.
Sólo queda señalar que la obra se distingue por el esfuerzo teórico para explicar el surgimiento, supervivencia y caída de los regímenes políticos. En sus páginas el lector podrá encontrar distintos matices sobre los postulados teóricos de los autores, así como las precisiones metodológicas sobre los análisis cuantitativos y cualitativos. La lectura atenta de este libro por parte de la comunidad académica continúa el diálogo y el debate sobre los procesos democráticos en la región.
Scott Mainwaring2 y Aníbal Pérez-Liñán3, autores del libro y coordinadores de esta investigación, presentaron su obra al público anglosajón en 2013; empero, es hasta el 2019 que se publica, a través de la editorial Fondo de Cultura Económica, para los hablantes de la lengua española. El proyecto contó con el apoyo del Instituto Kellogg de Estudios Internaciones, de la Universidad de Notre Dame y la Universidad de Pittsburgh, así como con la participación en distintos simposios y seminarios en universidades de América Latina, además de la colaboración de 19 asistentes de investigación.