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México y la cuenca del pacífico

versión On-line ISSN 2007-5308

Méx.cuenca pac vol.13 no.38 Guadalajara may./ago. 2024  Epub 12-Ago-2024

https://doi.org/10.32870/mycp.v13i38.888 

Análisis

Desde Pekín al mundo hispanohablante. Tres cartas inéditas del jesuita Diego de Pantoja (1571-1618)

From Beijing to the Spanish-speaking World. Three Unpublished Letters from the Jesuit Diego de Pantoja (1571-1618)

1Universidad de Jilin. No. 2699, Qianjin Road, Changchun City, Jilin Province, China. Correo electrónico: ignacioramos@jlu.edu.cn

2Universitat de Barcelona. C/ de Montalegre, 6, Ciutat Vella, 08001 Barcelona, España. Correo electrónico: diegosola@ub.edu


Resumen

El objetivo del presente artículo es presentar un material de archivo inédito que da cuenta de las relaciones incipientes entre la Monarquía Hispánica y el Imperio Ming en los albores del siglo XVII. Se trata de tres cartas de Diego de Pantoja, el pionero de habla hispana en China, en las que se despliegan concepciones religioso-políticas alternativas a otros testimonios iberoamericanos de la época en las Indias Orientales. Este estudio emplea un método basado en tres pasos: la transcripción de las cartas, su contextualización historiográfica y la explicación de sus elementos geopolíticamente relevantes. El estudio tiene como resultado destacar la importancia de la figura de Pantoja para las relaciones internacionales en el ámbito del Pacífico, tanto en el pasado como en la actualidad. El aporte principal es traer a la luz un testimonio perteneciente a los orígenes del intercambio cultural acontecido entre el mundo chino y el hispanohablante que sirve como base para el entendimiento diplomático, el diálogo político y el desarrollo económico del presente.

Palabras clave: Diego de Pantoja; China; Monarquía Católica; Mundo hispanohablante; Historia relaciones sinohispanas

Abstract

The objective of this paper is to offer unpublished archival material with an account of the nascent relations between the Hispanic Monarchy and the Ming Empire at the dawn of the 17th century. These are three letters from Diego de Pantoja, the Spanish-speaking pioneer in China, with a series of religious-political conceptions whose character is alternative to other Ibero-American testimonies of the time in the East Indies. This study uses a method based on three steps: the transcription of the letters, their historiographical contextualization, and the explanation of their geopolitically relevant elements. As a result of this process, this study highlights the importance of the figure of Pantoja for international relations in the Pacific area, both in the past and the present. The main contribution is to bring to light a testimony from the origins of the cultural exchange between the Chinese and Spanish-speaking world that serves as a basis for diplomatic understanding, political dialogue, and economic development of the present.

Keywords: Diego de Pantoja; China; Catholic Monarchy; Spanish-speaking world; history of sino-hispanic relations

Introducción

En los últimos años, la historiografía dedicada a las primeras misiones católicas en los reinos de Asia Oriental durante la época moderna ha revalorizado la figura de Diego de Pantoja (1571-1618).3 Nacido en la localidad toledanomadrileña de Valdemoro, fue admitido en la Compañía de Jesús en 1589 y enviado a Oriente por la llamada ruta portuguesa en la Armada da Índia de 1596. Después de sobrevivir a una dura navegación en la nao Conceição, donde vio morir a un 15 % del pasaje, Pantoja permaneció en Goa unos seis meses hasta la primavera de 1597, cuando partió para Macao. Allí se detuvo dos años hasta terminar su formación con la etapa de Tercera Probación. Entró en China continental a finales de 1599 y ya permaneció allí hasta prácticamente el año de su muerte, acaecida en Macao en 1618. A este jesuita le cabe el mérito de haber fundado junto a Matteo Ricci (1552-1610) una residencia permanente en la capital Ming a la que irían juntándose otros correligionarios con el paso de los años. En virtud de la credibilidad que les obtuvo su labor humanísticocientífica, ambos representaron con extraordinaria eficacia algunas de las ideas religioso-políticas que vertebraban Europa y sus territorios colonizados de ultramar, de modo que aquella misión adquirió las hechuras de una legación del Occidente cristiano a la altura de la protagonizada por Giovanni da Montecorvino o el propio Marco Polo tres siglos antes. Ricci fungió como superior en China y, pese a su exitosa complementariedad con Pantoja, no dejó de manifestar en algunas ocasiones sus diferencias con el castellano. Esto ha afectado el modo en que ciertos autores han pasado por alto el rol clave del personaje.4 Por eso, pese a que las habilidades intelectuales de este políglota hispano, especialmente en el campo de la astronomía, la música y la geografía, y sus cualidades para favorecer la relación con la corte imperial del emperador Wanli, han sido reconocidas en la historia de la misión jesuita china,5 todavía son varias las lagunas en torno a las dimensiones de la contribución de Pantoja para la formación de un conocimiento sinológico y su circulación en las redes informativas de la Compañía y del mundo católico occidental.6 En este sentido, la obra programática que un joven Pantoja escribió al poco de llegar a China, la Relación de la entrada de algunos padres de la Compañía de Jesús en la China y particulares sucesos que tuvieron, y de cosas muy notables que vieron en el mismo reino, no puede ser suficientemente encomiada. Se trata de un trabajo de 1602 que vio la luz con su edición impresa en 1604 y fue traducido a numerosas lenguas europeas en los años sucesivos.7 Por medio de sus escritos, Pantoja se convirtió en uno de los analistas de acontecimientos geopolíticos más relevantes de su época.

La contribución y la metodología de este artículo descansan, de una manera fundamental, en la presentación, transcripción y anotación de tres cartas manuscritas de Diego de Pantoja localizadas en el Archivo Histórico de la Compañía de Jesús en Roma: la primera, dirigida a Gregorio López, rector del colegio jesuita de Manila (4 de marzo de 1605), que es la más relevante por informativa; la segunda, la escrita a Diego García, viceprovincial de Filipinas (6 de marzo de 1605); y la última, enviada a Pedro de Arrúbal, reputado teólogo jesuita que había sido profesor de Pantoja en Ocaña y Alcalá (25 de agosto de 1606).8 Se pone aquí a disposición del mundo académico este testimonio importante para las investigaciones sobre la primera ola globalizadora de corte iberoamericano que, propiciada por la importancia comercial de Asia, cubrió el planeta en los siglos XVI-XVII, incluyendo las costas de América, África y el Lejano Oriente.

El objetivo de este artículo es analizar la conceptualización de China, especialmente en cuestiones religiosas y políticas, que el jesuita de Valdemoro trasladó a sus superiores y colegas hispanoamericanos valiéndose de los circuitos epistolares de la Compañía. A través del eje Pekín-Macao-Goa, o incluso del nodo de Nueva España, Pantoja transmitió sus conocimientos y progresos misionales a agentes multiplicadores en los dominios de la Monarquía Católica, que por entonces incluía también las estaciones de intercambio clave de ascendencia portuguesa bajo el régimen de padroado.9 Estos testimonios documentales introducen en España y su imperio conocimientos sinológicos que superan los imprecisos y muy parciales relatos sobre el imperio de los Ming en el largo reinado de Wanli (1572-1629), entre los cuales destacaba, particularmente, el que a finales del siglo xvi fue libro de cabecera sobre China en ámbito hispanoamericano, la Historia de las cosas más notables, ritos y costumbres del gran reino de la China (1585), obra del agustino Juan González de Mendoza, que jamás había estado en Asia.10

Los textos de Pantoja escritos en lengua castellana son siempre profusos en comentarios valorativos, pero su índole es diversa: así como la Relación destaca por sus ricas descripciones etnográficas y etnohistóricas del imperio de los Ming,11 las cartas que aquí presentamos toman partido respecto a cuestiones dilemáticas en el contexto de la misión católica en el Extremo Oriente, a saber, si adoptar o no una estrategia evangelizadora asociada al uso de la fuerza militar o la extorsión política ante la relativa irrelevancia de la doctrina cristiana entre las élites, refutar o no las falsas noticias que sobre la evangelización de los chinos se difundían en España y Europa, invertir más o menos en el envío de tecnología y manufacturas destinadas a ser empleadas como regalos y herramientas de acercamiento al emperador. Estas epístolas ―compiladas al margen de las cartas anuas, a las que el propio Pantoja remite para mayor y más sistemática información― hacen acopio expansivo de datos, hechos y juicios de la situación misional del momento. De este modo, además de percibir aquí la voz más clara y menos filtrada de Pantoja ―esto es, menos adulterada por el funcionamiento de los canónicos mecanismos informativos de la Compañía―, encontramos una muestra y ejemplo de funcionamiento del laboratorio de saberes que para los misioneros católicos del cambio de siglo supuso China.12

Las cartas y su contribución a una sinología hispanoamericana

Las misivas de Pantoja presentan la singularidad de ser informaciones transmitidas dentro de una red de carácter personal. Quizá sea, precisamente, esta informalidad que transcurre al margen de lo políticamente correcto lo que ha hecho que, hasta el presente, no hayan sido publicadas. Es, por ejemplo, significativo que la carta a Pedro de Arrúbal esté escrita diez días después de que Ricci reporte negativamente acerca de Diego al general Claudio Acquaviva.13 En el párrafo final de la misiva de Pantoja a su antiguo y querido profesor, si bien afirma estar «muy consolado y contento», parece hacer referencia indirecta a conflictos que le han generado censuras de algún tipo cuando habla de sus «treinta y seis años hasta ahora malgastados con muchas faltas y pecados». Escapando de la imagen tópica del religioso que reporta a sus inmediatos superiores de misión, y estos a su vez a los suyos, para conformar un relato centrípeto en torno a Roma según el procedimiento rutinario de las cartas anuas, Pantoja escribe a su gente de confianza en la Compañía de Europa y Filipinas para desahogar sus opiniones propias. Por eso, estas cartas, además de matizar o desmentir noticias que circulaban por la Europa católica ―también más allá de sus lindes religiosas― sobre China y los jesuitas, son un testimonio de lo que Antonella Romano denomina «líneas de tensión» que cruzan el trabajo intelectual de los misioneros a nivel interno, debido a diferencias de carácter, nación y concepciones sobre el modo de proceder ante cosmovisiones alternativas.14

Pantoja fue, por el mismo carácter de su envío a China en esa época, un verso suelto; durante décadas fue el único jesuita español que vivió establemente en el continente chino en el siglo XVII, como excepción que confirmaba la regla arbitrada en los tratados de Tordesillas (1494) y Zaragoza (1529).15 Habiendo sido reclutado por Gil de la Mata16 para ir a Japón, persistió exitosamente en su deseo de servir en China, adonde fue enviado al aprovechar circunstancias favorables cuando acababa de terminar su formación en Macao. Una vez en Pekín, en los primeros cinco años fue el único compañero europeo de Ricci, pero luego hubo de acostumbrarse a vivir en minoría entre italianos y portugueses, siendo, por otra parte, miembro de la nación a la que estos estaban subordinados en Occidente. En aquel contexto, nadie mejor que él, que había visto de niño con sus propios ojos a Felipe II en más de una ocasión, podía sentirse apto para comunicar con la corte del emperador Ming. Esta conciencia de impertinente pertinencia hispana, propia de un dinámico equilibrio de yin y yang, le ayudó a adoptar una visión alternativa a la de otros informadores enviados a Oriente. Algunos de sus connacionales que no se vieron en medio de estos contrastes existenciales, como, por ejemplo, Alonso Sánchez (1545-1593), incurrieron en modos de información mucho más unilaterales: años atrás, ese jesuita de Mondéjar basado en Filipinas había dedicado ingentes esfuerzos a construir una imagen antagonista de China y a favorecer un plan de conquista militar de aquel imperio por parte de la Monarquía Católica de Felipe II.17 Algunos de los comportamientos de Sánchez y su compulsivo esfuerzo por llegar directamente al rey para dar su particular visión de las cosas que acontecían (y podían acontecer) en el triángulo China-Macao-Filipinas merecieron la censura de sus superiores, como José de Acosta.18 Sin embargo, la ascendencia de Acosta sobre Sánchez en la década de 1580 ―al igual que la de Ricci sobre Pantoja en la de 1600― tenía límites evidentes. Por eso, la contribución intelectual autónoma de sus textos merece ser analizada. El hecho de que estos súbditos de una Corona castellana con ambiciones geográficas de dimensión planetaria entrasen en relación con el gran imperio del Oriente, proporciona claves para entender ciertos retos diplomáticos e interculturales de la primera globalización que otras perspectivas nacionales europeas no logran reflejar.

La misiva al P. Gregorio López

La carta al rector del Colegio de Manila Gregorio López19 es la más extensa y temáticamente la más diversa de las tres misivas aquí presentadas. Está fechada en Pekín el 4 de marzo de 1605, donde según las informaciones consignadas por Matteo Ricci en una carta de 26 de julio de ese mismo año, los bautizados no llegaban a los trescientos.20 Una realidad que lleva a Pantoja a enmendar completamente algunas informaciones que sobre el progreso misional de los jesuitas se difundían en Europa. La fuente de esas equívocas informaciones es «un libro intitulado de las cosas de la China», del que Pantoja critica en este punto sus «yerros y patrañas». Se trata de la Historia de las cosas más notables, ritos y costumbres del gran reino de la China, del agustino Juan González de Mendoza (1545-1618). La edición del libro publicada en Madrid en 1586 (no así en la primera edición de Roma, 1585) señalaba la entrada de los jesuitas en China, a la vez que ofrecía un optimista relato de una fácil conversión del reino.21 Eran relatos a los que Pantoja habría tenido, sin duda, acceso en Alcalá. El valdemoreño ya sabía desde su estancia en Macao que aquello eran hipérboles sin fundamento, pero no deja de esforzarse en desmentir las noticias recientes sobre presuntos avances en la evangelización de China, por eso confiesa que la aparición impresa «en Europa [de la noticia de] la conversión del Rey de China», no pudo sino acabar provocando hilaridad entre los que vivían sobre el terreno.

Entre los temas relevantes que aborda Pantoja en su carta, y de manera prolija, se encuentra el episodio de la exploración fallida de minas de oro en Filipinas por parte de China, aventura promovida por dos hombres ―«dos engañadores», en palabras del misionero― que convencieron al emperador a dedicar recursos a esta empresa. Wanli estaba persuadido de despachar un contingente para explotar estas materias primas, pero el entorno de sus funcionarios del reino quiso anticiparse enviando dos mandarines a verificar esa información, que resultó ser falaz.22 Se deduce de la carta de Diego que es ella misma respuesta a la que su interlocutor López le había escrito narrando acerca de aquella legación. Aunque los enviados de la administración Ming fueron bien tratados, su visita debió generar recelos suficientes entre los españoles de Filipinas como para provocar una matanza de veinte mil emigrantes chinos de la provincia de Fujian allí radicados. Como reacción a aquello, el gobierno chino emprendió diligencias para estudiar posibles represalias que acabaron consistiendo en la tortura y ejecución de las dos personas que habían promovido la exploración, así como en la planificación de una repatriación de chinos occidentalizados ―«imagino deben querer los que ahí están [que tienen] cortado el cabello»― y una protesta formal. Aquí es donde Pantoja desempeña un rol diplomático relevante. Argumenta ante los lectores de su carta ―cuyas informaciones él solicita sean distribuidas, pero sin desvelar el origen geográfico de la fuente― que los españoles de Filipinas no deben temer cualquier ataque.

Además, esta misiva fue aprovechada por Diego de Pantoja para solicitar el envío a Pekín de objetos y materiales necesarios para el desempeño de su misión: bálsamo de Nueva España o Perú que le habían pedido mandarines cercanos, así como una imagen de pluma23 para atraer visitas a la residencia que los jesuitas tenían en la capital. De manera apresurada, Pantoja cierra su carta señalando el uso de tecnología occidental para atraerse la voluntad de las élites y, en este caso, del propio «príncipe» y candidato a futuro emperador, al preguntar por el envío de un reloj de Flandes por parte del general Acquaviva,24 que, pese a haber sido enviado más de dos años antes desde Manila, en la llegada de la primavera de 1605 aún no había llegado.25

Transcripción y anotación de la carta

//197//

Pekini, 4 mart[ius]. 1605

Diego Pantoja26

Pax Xpi[sti ]27etc.

El año pasado tuue vna carta[ ]de[ ]V[. ]R. por dos vias cõ28 que en extremo me console y solam[ent]e tuue de | pena el[ ]ser tan breues parece las occupaciones son muchas y no dexarõ a[ ]V[. ]R[.] t[iem]pos p[ar]a nos consolar cõ [ ]alg[un]as | nueuas de essas xp[is]tandades29 de q̃ no[ ]sabemos cosa alg[un]a. aunq̃[ ]lo[ ]deseamos mucho30. Con la[ ]de[ ]V[. ]R[.] esperaua | juntam[ent]e las de mis char[issim]os p[adr]es. condiscip[ul]os. Fr[ancis]co de Otazo y Gabriel Sanchez mas parece por[ ]estar lexos | como V[. ]R. me escriue no pudieron llegar a[ ]t[iem]po. Consoleme juntam[ent]e mucho cõ[ ]saber el[ ]gusto[ ]q̃ V[. ]R[. ] y[ ]los | mas char[issim]os pes. y[ ]hermanos dessa tierra reciuierõ cõ [ ]las nueuas q̃ enuie31[ ]desta, y quando[ ]se[ ]offreciere occasiõ | continuare dando otras lo qual no[ ]hago tan frequentem[ent]e por q̃ aca somos pocos las occupaciones muchas y | muchos[ ]los lugares en[ ]q̃ desean saber nueuas desta tierra. Tambien holgue mucho de[ ]q̃[ ]V[. ]R. guardase | el secreto q̃ [ ]encomende q̃[ ]sin duda es cosa necess[ari]a y[ ]lo[ ]mismo[ ]pido a V[. ] R. haga de las nueuas q̃ en[ ]esta | carta escriuire de[ ]los dares y tomares q̃ en este año cõ esta tierra tuuierõ pues en cosas sospechosas es[ ]aun | mas necess[ari]o este resguardo aun cõ n[uest]ros naturales nunca publicando[ ] quando hablare[ ]desta q̃[ ]le[ ]fuerõ[ ]estas | nueuas de la corte.

[Línea sangrada] Tuuimos este año nueuas como N[uest]ros Hermanos los[ ]frailes no[ ]se de q̃ religion hauian publicado | y impresso hun libro en europa por via dessa tierra y con occasiõ por ventura de[ ]las nueuas q̃ de aca escri | uimos q̃[ ]hauiamos entrado en la[ ]corte y teniamos esperança de quedar aquí donde nos tratauã todos cortes | y humanam[ent]e. en q̃ decían entre otras muchas cosas q̃[ ]los padres de[ ]la Comp[añí]a hauiã entrado[ ] en[ ]la[ ]corte | del Rei de la China y hauian ya abierto camino franco p[ar]a todos los q̃[ ]quisiessẽ entrar a[ ]predicar. y[ ]juntam[ent]e | q̃ ya el[ ]Rey estaua conuertido y baptizado, y cierto q̃[ ]es cosa de espanto quan[ ]faciles sõ algunos en publicar | y ymprimir imaginaciones sin fundam[en]to. por no llamarlas con[ ]su nombre propio pues no bastan[ ]los yerros | y patrañas q̃ desta tierra estan impresas antiguam[ent]e en vn[ ]libro intitulado de las cosas de[ ]la china sino | aun acrecentar otro donde ha de hauer otras mayores como estas q̃[ ]dixe son. porq̃ aunq̃[ ]es verdad | p[adr]e mio q̃ a la poderosa mano[ ]de[ ]N[. ]Sor. no ay cosa dificultosa y eso y mucho mas puede[ ]hazer [ ]cõ[ ]maíor | facilidad q̃ ellos las publican, mas los que experimentamos y vemos de cerca lo[ ]q̃[ ]pasa sabemos que hum[an]a | m[en]te hablando ni principios ni en[ ]q̃ fundar minimas esperanças destas cosas tenemos hasta ag[o]ra aunq̃[ ]las[ ]tene | mos de hazer y conuertir otros xpi[sti]anos, pues cõ la divina[ ]gra[cia] cada dia se van mouiendo manda | rines y personas honradas, y[ ]baxas, aunq̃[ ]de todos hasta ag[o]ra[ ]no muchos por[ ]las muchas dificultades que | aun en[ ]conuertir los muy[ ]baxos ay quanto mas al[ ]Rei q̃[ ]tem innumerables impedim[en]tos. y[ ]particularm[en]te | el[ ]q̃[ ]ag[o]ra es Rey q̃[ ]es muy tirano codicioso y[ ]ruin. y asi muchas veces hablando entre nosotros decimos | nos parece cosa milagrosa estar como estamos los pocos p[adr]es. q̃[ ]en la china ay hauiendo tantos impedim[en]tos | p[ar]a[ ]entrar y tantos q̃ nos deseã echar fuera. y juntam[ent]e q̃ en pocas cosas se nos podia representar | mas claram[ent]e la miseric[ordi]a y poder de N[. ]S[eñ]or como en[ ]abrir camino[ ]franco p[ar]a la entrada |

[En el margen izquierdo en perpendicular al texto de la carta hacia abajo] holgaria mucho q̃[ ]V[. ]R. me hiciese charidad de enuiar esta misma carta al [ ]p[adr]e Esteuã paez cõ otras q̃[ ]p[ar]a el enuio de nueuas porq̃ por[ ]muchas | occupaciones no tuue t[iem]po[ ]p[ar]a referirle las cosas q̃[ ]aqui van escritas. y[ ]yo[ ]le[ ]escriuo q̃[ ]V[. ]R. le enuiara[ ]esta.

[Debajo de esas palabras, a mano de un recopilador] [1]603 [sic] | Paquin | Pantoja

[Bajo esas palabras] P. R[ecto]r. de Manil[a].

[Al pie del folio, centrado] # 20[.000] Cinesi vccisi da Castiglier*.32

//197v//

deste[ ]Reino, y conuertir a[ ]este[ ]Rey y[ ]mandarines grandes pues p[ar]a todas estas cosas estan cerrados | a cal y canto los portillos todos q̃ solo[ ] N[. ]S[eñ]or. los puede abrir y aunq̃[ ] aca no deseamos otra cosa sino[ ]ver | cõuertido el[ ]Rei pues conuertido[ ]el luego[ ]sin dificultad lo[ ]esta todo el[ ]Reino. y juntam[ent]e abierta puerta | patente pa el[ ]Sancto euang[eli]o. mas pesanos de ver q̃[ ]los effectos no[ ]han de responder a estas falsas nueuas | cõ q̃ nos escriuen aluoroçaron toda a xp[is]tandade y se quexan[ ]los n[uest]ros de q̃ aca[ ]seamos tã negligentes que | este impresa en[ ]Europa la conuersion[ ]del[ ]Rei de China antes de avisar nosotros desde[ ]aca. La qual quexa nos hizo a[ ]todos reyr.

[En el margen izquierdo delante del siguiente párrafo está escrito] 1o. V

[Línea sangrada] Escriueme V[. ]R. espantado cõ q̃ raçon y justicia mandaua este Rei examinar minas en estados agenos | a[ ]lo que[ ]digo q̃ esa inuenciõ no[ ]salio del[ ]Rei y mucho menos de[ ]los mandarines, solam[ent]e fuerõ dos enganadores | bellacos q̃ dixerõ tantas cosas y prometierõ tantos montes[ ]de oro sin ning[un]a dificultad mas q̃[ ]quererlos tomar | q̃ el[ ]Rei q̃ estrañam[ent]e cobdicioso se dexo lleuar de tan faciles y[ ]tan[ ]grandes promesas y quiso enuiar[ ]gente | p[ar]a abrir las minas y concluir este neg[oci]o. a lo qual todo[,] los mandarines q̃ son[ ]hombres prudentes y[ ]sabian | todo era bellaqueria y engaño resistierõ grandem[ent]e y persuadierõ al[ ]Rei no [ ]se metiesse en tal cosa ni creyese | a aquellos hombres pues quando mucho no querian mas q̃ yr a algun reino estrang[er]o a[ ]hurtar y[ ]hazerles injusticias | y viendo q̃ el[ ]Rei todauia cõ la cobdicia estaua inclinado a enuiar, mandarõ yr aquellos dos mandarinetes de[ ]ante | mano pa que viendo por vista de ojos y por confesiõ de los mismos q̃ prometian, q̃[ ]todo[ ]lo[ ]q̃[ ] prometiã era[ ]falso | no tuuiese el[ ]Rei que decir ni pudiesse proseguir con su intento. Despues de tornar estos mandarines todos | supierõ era falso y el [ ]Rei desistio de su intento con proposito de justiciar aquellos[ ]dos[ ]hombres. Tambien[ ]supimos | aca y[ ]por toda la China se publico como en essa tierra hauian tratado muy honradam[ent]e a[ ]los mandarines[ ]q̃[ ]de | aqui enuiarõ y quedarõ todos espantados como aqui nos[ ]dixerõ muchas veces mandarines [ ]grandes de[ ]los | presentes tan gruesos asi de comer como[ ]de otras cosas, y muchas honras q̃[ ]les hizierõ loando[ ]grandem[ent]e | el buen modo de la[ ]gente de essa tierra y juntam[ent]e cõ oyr la riqueça33 y policia cõ q̃[ ]se tratã queda | rõ los chinas34 cõ grande concepto y cõ mucho agradecim[ien]to. para que V[. ]R. sepa q̃[ ]los chinas sabẽ agradecer | y estimar el[ ]bien q̃[ ] les hazen y si no se siguiera lo[ ]q̃[ ]se[ ]siguio de la muerte de tantos Chinas, queda | uan todos muy obligados.

[En el margen izquierdo delante del siguiente párrafo] 2o V

[Línea sangrada] Acabado[ ]de correr estas buenas nueuas vinierõ luego las siguientes[ ]de[ ]la matança de tantos | chinas como ay matarõ cõ occasiõ y por causa de la embaxada pasada como aqui decian. Sobre q̃[ ]el manda | rin q̃ tiene quenta cõ toda aquella prouincia de[ ]Foquien dio vna larga informaciõ al[ ]Rei q̃[ ]nosotros | aqui tuuimos. cuya suma era declarar al Rei el successo, la causa del y[ ]el Remedio q̃[ ]se[ ]podia tomar | quanto ao[ ] prim[er]o dixo hauian muerto veintemil hombres a[ ]los quales cõ inuenciones y[ ]mañas primero tomarõ | las armas y recogidas dierõ sobre ellos en cuyas muertes quenta muchas lastimas y[ ]haze muchas consi | deraciones cõpasivas. diciendo[ ]de todos quantos ay estauã no quedarõ viuos mas q̃[ ] quinientos. Quanto | al[ ]segundo[ ]punto dio toda la culpa y causa original a aquellos dos engañadores, y[ ]al mismo[ ]Rei q̃[ ]les | dio oydos tan sin[ ] fundam[ent]o porq̃[ ]por esta yda decia por ser tan sin ordẽ y yrracionable sospecharõ[ ]los | Castellanos no era mas q̃ enuiarles espias pa ver la tierra y [ ]despues tomarsela cõ[ ]los chinas[ ]q̃[ ]de[ ]aca | yrian y[ ]q̃ alla estauã y por esta causa matarõ los q̃ alla estauã. De lo[ ]qual dauã mucha culpa | a[ ]los Chinas q̃ ay estan cortado el cabello y hechos estrangeros (como china dice). Los[ ]quales dicẽ con[ ]fal | sas sindicaciones hizierõ caer a[ ]los castellanos en sospecha y hazer lo[ ]q̃[ ]hizierõ quexandose de[ ]ser infi | eles a su naciõ y hazerse de[ ]la[ ]parte de estrang[er]os. Los quales ymagino yo[ ]serian los chinas q̃[ ]ay[ ]están

//198//

hechos xp[isti]anos. y pa decir a V[. ]R. la verdad si ya no[ ]fue q̃[ ]los Chinas q̃[ ]ay estan se quisiessẽ levãtar | o hazer otro desorden semejante q̃[ ]facilm[ent]e creere de tal gente aunq̃ no[ ]se nada, mas solam[ent]e[ ]fue por causa[ ]de | los embaxadores o por otras sospechas de que yuan a explorar la tierra pa despues hazer[ ]guerra o cosa[ ]seme | jante, totalm[ent]e fue imaginaciõ porq̃ aca ni al Rei ni a[ ]los mandarines tal cosa paso por el pensam[ien]to. ni tal | palabra se[ ]dixo, ni tengo pa mi les pasara por el, cosa de[ ]guerra35 ni querer tomar por[ ]fuerça reino | estrang[er]o q̃[ ]les aya de costar algun trabajo aunq̃[ ]todos los montes como[ ]son de tierra y piedras fuerã de plata | y[ ]oro. porq̃[ ] tanto es el poco appetito del[ ]Rei y mandarines de China de salir de[ ]su tierra a cõquistar o hazer | guerra, y[ ]de estender mas de lo q̃ esta su imperio, como es la pasiõ de[ ]los n[uest]ros de acrecentar[ ]su[ ]dominio | y estados y hazerse cada dia mayores. y asi en este punto todos puedẽ estar[ ] seguros de[ ]China sacã | do alg[un]os ladrones q̃[ ]36 sin autoridad[ ]del[ ]Rei vayan[ ]a hurtar y[ ]hazer[ ]mal.

[En el margen izquierdo delante del siguiente párrafo] V. 3o.

[Línea sangrada] Quanto al[ ]3er[ ]puncto de lo[ ]q̃ se hauia[ ]de hazer a cerca desta matança represento el mandarin q̃ | dio la peticion los medios q̃[ ]se podian tomar pa concluir bem este neg[oci]o. y el prim[er]o fue que se [ ]podia hazer | guerra a essa tierra pa[ ]vengar la muerte de tantos, mas no propuso este medio como cosa q̃[ ]se[ ]pudiesse | hazer sino solam[ent]e pa impugnarle y ymposibilitarle porque luego propuso muchos inconuenientes, e grandes | incõmodidades q̃[ ]desto[ ]se seguian. s[cilicet]. pasar el mar con exercito sin embarcaciones a[ ]prop[osi]to q̃[ ]en la china no ay. 2o | por la fortaleça de los37 castellanos y q̃ aunq̃[ ] no[ ]fuesen muchos se podian juntar cõ[ ]los[ ]japones cõ mucho | peligro de todo el[ ]Reino y asi por vengar el38 enojo de dos ciudades de Foquien de donde toda essa gente era | traer grande peligro y[ ]estrago a todo el[ ]Reino re boluiendole cõ soldados y[ ]armas. y otras muchas raçones conq̃ | este medio quedo por totalm[ent]e inutil.39 El segundo medio q̃[ ]dixo se[ ]podia tomar era impedir el[ ]trato y que[ ]de | Foquien no[ ]fuesen mas a essa tierra y tanpoco approuo este medio porq̃[ ] dixo q̃[ ]de diez partes de[ ]la[ ]gente | de Foquien las nueue no querian ni consentian por ningun[ ]modo se impediese este[ ]trato por q̃[ ]la[ ]gente[ ] era | mucha y[ ]las tierras de labor pocas pa tantos y si se quitaua este[ ]gano no podian viuir, fuera desto se[ ]perdian | quitando este trato los derechos del[ ]Rei q̃[ ]de alli se seguian q̃[ ]eran muchos. por donde este trato por | ningun modo se podia quitar ni interrumpir. y estan tan resueltos en esto q̃ aunq̃[ ]pudieran tomar algũ | otro medio si cõ el se huuiera de impedir este trato le[ ]dexaran por no perder el comercio de[ ]q̃[ ]parece | les viene mucho prouecho, y asi oy decir decian algunos chinas en macao diciendoles q̃[ ]por [ ]q̃[ ]querian | tornar alla hauiendo muerto tantos respondierõ q̃ mataron a[ ]los ruines q̃[ ]lo merecian mas q̃ no[ ]hazẽ mal a[ ]los | buenos y q̃ no[ ] lo merecen.

[En el margen izquierdo delante del siguiente párrafo] V 4o

Ultimam[ent]e ya que nada desto[ ]se hazia le parecia por más apto medio tomar aquellos[ ]dos hombres | q̃[ ]fuerõ causa desta rebuelta y matarlos cõ graues y[ ]crueles castigos pa exemplo de otros y[ ]satisfacción[ ]de | ambas partes cõ que todos quedariã cõtentos satisfechos, y en paz Los quales hombres enuio luego a[ ]esta[ ]corte | y[ ]dentro de[ ]pocos dias los mando el[ ] Rei justiciar cortandoles toda la carne en tres mil y tantos[ ]pedaços casti | go muy cruel y q̃[ ]dura mucho t[iem]po por se hazer muy poco a poco y no muere hasta[ ]q̃[ ]ultimam[en]te despues[ ]de | hecho en pedaços le abren las tripas. y[ ]cõ descargar la yra q̃[ ]tenian en estos hombres quedarõ quietos y [ ]satis | fechos.40 Acabado este castigo mando el[ ]Rei a alg[un]os mandarines cõsultasẽ de[ ]q̃[ ]otra cosa[ ]se[ ]deuia | hazer mas todo[ ]fue cumplim[ien]to. y asi no[ ]se haze nada o quando mucho enuiarã alla cõmo[ ]ya[ ]se[ ]dixo a[ ] pedir | aquellos q̃ alla estan ymagino deuen querer los q̃ ay estan cortado el cabello, y a[ ]decir alg[un]a otra cosa. y[ ]persu | adir no[ ]hagã mal a los chinas y si van cõ el buen tratam[ien]to q̃ ay les haran y[ ]raçones y[ ]escusas sufficientes q̃[ ]les | daran de lo hecho, viendo[ ]los chinas como tuuierõ causa y raçõ todo se acabara y[ ]seles[ ]podian negar los xpi[sti]anos si |

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los pidieren pues asi parece raçõ y aca no se[ ]les dara nada porq̃[ ] ya no[ ] se acuerdã[ ]de[ ]esso 41 Deseo nos | auise V[. ]R. del caso como succedio hasta el cabo porque no dudo q̃[ ]vna cosa tan[ ]graue no[ ]se[ ]haria sin causa | muy equiualente, y no seria solam[ent]e fundada en sospechas, ni cosa repentina sino muy madura y prudentem[en]te | premeditada, y muy justam[ent]e dado tal castigo por vengança justa de culpas pasadas y[ ]presentes42

En todo este[ ]t[iem]po quiso N[. ]Sor. que aunq̃[ ]los chinas son mui sospechosos no huuiesse[ ]quien imaginase o[ ]a[ ]lo | menos hablase de q̃ nosotros eramos de la misma naciõ y[ ]de[ ]la mesma ley. aunq̃[ ]hauia alg[un]os. indicios pa | esso y vno[ ]dellos fue la carta q̃[ ]de ay enuio el[ ]gouernador cõ[ ]su firma y[ ]cõ[ ]la data del nacim[ien]to[ ]de | Xp[ist]o[ ]S[. ]n[uest]ro q̃ ya aca muchos saben y[ ]los xpi[sti]anos aduirtierõ mas como[ ]digo por[ ] gra[cia ]de[ ]N[. ]Sr. ning[un]o reparo | ni hizo caso de esso.

[Línea sangrada] Agradeco tambien[ ]a[ ]V[. ]R. lo que me escriue. s[cilicet]. q̃[ ]deseo y[ ]procuro tratar[ ]bien al mandarin | q̃[ ]alla[ ]fue pa le[ ]ganar la voluntad pa nosotros pues algun dia puede[ ]ser q̃[ ]cõ essa occasiõ enquentre | cõ algũ[ ]pe[ ]que le conuierta, aunq̃[ ]pa. nos ayudar puede[ ]seruir mui poco porq̃ aunq̃[ ]va vestido de | mandarin o aca no[ ]lo es o es muy pequeño y[ ] si^ enaquel q̃ aca es cosa tan poca le[ ]parecio a.[ ]V[. ]R. via vn | doctor de[ ] Alcala no ay duda le hauian de contentar mucho mas la gente graue y[ ]letrados pues sin duda | son muchos[ ]dellos hombres de mucha prud[enci]a y autoridad y si como son[ ]gentiles[ ]fuerã xpi[sti]anos los[ ]podia | V[. ]R[.] cõ mas raçõ asimilar a hũ doctor de Alcala. N[. ]Sor. por[ ]su diu[in]a miseric[ordi]a. se[ ] apiade[ ]dellos. y V[. ]R. | por charidad nos encomiende a todos a[ ]N[. ]Sor.

[Línea sangrada] Nuevas de n[uest]ra[ ]xpi[sti]andad que aunq̃ no[ ]es mucha son buenos[ ]xpi[sti]anos espero enuiara a[ ]V[uestra]s[. ]R[everenci]as. de | Japon el[ ]pe[ ]V[ic]e[ ]prou[incia]l a quien van escritas annuas de todas estas casas porq̃ sin duda no tengo t[iem]po pa | repetirlas aqui, y[ ]ya[ ]soy demasyado[ ]de[ ]largo.

[Línea sangrada] agora dos años me[ ]parece pedi a V[. ]R. me hiziese charidad de[ ]me dar si hauia a mano vn | poco de[ ]Balsamo q̃ me parecia seria facil pues verna mucho de nueua españa y[ ]piru mas parece | q̃[ ]pues V[. ]R. no me respondio nada no deue hauer o deue[ ]ser muy dificultoso y[ ] si[ ]lo[ ]es no[ ]quiero[ ]dar trabajo | mas si es facil lo torno a acordar a[ ]V[. ]R. por q̃ aqui me tienen pedido alg[un]os. vn poco cõ grande encarecim[ien]to | y[ ]lo[ ]q̃[ ]V[. ]R. deseare desta tierra q̃ mis fuerças puedã, sin eso o cõ eso. me terna mui prompto siempre | pa todo. tambien me parece pedi a V[. ]R. si huuiese mucha abundancia me[ ]hiziese charidad de alg[un]a | ymagẽ[ ]de pluma por hauer de ser cosa de admiraciõ pa estos chinas y atractiuo pa. venir a n[uest]ra casa | y predicarles las cosas de N[uest]ro S[eñor] mas esto[ ]y[ ] lo[ ]de mas dejo en[ ]la voluntad[ ]de[ ]V[. ]R. mas digo a V[. ]R. | que si en alg[un]a gentilidad sera bien empleada max[im]e. en esta q̃[ ]saben estimar las cosa en[ ]lo[ ]q̃[ ]son |

[Línea sangrada] Agora haze[ ]dos años tuuo aqui el[ ]pe. Mattheo Riccio vna carta[ ]del[ ]pe ve[ ]prou[incia]l. de | Manilla en que le[ ]decia enuiaua vn relox de ruedas de[ ]flandes muy[ ]buena[ ]pieça que N[uest]ro[ ]pe Ge[ne]ral | dio al[ ]pe[ ]Morales procurador p[ar]a enuiarlo a[ ]la China al[ ]pe[ ]Mo [ ]Riccio despues desta carta nunca | ni otras nueuas ni relox vimos ni rastro del. pido a[ ]V[. ]R. comunique esto cõ[ ]el[ ]pe[ ]Ve[ ]pro[vincia]l | y[ ]nos auise deste relox porq̃ le deseamos mucho por venir mui aprop[osi]to[ ]pa dar al[ ]principe | por ser[ ]pieça q̃[ ]todos estimã grandem[ent]e. y[ ]el[ ]q̃[ ] dimos[ ]al[ ]Rei siempre le tiene cõ[ ]sigo. Las cartas | q̃ cõ esta van pido a[ ] V[. ]R. encamine y juntam[ent]e mande esta[ ]despues de[ ]leida[ a]l[ ]pe. ve [ ]prouincial | q̃[ ]puede[ ]ser holgara. do[nde] mucho canse a[ ]V[. ]R. vale [ ]de Paquim y[ ]de Março 4 1605

Diego Pantoja

La misiva a Diego García,43 viceprovincial de Filipinas

Esta carta, terminada dos días después de la anterior «acerca de los dares y tomares que ahí tuvieron con los chinas», comienza reclamando a su interlocutor que se cuide la comunicación epistolar entre América, Filipinas y China «ya que somos hijos de una misma madre». Con esto, Pantoja proyecta una concepción de su labor como conectada con otros nodos de la matriz católica, en que China aparece como confín desde el que las nuevas «ya no tienen lugar adelante donde pasar».

Cuando describe el progreso de la evangelización en Pekín y en las otras tres casas de la orden jesuita en China ―en ese tiempo, sitas en las ciudades de Shaozhou, Nanchang y Nanjing―, habla del país como reino y, por tanto, con un mandatario equivalente en dignidad a otros reyes. Esta perspectiva que podríamos llamar protowestfaliana contrastaba, ciertamente, con la percepción china presente en términos autodenominativos como Daming (大明) o Tianxia (天下). Lo que el jesuita valdemoreño reconoce en dignidad geopolítica a China tiene un correlato teológico puesto que los letrados «proceden como buenos cristianos», aunque no estén bautizados. A través de esta descripción paradójica de la situación soteriológica de sus amigos mandarines, Pantoja está incursionando en terrenos a los que el magisterio eclesial solo llegará formalmente más de tres siglos después en el Concilio Vaticano II (1962-1965).

Uno de los puntos de la carta describe la arribada de holandeses en Fujian. Al hacerlo, no solo aparecen reflejadas las tensiones propias de la guerra de los Ochenta Años entre Flandes y Castilla, sino también las tensiones geopolíticas que esto despierta en China. De pronto, su tensión con Japón adquiere el potencial global de una guerra proxy fruto de lo que está ocurriendo en Europa. A Pantoja le preocupa vivamente que los holandeses puedan interceptar la nave que va de Japón a Macao donde puede que haya compañeros que él conoce.44 Junto a esto, Pantoja da otras noticias de inquietudes que han agitado al reino de China en tiempos recientes, como el fracaso de levantamiento de uno de los parientes del emperador o la aparición de dos estrellas generadoras de agüeros. Son hechos que, según la carta, refuerzan la aprensión y el aislamiento de un mandamás de carácter despótico. En su alusión al fenómeno astronómico de gran incidencia política, se percibe el aprecio de Pantoja por la capacidad de observación, cálculo y anotación de los matemáticos chinos. Se percibe, en suma, un acercamiento respetuoso a la civilización sínica.

El misionero valdemoreño insiste en que se le envíen una imagen de pluma de las manufacturadas en México, así como un reloj de Flandes, pero no son solo productos tecnológicos lo que él espera que pueda cruzar los mares: al enviar en anexo una carta para Esteban Páez ―que estaba en América― con las andanzas de su sobrino Pedro Páez ―que desde Etiopía habían llegado hasta Pekín vía Goa-Macao―, Pantoja muestra su deseo de tener un rol significativo en el intercambio de impresiones e historias que recorre el mundo e influye a nivel social. La relación con el aventurero Pedro Páez y con su tío revela, por cierto, algo del sentimiento identitario específico que Pantoja portó con él hasta Pekín. Estos tres religiosos procedían de la misma provincia jesuita de Toledo. Al poco de entrar Pantoja en la Compañía en 1589, Esteban Páez partió para México en 1590. Antes, el mayor de los Páez había estado en la provincia jesuita de Toledo desde 1581 que volvió de Nápoles. En Nueva España fue provincial (1594-1599). Por su parte, Pedro, el descubridor para Occidente de las fuentes del Nilo Azul, entró en 1582 y salió camino de Goa en 1586. No solo se conocerían ya de oídas por haber entrado en una misma provincia jesuítica ―Olmeda de las Fuentes, el pueblo de los Páez, dista 50 km de Valdemoro―, sino que la vuelta del liberto Pedro Páez a la India en diciembre de 1596 coincidió con la estancia de siete meses de Pantoja en Goa desde octubre de ese año. De hecho, ciertos testimonios de Páez atestiguan que trabaron una relación muy cercana en ese tiempo:

El P. Diego Pantoja fue en abril pasado a la China; tuvo en Goa unas conclusiones de teología a que vinieron todas las religiones; y lo hizo tan bien que procuraron mucho de que quedase aquí para en adelante ocuparle en leer. Me holgara de poder dar estas nuevas al P. [Gabriel] Vázquez, porque fue su discípulo.45

Transcripción y anotación de la carta

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Pekini, 6 mart[ius]. 1605

Diego Pantoja46

Pax[ ]Xpi[ ]etc.

Com47 esta escriuo otra pa[ ]el[ ]Pe. Grego[ ]Lopez, Ror. del collego de Manilla en[ ] q̃[ ]le[ ]doi cuenta | de algunas cosas q̃ aca pasaron tocantes a esa tierra acerca de los dares y tomares q̃ ay tuuierõ cõ[ ]los | Chinas y porq̃ VRa tambien vera la mesma[ ]carta, no repito aqui nada[;] muchas cartas tengo[ ]escritas | a esa tierra de[ ]q̃ desee mucho tener re[s]puesta mas parece q̃ las commodidades sõ pocas o[ ]las occasiones | de[ ]perderse muchas y asi raram[en]te llega aca nada[,] y si cartas no, mucho menos nueuas de essas[ ]xpi[sti]an|dades y de [ ]los trabajos y obras q̃[ ]N[ues]tros chariss[im]os. p[adr]es. ay en la cõuersiõ de esa[ ]gentilidad hazẽ y padecẽ [,] | porq̃ aunq̃ las deseamos mucho nunca oymos nada, por[ ]lo q̃[ ]pidimos a[ ]VR. q̃ las nueuas q̃[ ]de | Nueua esp[añ]a[,] Peru y otras partes ay llegan[,] pues ya no tienen lugar a delante donde[ ] pasar, nos[ ]las | enuie aca pa q̃[ ]ya que somos hijos[ ]de vna mesma madre nos consolemos todos cõ la communicaciõ de | los trabajos[ ]de N[uest]ros. char[isim]os. p[adr]es. y hermanos y[ ]lo mismo[ ]pido de las nueuas de esa xp[is]tiandad quando | no fuere mucho trabajo recopilarlas. Las desta misiõ parece comunicara a[ ]VR. el[ ]Pe V[ic]e[ ]Prov[incia]l | de[ ]japon y[ ]vna que yo escriuo este[ ]año pedi[,] acabada de[ ]leer[,] la enuiasẽ a VR. |

[Después de sangrado] La conuersion en esta tierra va mas poco a[ ]poco q̃[ ]en[ ]otras partes por ser las dificultades muchas | en[ ]estes chinas como[ ] VRas. por ventura ternaõ experimentado en[ ]los[ ]q̃ en esa tierra estaõ. Mas[ ] por | la gra[cia ]de N[ ]Sr. el concepto[ ]q̃ de nosotros tienen es muy[ ]grande y[ ]asi se abaxan a[ ]comunicar y[ ]visitar|nos cõ mucha cortesía y respecto los mayores mandarines q̃[ ]pa la soberania dos mandarines de[ ]China | es cosa estranha, y[ ]cõ esto n[uest]ra Sancta lei se va cada dia mas divulgando. Y la gente graue y[ ]baxa | haciendo mayor concepto[ ]della. En quatro casas q̃[ ]en este Reino tenemos siempre se[ ]vã cõuirtiendo[ ]alg[uno]s | y en[ ]las otras tres casas, q̃[ ]son mas antiguas el numo[ ]es mayor q̃ en esta en[ ]q̃[ ] son no mas q̃ ciento, | fuera de otros q̃[ ]se van catequizando, muchos dellos son letrados honrados y[ ]alg[un]os mandarines | graues desta corte y[ ]los[ ]demas gente ordin[ari]a, y puedo[ ]afirmar a[ ]VR. q̃[ ]los mas de[ ]ellos | particularm[ent]e[ ]los[ ]letrados y de mejor entendim[ient]o proceden como[ ]buenos xpi[sti]anos, cõ notable[ ]exemplo | y mudança de vida y acuden con mucha frequencia y suauidad a[ ]todas las cosas de[ ]buenos xpi[sti]a|nos, como ayunos penitencias misas y[ ]confesiones, cõq̃ tenemos cierta[ ]esperança de hauerse[ ]de | de [sic] hazer aqui vna Ilustre xpi[ti]andad quando[ ]NSor. por su miseric[ordi]a. se[ ]dignare por sus ojos sobre | esta[ ]desamparada[ ]gente, y[ ]q̃[ ]tan mal empleã tan buenos naturales y entendim[ien] tos. Las cosas | particulares asi desta como de las otras casas me remitto a las cartas annuas q̃] ]espero enuiarã a[ ]VR. |

[En el margen izquierdo delante del siguiente párrafo está escrito: V 5º]

Aura quatro o[ ]seis meses q̃[ ]llegarõ a[ ]la provy[nci]a[ ]de[ ]Foquien48[,] de[ ]donde son los chinas q̃ commũm[en]te | van a esa tierra[,] dos naues olandesas, a pretender les den[ ]los Chinas puerto y[ ]entrada pa poder[ ]venir | todos los años a[ ]vender y comprar mercadurias [.] Dierõ sobre esto varias peticiones arrimados a alg[uno]s |

[Al margen izquierdo: V[ic]e prov[incia]l de Man[il]a]

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en especial a hũ e[u]nucho q̃[ ]alli esta por el[ ]Rei que[ ]los favorece[,] los quales según[ ]es[ ]grande[ ]la cobdicia | deste Rei y[ ]el[ ]poder[ ]que en[ ]esta materia de allegar plata da a estos eunucos[,] ya puede ser tuuierã[ ]al|cançado lo que piden, si los mandarines todos no resistierã q̃ como[ ]sõ hombres de[ ]prud[enci]a[ ]y[ ]entendim[ien]to | conocẽ luego por los indicios y[ ]muestras q̃[ ]dan q̃ son ladrones y gente ruin[,] y que muchas[ ]promesas | q̃ hazen todas son vanas cotejando vnas palabras cõ otras y[ ]cõ las cosas q̃ hazẽ[,] por[ ]donde les tienen | penetrado y[ ]descubierto q̃[ ]gente[ ]son, y sobre esto dado varias peticiones al[ ]Rei diciendole como no[ ]cõ|uiene darles tal licencia sino echarlos[ ]de alli, y[ ]aunq̃ el[ ]Rei no respondio a nada si ni no, mas[ ]parece | no[ ]se atreuera a hazer nada contra el[ ]parecer de[ ]los mandarines. En vna peticiõ q̃[ ]dierõ al mandarin | mayor[ ]de[ ]aquella tierra entre varias cosas q̃[ ]prometian era q̃[ ]ternían tanto numo de naves cada | año cõ muchas riqueças y que sujetarian o ayudarian a[ ]sujetar Japon, y manilla al Rei de[ ]la China | y ayudarian a vengar con armas las muertes q̃[ ]los castellanos hizierõ en[ ]los Chinas y[ ]otras cosas | del tenor[ ]destas, de las quales mucha mayor occasion tomarõ los mandarines cõtra ellos diciendo[ ]q̃[ ]el[ ]Reino | de China tan[ ]grande no[ ]se atreuia ni se[ ]queria poner cõ[ ] los[ ]japones por ser tan guerreros y[ ]valientes, y ellos | se atreuian [tachado: aun] a sujetar a[ ]los mismos japones y[ ]a[ ]los castellanos![;] q̃[ ]los echasẽ luego[ ]de allí q̃[ ]no[ ]queriã | trato ni comunicaciõ cõ[ ]gente tan valiente y[ ]bellicosa ni querian por[ ]su medio vengarse[ ]de nadie, | y en[ ]la verdad asi es q̃[ ]los Chinas son muy amigos de[ ]paz y se preciã nada de[ ]valientes ni lo[ ]querẽ | ser ni tener amistad cõ quien desso[ ]se[ ]precia. Finalm[en]te[ ]parece hallarã[ ]poco descanso aqui como ni en | otras partes, mas lo[ ]que nos tiene con mucha pena es ymaginar por indicios q̃[ ]pa[ ]eso[ ]ay que[ ]estã | esperando[ ]la venida[ ]de[ ]la nave de Japon pa macao la[ ]qual NS por su miseric[ordi]a. libre de manos | de[ ]los perfidos herejes, pues della depende el[ ]bien de tantas xpi[sti]andades49.

[En el margen izquierdo delante del siguiente párrafo está escrito: V 6º]

[Línea sangrada] Las cosas temporales deste Reino están en paz agora mas muy[ ]expuestas a vna[ ]grãde | mudança por las tyranías deste Rei ser muchas ad extorquendũ argentũ50, y asi todos[ ]estos años huuo | en diversas partes principios de leuantam[ien]tos. y[ ]el mayor fue el año pasado q̃[ ] se leuãto vn pariente | del[ ]Rei cõ otra[ ]gente y mato el Visorey de[ ]vna provy[nci]a. cõ otros mandarines, y començo a amenaçar mas | de[ ]lo[ ] q̃[ ]fue[,] mas tuuo poco caudal y cabeça y asi se deshizo[ ]todo sin hazer cosa[ ]de importancia. El Rei | tambien[ ]esta muy temeroso de man[er]a q̃ ya ha bien[ ]de[ ]años q̃ no da audiencia ni se deja[ ]ver ni de[ ]los | mayores mandarines, y ni aun de su propia habitaciõ pa otros lugares dentro de[ ]su mismo[ ]palacio | a donde tiene muchas recreaciones sale mucho t[iem]po[ ]ha, y[ ] de[ ]pocos meses a esta p[ar]te. aũ estuuo y[ ]esta | mas temeroso q̃ nunca por causa de dos estrellas nueuas q̃[ ]en[ ]el cielo aparecierõ q̃[ ]se[ ]le representa | era algũ ruin aguero, y[ ]quanto a[ ]las estrellas yo[ ]las vi muchas veces y ellas parecen ser[ ]nueuas | por asi lo afirmar todos los matematicos Chinas y por q̃[ ]se mueuẽ siempre cõ vniforme mouim[ien]to |51 como las otras y no tienen cola ning[un]a como otros cometas, apparecẽ luego[ ]q̃[ ]el[ ]Sol se[ ]pone hau[ien]|do aun mucha claridad y[ ]los otros planetas y estrellas ordin[ari]as. de alli a media hora o[ ]tres quarto[s] n[o] | aparece ning[un]a por la grande claridad. La vna scintila extraordin[ari]am[en]te y[ ]la otra[ ]nada; apparecẽ por | la parte de occidente y ya ha t[iemp]po estan de noche en[ ]el otro emispherio y[ ]dentro de[ ]poco t[iem]po | apparecerã si durã por la mañana en oriente, examinamos cõ curiosidad y no hallamos q̃[ ]puedan | ser de[ ]las ordinarias q̃[ ]siempre ay y como dixe los matematicos chinas q̃[ ]son muy observadores las hallã | nueuas. |

[Línea sangrada] Deseamos mucho en esta tierra tener vna ymagẽ[ ]de[ ]pluma[ ]de[ ]las[ ]q̃[ ]en Nueua españa[ ]se |

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hazen la qual tengo[ ]pedido al[ ]pe. Grego[ ]Lopez Ror de Manilla y por[ ] lo menos si | es cosa q̃[ ]se aya de comprar pido a[ ]VR. la compre q̃[ ]de[ ]aca enuiaremos todo[ ]el[ ]precio y[ ]si | no nos[ ]haga[ ]charidad pues sera cosa muy grata a christianos y[ ]gentiles[.] Lo[ ]q̃[ ]VR[ ]de | mi o de esta tierra deseare q̃ estuuiere en mi mano terne[ ]por[ ]singular[ ]favor se[ ]quiera | seruir[ ]de mi pues lo[ ]hare todo cõ especial voluntad.

[Línea sangrada] Ag[o]ra[ ]tres años tuvo el[ ]pe. Mattheo Riccio ymagino q̃[ ]de VRa. o[ ]si[ ]no[ ]del[ ]Pe. | Ve[ ]prouincial q̃[ ]entonces era vna carta en q̃[ ]decia enuiaua hun relox[ ]de[ ]Flandes que | N[ues]tro[ ]pe[ ]G[ene]ral dio al pe Morales procurador en[ ]Roma pa encaminarlo a[ ]esta[ ]mision al[ ] pe |Mattheo Riccio mas aquella carta venia dudosa por donde no[ ]pudimos collegir si[ ]VRa. | le enviara o no, mas [palabra tachada] despues aca ni carta ni relox ni nueuas del vinierõ ni sabemos | q̃[ ]fue[ ]del, pide el[ ]pe M Riccio a[ ]VR. le mande auisar si le enuio o[ ]q̃ es[ ]del | porq̃[ ]le deseaua mucho[ ] pa dar al[ ]principe por ser cosa[ ]de q̃[ ]estrañam[ent]e huelgã y[ ]vno[ ]que | dimos al[ ]Rei siempre[ ]de dia y noche le tiene consigo, y es tanto[ ]lo[ ]q̃[ ] huelga que mandando | su madre vn eunuco a pedirsele emprestado pa[ ]ver no pudo dexar[ ]de darle mas mando a[ ]los | q̃[ ]tienen quenta cõ el q̃[ ]le lleuasẽ y le[ ]hiziesẽ parar q̃ ni andase ni diese horas y[ ]que[ ]si[ ]pre|guntase como no daua dixesen q̃[ ] no era mas q̃ de aquella man[er]a, paque no[ ]se[ ]quisiesse[ ]quedar | cõ[ ]el, lo[ ]que hizierõ asi y[ ]viendo[ ]su madre q̃ no andaua tornosele luego a enuiar como | cosa que no[ ]seruia, de[ ]que el[ ] Rei grandem[ent]e holgo, por donde digo q̃[ ]es vna[ ]pieça q grã|dem[ent]e estimaõ. |

[Línea sangrada] Con esta va vna pa el pe esteuã Paez prouincial q̃[ ]fue de Nueua esp[añ]a. y[ ]cõ ella otras | en portugues de Nueuas q̃[ ]este año vinierõ de[ ]la india particularm[ent]e de[ ]la[ ]missiõ de Etiopia al | preste[ ] juã q̃[ ]hizo el[ ]pe Po. Paez, que de la[ ]prouy[nci]a[ ]de[ ]toledo vino alg[un]os años antes[ ]q̃[ ]yo, | el[ ]qual otra vez q̃ cõ el[ ]pe Monsarrate tambien de n[ues]tra tierra intentarõ esta entrada fuerõ | ambos presos de[ ]los turcos en[ ]q̃[ ]estuuierõ captivos siete años[;] dellos el pe Monsarrate q̃[ ]era | viejo despues[ ]de rescatado murio en Goa, el Pe Po Paez. cõ[ ]la perseuer[anci]a vencio las52[di] | ficultades q̃[ ]se ofreciã y[ ]cõ[ ]la diuina gra[cia] [tachado: q̃] tornando a[ ]yntentar segunda[ ]vez esta[ ]entrada | fue N[uestro ]S[eñ]or[ ] seruido lleuarlo alla como[ ]VR. ay vera, de donde en llegando[ ]escriuio esa carta | q̃[ ]ay va. pido a[ ]VR. q̃ leida o[ ]trasladada ay la enuie cõ la prim[er]a occasiõ a Nueuaesp[añ]a | adonde[ ]leyda[ ]se enuie al pe Estevã Paez. y si pareciere a[ ]VR. Juntam[ent]e enuiarle | esta mesma carta q̃[ ]a[ ]VR. escriuo holgare por no tener[ ]t[iem]po[ ]pa[ ]repetir[ ]en[ ]la[ ]del[ ]pe esteuã | paez las cosilla[s] q̃[ ]aqui van referidas. Con[ ]esto pido a[ ]VR. sua st bendiciõ en[ ]cuyos sacrif[ici]os | mucho me encomiendo de Paquin. y Março. 6. 1605.

Diego Pantoja

//300 v//

[Primer destinatario53] Al Pe . Diego Garcia Ve[ ]Prou[incia]l de | la Comp[añí]a de Jesus de las Philippinas

De la China

Manilla

[Segundo destinatario54] Al P. Bartholome Perez55

Assistente de[ ]Spaña

[Remitente56] Del Pe. Do de Panto|ja año de [palabra tachada] 605 | A l[o]s c[o]mp[añer]os.57 de Manilla

La misiva a Pedro de Arrúbal58

Es esta, sin duda, la carta más íntima de cuantas aquí se presentan. La expresión de perplejidad por la falta de respuesta a las cartas enviadas manifiesta, junto a la aseveración de su amor fiel, algo de los dramáticos sentimientos de distancia espiritual que los misioneros arrostraban. Por eso, Diego no duda en solicitar a Arrúbal consuelo epistolar «en lugares tan remotos donde tan pocas veces y muy tarde llegan las nuevas que deseamos». Al ponerse en contacto con un compañero querido que vive en Roma, «esa santa ciudad adonde debe manar la devoción», el sinólogo valdemoreño revela algo más de su concepción religioso-política, mostrando que su identidad cristiana es aún más determinante que su carácter castellano o español. Por eso, manifiesta que para él es importante que le encomienden allí ante las reliquias de san Pedro, san Pablo e Ignacio de Loyola, al que imagina ya canonizado.

Pantoja se interesa por el progreso de la controversia de auxiliis que en aquella época incendiaba conversaciones por doquier en la vieja Europa católica, donde los jesuitas trataban en general de argumentar en favor del rol relevante del libre albedrío humano en relación con las obras justas y la propia salvación personal, y los dominicos se inclinaban más bien por enfatizar que la salvación de la persona estaba sometida a la predestinación divina. Al evocar que, según lo que dos compañeros le han declarado por escrito en latín, Pedro de Arrúbal es extremadamente querido tanto para los de casa como para los de fuera e incluso para el propio papa, da la impresión de que no sabía aún que el papa al que se refería, que era Clemente VIII, había fallecido el 3 de marzo de 1605, esto es, unos diecisiete meses antes de la presente misiva. El siguiente sería un papado largo, puesto que Paulo V vivió hasta 1621. Este pontífice organizó también sesiones teológicas para dirimir la cuestión de si el ser humano usaba del concurso de la libertad para hacer obras que le mereciesen salvación o estaba predestinado para ello. En estas sesiones (16061607), Bartolomé Pérez ―citado arriba― participó como representante de Acquaviva. Preciado de su linaje noble y vétero-cristiano, Pérez no ocultó su animadversión a los cristianos nuevos y a su admisión en la orden. En 1592 empezó a emplear en su correspondencia y otros documentos su apellido completo, Pérez de Nueros, para disipar toda duda sobre el pretendido parentesco con su familia que se arrogaba Antonio Pérez, exsecretario del rey Felipe II y tránsfuga, tenido por cristiano nuevo. Se trataba de un personaje contradictorio porque, en la cuestión De delectu opinionum, no dejaba de aconsejar prudencia en la determinación o imposición de opiniones en la cátedra. Pantoja es discípulo de este magma ideológico progresista y etnocéntrico a un tiempo, por eso se preocupa por la situación disciplinaria de Francisco Suárez y de Gabriel Vázquez, comprometidos por sus opiniones en las disquisiciones sobre la gracia. Sin embargo, mientras la cristiandad europea contemplaba un auge de la actitud inquisitiva, los sabios venidos de Occidente debían acreditarse ante los intelectuales chinos por medio de su competencia científica. Como si viviese en dos mundos paralelos, Pantoja busca, por un lado, conexión con el mundo de «estudios y disputas teológicas» que ha dejado atrás, pero, por otro, es bien consciente de la futilidad de aquellos códigos y lenguajes en su contexto chino. Por eso, le pide a Arrúbal alguna de sus recientes publicaciones, pero más como símbolo de la persona querida que por su valor práctico; en cambio, describe con ilusión su empeño por aprender bien la escritura de los caracteres y hasta incluye una oración escrita con caligrafía muy esmerada «para que vuestra reverencia vea […] cuantruna memoria es necesaria para se fijar en ella tantos millares de letras».

Más allá de su escisión afectiva, Pantoja manifiesta con tono risueño que habla con fluidez el chino, que los aires de Pekín le son saludables, en tanto que parecidos a los de Valdemoro, y que le echan muchos más años de los treinta y seis que tiene.

Transcripción y anotación de la carta

//245//

Pekini, 25 aug[ustus]. 1606

Diego Pantoja59

Pax xpi etc.

Hasta agora siempre me parecia q̃ el no hauer reciuido ni vnas leues encomiendas[ ]de V. R. despues q̃[ ]de[ ]Alcala | parti[,] mas era hauer peligrado las cartas en el camino q̃ hauerse .V R. tan totalm[ent]e oluidado[ ]de mi[,] mas[ ]agora q̃[ ]vinieron | tantos[ ]padres de Roma sin no[ ]solam[ent]e carta mas sin hazer vna breue menciõ de mi quede total[ent]e admirado, de[ ]la nouedad | particularm[ent]e sabiendo el antiguo amor cõ que V. R. por[ ]su mucha charidad siempre me mostro[,] y si yo huuiera faltado en | esta oblig[aci]ón. que estoi mas obligado no era mucho faltar VR.[,] mas admirome q̃[, ]hauiendo [ ]yo escrito tantas veces q̃[ ]por | lo menos me[ ]parece son cinco si no[ ]son mas[,] q̃[ ] aun imagino q̃[ ]son mas, no hauer llegado alguna a manos[ ]de [ ]VR. acuerdome | q̃[ ]escreui juntam[ent]e cõ otra al[ ]pe[ ]Gabriel Vazquez y vna o[ ]dos vezes enuie cosillas desta tierra[ ]de[ ]poca importancia mas | en[ ]señal y reconocim[ien]to. de lo mucho q̃[ ] a[ ].V. R. deuia, por[ ]donde si no huuiere llegado ninguna[ ]destas cartas, deseo se satis | faga de mi y no imagine q̃ tantas y tan continuas charidades [tachado: no] se dexan oluidar tan [ ]deprisa ni me oluidare dellas ni del[ ]amor | q̃ a[ ].V. R. deuo nunca jamas. y juntam[ent]e deseo q̃[ ]V. R. no se[ ]oluide tanto aunq̃ no tenga tanta oblig[aci]on. de acordarse si | quiera por nos consolar a[ ]todos em lugares tan remotos donde tan pocas veces y muy tarde llegan las nueuas[ ]q̃[ ]deseamos[.] | El Año pasado sabiendo q̃ el Pe. Afonso Vanhoni y el[ ]pe.[ ]Sabatino[ ]de vrsis hauian[ ]llegado[ ]de[ ]Roma a[ ]cada | vno escriui vna carta preguntando por[ ].V. R. y ambos me escriuierõ[ ]las nueuas[ ]q̃[ ]deseaua oyr, s[cilicet], estar de salud[,] hallarse | bien em Roma acceptiss[im] o domesticis, et externis ipsi etiam Pontifice max o . delante[ ]del[ ]qual se hallauan las disputas[ ]e| controu[ersi]a [ ]de[ ]Gracia. Lo qual aunq̃[ ]por[ ]lo q̃[ ]de.[ ]V. R.^ conozco no[ ]es nueuo[ ]pa mi pues se[ ]de cierto[ ]donde[ ]quiera[ ]q̃[ ]fuere ha[ ]de[ ]ser | asi[.] holgue grandem[ent]e. de me referir los pes. lo que pasaua y el amor q̃[ ]ellos y[ ]los mas pes y hermanos tienen[ ]a[ ]VR. lo q̃ | por[ ]ventura es alguna causa de no acordarse de[ ]los antiguos discipulos entre tantos mejores nueuos.

[Línea sangrada] Del[ ]pe.[ ]fco[ ]Suarez todo el t[iem]po. que leyo en Cohimbra tuuimos[ ]frequentes nueuas por ser tan celebrado y accepto a[ ]los | portugueses qual no[ ]se[ ]puede creer ni se si hasta ag[or]a. fue a[ ] otros mas. el año pasado tuuimos nueuas tornaua a[ ]Roma[ ]sobre | cierta o ciertas opiniones mas todo vino escrito tan cõfusam[ent]e. q̃ no hizimos concepto de nada. De las controuersias del[ ]pe | Gabriel[ ]Vazquez por[ ]q̃[ ] fue lleuado a Toledo tambien[ ]supe y con[ ]la misma[ ]Carta me[ ]dio pena[ ]su trabajo quando[ ]le[ ]leya | y ultimam[ent]e. me alegro grandem[ent]e su feliz y honorifico fim conq̃ la misma Carta concluya.

[Línea sangrada] A nosotros aunq̃ en diuerso genero no[ ]nos falto q̃[ ]padecer estos años en[ ]la China como V. R. terna[ ]sabido por[ ]las cartas annuas q̃ cada año se enuian a[ ]N. Pe. y aunque es verdad q̃[ ]quisiera escriuir alg[un]as. en[ ]particular por no enuiar | esta tan[ ]seca mas la[ ]grande summa[ ]q̃[ ] tengo a[ ]que responder po[r] todas partes me[ ]fuerça a remittirme a[ ]las annuas que | asi este como[ ]los mas años fueron y van. Aca aunq̃[ ]dexamos los estudios y disputas theologicas succedieram[ ]em | seu[ ]lugar la lingoa e letras sinicas, se - nõ tam[ ]gustosas vn pedaço mas molestas. La lengua me costo no muy | grande trabajo ni mucho t[iem]po porq̃ con la[ ]gra[cia] de N. Sr. que mucho me[ ]ayudo el[ ]segundo año[ ]q̃[ ]entre hablaua ya | cõ[ ]todos y agora ya ha mucho t[iem]po que con mucha facilidad. en[ ]las letras aun me falta mucho[ ]por aprender | por[ ]ser ellas sin numero y cada vna con muchas significaciones diuersas. a la vuelta[ ]de[ ]la[ ]hoja escriuire alguna cosa | de mis manos[ ]paq̃ V. R. vea q̃ cabeça basta con cosa tan enrredada y quantruna memoria es necessa pa. se fixar[ ]en[ ]ella | tantos millares de[ ]letras[;] mas pa todo espero nos ayudara la[ ]diuina miserico[rdi]a por cuyo amor y[ ]seruicio estoi en[ ]esta | tierra muy consolado y contento con[ ]salud por q̃ los ayres son muy conformes a[ ]los maternos aunq̃[ ]es verdad q̃[ ]los Chinas | me juzgan[ ]por de mucha mas edad de[ ]lo[ ]que soy lo que[ ]deue ser indicio q̃[ ]tengo[ ]de morir presto y yr a[ ]dar quenta | de treynta y seys años hasta[ ] agora mal gastados con muchas faltas y peccados[.] V. R por charidad[ ]se | acuerde de este[ ]su sieruo, en[ ]sus sanctos sacrifi[ci]os particularm[en]te en essa sancta ciudad adonde deue manar |

[Escrito por Pantoja en el margen izquierdo: Po de[ ]Arrubal]

[Escrito por un recopilador bajo las palabras anteriores en dos líneas: Pantoja | Pachin 6.]

//245v//

la deuocion y muy particularm[ent]e pido a[ ]V. R. se acuerde[ ]de[ ]mi quando visitare las gloriosas reliquias de los | SS. Apostoles. S. Po. y S. Paulo. Y el de n[ues]tro Sto. Pe[ ]Ignacio q̃[ ]por[ ]ventura ya estara canoniçado, encomendandome | a todos tres a[ ]quien yo[ ]tengo particular deuocion, y vea VR. si siruo de alguna cosa aun tã[ ]lexos por que | tan prompto me hallara y[ ]mas q̃ quando era[ ]discipulo de VR. en ocaña o en alcala, y si VR imprimiere | alguna cosa como[ ]espero imprime, o imprimira60 le[ ]pido se acuerde de enuiarnos aca algũ[ ]tomo porq̃[,] aunq̃ dimos[ ]longũ | vale a[ ] los puntos theologicos[,] no se pierden tan[ ]de[ ]prisa las especias, y en[ ] ser cosa[ ]de[ ]VR terne particular alegria | en renouarlas por ella. por esta[ ]vez acabo porq̃ espero[ ]ser de aqui a poco t[iem]po mas largo. De Paquin y de[ ]Agosto | 25 1606

Diego Pantoja

//246//

es el Ave Maria en China61.

//246v//

Al P[adr]e. P[edr]o. de Arrubal de la Comp[añí]a | de[ ]Jesus | de[ ]la China | Roma

Conclusión general

Desde su privilegiado establecimiento a las puertas de la Ciudad Prohibida, Diego de Pantoja fue el primer misionero súbdito de la Corona de Castilla en poder construir una completa conceptualización de China basada en el intercambio y el diálogo cultural directo tanto con las élites del imperio como con personas sencillas en intercambios catequéticos. El análisis de la documentación presentada en este artículo muestra un caso relevante de mediación capaz de unir nodos distantes y diversos: no solo mostró, desde la cercanía a la corte del emperador Wanli, competencia epistemológica para dialogar con el funcionariado confuciano, sino que hizo accesibles a las autoridades españolas en Manila las intenciones chinas, que no tenían nada que ver con un proyecto de invasión de Filipinas. En una perspectiva ad extra, el valdemoreño fue un contribuidor principal a la formación de la sinología hispanoamericana del siglo XVII, además de por la publicación en España y en otros lugares de Europa de su sumaria Relación de 1602, por el incesante acopio y envío de noticias a destinatarios y transmisores en dominios lejanos de la Corona. Dichas contribuciones dibujan a un completo mediador cultural, pero, además, revelan unas prácticas de mediación marcadas por un polimorfismo religioso, científico, cultural e incluso político.

Las concepciones religioso-políticas identificadas en las misivas del jesuita de Valdemoro ponen de relieve un elevado nivel de comprensión y adaptación a un entorno cultural y lingüísticamente ajeno, y manifiestan que, en lo que Ricci parecía experimentar como un carácter e identidad incómodos al juzgar a Pantoja, existían virtualidades valiosas para la misión de China desde una perspectiva global. Diego de Pantoja aparece en sus cartas como autor que aúna el proceso informativo oficial de la red jesuita con la difusión a múltiples niveles (en Filipinas, Nueva España y Europa) de noticias y reportes claves sobre el imperio chino y su situación en los albores del siglo xvii. Con esto, generó un conocimiento compartido que circuló más allá de los canales de comunicación canónicos gracias a diversos agentes multiplicadores.

Es de especial interés constatar cómo la cuenca del Pacífico contaba ya entonces con un potencial comercial y diplomático que, al igual que la ensombrecida figura de Pantoja, quedó atrofiado tras el ascenso anglosajón en la región. Entender los primeros episodios de intercambio cultural entre el mundo hispanoamericano y China puede ayudar a reinterpretar la evolución de la relación entre estos dos espacios geopolíticos en el presente.

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3Véanse, entre otros, los volúmenes colectivos de Zhang, González, & Wei (2021), Soto (2018), así como la tesis doctoral de Peng (2020).

4Para el perfil biográfico de Pantoja, véase O’Neill y Domínguez (2001, pp. 2966-2967), Ramos (2018, pp. 37-63); en relación con una posible minusvaloración de Pantoja véase Dunne (1962).

5Véase D’Elia (1949), así como la entrada de George H. Dunne en Goodrich y Fang (1976, pp. 1116-1117). También Lee (2016. p. 103).

6Sobre la labor de estos autores como mediadores culturales en Asia, véase Rubiés (2012, pp. 35-63).

7Fue el P. Luis de Guzmán, padre provincial de Toledo, quien difundió el trabajo, impreso en Valladolid en 1604, en Sevilla (1605) y en Valencia (1606). Luego se publicó en latín en Mainz (1607), en italiano en Roma (1607), en francés, ese mismo año, en Arras, Lyon y Rennes, y al siguiente en Rouen (1608), en alemán en Múnich (1608), en inglés en Londres (1625). Véase Ye (2019, pp. 395-397), Moncó (2011, pp. 35-36).

8Respectivamente, en Archivum Historicum Societatis Iesu (ARSI), Jap-Sin, 14 II: fols. 197-198v.; 199-200v.; 245-246v. De las dos primeras cartas existen sendas copias realizadas, tal vez, en Macao o Manila, que eran la estación de transferencia postal y de destino de los manuscritos originales que venían de Pekín; se encuentran, respectivamente, en ARSI, Jap-Sin, 14 II: fols. 195-196v. y ARSI, Jap-Sin, 14 I: fols. 127-128v. La carta a Diego García es de 1605, aunque el viceprovincial de Filipinas muriese el 12 de septiembre de 1604. Quizá no fue esta consideración cronológica lo que condujo a algunos (D’Elia, 1949, p. XXXIV) a fecharla erróneamente, sino más bien el simple detalle de que el 5 final de la indicación del año de la carta (1605) en el manuscrito de Pantoja puede ser también fácilmente tomado por un 3. Sea como sea, lo cierto es que, casi seis meses después del fallecimiento de esta importante autoridad religiosa en la gran región del lejano Oriente, la noticia no había llegado de Manila a Pekín.

9El padroado era el patrocinio exclusivo de las misiones de Oriente otorgado por el papa a la Corona de Portugal. En teoría incluía también las islas Filipinas, aunque, de hecho, estas estuvieron controladas política y eclesialmente por las autoridades españolas desde el tiempo en que fueron conquistadas por Miguel López de Legazpi en 1565. El patronato portugués implicaba que los misioneros que partían hacia Oriente ―con la exclusión de las Filipinas―, que eran generalmente de nacionalidad portuguesa, española (incluyendo aquí a castellanos, aragoneses y navarros) o italiana, debían hacerlo por Lisboa y quedaban sometidos al rol coordinador de Goa o, de forma subsidiaria, también Macao. Dentro del padroado existieron tensiones constantes entre los religiosos de las tres naciones mentadas, incluso dentro de la misma orden. La Compañía de Jesús no fue una excepción; Diego de Pantoja experimentó este clima de sospecha estructural por el mero hecho de ser un castellano enviado en territorio del padroado.

10Véase Sola (2018).

11Pese a algunos errores de contexto, un buen análisis de la contribución sinológica de Pantoja en su Relación se puede leer en Ellis (2012, p. 88).

13“Carta de 15 de agosto de 1606” en Venturi (1913, p. 304).

16Este lo llevó con él partiendo de Lisboa hacia Oriente el 10 de abril de 1596. En su compañía recibió Pantoja criterios para el análisis dialógico de la realidad oriental. De la Mata falleció en un naufragio en 1600, volviendo de Nagasaki hacia Macao. Véase Marino (2014), Gouvea (1644, p. 228).

17Véase López (2011, pp. 121-147), Ollé (2000, p. 51; 2002, pp. 121-122); véase también Aramayo (2000), sobre la autonomía intelectual de Sánchez, rasgo que comparte con Pantoja en sus misivas, pese a las grandes diferencias entre ambos en otros aspectos.

19Sobre el jesuita Gregorio López, hemos localizado un panegírico dentro del compendio manuscrito titulado «Varones Ylustres de la Provincia de la Compañía de Jesus de Philipinas, que se pueden añadir en nuestro Martirologio», en ARSI, Philipp. 20: fol. 422, que reza así: «Al 21 de Jullio de 1614. Murió el P.e Gregorio López, natural de la Villa de Alcocer en el obispado de Cuencia de la Prov.a de Toledo, aviendo sido Rector del Collegio de Manila y Prov.al de las Philippinas. […]. Nunca entró en oración sin aver guardado primero las adiciones, que señalo N. P.e S. Ignº el officio divino lo rezó siempre de rodillas sin faltar a una ceremonia. […]».

22De la importancia para China de los metales preciosos que provenían del imperio español, véase Alfonso & Martínez (2004).

23La “imagen de pluma” se refiere a los mosaicos creados por los indios de Mesomérica en los que las teselas eran, precisamente, plumas de aves. Este arte era conocido como amantecayotl. Esta tradición artística fue adoptada por los misioneros en la Nueva España y utilizada en su ministerio. Tras el inicio de la comunicación transpacífica, también se combinó con tradiciones artísticas asiáticas como el arte namban japonés. Véase Nagashima (2009), Oropeza (2020, pp. 324-325).

24Las peticiones de dinero o de objetos valiosos para regalar al emperador eran frecuentes por parte de Ricci y sus compañeros en Pekín desde su establecimiento en la corte sínica. Véase Hsia (2010, p. 201).

25Para una presentación de la relación entre la ciencia y la labor misionera de los jesuitas, véase la contribución de Romano (2008) y, en esa misma obra, el prólogo de Corsi (2008).

26Estas dos líneas que encabezan el manuscrito han sido añadidas por un recopilador, en grafía distinta a la del copista de esta carta. Cercano al margen superior del folio, en el centro, aunque ligeramente desplazado hacia la izquierda, hay dibujado un símbolo estaurológico con un largo trazo horizontal levemente ascendente, atravesando un trazo vertical curvado en forma de “C”, probablemente en alusión a Cristo crucificado.

27Pantoja preserva en su texto en ocasiones la raíz griega o latina de algunos términos ―v. gr.Xpi” (=“de Cristo”), “commodidades”, etcétera―, sin dejar de incluir algunas palabras directamente en latín que se usaban en la jerga jesuítica de la época, v. gr.annua”.

28Pantoja no utiliza signos diacríticos más que para marcar el final de algunas sílabas. En particular, emplea algunos expedientes ortotipográficos semejantes a los del portugués de la época para ciertas sílabas que acaban en consonante nasal, v. gr. “tuvierõ” en lugar de “tuvieron”, “cõ” en lugar de “con”, “enviarã” por “enviarán”, etcétera.

29En el texto pueden notarse varias infiltraciones del portugués que, dentro del terreno de influencia del padroado, era lengua franca para los occidentales. Véase Saraiva & Jami (2008).

30En lo que toca al estilo caligráfico, el valdemoreño emplea numerosas abreviaturas, v. gr. una “q” con apóstrofe en vez de “que” que aquí hemos transcrito como “q̃”, “VRa” o “VR.” para significar “Vuestra Reverencia”, la sílaba “gra” con un trazo curvo superpuesto como forma acortada de “gracia”, etc. Allí donde usa de un vuelo de pluma fluido suele conectar palabras diferentes entre sí bajo un mismo trazo ininterrumpido. Para reflejar la inexistencia de espacio entre palabras del texto manuscrito empleamos aquí los corchetes “[ ]”. La puntuación a final de frase brilla también por su ausencia con frecuencia.

31El copista de la carta (en ARSI, Jap-Sin, 14 I: fols. 195-196v) escribe aquí «embie», que, ciertamente, no es una ortografía consistente con otras cartas de Pantoja. Lo mismo ocurre en otros lugares.

32Palabras en italiano subrayadas, algo difuminadas, y anotadas por el recopilador. Sentido oscuro: veinte mil chinos matados por castellanos.

33A continuación, sigue una palabra tachada.

34En época de Pantoja, el conocimiento de China es algo tan nuevo y tan permeado de exotismo y extrañeza que las lenguas vernáculas del sur de Europa se están aún apropiando del nombre “China”. Aqui, se habla de los “chinos” como “chinas”, con lo que todavía no se proporciona al adjetivo la flexión de género, sino solo la de número. Sin embargo, el copista sí que ofrece en ocasiones la concordancia en masculino. Fue el agustino Martín de Rada (1533-1578) el primer misionero en identificar el Catay de Marco Polo con el topónimo Taybín (大明) “que comúnmente llamamos China”. Véase Cervera (2008, p. 72), He (2003, p. 184).

35A continuación, sigue una palabra tachada.

36A continuación, sigue una palabra tachada.

37A continuación, Pantoja tacha la palabra abreviada «nuestros» para escribir «castellanos», en lo que cabe reseñar la sensible toma de distancia frente a aquellos que han tomado las armas contra los chinos.

38A continuación, sigue una palabra tachada.

39Sigue un espacio de más de un centímetro sin texto.

40Vuelve a seguir un espacio sin texto, de un par de centímetros.

41Al final de esta palabra, Pantoja introduce un símbolo con forma de L invertida para marcar una cesura temática.

42Aquí introduce Pantoja un cambio de línea en vez de seguir escribiendo hasta el margen.

43Diego García fue nombrado visitador de la provincia de Filipinas (1599-1601). Nació en Arévalo en 1552, ingresó en 1572 en Alcalá. En 1577 marchó a Perú, y dos años más tarde fue compañero en México del visitador Juan de la Plaza, después fue socio del provincial hasta que comenzó su etapa como rector de algunos colegios en Nueva España. En 1599 era maestro de novicios. Al acabar la visita de Filipinas fue nombrado viceprovincial hasta su muerte el 12 de septiembre de 1604. Véase O’Neill y Domínguez (2001, p. 1423).

44Una descripción de las rutas y las frecuencias de navegación entre Macao y Japón en Oliveira (2000).

45“Carta desde Assalona, 20 de noviembre de 1597”, en Soto (2020, p. 104).

46Estas dos líneas que encabezan el manuscrito han sido probablemente añadidas por un recopilador. Cercano al margen superior del folio, en el centro, aparece el mismo tipo de cruz que Pantoja había dibujado como encabezamiento en su carta dos días antes.

47Esta carta intercala un buen número de portuguesismos ―v.gr. “com” por “con”, “por” por “poner”, “a pretender” por “pretendiendo”, “ternaõ” en lugar de “tendrán/habrán”, etcétera.

48Fujian.

49Pantoja se está refiriendo aquí a la expedición del almirante Van Warwijk que partió en 1604 de una de las ciudades de referencia para los neerlandeses en Asia como era la actual Yakarta. La flota pretendía ganar presencia en los puertos comerciales de China a toda costa. Tomando como base las islas Penghu, trató de negociar la apertura al comercio en algunos puertos de China continental más allá de Macao. El intento fue fallido y en aquella altura ninguna nave ibérica fue interceptada por la flota flamenca. Véase Davidson (1903, p. 10).

50= Con el fin de arramblar con plata. Se trata de una expresión probablemente tomada del humanista Giovanni Calfurnio con la que este anotaba la comedia El verdugo de sí mismo (Heautontimoroumenos) de Publio Terencio. Es una manifestación indirecta de los textos abiertos con los que Pantoja y su interlocutor habrían aprendido latín. Véase Terencio (1552, p. 380).

51En esta línea está roto el papel donde iría escrito parte del superíndice. En concreto, falta un pequeño trozo de página que afecta también a alguna de las letras finales de las tres líneas siguientes. Se ofrece entre corchetes el texto reconstruido.

52Texto corrompido. Falta un pequeño trozo de papel que afecta al final de esta línea y a la siguiente.

53Esta identificación del destinatario está escrita al revés respecto al texto de la otra cara del folio, dentro del tercer cuadrante derecho, de los ocho que resultan del pliego de la carta. Está encabezada por el mismo símbolo estaurológico del comienzo de la carta, que también aparece en la firma personal de Diego Pantoja.

54Dentro del segundo cuadrante derecho, con texto en la misma dirección que el destinatario precedente.

55Bartolomé Pérez de Nueros y Maynar nació en Calatayud en 1548 y falleció un 16 de septiembre de 1614 en Alcalá de Henares. Se ordenó en junio de 1573 e hizo sus últimos votos el 31 de mayo de 1584 en Nápoles. En enero de 1587, el P. General Acquaviva le envió a España como rector y profesor de teología en Alcalá. Allí Pantoja pudo conocerle antes de su entrada en la orden. Bartolomé Pérez estaba en el colegio de Madrid cuando fue llamado a Roma como asistente de España (1597-1608) por muerte de Antonio de Mendoza. Veáse Castro (1600, p. 570), Burrieza (2023).

56Dentro del primer cuadrante derecho del folio; escrito en dirección perpendicular de 90° respecto a como iría el texto de haber la carta continuado por esta cara.

57Texto desvaído por la humedad. Lectura incierta.

58Este destacado teólogo jesuita nació en Cenicero (La Rioja), ca. 1560. Era hijo de Martín de Arrúbal, oriundo del pueblo riojano de su apellido, y de María Pérez de Somovilla y de Cerezo, vecinos de Cenicero. Ingresó como novicio jesuita en Alcalá de Henares el 21 de abril de 1579 y se ordenó sacerdote en 1589; haría los últimos votos en Ciudad Real el 9 de abril de 1595. Como joven sacerdote enseñó Filosofía en Ocaña y Teología en Salamanca y en Alcalá, por eso tuvo Pantoja ocasión de asistir a sus clases. Ya entonces debió hacerse célebre entre sus compañeros por su ciencia teológica y su entrega en la docencia. Se le encargó asumir más adelante una cátedra de teología en el Colegio Romano (1596-1604). Fue uno de los tres teólogos asesores del general de la Compañía Claudio Acquaviva en las famosas congregaciones De auxiliis, frente a los dominicos, a las que el propio papa Clemente VIII asistía. Desde la décima sesión (noviembre de 1602) hasta la sesión decimonovena (junio de 1603), Arrúbal actuó como portavoz de los teólogos jesuitas. Ahí cayó enfermo. Quebrantada su salud por el trabajo tan intenso y por el clima de Roma, se retiró a Salamanca, donde murió el 22 de septiembre de 1608. Véase O’Neill y Domínguez (2001, pp. 245-246).

59Estas dos líneas que encabezan el manuscrito han sido probablemente añadidas por un recopilador quizás en el momento en que la carta fue sometida a un procedimiento de preservación consistente en pegar pedazos de lámina de papel sobre las partes del folio original carentes de texto. Cercano al margen superior del folio, en el centro, aunque ligeramente desplazado hacia la izquierda, hay escrito “Ihs”, con lo que se significan con abecedario latino las tres primeras letras del nombre de Jesús en griego: Ἰησοῦς.

60Además de implicarse en la controversia De auxiliis, el padre Arrúbal publicó varios tomos de planteamiento tomista sobre “Dios Uno” (noventa y dos tesis o cuestiones), sobre la “Trinidad” y sobre los “Ángeles” (ciento ochenta y una cuestiones). Su prematura muerte, con apenas cuarenta y ocho años de edad, le impidió la labor personal de llevarlos a imprenta, lo que hizo una veintena de años después su compañero Bernardino de Villegas. En la introducción se describía a Arrúbal como «río de ingenio, guía y faro de sabios y doctores venideros, luz de España y de Europa que nunca apagarán los siglos futuros […]».

61La transcripción romanizada de esta oración en pin-yin moderno como sigue: «Yawu Maliya man bei e lajizhe, zhu yu er jie wu yan. Nü zhong er wei zanmei, er taizi Yesu bing wei zanmei. Tianzhu shengmu Maliya wei wodeng zuiren jin qi, ji wodeng sihou. Yameng».

Recibido: 03 de Octubre de 2023; Aprobado: 08 de Enero de 2024

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