Introducción
El mundo actual avanza rápidamente, las nuevas tecnologías que llegan a resolver las problemáticas de la vida cotidiana están haciendo que el ser humano opte por obtener información por cualquier vía; el conocimiento ya no está contenido en el aula, ni emana del fluir verbal y presencial del profesor. Lugo et al. (2018), en su estudio acerca de la confiabilidad y validez de la escala ACRA, mencionan que el estudiante elige y recupera consciente e intencionalmente los conocimientos conceptuales, procedimentales y actitudinales necesarios para cumplir un determinado objetivo, siempre en función de las condiciones de la situación educativa en que se produce la acción.
El mundo está desplegado en información y nuevas problemáticas que desafían a los futuros profesionistas a aprender por sí mismos. De esta concepción parte una necesidad de sistematizar y desarrollar métodos de aprendizaje que potencien la capacidad del estudiante tal como afirman Morueta et al. (2011), en especial de aquellos que presentan desventajas en carreras con altos porcentajes de fracaso por deserción escolar (Díaz Mujica et al., 2017).
Este estudio propone una nueva mecánica de construir la sociedad del conocimiento por medio de la concientización de la aplicación de las estrategias de aprendizaje (EA) en el contexto académico en un escenario educativo universitario.
Para ello, es necesario el análisis del proceso de aprendizaje de los estudiantes, los recursos de los cuales hacen uso, sus actitudes frente al estudio, sus aptitudes, como comprenden, entienden y analizan la información recibida, como lo respaldan en su estudio Visbal-Cadavid et al. (2017). El acompañamiento docente ha buscado complementar y enriquecer las habilidades de aprendizaje, sin embargo, es el estudiante quien desempeña el papel activo en este proceso. De acuerdo con De La Fuente y De La Fuente (2015), el estudiante suma los recursos con los que cuenta en su entorno educativo y las habilidades cognitivas propias que rendirán un aprendizaje significativo.
Las aplicaciones de las EA la podemos apreciar comúnmente en escenarios didácticos tal como el flipped classroom o 'aula invertida'. Esta estrategia didáctica ha cambiado el método tradicionalista para enfocarse en el conocimiento teórico-práctico que procede del estudiante, se entiende que los profesores desarrollan un papel secundario y los alumnos emplean el papel activo y primario; bajo esta metodología el estudiante se compromete a construir su propio aprendizaje, sin embargo, la estrategia no se encuentra del todo definida y puede causar perdida de objetividad y crear desconocimiento en el estudiante (Vidal Ledo et al., 2016).
Otro método común es el basado en competencias, el estudiante tiene que demostrar que adquirió las capacidades para poder desarrollarse profesionalmente, lograr su incorporación al mundo laboral y resolver las problemáticas que enfrente en su vida cotidiana. Sin embargo, un estudio realizado por Acebedo-Afanador et al. (2017) demostró que este método lo que realmente evalúa son la memoria y la repetición de información, pues no existe una clara relación entre las competencias y los contenidos que las desarrollan, ni el correcto seguimiento de la metodología, ni se realizan evaluaciones diagnósticas o formativas, lo que desencadena ausencia de presaberes y dificultades en el aprendizaje esperado (Acebedo-Afanador et al., 2017).
En la actualidad, el concepto de estrategias de aprendizaje no se encuentra tan alejado de las concepciones de hace unas décadas, diversos autores (Sarmiento, 2017; Sarmiento-Camelo, 2017; Serna, 2017; Benítez, 2014) describen las EA como aquella secuencia que se integra por procedimientos que “el aprendiz” elige para la adquisición, almacenamiento y utilización de la información, (Hurtado et al., 2018). Esta secuencia se da debido al uso de otros procesos cognitivos elegidos a conciencia por los estudiantes tales como: la adquisición, la codificación, la recuperación y la motivación recibida.
Hoy en día, es necesario recurrir a las estrategias de aprendizaje empleadas por el estudiante a través de las TIC (Delgado y Alvarado, 2016). La enseñanza tradicional, en donde se imponía el conocimiento a través de métodos rígidos de repetición y memoria, ha quedado obsoleta, sin embargo, muchas dinámicas en las aulas aún se ven más orientadas por estas técnicas. Bajo este método, el estudiante es un agente únicamente receptivo y con la entera responsabilidad de contestar siempre correctamente a las problemáticas que enfrenta.
De acuerdo a lo expuesto anteriormente, se ha detectado que en la licenciatura en psicología de una universidad pública, aunque existen las bases para llevar a cabo el aprendizaje, es por la falta o mala información que no se consigue de forma adecuada, ocasionando en las estudiantes bajas temporales, reprobar, no comprender los temas, desconocimiento total o parcial; no dejando a un lado los problemas somáticos como el estrés, la ansiedad, entre otros. Debido a este problema, se tiene la necesidad de emplear las técnicas adecuadas de acuerdo a las EA para un mejor rendimiento académico.
Actualmente, en las universidades estas nuevas prácticas se incorporan poco a poco en las aulas, empero no se profundiza y se puede perder el objetivo. Con ellas se busca incorporar estrategias de aprendizaje que aseguren el objetivo, en este caso el de crear la sociedad del conocimiento. Tal como dicen Salazar-Gómez y Tobón (2018), para formar un ciudadano para la sociedad del conocimiento, se requiere que el profesor desarrolle las competencias docentes necesarias para propiciarlas en el alumno. Dentro de una universidad, múltiples son los métodos diseñados con la finalidad de integrar las EA en el estudiante, sin embargo, aunque son bien elaborados, resultan poco favorables para generar el cambio deseado.
No contar con un seguimiento de las EA aplicadas a las materias y no ser el docente apto para impartir la asignatura, sumado a la pérdida de comunicación, interés y falta de pedagogía limitan el proceso de aprendizaje para el alumno, impidiendo así el establecimiento de un adecuado vínculo docente-estudiante. Un aspecto muy relacionado a la efectividad del aprendizaje es el de la claridad en cuanto al esparcimiento de la información en el aula por parte del docente (Madrigal et al., 2011).
Es por ello que en la licenciatura de psicología es necesario implementar y promover las estrategias de aprendizaje para el éxito académico, para el desarrollo vital y profesional del estudiante (Jiménez et al., 2018). Se ha encontrado relación entre el nivel óptimo del rendimiento académico y la frecuencia del uso de las EA (Lugo et al., 2016). El éxito de estos resultados potencia la calidad que las universidades ofrecen en sus servicios.
El aprendizaje no solo deja huellas en el alumno, también en el profesor, ayudándole a mejorar su perfil docente. El propósito del presente análisis documental se enfoca en analizar el concepto de las EA por medio una cartografía conceptual, considerando sus recientes hallazgos en cuanto a su utilidad, determinar las categorías del concepto, sus características, sus diferencias con otras teorías similares, su clasificación y como se relaciona con otros conceptos, para así proponer en un futuro una metodología o rúbrica estandarizada para el uso de los estudiantes y docentes, quienes coadyuvaran sugiriendo mejoras de acuerdo a las EA para generar un funcionamiento favorable aplicado al contexto universitario.
Así entonces, en este artículo se propone: 1) analizar bajo el modelo de cartografía conceptual las estrategias de aprendizaje”, 2) conocer su funcionabilidad en espacios universitarios y en la sociedad del conocimiento y 3) plantear propuestas metodológicas que favorezcan al estudiante mediante la aplicación de las estrategias de aprendizaje.
Metodología
Tipo de estudio
La presente investigación se realizó mediante un análisis documental con un enfoque cualitativo, con apoyo en los ejes clave de las estrategias de enseñanza desde el diseño de la cartografía conceptual y su empleo en la socioformación. El análisis documental es un método que busca, selecciona, organiza y analiza los documentos para responder uno o varios cuestionamientos sobre alguna temática (Tobón y Vázquez, 2015). Se pretende unificar la información recabada, sistematizarla para sintetizarla y transformarla en un documento de más fácil acceso. Esta metodología requiere del empleo de estrategias particulares en la búsqueda, selección, organización y análisis de un conjunto de producciones escritas (Bermeo et al.,2016).
Técnica de análisis
Con base en la cartografía conceptual y siguiendo sus ocho ejes de análisis: noción, categorización, caracterización, diferenciación, clasificación, vinculación, metodología y ejemplificación (Tobón, 2017); se realizó un análisis documental desde el enfoque socioformativo (Tobón, 2012). Su fin es buscar, organizar, sistematizar e interpretar los materiales seleccionados con base a los criterios de inclusión y exclusión para obtener una información de carácter rígido. Cada eje de la cartografía busca responder las interrogantes planteadas en el siguiente cuadro:
Eje | Pregunta central |
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Noción | ¿Cuál es la etimología, la explicación histórica y definición actual del concepto estrategias de aprendizaje? |
Categorización | ¿Cómo y en cuantas partes se categoriza el concepto estrategias de aprendizaje? |
Caracterización | ¿Cuáles son las características generales de las estrategias de aprendizaje? |
Diferenciación | ¿Cuál es la diferencia entre las estrategias de aprendizaje y las estrategias de enseñanza? |
División | ¿Cómo se clasifica el concepto estrategias de aprendizaje? |
Vinculación | ¿A qué otras teorías se relacionan las estrategias de aprendizaje? |
Metodología | ¿Cómo aplicar las estrategias de aprendizaje en un contexto universitario? |
Ejemplificación | ¿A través de qué actividades de clase se ejemplifican las estrategias de aprendizaje aplicadas? |
Fuente: Adaptado de Tobón (2015, p.7) .
Criterios de selección de los documentos
Se ha realizado una revisión crítica de la bibliografía estableciendo los siguientes criterios de inclusión y exclusión:
Criterios de inclusión:
Tipo de publicación: Artículos teóricos y empíricos de revistas indexadas revisadas por pares, capítulos de libro y/o libros de editoriales reconocidas, tesis de posgrado de centros de investigación o universidades.
Tipos de participantes: Publicaciones relacionadas con el ámbito educativo (estrategias de aprendizaje).
Tiempo: Dentro del periodo 2015-2020. A excepción del eje nocional de la cartografía conceptual.
Idioma: Castellano, inglés y portugués.
Bases de datos: Se buscaron los artículos, capítulos de libro y libros en Google Académico, Scopus, Scielo, Redalyc y la biblioteca virtual UJAT.
Palabras esenciales: Para la búsqueda de la información adecuada se emplearon las siguientes palabras clave con una o varias palabras complementarias: “Estrategias de Aprendizaje”, “Docente-alumno”, “Estrategias de aprendizaje aplicadas” “Definición de Estrategias de Aprendizaje” “Estilos de aprendizaje de estudiantes universitarios” y “Estrategias de enseñanza-aprendizaje”.
Los documentos debían abordar algún elemento de los ocho ejes de la cartografía conceptual.
Criterios de exclusión:
Documentos analizados
En la tabla 2 se presentan los documentos seleccionados que cumplieron con los criterios de inclusión aunado a los documentos de apoyo para complemento del análisis y brindarle contexto. En total fueron 91 documentos.
Resultados
Noción de estrategias de aprendizaje
Etimología. La palabra estrategia, de acuerdo a la RAE, es un vocablo que viene del latín strategĭa 'provincia bajo el mando de un general', y este del griego στρατηγία stratēgía 'oficio del general', derivado de στρατηγός stratēgós 'general'. Inicialmente, y conforme a lo que mencionan Genovard y Gotzens (1990), fue utilizado para actividades de índole militar, lo que indicaba una planeación de actividades que se realizaban previo a las operaciones llevadas a cabo en las guerras. Su uso no incluía darles nombre a actividades encausadas para fines educativos o psicológicos.
Genovard (1990) puntualiza que aquella persona que desarrollaba una estrategia requería llevar a cabo una secuencia de pasos o etapas que implicaba el uso de herramientas cognitivas llamadas “destrezas” para fomentar las habilidades que crearan un comportamiento concreto. Valle Arias et al. (1999) mencionan que el aprendiz requería tener ingenio para llevar a cabo una táctica que lograra la obtención de un conocimiento o una meta predeterminada.
Se entiende entonces que la palabra estrategia fue un concepto que poco a poco fue evolucionando más allá de su sentido bélico, la secuencia de actividades que debía proseguir el aprendiz quien a través de la fijación de uno o diversos objetivos lograba llegar a ellos implicando en el procedimiento habilidades que produjeran el uso de material cognitivo implícito, y que en tal seguimiento del proceso se involucraban técnicas que tenían que ver precisamente con el aprendizaje.
La palabra aprendizaje de acuerdo a la RAE deriva de la palabra aprendiz, su relación con el concepto de estrategia fue debido a que Schmeck (1988) y Schunk (1991) (citados en Valle et al., 1998) suponían que quien ejecuta actividades en función de un resultado (una meta de aprendizaje) requiere dominar una serie de habilidades desarrolladas mediante la práctica y disponibles mediante herramientas cognitivas que generan el aprendizaje.
Desarrollo histórico. Dentro de las aportaciones más relevantes para constituir el concepto de estrategias de aprendizaje, Valle et al. (1998) recolectaron en un estudio las definiciones que distintos autores realizaron a la hora de delimitar tal concepto. De los primeros en ser mencionados son Weinstein y Mayer (1986), quienes propusieron la idea principal de que las EA son conductas y pensamientos que el alumno emplea durante el mismo aprendizaje con el propósito de contribuir en su proceso de codificación.
Igualmente, Dansereau (1985) y Nisbet y Bermejo (1987), citados en Valle et al. (1998), las definen como una secuencia conformada por procedimientos o actividades a libre elección con la finalidad de adquirir, almacenar y/o utilizar información.
Según Genovard y Gotzens (1990), las estrategias de aprendizaje se integran por comportamientos que el alumno despliega durante su proceso de aprendizaje. Ellos creían que el comportamiento era fundamental en el camino a obtener el conocimiento, que influía en su proceso de codificación de la información y que, por lo tanto, el conocimiento o el fin a obtener se veía influido en su mayoría por las actitudes comportamentales del estudiante. Esta definición sienta un precedente importante de lo que las EA implicarían en un futuro.
Para Monereo (1994), las estrategias de aprendizaje son procesos de toma de decisiones (conscientes o intencionales) en los que el aprendiz elige y recupera de forma coordinada los conocimientos que necesita para cumplir un fin, y que tal proceso depende de las diversas situaciones educativas en las que se presente la acción. Esta definición contempla, por primera vez, la vinculación con el escenario donde se produce tal proceso de aprendizaje y lo considera parte generadora (dependiendo de la situación ambiental) de la obtención del conocimiento.
Es así como estos autores otorgan significado a las estrategias de aprendizaje aplicadas en contextos educativos, en los que su principal actor es el estudiante y su principal objetivo es conseguir el conocimiento; en esta dinámica interactúan procesos cognitivos y metacognitivos, habilidades y destrezas del pensamiento.
Definición actual. Actualmente, y conforme a la incorporación de las TIC en los ambientes educativos, la consideración de métodos y propuestas novedosas por parte de los docentes; las estrategias de aprendizaje constituyen el procedimiento o secuencia de pasos o habilidades que el estudiante adquiere y emplea de forma intencional como medio flexible para obtener un aprendizaje significativo, con lo que pueda solucionar problemas y demandas académicas (Delgado y Solano, 2015).
Para Esteban-Albert y Zapata-Ros (2016) las estrategias implicadas en el aprendizaje tienen una connotación finalista e intencional, que tiene un plan de acción ante una tarea que requiere una actividad cognitiva que implica aprender. Esto quiere decir que el aprendiz es quien posee una serie de técnicas, habilidades y destrezas para aplicarlas en función de las tareas a realizar. Esteban-Albert y Zapata-Ros proponen que en las estrategias se requieren dos factores fundamentales: a) para que haya intencionalidad de aprender deberá existir conciencia de la situación que se va a resolver y b) tener conciencia de los recursos propios del estudiante. A ello se adhiere que el estudiante tenga la capacidad de generar un nuevo conocimiento o la reestructuración de otros preexistentes.
Como se sabe, el concepto de las EA no tiene mucho tiempo de haberse adaptado e introducido a la psicología del aprendizaje, por lo que el contenido conceptual no posee cambios drásticos desde las fechas en las que se empezó a investigar acerca de ello. Lo que si ha cambiado es el ambiente donde se propician tales estrategias, y esto provee argumentos que complementan su significado actual.
Las aulas y los medios donde se produce la diada enseñanza-aprendizaje mejoran e incorporan tecnologías y recursos que se han adaptado en el contexto del alumno, lo que ha llevado a docente y estudiantes a enfrentarse al reto de aprender por medio de los recursos digitales que contienen información ilimitada. El docente cumple un papel secundario y es un agente que, más que participar, modera y orienta el camino hacia el conocimiento. Está comprobado que las TIC motivan y generan mayor interés en los estudiantes al ser usadas en clases (Rizzo y Pérez, 2018).
Definición desde la socioformación. Desde el enfoque socioformativo las estrategias de aprendizaje son la secuencia de etapas mediante las que el estudiante involucra el pensamiento cognitivo y metacognitivo para llegar a un predeterminado objetivo con la plena conciencia e intencionalidad de hacer uso de los recursos con los que cuenta y de los que pueda adaptar a su estilo de aprendizaje. En este proceso, los medios que le presente el contexto y estén a su dominio podrán ser utilizados como recursos coadyuvantes que generen la sociedad del conocimiento.
Categorización de las estrategias de aprendizaje
De acuerdo a Loubon y Franco (2010) citado en (Lores y Matos, 2017), el aprendizaje es el proceso mediante el cual los organismos modifican sus conductas para adaptarse a las condiciones que el ambiente les impone. Al hablar de aprendizaje escolar, podemos decir que este se establece cuando se experimentan cambios en su sistema nervioso a partir de una experiencia dentro o fuera de un entorno educativo y que determina un cambio conductual permanente o semipermanente en el individuo.
En el método de aprendizaje se adiciona, selecciona, integra o retiene, y fija el contenido informativo por medio del interesado en aprender; mientras que el método de enseñanza se centra en llegar a un resultado u objetivo, el aprendizaje en cambio se proyecta hacia otros.
Caracterización de las estrategias de aprendizaje
Las estrategias de aprendizaje poseen ciertas características que las conforman, entre ellas podemos mencionar 1) el uso de recursos cognitivos, 2) los procedimientos implícitos bajo los que se logra el aprendizaje y 3) los factores disposicionales o motivacionales de los cuales hace uso el estudiante. A continuación, se explica cada una de estas características:
Las características intelectuales propias de cada sujeto fungen un papel importante en la capacidad de procesar la información recibida. El pensamiento y la comprobación de la información novedosa causará impacto de acuerdo a la recepción intelectual de esta. (Hoffman et al., 2017).
Los procedimientos implícitos desde que el sujeto percibe la información, la analiza y conceptualiza, implican, a partir de los recursos cognitivos, el siguiente paso a seguir cuando se está aprendiendo (Hoffman et al., 2017).
Los factores disposicionales o recursos motivacionales son aquellos que acompañan el proceso de aprendizaje y que influyen conforme a la motivación que el estudiante desempeñe en el acto de aprender. Este factor es de gran importancia, ya que actualmente diversos estudios proponen que la motivación tiene un papel importante a la hora de adquirir y retener la información (Sandoval-Muñoz et al. 2018; Bustichi et al., 2019; Sánchez et al., 2019).
Diferenciación de estrategias de aprendizaje
Las estrategias de aprendizaje no pueden confundirse con las estrategias de enseñanza, aunque sus similitudes engloben la búsqueda y el uso de estrategias didácticas para un mismo fin (obtención del conocimiento), los personajes que intervienen en cada proceso provienen de un diferente emisor: mientras que las estrategias de aprendizaje son empleadas por el estudiante; en las estrategias de enseñanza el actor principal es el profesor, quien con base a su formación de docente buscará y empleará las estrategias en situaciones que él mismo detecte vulnerabilidades.
Gutiérrez Tapias (2018) menciona que las estrategias de enseñanza son una serie de actividades de aprendizaje dirigidas hacia los estudiantes y que están diseñadas y adaptadas a las características del medio y, especialmente, al estudiante. Mientras que las estrategias de aprendizaje se concentran en los recursos y habilidades que el estudiante debe tener en su proceso de aprendizaje, las estrategias de enseñanza se enfocan en aquellos instrumentos y recursos de los que se proveerá el docente para desarrollar e implementar el proceso de aprendizaje (Gutiérrez Tapias, 2018).
División de estrategias de aprendizaje
En la teoría del aprendizaje experiencial, propuesta por Kolb (1976), se aborda al proceso de aprender a través de las experiencias; en este tipo de procesos juegan un papel fundamental los estilos de aprendizaje. Definidos propiamente por el cuestionario Honey Alonso de estrategias de aprendizaje (CHAEA), el cual identifica cuatro estilos de aprendizaje: estilo activo, estilo reflexivo, estilo teórico y estilo pragmático (Fuentealba-Torres y Haltenhoff, 2019).
El estilo activo se enfoca en el descubrimiento, la exploración y lo improvisado, mientras que el estilo reflexivo se basa en la observación y recolección de datos que se analizan y reproducen constantemente en la conciencia. El estilo teórico establece conclusiones a partir de la conceptualización abstracta, los estudiantes se caracterizan por ser metódicos y objetivos. Finalmente, el estilo pragmático involucra la acción experimental y práctica (Escanero-Marcén et al., 2016).
Vinculación de las estrategias de aprendizaje
Las EA se vinculan generalmente con la teoría del aprendizaje propuesta por Vygotsky, donde se sostiene que el aprendizaje es un proceso de construcción que el estudiante autorregula, conociendo sus propios procesos cognitivos autónomamente, teniendo control sobre su propio aprendizaje. Esto implica establecer enlaces y conexiones con otros conceptos, teorías, enfoques, movimientos, mitos y/o metodologías de otros campos por fuera de la categorización, explicando las contribuciones para el concepto o teoría que se está analizando (Bravo-Cedeño et al., 2017).
Esta contribución alimenta el significado que ya se conoce acerca del concepto de las EA en el contexto de la educación, pues sostiene que el aprendizaje significativo sucede con ideas ya existentes (autoconocimiento) en la estructura cognitiva del estudiante.
Metodología de aplicación de las estrategias de aprendizaje
Las EA están conformadas por cuatro fases que procesan la información recibida, estas fueron implementadas por primera vez por Román y Gallego en 1994, quienes a través de la creación de cuatro escalas de estrategias de aprendizaje llamadas ACRA (Lugo et al., 2012), buscaron la manera de determinar que procesos cognitivos procesan la información. Fundamentalmente las escalas evalúan: la adquisición, la codificación o almacenamiento, la recuperación y el apoyo.
En la adquisición se explora y fragmenta la información, estas estrategias son atencionales o de repetición; en la fase de codificación, el estudiante adquiere estrategias de tipo organizativo, de elaboración y nemotecnización. En la fase de recuperación se hace uso de estrategias de búsqueda en la memoria y de generación de respuesta, mientras que en la fase apoyo el sujeto hace uso de estrategias metacognitivas, afectivas, sociales y motivacionales (Jiménez et al., 2018).
Basados en la revisión documental, se hace la propuesta teórica de la aplicación de las EA en estudiantes; los ejes metodológicos son: 1) búsqueda de información, 2) motivación intrínseca y extrínseca del estudiante, 3) aplicación de las Estrategias de Aprendizaje y 4) generación del conocimiento. A continuación, se explican cada uno de estos ejes.
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La búsqueda u obtención de la información se lleva a cabo cuando el estudiante se incorpora en el proceso del estudio y a través de los medios tal como el uso de las TIC hace uso de fuentes de información que le permiten afianzar su propio aprendizaje, estas acciones tienen mucho que ver con el rendimiento académico particular del alumno (Alva, 2017).
En este paso también se hace uso de las fuentes o registros sensoriales que permiten que la información sea captada, el proceso de almacenaje de la información obtenida y la facultad de retención (Garrote et al., 2016).
De acuerdo con Sandoval-Muñoz et al. (2018), la motivación interfiere positiva o negativamente en el proceso de aprender del alumno. El uso y acceso de recursos externos tales como el internet, acervos bibliotecarios, libros, investigaciones, etc., también interviene en la disposición motivacional del estudiante.
Las estrategias de aprendizaje las aplica el estudiante a través de procedimientos como: resúmenes, estudios de casos, exposición, conferencias, foros, mapas conceptuales o mentales, aprendizaje basado en problemas o en proyectos, redes semánticas, desarrollo de software, entre muchos otros, que se adaptan a los estilos de aprendizaje de cada estudiante: activo, pragmático, reflexivo y teórico. (Gutiérrez Tapias, 2018; Fuentealba-Torres y Halttenhoff, 2018).
La conformación del conocimiento no hace referencia solamente a la intelectualidad, más bien el exitoso uso de las EA, que construye la personalidad del estudiante, incrementa la motivación, modifica los intereses y hábitos cotidianos y de estudio, influye en la autoestima e inclusive mejora las interacciones del estudiante en el aula (Alva, 2017).
Ejemplificación de estrategias de aprendizaje aplicadas en los estudiantes universitarios
De acuerdo con los ejes propuestos en la metodología, a continuación se presenta un ejemplo de aplicación de las estrategias de aprendizaje en un aula universitaria de una asignatura de carácter teórico-práctico:
Objetivo: Que el estudiante desarrolle y aplique estrategias de aprendizaje para obtener los conocimientos esperados de la asignatura.
Consigna: Implementar estrategias didácticas creativas que fomenten el aprendizaje del estudiante para conocer las principales teorías de la personalidad (concepto de estudio) haciendo uso de la creatividad y elaborando el material de apoyo para una exposición en clase y generar el conocimiento deseado.
Búsqueda de información. Se recaba la información recabada a través de las diversas TIC y medios que el estudiante disponga, se selecciona la información de utilidad para la creación del material de apoyo.
Retroalimentación. El estudiante, expone y argumenta su trabajo con base en la adquisición de la información, argumenta y refuta con referencias teóricas válidas.
Revisión. El docente ejecuta su papel de orientador reservando un comentario final para cada exposición aclarando dudas o añadiendo sugerencias del tema en cuestión.
Verificación. Una vez finalizado el trabajo en el aula, los compañeros y profesor discuten en plenaria e inclusive sugieren mejoras al trabajo hecho por el compañero. Es la etapa final donde se consolida el conocimiento; valorar el desempeño de los estudiantes es un factor clave para incentivar el uso de las estrategias de aprendizaje.
Para algunos estudiantes resulta complejo conocer y retener la información de lo que constituye cada teoría (psicoanálisis, conductismo, humanismo, etc.) Por lo que es conveniente hablar de la temática implementando pictografías, gráficos, esquemas, entre otros; esto refuerza el proceso de aprendizaje y la experiencia que genera el conocimiento.
A diferencia de la educación tradicional, las estrategias de enseñanza-aprendizaje integradas en el aula cooperan en el proceso de aprender a aprender que cada estudiante posee, reconociendo que funcionan de distinta manera en cada alumno y resaltando que es importante la aplicación de las EA en contextos teóricos y prácticos.
Discusión
A partir del análisis documental llevado a cabo, se concluye que las estrategias de aprendizaje deben incorporarse en todas las universidades mexicanas; muchos estudios demuestran que las EA motivan, desarrollan y transforman el conocimiento de los estudiantes y que estos son capaces y analíticos (Salas y Alfaro, 2017). Cuando los estudiantes proponen y son escuchados fomentan el fin que la educación misma plantea: aprender.
La aparición de las TIC facilita las estrategias de aprendizaje, pues se adaptan a las necesidades caracterológicas de cada estudiante (Pérez, 2018). La mejoría de las redes de comunicación, y sus avances en cuanto al uso de aplicaciones interactivas entre dos o más personas, crean puentes que conectan el conocimiento con el alumno, conforme las necesidades educativas contemporáneas lo exigen.
Los diversos estilos de aprender que los alumnos proyectan dentro del aula mejoran los recursos y procesos cognitivos a la hora de poner en marcha el estudio; una de las dimensiones que asume un alumno líder precisamente consiste en la organización del aprendizaje y sus efectos en la formación docente, siendo los estudiantes participes activos en sus actividades de aprendizaje junto a los profesores (Robinson, 2019).
La motivación que el estudiante demuestra en el aula prevalece sobre los factores que intervienen en el proceso de aprender, si el alumno predispone negatividad ante el estudio el conocimiento no se obtiene, así lo sostienen Rojas et al. (2019), mencionando que los estudiantes hacen uso de buenas estrategias de aprendizaje, pero que las fuentes motivacionales tienen un gran peso en estas, y que si no las poseen el aprendizaje no será el esperado.
Las limitaciones de este estudio consisten en que muchas universidades no aplican las estrategias de enseñanza-aprendizaje debido a que los profesores ponen en alta estima la suma de puntajes como exámenes, tareas acumulativas, ejercicios prácticos en los que el joven debe estar preparado para realizar bien la tarea para demostrar que posee el conocimiento necesario para aprobar las asignaturas. Rizzo y Pérez (2018) sostienen que los docentes que conocen el uso de las TIC en el aula prefieren no aplicarlas, esto se debe a que consideran que distraen a los estudiantes del objetivo principal.