Introducción
Diversos estudios señalan que la relación existente entre hábitos alimentarios y estilos de vida inapropiados en los estudiantes universitarios de diversos países, repercute en el sistema nervioso, perjudicando el rendimiento académico1,2,3. Habitualmente, la primera comida del día es el desayuno, el cual es indispensable para incorporar nutrientes tales como las vitaminas, hidratos de carbono, proteínas y grasas necesarias para enfrentar las necesidades energéticas diarias, a fin de permitir un adecuado rendimiento físico e intelectual. Un adecuado desayuno debiera aportar entre un 20% y 25% de las necesidades energéticas diarias de una persona, por lo que su omisión o ingesta insuficiente, puede repercutir en las actividades físicas e intelectuales de los estudiantes, como disminución de la atención y del rendimiento académico, especialmente en las primeras horas de clase1,2. En términos de mecanismos que se relacionan con la actividad cerebral, actividad eléctrica y demanda energética, el cerebro es uno de los órganos que consume más energía metabólica, ya que se nutre del consumo de glucosa1. De hecho, existe un modelo biológico de hambre, donde se explica que al empezar el día se necesita una alta concentración de glucosa en sangre, la que si no es obtenida, menguará las habilidades de atención, discriminativas y de solución de problemas simples en el estudiante4. Las células del cuerpo requieren una nutrición adecuada para el funcionamiento normal de todos los sistemas, factor fundamental para mantener el vigor y el desempeño óptimo de una persona, por ello se requieren, en cantidades adecuadas, aquellos alimentos que contengan los nutrientes esenciales para la vida humana1.
Los mecanismos de acción de los alimentos ingeridos en el desayuno funcionan a corto plazo, mediante cambios metabólicos determinados por el mantenimiento de una fuente de energía, que contribuye al funcionamiento cerebral, mientras que, en un periodo más largo, los alimentos favorecen un aporte de oxigeno5. Si el periodo de ayuno nocturno continúa y se prolonga durante la mañana, se producen cambios como la progresiva disminución de la insulina y glucosa, lo que da lugar a un estrés orgánico, que afecta las funciones básicas del cerebro, con alteración de la atención y de la memoria a corto plazo4.
Estudios de diversos lugares del mundo y en diferentes niveles educacionales sugieren que existe una correlación entre el consumo del desayuno y el rendimiento académico. En un estudio desarrollado en una muestra grande y diversa de estudiantes de secundaria y preparatoria se examinaron empíricamente las asociaciones entre el consumo de desayuno y el rendimiento académico. Los resultados sugieren que los estudiantes que desayunan regularmente tienen mayores probabilidades de tener un rendimiento académico superior, que aquellos que desayunan de forma menos regular6. Otros estudios como los de Córdoba y col., De Rufino y col. y Herrera y col.4,5,7, muestran cómo a nivel biológico la escasez de nutrientes y los problemas de nutrición impactan en la enseñanza y el aprendizaje. Estos resultados son congruentes con los de otros estudios, que informaron una asociación positiva entre el consumo del desayuno y el rendimiento académico en adolescentes8. Se ha demostrado que saltarse el desayuno influye en la cognición y el aprendizaje9. Igualmente, al comparar adolescentes con y sin desayuno, se encontró un mejor rendimiento cognitivo para la atención, el tiempo de reacción y la memoria de trabajo, cuando los jóvenes consumieron el desayuno10. Aún más, estudios como el de Kim11 indican que el desayuno regular junto con un almuerzo regular, fueron más importantes en el rendimiento académico en los estudiantes de grados 5 y 8, mientras que la cena regular estuvo más relacionada con el rendimiento académico en el grado 11, lo que sugiere la costumbre de no dejar de ingerir ninguna de las tres comidas regulares. En su revisión de los hábitos de desayuno y el rendimiento académico, Rampersaud y col.12 encontraron mejoras significativas en los puntajes de las pruebas de rendimiento para niños jamaicanos, que consumieron el desayuno durante dos ensayos controlados aleatorios. En general, en un gran número de estudios se han observado asociaciones positivas significativas entre el consumo de desayuno y los resultados académicos.
Adicionalmente, algunos estudios sugieren que la calidad del desayuno habitual, se relaciona positivamente con el rendimiento escolar, también con el control emocional y el comportamiento, disminuyendo la hiperactividad, ansiedad y otras problemáticas psicosociales11,13. Un desayuno de buena calidad, se define como aquel que contiene al menos un alimento del grupo de los lácteos, de los cereales (en forma de grano o productos derivados: pan, granola, muesli, etc) y de las frutas2,14. Esta mejoría que se observa en el rendimiento académico atribuida al desayuno de buena calidad, es vinculada a los niveles de glucemia asociados a la ingesta de los alimentos, proceso en el cual los nutrientes mejoran la capacidad cognitiva, intelectual y la memoria7. La mayor inclusión de lácteos, legumbres, cereales integrales, frutas y verduras en la dieta, mejoran en forma sustancial la ingesta de los nutrientes deficitarios, disminuyéndose los altos niveles de azúcares y grasas saturadas. Así se establece que la leche y sus derivados son alimentos de alto valor nutricional, fuentes de proteínas, vitaminas y minerales, especialmente de calcio y por tanto potenciadores del rendimiento15. En este contexto, se hacen relevantes los estudios que relacionan el tipo de alimento consumido, con el rendimiento académico. Los resultados del estudio realizado por Burrows2 demuestran que los comportamientos dietéticos están asociados con un mayor rendimiento académico. El mayor consumo de vegetales en la cena (7 noches/semana) se asoció significativamente con puntajes de prueba más altos en los dominios de ortografía y escritura. El aumento en el consumo de bebidas azucaradas se asoció con puntajes significativamente más bajos en lectura, escritura, gramática/puntuación y aritmética. Similarmente, un estudio realizado en estudiantes de quinto grado demostró una asociación entre la calidad de la dieta y el rendimiento académico e identificó factores dietéticos específicos que contribuyen a esta asociación16. También existe evidencia de que la calidad del desayuno habitual, tiene un efecto positivo en el rendimiento académico de los niños con efectos más claros en las calificaciones de matemáticas y aritmética en niños desnutridos17. Paralelamente, de acuerdo al estudio de Morales y col., los grupos de estudiantes que consumen desayunos de buena calidad son asociados con calificaciones más altas en matemáticas, química y ciencias sociales, en comparación con estudiantes que no consumen desayuno. Aunque las calificaciones de educación física, biología e idiomas fueron más altas en este último grupo en comparación con los grupos de desayuno de calidad4 7. En un estudio dietético utilizando un registro de alimentos de 7 días, se evaluó la aptitud escolar mediante el Scholastic Assessment Test (SAT-1). En este caso, un desayuno de mejor calidad predijo significativamente un mejor razonamiento y puntajes totales18.
En este contexto, este trabajo tiene como objetivo estudiar la relación existente entre el hábito/calidad de desayuno y el rendimiento académico en los estudiantes de Técnico de Nivel Superior en Enfermería (TNSE) de la Universidad Adventista de Chile (UnACh)
Materiales y métodos
Este es un estudio cuantitativo, descriptivo, transversal. El universo correspondió a 39 estudiantes de la Universidad Adventista de Chile, de segundo año del programa de Técnico de Nivel Superior en Enfermería (TNSE), que cursaron las asignaturas troncales de Anatomía y Fisiología, Enfermería en Urgencias y Principios de Farmacología entre los años académico 2016-2017.
A cada participante se le explicó la naturaleza e intención del estudio, obteniéndose de todos ellos el consentimiento informado. El protocolo del estudio fue aprobado por el Comité Ético Científico de la UnACh.
El cuestionario utilizado fue autoadministrado para conseguir información sobre los factores que influyen en la alimentación, considerando: hábito de desayuno (costumbre familiar, disponibilidad de tiempo, motivo para no desayunar), grupos de alimentos consumidos en el desayuno (cereales, frutas y lácteos), frecuencia del consumo de alimentos y otros factores socioacadémicos (estudiante que trabaja, vive con la familia, diagnóstico de problemas de aprendizaje). El cuestionario se adaptó a partir de las encuestas utilizadas por Bicental y col. 3
Los resultados se expresaron para la totalidad de alumnos estudiados. La información se procesó mediante el programa SPSS v.21. Los resultados en las distintas categorías de las variables cualitativas, se expresaron en tablas de frecuencia y porcentaje. Las variables cuantitativas se expresaron en términos de la media y desviaciones estándar (DE). Las asociaciones entre las variables y los factores considerados se evaluaron con el test estadístico exacto de Fisher.
Luego de determinar la normalidad de las variables, se utilizó la Kruskal-Wallis para determinar la relación entre las variables. El nivel de significación estadística que se empleó en todos los casos fue de p<0.05.
Resultados
La población encuestada estaba constituida por 39 alumnos de ambos sexos: 32 (82.1%) del sexo femenino y 7 (17.9%) del sexo masculino. La edad media de los estudiantes, adultos jóvenes en su mayoría, fue de 22 años.
Al evaluar el estado nutricional, se observó que 17 estudiantes (45.9%), presentaban un IMC dentro de los parámetros normales, 14 estudiantes presentaban sobrepeso (37.8%) y 6 estudiantes (16.2%) obesidad. Lo cual claramente indica que muchos de los estudiantes requieren asistencia nutricional por exceso de peso. Respecto al estado nutricional se observó que la media en relación al peso fue de 69.67 kilos, con una estatura promedio de 1.63 mts, apreciándose que los estudiantes presentaban un IMC promedio de 26.17, lo cual es un indicador de sobrepeso.
La tabla 1, es un resumen de la situación de los estudiantes de TNSE que cursan sus asignaturas troncales, en ella se aprecia cuáles fueron sus calificaciones y desempeño durante el año cursado.
En una escala de 1 a 100 puntos, la media de los estudiantes respecto a sus calificaciones varía en un rango entre 53.9 y 61.0, en todas las asignaturas durante los dos últimos años. Un alto número de estudiantes reprobaron la asignatura la primera vez de cursado, principalmente en la asignatura de Principios de Farmacología, con 26 y 12 alumnos reprobando el año 2016 y 2017, respectivamente, seguido por la asignatura de Anatomía y Fisiología, con 13 y 7 alumnos en cada año. Observándose también el caso de estudiantes que luego de cursar, terminan finalmente perdiendo la carrera, lo cual puede estar asociado a las altas tasas de reprobación de 1 o más veces en estas asignaturas troncales.
Rendimiento académico | Anatomía y Fisi ología | Principios de Farma cología | Enfermería en Ur gencias | |||
2016 | 2017 | 2016 | 2017 | 2016 | 2017 | |
N=52 | N=31 | N=22 | N=25 | N=22 | N=49 | |
Calificación (promedio) | 55.9 | 57.3 | 59.6 | 54.2 | 61.0 | 53.9 |
Cantidad de estudiantes que perdió la asignatura alguna vez | 16 | 8 | 26 | 12 | 1 | 12 |
Cantidad de estudiantes que pierden la asignatura 1 vez | 13 | 7 | 26 | 12 | 1 | 12 |
Cantidad de estudiantes pierden la asigna- tura 2 veces | 3 | 1 | 0 | 0 | 0 | 0 |
Promedio de veces que los estudiantes pierden la asignatura | 0.37 | 0.29 | 1.18 | 0.48 | 0.05 | 0.24 |
Promedio de veces que los estudiantes repitentes pierden la asignatura | 1.19 | 1.13 | 1 | 1 | 1 | 1 |
Cantidad de estudiantes que cursó y per- dió la carrera | 11 | 1 | 1 | 1 | 2 | 4 |
Cantidad de estudiantes que cursó y se retiró de la carrera | 9 | 6 | 8 | 4 | 0 | 1 |
Fuente: Elaboración propia
El 53.8 % de los estudiantes encuestados no toman desayuno en casa. El principal motivo por el cual los alumnos manifestaron no desayunar, fue la falta de tiempo (57.1%) En segundo término, los estudiantes argumentaron la falta de apetito (14.3%); el 8.6% de los estudiantes manifestaron que la falta de hábito era la causa, mientras que solo un 2.9% indica la somnolencia como la razón para no desayunar. Este último resultado contrasta con el 69.2% que señala tener dificultad para levantarse en las mañanas.
Además, se destaca que aproximadamente un 37% de los estudiantes trabaja además de estudiar en la universidad.
Adicionalmente, la encuesta reveló que un 52.2% de los alumnos, considera que tiene problemas de atención y memoria en primera hora de la mañana, aun cuando el mismo porcentaje se siente despierto durante la primera hora de clases. El test de Fisher no demostró relación entre las variables “Desayuno Regular” y “Consideras que tienes problemas de atención o memoria” (p=1.0), así como tampoco entre las variables “Desayuno Regular” y “Sentirse despierto” durante las clases de la primera hora del día (p=0.516).
El análisis de los factores que podrían afectar la frecuencia semanal de desayuno, mostró que no había asociación entre las variables “Desayuno Regular” y “Dificultad para levantarse durante las mañanas” (p=0.488). Aun así, en la figura 1 , se puede observar que un 59.3% de estudiantes que no desayunan regularmente, presenta dificultad para levantarse durante las mañanas.
Casi un 70% de los estudiantes omitía su desayuno por diferentes razones, incluyendo cuestiones de tiempo o razones económicas, mientras un 62.5 % de los estudiantes encuestados que no desayunan regularmente, tiene dificultades para sentirse despierto durante las clases de la primera hora.
Los grupos de alimentos consumidos por los estudiantes en el desayuno, se muestran en la tabla 2. Un 73.5% de los encuestados consume cereales (en forma de grano: avena, o productos derivados: pan y granola) al menos 4 días a la semana, mientras que un 54.5% solo consume frutas al desayuno 3 días o menos por semana. El consumo de leche y sus derivados más de 3 días por semana se eleva a 61.7% entre los encuestados. Entre los alimentos consumidos en estos grupos (figura 2) se destaca el consumo de pan (66.7%), plátano (46.2%) y leche (30.4%).
En relación con estos resultados, y de acuerdo a la definición de calidad para el desayuno (ver Sección Introducción), del total de estudiantes encuestados solo 15% realizan un desayuno de buena calidad. En los resultados de la tabla 3, también se observa que el consumo de cereales todos los días es inferior al 40%, a la vez que el consumo diario de fruta y lácteos no llega al 25% en los estudiantes encuestados.
Grupo de alimentos | Categoría | Frecuencia | Porcentaje |
Cereal | Siempre (7 días) | 13 | 38.2 |
Muchas veces (4-6 días) | 12 | 35.3 | |
Pocas veces (1 a 3 días) | 9 | 26.5 | |
Fruta | Siempre (7 días) | 6 | 18.2 |
Muchas veces (4-6 días) | 9 | 27.3 | |
Pocas veces (1 a 3 días) | 18 | 54.5 | |
Lácteos | Siempre (7 días) | 8 | 23.5 |
Muchas veces (4-6 días) | 13 | 38.2 | |
Pocas veces (1 a 3 días) | 13 | 38.2 |
Fuente: Elaboración propia
En cuanto a la posible influencia de la calidad del desayuno sobre el rendimiento académico, se ha recogido en la tabla 3 el valor medio de las calificaciones obtenidas por los alumnos según la calidad del desayuno ingerido. En esta tabla se aprecia para todas las asignaturas, rangos promedios y medias similares respecto a las calificaciones obtenidas en cada grupo de ingesta matutina. Consecuentemente con esto, la prueba Kruskal Wallis no demostró relación entre las variables “Calidad del desayuno” y la media de calificaciones en las diferentes asignaturas (p>0.05)
Discusión
La etapa universitaria, se caracteriza por un proceso de cambios físicos y psicológicos de la adolescencia a la edad adulta, donde el estudiante se enfrenta a nuevos desafíos, dificultades, nuevas amistades y alejamiento de la familia por estudiar lejos del hogar. Todo esto lo hace ser un individuo independiente; la autonomía y la responsabilidad son ahora una forma especial de ver la vida, se toman decisiones del cómo, qué, dónde y cuándo comer. Generalmente, los universitarios, suelen alimentarse de forma no saludable y presentan hábitos de salud inapropiados, que permite el riesgo de las patologías crónicas no trasmisibles como: obesidad, diabetes y enfermedad cardíaca19. Si bien se podría dar el caso de que los jóvenes de mayor edad tienen mayor conocimiento y mayor información en sus hogares, sobre los alimentos que integran un desayuno saludable y la importancia del mismo, se considera que el conocimiento por sí solo respecto a cómo y por qué comer de forma saludable, no siempre permite a las personas adoptar comportamientos acordes a este20. Existen diversas investigaciones que refuerzan la importancia del desayuno, debido a su efecto positivo sobre las funciones cognoscitivas y el equilibrio nutricional del organismo21. Otros estudios vinculan el desayuno con un correcto funcionamiento cognitivo, el que influye específicamente en aspectos como la atención, la concentración, el comportamiento en clases y el rendimiento académico, entre otros7. En el estudio de Córdoba y col.15 los alumnos que asistían a los centros educativos sin desayunar, o con un desayuno incompleto, tenían menor rendimiento físico, menor capacidad de atención y concentración, en comparación con aquellos que habían consumido un desayuno de mejor calidad. Un desayuno equilibrado y completo, permitiría evitar consecuencias negativas observadas por muchos docentes como son la falta de atención, cansancio y somnolencia2,16,17.
Con respecto al IMC de los alumnos, aproximadamente el 58% de los estudiantes encuestados no toman desayuno en casa. El principal motivo por el cual los alumnos manifestaron no desayunar fue la falta de tiempo, lo que concuerda con la mayoría de los estudios en el tema1. En segundo término, los estudiantes argumentaron la falta de apetito. El 8.6% de los estudiantes manifestaron que la falta de hábito era la causa, mientras que solo un 2.9% indica la somnolencia como la razón para no desayunar. Este último resultado contrasta con el 69.2% que señala tener dificultad para levantarse en las mañanas.
Además, se destaca que aproximadamente un 37% de los estudiantes trabaja además de estudiar en la universidad, lo que podría elevar el nivel de estrés, influyendo en su rendimiento académico22.
Adicionalmente, la encuesta reveló que un 52.2% de los alumnos considera que tiene problemas de atención y memoria en primera hora de la mañana. Para explicar estos fenómenos, es necesario recalcar que, dentro de sus horarios habituales, los alumnos tienen un tiempo durante el inicio de la jornada de estudio, en el cual pueden comprar alimentos en la cafetería de la universidad, pudiendo de todas formas consumir algún alimento tipo colación durante el transcurso de la mañana, sin que este consumo corresponda necesariamente a un desayuno saludable, pero si a una ingesta calórica que podría aumentar su rendimiento parcialmente. Otros factores que podrían influir, especialmente en la falta de concentración son los llamados distractores pedagógicos, tales como el teléfono celular que constantemente es consultado por los estudiantes en los períodos de clases, lo que dificultaría que el estudiante se enfoque en la cátedra e impediría que el docente obtenga la atención del mismo, lo que podría estar sumado a problemas de aprendizaje o déficit atencional23. Esto último podría estar relacionado con la alta percepción entre los estudiantes encuestados que no desayunan regularmente y dicen poseer problemas de atención o memoria.
La dificultad para levantarse puede explicarse de manera transversal, por el alto porcentaje de exigencia que tiene este programa de estudios, con una duración de 4 semestres, los que incluyen periodos de prácticas, que comienzan en el primer semestre de sus estudios hasta el término de su carrera. Las exigencias solicitadas y la falta de algunos recursos económicos que los obligan a trabajar, pueden influir en estos resultados. En un trabajo similar realizado en Chile por Amigo, Bustos y Pizarro24 casi un 70% de los estudiantes omitía su desayuno por diferentes razones, incluyendo cuestiones de tiempo o razones económicas.
En relación a los resultados en cuanto a los grupos de alimentos consumidos por los estudiantes en el desayuno tabla 2, estos coinciden con las preferencias de consumo de una familia chilena de acuerdo al estudio realizado por Amigo y col.24 El bajo porcentaje de alumnos que consumen un desayuno de buena calidad (15%), puede asociarse con deficiencia en el consumo de frutas y verduras, y en la disminución de micronutrientes tales como hierro y vitaminas como la A, C y B12. La dieta puede cubrir su gasto energético y las recomendaciones para macronutrientes, pero no así para algunos micronutrientes. El exceso de grasas saturadas y el elevado consumo de azúcares simples, advierte la necesidad de promover en ellos una alimentación, que prevenga la aparición de obesidad y enfermedades cardiovasculares en la edad adulta25.
Los resultados de la tabla 2, donde se observa que el consumo diario de fruta y lácteos no llega al 25% y que el consumo de cereales todos los días es inferior al 40%, son similares a los resultados de Amigo y col.24 donde se observó que los estudiantes no tenían una ingesta variada de diversos alimentos, por lo que no se constituía en un desayuno de calidad. Igualmente, en un estudio realizado en Ecuador se observó que los escolares que consumían un desayuno de buena calidad, tenían un rendimiento académico más elevado, en comparación con otros niños que no desayunaban o lo hacían de manera incompleta25.
En relación a la posible influencia de la calidad del desayuno sobre el rendimiento académico tabla 3, donde la prueba Kruskal Wallis aplicada a los resultados, no demostró relación entre las variables “Calidad del desayuno” y la media de calificaciones en las diferentes asignaturas (p>0.05), el trabajo de Torres y col.26 presenta resultados similares. En este estudio tampoco se encontró ninguna correlación entre la ingesta de desayuno y el rendimiento académico en estudiantes de Extremadura.
Asignaturas Troncales | Ingesta matutina | N | Media | Rango promedio | P |
Anatomía y Fisiología | Desayuno completo | 17 | 62,3 | 19,09 | 0,842 |
Desayuno buena calidad | 9 | 64,2 | 21,22 | ||
Desayuno mejorable calidad | 6 | 62,3 | 23,00 | ||
Desayuno insuficiente calidad | 7 | 59,1 | 18,07 | ||
Total | 39 | 62,2 | |||
Principios de Farmacología | Desayuno completo | 17 | 64,6 | 22,68 | 0,277 |
Desayuno buena calidad | 9 | 62,1 | 22,00 | ||
Desayuno mejorable calidad | 6 | 60,0 | 16,75 | ||
Desayuno insuficiente calidad | 7 | 58,6 | 13,71 | ||
Total | 39 | 62,2 | |||
Enfermería en Urgencias | Desayuno completo | 17 | 65,4 | 17,71 | 0,231 |
Desayuno buena calidad | 9 | 75,1 | 26,89 | ||
Desayuno mejorable calidad | 6 | 65,7 | 18,50 | ||
Desayuno insuficiente calidad | 7 | 66,3 | 18,00 | ||
Total | 39 | 67,8 | |||
Promedio de las tres asignaturas troncales | Desayuno completo | 17 | 64,8 | 20,32 | 0,337 |
Desayuno buena calidad | 9 | 67,3 | 24,94 | ||
Desayuno mejorable calidad | 6 | 62,7 | 17,58 | ||
Desayuno insuficiente calidad | 7 | 61,3 | 14,93 | ||
Total | 39 | 64,4 |
Elaboración propia
También es necesario considerar la existencia de otras variables no estudiadas en profundidad y que podrían generar confusión en los resultados obtenidos en este trabajo, tales como aspectos socioeconómicos o familiares, la disponibilidad de tiempo para estudiar, sobrecarga laboral, en el caso de estudiantes que trabajan y la cantidad de horas de descanso. Los estudiantes universitarios suelen tener una alimentación desequilibrada, monótona e insuficiente en cantidad y calidad de nutrientes por una selección y consumo de alimentos inadecuados. Esto concuerda con lo presentado en el mundo universitario, donde se describe que muchos estudiantes no tienen la experiencia de comprar sus alimentos, planificar y preparar sus comidas, sobre todo si viven lejos de sus casas22.
Conclusiones
Los resultados de la presente investigación muestran que solo el 15% de los estudiantes, es decir 5 personas, consumen los tres grupos de alimentos cada día. La prueba Kruskal Wallis, no demostró relación entre las variables “Calidad del desayuno” y la media de calificaciones en las diferentes asignaturas, por lo que no es posible relacionar directamente el rendimiento académico de los estudiantes de TNSE, con la calidad del desayuno.
Este resultado que podría estar influenciado por la existencia de otros factores, tales como aspectos socioeconómicos o familiares, la disponibilidad de tiempo para estudiar y la necesidad de trabajar, pues la falta de tiempo para desayunar temprano y la dificultad para levantarse, son aspectos que fueron encontrados en la mayoría de los estudiantes de este estudio. En vista del contexto de esta investigación, en donde un 53.8% de los estudiantes no toma desayuno, se recomienda a los estudiantes, alimentarse con un desayuno completo, rico en diversidad de alimentos, creando el hábito de desayunar diariamente, programándose para poder preparar el desayuno durante las mañanas antes de empezar sus jornadas, con tal de mejorar los problemas de atención y memoria que cerca del 60% de los estudiantes presentó. En cuanto a la casa de estudios a la que pertenecen, se sugiere comenzar con educación y promoción para la salud (talleres, jornadas, exposiciones), fomentando el hábito de desayunar y presentándose los resultados de esta investigación, como evidencia de la necesidad de mejorar la calidad de vida en los estudiantes que serán profesionales de la salud, encargados en el futuro de promocionar estilos de vida saludables.
Algunas importantes limitaciones de este estudio son por ejemplo, la posibilidad de confusión por variables no medidas, como el ingreso que no estaba disponible dentro del conjunto de datos. Dado que la escasez de dinero para comprar alimentos, puede influir en el no consumo de desayuno o un desayuno de mala calidad. Otra limitación puede ser la muestra utilizada, que si bien corresponde a casi el total de los estudiantes de la cohorte estudiada, es un número pequeño dentro de la población universitaria. Otra limitación es que la encuesta se basa en datos autoinformados por lo que existe un riesgo de sesgo. Finalmente el diseño transversal de este estudio limita la posibilidad de hacer inferencias causales sobre las relaciones observadas.
Una investigación futura debería indagar los mecanismos por los cuales el hábito de desayunar y los resultados académicos están vinculados; discernir cómo promover el consumo de desayuno entre los estudiantes. La principal fortaleza de esta investigación, es que, a pesar de no haber encontrado una correlación significativa entre los factores estudiados, pone en evidencia algunos hábitos perniciosos para la salud de los estudiantes. Además, apoya la planificación y ejecución de programas de nutrición eficaces para los estudiantes y que tengan el potencial de promover y mejorar el acceso de los estudiantes al consumo de alimentos saludables, que permitan mejorar la calidad de su dieta, su rendimiento académico y su salud.