Introducción
La pandemia ocasionada por el nuevo coronavirus conocido como SARS-CoV-2 (COVID 19), surgió a finales del mes de diciembre de 2019 en Wuhan, China1,2, esta enfermedad de tipo viral fue una emergencia sanitaria mundial debido a su rápida propagación entre la población en general y un verdadero problema de salud pública por los riesgos y consecuencias que genera para la salud personal, familiar, grupal y comunitaria1,2.
Para limitar la diseminación del virus SARS-CoV-2, fue necesaria la implementación en todo el planeta de medidas estrictas de seguridad, que salvaguardaran la integridad del ser humano, estableciendo como estrategias primordiales la sana distancia y el confinamiento social2, estas medidas impactaron considerablemente el entorno social, laboral y escolar. A nivel social se limitó principalmente la interacción y comunicación asertiva, laboralmente se perdieron empleos y la economía se deterioró, en el sistema escolar, los escenarios de aprendizaje se modificaron y se tuvieron que implementar nuevas estrategias de enseñanza, pasando de una educación presencial a una educación virtual o en línea1,2.
Todos estos cambios originados de manera abrupta, generaron múltiples situaciones vinculadas a estrés social, crisis de ansiedad, síntomas depresivos, episodios de soledad, trastornos del sueño, inclusive en algunos casos pensamientos suicidas3,4y en muchos otros, exposición al consumo de drogas lícitas como tabaco y alcohol e ilícitas como mariguana y cocaína4,5,6.
En este sentido, el consumo de drogas lícitas e ilícitas constituye una verdadera problemática que tiene que ser abordada desde una perspectiva biopsicosocial, derivado de su múltiple etiología y las repercusiones que originan, ya que el SARS-CoV-2 afecta diversos órganos y sistemas siendo el principal el pulmonar, donde ingresa y se reproduce para poder lograr su diseminación debilitando considerablemente el sistema inmunológico, aunado al consumo inadecuado de alcohol, tabaco, marihuana y cocaína que contribuyen a favorecer el contagio y elevar las tasas de morbimortalidad de la población en general7,8.
En México la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición sobre Covid-19 (ENSANUT) identifico que el grupo etario comprendido de 10 a 19 años, existe una prevalencia de consumo de tabaco del 4.7%, de los cuales el 1.2% fuma diario y el 3.5% fuma de manera ocasional, por género los hombres presentan mayor consumo de tabaco con un 7.4%, siendo el 1.9% adolescentes y de los cuáles el 1.2% fuman diario y el 0.3% son mujeres que replican este patrón de consumo9.
Respecto al consumo de alcohol, la evidencia científica demuestra que en el último año se reportó una prevalencia de consumo en el último año de 21.3%, en el último mes de 8.5% y en la última semana de 3.2%, destacando que por género los hombres presentaron un mayor consumo de alcohol en el último año con 23.4% en comparación con el género femenino que fue del 19.2%, esta misma tendencia se observó en la prevalencia de consumo en el último mes (9.2% y 7.8%) y en la prevalencia de consumo en la última semana (5.2% y 1.1%) respectivamente9,10,11.
Referente al consumo de mariguana y cocaína, las principales encuestas en México evidenciaron que el inicio del consumo de estas sustancias tóxicas en los adolescentes se presenta antes de los 18 años de edad, destacando el uso de la marihuana con un 5.3% y cocaína con un 1.3% como las drogas ilícitas más usadas por los adolescentes11. Es importante mencionar que existe escasa evidencia del consumo de drogas ilícitas en población adolescente mexicana en tiempos de COVID-19, sin embargo, la Comisión Nacional Contra las Adicciones [CONADIC] efectuó un estudio, en personas mayores de 18 años de edad, donde se encontró que el 20.2% de los hombres y 11.2% de las mujeres consumió mariguana, asimismo, se observó que el 16% de los hombres y el 9% de las mujeres consumieron cocaína12.
Los datos antes citados, permiten observar que los adolescentes es uno de los grupos poblacionales con mayor vulnerabilidad para la adquisición de hábitos de consumo de drogas lícitas e ilícitas debido a la accesibilidad y control inadecuado de las mismas, aunado a que durante esta etapa de crecimiento y desarrollo9,10,11,12 se desencadenan grandes cambios físicos, psicológicos, sociales y culturales, que marcan el establecimiento de conductas saludables o no saludables que serán replicadas durante la edad adulta13,14, por lo que los efectos ocasionados por la pandemia de COVID-19, propician alteraciones comportamentales que ponen en riesgo la integridad del adolescente9,10,11,12.
Es importante señalar que actualmente son escasos los estudios localizados en el contexto nacional e internacional sobre el consumo de drogas lícitas e ilícitas en tiempos de COVID-19, específicamente en adolescentes mexicanos, por lo que resulta trascendental tener un acercamiento al fenómeno de estudio que permita obtener un panorama general sobre su comportamiento en esta población específica, los hallazgos en un futuro corto, permitirán el establecimiento de estrategias preventivas que coadyuven a prevenir, limitar, reducir o erradicar el consumo de drogas. Por tal motivo el objetivo del presente estudio se enfocó en conocer el consumo de tabaco, alcohol, mariguana y cocaína en adolescentes mexicanos en tiempos de COVID-19.
Material y Métodos
Estudio cuantitativo, descriptivo, transversal15, efectuado durante el periodo agosto 2020-febrero 2021. La muestra se seleccionó mediante un procedimiento no probabilístico por conveniencia y fue integrada por 265 adolescentes mexicanos entre 12 y 19 años de edad, de ambos sexos que contestaron el cuestionario a través de las principales redes sociales mediante invitación abierta (Facebook, Twitter, WhatsApp, Messenger y Telegram) durante agosto 2020-febrero 2021.
El estudio se apegó a lo dispuesto en el Reglamento de la Ley General de Salud en Materia de Investigación para la Salud16, además se contó con la aprobación del Comité de Ética y de Investigación perteneciente a la institución educativa de nivel superior donde se llevó a cabo el estudio. Los instrumentos de recolección de la información se aplicaron en línea mediante la plataforma digital Survey Monkey., caracterizada por la aplicación en línea de los instrumentos; los cuales pueden ser contestados mediante computadora y dispositivos móviles.
La invitación para participar en el estudio se realizó de manera abierta a través de redes sociales como Facebook, Twitter, WhatsApp, Messenger y Telegram, adicionalmente se aplicó la invitación directa en algunos participantes con los que se tenía contacto. Se entregó de manera física o virtual el asentimiento informado a los adolescentes participantes menores de edad y el consentimiento a los adolescentes participantes mayores de edad, antes de iniciar con el llenado de los instrumentos se presentó en la misma plataforma el objetivo de la investigación y las instrucciones de llenado de los cuestionarios, haciendo énfasis en la importancia de su participación voluntaria y totalmente anónima. En caso de existir alguna incomodidad o inconformidad durante el proceso de captura de la información por parte de los participantes, estos podían abandonar el llenado sin ninguna repercusión escolar o personal.
Los instrumentos aplicados mediante la plataforma fueron una Cédula de Datos Personales y Prevalencia de Consumo de Drogas (CDPPD) que recabó información sociodemográfica de los adolescentes, respecto al estado en que radica, edad, genero, ocupación, nivel educativo y con quien reside, además de indagar las prevalencias de consumo de tabaco, alcohol, mariguana y cocaína, así como edad de inicio y cantidad de consumo de estas drogas.
Los datos se procesaron mediante el paquete estadístico SPSS versión 23.0, utilizando la estadística descriptiva para frecuencias, proporciones y medidas de tendencia central o variabilidad, también, se aplicó la prueba de Kolmogorov- Smirnov con corrección de Lilliefors; con base a la naturaleza de las variables y la prueba de Chi Cuadrada para analizar las diferencias de consumo de sustancias por género.
Resultados
Referente al perfil sociodemográfico de los participantes, en la Tabla 1, se puede observar que un 74.7% de los participantes pertenecen al género femenino (siendo una de las poblaciones a las que más se en cuesto la disciplina de enfermería la cual es caracterizada por prevalecer el sexo femenino), contando la mayoría entre 16 y 19 años de edad (91.5%). El 81.1% de los adolescentes desempeñan únicamente el rol de estudiante, de los cuales el 88.5% cursa actualmente el nivel educativo superior. Cabe mencionar que el 97.7% de los adolescentes son solteros, 65.7% residen con ambos padres y 94.7% no son hijos únicos.
Variable | f | % |
Género | ||
Hombre | 67 | 25.3 |
Mujer | 198 | 74.7 |
Edad | ||
12-13 | 17 | 6.6 |
14-15 | 5 | 1.9 |
16-19 | 243 | 91.5 |
Estado civil | ||
Casado | 1 | .4 |
Unión libre | 4 | 1.9 |
Soltero | 259 | 97.7 |
Ocupación | ||
Estudia | 215 | 81.1 |
Trabaja y estudia | 47 | 17.7 |
Ni trabaja, ni estudia | 2 | .8 |
Trabaja | 1 | .4 |
Vive actualmente con | ||
Ambos padres | 175 | 65.7 |
Solo con mi mamá | 72 | 27.2 |
Amigos u otras personas | 13 | 4.9 |
Solo con mi papá | 6 | 2.3 |
Tiene hermano | ||
Si | 250 | 94.7 |
No | 15 | 5.3 |
Fuente: Elaboración propia
Por otra parte, en la Tabla 2 se muestra que la mayoría de los adolescentes pertenecen al estado de Sinaloa (59.2%), seguido de Campeche (30.9%) y en menor proporción a los estados de Chiapas (0.85) y Nayarit (0.8%).
Variable | f | % |
Sinaloa | 157 | 59.2 |
Campeche | 82 | 30.9 |
Tabasco | 6 | 2.3 |
Baja california Sur | 5 | 1.9 |
Veracruz | 5 | 1.9 |
Durango | 3 | 1.1 |
Yucatán | 3 | 1.1 |
Chiapas | 2 | 0.8 |
Nayarit | 2 | 0.8 |
En la tabla 3 se aprecia que los adolescentes tienen un promedio de edad de 17.8 años (DE = 1.7), en promedio iniciaron a consumir alcohol a los 16.7 años de edad (DE = 1.7); tabaco a los 16.8 años de edad (DE = 1.5); marihuana a los 17 años de edad (DE = 1.4) y cocaína a los 17.3 años de edad (DE = 1.8). En lo que concierne al consumo de sustancias, se evidenció que el promedio de consumo de bebidas alcohólicas en un día típico es de 3.3 (DE= 3.1), mientras que la media de consumo de cigarrillos fumados en un día típico es de 2.2 (DE = 1.3) y la media del consumo de marihuana fue de 1.2 (DE = 0.4) y la de cocaína de 2.5 (DE = 2.3).
Valor | ||||||
Variable | n | M | Mdn | DE | Mínimo | Máximo |
Edad | 265 | 17.8 | 18.0 | 1.7 | 12 | 19 |
Edad de inicio del consumo de alcohol | 177 | 16.7 | 17.0 | 1.7 | 5 | 19 |
Cantidad de bebidas consumidas en un día típico | 177 | 3.3 | 2.0 | 3.1 | 1 | 10 |
Edad de inicio del consumo de tabaco | 49 | 16.8 | 17.0 | 1.5 | 12 | 19 |
Cantidad de cigarros consumidos en un día típico | 49 | 2.2 | 2.0 | 1.3 | 1 | 6 |
Edad de inicio del consumo de marihuana | 19 | 17.0 | 17.0 | 1.4 | 14 | 19 |
Número de veces que consume marihuana en un día típico | 19 | 1.2 | 1.0 | .44 | 1 | 2 |
Edad de inicio del consumo de cocaína | 9 | 17.3 | 18.0 | 1.8 | 15 | 19 |
Número de veces que consume cocaína en un día típico | 9 | 2.5 | 1.5 | 2.3 | 1 | 7 |
Fuente: Elaboración propia
La tabla 4 muestra las prevalencias del consumo, donde se puede constatar que el 66.8 % de los participantes han consumido alcohol alguna vez en la vida, de los cuales el 49.9% ha consumido alcohol en el último año. En relación a la prevalencia del consumo de tabaco se encontró que el 18.5% han consumido cigarrillos al menos una vez en la vida y solo el 13.6% lo consumió en el último año. En cuanto a la prevalencia del consumo de marihuana se identificó que, el 7.2% de los adolescentes han consumido marihuana alguna vez en la vida y solo el 3.8% consumió en el último año. Mientras que la prevalencia del consumo de cocaína alguna vez en la vida y en el último año se reportó en 3.4% y 1.9% respectivamente.
Consumo de drogas | Alguna vez en la vida | En el último año | En el último mes | En la última semana | |||||
f | % | f | % | f | % | f | % | ||
Alcohol | |||||||||
Si | 177 | 66.8 | 131 | 49.9 | 65 | 24.5 | 26 | 9.8 | |
No | 88 | 33.2 | 134 | 50.6 | 200 | 75.5 | 239 | 90.2 | |
Tabaco | |||||||||
Si | 49 | 18.5 | 36 | 13.6 | 13 | 4.9 | 6 | 2.3 | |
No | 216 | 81.5 | 229 | 86.4 | 252 | 95.1 | 259 | 97.7 | |
Marihuana | |||||||||
No | 19 | 7.2 | 10 | 3.8 | 3 | 1.1 | 1 | 0.4 | |
Si | 246 | 92.8 | 255 | 96.2 | 262 | 98.9 | 264 | 99.6 | |
Cocaína | |||||||||
Si | 9 | 3.4 | 5 | 1.9 | 2 | 0.8 | 0 | 0 | |
No | 256 | 96.6 | 260 | 98.1 | 263 | 99.2 | 265 | 100 |
Fuente: Elaboración propia
En la tabla 5 se muestran los análisis de comparación de prevalencias del consumo de alcohol, tabaco, marihuana y cocaína en función del género, se puede apreciar que en ninguna de las medidas de prevalencia del consumo de alcohol y tabaco se encontraron diferencias estadísticamente significativas (p>.05). Esto significa que el porcentaje de hombres y mujeres que consumen alcohol y tabaco es similar.
Género | |||||||
Prevalencia | Mujeres | Hombres | χ 2 | p | |||
f | % | f | % | ||||
Consumo de alcohol | |||||||
Alguna vez en la vida | Si | 135 | 68.2 | 2 | 62.7 | .682 | .409 |
No | 63 | 31.8 | 25 | 37.3 | |||
En el último año | Si | 8 | 49.5 | 33 | 89.3 | 0.001 | .973 |
No | 100 | 50.5 | 34 | 50.7 | |||
En el último mes | Si | 50 | 25.3 | 15 | 22.4 | 0.222 | .638 |
No | 148 | 74.7 | 52 | 77.6 | |||
En la última semana | Si | 19 | 9.6 | 7 | 10.4 | 0.041 | .839 |
No | 179 | 90.4 | 60 | 89.6 | |||
Consumo de Tabaco | |||||||
Alguna vez en la vida | Si | 33 | 16.7 | 16 | 23.9 | 1.729 | .189 |
No | 165 | 83.3 | 51 | 76.1 | |||
En el último año | Si | 23 | 11.6 | 13 | 19.4 | 2.586 | .108 |
No | 175 | 88.4 | 54 | 80.6 | |||
En el último mes | Si | 7 | 3.5 | 6 | 9.0 | 3.152 | 076 |
No | 191 | 96.5 | 61 | 91.0 | |||
En la última semana | Si | 3 | 4.5 | 3 | 1.5 | 0.872 | 350 |
No | 195 | 98.5 | 195 | 98.5 | |||
Consumo de marihuana | |||||||
Alguna vez en la vida | Si | 12 | 6.1 | 7 | 10.4 | 1.448 | .229 |
No | 186 | 93.9 | 60 | 89.6 | |||
En el último año | Si | 5 | 2.5 | 5 | 2.5 | 2.139 | .144 |
No | 193 | 97.5 | 62 | 92.5 | |||
En el último mes | Si | 0 | 0 | 3 | 4.5 | 5.413 | .020* |
No | 198 | 100 | 64 | 95.5 | |||
En la última semana | Si | 0 | 0 | 1 | 1.5 | 0.325 | .569 |
No | 198 | 100 | 66 | 98.5 | |||
Consumo de cocaína | |||||||
Alguna vez en la vida | Si | 3 | 1.5 | 6 | 9.0 | 8.446 | .004* |
No | 195 | 98.5 | 61 | 91.0 | |||
En el último año | Si | 1 | 0.5 | 4 | 6.0 | 5.394 | .020 |
No | 197 | 99.5 | 63 | 94.0 | |||
En el último mes | Si | 0 | 0 | 2 | 3.0 | 2.637 | .104 |
No | 198 | 100 | 65 | 97.0 | |||
En el último mes | Si | 0 | 0 | 0 | 0 | 0 | - |
No | 265 | 100 | 100 | 100 |
Fuente: Elaboración propia
Sin embargo, se reportaron diferencias estadísticamente significativas por género en el consumo de marihuana en el último mes, presentando mayor proporción de consumo el género masculino (χ2 = 5.413, p=.020). Mientras que, en la prevalencia del consumo de cocaína, se encontraron diferencias estadísticamente significativas en el consumo alguna vez en la vida (χ2 = 8.446, p = .004) y en el último año (χ2 = 5.394, p = .020), presentando mayor proporción de consumo el género masculino.
Discusión
El presente estudio permitió conocer la conducta del consumo de tabaco, alcohol, mariguana y cocaína en tiempos de covid-19 en una muestra de 265 adolescentes mexicanos. Se identificó que la media de inicio para el consumo de tabaco y alcohol es alrededor de los 16 años, mientras que para la mariguana y cocaína es a los 17 años de edad. Estos hallazgos son similares al proyecto de la ENCODAT efectuado a nivel nacional en población adolescente general, que señala que el inicio de consumo de alcohol y tabaco ocurre a los 16 años o menos, mientras que el inicio de consumo de drogas como la marihuana o cocaína ocurre alrededor de los 17 años17,18.
Esta información permite constatar que el primer contacto de los adolescentes con el tabaco y etanol se origina a edades tempranas, poniendo en riesgo el desarrollo biopsicosocial por el que cursa. Lo anterior podría dar pauta a la adquisición de conductas de riesgo vinculadas al consumo de alcohol y tabaco, las cuales se arraigan o establecen durante la juventud, replicándose de manera continua y sostenida durante la edad adulta13,19.
Por otro lado, los datos obtenidos permiten reafirmar que tanto el alcohol como el tabaco son sustancias de inicio y escalada para el consumo de otras drogas como la marihuana y cocaína, las cuales incrementan el riesgo de desarrollar un consumo excesivo o dependiente y por consiguiente repercutir a corto y mediano plazo en la salud y vida del adolescente14,20.
Respecto a las prevalencias de consumo se determinó que el consumo de alcohol y tabaco alguna vez en la vida y en el último año fueron superior en comparación a lo reportado por la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición sobre Covid-19 (ENSANUT)9y por la Encuesta Nacional de Consumo de Drogas, Alcohol y Tabaco (ENCODAT)18. Estos consumos en los adolescentes estudiantes se podrían explicar como una forma de afrontar la ansiedad y el miedo a la enfermedad del COVID-194,9, así como también para mitigar el estrés académico ocasionado por el nuevo contexto educativo (uso de las tecnologías) y a la forma de aprendizaje (online) exigida para evitar contagios durante la pandemia21,22.
Referente a la prevalencia del consumo de marihuana y cocaína se estableció un mayor consumo en comparación con los análisis reportados por la Encuesta Nacional del Consumo de Drogas, Alcohol y Tabaco (ENCODAT)11 que estima que la prevalencia del consumo de marihuana en los adolescentes, alguna vez en la vida y en el último año es de 5.3% y 2.6%, mientras que la prevalencia del consumo de cocaína alguna vez en la vida y en el último años es de 1.1% y 0.5% respectivamente, sin embargo, los resultados concuerdan con lo señalado por el Informe Mundial sobre las Drogas23, quien refiere que el consumo aumento aproximadamente del 4 % al 16 % en los Estados Unidos y del 6 % al 11 % en Europa. Cabe mencionar que, durante los tres primeros meses de 2020 hubo un aumento en la venta y compra de mariguana en el mercado negro, lo cual pudiera determinar en un futuro cercano los patrones de consumo en la población, especialmente en los adolescentes24.
Al analizar el consumo de drogas por género, se pudo constatar que el consumo de alcohol alguna vez en la vida y en el último año es mayor en las mujeres que en los varones, lo cual difiere con reportes nacionales como la ENSANUT9 y ENCODAT11 donde el consumo es mayor en los varones. A pesar de ello, los hallazgos son similares a lo reportado en España donde la prevalencia global y actual es mayor en las mujeres que en los hombres con una diferencia superior al 7%25, se ha comprobado que las mujeres que ingieren sustancias tóxicas para la salud, como tabaco y alcohol de manera frecuente y sostenida, empezaron a hacer uso de las mismas en edades más tardías en comparación con los hombres, sin embargo una vez iniciada la conducta de consumo esta se sostiene y se empieza a experimentar con otras drogas ilícitas como marihuana, cocaína y opioides26. Los resultados pudieran estar vinculados al género femenino como una forma de reducir la intensidad a la ansiedad, estrés o depresión generados por las medidas de aislamiento, no obstante, este consumo pudiera tener efectos directos e indirectos en la persona, familia y sociedad27.
Por su parte, el consumo de marihuana y cocaína es mayor en los hombres con diferencias estadísticamente significativas en relación con las mujeres, estos datos concuerdan con las aportaciones de Morales, Tuse-Medina y Carcausto28 donde los hombres son mayormente consumidores en comparación con las mujeres. Los datos muestran que el consumo de drogas continúa predominando en los hombres vinculado principalmente a procesos de aceptación social o integración a un grupo determinado29.
La Comisión Interamericana para el Control del Abuso de Drogas (CICAD)30 señala que el impacto potencial que tendrá la pandemia de COVID-19 en el consumo de sustancias psicoactivas es ambigua, dada los escases de información sobre este fenómeno, por un lado, se ha manifestado la preocupación de que el confinamiento resultará en mayores tasas de consumo de alcohol y tabaco, con especial atención en las mujeres. Mientras, que el consumo de cannabis disminuirá durante este período, por lo cual es importante el monitoreo de drogas durante el COVID-19, para comprender los cambios en los patrones de consumo de las sustancias psicoactivas30.
Conclusiones
A pesar de las medidas de seguridad establecidas a nivel mundial para limitar la propagación del virus SARS-CoV-19, recorte de libertades públicas, reducción y restricciones de la movilidad para hacer frente a la pandemia, las prevalencias del consumo de drogas lícitas e ilícitas denotan un incremento significativo, lo cual es preocupante, debido que durante la adolescencia cualquier cantidad consumida es riesgosa y dañina, siendo importante el establecimiento de estrategias preventivas que coadyuven a la erradicación de conductas de riesgo y al fortalecimiento de factores de protección.