Introducción
El consumo de bebidas alcohólicas, además de su reconocida naturaleza adictiva y su potencialidad para influir en el uso de otras sustancias, se encuentra asociado a una serie de condiciones de salud que abarcan desde lesiones, trastornos mentales y del comportamiento, hasta complicaciones gastrointestinales, diversos tipos de cáncer, enfermedades cardiovasculares, pulmonares y musculoesqueléticas, así como trastornos reproductivos y daño prenatal. Además, se ha observado una relación entre el consumo de alcohol y un mayor riesgo de parto prematuro y bajo peso al nacer1,2,3,4,5.
El uso nocivo de alcohol causa 3 millones de muertes anuales en todo el mundo, lo que equivale al 5,3% de todas las defunciones y contribuye al 5,1% de la carga global de morbilidad y lesiones, medida en años de vida ajustados por discapacidad (AVAD). Además de sus efectos sobre la salud, el consumo abusivo de alcohol tiene graves repercusiones sociales y económicas siendo responsable del 13,5% de las muertes en personas de 20 a 39 años6,7.
A nivel mundial, se registra un consumo promedio anual de alcohol puro de 6.4 litros por persona en mayores de 15 años, lo que equivale a un promedio diario de 13.9 gramos7. Este consumo varía significativamente entre países, siendo los países de mayores ingresos, en su mayoría, los que muestran un consumo más elevado. Sin embargo, hay excepciones a esta tendencia, como Argentina, donde el consumo alcanza los 9 litros por habitante al año y junto con Uruguay, se encuentra entre los países con mayor consumo de América Latina8,9.
Según datos de las últimas Encuestas Nacionales de Factores de Riesgo (ENFR), el consumo regular de alcohol en niveles de riesgo supera el 7% en la población mayor a 24 años mostrando que en el estrato más joven que abarca la encuesta (18 a 24 años) el consumo es muy superior al promedio (El criterio aplicado por las diversas ondas de la ENFR para definir la ingesta regular de riesgo en Argentina es 1 vaso diario en el caso de mujeres y 2 vasos diarios en el caso de hombres durante los últimos 30 días. En el caso del consumo episódico de riesgo, se consideraron 5 vasos o más en una misma ocasión en los últimos 30 días). En cuanto al consumo esporádico excesivo, estos porcentajes se elevan mostrando una tendencia creciente (Tabla 1).
2009 | 2013 | 2018 | |
---|---|---|---|
Regular, pob > 18 | 7.15-7.70 | 6.89-7.46 | 7.22-7.83 |
Regular, pop 18-24 | 13.70-15.75 | 10.29-12.21 | 9.76-11.88 |
Episódico, pop > 18 | 7.13-7.68 | 9.91-10.58 | 11.03-11.77 |
Episódico, pop 18-24 | 12.74-14.72 | 16.91-19.23 | 18.88-21.61 |
* Los porcentajes corresponden a cada grupo etario Fuente: elaboración propia en base a ENFR
Más allá de estas estadísticas generales, existe una preocupación creciente por el impacto del consumo de alcohol entre adolescentes los cuales constituyen un grupo demográfico particularmente vulnerable. Este segmento de la población enfrenta desafíos únicos en términos de desarrollo físico, cognitivo y emocional, haciendo que el consumo de alcohol sea especialmente preocupante por los efectos adversos que puede provocar.
En Argentina, el 77,1% de los adolescentes ha consumido alcohol por primera vez antes de cumplir los 14 años. Este consumo temprano de alcohol es el factor principal de riesgo de muerte y discapacidad en personas jóvenes, especialmente en el rango de edad de 15 a 49 años5. Frente a este contexto es imperativo comprender profundamente este fenómeno y desarrollar estrategias efectivas de prevención para proteger la salud y el bienestar de los adolescentes argentinos.
El patrón de consumo instalado entre los jóvenes argentinos es el denominado “consumo episódico excesivo de alcohol” (CEEA) en un lapso corto de tiempo o binge drinking, el cual implica la ingestión de grandes cantidades de alcohol en pocas horas: generalmente 5 o más bebidas para los varones y 4 o más para las mujeres, en un lapso de menos de 2 horas, alcanzando una concentración en sangre de 80 mg/dl o más para hombres y 60 mg/dl para mujeres10. Esto genera una problemática cada vez más frecuente entre la población juvenil; las peleas e incidentes en eventos sociales masivos11.
Una parte importante de los individuos comienzan a consumir alcohol en la adolescencia temprana, etapa que es reconocida como crítica debido a su naturaleza de transición, en la que muchos jóvenes enfrentan dificultades para manejar múltiples cambios.
Los efectos del consumo de alcohol durante la adolescencia pueden tener consecuencias extremadamente graves que afectan tanto al bienestar físico como al emocional de los jóvenes12,13,14. Además, este consumo puede tener un impacto negativo en otros aspectos esenciales de sus vidas, como su desempeño académico15 y la propensión a adoptar comportamientos arriesgados, como tener relaciones sexuales sin protección16, conducir de manera imprudente17, o participar en actos violentos o vandálicos18,19. Estas consecuencias resaltan la importancia de abordar el consumo de alcohol entre los adolescentes como una prioridad de salud pública20,21. También puede influir en la probabilidad de probar otras sustancias, debido a la falta de experiencia, la sensación de invulnerabilidad y el deseo de experimentar nuevos estados22,23.
Se han estudiado varios factores que influyen sobre los adolescentes a la hora de decidir iniciar el consumo de sustancias, y estos pueden definirse como factores de riesgo, entendidos como un atributo y/o característica que aumenta la probabilidad de que un individuo inicie o continúe utilizando sustancias psicoactivas24,25. Estos factores de riesgo pueden incluir influencias familiares, como la presencia de padres o hermanos que consumen sustancias26, así como factores sociales, como la presión de grupo y la percepción del comportamiento de los pares27,28. Además, los aspectos individuales, como la impulsividad y la búsqueda de sensaciones, también juegan un papel importante en la iniciación del consumo de sustancias en la adolescencia29. Estos factores interactúan entre sí y pueden aumentar la vulnerabilidad de los adolescentes al consumo de sustancias y a sus consecuencias negativas.
Los factores de riesgo asociados al consumo excesivo de alcohol pueden ser clasificados en: individuales, sociales/ambientales, psicológicos/emocionales, escolares/comunitarios e incluyen los siguientes aspectos:
Factores individuales: El género, la edad, la historia familiar y la personalidad del adolescente pueden influir en su consumo de alcohol.
Factores psicológicos y emocionales: El estrés, la depresión y la ansiedad pueden llevar a los adolescentes a consumir alcohol como mecanismo de afrontamiento emocional.
Factores escolares y comunitarios: El desempeño académico, las normas escolares y comunitarias pueden influir en el consumo de alcohol entre los adolescentes.
Factores sociales y ambientales: las normas culturales, el acceso al alcohol, la publicidad, ambientes favorables a la delincuencia y la marginalidad, como la influencia de amigos y padres consumidores, son determinantes clave en las decisiones de consumo de alcohol entre los adolescentes. A su vez, el nivel socioeconómico desempeña un papel crucial en este contexto, ya que puede influir en el acceso al alcohol, la preferencia por diferentes bebidas alcohólicas, la exposición a entornos propensos al consumo y las actitudes hacia este.
Factores situacionales: se refieren al cómo, cuándo y dónde se consume alcohol. En otras palabras, describen el escenario donde ocurre el consumo. Así, por ejemplo, ciertas bebidas son más consumidas en determinadas situaciones que otras (e. g. cerveza en grupo, fuera del trabajo u hogar; vino en celebraciones familiares, etc.). Los factores situacionales pueden ser considerados por fuera del individuo y vinculados a las características del estímulo, incluyendo contingencias como estar dentro o fuera del hogar. El contexto en el cual se consume alcohol puede ejercer un efecto combinado o conjunto más allá de sus elementos distintivos30. Los condicionantes situacionales son, en parte, determinantes ambientales, pero tienen una dinámica diferente de la puramente socioeconómica, al poder variar incluso en el momento del día. En el caso de los adolescentes se espera que este tipo de factor sea el predominante entre los condicionantes del consumo excesivo debido a la vulnerabilidad de este segmento poblacional al contexto, especialmente el que tiene lugar entre pares.
Disponer de datos actualizados sobre el consumo de alcohol durante la adolescencia, así como comprender los factores asociados, es fundamental para diseñar estrategias efectivas destinadas a fomentar comportamientos saludables y prevenir su consumo entre los adolescentes. En virtud de esto, el objetivo de este estudio es analizar los factores que condicionan el consumo excesivo de alcohol en adolescentes de 13 a 17 años en Argentina.
Materiales y métodos
Dado que el foco del análisis se centra en adolescentes y jóvenes, que inician en Argentina la ingesta temprana de alcohol y con tendencia creciente al abuso en situaciones episódicas, la fuente de información utilizada no será la ENFR, que tiene mayormente datos de población mayor de 18 años, sino la Encuesta Mundial de Salud Escolar (EMSE). La EMSE constituye una iniciativa conjunta de la Organización Mundial de la Salud (OMS), el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) y el Centro para el Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC) para para monitorear, con un estandar mundial, la prevalencia de conductas de riesgo y factores de protección en la población adolescente en 10 areas consideradas clave para la salud. Esta herramienta se encuentra activa desde 2003. Desde entonces se han actualizado los cuestionarios a fin de captar mejor las problemáticas de interés. Los países adherentes deben adaptar el cuestionario al contexto local sin alterar la comparabilidad de las respuestas y adoptar al menos 6 de los 10 módulos propuestos. La EMSE es implementada por las autoridades sanitarias de cada país con asistencia del staff de profesionales de la OMS y el CDC. Hasta 2022 la EMSE fue aplicada en 104 países31. Si bien la OMS recomienda realizar el monitoreo cada 4 años, la mayor parte de los países tiene solamente 1 medición. En Argentina la EMSE fue realizada en 3 oportunidades. Las bases de datos de cada uno de los 3 operativos están disponibles en línea junto con el diccionario de cógidos. En este trabajo tomamos la última edición disponible, que data de 2018 y se corresponde con la tercera realizada en el país, organizada por el entonces Ministerio de Salud y Desarrollo Social. De todos modos, a fin de indagar la tendencia en el consumo abusivo de alcohol, se analizan las cifras de las encuestas de 2007 y 2012.
La EMSE utiliza una metodología estandarizada para captar datos sociodemográficos y sobre conductas y situaciones de riesgo en la población de 13 a 17 años. El cuestionario se aplica en los lugares de estudio del universo analizado, en forma autoadministrada y anónima, con el consentimiento informado de los estudiantes, sus cuidadores y autoridades de la escuela. Los resultados son representativos a nivel nacional de la población escolarizada en el nivel medio. El diseño muestral de la EMSE fue bietápico; primero se seleccionaron al azar los centros educativos y luego las divisiones donde se invitó a participar a los estudiantes. El equipo de investigación no participó del diseño muestral ni del trabajo de campo en ninguna de sus fases. La tasa de respuesta global fue del 63% obteniéndose información de 56,981 adolescentes.
El peso de los factores condicionantes del consumo excesivo de alcohol en jóvenes fue obtenido a través de modelos de regresión logística. La variable dependiente es dicótoma y toma valor unitario si el participante reconoce haber ingerido 2 o más vasos los días que tomó alcohol en el último mes y cero en caso contrario. Usualmente un vaso suele contener aproximadamente entre 250 ml y 350 ml de bebida. La EMSE establece este umbral para cualquier tipo de bebida alcoholica sin distinción. Siguiendo con la clasificación presentada en la introducción, se consideran como factores condicionantes a cuestiones individuales, sociales/ ambientales, psicológicas/escolares y situacionales. Las variables incluidas en cada una de estas dimensiones se presentan en la Tabla 2. Las variables explicativas del consumo excesivo de alcohol fueron consideradas en bloques. Se estimó un modelo logístico por cada uno de los 4 bloques o conjuntos de regresores y luego un modelo conjunto que incluye a todos los regresores a la vez.
Variable | Etiqueta en EMSE | Definición | Proporción | Casos válidos |
---|---|---|---|---|
Consumo excesivo de alcohol | qn36 | =1 si consumió 2 vasos o más los días que bebió alcohol en el último mes (entre quienes tomaron) | 67.94 | 31298 |
Individuales | ||||
Edad | q1 | Edad en años cumplidos | 14.91 (1.36)& | 56873 |
Hombre | q2 | =1 si hombre | 47.98 | 56445 |
Bebió alcohol antes de los 14 a | qn34 | =1 si bebió alcohol antes de los 14 | 62.80 | 40736 |
Fisicamente inactivo | qn49 | =1 si inactivo físicamente | 16.62 | 55561 |
Sociales y medioambientales | ||||
Sintió hambre por falta de alimentos en ultimo mes | qn6 | =1 si tuvo hambre por no tener suficiente comida en el hogar en el último mes | 1.88 | 56482 |
Educación del padre | q59 | Máximo nivel educativo del padre o cuidador | 46769 | |
Secundaria incompleta o menos | 48.58 | |||
Secundaria completa | 27.79 | |||
Superior completo o incompleto | 23.63 | |||
Educación de madre | q60 | Máximo nivel educativo del padre o cuidador | 49161 | |
Secundaria incompleta o menos | 41.41 | |||
Secundaria completa | 28.56 | |||
Superior completo o incompleto | 30.03 | |||
Cuidadores fuman | qn33 | =1 si cuidadores fuman | 32.93 | 56143 |
Psicológicos | ||||
Cuidadores entienden sus problemas | qn56 | =1 si padres/cuidadores siempre o casi siempre entendieron sus problemas o preocupaciones reciente en el último mes | 41.46 | 54608 |
Cuidadores no desprecian ni subestiman | qn80 | =1 si padres/cuidadores nunca o rara vez lo menospreciaron o subestimaron en el último mes | 71.79 | 54699 |
Cuidadores exigen demasiado | qn81 | =1 si padres/cuidadores le exigieron demasiado en el último mes | 30.73 | 54642 |
Se sintió solo siempre o casi siempre | qn22 | =1 si se sintió solo siempre o casi siempre en el último año | 16.86 | 56615 |
Padeció intimidación en la escuela | qn66 | =1 si fue intimidado/a en la escuela | 21.35 | 55742 |
Situacionales | ||||
Bebida alcohólica habitual | q73 | Tipo de bebida que consume habitualmente: | 52778 | |
No consume | 36.01 | |||
Cerveza | 14.48 | |||
Vino | 7.22 | |||
Fernet | 22.24 | |||
Bebidas fuertes | 8.67 | |||
Aperitivos | 5.93 | |||
Otro | 5.45 | |||
Con quien suele beber alcohol | q74 | Con quien consume habitualmente alcohol: | 52995 | |
No consume habitualmente | 35.53 | |||
Amigos | 51.55 | |||
Familia | 10.02 | |||
Conocido eventual | 0.68 | |||
Solo | 2.22 | |||
Acceso en comercios | q75 | En el último mes ¿alguien se negó a venderle alcohol debido a su edad?* | 55867 | |
No intentó comprar alcohol | 61.38 | |||
Sí, alguien se negó a venderle | 10.49 | |||
Nadie le impidió comprar alcohol por su edad | 28.12 | |||
Vio anuncios publicitarios sobre alcohol en ultimo mes | qn77 | =1 si durante el último mes vio siempre o casi siempre anuncios publicitarios sobre alcohol | 23.08 | 56098 |
Impacto | ||||
Usa preservativo en acto sexual | qn47 | =1 si utilizó preservativo en último evento de relación sexual (entre quienes mantuvieron relaciones sexuales) | 77.26 | 20740 |
Cursó embarazo | qn79 | =1 si cursó embarazo (propio o de pareja sexual) | 2.66 | 55609 |
Participó en peleas | qn16 | =1 si participó en peleas en el último año | 23.75 | 56713 |
Anduvo en automóvil con conductores que tomaron alcohol | qn70 | =1 si anduvo en automóvil conducido por alguien que tomó alcohol en el último mes (entre quienes viajaron en automóvil) | 30.38 | 42593 |
Fue herido de gravedad | qn17 | =1 si resultó herido de gravedad en el último año | 34.91 | 51559 |
* La pregunta se formuló a todos los participantes, no solamente a los que consumieron alcohol. La mayoría de los que no compró alcohol tampoco consumió y la mayoría de los que consumieron lo compraron, pero hay casos cruzados (no compraron y tomaron, compraron y no tomaron). & en este caso se presenta la media y el desvío estándar
Por otro lado, se estimó el efecto que la ingesta excesiva de alcohol tiene sobre la asunción de conductas de riesgo, por un lado, y sobre resultados adversos, por otro. Ambos tipos de efectos fueron estimados con modelos de regresión logística. Se consideraron 3 variables indicadoras de conductas de riesgo: uso de preservativos en relaciones sexuales, participación en peleas, y andar en auto conducido por alguien que tomó alcohol. Por su parte, se tomaron 2 variables de resultados adversos: embarazo (propio o de pareja sexual) y haber resultado herido de gravedad. En este conjunto de modelos el consumo excesivo de alcohol y la ingesta temprana de alcohol (antes de los 14 años) representan las variables independientes centrales, luego de controlar por el género, la edad, la realización de actividad física, la educación del padre, si el el/la joven ha padecido falta de alimentos, si recibe apoyo de sus cuidadores, si percibe que sus cuidadores lo estiman, si siente que sus cuidadores le sobreexigen, si se ha sentido solo o ha sufrido situaciones de intimidación. La definición de las variables de control y su estadística descriptiva se presenta en la Tabla 2.
Si bien el cuestionario de la EMSE fue respondido por 56981 adolescentes, no todos respondieron a todas las preguntas. Por ello en la Tabla 2 se coloca el número de respuestas válidas.
Todos los modelos de regresión logística presentados aquí fueron estimados por máxima verosimilitud considerando errores robustos a la heterocedasticidad.
Resultados
Antes de presentar los factores asociados al consumo excesivo de alcohol en la población de 13 a 17 años en Argentina, presentamos las cifras de las 3 ondas de la EMSE referidas a consumo de alcohol. Como las ediciones previas a 2018 la EMSE tomó un universo más acotado, esos indicadores reflejan patrones de consumo de la población de 15 años y menos. De acuerdo a las cifras presentadas en la Tabla 3, se observa relativa estabilidad en la incidencia del consumo de bebidas alcohólicas, la ingesta temprana de alcohol y del registro de situaciones de embriaguez. Por detrás de esa estabilidad se destaca el notable aumento del consumo excesivo, que se duplica en el plazo de una década; en 2018 más del 70% de los que tomaron alcohol en el último mes reconocen haber ingerido 2 vasos o más. A la vez, entre 2012 y 2018 se observa una disminución de quienes reconocen haber enfrentado problemas por el consumo de alcohol.
Año de realización de la encuesta | |||
---|---|---|---|
2007 | 2012 | 2018* | |
Consumió alcohol en los últimos 30 días | 51.8 (45.6-57.8) | 50.0 (47.6-52.5) | 47.66 (47.1-48.2) |
Tomó 2 o más vasos de alcohol (de los que consumieron en últimos 30 días) | 35.3 (30.3-40.7) | 62.91 (61.3-64.4) | 72.1 (69.2-70.7) |
Bebió alcohol antes de los 14 años | 72.8 (67.6-77.5) | 75.9 (74.7-77.1) | 73.81 (73.2-74.4) |
Se emborracharon alguna vez | 28.9 (25.0-33.2) | 27.9 (26.0-29.9) | 29.43 (28.9-29.9) |
Tuvieron problemas derivados de consumo de alcohol | 19.4 (16.6-22.6) | 19.7 (18.2-21.3) | 11.79 (11.4-12.1) |
* solo se considera la población de hasta 15 años para hacerlos comparables a resto de las ondas. Fuente: en base a datos de la EMSE
La Tabla 4 presenta los resultados de las regresiones logísticas por bloque de factores y en conjunto. Entre los factores individuales, el de mayor peso es el inicio temprano en el consumo, seguido por la edad y el género. Los efectos, en general, se mantienen cuando se incorporan otros bloques de factores. Además, en el caso de inactividad física aumenta su nivel de significación (la inactividad aumenta las chances de consumir alcohol en exceso) en la regresión que controla por otras variables sugiriendo algún tipo de asociación entre los regresores. El consumo excesivo de alcohol es, en promedio, mayor en mujeres que en hombres.
Bloque 1 | Bloque 2 | Bloque 3 | Bloque 4 | Conjunto de bloques | |
---|---|---|---|---|---|
Edad | 1.31*** (˂0.001) | 1.17*** (˂0,001) | |||
Hombre | 0.810*** (˂0.001) | 0.87*** (˂0.001) | |||
Bebió alcohol antes de los 14 | 1.75*** (˂0.001) | 1.57*** (˂0.001) | |||
Físicamente inactivo | 1,04 (0.281) | 1.18*** (˂0.001) | |||
Sintió hambre por falta de alimentos en ultimo mes | 1.32*** (0.009) | 1.40** (0.021) | |||
Educación del padre (ref. sec incompl) | |||||
secundaria completa | 0.97 (0.351) | 0.97 (0.554) | |||
superior | 0.87*** (0.001) | 0.89** (0.03) | |||
Educación de madre (ref. sec incompl) | |||||
secundaria completa | 0.97 (0.417) | 0.98 (0.594) | |||
superior | 1,04 (0.351) | 1.06 (0.265) | |||
Cuidadores fuman | 1.20*** (˂0.001) | 1.10*** (0.007) | |||
Cuidadores entienden sus problemas | 0.97 (0.274) | 1.05 (0.172) | |||
Cuidadores no le menosprecian ni subestiman | 0.79*** (˂0.001) | 0.84*** (˂0.001) | |||
Cuidadores exigen demasiado | 1.02 (0.572) | 1.03 (0.461) | |||
Se sintió solo siempre o casi siempre | 1.38*** (˂0.001) | 1.23*** (˂0.001) | |||
Padeció intimidación en la escuela | 0.94* (0.068) | 1.02 (0.609) | |||
Bebida alcohólica habitual (ref. no bebe) | |||||
cerveza | 4.11*** (˂0.001) | 2.09*** (˂0.001) | |||
vino | 5,40*** (˂0.001) | 2.79*** (˂0.001) | |||
fernet | 5.41*** (˂0.001) | 2.96*** (˂0.001) | |||
bebidas fuertes | 9.14*** (˂0.001) | 4.50*** (˂0.001) | |||
aperitivos | 4.19*** (˂0.001) | 2.23*** (˂0.001) | |||
otro | 3.36*** (˂0.001) | 1.83*** (˂0.001) | |||
Con quien suele beber alcohol (ref. no bebe) | |||||
amigos | 1.78*** (˂0.001) | 1.83*** (˂0.001) | |||
familiares | 1.06 (0.438) | 1.11 (0.267) | |||
conocido eventual// | 1.30 (0.104) | 1.36 (0.133) | |||
Acceso en comercios (ref. no compró) | |||||
No le vendieron | 1.67*** (˂0.001) | 1.53*** (˂0.001) | |||
Le vendieron | 2.41*** (˂0.001) | 2.12*** (˂0.001) | |||
Vio anuncios publicitarios sobre alcohol en ultimo mes | 1.31*** (˂0.001) | 1.21*** (˂0.001) | |||
N | 29143 | 25085 | 28641 | 27266 | 19520 |
LR chi2 | 700.08 (˂0.001) | 22.09 (˂0,001) | 208.43 (˂0,001) | 2472.59 (˂0.001) | 1574.84 (˂0.001) |
Variable dependiente en todos los modelos o bloques: CEA (consumo excesivo de alcohol). p-valor entre paréntesis. // se elimina la categoría “solo”, ya que no se encontraron casos. *** error tipo 1 ˂ 1%, ** error tipo 1 ˂ 5%, * error tipo 1% ˂ 10%
En el bloque de condicionantes socioeconómicos encontramos que el pasar hambre aumenta las chances de hacer uso abusivo del alcohol en adolescentes. El nivel socioeconómico del hogar, reflejado en la escolaridad del padre o cuidador del adolescente incide negativamente en la ingesta excesiva de alcohol. No obstante, los efectos no son monótonos; el abuso de bebidas alcohólicas se reduce sustancialmente a partir de niveles educativos elevados, no básicos; el haber concluido la educación media por parte del padre o cuidador del adolescente no disminuye sustancialmente el consumo excesivo. La reducción significativa se registra en los niveles educativos más altos. Este efecto se canaliza principalmente en la educación del padre y no de la madre. Finalmente, convivir con familiares que fuman aumenta las chances de abuso de alcohol en adolescentes.
En el bloque de variables asociadas a cuestiones psicológicas, encontramos que el sentimiento de soledad en primer lugar y la percepción de ser despreciados por parte de padres o cuidadores son los factores que más inciden en el consumo abusivo de alcohol por parte de los adolescentes en Argentina. El apoyo y las presiones intrafamiliares o la intimidación en la escuela no parecen ejercer un rol significativo.
Se observa que las variables que ejercen el mayor impacto en el consumo excesivo de alcohol son de naturaleza situacional. Destaca el considerable efecto del consumo habitual de bebidas fuertes (como vodka, ginebra, etc.), seguido por el consumo regular de fernet o vino, y posteriormente por cerveza o aperitivos. Estas variables exhiben los coeficientes de mayor magnitud absoluta entre todos los factores considerados. Aunque este efecto se reduce a la mitad al controlar por factores individuales, socioeconómicos y psicológicos, su importancia relativa permanece constante.
La Tabla 5 expone los impactos que tiene el consumo excesivo y la ingesta temprana (antes de los 14 años de edad) de alcohol sobre la asunción de conductas de riesgo y sobre algunos daños sufridos por adolescentes. En primer lugar, el consumo de alcohol durante la infancia es significativo para las 3 variables indicadoras de conductas de riesgo y las 2 variables indicadoras de resultados desfavorables para el adolescente (embarazo o heridas graves). Los mayores impactos se observan en participación en peleas, eventos de embarazo, viajes en automóvil conducidos por alguien que consumió alcohol. En menor medida, aunque también significativos, se ubica el efecto de haber tomado alcohol antes de los 14 años sobre el uso de protección en actos sexuales y ser víctima de heridas graves. Esta exposición temprana tiene efectos mayores que el consumo excesivo actual.
Uso de preservativo en última relación sexual | Embarazo, propio o de pareja sexual | Participación en peleas | Viaje en automóvil con conductor que tomó alcohol | Heridas graves | |
---|---|---|---|---|---|
Consumo excesivo de alcohol | 0.83*** | 1.09 | 1.34*** | 1.40*** | 1.16*** |
(0.001) | (0.440) | (˂0.001) | (˂0.001) | (˂0.001) | |
Bebió alcohol antes de los 14 | 0.75*** | 1.62*** | 1.69*** | 1.52*** | 1.17*** |
(˂0.001) | (˂0.001) | (˂0.001) | (˂0.001) | (˂0.001) | |
Edad | *** | *** | *** | *** | |
Hombre | *** | *** | *** | *** | |
Físicamente inactivo | *** | * | ***/ | ***/ | |
Educación del padre (ref. hasta sec incompl) | |||||
secundaria completa | ** | ** | *** | * | |
superior | ** | ** | *** | *** | |
Sintió hambre por falta de alimentos en ultimo mes | *** | *** | *** | *** | |
Cuidadores entienden sus problemas | ** | *** | *** | ||
Cuidadores no le menosprecian ni subestiman | *** | ** | *** | *** | *** |
Cuidadores le exigen demasiado | * | *** | * | ||
Se sintió solo siempre o casi siempre en último año | *** | *** | *** | *** | *** |
Padeció intimidación en la escuela | ** | *** | *** | *** | |
N | 11649 | 12521 | 22728 | 18066 | 20578 |
LR-chi2 | 353.21*** | 125.30*** | 1902.82*** | 624.16*** | 621.26*** |
(˂0.001) | (˂0.001) | (˂0.001) | (˂0.001) | (˂0.001) |
p-valores entre paréntesis. *** error tipo 1 ˂ 1%, ** error tipo 1 ˂ 5%, * error tipo 1% ˂ 10%. / signo observado contrario al esperado
El consumo abusivo de alcohol parece ser particularmente problemático al fomentar viajes conducidos por personas que también ingirieron alcohol, la participación en peleas, el uso de preservativos durante relaciones sexuales y la probabilidad de sufrir heridas de gravedad. No se observan efectos significativos sobre eventos de embarazo.
En tanto el foco del análisis se centra en los efectos del consumo excesivo de bebidas alcohólicas en adolescentes, no comentamos el resto de los coeficientes de impacto, aunque el lector interesado puede consultarlos en el Anexo. Solamente destacamos que, a diferencia de los resultados encontrados sobre la probabilidad de consumir alcohol en exceso, los adolescentes varones tienen mayor probabilidad de asumir riesgos y sufrir daños que la población femenina del mismo rango etario.
En suma, la ingesta abusiva de alcohol durante la adolescencia aumenta las chances de asumir comportamientos arriesgados, con consecuencias indeseables. Este efecto permanece luego de controlar por género, edad, actividad física, nivel socioeconómico y estímulos positivos y negativos proporcionados por la familia o el entorno.
Discusión
En Argentina, casi 80% de los adolescentes tomó alcohol por primera vez antes de cumplir los 14 años. Esto constituye una problemática en incremento que atenta contra el bienestar de la población más joven. Los resultados del estudio están en línea con los obtenidos por la Organización de Estados Americanos32 que ubica a esta prevalencia en alrededor del 75% de jóvenes de Latinoamérica. Otros autores31,33 también encuentran una tendencia alcista en el consumo excesivo de alcohol. Los resultados de la EMSE muestran una alta prevalencia de consumo, y más preocupante aún, desde edades cada vez más tempranas.
Las consecuencias sanitarias son amplias influyendo no solo en la salud física y mental de los adolescentes, sino generando también la adopción de comportamientos riesgosos que pueden desembarcar en violencia, accidentes y embarazos no deseados.
Los factores que influyen sobre el consumo de alcohol son diversos, desde características individuales, aspectos familiares, socioeconómicos, psicológicos y situacionales.
Un resultado llamativo es que el consumo excesivo es proporcionalmente mayor entre mujeres, patrón que dos décadas antes era opuesto34,35. No obstante, este hallazgo está respaldado por varios estudios recientes que indican que el consumo excesivo de alcohol en mujeres está aumentando, y encuentran una reducción de las diferencias en las magnitudes de consumo entre ambos géneros con una alta prevalencia en la población adolescente femenina36,37. A pesar que la evidencia muestra que los adolescentes varones tienen mayor probabilidad de asumir riesgos y sufrir daños que la población femenina del mismo rango etario, este hallazgo pone de manifiesto la necesidad de ampliar la cobertura y la calidad de los programas preventivos en las escuelas, así como la adaptación de contenido y estrategias preventivas sensibles al género.
En general se observada que en el desempeño escolar la educación materna tiene más peso que la educación paterna, pero en el consumo excesivo de alcohol, el nivel educativo del padre parece ejercer una mayor influencia que el de la madre. Este fenómeno sugiere una posible división de género en la crianza y el acompañamiento de los jóvenes, así como su impacto en las conductas escolares y de ocio. Si bien varios autores concluyen que algunos patrones de uso, particularmente el episódico y el frecuente, se asociaron fuertemente con un estatus socioeconómico y un nivel educativo parental más bajo38,39, no hemos encontrado estudios que analicen el rol de la madre y del padre por separado.
A pesar que no existe consenso en la literatura sobre la relación entre inactividad física y consumo de alcohol40, en este trabajo se encuentra que entre los adolescentes argentinos la inactividad aumenta las chances de consumir alcohol en exceso. Este resultado confirma la necesidad de generar estrategias para aumentar la actividad física en el ambiente escolar como la necesidad de fomentar la práctica de deportes dentro y fuera de la escuela. Esta estrategia sería útil también como medida preventiva para otras patologías en crecimiento entre los adolescentes como la obesidad.
De acuerdo a las cifras registradas de consumo excesivo de alcohol en las 3 ediciones de la EMSE realizadas en Argentina, el aumento del consumo excesivo reconocido por los participantes no es acompañado por un aumento proporcional de los eventos de ebriedad ni de complicaciones inmediatas derivadas del consumo de alcohol. Esto puede indicar que i) quienes han ingerido alcohol en exceso están más habituados a hacerlo y por ello padecen menos episodios de pérdida de autocontrol o problemas o ii) el registro de los problemas y del autocontrol es menor. Esto último marcaría un menor grado de conciencia sobre las consecuencias del consumo abusivo de bebidas alcohólicas en la población juvenil.
Identificar tempranamente el consumo problemático de alcohol y las condiciones que favorecen su comienzo es necesario para realizar intervenciones que permitan evitar complicaciones mayores. Dada la complejidad del origen del problema es necesario realizar un abordaje integral que considere todos los aspectos que influyen en el consumo de alcohol entre los jóvenes. Es requisito fundamental para esto, lograr mayor conciencia pública y generar políticas efectivas con el objetivo de reducir la disponibilidad y la publicidad del alcohol dirigida a los adolescentes, así como promover entornos familiares y escolares consientes de los riesgos que asumen los jóvenes al consumir alcohol como paso fundamental para desalentar este comportamiento.
Las medidas de política sugeridas, como el control de la venta a menores de edad, la regulación de la publicidad de bebidas alcohólicas y la promoción de la educación familiar que proporcione estímulos positivos para los adolescentes son necesarias para abordar el consumo de alcohol en esta población. Es crucial que estas medidas se implementen de manera integral y coordinada, involucrando a múltiples sectores de la sociedad.
Por el elevado peso de los factores situacionales en la ingesta excesiva de alcohol, se señala el rol potencialmente riesgoso de eventos especiales que favorecen conductas de binge drinking en la población de adolescentes. Un ejemplo reciente es un incidente en el cual un adolescente fue apuñalado por otro en medio de los festejos después de haber consumido alcohol en exceso11 en un evento común en Argentina conocido como "Último Primer Día" (UPD). En este evento, los alumnos concurren a la escuela el primer día de clases del último año de escolarización secundaria sin dormir y luego de asistir a una fiesta que dura toda la noche y donde el consumo de alcohol es lo habitual. Se trata de un suceso más que refleja una problemática cada vez más frecuente entre la población juvenil; las peleas e incidentes en eventos sociales masivos41,42. A pesar de que algunos estudios sugieren que el consumo esporádico excesivo de alcohol podría estar disminuyendo en ciertos países43,44, la mayoría de la literatura señala un aumento generalizado en su prevalencia y la urgente necesidad de abordar este problema debido al impacto negativo que tiene en los jóvenes45,46.
En Argentina, otra manifestación de esta problemática es la creciente frecuencia con la que los adolescentes asisten a reuniones que se llevan a cabo antes de las fiestas y que se caracterizan por un alto consumo de alcohol denominadas "previas". Un estudio realizado en el país42 sugiere que participar en estas prácticas de consumo podría ser un factor de riesgo en sí mismo para el consumo problemático de alcohol. Además, los resultados refutan la creencia popular de que es aceptable que los padres permitan estas previas, con la idea de que el consumo de alcohol se realice en un entorno aparentemente seguro dentro del hogar. Una vez más se pone de manifiesto aquí la necesidad de promocionar la educación familiar brindadndo información sobre los efectos nocivos de estas prácticas.
Una de las limitaciones del estudio es cierta imprecisión en la captación de consumo excesivo, ya que el instrumento utilizado considera como consumo excesivo de alcohol a la ingesta de 2 vasos o más en una ocasión. La cantidad de alcohol que contiene un vaso puede acarrear distintos tipos de riesgo según el tipo de alcohol considerado. Así, por ejemplo, 1 vaso de whisky sea quizá potencialmente más peligroso que 2 vasos de cerveza. Por ello, el empleo de este umbral podría subestimar la prevalencia del consumo excesivo en jóvenes que han ingerido bebidas fuertes. No obstante, en Argentina el porcentaje de jóvenes que habitualmente consume bebidas fuertes no es particularmente elevado (8.7%) comparado al de las bebidas más habituales como fernet con cola (22.2%) o cerveza (14.5%). Por ello, entendemos que la subestimación del consumo excesivo es baja.
Es importante reconocer otras limitaciones del estudio, como la considerable tasa de no respuesta (37%, con guarismos crecientes desde su primera aplicación en 2007, que obtuvo 23% de no respuesta y 29% de no respuesta en 2012), la exclusión de la población que abandonó la escuela (en 2018, alrededor de 24% de la población de 13 a 17 años no asistía a establecimientos educativos47) y la falta de información sobre condicionantes escolares, lo que puede sesgar los resultados y limitar la comprensión completa de los factores que influyen en el consumo de alcohol en los adolescentes. Futuras investigaciones deben abordar estas limitaciones para obtener una imagen más precisa y completa del problema.
Conclusión
La ingesta de alcohol entre los adolescentes de Argentina ha ido incrementándose, mostrando una disminución de la edad en la que los jóvenes comienzan a ingerirlo, situación que constituye un serio problema de salud pública, no solo por las consecuencias directas sobre la salud, sino por propiciar la adopción de conductas riesgosas. Es importante la detección y el conocimiento de sus determinantes a fin de generar estrategias integrales efectivas tendientes a desalentar el binge drinking.