Introducción
La presente investigación se desarrolló utilizando una metodología cualitativa, en la cual se adoptó la hermenéutica dialógica como marco teórico interpretativo. Esta elección se debió a la necesidad de analizar la producción en el campo del currículo, específicamente en lo referente a la evaluación curricular, un área que ha sido escasamente desarrollada desde el punto de vista teórico, pero que ha ganado relevancia en la práctica educativa, en especial en el seguimiento de programas. La ausencia de estudios sobre el estado del conocimiento ha impedido identificar las tendencias teórico-metodológicas de la investigación en relación con la evaluación curricular como objeto de estudio. Por ende, se espera que este trabajo proporcione conocimiento a estudiantes, profesores y la comunidad en general para orientar el trabajo de investigación que se lleva a cabo en diversas instituciones donde se realiza investigación educativa en la entidad.
En virtud de lo expuesto, el objetivo general de este trabajo es describir la producción y analizar las perspectivas teóricas y metodológicas desde las cuales se aborda la evaluación curricular como objeto de estudio en la investigación educativa realizada en Chihuahua entre 2007 y 2021. La metodología empleada consistió en el análisis de contenido, para lo cual la información recuperada a través de fichas elaboradas durante la revisión de 15 documentos de divulgación, como ponencias, artículos, tesis doctorales y libros. La información recopilada se orientó hacia el análisis de la teoría revisada, el enfoque metodológico y los objetivos de cada investigación.
Entre los resultados principales se destaca que la tendencia metodológica predominante en la investigación educativa sobre evaluación curricular en Chihuahua es de índole cuantitativa, con un enfoque técnico que se centra en la rendición de cuentas. Sin embargo, también se observa la presencia de trabajos con metodología cualitativa, desde enfoques interpretativos e incluso críticos, que evidencian la influencia de políticas educativas como la evaluación del desempeño docente en la labor del profesorado, aspecto que reconoce la subjetividad de los sujetos investigados.
Debido a lo mencionado, se plantea la necesidad de que los estudios sobre evaluación curricular trasciendan la mera rendición de cuentas e informes, y busquen nuevas metodologías que permitan construir conocimiento científico sobre este objeto de estudio. Esto implica el uso de metodologías más participativas que capturen la experiencia real en el proceso de diseño, desarrollo y evaluación curricular. Es decir, se propone llevar a cabo estudios sobre el proceso de evaluación curricular en sí mismo, lo que contribuiría a ampliar el campo de conocimiento del currículo. Aunado a esto, se debe profundizar sobre el estado del conocimiento de este objeto de estudio para identificar agendas pendientes en la investigación educativa y redirigir el enfoque de la investigación en Chihuahua.
El estado del conocimiento en el contexto internacional y nacional
Los resultados de las investigaciones sobre el estado del conocimiento del currículo han contribuido significativamente a la ampliación de la conceptualización y comprensión de su desarrollo histórico, así como a su teorización y abordaje metodológico. A partir de la década de 1960, el campo del currículo escolar ha experimentado un notable crecimiento. Inicialmente, el término currículum se utilizaba de manera restringida en ámbitos académicos específicos, como el diseño de planes de estudio. No obstante, la literatura pedagógica relacionada con este tema ha proliferado de manera considerable.
La discusión en torno al currículo ha incluido el análisis de la política educativa que permea su desarrollo. En este sentido, las nuevas reformas educativas han puesto en el centro de atención los planes de estudio, y se han ampliado las investigaciones relacionadas con los modelos pedagógicos utilizados para implementar el currículo formal, incluyendo aspectos como las prácticas pedagógicas, los materiales de estudio, la evaluación de los programas y actores, así como la influencia de la ideología y las prácticas que no son explícitas en el programa, pero que afectan el logro de sus resultados (Terigi, 1997).
Como consecuencia de lo anterior, las indagaciones sobre currículo se han diversificado en cuanto a los objetos de estudio, y se ha incrementado notablemente la producción científica en este campo. Sin embargo, la reflexión sobre las perspectivas teóricas y metodológicas desde las cuales se construye este constructo aún requiere un análisis más amplio y detallado. Por lo tanto, trabajos previos sobre el estado del conocimiento en el campo del currículo, como aquel realizado en la década de 1980 en México, han sido de gran utilidad al proporcionar un panorama amplio y detallado de cada una de sus subáreas, lo cual ha destacado los enfoques teóricos identificados, la metodología utilizada y, sobre todo, los hallazgos y desafíos encontrados en dichas investigaciones.
Como resultado de la investigación realizada entre 1980 y 1990, se observa que la producción conceptual y metodológica fue abundante, aunque con un impacto limitado en el ámbito de la intervención y la planificación de la práctica docente. Aun así, se destaca que los cambios en las políticas educativas influyeron en el fortalecimiento de la investigación sobre evaluación, gestión institucional y liderazgo académico.
Además, se encontró que los estudios relacionados con la orientación educativa son escasos, al igual que la investigación teórico-conceptual, dado que se trata de un campo relativamente reciente. De hecho, durante la década de 1980, se identificaron diversas corrientes de pensamiento que compartían elementos teóricos derivados de la reflexión sobre el trabajo académico y de la focalización en temas vinculados al ámbito curricular (Díaz-Barriga, 2003).
Se reconoce, por ende, un crecimiento en la producción en este campo durante la década mencionada, pero al mismo tiempo se evidenció una falta de articulación entre los académicos que llevaban a cabo investigaciones curriculares. Esto ha generado dificultades para integrar una corriente de pensamiento coherente a partir de la formación de una comunidad de investigadores en el campo del currículo.
Posteriormente, durante la década de 1990 también se llevó a cabo el proyecto de estado del conocimiento en el campo del currículo, el cual contribuyó a estimular el debate curricular en tres grandes ejes. El primero de ellos se relaciona con el surgimiento de lo que se conoce como la nueva sociología de la educación, la cual, según Young (1989), tuvo un impacto significativo en la discusión curricular desde esta perspectiva. Durante esta década, la investigación curricular se efectuó principalmente desde una perspectiva técnica del currículo, adoptando enfoques teórico-metodológicos racionalistas que estaban fuertemente influenciados por la visión funcionalista de la educación.
El segundo eje está conformado por estudios que emplearon el enfoque cualitativo en sus investigaciones, lo cual favoreció la ampliación del conocimiento y la exploración de nuevos objetos de estudio, así como la introducción de temas novedosos y prácticas pedagógicas innovadoras. El tercer eje incluye estudios más recientes en el campo del currículo que se centran en el análisis de nuevas perspectivas en la investigación curricular, considerando una mirada crítica hacia la educación.
Por lo anterior, la presente investigación se orienta hacia el cambio y la transformación de la realidad de los estudiantes, el rol de los profesores y la práctica pedagógica. En tal sentido, es relevante destacar que en este eje emergen estudios relacionados con la vinculación entre la escuela y la comunidad, donde el currículo es mediado por la interpretación sensible y consciente de los profesores, con una marcada influencia social y cultural del entorno donde se desarrollan los procesos pedagógicos.
En el estado del conocimiento sobre el currículo realizado durante el periodo comprendido entre 2002 y 2011, se observa la ausencia de grupos de investigadores consolidados o individuos que continúen trabajando en el campo a lo largo de tres décadas. Esta falta de continuidad ha resultado en la carencia de un corpus de conocimiento en áreas como la evaluación, lo que dificulta la atención de las necesidades del sistema educativo en este aspecto. No obstante, se destaca la investigación sobre competencias y las implicaciones de las evaluaciones a gran escala como temas distintivos de la década.
Además, se percibió una pobreza metodológica en los estudios evaluativos del currículo, caracterizada por el uso de enfoques y modelos de décadas anteriores, así como el predominio del uso de encuestas con fines de rendición de cuentas o informes con datos cuantitativos, con énfasis en la estadística descriptiva.
Igualmente, se observó un aumento en la producción académica relacionada con la educación básica y media superior, aunque el nivel superior sigue predominando. Sin embargo, se reconoce la necesidad de llevar a cabo investigaciones curriculares que logren cambios y transformaciones en el sistema educativo, dirigidas hacia los actores del currículo para influir en la toma de decisiones, en proyectos de conformación de políticas educativas y en procesos de gestión curricular. Para abordar estas necesidades, se debe formar nuevos investigadores en el campo del currículo, quienes puedan desarrollar procesos sólidos, consistentes y con rigor conceptual y metodológico.
Ahora bien, en la entidad referida al inicio de este documento se llevó a cabo un estudio previo sobre el estado del conocimiento que analizó la producción en el campo del currículo durante el periodo 1997-2007. Como resultado de esa investigación, se identificó la necesidad de realizar estudios en torno al currículo vinculados con las TIC en educación, así como sus implicaciones en la formación de investigadores en esa área del saber.
El estado del conocimiento, por su naturaleza, se considera un metaanálisis, lo que implica que elaborar un estado de conocimiento se refiere a una metainvestigación cuyo propósito es evaluar, desde una plataforma teórica delimitada, la producción existente en un campo de conocimiento durante un periodo de tiempo específico (Weiss, 2003). En este caso, el campo al que se hace referencia es la subárea de evaluación curricular en el área del currículo, ya que se desconoce la producción en este ámbito durante los últimos años. Por lo tanto, surge la siguiente pregunta de investigación: ¿cuáles son las perspectivas teóricas y metodológicas de la investigación educativa en Chihuahua respecto a la evaluación curricular en el periodo del 2007 al 2021?
La evaluación curricular
La evaluación en el ámbito educativo ha sido objeto de debate debido a su naturaleza compleja y polémica, ya que su práctica continúa generando resistencia entre los evaluados. De hecho, en ocasiones se percibe como una estrategia destinada a condicionar y controlar, en lugar de buscar transformar y retroalimentar los procesos educativos y la práctica docente. No obstante, en las últimas décadas, la evaluación ha adquirido importancia en la acreditación de planes de estudio para cumplir con las exigencias de entidades como el Conacyt, que la consideran como un mecanismo para acceder a fuentes de financiamiento.
Por ende, han surgido instancias dedicadas a la evaluación de planes y programas de estudio, y ha aumentado la difusión del conocimiento sobre metodologías para el diseño y evaluación curricular, la cual se refiere a la revisión tanto de la estructura y contenido de los planes y programas como de su implementación y los resultados obtenidos. Dentro de esta subárea de estudio se incluyen trabajos relacionados con metodologías para evaluar programas, análisis del perfil de egreso, evaluación del desempeño docente y evaluación de los aprendizajes.
Brovelli (2001) enfatiza la importancia de considerar la evaluación curricular como un medio para iniciar el proceso de mejora tanto del currículo como de las instituciones educativas. Por eso, propone desplazarla del papel de control y de los parámetros eficientistas hacia un enfoque centrado en el cambio y la transformación.
Con base en la anterior perspectiva, en esta investigación la evaluación curricular se concibe como un proceso intrínseco al proceso curricular, donde la práctica de evaluación debe ser coherente con los aspectos teórico-metodológicos y las concepciones o fundamentos en los que se basa. En otras palabras, la evaluación curricular se entiende como un proceso que implica actividades contextualizadas, con un carácter axiológico y prácticas ético-políticas, desde su organización hasta su desarrollo, por lo que debe llevarse a cabo de manera investigativa, con una metodología claramente definida construida de manera colectiva y desarrollada con la participación de los involucrados en el proceso.
Metodología
La investigación se sustentó en el paradigma hermenéutico/interpretativo, el cual -según Bisquerra (2014) - se centra en comprender e interpretar la realidad educativa, incluyendo los significados atribuidos por las personas, sus percepciones, intenciones y acciones. En esta investigación, en concreto, se busca analizar esos significados e intenciones reflejados en la producción científica en el área de currículo. Es decir, no se intenta generalizar resultados, sino interpretar de manera crítica el contenido en una relación dialéctica entre el investigador y los autores de los textos identificados para encontrar el sentido y la orientación teórico-metodológica de la investigación. Por lo tanto, la realidad estudiada desde este paradigma se caracteriza por ser divergente debido a la multiplicidad de sentidos que posee, además de ser dinámica, construida y subjetiva.
Por otra parte, el enfoque de investigación adoptado es cualitativo, el cual -según Rodrìguez, Gil y Garcìa (1996) se desarrolla de manera inductiva y holista. Asimismo, se utilizó el método de la hermenéutica dialógica, lo cual implica reconocer que la verdad en el texto no siempre refleja la comprensión del intérprete y las intenciones del autor (Àlvarez-Gayoy, 2003). Dicho de otra manera, la verdad se considera una introspección reveladora que se encuentra en la lectura más que en el texto en sí mismo, para lo cual la interpretación del texto se realiza considerando el contexto en el que se originó, aunque no se pretende alcanzar una interpretación total.
Desde la perspectiva de Àlvarez-Gayou (2003), la fusión de horizontes es un aspecto crucial para lograr una interpretación exitosa, lo que destaca la importancia del diálogo como concepto central en la hermenéutica y en el análisis del discurso. Según Gadamer (1993, citado por Bolìvar, 2020), el lenguaje alcanza su máxima expresión a través del diálogo, el cual se produce en un contexto que debe ser tomado en cuenta para comprender el discurso.
Para llevar a cabo el análisis crítico del discurso e interpretar el texto, se empleó una ficha descriptiva que registraba la información recuperada de libros, ponencias y artículos. Esta fue elaborada por un equipo estatal encargado de realizar los estados del conocimiento y consensuada respecto a la información requerida, como título, tipo de documento, lugar de divulgación, autores, objetivo, objeto de estudio, revisión teórica, estrategia metodológica, resultados, conclusiones y referencias utilizadas.
La información recuperada en la ficha se utilizó para describir la producción y para interpretar los datos cualitativos. Además, se integró un archivo digital con la producción identificada. Los criterios de inclusión fueron los siguientes: que los autores fueran chihuahuenses y que la producción se hubiera divulgado en congresos internacionales, nacionales y estatales, como el organizado por el Consejo Mexicano de Investigación Educativa, el Congreso Internacional de Currículo y Evaluación organizado por la Universidad de Tlaxcala, y el congreso organizado por la Red de Investigadores Educativos de Chihuahua, A. C., así como en revistas reconocidas y libros con ISBN. En total, se revisaron 15 documentos.
Resultados
Los resultados se presentan en dos etapas. Por un lado, se describe la producción y, por otro, se presenta la interpretación de los textos. En la etapa descriptiva, se encontró que el 100 % de las investigaciones se orientan a diferentes niveles educativos, aunque con mayor énfasis en el nivel superior.
De acuerdo a la figura 1, los informantes en la investigación fueron principalmente estudiantes de educación básica y superior (81 %). Los profesores de educación básica y superior conformaron el 13 %, mientras que el 6 % correspondió a egresados de cuatro instituciones de educación superior. En otras palabras, se identificó un vacío en la investigación en el ámbito de la educación media superior.
En la figura 2 se observa que la investigación sobre evaluación se lleva a cabo mayoritariamente de manera individual, con el 70 % de los investigadores trabajando de forma independiente, mientras que solo el 30 % trabaja en pequeños equipos de investigación.
De acuerdo a la revisión sobre el tipo de producción revisada que se presenta en la gràfica 3, el 42 % corresponde a ponencias publicadas en memorias de congresos, el 25 % son tesis de doctorado, y otro 25 % corresponde a artículos publicados en diversas revistas, en los cuales los autores son de la entidad y además realizaron la investigación en alguna de sus regiones. El 8 % de la producción son libros, lo que resalta la importancia de que los investigadores se involucren en esta tarea.
De acuerdo a la información presentada en la gràfica 4, la investigación sobre la evaluación curricular en Chihuahua es llevada a cabo principalmente por mujeres (57 %,) mientras que el 43 % son hombres. En las investigaciones individuales, las mujeres predominan.
En cuanto a la temporalidad de la producción, se observa que el año en el que más se publicaron los resultados de las investigaciones sobre evaluación curricular fue 2015 (23 %), mientras que en los años 2013, 2017 y 2018 representaron el 15 %. En los años 2019, 2020 y 2021, la investigación sobre la evaluación curricular fue muy escasa debido a la influencia de la pandemia.
En la gràfica 5 se muestra que en el 58 % de la producción revisada, se identifica una tendencia hacia la medición o técnica en la evaluación curricular, así como un interés de los investigadores por orientar la evaluación curricular hacia una perspectiva comprensiva y crítica, aunque esta última es menos predominante. Por otro lado, la perspectiva socioformativa se identifica en el 8 % de la producción revisada.
El enfoque de investigación que predomina en las investigaciones de la subárea de evaluación curricular es el cuantitativo (50 %), seguido por el enfoque cualitativo (33 %), y el mixto (17 %) de acuerdo a la información que se presenta en la gràfica 6.
La información de la gràfica 7 da cuenta de la técnica de investigación más utilizada en la subárea de evaluación curricular que es la encuesta (67 %), en especial cuestionarios de preguntas cerradas y mixtas. Posteriormente, el 25 % de los estudios evidencian el uso de la entrevista (en profundidad y semiestructuradas) y el análisis de contenido fue utilizado en el 8 % de la producción. En la etapa interpretativa, los resultados se presentan en las siguientes categorías:
La metodología para evaluar programas y propuestas de intervención
Se halló que la investigación sobre evaluación se enfoca principalmente en la rendición de cuentas ante instancias gubernamentales y con un enfoque cuantitativo, donde se prioriza la medición. Un ejemplo de ello es el trabajo realizado por Covarrubias (2016), quien evaluó un programa de atención a niños sobresalientes utilizando un enfoque mixto que involucra a profesores de educación primaria.
Por otro lado, Tapella y Rodríguez (2014) reconocen la importancia de sistematizar las experiencias de intervenciones con el propósito de ofrecer una base empírica para la reflexión conceptual y metodológica que sustenta dichas intervenciones. Argumentan que estas experiencias deben ser utilizadas para ampliar la comprensión de la acción y generar conocimiento que pueda ser aplicado en futuras intervenciones. El aprendizaje derivado de la acción es considerado como la parte fundamental de la intervención, ya que promueve un proceso participativo de reflexión sobre la experiencia, lo que contribuye a la generación de nuevas acciones para mejorar el desarrollo de las intervenciones dirigidas a resolver los problemas planteados.
El enfoque de evaluación de programas orientado al aprendizaje ha sido aplicado en diversos contextos latinoamericanos utilizando diferentes metodologías. Sin embargo, al hablar de sistematización de experiencias, nos referimos a una metodología que implica un ejercicio de evaluación respaldado en el materialismo dialéctico. A diferencia de la mayoría de las evaluaciones realizadas a proyectos de intervención de programas gubernamentales, que se centran en fines de medición y rendición de cuentas para valorar el cumplimiento de metas y objetivos, la sistematización busca comprender los procesos de implementación a través de la reflexión y participación de los diferentes actores involucrados.
En el caso de la investigación en Chihuahua sobre metodologías para evaluar programas de intervención definidos y orientados por espacios gubernamentales, se observa una orientación predominante hacia la rendición de cuentas. Por lo tanto, es necesario promover ejercicios de sistematización de prácticas de intervención en diversos programas diseñados en instituciones educativas, organizaciones e instancias gubernamentales. Estos ejercicios deben tener un carácter participativo y ser mediados por un diálogo abierto entre los participantes con el objetivo de comprender la realidad y generar conocimiento.
El diseño y la validación de instrumentos e indicadores de logro
Un tema de interés para los estudiosos de la evaluación es el diseño y la validación de instrumentos utilizados en la investigación, así como de indicadores para el logro de competencias, debido a la fuerte influencia de este enfoque durante la década de 2010 a 2021. Un ejemplo de ello es el trabajo de Ortega (2015), quien diseñó un instrumento para analizar la práctica docente en aulas multigrado del medio rural e indígena en el que participaron docentes y alumnos.
El estudio se desarrolló mediante un enfoque cuantitativo, en el cual se llevó a cabo un procedimiento de validez para la construcción de los instrumentos a través de un análisis factorial de cada uno por separado. Para eso, el autor utilizó el método de extracción de componentes principales con el método de rotación varimax. A partir de este análisis, se identificaron tres factores en la escala utilizada (tradicional, multigrado y constructivista). De esta manera, Ortega (2015) demostró que existe un evidente predominio de la enseñanza tradicional en el modelo pedagógico de las escuelas multigrado.
Por otra parte, la evaluación de la práctica de los profesores que trabajan en escuelas multigrado, así como de los profesores en general, en términos de parámetros es necesaria, ya que proporciona un panorama amplio sobre la realidad educativa en el ámbito psicopedagógico. Sin embargo, la comprensión de la práctica docente en escuelas multigrado demanda una visión sociológica debido al sistema de relaciones intergrupales y la influencia del contexto en los procesos pedagógicos. Según Vera y Domìnguez (2005), la práctica de los profesores demanda tanto las acciones de organización y desarrollo de los procesos de enseñanza y aprendizaje como la vinculación con la comunidad escolar y el entorno donde se encuentra la escuela, de ahí que también sean factores de evaluación.
La evaluación de la práctica docente implica el desarrollo de una metodología participativa que provenga de la experiencia de los involucrados para recuperar información valiosa sobre las problemáticas que enfrentan y buscar soluciones con la intención de comprender y mejorar la realidad educativa.
En las últimas décadas, la evaluación se ha centrado en el desempeño del docente en diversos contextos, en consonancia con las políticas educativas. Durante este periodo, se han diseñado instrumentos para investigar la práctica docente, y las investigaciones se han efectuado implementado enfoques cualitativos, cuantitativos y mixtos. Los principales hallazgos destacan la persistencia de un enfoque educativo tradicional, lo que resalta la necesidad evidente de realizar investigaciones que involucren tanto a profesores como a estudiantes en la búsqueda de soluciones para la transformación individual y social.
Por otro lado, entre los años 2000 y 2015, la investigación educativa se orientó hacia la evaluación de las competencias tanto de docentes como de estudiantes. En este sentido, González (2010) efectuó un estudio para analizar las competencias de los docentes y validar un instrumento destinado a evaluar las competencias adquiridas por los estudiantes de posgrado en tres instituciones.
Por su parte, Márquez (2013) propone un modelo para evaluar competencias básicas universitarias mediante un instrumento de lápiz y papel con el propósito de facilitar a los alumnos la movilización y aplicación de sus recursos cognitivos para enfrentar situaciones específicas, analizarlas y proponer soluciones innovadoras, válidas y funcionales para contextos cotidianos.
En otro sentido, Parra et al. (2012) indagaron sobre la evaluación por competencias con el fin de determinar los niveles de logro, alcances y limitaciones en la formación de médicos. Además, analizaron la implementación del modelo curricular por competencias en la Universidad Autónoma de Chihuahua.
Asimismo, López et al. (2017) se interesaron por diseñar un indicador de logro académico denominado ILA (indicador de logro académico). Un hallazgo importante es que, a pesar de los resultados, el reconocimiento que reciben los alumnos se basa en sus logros, lo cual influye en la mejora de la autoestima y en la igualdad de oportunidades.
A partir del análisis realizado en la producción sobre indicadores de logro, se encontró que la evaluación se lleva a cabo desde una perspectiva teórica técnica, ya que busca medir los logros y las competencias de los alumnos para controlar las formas de conducta y el desarrollo de la práctica docente con el fin de rendir cuentas sobre la eficacia de las acciones y los programas.
La evaluación de los programas desde el seguimiento de egresados y el análisis del perfil de egreso
En los programas de posgrado es muy frecuente realizar estudios sobre el seguimiento de egresados, mientras que en los de licenciatura se enfocan en evaluaciones sobre el perfil de egreso, ya que se busca que este sea pertinente a las necesidades de los empleadores. En otras palabras, se considera que la formación profesional debe alinearse con las demandas laborales y del mercado, lo cual se debe a los resultados encontrados al analizar la producción sobre seguimiento de egresados y la revisión del perfil de egreso.
En concordancia con lo anterior, González (2018) buscó identificar los factores profesionales y personales que influyen en los alumnos para decidir cursar un programa determinado. La autora argumenta que los estudios sobre seguimiento de egresados son de gran utilidad para establecer vínculos entre las instituciones de educación superior y el sector empresarial, lo cual impacta en el desarrollo de las comunidades.
Respecto al perfil de egreso, Carrera et al. (2018) profundizaron sobre el perfil de egreso con estudiantes de licenciatura, específicamente en la subjetividad de ellos sin buscar necesariamente la pertinencia con las demandas de los empleadores. Este enfoque arrojó resultados interesantes mediante una metodología cualitativa. Los participantes evaluaron el logro del perfil de egreso expresado en competencias generales del programa e identificaron las competencias que no alcanzaron, además de ofrecer sugerencias importantes. Estos aspectos resultaron de gran utilidad no solo para los investigadores, sino también para la institución. Además, las autoras destacan la importancia de reconocer que la formación de los profesionales está determinada por el currículo prescrito y puesto en acción, mediado por los estudiantes y profesores, por lo que enfatizan la necesidad de generar espacios de diálogo sobre el currículo y su relación con la sociedad actual.
Con base en lo anterior, se puede afirmar que el tema de la evaluación curricular como objeto de estudio es muy relevante, ya que contribuye a identificar vacíos, necesidades y problemas en los procesos de formación profesional. Por tanto, el seguimiento de egresados y la evaluación del perfil de egreso deben realizarse desde la perspectiva subjetiva de los actores involucrados para identificar áreas de mejora y posibles ajustes necesarios en los programas educativos.
Los profesores ante los resultados de sus alumnos
La investigación educativa sobre las expectativas de los profesores respecto a los resultados de sus alumnos ha despertado interés entre estudiosos como Meléndez y Barrera (2015), quienes identificaron los factores que influyen en los aprendizajes de los alumnos. Estos autores descubrieron que en las escuelas ubicadas en contextos vulnerables los buenos resultados se atribuían a la capacidad de organización y gestión del personal escolar, basadas en las creencias y perspectivas positivas de los profesores sobre el potencial de éxito de sus alumnos.
En cambio, cuando los profesores tienen expectativas bajas sobre sus estudiantes, no fomentan mejoras en el desempeño académico ni buscan mejorar su propia práctica docente. Su enfoque tiende a ser individualizado, y no participan en proyectos de gestión escolar que involucren a la comunidad educativa. Por lo tanto, se considera que las expectativas de los profesores son determinantes en los logros de los alumnos, incluso cuando el entorno socioeconómico no sea favorable.
Los profesores frente la reforma educativa
La reforma educativa implementada durante el gobierno anterior generó un gran descontento entre los profesores, ya que se consideró que atentaba contra sus derechos laborales. En respuesta, se llevaron a cabo una serie de investigaciones desde una perspectiva crítica con el objetivo de revelar las manifestaciones de resistencia de los profesores y los efectos que esta política tenía en el magisterio y en la práctica docente, especialmente en relación con la evaluación del desempeño docente.
Juárez (2019) realizó un estudio sobre la evaluación docente en el cual se reconoce a la evaluación como un instrumento de poder que fomenta el individualismo y que no contribuye a mejorar la educación. En cambio, se percibe como un mecanismo para mantener el control sobre la educación, sin tener en cuenta el desarrollo tanto de los alumnos como de los profesores en términos de su formación y su lucha por la dignidad humana en un marco de respeto a la persona.
El balance de la investigación sobre evaluación curricular
Las tendencias teóricas identificadas en el análisis de la producción son la técnica, práctica y crítica. Aunque las dos primeras predominan, se observa un interés por realizar investigaciones desde una postura epistemológica crítica, lo cual se manifiesta en una participación reflexiva y un análisis contextualizado de los objetos que se abordan. En cuanto a la perspectiva técnica, se encuentran estudios sobre validación de instrumentos, indicadores de logro, evaluación por competencias, seguimiento de egresados y perfil de egreso.
Asimismo, desde una perspectiva crítica, se reconocen los estudios sobre las resistencias de los profesores ante la reforma educativa orientada a evaluar su desempeño. Se abordó profundamente la evaluación del desempeño docente y su influencia, para lo cual se propuso un enfoque orientado a la mejora en lugar de centrarse en la medición y rendición de cuentas. Es decir, se planteó estudiar el fenómeno desde una postura ético-política como investigadores.
Discusión
Los resultados de la investigación reflejan una tendencia predominantemente técnico-práctica en la evaluación curricular, con metodologías basadas en el paradigma positivista. De hecho, se observa que se presta muy poca atención a la subjetividad de los participantes en las investigaciones. Además, la investigación desde una perspectiva crítica es prácticamente inexistente.
Por lo tanto, se considera que queda pendiente en la agenda de investigación el desarrollo de proyectos que aborden la evaluación curricular desde una mirada cultural, histórica, ideológica y pedagógico-participativa, que trascienda lo subjetivo y busque la acción y la transformación colectiva en beneficio de los centros educativos, la práctica docente y el aprendizaje de los estudiantes.
Al respecto, Brovelli (2001) señala la necesidad de considerar la evaluación curricular como un medio para mejorar tanto el currículo como las instituciones educativas, por lo que propone una evaluación procesual, continua y situada basada en la investigación educativa y caracterizada por una metodología abierta, participativa y colaborativa. En tal sentido, se identifican coincidencias en los resultados de los estudios, a pesar de que se realizaron en Argentina, lo que resalta la relevancia e interés de esta investigación.
Conclusiones
En este artículo se presenta la interpretación de la producción relacionada con la evaluación curricular durante el periodo 2007-2021. Al respecto, se concluye que prevalecen las tendencias teóricas y prácticas, ya que la evaluación se aborda principalmente desde enfoques técnicos y prácticos con el objetivo de medir o rendir cuentas, sin transitar hacia un enfoque crítico que promueva la reflexión y la participación de los involucrados desde una perspectiva humanizadora en el aula y la escuela, por lo que se recomienda fomentar proyectos de investigación participativos en este sentido.
Asimismo, se puede afirmar que la evaluación curricular como objeto de estudio ha sido poco explorada en la investigación educativa, de ahí que sea crucial promover su estudio en los posgrados desde diversas orientaciones epistemológicas y metodológicas.
Las temáticas que aún no han sido abordadas incluyen la evaluación del diseño, desarrollo y procesos de evaluación utilizados en el currículo, exploradas con metodologías cualitativas desde los paradigmas práctico y crítico. Por ende, es importante investigar estos aspectos para comprender mejor cómo se lleva a cabo la evaluación curricular y cómo influye en la práctica educativa.
Además, se considera relevante indagar sobre el estado del conocimiento y análisis metateóricos sobre el tema, ya que proporcionan una visión detallada de lo que se ha estudiado en un espacio y tiempo determinados, lo cual resulta útil para detectar los objetos de estudio, las tendencias teóricas y los enfoques metodológicos. En otras palabras, esto puede servir como base para futuras investigaciones.
Por último, si bien esta investigación logró su objetivo y respondió a la pregunta de investigación planteada, también sugiere nuevas preguntas y áreas de trabajo. Por ejemplo, se podrían explorar las experiencias investigativas en relación con el desarrollo curricular en el contexto de la nueva política curricular, o estudiar las metodologías del diseño curricular colectivo para generar proyectos escolares que promuevan la autonomía de las instituciones educativas en materia curricular.
Futuras líneas de investigación
El estudio de la evaluación curricular en la investigación educativa debe ser continuo y sistemático, dado que es un área poco explorada pero prioritaria en el campo de la educación. A través de estos estudios, tanto los estudiantes de licenciatura como los de posgrado, así como los profesores podrán acceder a información confiable sobre los diversos campos y áreas del conocimiento que pueden abordar en sus proyectos de investigación.
Además, es crucial abordar la evaluación curricular desde una perspectiva crítica que incluya la evaluación de los aprendizajes, de los planes y programas de estudio, de los materiales educativos, de los procesos pedagógicos y del desempeño de los profesores. Profundizar en la evaluación curricular resulta fundamental para comprender mejor cómo influye en la calidad de la educación y en el desarrollo de los estudiantes.