Introducción
Actualmente, el fenómeno de la deserción universitaria constituye una problemática que involucra a la sociedad en su conjunto, ya que tiene un impacto significativo en la disminución del aporte intelectual y el potencial aumento de la pobreza (Parra et al., 2023). Esta situación es influenciada por factores como los contextos educativos, las condiciones socioeconómicas en las que viven los estudiantes (Chalpartar et al., 2022; Himmel, 2002) y últimamente ha sido exacerbada por la pandemia del covid-19, aunque viene ocurriendo desde hace décadas en distintas partes del mundo, de ahí que haya captado la atención de gobiernos, autoridades académicas y la sociedad en general (Gómez et al., 2021).
Por ejemplo, en la mayoría de los países que conforman el Espacio Europeo de Educación Superior (EEES), la deserción varía entre el 20 % y el 55 % de su población (Amaya et al., 2020), mientras que en los países miembros de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE, 2016) alcanza un promedio del 31 %, con destacados casos como Nueva Zelanda, Estados Unidos y Hungría.
En cambio, se observa que la tasa más baja de deserción, con un promedio del 20 % de su población estudiantil universitaria, se registra en Australia, Dinamarca, Francia y Japón (Gallegos et al., 2018), mientras que en Latinoamérica existen casos alarmantes como los registrados en Guatemala, Bolivia y Uruguay, con tasas del 82 %, 73 % y 72 %, respectivamente (Viera et al., 2020).
Por lo tanto, resulta imperativo analizar este fenómeno con el fin de determinar las causas que llevan a los alumnos a tomar esa decisión (Preciado et al., 2022), dado que existe una apreciable correlación entre la formación profesional, el progreso económico y la reducción de los niveles de desempleo en los países (Pérez, 2019). De hecho, el análisis de los factores que influyen en la deserción permitirá desarrollar estrategias que aseguren la retención universitaria, lo que contribuiría a que los estudiantes alcanzaran su meta de convertirse en profesionales (Di Paola et al., 2022).
Durante las últimas décadas, los modelos teóricos más relevantes sobre la no finalización o finalización de la educación superior han surgido en diversas disciplinas y se pueden clasificar principalmente en teorías orientadas hacia lo sociológico, lo psicológico y lo económico (Sarcletti y Muller, 2011). El primero de ellos subraya la importancia de que el estudiante se integre tanto social como académicamente a la institución de educación superior elegida, mientras que el modelo psicológico se centra principalmente en analizar cómo los estudiantes se desmotivan debido a conflictos mentales generados por diversas circunstancias de su vida universitaria, así como en comprender su percepción ante la decisión de abandonar sus estudios y cómo podrían reaccionar ante esta posibilidad. Finalmente, el modelo económico hace hincapié en la evaluación que los alumnos realizan sobre el costo/beneficio que obtendrán al estudiar la carrera seleccionada, especialmente en relación con el respaldo financiero del que disponen, el cual, en muchas ocasiones, es un factor determinante en la deserción (Behr et al., 2020).
Modelo de motivación sociológica
Los modelos sociológicos son los más estudiados en lo que respecta al abandono de los estudios superiores (Behr et al., 2020). Por ejemplo, uno de los más influyentes es el desarrollado por Tinto (1975, 1993), el cual se caracteriza por refinar y modificar el modelo propuesto previamente por Spady (1970, 1971), basado en la teoría del suicidio de Durkheim (1951), que sugiere que esta fatal decisión puede estar motivada por la dificultad de integrarse a la sociedad.
De manera similar, Spady, basándose en factores tanto sociológicos como psicológicos, señala que la falta de integración social puede ser un motivo de deserción, ya que interactúa con la satisfacción y el compromiso institucional, mientras que Tinto critica los conceptos psicológicos centrados en los atributos de los estudiantes y que postulan que el abandono es principalmente un fracaso del estudiante. Desde su perspectiva, la decisión de abandonar o continuar en gran medida depende de hasta qué punto la persona se integra tanto académica como socialmente.
Sobre esta idea, vale acotar que la integración académica influye en la social, y viceversa, ya que mientras que la primera se enfoca en las calificaciones y en cómo el estudiante se identifica con los valores de la institución, la segunda busca comprender cómo el interactúa con sus compañeros tanto durante las clases como en las actividades extracurriculares. En este contexto, se debe precisar que, según Tinto, el abandono puede entenderse desde la teoría de los ritos de iniciación, propuesta por van Gennep (1960), la cual describe cómo los individuos se mueven de un grupo a otro. En otras palabras, en el ámbito de la vida universitaria, esta situación puede originarse por la dificultad de desprenderse de asociaciones pasadas o por la resistencia del estudiante a adoptar las nuevas normas del entorno universitario en el que interactúa (Tinto, 1988).
Además, es importante destacar que los estudiantes ingresan a la universidad con ciertos atributos, como su formación previa o la percepción familiar sobre la educación superior, los cuales son muy relevantes y pueden influir significativamente en el compromiso del estudiante con la institución elegida, así como en su perseverancia para alcanzar sus metas. Es decir, una integración académica y social deficiente puede ser el desencadenante del abandono, ya que debilita dicho compromiso inicial. Este fenómeno, según Tinto, también puede ser motivado por eventos externos a la universidad (Tinto, 1975, 1993), de ahí que la exclusión de factores que representan el entorno no institucional haya sido objeto de crítica constante (Ulriksen et al., 2010).
Modelo de motivación psicológica
A diferencia de lo mencionado anteriormente, las teorías sobre la deserción con motivación psicológica enfatizan el papel de las características individuales de las personas cuando se enfrentan al dilema de abandonar o no sus estudios (Behr et al., 2020. Por ejemplo, el modelo de Bean y Eaton (2000), 2001) está compuesto por cuatro teorías que se combinan para evaluar la integración tanto social como académica: atribución, actitud-conducta, autoeficacia y afrontamiento-conductual.
En otras palabras, desde una perspectiva psicológica, el abandono sigue el siguiente proceso: en primer lugar, se destacan las características psicológicas con las que el estudiante ingresa, las cuales influyen en su comportamiento al interactuar en el entorno universitario. Esta interacción da lugar a diversos planteamientos psicológicos, como el autoanálisis en aspectos académicos y sociales, lo cual conduce a dos posibilidades: si la interacción es positiva y se logra la integración, el estudiante persiste en su objetivo de obtener su título profesional en esa institución; en cambio, si la integración no se logra, se produce una pérdida de motivación y confianza, lo que puede concluir en la deserción (Bean y Eaton, 2001).
Por su parte, Ethington (1990) desarrolló un modelo psicológico utilizando la teoría del valor de las expectativas mediante el cual sostiene que si un estudiante no puede alcanzar las calificaciones deseadas y pierde el interés en su objetivo profesional, esto lo lleva a tomar la decisión de abandonar sus estudios.
Modelo de motivación económica
Los modelos económicos se basan en la teoría del capital humano, así como en las teorías de elección racional (Behr et al., 2020). Desde esta postura, la intención de retirarse se relaciona con el retorno económico esperado de la carrera, el costo de los estudios, así como la pérdida de beneficios, becas y las expectativas de éxito académico (Becker y Hecken, 2009). Dicho de otro modo, si el retorno económico esperado supera la inversión monetaria y mental, el estudiante fortalecerá su motivación para graduarse (Hadjar y Becker, 2004). Además, el éxito esperado está vinculado al desempeño en las calificaciones (Stinebrickner y Stinebrickner, 2008), mientras que el costo de los estudios puede ser un factor determinante para la deserción si el estudiante no cuenta con una situación financiera adecuada, de ahí la importancia de los programas de becas (Behr et al., 2020).
Por último, cabe advertir que a lo largo de la vida universitaria la percepción de los estudiantes sobre la carrera elegida y su futuro puede cambiar. Por eso, si los gastos en su formación aumentan y su rendimiento disminuye, podrían optar por abandonar la universidad y buscar otras oportunidades para su futuro (Hadjar y Becker, 2004).
Método
En la presente investigación se han considerado artículos de acuerdo con la metodología PRISMA, y siguiendo los criterios establecidos por Page et al. (2021) para elegir artículos originales provenientes de fuentes confiables y reconocidas, conocidos por su fiabilidad y rigurosidad científica. Estas fuentes suelen seguir la estructura conocida como IMRD (introduction, methodology, results and discussion). En concreto, se seleccionaron 46 artículos (escritos en inglés o español y entre los años 2018 y 2023) hallados en fuentes confiables como Web of Science, Scopus y Redalyc, cuyas palabras clave eran “deserción universitaria” y “abandono de estudios universitarios”.
Luego de esta primera elección se descartaron 7 debido a que no se pudo conseguir acceso a ellos. Además, se excluyeron aquellos artículos que no cumplían con la estructura IMRD previamente descrita, ya que se requería la discusión de resultados para llevar a cabo las comparaciones pertinentes. En concreto, se determinó que 16 de los 39 artículos no contribuían al estudio.
Sin embargo, vale mencionar que 23 de los 39 artículos fueron considerados para el análisis, ya que cumplían con los parámetros establecidos y ofrecían una valiosa contribución al objetivo de la investigación, al estar relacionados con las variables seleccionadas y cumplir con el periodo de búsqueda establecido.
El análisis se materializó de manera minuciosa, utilizando criterios específicos y una matriz de recolección de datos, que contribuyó a obtener información relevante de los artículos respaldados por centros de investigación científica en los países donde fueron publicados. Además, los autores de estos eran especialistas en el tema estudiado y tuvieron en cuenta la estructura IMRD en sus escritos, incluyendo las palabras clave. Por lo tanto, se analizó y recopiló la información correspondiente a los objetivos, metodología, resultados y conclusiones.
Resultados
N.° | Base de datos | Autor(es) | Año | Título de artículo de investigación |
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1 | Scopus | Carvajal et al. | 2018 | Variables sociodemográficas y académicas explicativas de la deserción de estudiantes en la Facultad de Ciencias Naturales de la Universidad de Playa Ancha (Chile) |
2 | Scopus | Rodríguez et al. | 2018 | Deserción universitaria: nuevo análisis metodológico |
3 | Redalyc | Benítez et al. | 2019 | Análisis de los factores de deserción estudiantil en el programa de pregrado enfermería de una universidad privada del municipio de Palmira, Colombia. 2019 |
4 | Redalyc | Pérez | 2019 | Comparación de técnicas de minería de datos para identificar indicios de deserción estudiantil, a partir de desempeño académico |
5 | Scopus | Vanegas y Sancho | 2019 | Análisis de cohorte: deserción, rezago y eficiencia terminal, en la carrera de licenciatura en Medicina y Cirugía de la Universidad de Ciencias Médicas. |
6 | Scopus | Bedregal et al. | 2020 | Análisis del rendimiento académico de los estudiantes de Ingeniería de Sistemas, posibilidades de deserción y propuestas para su retención. |
7 | Redalyc | González y Molina | 2020 | Condiciones socioeconómicas y afectivas de jóvenes universitarias madres de familia. |
8 | Redalyc | Hernández et al. | 2020 | Estudio descriptivo de variables sociodemográficas y motivacionales asociadas a la deserción: la perspectiva de personas universitarias de primer ingreso. |
9 | Web of Science | Lázaro et al. | 2020 | Factores que inciden en la deserción estudiantil en carreras de perfil Ingeniería Informática. |
10 | Web of Science | Pupiales | 2020 | Disminuir la deserción de estudiantes: un estudio etnográfico sobre la tutoría en la Universidad Técnica de Lisboa, Portugal. |
11 | Web of Science | Vera et al. | 2020 | Salud mental y deserción en una población universitaria con bajo rendimiento académico. |
12 | Redalyc | Viera et al. | 2020 | Factores de deserción estudiantil: un estudio exploratorio desde Perú. |
13 | Web of Science | Barbosa et al. | 2021 | Inequality and dropout in higher education in Colombia. a multilevel analysis of regional differences, institutions, and field of study. |
14 | Scopus | Gómez et al. | 2021 | Identifying students at risk to academic dropout in higher education. |
15 | Web of Science | Burgos et al. | 2022 | Causales del abandono estudiantil, dónde, cómo y cuántos: el caso de la Universidad de Atacama. |
16 | Web of Science | Chalpartar et al. | 2022 | Deserción en la población estudiantil universitaria durante la pandemia, una mirada cualitativa. |
17 | Web of Science | De la Lama et al. | 2022 | La paradoja de la presión académica excesiva aplicada en algunas escuelas de Educación Superior. Una explicación desde la teoría de probabilidad de la deserción estudiantil de las universidades, que afirman ser de excelencia. |
18 | Web of Science | Di Paola et al. | 2022 | Factores sociodemográficos que inciden en la retención de ingresantes a la universidad: un estudio exploratorio en la Licenciatura en Psicología de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC) |
19 | Web of Science | Fonseca et al. | 2022 | Tipologías de estudiantes que permanecen y abandonan la Universidad: aproximación comprensiva desde el currículum y el proyecto de vida |
20 | Web of Science | Moreira et al. | 2022 | Forecasting students dropout: A UTAD University Study |
21 | Redalyc | Salazar et al. | 2022 | Determinantes de pérdida de becas universitarias en un programa social de Perú dirigido a estudiantes procedentes de familias pobres y vulnerables. |
22 | Web of Science | Valencia et al. | 2023 | University dropout model for developing countries: A Colombian context approach |
23 | Web of Science | Ortiz et al. | 2023 | Analysis of the retention of women in higher education STEM programs |
Fuente: Elaboración propia
Tipo de documentos | Cantidad | % |
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Artículos en inglés | 5 | 22 |
Artículos en español | 18 | 78 |
Total | 23 | 100 |
Fuente: Elaboración propia
Categorías | Aportes |
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Modelo sociológico | La dimensión sociológica de la familia influye en la decisión de desertar, precisando que un alto nivel educacional de los padres reduce el riesgo de abandono de los estudios universitarios (Carvajal et al., 2018). Los factores sociodemográficos, como la importancia de la educación en el hogar, el haber cursado continuamente la educación regular, finalizándola sin retraso, pueden ejercer influencia en el abandono de estudios (Di Paola et al., 2022). Para el género femenino el abandono es causado muchas veces debido a factores tanto socioeconómicos como también afectivos debido a la vieja costumbre de que la crianza es una labor femenina, lo que confiere muchas responsabilidades a las madres jóvenes y les imposibilita continuar con sus estudios (González y Molina, 2020). La deserción femenina puede deberse al entorno competitivo, la predominancia de la población estudiantil masculina (sobre todo en carreras de ingeniería, ciencia y tecnología), y la carencia de profesores empáticos (Ortiz et al., 2023). Comparado con el género masculino, cabe mencionar que las mujeres universitarias tienen mayor tolerancia a la frustración, por lo que tienen menos probabilidades de desertar (Rodríguez et al., 2018). Existen factores detonantes del abandono, como la falta de adaptación social al nuevo ambiente que representa la casa de estudios elegida, así como problemas de origen familiar (Valencia et al., 2023). El mayor índice de abandono se contempla durante el primer año académico, y suele estar provocado por la falta de integración de carácter tanto social como académica (Lázaro et al, 2020). |
Modelo psicológico | La deserción es provocada en gran medida por el rendimiento académico, las bajas calificaciones desmotivan a los estudiantes de proseguir sus estudios universitarios, puesto que la repitencia de asignaturas y la imposibilidad de seguir avanzando en la carrera conducen a la postergación de los estudios, y eventualmente, a la deserción (Burgos et al., 2022). Uno de los principales motivos que originan que el estudiante opte por la decisión de desertar es el bajo desempeño académico, puesto que las bajas calificaciones y el abandono se encuentran íntimamente relacionados (Pérez, 2019). El abandono provocado por el bajo éxito académico ocurre principalmente durante el primer año de estudios, donde se evidencia menores calificaciones y mayor desaprobación de asignaturas, lográndose menores créditos aprobados en comparación con el número de créditos que debieron obtener (Bedregal et al., 2020). Cuando se trata de una universidad que posee un excelente nivel académico, el ingresante deberá elegir entre dos senderos si muestra un bajo rendimiento: continuar con sus estudios, siendo fiel a los ideales de la institución, lo cual lo motivó a elegirla, pero corriendo el riesgo de que se lo considere mediocre, o simplemente, renunciar a la vida universitaria, siendo consciente que es la decisión más realista si sus esfuerzos no dan frutos (De la Lama et al., 2022). Los estudiantes con mayor riesgo de fracaso académico, y, por consiguiente, de deserción, son los que muestran bajo nivel cognitivo además de carecer de aptitudes para un aprendizaje eficaz (Gómez et al, 2021). La deserción es motivada por factores como el no haber podido ingresar la profesión deseada, así como el desánimo por encontrarse estudiando otra carrera, y, además, puede deberse al anhelo de llevar a cabo su formación en otra casa de estudios (Hernández et al, 2020). Una adecuada tutoría disminuye la probabilidad de deserción, puesto que previene la pérdida de cursos y potencia las habilidades del estudiante, sin embargo, si bien es cierto que para lograrla se debe contar con el compromiso del tutor, también resulta imprescindible el compromiso y la responsabilidad del alumno (Pupiales, 2020). El abandono es provocado, muchas veces, por la repitencia constante de los cursos, sobre todo los que se encuentran relacionados a las ciencias básicas, siendo importante señalar que esto se debe a la falta de aptitudes tanto lógicas como también analíticas (Vanegas y Sancho, 2019). La deserción está asociada a múltiples factores, entre ellos al estado de salud físico y mental; por ello, resulta necesario que las casas de estudios superiores se preocupen por la creación de programas de acompañamiento que contribuyan a la identificación, de manera temprana, de dichos problemas mentales, tomando en cuenta que estos afectan negativamente en el rendimiento académico (Vera et al., 2020). La deserción puede ser provocada por el bajo rendimiento académico producto de la poca preparación que los estudiantes recibieron en sus colegios de procedencia (Viera et al., 2020). El abandono puede ser provocado debido a la desmotivación que sufre el estudiante cuando considera que el currículum que le brinda la universidad para la carrera elegida no se alinea con el proyecto de vida que tiene preparado, siendo importante resaltar que, para contrarrestar ello, las casas de estudios superiores deben ofrecer currículums que encanten a los estudiantes, de tal manera que se pueda garantizar la permanencia sobre todo de aquellos estudiantes que tienen dudas sobre las metas que anhelan conseguir con su formación (Fonseca et al., 2022). El abandono puede ocurrir debido a la carencia de madurez de los estudiantes, relacionada con la edad de estos, mientras que para garantizar la finalización de los estudios es menester que la universidad ofrezca unidades curriculares exitosas y exigentes (Moreira et al., 2022). |
Modelo económico | El abandono puede ser provocado por la escasez económica debido al desempleo, por lo que es importante mencionar que las oportunidades laborales remuneradas pueden contribuir a evitar este fenómeno (Benítez et al., 2019). La deserción puede provocarse por la pérdida de la beca de estudios, la cual se relaciona con la ubicación de la residencia del alumno, el idioma que habla, la edad en la que obtuvo este beneficio, la vulnerabilidad, la carrera que se encuentra cursando, así como el tipo de gestión, si se trata de una casa de estudios pública o privada (Salazar, 2022). Los estudiantes de las casas de estudios públicas con entornos socioeconómicos vulnerables, es decir, que no cuentan con el suficiente apoyo de parte del gobierno, tienen mayores probabilidades de optar por el abandono, que aquellos que provienen de entornos académicos más favorecidos económicamente (Barbosa et al., 2021). Uno de los factores que mayor influencia ejerce en el abandono es la carencia de apoyo económico por parte de la familia, siendo importante resaltar que, para contrarrestar ello, resulta crucial que las casas de estudios superiores ofrezcan herramientas económicas que contribuyan a fortalecer la permanencia de los estudiantes (Chalpartar et al., 2022). |
Fuente: Elaboración propia
Discusión
De acuerdo con Valencia et al. (2023), la deserción universitaria es una problemática de alta prioridad en la agenda política de muchos países, especialmente en aquellos pertenecientes al contexto latinoamericano, ya que puede influir significativamente en su crecimiento y desarrollo. Esta problemática está motivada por factores económicos y sociales, así como por los problemas individuales de adaptación al nuevo entorno social que supone el ambiente universitario, la identificación con los valores institucionales y las relaciones establecidas por el estudiante con sus pares.
De manera similar, Lázaro et al. (2020) señalan que este fenómeno tiende a ser provocado por la falta de integración tanto social como académica, y ocurre con mayor frecuencia durante el primer año académico. Esto coincide con lo planteado por Spady (1970), quien en su modelo establece que si el estudiante no logra integrarse socialmente, experimenta insatisfacción y disminuye su compromiso inicial con la institución, lo que finalmente conduce al abandono. Además, se confirma lo expuesto por Tinto (1988) en su modelo, ya que el abandono puede ser motivado por la dificultad de desprenderse de asociaciones pasadas o por la resistencia del estudiante a adoptar las nuevas normas del ambiente universitario en el que interactúa.
Por otro lado, Carvajal et al. (2018) explica que el fenómeno de la deserción está influenciado por factores socioeconómicos, pero destaca que los familiares también pueden tener un impacto en la vida universitaria, por lo que afirma que el nivel educativo de los progenitores puede reducir el riesgo de deserción. Esto coincide con lo señalado por otros autores como Di Paola et al. (2022), quienes sostienen que a mayor nivel educativo de los padres y a mayor importancia que se le otorgue a la educación en el seno familiar, disminuye la probabilidad de abandonar los estudios. Sin embargo, otras variables sociodemográficas también incentivan en esta realidad, como haber cursado de manera continua la educación básica y finalizarla sin retrasos.
Por otro lado, centrándonos en el género femenino, según lo señalado por González y Molina (2020), la deserción universitaria está influenciada en gran medida por elementos socioeconómicos y afectivos. Es decir, la vieja costumbre de que la crianza es una labor femenina ocasiona que muchas madres jóvenes, que luchan por un futuro mejor para ellas y sus hijos, desistan de la meta de ser profesionales debido a la carencia económica y la enorme responsabilidad afectiva que tienen en el núcleo familiar hacia sus hijos.
Aun así, cabe resaltar que, según Rodríguez et al. (2018), y en comparación con el género masculino, las mujeres universitarias tienen una mayor tolerancia a la frustración, lo que les otorga menos probabilidades de desertar. Además, Ortiz et al. (2023) consideran que la deserción femenina también puede atribuirse al entorno competitivo, la predominancia de la población estudiantil masculina (sobre todo en carreras de ingeniería, ciencia y tecnología) y la falta de profesores empáticos. Por ello, sugiere la implementación de acciones de innovación educativa como mentorías, seguimiento oportuno a alumnas matriculadas, talleres de sensibilización y charlas motivadoras con mujeres profesionales exitosas.
Lógicamente, la deserción puede estar motivada por factores psicológicos, como el rendimiento académico (Burgos et al., 2022), puesto que las bajas calificaciones, la repitencia de asignaturas y la imposibilidad de avanzar en la carrera llevan a la postergación de los estudios y, eventualmente, al abandono definitivo de la universidad. Esto coincide con lo expuesto por Pérez (2019), quien indica que uno de los principales motivos que llevan al estudiante a optar por la deserción es el bajo desempeño académico, ya que las bajas calificaciones y el abandono están estrechamente relacionados.
A partir de lo anterior, se puede inferir que el abandono provocado por el bajo éxito académico ocurre principalmente durante el primer año de estudios, donde se evidencian menores calificaciones y mayor desaprobación de asignaturas, lo que resulta en un menor número de créditos aprobados en comparación con el número de créditos que debían obtenerse (Bedregal et al., 2020).
Para Vanegas y Sancho (2019) el abandono también puede ser provocado por la constante repetición de cursos, especialmente aquellos asociados con las ciencias básicas, lo cual se acentúa por la falta de aptitudes tanto lógicas como analíticas en los estudiantes debido a la insuficiente preparación que recibieron en sus colegios de origen. Esto les dificulta afrontar las exigencias del ámbito universitario (Viera et al., 2020). Por tal motivo, las instituciones de educación superior deben preocuparse por la creación de programas de acompañamiento que contribuyan a la identificación temprana de estos problemas mentales (Vera et al., 2020).
Aunado a lo anterior, y de acuerdo con Fonseca et al. (2022), se debe prever que el abandono también puede ser provocado por la desmotivación que sufre el estudiante cuando considera que el currículo ofrecido por la universidad para la carrera elegida no se alinea con su proyecto de vida. En consecuencia, las instituciones deben ofrecer planes de estudio que cautiven a los alumnos, ya que esto favorece a la permanencia, especialmente de aquellos que tienen dudas sobre las metas que desean alcanzar con su formación. En concordancia con esta idea, Moreira et al. (2022) explican que el abandono puede ocurrir debido a la falta de madurez de los estudiantes, de ahí que se deban brindar unidades curriculares exitosas y exigentes.
Lo expuesto anteriormente se intensifica cuando se trata de una institución de excelencia académica. Como afirman De Lama et al. (2022), en este caso el alumno de bajo rendimiento se encuentra ante una encrucijada: continuar con sus estudios -siendo fiel a los ideales de la institución que lo motivaron a elegirla, pero corriendo el riesgo de ser considerado mediocre- o simplemente renunciar a la vida universitaria -siendo consciente de que esta es la decisión más realista si sus esfuerzos no dan frutos-.
Esto concuerda con el modelo psicológico de Ethington (1990), quien utiliza la teoría del valor de las expectativas para asegurar que el rendimiento está estrechamente relacionado con las expectativas de éxito en los estudios. En este sentido, si el éxito es escaso, el desempeño decae y la deserción se convierte en una opción. Asimismo, según lo señalado por Gómez et al. (2021), los estudiantes con mayor riesgo de fracaso académico y, por consiguiente, de deserción, son aquellos que muestran un bajo nivel cognitivo y carecen de aptitudes para un aprendizaje eficaz.
Una alternativa de solución para lo expuesto, según Pupiales (2020), consiste en brindar una adecuada tutoría, ya que esta previene la pérdida de cursos y potencia las habilidades del estudiante. Sin embargo, si bien es cierto que para lograrlo se debe contar con el compromiso del tutor, también es imprescindible la responsabilidad del alumno. Además, cabe señalar que la desmotivación no solo puede ser resultado del rendimiento académico, ya que -según Hernández et al. (2020)- también puede ser provocada por factores como no haber podido ingresar a la profesión deseada, encontrarse estudiando otra carrera o anhelar realizar su formación en otra institución educativa.
En cuanto a la deserción motivada por factores económicos, Benites et al. (2019) explican que las oportunidades laborales remuneradas pueden contribuir a evitar este fenómeno. En esta misma perspectiva, Chalpartar et al. (2022) opinan que uno de los factores que ejerce mayor influencia en el abandono es la carencia de apoyo económico por parte de la familia, de ahí que las instituciones de educación superior deban brindar herramientas económicas que contribuyan a fortalecer la permanencia de los estudiantes, por ejemplo, mediante becas (Salazar, 2022). Esto coincide con el modelo teórico de Hadjar y Becker (2004), quienes afirman que la existencia de un programa de becas es de suma importancia, ya que si los costos de enseñanza son altos y el rendimiento académico bajo, las oportunidades laborales externas se vuelven más atractivas, llevando al estudiante a decidir dejar de estudiar.
Por último, vale subrayar que estudiantes de las instituciones de educación superior públicas que provienen de entornos socioeconómicos vulnerables -es decir, aquellos que no cuentan con el suficiente apoyo por parte del gobierno- tienen mayores probabilidades de optar por el abandono en comparación con aquellos más favorecidos económicamente (Barbosa et al. 2021).
Conclusiones
El fenómeno de la deserción constituye una problemática de gran interés a nivel mundial, especialmente en el contexto latinoamericano, dado que puede tener severas implicancias en el ámbito social y económico de los países en desarrollo, de ahí que sea fundamental comprender los factores que lo motivan. En tal sentido, y tras la revisión sistemática de la literatura presentada en este trabajo, se puede afirmar que dichos factores se agrupan principalmente en tres modelos de motivación: el sociológico, el psicológico y el económico.
La dimensión sociológica está relacionada con la influencia de la familia y la existencia de hijos, la experiencia previa en convivencia social, la ausencia de retraso en la formación básica, las condiciones socioeconómicas y la adaptación social al entorno universitario. Por su parte, la dimensión psicológica se vincula con la desmotivación derivada del bajo rendimiento académico, el miedo al fracaso, las altas cargas académicas, la imposibilidad de ingresar a la profesión deseada, la desilusión por estudiar una carrera diferente y, además, puede ser resultado del deseo de formarse en otra institución educativa. Finalmente, la dimensión económica se relaciona con el bajo nivel de ingresos familiares, el desempleo, la falta de vivienda propia y la ausencia o pérdida de becas de estudios.
Futuras líneas de investigación
La revisión sistemática permitió analizar aspectos sociológicos, psicológicos y económicos que motivan el abandono en las universidades. Sin embargo, sería interesante investigar en años posteriores la deserción ocasionada por aspectos institucionales relacionados con los requisitos para obtener los grados académicos, como la dificultad para desarrollar la tesis y, en especial, para elaborar el artículo científico, ya que estos requisitos son solicitados por una cantidad cada vez mayor de universidades, especialmente en el ámbito de posgrado.