Introducción
Los datos de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV) indican que la cartera de crédito al consumo registró un saldo de 1.31 billones de pesos en junio de 2023, con un índice de morosidad (Imor) general del 2.18 %. En particular, el Imor de la cartera de crédito al consumo fue del 3.07 %, desglosado en 3.04 % para tarjetas de crédito, 4.81 % para créditos personales y 5 % para créditos destinados a la adquisición de bienes muebles. Estos datos reflejan el aumento en el consumo de los hogares y destacan un crecimiento del 16.8 % en la cartera de consumo de tarjetas de crédito (Banco de México, 30 de agosto de 2023; Comisión Nacional Bancaria y de Valores, 2023).
Sin embargo, la pandemia de covid-19 tuvo un profundo impacto en la actividad económica global y en México, pues afectó los niveles de inflación y redujo el ingreso real de las personas que no podían ajustar su ingreso nominal al aumento de precios, especialmente aquellas con menor poder adquisitivo, lo cual disminuyó su capacidad de pago y aumentó su probabilidad de incumplimiento (European Central Bank, 2023). Aunado a esto, la inflación ha impulsado el crecimiento de los precios, particularmente de la canasta básica, ya que los alimentos representan la mayor proporción del gasto para quienes tienen menores ingresos (Banco de México, 2022). De hecho, estas personas, que a menudo carecen de verificabilidad en sus ingresos, se ven limitadas en garantías e historial crediticio, por lo que generalmente deben optar por condiciones de financiamiento menos favorables, como plazos más cortos y/o mayores tasas de interés, lo que incrementa la probabilidad de caer en morosidad (Jaume, et al., 2022).
Por ese motivo, el endeudamiento y, en particular, el sobreendeudamiento son fenómenos crecientes en todo el mundo y se han convertido en un problema social (Hämmig y Herzig, 2022). Esto se debe a que, para ciertos grupos de personas, sus ingresos no son suficientes para cubrir los costos de sus necesidades o estilo de vida, lo que los lleva a recurrir a financiamientos que implican intereses, comisiones y gastos exigidos por la persona física o moral que otorga el préstamo.
En este contexto, la CNBV (2022) indica que en México existen 30.5 millones de tarjetas de crédito en circulación, de las cuales la mayor proporción corresponde a tarjetas de tiendas departamentales (54 %), seguidas por tarjetas bancarias (25 %), créditos personales (10 %) y créditos de nómina (7 %). Además, la Encuesta Nacional de Inclusión Financiera (ENIF) (2021) señala que el 25 % de la población adulta tiene tarjeta de crédito, mientras que el 46 % posee tarjeta de débito. Al considerar el nivel educativo, se observa que el 73 % de las personas con estudios de licenciatura o superiores tienen tarjeta de débito y el 26 % tarjeta de crédito, mientras que entre aquellos con educación preparatoria el 49 % tiene tarjeta de débito y solo el 9 % posee tarjeta de crédito, lo que sugiere que a mayor nivel educativo mayor es la probabilidad de tener una tarjeta de crédito (Comisión Nacional Bancaria y de Valores e Instituto Nacional de Estadística y Geografía, 2021).
Durante 2021, a pesar de la pandemia, el sistema bancario mexicano otorgó el 3.4 % más de tarjetas de crédito en comparación con 2020 (Comisión Nacional Bancaria y de Valores, 2022), lo cual se concentra en seis bancos que abarcan el 73 % del total: Banorte, HSBC, Scotiabank, Santander, Citibanamex y BBVA (este último otorgó 891 762 nuevas tarjetas, por lo que ocupó el primer lugar en dicho rubro) (Banco de México, 8 de julio de 2022). Además, el reporte de estabilidad financiera del segundo semestre de 2022 señala una disminución en el número de usuarios de tarjeta de crédito que pagan el total de su deuda cada mes, lo que indica un aumento en el apalancamiento de los créditos. Asimismo, el Imor ha aumentado en los estratos de crédito de nómina, tarjeta de crédito y préstamos personales. Incluso, el crédito al consumo registra tasas de crecimiento, en particular el saldo de la cartera de tarjetas de crédito bancarias (Banco de México, 2022).
Ahora bien, según el enfoque neoclásico, el aumento de la deuda alimenta el consumo y el crecimiento económico, mientras que en la literatura económica se argumenta que, en los periodos posteriores a una crisis, el crecimiento de la deuda tiene un impacto positivo en la economía, ya que fomenta el consumo de los hogares. Sin embargo, el creciente endeudamiento de las familias se ha convertido en un problema económico (Petrov et al., 2020), ya que muchas personas utilizan las tarjetas de crédito para pagar sus obligaciones financieras (Mendonça y Dalagostini, 2019).
Entre las causas que originan este escenario, Gutiérrez et al. (2017) destacan la propensión al endeudamiento, la baja alfabetización financiera y el crecimiento de la pobreza en la sociedad. Por su parte, Carlsson y Nilsson (2020) sugieren que la investigación futura debería considerar otros tipos de influencias externas como causales de endeudamiento, tales como las normas sociales, la presión social y el estatus social.
Explicado lo anterior, la presente investigación busca analizar la influencia de la educación financiera, el valor del dinero y el materialismo sobre la propensión al endeudamiento. Este trabajo resulta novedoso, ya que la mayor parte de los estudios sobre endeudamiento no utilizan el valor del dinero y el materialismo como variables independientes, de modo que contribuye al proponer un enfoque teórico para determinar qué variables afectan esta práctica en un país en desarrollo.
Después de esta introducción, la estructura del artículo se organiza de manera temática. Primero se presenta el soporte teórico de cada una de las variables y las relaciones propuestas como hipótesis; luego se describe la metodología; posteriormente se analizan los resultados del modelo estructural, y finalmente se discuten las conclusiones y se ofrecen recomendaciones para futuras investigaciones.
Endeudamiento
El endeudamiento es un medio que permite a los hogares afrontar sus costos. En el caso de los jóvenes, a menudo consumen más de lo que ganan con la esperanza de un aumento futuro en sus ingresos, que muchas veces no se materializa, de modo que acumulan deudas que deberán pagar en la edad adulta (Petrov et al., 2020). Asimismo, se percibe que los hogares de bajos ingresos tienden a endeudarse (Arsyianti et al., 2018), mientras que aquellos que experimentan un aumento en el valor de sus viviendas suelen sentirse más confiados y a contratar nuevos préstamos para consumo. En cambio, en el caso de aquellos considerados ricos, se observan niveles más altos de sobreendeudamiento, lo que sugiere que la percepción de una garantía valiosa puede conducir a comportamientos inseguros fomentados por las instituciones financieras (Camões y Vale, 2020).
Una persona con deudas es aquella que tiene la obligación de pagar a otra, lo que a menudo se asocia con comportamientos antisociales (Li et al., 2019). El endeudamiento tiene dos tipos de causas: las vinculadas al individuo (como la falta de educación financiera o su disposición a endeudarse) y las basadas en circunstancias (como crisis externas o la presión ejercida por las instituciones financieras) (Gutiérrez et al., 2017). Una postura negativa frente al endeudamiento indica una actitud austera, mientras que una actitud hedonista considera tanto el crédito como el endeudamiento como opciones naturales para satisfacer de forma inmediata las necesidades materiales (Quintano y Denegri, 2021).
Sin embargo, también se debe considerar que el comportamiento individual y las circunstancias personales -como ingresos insuficientes para cubrir gastos regulares o la ocurrencia de eventos críticos de la vida, tales como desempleo, separación, divorcio y enfermedad- pueden llevar a las personas a contraer deudas (Hämmig y Herzig, 2022). Además, el contexto influye, pues las bajas tasas de interés y el crecimiento del salario mínimo propician un aumento en el nivel de deuda de las personas (Enache, 2022). Aunado a eso, el grado de endeudamiento también está influenciado por variables sociodemográficas como género, raza, estado civil, ocupación e ingresos (Franco, 2020), y la expansión del crédito al consumo también conduce a una escalada en el sobreendeudamiento de los consumidores (Yin, 2018).
Para reducir o eliminar estos comportamientos, en China, en 2015, el Tribunal Popular Supremo emitió una disposición para restringir el alto consumo de los deudores, donde se especificaba que un deudor persona física no debía incurrir en comportamientos de alto consumo (Yin, 2018). La tabla 1 ilustra distintos estudios previos que tienen al endeudamiento como variable dependiente, lo que demuestra que este es un tema de interés para la comunidad académica.
Autor(es)/Año | Título | Lugar | Variable dependiente | Variables independientes |
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Hämmig y Herzig (2022). | Over-indebtedness and health in Switzerland: A cross-sectional study comparing over-indebted individuals and the general population | Zúrich, Suiza | Sobreendeudamiento | Salud, trastornos musculoesqueléticos, trastornos del sueño y depresión. |
Carlsson y Nilsson (2020). | Determinants of indebtedness among young adults: Impacts of lender guidelines, explicit information and financial (over) confidence | Suecia | Decisión de endeudamiento | Capacidad de manejar información sobre préstamos, estándar de comportamiento de endeudamiento apropiado y (exceso) confianza financiera del prestatario. |
Oğuz-Duran (2020). | Turkish Version of the Revised and Short Indebtedness Scale (ISR-S): Translation, Validity, Measurement Invariance and Reliability Studies for Turkish University Students. | Turquía | Endeudamiento | Gratitud, felicidad y satisfacción con la vida |
Camões y Vale (2020). | I feel wealthy: A major determinant of Portuguese households’ indebtedness? | Portugal | Tipo de deuda | Riqueza de la vivienda |
Petrov, Tonkova y Todorova (2020). | Structural and Value Dimensions of Household Indebtedness in Bulgaria | Bulgaria | Nivel de endeudamiento | Precio de los préstamos de consumo a corto plazo |
Mendonça y Dalagostini (2019) | Style Consumption and Propensity to Indebtedness: Evidence on the Peace Border. | Santana do Livramento, Brasil y Rivera, Uruguay | Propensión al endeudamiento | Materialismo, percepción del riesgo y comportamiento de riesgo, edad, ingresos, género y nivel educativo. |
Ahmed, Alabdullah, Amran, y Yahya (2018). | Indebtedness Theory and Shariah Boards: A Theoretical Approach. | Malaysia | Endeudamiento | Responsabilidad, instrumentos financieros y principios islámicos. |
Gutiérrez, Serrano y Cuesta (2017) | A multivariate study of over-indebtedness’ causes and consequences | España | Sobreendeudamiento | Aspectos del prestatario como su propensión al endeudamiento y su falta de educación financiera. |
Fuente: Elaboración propia
Educación financiera
La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) ha liderado los esfuerzos sobre la importancia de la educación financiera, considerada un motor de desarrollo social inclusivo, en 35 países del mundo. Para ello, ofrece a los gobiernos un marco para compartir experiencias y buscar soluciones a problemas comunes con la misión de promover políticas que mejoren el bienestar económico y social de las personas (OCDE, 25 de enero de 2018).
La educación financiera, entonces, es el proceso a través del cual los individuos adquieren o amplían sus conocimientos y desarrollan la capacidad de comprender y usar conceptos financieros para tomar decisiones correctas ante condiciones financieras cambiantes. Esta habilidad es fundamental en el siglo XXI, ya que permite a las personas gestionar sus recursos mediante la planificación informada (Aksoylu et al., 2017; Aranibar et al., 2023).
En 2012, la OCDE desarrolló el estudio Measuring Financial Literacy, un plan piloto aplicado en 14 países para medir el nivel de educación financiera a través de tres dimensiones: conocimiento, comportamiento y actitud. Los resultados indicaron una falta de conocimiento financiero en una proporción considerable de la población (Atkinson, 2012), aspecto que limita la comprensión de aspectos económicos como las tasas de interés, los ingresos y los precios, lo cual es crucial para tomar decisiones informadas sobre el uso del financiamiento y evitar el sobreendeudamiento (Gutiérrez et al., 2017; Petrov et al., 2020).
En consecuencia, es importante que los individuos reciban educación financiera, comprendan las finanzas y desarrollen la capacidad de utilizarlas en la toma de decisiones económicas personales (Vieira y Pessoa, 2020). De hecho, debido a eventos como las crisis económicas y la globalización, la educación financiera ha cobrado especial relevancia, hasta el punto de ser incorporada en programas articulados en el sistema educativo formal (Aceituno, 2018).
Al respecto, cabe señalar que la educación financiera se clasifica en dos tipos: formal, es decir, la impartida por las escuelas y proporcionada en los lugares de trabajo, e informal, la cual se obtiene a través de la socialización y enseñanza proporcionada por los padres y otros miembros de la familia (Zhang y Fan, 2022).
No obstante, los bajos niveles de cultura financiera en la población general son consecuencia de la falta de instrucción sobre este tema, lo que se refleja en malos hábitos y desconocimiento en la planeación financiera diaria (García et al., 2015). Además, en la mayoría de los países latinoamericanos, los programas de educación financiera son escasos (Aguilar-Sinche et al., 2019).
Por otra parte, cabe mencionar que si bien la educación financiera disminuye la dependencia de la deuda y mejora el comportamiento de pago, la formación en economía aumenta tanto la probabilidad de tener deuda pendiente como la prevalencia de dificultades de pago (Brown et al., 2016). Al respecto, Cornejo et al. (2017) encontraron que la mayoría de los adultos jóvenes estaban endeudados con bancos y/o casas comerciales, lo cual se vincula con nulos o bajos conocimientos financieros. Asimismo, los hallazgos de Zhang y Fan (2022) confirmaron que la educación financiera formal se asocia negativamente con la morosidad de los préstamos, mientras que el conocimiento financiero subjetivo está asociado positivamente con el retraso en el pago de los préstamos y es un fuerte indicador de los comportamientos de endeudamiento.
En este contexto, Gutiérrez et al. (2017) presentaron un modelo explicativo del sobreendeudamiento que incluye entre sus causas la falta de conocimientos financieros entre los individuos, por lo que a continuación se presenta la primera hipótesis de trabajo:
H1: La escasa educación financiera influye directa, positiva y significativamente en el endeudamiento.
Ahora bien, vivimos en una sociedad de consumo derivada del aumento del crédito y la búsqueda de satisfacción de necesidades y deseos personales, que a menudo se ven saciados con la adquisición de productos, lo que trae como consecuencia el impago y el endeudamiento de los consumidores (Mendonça y Dalagostini, 2019). De hecho, en el caso específico de los consumidores jóvenes, se puede indicar que estos tienen deudas de consumo, de ahí que se apliquen políticas educativas en las materias de matemáticas, economía y educación financiera con el objetivo de mejorar su comportamiento financiero (Brown et al., 2016). En particular, los estudiantes universitarios suelen solicitar préstamos para el consumo, dado que esperan obtener mayores ingresos al convertirse en profesionistas competitivos (Zhang y Fan, 2022).
Asimismo, en un mundo consumista y materialista, el consumidor otorga gran importancia a las posesiones, ya que considera que estas le proveen satisfacción y son un signo de éxito. En consecuencia, busca la felicidad mediante la adquisición de bienes, aunque esto implique contraer deudas (Páramo, 2019). Con base en esta premisa, se plantea la segunda hipótesis:
H2: La escasa educación financiera influye directa, positiva y significativamente en el materialismo.
Por otra parte, se ha demostrado que la educación financiera permite comprender que el dinero tiene un valor nominal y otro real, y que la inflación afecta su valor a lo largo del tiempo (Jaramillo et al., 2016). Sin embargo, el desconocimiento de esta realidad puede proporcionar un enfoque erróneo del valor del dinero, de ahí que las personas tiendan a usar tarjetas de crédito como forma de pago. Aunque estas ofrecen ciertos beneficios, sus tasas de interés son las más altas del mercado (López, 2016). Por ella, la tercera hipótesis es la siguiente:
Materialismo
El consumo conduce al materialismo, el cual se asimila como un valor cultural ligado a la posesión y adquisición de bienes materiales. Por ello, el consumidor realiza nuevas compras, ya que para él los bienes materiales tienen un papel esencial en su vida y son fuente de satisfacción o insatisfacción. Sin embargo, el materialismo puede tener consecuencias negativas como el endeudamiento (Mendonça y Dalagostini, 2019).
El materialismo es un juicio personal de los individuos impulsado por su entorno para asignar un mayor valor a la adquisición de posesiones materiales, pues creen que estas generan satisfacción, bienestar y felicidad. Además, se percibe como señal de éxito, ya que este se juzga por la cantidad y calidad de las posesiones, de ahí que muchos individuos recurran a créditos. Por ello, se infiere que el comportamiento materialista incide en la propensión al endeudamiento (Quintano y Denegri, 2021; Minella et al., 2017). En este contexto, el modelo explicativo de Gutiérrez et al. (2017) también encontró como causa del sobreendeudamiento la tendencia a imitar a otros en sus objetivos materialistas, lo cual sirvió de base para plantear la cuarta hipótesis:
Según Mendonça y Dalagostini (2019), el materialismo se asimila como un valor cultural que afecta en mayor medida a las personas que suelen no interesarse por la economía y cómo esta puede afectarles, de ahí que sus planes de consumo carezcan de control (Gutiérrez et al., 2017). Además, dado el aumento en la línea de crédito, se facilita el consumo y alienta a los individuos a comprar bienes materiales para satisfacer sus deseos y necesidades (Mendonça y Dalagostini, 2019). De hecho, el dinero es muy importante para las personas materialistas, ya que es el medio para adquirir los bienes deseados; por ello, estas personas afirman necesitar mayores ingresos para satisfacer sus necesidades (Denegri et al., 2022).
Estudiar el impacto del materialismo es importante en un contexto en el que se observa que el valor del dinero es relativo. Este escenario ha aumentado a lo largo de las generaciones y ha alcanzado su punto máximo con la generación X (Denegri et al., 2022). Por ello, se plantea la quinta hipótesis:
Valor del dinero
El dinero tiene un significado social significativo y puede funcionar como medio de integración o diferenciación; además, se considera una mercancía y un medio para obtener rendimiento. En el sistema financiero, se determina de manera racional considerando la temporalidad, los intereses, los riesgos, la incertidumbre y la inflación. Personalmente, el valor atribuido al dinero tiene su origen en el proceso de socialización económica, influenciado por la observación intergeneracional (Quintano y Denegri, 2021; Rabbani y Hasan, 2023).
Asimismo, la valoración del dinero es una construcción que depende de la clase social del individuo, quien considera principalmente su costo y la calidad percibida de los bienes que adquiere (Jones et al., 2020). De hecho, la información proporcionada por estudios impacta las decisiones de las personas, ya que puede desalentar el consumo de bienes que no se pueden pagar (Carlsson y Nilsson, 2020).
Por otra parte, la apreciación del dinero también se ha convertido en una forma de poder y estatus en la sociedad, ya que representa un producto utilitario y una simbólica representación emocional (Denegri et al., 2021). Por ejemplo, los jóvenes lo requieren para participar en el ocio y, cuando no lo tienen, recurren a préstamos informales (Barros et al., 2019). Según Minella et al. (2017), el valor atribuido al dinero impacta en el nivel de deuda. Por ello, se plantea la sexta hipótesis:
En resumen, la figura 1 ilustra las hipótesis de investigación según la relación entre las variables.
Materiales y métodos
Inicialmente, se consultó y analizó la literatura académica disponible para identificar los antecedentes de las diversas variables que se miden en este estudio. Posteriormente, se procedió a adaptar y transculturalizar la escala validada previamente por Minella et al. (2017) al contexto mexicano. Los ítems fueron traducidos con el apoyo de expertos en idioma portugués para garantizar la equivalencia lingüística, conceptual y cultural del instrumento respecto a la escala original. La versión traducida se sometió a una validación de expertos siguiendo la propuesta metodológica de Escobar y Cuervo (2008).
En concreto, se desarrolló investigación cuantitativa, empírica y transversal, utilizando una muestra no probabilística de adultos jóvenes. Se logró recabar un total de 333 encuestas válidas, un tamaño de muestra que cumple con las recomendaciones de Hair et al. (2017). Asimismo, cabe indicar que el número máximo de variables predictoras incluidas en el modelo propuesto es de tres (figura 1). Según este criterio, se requerían al menos 109 observaciones para detectar valores de R2 de al menos 0.15, con un nivel de significancia del 1 % y una potencia estadística del 80 %, por lo que la muestra se considera de un tamaño aceptable. Los datos se recolectaron utilizando dos métodos: encuestas en persona mediante muestreo por racimos y un formulario en línea de Google.
Para el análisis de datos se empleó la técnica estadística de modelización de ecuaciones estructurales basada en mínimos cuadrados parciales (PLS-SEM), conocida por su utilidad para explorar y predecir modelos, especialmente en el desarrollo teórico en etapas tempranas (Hair et al., 2019). La muestra estuvo compuesta por el 60 % de mujeres y el 40 % de hombres, con una edad promedio de 22 años, y un rango de edad entre los 18 y los 39 años.
Resultados
Para el análisis estadístico inferencial de los datos se siguieron dos etapas: en la primera, se revisaron los atributos psicométricos del modelo de medición (validez de convergencia y discriminante); en la segunda, se valoró el modelo estructural.
Modelo de medición
Para el desarrollo del modelo se consideró que la operacionalización de los constructos es reflectiva. De la escala original, se eliminaron 43 ítems debido a que tenían cargas factoriales menores a 0.708 (Hair et al., 2017). Por lo tanto, el modelo final incluyó únicamente 12 ítems, como se puede observar en la tabla 2, donde la mayoría exhiben cargas factoriales superiores a 0.708 y todas son estadísticamente significativas. Asimismo, se decidió incluir un ítem con una carga factorial ligeramente menor debido a los resultados del test de relevancia de las cargas, pues se previó que este estudio es exploratorio para México y la eliminación del ítem podría afectar la fiabilidad compuesta. Por lo tanto, se mantuvo el indicador VDD5 (Hair Jr. et al., 2020).
Variable latente | Indicador | Cargas | Alfa de Cronbach | Fiabilidad compuesta | AVE |
---|---|---|---|---|---|
Educación financiera (EF) | EF8 Identificó los costos que pago al comprar un producto a crédito | 0.872 | 0.884 | 0.928 | 0.811 |
EF9 Uso tarjeta de crédito bancaria porque no tengo dinero disponible para gastos | 0.919 | ||||
EF10 Al comprar en pagos, comparo las opciones de crédito disponibles | 0.910 | ||||
Materialismo (M) | M3 Mi vida sería mucho mejor si tuviera muchas cosas que no tengo | 0.793 | 0.790 | 0.863 | 0.611 |
M4 Comprar cosas me da mucho placer | 0.789 | ||||
M5 Sería mucho más feliz si pudiera comprar más cosas | 0.810 | ||||
M7 Me gusta tener mucho lujo en mi vida | 0.734 | ||||
Valor del dinero (VDD) | VDD5 El dinero construye un mundo mejor | 0.637 | 0.359 | 0.745 | 0.600 |
VDD8 Estaré completamente satisfecho cuando llegue a la situación que determiné por mí mismo | 0.891 | ||||
Endeudamiento (E) | E1 No es correcto gastar más de lo que gano | 0.813 | 0.671 | 0.818 | 0.600 |
E2 Es mejor ahorrar primero dinero y luego gastar | 0.755 | ||||
E3 Sé exactamente cuánto debo en tiendas, tarjetas de crédito o bancos | 0.755 |
AVE-average variance extracted.
Fuente: Elaboración propia
En cuanto a la fiabilidad compuesta de los constructos, los valores de alfa de Cronbach y de fiabilidad compuesta para las variables de educación financiera, materialismo y endeudamiento cumplen con los puntos de corte mínimos y máximos recomendados de 0.60 y 0.95, respectivamente. En relación al análisis de varianza media extraída (AVE), el modelo de medición cumple con lo sugerido, ya que todos los valores de los constructos son mayores de 0.50 (Fornell y Larcker, 1981; Sarstedt et al., 2014).
En el caso de la variable valor del dinero, que presenta un alfa de Cronbach de 0.359, se observa un valor que no es adecuado. Sin embargo, es importante considerar que el alfa de Cronbach es una medida conservadora de fiabilidad, mientras que la fiabilidad compuesta tiende a sobreestimarla. Por ello, se reportan ambas medidas. A pesar del bajo alfa de Cronbach, la fiabilidad compuesta de 0.745 es adecuada para análisis con PLS, pues cumple con el criterio recomendado (Martínez y Fierro, 2018). Por ende, se decidió mantener la variable en el modelo.
Validez discriminante
La validez discriminante se refiere a la medida en que un ítem es diferente de los otros y mide un aspecto distinto de la variable. Esta se determina utilizando el criterio de Fornell-Larcker, HTMT (heterotrait-monotrait ratio) y el análisis de cargas cruzadas (Hair et al., 2017). Según el criterio Fornell-Larcker, se compara la raíz cuadrada del AVE con las correlaciones que tiene el constructo, esperando que la raíz cuadrada del AVE sea mayor para confirmar la validez discriminante (Fornell y Larcker, 1981; Martínez y Fierro, 2018). Esto se observa en la tabla 3.
Criterios Fornell Larcker | Ratio HTMT | |||||||
---|---|---|---|---|---|---|---|---|
Variable latente | 1 | 2 | 3 | 4 | 1 | 2 | 3 | 4 |
1. Educación financiera | 0.901 | |||||||
2. Endeudamiento | 0.401 | 0.775 | 0.505 | |||||
3. Materialismo | 0.138 | 0.096 | 0.782 | 0.165 | 0.174 | |||
4. Valor del dinero | 0.284 | 0.378 | 0.294 | 0.775 | 0.458 | 0.679 | 0.589 |
Nota: La raíz cuadrada del valor AVE está en la diagonal en negritas
Fuente: Elaboración propia
Los valores de HTMT se encuentran por debajo del umbral conservador de 0.85 (tabla 3), lo que confirma la validez discriminante del modelo reflexivo (Hair et al., 2017). Las cargas cruzadas permiten verificar que ningún ítem tenga una carga más alta en otra variable que no sea la que mide (Hair et al., 2017). Esto se cumplió para cada ítem de los distintos constructos, como se puede observar en la tabla 4, donde se han resaltado las cargas más altas.
EF | E | M | VDD | |
---|---|---|---|---|
E1 | 0.328 | 0.813 | 0.156 | 0.38 |
E2 | 0.241 | 0.755 | 0.024 | 0.248 |
E3 | 0.35 | 0.755 | 0.021 | 0.231 |
EF10 | 0.91 | 0.322 | 0.125 | 0.224 |
EF8 | 0.872 | 0.404 | 0.132 | 0.301 |
EF9 | 0.919 | 0.343 | 0.115 | 0.23 |
M3 | 0.099 | 0.068 | 0.793 | 0.25 |
M4 | 0.105 | 0.128 | 0.789 | 0.265 |
M5 | 0.124 | 0.123 | 0.81 | 0.186 |
M7 | 0.108 | -0.05 | 0.734 | 0.206 |
VDD5 | 0.123 | 0.136 | 0.303 | 0.637 |
VDD8 | 0.288 | 0.399 | 0.194 | 0.891 |
Nota: Las cargas más altas de cada ítem están en negritas
Fuente: Elaboración propia
Modelo estructural
La evaluación del modelo estructural se realizó con los coeficientes de determinación (R²), los paths estructurales y los indicadores de relevancia predictiva Q². El primero (R²) determina la calidad de predicción del modelo estructural, al estimar el grado en que el modelo explica los datos (Seidel y Back, 2009). También se explica como el efecto combinado que las variables exógenas tienen sobre las endógenas (Hair et al., 2014). Como regla para determinar su magnitud, se considera que una R² de 0.75 es sustancial, una R² de 0.50 es moderada y una R² de 0.25 es débil (Hair et al., 2014). En el modelo propuesto, existen tres variables endógenas: E, M y VDD. De acuerdo a la magnitud del coeficiente R², el modelo explica de forma débil las tres: E [0.238], M [0.019] y VDD [0.147].
Los coeficientes paths de un modelo estructural PLS pueden interpretarse como coeficientes beta estandarizados de regresiones de mínimos cuadrados ordinarios y su significancia se determina a través del procedimiento bootstrapping. Si los paths carecen de significancia estadística o muestran signos contrarios a los propuestos, no existe soporte para las hipótesis propuestas. Sin embargo, cuando son significativos estadísticamente, existe evidencia de que la relación causal propuesta se sustenta en los hallazgos empíricos (Hair et al., 2011). En el modelo propuesto, 5 de los 6 paths estructurales (H1, H2, H3, H5 y H6) coinciden en signo con el propuesto y son estadísticamente significativos (nivel de confianza del 95 %). A partir de los resultados, es posible afirmar lo siguiente:
La escasa EF influye positiva y significativamente sobre el endeudamiento [0.321, t=5.726].
La escasa EF influye positiva y significativamente en el materialismo [0.138, t=2.407].
La escasa EF influye positiva y significativamente sobre el valor del dinero [0.248, t=3.538].
El materialismo influye positiva y significativamente en el valor del dinero [0.259, t=4.435].
El valor del dinero influye positiva y significativamente sobre el endeudamiento [0.298, t=4.561] (tabla 5).
Relación | Coeficiente path | Estadísticos t | P Valor | f2 | VIF | Hipótesis soportada |
---|---|---|---|---|---|---|
H1. Educación financiera -> Endeudamiento |
0.321 | 5.726 | 0.000 | 0.124 | 1.092 | Sí |
H2. Educación financiera -> Materialismo |
0.138 | 2.407 | 0.016 | 0.019 | 1.000 | Sí |
H3. Educación financiera -> Valor del dinero |
0.248 | 3.538 | 0.000 | 0.071 | 1.019 | Sí |
H4. Materialismo -> Endeudamiento |
-0.036 | -0.030 | 0.527 | 0.002 | 1.098 | No |
H5. Materialismo -> Valor del dinero |
0.259 | 4.435 | 0.000 | 0.077 | 1.019 | Sí |
H6. Valor del dinero -> Endeudamiento |
0.298 | 4.561 | 0.000 | 0.099 | 1.172 | Sí |
f2- effect size, VIF- variance inflation factor
Fuente: Elaboración propia
La evaluación del modelo estructural también comprende la evaluación del tamaño de efecto (f2), la evaluación de la colinealidad y la determinación de los coeficientes de sendero (Benítez et al., 2020; Ringle et al., 2020). En la figura 2 y en la tabla 5 se presentan los resultados obtenidos de la evaluación del modelo estructural.
Los valores de inflación de la varianza (VIF) del modelo indican que no existe multicolinealidad, dado que cumplen con el criterio de ser menores de 3.0 (Hair et al., 2019) (ver Tabla 5). Con respecto al valor Q², se evalúa el grado de predicción de las variables endógenas. Valores menores a 0.25 indican una precisión predictiva pequeña (Ali et al., 2018; Hair et al., 2017). Los valores obtenidos fueron de 0.008 para materialismo, 0.126 para endeudamiento y 0.085 para valor del dinero. Todos estos señalan una precisión predictiva pequeña (tabla 6).
Discusión
El incremento de la cartera de crédito al consumo es resultado de la oportunidad tomada por los hogares para acceder a recursos y aumentar su bienestar, pero al mismo tiempo es una carga financiera con intereses que disminuye el nivel de ingreso y la capacidad de reacción ante eventualidades (Díaz et al., 2019), lo cual contribuye al endeudamiento. Asimismo, se puede indicar que los jóvenes se destacan por no ser buenos pagadores de sus deudas, y que el mayor nivel educativo formal no siempre indica una mayor cultura crediticia (Golman y Bekerman, 2018).
Como se mencionó, este trabajo tiene como objetivo analizar la influencia de la educación financiera, el materialismo y el valor del dinero sobre el endeudamiento. En este sentido, resulta innovador dado que, según la revisión realizada, no existen estudios previos en México sobre este tema. Por una parte, se planteó que la educación financiera influye positiva y significativamente sobre el endeudamiento. Los resultados confirman esta hipótesis en el entorno de los estudiantes universitarios mexicanos, lo cual coincide con lo señalado en trabajos previos (Cornejo et al., 2017; Gutiérrez et al., 2017; Zhang y Fan, 2022), que indican que la escasa o nula educación financiera tiene efectos desfavorables sobre el endeudamiento de las personas. Sin embargo, difiere de los hallazgos de Aksoylu et al. (2017) y Aranibar et al. (2023).
En el contexto estudiado, la educación financiera se manifiesta en mayor grado en el uso de la tarjeta de crédito bancaria cuando no se dispone de dinero para gastos (EF9). Mientras tanto, el endeudamiento se refleja fuertemente en la consideración de los sujetos de análisis de que no es correcto gastar más de lo que ganan (E1).
Además, se postuló que el valor del dinero impacta positiva y significativamente en la contratación de deuda. Los hallazgos confirman esta relación y coinciden con los argumentos de Minella et al. (2017). De hecho, en el contexto de estudio, el valor del dinero se manifiesta en mayor grado en la meta de estar completamente satisfecho cuando se alcanza la situación determinada por uno mismo (VDD8).
Los datos también confirman la postulación de que la educación financiera impacta positiva y significativamente en el materialismo. En este caso específico, el materialismo se manifiesta en mayor grado en la percepción que tienen los sujetos de estudio de sentir más felicidad si pudieran comprar más cosas (M5). Además, los resultados indican que la educación financiera impacta positiva y significativamente en el valor del dinero, lo que coincide con los hallazgos de Jaramillo et al. (2016) y López (2016).
Por otra parte, se confirmó que el materialismo influye positiva y significativamente sobre el valor del dinero, resultado que concuerda con los estudios de Denegri et al. (2022). Sin embargo, no se validó la hipótesis de que el materialismo influye positiva y significativamente sobre el endeudamiento.
Finalmente, este estudio tiene algunas limitaciones, entre las que destaca la recolección de datos a través de una encuesta en línea mediante autoinforme de los estudiantes universitarios. En este sentido, existe un potencial sesgo de selección debido al método de muestreo utilizado, de modo que los hallazgos no son generalizables para la población en general.
Conclusiones
El presente estudio contribuye a la literatura al analizar cómo el comportamiento de los universitarios impacta su decisión de adquirir bienes a través de financiamiento. De hecho, los resultados confirman que la educación financiera y el valor del dinero desempeñan un papel estratégico en la generación de endeudamiento, por lo que se sugiere revisar las políticas educativas y de crédito con el fin de encontrar un equilibrio que evite efectos negativos en las finanzas personales de los universitarios.
Futuras líneas de investigación
Se recomienda dar continuidad al estudio para confirmar los resultados, así como profundizar en los factores personales específicos de los universitarios que influyen en su decisión de endeudarse. Además, sería relevante explorar aspectos macroeconómicos como los riesgos financieros, incluyendo el riesgo de mercado y el riesgo de inflación. También sería interesante investigar los efectos del endeudamiento en la salud, y se sugiere realizar estudios comparativos para identificar diferencias según género y generación (edad) en la decisión de endeudarse.
Por último, dado que este trabajo tiene un enfoque cuantitativo, se recomienda complementar los resultados con enfoques cualitativos que permitan identificar factores asociados a las variables estudiadas que podrían no haberse capturado completamente en el diseño cuantitativo.