INTRODUCCIÓN
Los secretos son inherentes a la humanidad en áreas como el amor, la guerra, los negocios y la supervivencia, incluso los animales utilizan el mimetismo para sobrevivir, y los conocimientos no secretos dan forma al discurso político y legal (Foucault, 2009). La agnogénesis, opuesta a la epistemología, es la ignorancia inducida culturalmente, permitiendo su reproducción maliciosa y perversa. Con el propósito de crear confusión o vacilación, concluyendo que nada es verdad o que todo es verdad según el interés, se habla del estado de engaño en lugar del estado del conocimiento (Proctor, 2020).
La posverdad o posverdadismo se refiere a narrativas no veraces que influyen en la opinión pública y actitudes sociales, el término ganó prominencia tras ser nombrado palabra del año en 2016 (Wescott, 2021). Los eventos falsos, mediados por la tecnología, catalizan la concepción de la posverdad (Gudonis y Jones, 2020). Se motiva la negación de la realidad y la difusión de información errónea asociada a los medios de comunicación. La posverdad apela a las emociones y creencias personales, ignorando las opiniones de expertos que la contradicen (Davids, 2021). La posverdad es una estrategia que se planifica deliberadamente para fijarse en la mente, la acción y el contexto. Se aplica en situaciones donde el discurso está delimitado por las emociones, generando intencionadamente ignorancia (Elías, 2018). Aunque existe amplia bibliografía sobre la lectura en línea (Nash, 2021), faltan recursos pedagógicos derivados de estudios agnotológicos que preparen a los ciudadanos para la era de la posverdad.
El término “fake news” o noticias falsas ha ganado popularidad en los últimos años debido al éxito de programas satíricos de televisión en el cambio de milenio (Rodríguez-Ferrándiz, 2019). Además, su uso en Internet ha aumentado en un 365 %, lo que llevó al Diccionario Collins a elegirlo la expresión del año 2017 (Figueira y Santos, 2019).
El fenómeno de la proliferación de noticias falsas ha sido impulsado por los avances tecnológicos relacionados con Internet. Programas informáticos y aplicaciones web o móviles, según De-Moraes (2020) han facilitado la difusión de ficciones y comentarios malintencionados con el propósito de generar miedo o extorsionar a personas adineradas (Braun y Eklund, 2019; Castillo-Riquelme y col., 2021). Existen sitios web que se enorgullecen de ser fuentes de noticias falsas, como The National Report en Estados Unidos, el cual ha ganado popularidad en Internet (García, 2018). Además, plataformas como Fresh-news.com promueven la creación de noticias falsas o bulos utilizando la imaginación (Keyes, 2004). En las redes sociales Facebook e Instagram, se han vuelto comunes las aplicaciones para la creación de noticias falsas. Por ejemplo, Fake News 1.06 para Android es una de ellas. Algunas de estas aplicaciones se disfrazan como servicios legítimos (Manoli y Bandura, 2021), como un periódico que difunde información falsa sobre un defecto de fabricación en el último modelo de automóvil, causando accidentes de tráfico (Flores-Vivar, 2019; Flostrand y col., 2020).
Se ha destacado que incluso la inteligencia artificial (IA) ha contribuido a la propagación de noticias falsas. La empresa de investigación en IA, OpenAI, presentó un software capaz de generar noticias falsas a partir de una pequeña cantidad de información, logrando una semejanza auténtica con la realidad (García, 2018). Adicionalmente, en el ámbito de la realidad virtual, sistemas como Oculus advierten a los usuarios de que lo que ven es falso, pero pueden experimentar sensaciones reales (Lara y col., 2019).
Existen diversas aplicaciones para la verificación de imágenes y videos, como Google Image, Reverse Search, TinyEye Reverse, YouTube Data Viewer e InVID (Padilla, 2019). Estas herramientas son ampliamente reconocidas y proporcionan información adicional para comprobar la autenticidad de los contenidos. A pesar de estos avances, los esfuerzos actuales resultan insuficientes ante la creciente evolución de la desinformación. “La sociedad debe prepararse para afrontar una era marcada por la proliferación de la falsedad”: lo advirtió Maquiavelo al señalar que los seres humanos son fácilmente engañados debido a su simplicidad e ignorancia (White, 1980).
La alfabetización escolar y la alfabetización mediática actual se consideran desfasadas y limitadas (Parker, 2020). Internet ha adquirido un papel central en la formación de la comprensión del mundo, tanto para analfabetos como para alfabetos. Sin embargo, dependiendo de los rasgos de personalidad, los usuarios pueden verse influenciados por contenidos erróneos, especialmente aquellos con perfiles psicológicos relacionados con el dogmatismo, el fundamentalismo y el pensamiento delirante (Bronstein y col., 2018). Un estudio realizado por Hakak y col. (2021) plantea dudas sobre la posibilidad de ser personas seguras y si se han desarrollado técnicas para lograrlo. Estas cuestiones cobran relevancia en un contexto donde la manipulación sin precedentes invita a creer en todo y en nada al mismo tiempo (De-Espinosa, 2001).
La sociedad de la ignorancia se convierte en el resultado inevitable de un mundo construido en torno a la falsedad (Lazcano y Jaime, 2020). Aunque la innovación tecnológica facilita la verificación de la información, también facilita la invención de hechos y la adaptación de los verificadores a agendas partidistas, ideológicas, personales o colectivas (Vargo y col., 2018). Además, es importante destacar que los diferentes tipos de ignorancia suelen estar relacionados con la pobreza (Proctor, 2020).
La pobreza en los países es responsabilidad de la ineficacia sociopolítica, mientras que los medios de comunicación utilizan la pobreza para explicar eventos catastróficos (Chauhan y Foster, 2014). En América Latina, antes de la pandemia de COVID-19, había 192 millones de personas en situación de pobreza y 72 millones en pobreza extrema, cifras que aumentaron durante el confinamiento (Ríos, 2020). La difusión de noticias falsas involucra a dos tipos de actores: los grupos vulnerables o pobres y aquellos en posiciones de poder (Sued y Kedikian, 2020). Según la literatura, la relación entre noticias falsas y pobreza se centra en la corrupción, que invisibiliza o demoniza a los grupos vulnerables con el objetivo de crear una imagen negativa de ellos.
La corrupción en el periodismo distorsiona la información, ya que este medio es utilizado como un vehículo para la tergiversación (Singh y Sharma, 2021). El periodismo desempeña un papel fundamental en la sociedad contemporánea, toda vez que provee a la opinión pública con valiosos insumos informativos, pero a menudo a un alto costo. Su poder abarca diversos ámbitos como la política, la economía, el arte y el deporte, ejerciendo un impacto tanto en la esfera analógica como en la digital y cibernética (Valero-Pastor y col., 2019; López-Martín y col., 2020). Aunque el periodismo puede cumplir funciones nobles, también puede ser utilizado de manera corrupta por aquellos que influyen o condicionan el contenido de las noticias (López, 2001). La proliferación de noticias falsas, que exageran la magnitud de los acontecimientos representa una amenaza para la reputación de los grupos económicos y políticos, los cuales también las financian buscando influir y manipular la percepción pública (Orkibi, 2015; Shuster, 2018; Pennycook y Rand, 2020). La concentración de los medios de comunicación, el control de las ondas radiofónicas y emisoras televisivas, y las prácticas corruptas, minan la independencia periodística y fomentan acciones que ocultan, encubren y toleran (Jang y Kim, 2018).
En América Latina se han implementado iniciativas para combatir las noticias engañosas procedentes de Estados Unidos, Canadá y el Reino Unido (Kilgo y col., 2018; Vosoughi y col., 2018; Mueller y col., 2019; Zhang y Ghorbani, 2020), así como para medir el alcance de la desinformación de los medios de comunicación, particularmente en periodos electorales: Brasil Comprova, Reverso en Argentina, Verificado en México y Uruguay, y RedCheq en Colombia (Rodríguez-Pérez y col., 2022). Facebook, en colaboración con First Draft, lanzó consejos para identificar noticias falsas en catorce países, incluidos Brasil, Argentina y México (Kreiss y McGregor, 2018) y adoptó criterios basados en el comportamiento de los usuarios (Vázquez-Herrero y col., 2019). YouTube y Twitter anunciaron a nivel global que rechazarían contenido cercano a violar sus normas (Cortés e Isaza, 2021).
Es esencial estudiar las noticias falsas en América Latina y el Caribe (ALC) debido a que se comportan como una trama más que como un simple acontecimiento (Freije y Nolan, 2021). En esta región, la posverdad desafía la cohesión social democrática y representa una amenaza para la democracia, ya que se utilizan mentiras para crear sentidos de pertenencia antidemocráticos (Sojo, 2018). El interés en el estudio de la desinformación y su impacto en la región ha aumentado considerablemente. Se han identificado tendencias y enfoques predominantes, como los estudios sobre la difusión de la desinformación, la interacción de la desinformación con los procesos electorales, el análisis de fuentes y actores de la desinformación, y los efectos de la desinformación, con un enfoque principal en las noticias falsas y la posverdad (Song y col., 2021). Al respecto, algunos investigadores privilegian el enfoque metodológico netnográfico de internet o redes, introducido por Kozinets (2010), porque permite obtener datos naturales e ininterrumpidos del entorno digital. Este enfoque se considera sólido y permite abordar las experiencias culturales de la comunidad investigada (Kanidinc, 2021). Además, permite combinar aspectos cuantitativos y cualitativos relacionados con el fenómeno.
El objetivo del presente estudio fue obtener una aproximación netnográfica al fenómeno de la posverdad, estrategia de la agnogénesis en América Latina y el Caribe.
MATERIALES Y MÉTODOS
Los aspectos metodológicos corresponden a una perspectiva netnográfica. Se utilizaron técnicas de análisis cuantitativo y cualitativo. El estudio se llevó a cabo mediante la búsqueda, en el entorno de Internet, de publicaciones científicas y bases de datos de organismos internacionales como Transparencia Internacional, el Banco Mundial y el Observatorio de Infodemia COVID-19.
Países de estudio
Se incluyeron 26 de los 33 países que forman parte de la región, según la Comisión Económica para ALC (CEPAL, 2021): Argentina, Bahamas, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Cuba, Ecuador, El Salvador, Guatemala, Guinea, Guyana, Haití, Honduras, Jamaica, México, Nicaragua, Panamá, Paraguay, Perú, Puerto Rico, República Dominicana, Surinam, Uruguay y Venezuela.
Interés en la posverdad
Se utilizó Google Trends para obtener las estadísticas de búsqueda de los términos noticias falsas (español) y fake news (inglés) durante el periodo 2019 a 2022, para los países que integraron la muestra de estudio.
Análisis de la posverdad
Se realizó un análisis documental a partir del contenido de publicaciones extraídas de la base de datos Web of Science, utilizando como criterios de búsqueda el periodo 2019 a 2022, con los identificadores fake news y noticias falsas. Se consideraron parte del estudio 26 países de ALC. Para indagar sobre los componentes del fenómeno, se analizaron las redes semánticas que se formaron en las publicaciones científicas sobre noticias falsas de diferentes países de ALC con el software de análisis cualitativo Atlas Ti.
Vulnerabilidad a la posverdad
Corrupción
La corrupción se determinó mediante el Índice de Percepción de la Corrupción (IPC) (Transparencia Internacional, 2020), donde valores de 90 a 100 representan muy bajo nivel de percepción de corrupción; de 80 a 89 bajo; de 70 a 79 moderado; de 60 a 69 alto; de 50 a 59 muy alto; menos de 50 extremadamente corrupto.
Pobreza
La pobreza de los países de ALC se categorizó de acuerdo con el Banco Mundial (2020), conforme al índice de Gini. Los rangos considerados son los siguientes: 0.0 indica una distribución perfectamente igualitaria del ingreso o la riqueza sin pobreza; 1 a 20 distribución de ingresos o riqueza bastante igualitaria, asociada a nivel bajo de pobreza; 21 a 40 distribución de ingresos o riqueza moderadamente desigual, ubicada en pobreza moderada; 41 a 60 distribución de ingresos o riqueza muy desigual, asociada a que la mayoría son pobres; 61 a 80 distribución de ingresos o riqueza bastante desigual, ubicada en alta pobreza; 81 a 100, distribución de ingresos o riqueza extrema, asociada a extrema pobreza.
Alfabetización
Se determinó de acuerdo con el Banco Mundial (2020), que utiliza una medida llamada “Tasa de alfabetización”. Los rangos que utiliza son: alfabetización muy baja: por debajo del 50 %; baja: entre el 50 % y el 69 %; media: entre el 70 % y el 84 %; alta: entre el 85 % y el 94 %; muy alta: 95 % o superior.
Índice de Riesgo Infodémico (IRI)
Evalúa la probabilidad de que un usuario reciba mensajes que apuntan a fuentes potencialmente engañosas. Cuantifica si el usuario está expuesto a la información circulante y la forma en que lo está. El origen de la información fueron los datos reportados por el Observatorio de Infodemia COVID-19 (2020). Los rangos utilizados fueron: riesgo bajo (0 a 0.2); riesgo moderado (0.21 a 0.4): riesgo alto (0.41 a 0.6); riesgo muy alto (0.61 a 1).
Índice de Riesgo Infodémico Dinámico (IRID)
Evalúa la probabilidad de que un usuario respalde o interactúe con mensajes en línea que apuntan a fuentes potencialmente engañosas. Este índice cuantifica si el usuario interactúa con la información circulante y cómo lo hace (Observatorio de Infodemia COVID-19, 2020). Los valores de la escala fueron los mismos que para el IRI.
Análisis estadístico
Se realizó un análisis de correlación de Spearman para determinar la relación existente entre los índices IRI e IRID con los indicadores de pobreza, alfabetización y percepción de la corrupción, de los 26 países de ALC de la muestra, determinando su nivel de significancia con un alfa de 0.05. La correlación puede ser positiva (+) o negativa (-) y varía de 0 no existe correlación; 0.01 a 0.10 débil; 0.11 a 0.50 media; 0.51 a 0.75 considerable; 0.75 a 0.90 muy fuerte; 0.91 a 1.00 perfecta.
RESULTADOS
Interés en la posverdad
La Figura 1 muestra que en el periodo 2019 a 2022, en 26 países de ALC, la búsqueda del término “noticias falsas” fue menos frecuente que el de ”fake news”, lo que revela un alto interés agnotológico del público por el término anglosajón y manifiesta la conciencia de que no toda la información que se recibe es cierta. Surinam, Guinea, Guyana y Cuba no mostraron registros de búsqueda en ambos términos, en tanto que Haití y República Dominicana fueron los países con menos porcentaje de búsqueda de fake news (60 % y 65 %, respectivamente) del resto de los países consultados.
Posverdad en América Latina y el Caribe
En la Tabla 1 se muestran las publicaciones localizadas en la base Web of Science, que tratan el problema de la posverdad y la agnogénesis mediante el fenómeno de noticias falsas de algunos países de ALC. Estos documentos fueron la base del análisis semántico documental por país sobre términos que caracterizan la agnogénesis. Se localizaron 33 publicaciones donde participan los 26 países de ALC estudiados. En 11 estudios colaboran con otros países, España principalmente, o hacen estudios globales. Y en 22 publicaciones participan únicamente países de ALC: Argentina (2: 2021) Brasil (12 publicaciones: 6 de 2019; 5 de 2020; 1 de 2021), Chile (3: 2 de 2019; 1 de 2022 la comparte con Colombia), Ecuador (2: 2021; 2022), México (2: 2019; 2021) y Costa Rica (1: 2021). Se incluyeron 5 publicaciones de España en las que participan países de ALC. En 2019, 2 estudios compartidos con Brasil y en 2021, 1 compartido con Colombia. En 2022, 2 estudios con Argentina. En 1 de ellos también participa Chile. Además, se incluyen 6 estudios (4: 2020; 2: 2021) de Europa, América y Asia.
Argentina Temática general: “Desinformación y comunicación en tiempos de pandemia: repercusiones políticas y sociales”. Analizan la interrelación entre la pandemia global y la política mediatizada, incluyendo la comunicación presidencial argentina y sus repercusiones | |
Artículo | Referencia |
1. Pensar la verdad en tiempos de fake news. Diálogos entre Historia y Estudios Comunicacionales para repensar la problemática de la verdad en el periodismo digital | Grabosky (2021) |
2. Pandemia global y política mediatizada: La comunicación presidencial argentina y sus repercusiones en Twitter en el primer semestre 2020 | Slimovich (2021) |
Brasil Temática general: 1. Legitimación del periodismo y lucha contra las fake news 2. Desinformación y elecciones presidenciales | |
3. Viral content on Facebook: a case study on the run-up to the 2018 Brazilian presidential election | Canavilhas y col. (2019a) |
4. Desinformación en las elecciones presidenciales 2018 en Brasil: un análisis de los grupos familiares en WhatsApp | Canavilhas y col. (2019b) |
5.“The agenda of disinformation”: fake news and membership categorization analysis in the 2018 Brazilian presidential elections | Chaves y Braga (2019) |
6. Crosscheck as a legitimization strategy of the journalism field in reaction to fake news | Fossá y Müller (2019) |
7. Desinformação e as fake news: apontamentos sobre seu surgimento, detecção e formas de combate | Furnival y Santos (2019) |
8. Post-truth and trust in journalism: an analysis of credibility indicators in Brazilian venues | Träsel y col. (2019) |
9. Journalism and fact-checking: typification of sources used for verification and criteria for selecting verified material and an analysis of Agencia Lupa and Aos Fatos | Damasceno y Patrício (2020) |
10. COVID-19 in Brazil: an analysis of information consumption in social networks | Massarani y col. (2020b) |
11. Between legality and legitimacy: differences and reasoning behind the definition and blocking of “fake news” | Paganotti-Monari y col. (2020) |
12. COVID-19 and (hydroxy) chloroquine: a dispute over scientific truth during Bolsonaro’s weekly Facebook streams | Pontalti-Monari y col. (2020) |
13. Information quality in Latin American digital native media: Analysis based on dimensions and structured indicators | Rodríguez-Hidalgo y col. (2020) |
14. Disinformation in the Brazilian pre-election context: probing the content, spread and implications of fake news about Lula da Silva | Dourado y Salgado (2021) |
Chile Temática general: “Desinformación, calidad de la información y periodismo en el contexto de la salud y la pandemia” | |
15. La información digital enjuiciada por la prensa | Colle (2019) |
16. Factores que influyen en compartir noticias falsas de salud online | Montero-Liberona y Halpern (2019) |
17. Prácticas periodísticas en tiempos de pandemia de coronavirus. Un estudio comparado entre Chile y Colombia | Greene-González y col. (2022) |
Costa Rica ´ Temática general: “Factores psicosociales y desinformación en Costa Rica” | |
18. Predictores psicosociales de la exposición y difusión de noticias falsas en Costa Rica | Brenes-Peralta y col. (2021) |
Ecuador Temática general: Información, verificación y percepciones en torno a la pandemia de COVID-19 | |
19. Tratamiento informativo y competencias mediáticas sobre la COVID-19 en Ecuador | López y col. (2021) |
20. Verificación del discurso público desde la sociedad civil. Caso de la coalición Ecuador | Suing y col. (2022) |
México Temática general: Alfabetización mediática, desinformación y percepción de noticias falsas en México | |
21. Los desafiantes estereotipos con la alfabetización mediática e informacional en México. Estudios de medios | Flores-Michel y col. (2019) |
22. ¿Quién cree las fake news? Análisis de la relación entre consumo de medios y la percepción de veracidad de noticias falsas sobre la enfermedad COVID-19 en Nuevo León, México | Molina (2021) |
España Temática general: Desinformación, ética y percepción de noticias en el ámbito global | |
23. Consumo de noticias y percepción de fake news entre estudiantes de comunicación de Brasil, España y Portugal | Catalina-García y col. (2019) |
24. “Periodismo, ética y posverdad” Colaboración de la Universidad Pompeu Fabra, Barcelona, España y la Universidad Federal de Paraíba, Joao Pessoa, Brasil | Rodrigo-Alsina y Cerqueira (2019) |
25. Actitudes populistas y percepciones de la opinión pública y los medios de comunicación: Estudio correlacional comparado entre España y Colombia | Romero-Rodríguez y col. (2021) |
26. Reconocimiento de la calidad como prescriptor contra la desinformación. Estudio en España Chile y Argentina | Palau-Sampio y col. (2022) |
27. Asustar para desestabilizar: desinformación sobre la COVID-19 en Argentina y España | Tarullo y Gamir-Ríos (2022) |
Países de Europa, América y Asia
Temática general: Desinformación, fact-checking y comunicación científica con perspectiva global | |
28. Las Noticias falsas y desinformación sobre el Covid-19: análisis comparativo de seis países iberoamericanos | Coba y col. (2020) |
29. COVID-19 and science communication: a JCOM special issue. Part 2 | Massarani y col. (2020a) |
30. Efectos mínimos, pánico máximo: redes sociales y democracia en América Latina | Mitchelstein y col. (2020) |
31. A reflection on the epistemology of fact-checking journalism: challenges and dilemmas | Rodríguez (2020) |
32. “Perceptions of the impact of the COVID-19 pandemic on the work of science journalists: global perspectives” | Massarani y col. (2021) |
33. Fact checking durante la COVID-19: análisis comparativo de la verificación de contenidos falsos en España e Italia | Peña y col. (2021) |
En Argentina se ha registrado la desinformación y la comunicación durante la pandemia. La investigación en Brasil se ha enfocado ampliamente a la legitimación del periodismo y la lucha contra las fake news, así como la desinformación en las elecciones presidenciales. En Chile, se analizó la desinformación, calidad de la información y el periodismo en el contexto de la salud y la pandemia. Costa Rica investigó los factores psicosociales y la desinformación. En Ecuador se estudió la información, la verificación y las percepciones entorno a la pandemia de COVID-19. México se centró en la alfabetización mediática, la desinformación y la percepción de noticias falsas. España destacó con estudios sobre desinformación, ética y percepción de noticias a nivel global, incluyendo colaboraciones con otros países. A nivel mundial, se realizaron investigaciones sobre desinformación, fact-checking y comunicación científica con perspectiva global.
La Tabla 2 presenta las redes semánticas formadas por los descriptores identificados en las publicaciones. Los descriptores refieren diferentes aspectos de la agnogénesis relacionados con la generación de desinformación, propaganda y manipulación de la información. El enfoque de la agnogénesis abarca la intencionalidad, tipos de contenidos, formas de comunicación y las motivaciones para realizar la actividad de desinformación. En los ámbitos donde se desarrollan se analizan los grupos organizados, las instituciones, el ambiente en que se vierte la información y las poblaciones a las que va dirigida. En los insumos de la agnogénesis se analizan los diferentes objetivos polarizadores. Los recursos y medios que se utilizan abarcan los diferentes medios periodísticos disponibles.
Enfoque de la agnogénesis | |
Intencionalidad | Capitalizar hostilidad previa; convertir la mentira en atractivo emocional; crear incertidumbre; fomentar la hostilidad; influenciar para mal intencionar; llamar emociones negativas; manipular. |
Contenidos | Contexto falso; cifras sin fuentes; deformadas; dudosos; emocionales; fabricados; fuera de contexto; hechos manipulados; hechos ficticios; historias falsas; imitados; mentiras; manipulado; odio; sin calidad moral y ética. |
Comunicación | Ambiente puramente digital; altamente mediática; comparte en masa; concluyen actores de diversos orígenes; difusión indiscriminada; inmediata; profusa difusión en redes; trasnacional. |
Motivaciones | Defensivas; agresivas; autoritarias; intereses personales; orientaciones tendenciosas; coercitivas; desafiar a la verdad. |
Ámbitos de la agnogénesis | |
Grupos organizados | De opinión pública; grandes audiencias; ámbitos periodísticos; escenarios discursivos; movimientos sociales; ONGs. |
Instituciones | Publicas; económicas; salud; colectivos políticos; emergencias sanitarias; colectivos organizados; partidos políticos. |
Ambiente | Digital; virtual; políticos; campañas políticas; procesos electorales. |
Poblaciones | Sujetos emocionales; jóvenes; estudiantes; adultos mayores; sujetos de criterios radicales; sujetos con necesidad de diversos tipos. |
Insumos de la agnogénesis | |
Objetivos polarizadores | Propósitos de difusión; propagación de contenido modificado; participación ciudadana; transposición y acomodo mutuo de los métodos de los medios de noticia y las de otras instituciones; modificación de productos y servicios; causas y efectos de comunicación en las redes sociales; ideologías; características sociodemográficas; personalidad hostil; personalidad negativa; personalidad débil que acepta todo; personalidad que lo sabe todo; corrupción; pesimismo; indecisión; credulidad en los mass media; información dañina; descalificación; acoso; amenaza; desconfianza; desestabilización; desorden; perversión como modalidad; distorsión de la verdad; promiscuidad; comportamientos no éticos; engaño; mentira como base de éxito. |
Recursos y medios que utiliza de la agnogénesis | |
Medios periodísticos | Internet; redes sociales; fact-checking; impresos electrónicos; medios digitales; plataformas; hipertexto; audio; video; texto; media; hipermedia;Youtube; Facebook; Instagram; fotografías; impresos en físico; bots; whatsap; televisión; revistas; periódicos; snapchat; tiktok; storytelling; blog; messenger. |
En la Figura 2, el diagrama de Sankey muestra las interacciones en relación con la posverdad. Destacan las conexiones entre los procesos y la distribución de interacciones en el ecosistema de desinformación. Se resalta la relación entre credibilidad y verificación, así como la presencia de noticias falsas en el flujo de información. Las redes sociales juegan un papel importante en la difusión de desinformación junto con las historias falsas. Aunque hay interrupciones en el flujo, indicando aislamiento y magnitud de los procesos, se observa que las noticias falsas interactúan con todos los procesos, aproximándose a un modelo teórico de desinformación o posverdad.
En la Figura 3, el diagrama de Sankey revela que las noticias falsas tienen una interacción destacada con las redes sociales, lo que resalta la importancia de este medio de comunicación dentro del contexto de la agnogénesis (generación de desinformación). En otras palabras, las redes sociales desempeñan un papel significativo en la difusión y propagación de noticias falsas, lo cual es relevante dentro del modelo existente de generación de desinformación.
Vulnerabilidad a la posverdad
La Tabla 3 muestra los datos por país en diferentes aspectos que podrían hacerlos susceptibles a ser afectados por la agnogénsis: percepción de la corrupción, niveles de pobreza y alfabetización. En cuanto a la corrupción, ninguno de los 26 países se encontró en los niveles de percepción muy baja (90 a 100) o baja (80 a 89). Uruguay fue el único país que reportó un nivel moderado de corrupción (70 a 79). En tanto que Chile y Bahamas, registraron un nivel de percepción alto (60 a 69); y Costa Rica muy alto (50 a 59). Los demás países estudiados (22), presentaron una percepción de extremadamente corruptos (menos de 50 puntos).
País | Pobreza (2023) | Alfabetización (2023) | Corrupción (2021) | Índice de riesgo infodémico IRI2023 | Índice de riesgo infodémico dinámico IRID 2023 | |||||
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Puntaje | Desigualdad | Puntaje | Nivel | Puntaje | *Nivel | Puntaje | Riesgo | Puntaje | Riesgo | |
Argentina | 42.3 | Muy desigual | 99 | Muy alto | 38 | Extremo | 0.087 | Bajo | 0.188 | Bajo |
Bahamas | 39 | Moderada | 83 | Media | 64 | Alto | 0.04 | Bajo | 0.222 | Moderado |
Bolivia | 43.6 | Muy desigual | 93 | Alto | 30 | Extremo | 1 | Muy alto | 0.45 | Alto |
Brasil | 48.9 | Muy desigual | 93 | Alto | 38 | Extremo | 0.084 | Bajo | 0.485 | Alto |
Chile | 44.9 | Muy desigual | 96 | Muy alto | 67 | Alto | 0.017 | Bajo | 0.167 | Bajo |
Colombia | 54.2 | Muy desigual | 95 | Muy alto | 39 | Extremo | 0.242 | Moderado | 0.286 | Moderado |
Costa Rica | 49.3 | Muy desigual | 98 | Muy alto | 58 | Muy alto | 0.659 | Muy alto | 0.4 | Moderado |
Cuba | 41 | Muy desigual | 100 | Muy alto | 46 | Extremo | 0.113 | Bajo | 0.138 | Bajo |
Ecuador | 47.3 | Muy desigual | 93 | Alto | 36 | Extremo | 0.177 | Bajo | 0.248 | Moderado |
El Salvador | 38.8 | Moderada | 89 | Alto | 34 | Extremo | 0.307 | Moderado | 0.4 | Moderado |
Guatemala | 48.3 | Muy desigual | 82 | Media | 25 | Extremo | 0.452 | Alto | 0.324 | Moderado |
Guinea | 57.9 | Muy desigual | 95 | Muy alto | 17 | Extremo | 0.4 | Moderado | 0.4 | Moderado |
Guyana | 45.1 | Muy desigual | 93 | Alto | 39 | Extremo | 0.2 | Bajo | 0.003 | Bajo |
Haití | 41.1 | Muy desigual | 62 | Bajo | 20 | Extremo | 0.108 | Bajo | 0.667 | Muy alto |
Honduras | 48.2 | Muy desigual | 87 | Alto | 23 | Extremo | 0.983 | Muy alto | 0.538 | Alto |
Jamaica | 45.5 | Muy desigual | 89 | Alto | 44 | Extremo | 0.005 | Bajo | 0.1 | Bajo |
México | 45.4 | Muy desigual | 95 | Muy alto | 31 | Extremo | 0.714 | Muy alto | 0.444 | Alto |
Nicaragua | 46.2 | Muy desigual | 83 | Media | 20 | Extremo | 1 | Muy alto | 0.188 | Bajo |
Panamá | 49.8 | Muy desigual | 95 | Muy alto | 36 | Extremo | 0.571 | Alto | 0.571 | Alto |
Paraguay | 43.5 | Muy desigual | 94 | Alto | 30 | Extremo | 0.382 | Moderado | 1 | Muy alto |
Perú | 43.8 | Muy desigual | 94 | Alto | 36 | Extremo | 0.104 | Bajo | 0.267 | Moderado |
Puerto Rico | 41 | Muy desigual | 92 | Alto | 49 | Extremo | 0.779 | Muy alto | 0.75 | Muy alto |
República Dominicana | 39.6 | Moderada | 94 | Alto | 55 | Muy alto | 0.118 | Bajo | 0.535 | Alto |
Surinam | 57.9 | Muy desigual | 94 | Alto | 39 | Extremo | 0.078 | Bajo | 0.08 | Bajo |
Uruguay | 40.2 | Muy desigual | 99 | Muy alto | 73 | Moderado | 0.382 | Moderado | 0.01 | Bajo |
Venezuela | 44.8 | Muy desigual | 97 | Muy alto | 14 | Extremo | 0.867 | Muy alto | 0.571 | Alto |
La caracterización de la pobreza indicó que ninguno de los 26 países de ALC se reportó sin pobreza o con una distribución perfectamente igualitaria del ingreso o la riqueza (0.0), ni con una riqueza bastante igualitaria, asociada a baja pobreza (1 a 20); mientras que Bahamas, El Salvador, República Dominicana y Uruguay, tuvieron un nivel moderado de pobreza, con una distribución de ingresos o riqueza moderadamente desigual (21 a 4). El resto de los países estudiados (22): son pobres, con una distribución de ingresos o riqueza muy desigual (41 a 60), por lo que ninguno de los 26 países se ubicó en un nivel de pobreza o riqueza bastante desigual, asociado a alta pobreza (61 a 80) o en extrema pobreza, con una distribución de ingresos o riqueza extrema (81 a 100).
En la alfabetización de los países de ALC, no se reportó una tasa muy baja (por debajo del 50 %) y solo Haití registró una tasa de alfabetización baja (entre el 50 % y el 69 %), mientras que Bahamas, Guatemala y Nicaragua reportaron una tasa media (entre el 70 % y el 84 %). En tanto que, Bolivia, Brasil, Ecuador, El Salvador, Guyana, Honduras, Jamaica, Paraguay, Perú, Puerto Rico, República Dominicana y Surinam obtuvieron una tasa alta (entre el 85 % y el 94 %) y Argentina, Chile, Colombia, Costa Rica, Cuba, Guinea, México, Panamá, Uruguay y Venezuela, tuvieron una tasa muy alta o superior (95 %).
El Índice de Riesgo Infodémico (IRI) de los países de ALC se consideró de riesgo bajo (0 a 0.2) para Argentina, Bahamas, Brasil, Chile, Cuba, Ecuador, Guyana, Haití, Jamaica, Perú, República Dominicana y Surinam; de riesgo moderado (0.21 a 0.4) para Colombia, El Salvador, Guinea, Paraguay y Uruguay; mientras que Guatemala y Panamá, se encontraron en un riesgo alto (0.41 a 0.6); y Bolivia, Costa Rica, Honduras, México, Nicaragua, Puerto Rico y Venezuela, se ubicaron en un riesgo muy alto (0.61 a 1).
En el Índice de Riesgo Infodémico Dinámico (IRID) de los países de ALC estudiados, Argentina, Chile, Cuba, Guyana, Jamaica, Nicaragua, Surinam y Uruguay se reportaron con un riesgo bajo (0 a 0.2), mientras que Bahamas, Colombia, Costa Rica, Ecuador, El Salvador, Guatemala, Guinea y Perú registraron un riesgo moderado (0.21 a 0.4); y los países de Bolivia, Brasil, Honduras, México, Panamá, República Dominicana y Venezuela tuvieron un riesgo alto (0.41 a 0.6) y Haití, Paraguay y Puerto Rico reportaron un riesgo muy alto (0.61 a 1).
En la Tabla 4 se observa que el IRI tuvo una correlación débil con la alfabetización y media con la pobreza, pero en ambos casos el valor no fue significativo (P > 0.05). La percepción de la corrupción presentó un valor considerable y significativo (P < 0.05) respecto al valor de IRI, indicando que en los países en que la población percibe un mayor índice de corrupción, la posibilidad de generar angiogénesis respecto a la pandemia COVID-19 fue mayor.
Factor de riesgo | IRIa | IRIDb |
---|---|---|
R2 | R2 | |
Pobreza | 0.135 | -0.047 |
Alfabetización | 0.031 | -0.185 |
Corrupción | -0.505* | -0.465* |
*Indica significancia con P ≤ 0.05.
aÍndice de riesgo infodémico.
bÍndice de riesgo infodémico dinámico.
El comportamiento del IRID fue similar al IRI, presentando una correlación débil con la pobreza y media con el nivel de alfabetización, pero en ambos casos no significativa. La percepción de corrupción presentó un valor medio (0.465) y significativo (P < 0.05), indicando que, en estos países, en los que se percibe alta corrupción, existió un mayor riesgo de agnogénesis relacionada al COVID-19.
DISCUSIÓN
La agnogénesis y su capacidad de crear ignorancia a través de la posverdad, mediante a diseminación de información falsa, en los países de ALC estudiados, presentó una destacada interacción con las redes sociales. Este fenómeno se relaciona con el importante crecimiento de usuarios de las redes, el cual se estima en alrededor de 66 % en América Latina en los últimos años (Sierra-Caballero y Sola-Morales, 2020). La ignorancia generada por la agnogénesis es un vacío cuya duración aún no se ha determinado, de acuerdo con Proctor (2020), ya que el análisis semántico revela una amplia gama de formas de comunicación en un entorno digital altamente mediático y compartido masivamente.
La vulnerabilidad a la agnogénesis se evidenció con el análisis de la desinformación generada alrededor de la pandemia COVID-19. La pobreza y la alfabetización no tuvieron una influencia significativa en los indicadores de IRI e IRID (Tabla 4). La alfabetización, de acuerdo con Parker (2020), es un factor determinante para evitar que la posverdad erosione la confianza en las instituciones públicas y ocasione una polarización extrema. Por otra parte, desde la perspectiva de Bronstein y col. (2018), surge la pregunta de si las personas en ALC realmente tienen acceso a suficiente información para poder elegir, como sugiere Hakak y col. (2021), o si es posible que no todos crean en todo, como menciona De-Espinosa (2001). También se puede plantear que la región aún no se ha convertido en la sociedad de la ignorancia descrita por Lazcano y Jaime (2020). Aunque en este trabajo no se logró establecer la influencia de la pobreza alrededor de la infodemia relacionada con COVID 19, si influye en la agnogénesis, según Sued y Kedikian (2020).
La corrupción en ALC mostró relación con la agnogénesis vinculada a la infodemia de COVID-19, confirmando la existencia de la posverdad en países con percepciones elevadas de corrupción en la región, un problema difundido en la región, de acuerdo con Saldaña y Mourão (2018). Autores como Valero-Pastor y col. (2019), López-Martín y col. (2020) y Singh y Sharma (2021) resaltan que la posverdad principalmente discurre a través del periodismo que distorsiona la información, siendo un mecanismo de poder y noticias por medio de la financiación a la corrupción periodística por parte de grupos económicos y políticos, con una orientación política descontextualizada para influir y cambiar la percepción.
CONCLUSIONES
La agnogénesis es un fenómeno ampliamente presente y relevante en América Latina y el Caribe en donde las redes sociales desempeñan un papel importante en la generación de la posverdad. En esta región existe un marcado interés del público en el fenómeno de las “fake news”. En cuanto a la vulnerabilidad a la posverdad, respecto al índice de riesgo infodémico e índice de riesgo infodémico dinámico, se encontraron valores de correlación débiles o medios, ambos no significativos, en su asociación con la pobreza y la alfabetización; los medios y considerables al asociarlos con la alta percepción de corrupción indican la complejidad de los factores que influyen en la vulnerabilidad. La posverdad como estrategia de la agnogénesis en ALC es un fenómeno relevante aunque complejo, manifestado en variadas formas de desinformación. Es necesario abordar el problema de la posverdad desde múltiples enfoques, considerando la diversidad de contextos en la región.