Introducción
Los exámenes estandarizados para el ingreso a la educación superior y sus problemáticas
Según el Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE), el Sistema Educativo Nacional mexicano (SEN) no ha logrado distribuir una educación de calidad para todos. Algunas de las causas de esta situación son la desigualdad social y la injusta distribución de los servicios educativos, para el INEE, el SEN, y por consecuencia, las escuelas tienden a reproducir inequidades y desigualdades que perjudican a los estudiantes más vulnerables, y al mismo tiempo benefician a los más favorecidos, lo que se puede observar en el acceso, permanencia y logro de aprendizajes, de los sectores más vulnerables. Estos últimos, son quienes reciben la formación educativa con diversas desventajas, dicha formación suele ser deficiente y poco pertinente en la infraestructura, los materiales educativos, el currículo, el presupuesto y la idoneidad de los docentes; es decir, los estudiantes de los sectores más vulnerables, tienen condiciones menos favorables para el aprendizaje (INEE, 2019).
Las problemáticas del SEN también llegan a la educación superior, en donde si bien, se ha buscado ampliar la cobertura (SEP, 2020a), el acceso a las Instituciones de Educación Superior (IES), sobre todo las más demandadas, suelen tener estudiantes provenientes de los sectores socioeconómicos más favorecidos, de bachilleratos privados y con buen desempeño en el mismo (Guzmán, 2011; Guzmán y Serrano, 2011; Rodríguez Rodríguez y Guzmán Rosquete, 2019).
Para los estudiantes de los sectores socioeconómicos más vulnerables, un punto clave para continuar sus estudios universitarios es el proceso de admisión, en el cual los exámenes estandarizados para el ingreso a la educación superior, como el EXANI-II, son ampliamente utilizados por las IES, ya que los puntajes de esos exámenes se consideran predictores del futuro desempeño de los aspirantes (CENEVAL, 2020); sin embargo, la evidencia señala que las variables socioeconómicas influyen en los resultados del EXANI-II (Torres et al., 2016; Yañez et al., 2014); esto también se ha visto en otros países, como en los Estados Unidos, en donde se ha encontrado que los resultados de este tipo de pruebas están asociados con el nivel socioeconómico de los aspirantes; por ejemplo, los críticos de la Prueba de Aptitudes Académicas (SAT, por sus siglas en inglés) han sugerido que dicha prueba sólo mide el nivel socioeconómico, excluyendo las habilidades académicas que se dice que evalúa (Kohn, 2001; Zwick, 2012).
Asimismo, se ha encontrado, que los resultados del EXANI-II no poseen poder de predicción a largo plazo ni a corto plazo y que el promedio de bachillerato predice mejor el futuro rendimiento académico en los estudios universitarios (Cortés y Palomar, 2008; Morales-Ibarra et al., 2009; Torres Soto, et al., 2018); no obstante, también hay evidencia que señala que los estudiantes que obtuvieron resultados altos en el EXANI-II, obtuvieron un mejor rendimiento académico en el primer semestre de la licenciatura (Sierra, et al., 2019).
Causas de la reprobación
Otra problemática que se suele encontrar en el SEN y que se puede observar en miles de estudiantes en todos los niveles educativos, es la reprobación. Para la Secretaría de Educación Pública de México (SEP), la reprobación es no lograr adquirir los conocimientos o requisitos para aprobar un grado escolar.
En la modalidad escolarizada en la educación media superior a nivel nacional, la reprobación en el ciclo 2019-2020, según la SEP, fue de 12.8% (SEP, 2020b). Por otro lado, los altos índices de reprobación contribuyen a las problemáticas del abandono y rezago, lo que a su vez incrementa la disminución de la tasa de eficiencia terminal a medida que avanzan los niveles educativos, en donde se puede notar que la eficiencia terminal disminuye drásticamente, 97.7% en la primaria, 85.5% en la secundaria y 64.4% en la educación media superior (INEE, 2019).
Los estudiantes universitarios siguen enfrentando esta misma problemática, en donde es común que el fenómeno de la reprobación esté asociado con los recursos socioeconómicos de los estudiantes, a su vez el factor socioeconómico toma mayor relevancia para ingresar y permanecer en este nivel educativo, ya que, si cuentan con el apoyo económico para sus estudios, tendrán menos distractores para asistir a la universidad y lograrán ser más productivos, pero si no cuentan con los recursos necesarios, requerirán cubrir las necesidades prioritarias por lo que probablemente descuidarán sus estudios, propiciando las problemáticas de reprobación, rezago y deserción (Alarcón, 2006; Fernández Ortega, et al., 2017; Garbanzo Vargas, 2014; Guzmán, 2012; Hidalgo Mora, et al., 2019). Además de lo que ya se ha mencionado, el fenómeno de la reprobación también está asociado a otras causas; por ejemplo, el conjunto de pensamientos y sentimientos genéricos que el individuo tiene de sí mismo, también conocido como auto concepto (Díaz Barajas y Ruiz Olvera, 2018), la poca dedicación a los estudios, la falta de adecuados hábitos de estudio, la deficiencia en conocimientos previos, la falta de interés por los estudios (Castillo-Sánchez, et al., 2020) y la repetición de años durante la primaria o secundaria (Fernández Ortega, et al., 2017).
Como se puede observar, la reprobación es un fenómeno multicausal y aunque los estudiantes lleguen a las aulas universitarias; esto no garantiza que el estudiante se adapte a la institución, y que a su vez logre permanecer en ella (Ramírez Ramírez y Gallur Santorum, 2017). Por el contrario, se ha encontrado evidencia que muestra que dentro de los factores asociados a la permanencia en los estudios universitarios, están la integración académica, el compromiso por la institución, las interacciones sociales y familiares, y la motivación externa (Velázquez Narváez y González Medina, 2017).
Rendimiento académico universitario
El rendimiento académico de los estudiantes universitarios, similar al fenómeno de la reprobación, también es altamente multicausal, en el que intervienen factores sociales, institucionales, personales, psicológicos, socioeconómicos, de adaptación a la universidad, de hábitos de estudio, de apoyos que reciban los estudiantes, entre muchos otros (Garbanzo, 2013).
Se ha encontrado que el rendimiento académico de los universitarios está claramente relacionado con el nivel educativo de sus padres (Armenta, et al., 2008). A mayor nivel educativo de los padres, mayor porcentaje de estudiantes con buen nivel académico. Igualmente, la ocupación de los padres es una variable relevante para explicar el acceso a la universidad, sean cuales sean las notas de los estudiantes con padres con una posición económica favorable, para estos estudiantes ingresar a la universidad es una trayectoria natural (Daza Pérez, et al., 2019).
Estrechamente relacionado con la escolaridad y ocupación de los padres está la estabilidad económica del estudiante y de otros miembros de la familia, la cual es considerada como un factor que influye de manera importante en el desempeño escolar de los universitarios (González, 2019).
Dicha estabilidad económica también guarda relación con el tipo de dedicación que el individuo pueda dar a sus estudios universitarios, ya que este factor suele incidir de forma decisiva en la trayectoria escolar universitaria. Existe evidencia que señala que los estudiantes universitarios con dedicación a tiempo parcial abandonan en mayor medida que los estudiantes con dedicación de tiempo completo (Constante-Amores, et al., 2020).
Por otra parte, las instituciones también pueden ayudar a que el desempeño académico de sus estudiantes mejore, se a encontrado que la pedagogía que manejan los profesores, los horarios de clase adecuados establecidos, las buenas relaciones entre los docentes y estudiantes y la calidad académica de los docentes, son factores que influyen en el desempeño académico de los estudiantes (Castrillón, et al., 2020). Por lo que, desde esta perspectiva, no necesariamente el rendimiento académico depende de las instalaciones con que cuente la institución o nivel socioeconómico de los estudiantes, sino que depende de la dedicación y empeño que los docentes y estudiantes pongan en sus clases, más que de los mismos recursos materiales con que cuente el estudiante o la institución (Chong, 2017).
De esta forma, este estudio busca observar si existe asociación entre el capital familiar con que cuentan los estudiantes y algunos indicadores centrales de su formación académica superior o que inciden en la misma, como lo son la trayectoria escolar universitaria, el examen de ingreso a la educación superior, el promedio de bachillerato, y la reprobación en la universidad y el bachillerato. Cabe destacar, que se espera que no exista asociación alguna entre los resultados que los estudiantes logran en el examen de ingreso a la universidad EXANI-II y las ventajas socioeconómicas que sus familias les puedan brindar, ya que esto implicaría que dicho examen sea una posible causa que propicie las desigualdades sociales.
Development
Método
A continuación, se muestran los diferentes elementos que se siguieron para llegar a los resultados de este estudio, los cuales incluyen el diseño de la investigación, la población participante, el entorno e intervenciones en donde se llevó a cabo el estudio y el análisis estadístico que se utilizó.
El capital familiar de los estudiantes fue medido a través de tres indicadores: escolaridad y nivel de competencia de la ocupación de los padres, además del nivel socioeconómico de la familia.
La escolaridad de los padres se ordenó en primaria, secundaria, bachillerato, licenciatura y posgrado, de acuerdo a la Ley General de Educación mexicana (SEP, 2018).
El nivel de competencia de la ocupación de los padres se ordenó con base en el Sistema Nacional de Clasificación de Ocupaciones (INEGI, 2018), el cual cuanta con nueve niveles, que van de funcionarios, directores y jefes (ocupaciones con mayor complejidad) a trabajadores en actividades elementales y de apoyo (ocupaciones con menor complejidad).
Para obtener el nivel socioeconómico de la familia, se aplicó el cuestionario NSE 2018 de la Asociación Mexicana de Agencias de Investigación de Mercado (AMAI, 2018). Cabe mencionar, que a través de este cuestionario se clasifican en México siete niveles socioeconómicos: A/B (más alto), C+, C, C-, D+, D y E (más bajo).
Los indicadores del rendimiento académico de los estudiantes tales como: promedio de bachillerato, resultado del EXANI-II, calificaciones de la licenciatura, aprobación en evaluaciones ordinarias y extraordinarias, fueron otorgados por la UPSIN.
Para obtener la Trayectoria Escolar Universitaria, se utilizó la fórmula del índice TEU (Araiza-Lozano, 2018), la cual se muestra a continuación.
En donde PC es el promedio de calificaciones obtenidas por el estudiante. ÍAO es el índice de aprobación en ordinario e ÍPC es el índice de promoción de cursos. Los cálculos de estos índices se hicieron con base en Casillas, et al. (2007) y Chaín (1994).
Para esta investigación, se tomaron en cuenta los estudiantes que cursaban el séptimo cuatrimestre de la generación 2014-2018 de la Universidad Politécnica de Sinaloa (UPSIN). En total, 420 estudiantes fueron contemplados; sin embargo, participaron 314, debido a que algunos no contestaron el instrumento de nivel socioeconómico y otros de forma voluntaria no quisieron participar en el estudio. Las aulas de la UPSIN fueron el escenario en donde se aplicó el cuestionario NSE AMAI 2018, que además contenía los ítems de la escolaridad y ocupación de los padres. Dicha aplicación se llevó en coordinación con las autoridades institucionales, docentes y estudiantes. Antes de que el instrumento fuera aplicado, se piloteó con grupos de una generación anterior a la población objetivo.
Por las características de las variables y para observar si existía asociación entre los factores socioeconómicos de los estudiantes y su rendimiento académico, se utilizó el análisis estadístico Rho de Spearman (correlación no paramétrica). Se cumplieron los supuestos para utilizar dicha prueba: las variables tienen un valor para cada caso, la relación entre las variables es monótona (creciente o decreciente) y algunas de las variables son ordinales y métricas (Anderson et al., 2008).
Correlaciones no paramétricas
Se encontró que el rendimiento del EXANI-II y la Trayectoria Escolar Universitaria, están asociados al nivel socioeconómico de la familia, así como a la escolaridad y ocupación de los padres. Específicamente, a mayor nivel socioeconómico de la familia de la que provenga el estudiante, mayor rendimiento en el EXANI-II y en su Trayectoria Escolar Universitaria. A mayor nivel de competencia de la ocupación del padre y la madre, mayor rendimiento del hijo en el EXANI II. A mayor escolaridad del padre y la madre, mayor rendimiento del hijo en el EXANI II y en su Trayectoria Escolar Universitaria. Cabe resaltar, que el rendimiento de los estudiantes en el EXANI-II, está asociado con todos los factores socioeconómicos propuestos en este estudio: nivel socioeconómico de la familia, así como ocupación y escolaridad de los padres (ver Tabla 1).
Rendimiento académico | Indicadores | NSE | Ocupación Padre | Ocupación Madre | Escolaridad Madre | Escolaridad Padre |
---|---|---|---|---|---|---|
Promedio de bachillerato | Coeficiente | -0.079 | -0.083 | -0.049 | -0.043 | 0.022 |
Sig. | 0.105 | 0.118 | 0.344 | 0.381 | 0.666 | |
Porcentaje de aciertos en el EXANI II | Coeficiente | .286** | .161** | .172** | .262** | .243** |
Sig. | 0.000 | 0.002 | 0.001 | 0.000 | 0.000 | |
Trayectoria Escolar Universitaria |
Coeficiente | .123* | 0.030 | 0.047 | .108* | .111* |
Sig. | 0.012 | 0.576 | 0.366 | 0.028 | 0.027 |
Fuente: elaboración propia. Nivel socioeconómico: NSE. **La correlación es significativa en el nivel 0,01 (bilateral). *La correlación es significativa en el nivel 0,05 (bilateral).
No se encontró asociación entre la reprobación y los factores socioeconómicos de los estudiantes, ni en sus estudios universitarios, ni en sus estudios de bachillerato. Esto es que el nivel socioeconómico de la familia, la ocupación del padre y la madre, así como la escolaridad de ambos padres, no estuvieron asociados con la reprobación de los estudiantes ni en el bachillerato ni en la licenciatura (ver Tabla 2).
Reprobación | Indicadores | NSE | Ocupación Padre | Ocupación Madre | Escolaridad Madre | Escolaridad Padre |
---|---|---|---|---|---|---|
Materias reprobadas en el bachillerato | Coeficiente Sig. | -0.011 (0.824) | 0.017 (0.751) | 0.074 (0.152) | 0.018 (0.714) | -0.050 (0.319) |
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Materias recursadas en licenciatura. | Coeficiente | -0.056 | 0.049 | 0.008 | -0.052 | -0.003 |
Sig. | (0.249) | (0.354) | (0.881) | (0.291) | (0.951) |
Fuente: elaboración propia. Nivel socioeconómico: NSE. **La correlación es significativa en el nivel 0,01 (bilateral). *La correlación es significativa en el nivel 0,05 (bilateral).
Como era de esperarse, se encontró asociación entre el rendimiento académico y la reprobación. La reprobación de materias en el bachillerato estuvo asociada a un bajo rendimiento en el EXANI-II y a un bajo rendimiento en la Trayectoria Escolar Universitaria. De forma similar, las materias recursadas en licenciatura estuvieron asociadas a bajo rendimiento en el bachillerato, bajo rendimiento en el EXANI-II y bajo rendimiento en las Trayectorias Escolares Universitarias (ver Tabla 3).
Rendimiento académico | Indicadores | Materias reprobadas en el bachillerato | Materias recursadas en licenciatura. |
---|---|---|---|
Promedio de bachillerato | Coeficiente | -.426** | -.243** |
Sig. | 0.000 | 0.000 | |
Porcentaje de aciertos en el EXANI II | Coeficiente | -.171** | -.233** |
Sig. | 0.000 | 0.000 | |
Trayectoria Escolar Universitaria | Coeficiente | -.189** | -.595** |
Sig. | 0.000 | 0.000 |
Fuente: elaboración propia. **La correlación es significativa en el nivel 0,01 (bilateral). *La correlación es significativa en el nivel 0,05 (bilateral).
Discusión
Respecto al objetivo que persigue esta investigación, se observa que existe asociación entre el capital familiar de los estudiantes y algunos indicadores centrales de su formación académica superior o que inciden en la misma, como lo son la trayectoria escolar universitaria y el examen de ingreso a la educación superior, pero no en el promedio de bachillerato, ni en la reprobación en el bachillerato, ni en la reprobación en la universidad.
Aunque se esperaba que no existiera asociación alguna entre los resultados que los estudiantes logran en el examen de ingreso a la universidad EXANI-II y las ventajas socioeconómicas que sus familias les puedan brindar; esto no es así, pues existe una clara asociación entre el capital familiar de los estudiantes y la nota que puedan lograr en el EXANI-II; esto implica que dicho examen sea una posible causa que propicia las desigualdades sociales; por lo que los resultados de este estudio corroboran lo declarado por el INEE (2019), al mencionar que el SEN tiende a reproducir inequidades y desigualdades que perjudican a los estudiantes más vulnerables; en este caso, la restricción del acceso a los estudiantes que provienen de niveles socioeconómicos bajos, con padres con pocos grados académicos y que tienen ocupaciones que requieren competencias básicas.
Estos resultados coinciden con lo encontrado en otros estudios que señalan que las variables socioeconómicas influyen en la nota que logran los estudiantes en el EXANI-II (Torres et al., 2016; Yañez et al., 2014); cabe mencionar, que también guardan similitudes con los hallazgos que señalan que la Prueba de Aptitudes Académicas (SAT, por sus siglas en inglés), realizada en Estados Unidos, más bien mide el nivel socioeconómico de los aspirantes que sus habilidades académicas (Kohn, 2001; Zwick, 2012).
Las desventajas de los estudiantes vulnerables no sólo pueden estar impidiendo el acceso a los estudios universitarios, sino que además los estudiantes con mejor nivel socioeconómico y con padres con mayor escolaridad tienen mejores trayectorias escolares universitarias. De la misma manera, otras investigaciones señalan que el rendimiento académico de los universitarios está claramente relacionado con el nivel educativo de sus padres (Armenta et al., 2008; Daza Pérez et al., 2019) y con la estabilidad económica del estudiante y de otros miembros de la familia, la cual es considerada como un factor que influye de manera importante en el desempeño escolar de los universitarios (González, 2019).
Conclusiones
Es notorio que la reprobación no está asociada a ningún elemento del capital familiar aquí propuesto, esto es que el nivel socioeconómico de la familia, la ocupación del padre y la madre, así como la escolaridad de ambos padres, no están asociados con la reprobación de los estudiantes ni en el bachillerato ni en la licenciatura, por lo que esta problemática puede ser atribuida a otros factores, tales como el auto concepto (Díaz Barajas y Ruiz Olvera, 2018), la poca dedicación a los estudios, la falta de adecuados hábitos de estudio, la deficiencia en conocimientos previos, la falta de interés por los estudios (Castillo-Sánchez, et al., 2020), la repetición de años durante la primaria o secundaria (Fernández Ortega, et al., 2017) o la falta de adaptación a la vida universitaria (Ramírez Ramírez y Gallur Santorum, 2017), entre otros posibles factores.
A manera de reflexión, es de esperarse que la reprobación de materias en el bachillerato esté asociada a un bajo rendimiento en el EXANI-II y a un bajo rendimiento en la Trayectoria Escolar Universitaria, y que las materias recursadas en licenciatura estén asociadas a un bajo rendimiento en el bachillerato, a un bajo rendimiento en el EXANI-II y a un bajo rendimiento en las Trayectorias Escolares Universitarias, lo que no se debe admitir es que el desempeño que los estudiantes logren en un examen estandarizado para ingresar a la universidad; esté asociado con los beneficios o desventajas socioeconómicas de los estudiantes, ya que este tipo de asociaciones pueden estar incrementando exponencialmente las desigualdades sociales, propiciadas desde el mismos sistema educativo.