Introducción
La baja productividad, el lento crecimiento y la reducida rentabilidad son los sellos que caracterizan a las pequeñas unidades de producción de leche de vaca alrededor del mundo (Datta et al. 2019). Sin embargo, estas unidades son importantes especialmente para países en desarrollo donde contribuyen con 85% de la producción de leche fresca (FAO 2021). Además, la producción de leche es importante porque funge como fuente de ahorro y liquidez para las familias que la realizan, por lo que cumple una función esencial en la economía rural de los distintos países donde se practica (Maina et al. 2020, Carrasco-Pérez et al. 2022).
Los límites que definen a la pequeña escala no se encuentran claramente definidos ni universalmente concertados. Algunos estudios sitúan la pequeña escala en torno a la posesión de 10 vacas o menos (Datta et al. 2019) y otros extienden la definición hasta incluir unidades con hasta 100 vacas (Montiel-Olguín et al. 2019). Considerando el umbral de hasta 100 vacas, en México, la pequeña escala representa 73% de las unidades lecheras, las cuales concentran 23% del inventario ganadero y contribuyen con el 30% de la producción de leche (Montiel-Olguín et al. 2019).
Jalisco es la entidad federativa que ocupa el primer lugar en producción de leche en México con 2 606 millones de litros anuales (SIAP 2021). En las principales regiones lecheras de Jalisco (Los Altos y Ciénega), la distribución entre unidades pequeñas, medianas y grandes cambió de 60, 30 y 10%, respectivamente, a 30, 60 y 10% (Núñez et al. 2016). La reconfiguración se explica por dos fenómenos. Por un lado, el abandono de la actividad por parte de un importante número de productores pequeños, y por otro, el crecimiento y consolidación de un grupo de productores de mediana escala (Núñez et al. 2016).
Son diversos los factores asociados con la baja productividad y rentabilidad de las unidades lecheras de pequeña escala. Por un lado, los ganaderos de pequeña escala generalmente cuentan con un menor grado de estudios (Mariscal-Aguayo et al. 2017) y acceso más restringido a asesoría técnica (Camacho et al. 2017). También las unidades pequeñas son las que presentan un mayor rezago tecnológico, por ejemplo, en cuanto a la incorporación de razas mejoradas (Datta et al. 2019) y la ordeña mecánica (López-Carlos et al. 2020). A su vez, entre las unidades de baja escala existen restricciones para acceder a alimentos especializados y mano de obra contratada (Salinas-Martínez et al. 2020).
En cambio, las unidades de mayor escala son las que suelen incorporar razas mejoradas como la Holstein junto con la alimentación y el manejo necesario para alcanzar altas productividades (Mariscal-Aguayo et al. 2017). Asimismo, las unidades más grandes son las que con mayor frecuencia cobran un mejor precio por su leche debido a que tienen un mayor poder de negociación y venden directamente a las agroindustrias (Romo-Bacco et al. 2022). Dado el contraste de oportunidades entre productores pequeños y grandes, no resulta extraño que sean los pequeños quienes terminan abandonando la actividad y entonces la producción quede bajo el dominio de las unidades grandes (Ríos-Flores et al. 2015).
La innovación se concibe como todo cambio basado en conocimiento que genera valor, refiriéndose por cambios no sólo a los de tipo tecnológico, sino también a los de índole organizativo y comercial (COTEC 2006, OECD 2005). Por su parte, Marco Lógico es un enfoque de planificación orientado al cumplimiento de objetivos con base en la identificación de un problema central y sus causas (CEPAL 2015). En el sector agropecuario, estudios como los de Muñoz et al. (2010) y Barrera et al. (2013) han combinado el análisis de la dinámica de innovación y el análisis causal para definir acciones cuyo propósito es superar las limitaciones técnico-económicas de las unidades de producción. Por lo anterior, el objetivo de esta investigación fue realizar un diagnóstico de la producción de leche de pequeña escala en el municipio de Ayotlán perteneciente a la región Ciénega en Jalisco, mediante el análisis de la dinámica de innovación y la construcción de la estructura causa y efecto, con el propósito de definir acciones que resuelvan las verdaderas causas del problema principal.
Materiales y métodos
El estudio se realizó en la región Ciénega en Jalisco, en el municipio de Ayotlán donde la ganadería lechera se practica a pequeña escala. En Ayotlán existen 200 unidades de producción registradas en la Asociación Ganadera Local. Las unidades analizadas fueron 34, número que se obtuvo mediante un muestreo no probabilístico por conveniencia que incluyó a los productores quienes dieron apertura a ser entrevistados y mostraron disposición a proporcionar datos.
La colecta de datos se llevó a cabo de octubre a diciembre de 2021 mediante un cuestionario aplicado cara a cara a los productores. La información recabada consistió en: I) datos generales del productor y de la unidad de producción, II) datos productivos y económicos, III) dinámica de la innovación y IV) la percepción sobre la principal problemática enfrentada en la actividad.
Se realizó una caracterización socioeconómica de los productores con estadística descriptiva a partir de los datos obtenidos de los apartados I y II. Las variables consideradas en datos generales fueron edad del productor, nivel de educación, años de experiencia en la actividad y número de familiares que trabajan en la unidad de producción. Las variables productivas registradas fueron el número de vacas en ordeño y litros producidos por vaca al día, y las variables económicas recuperadas fueron el destino comercial de la producción y el precio de venta.
En el apartado III de dinámica de innovación, se consideraron 30 innovaciones agrupadas en seis categorías: i) nutrición, ii) sanidad y prevención, iii) reproducción y genética, iv) manejo del ordeño, v) registros técnico-administrativos, y vi) organización y capacitación (Tabla 1). Las innovaciones analizadas fueron tomadas del Manual de Buenas Prácticas Pecuarias en Unidades de Producción de Leche Bovina (SAGARPA 2010). La dinámica de innovación fue analizada por medio de indicadores que evalúan la adopción por parte de los productores, por tanto, a cada productor se le preguntó si realizaba o no cada una de las 30 innovaciones examinadas. El primer indicador calculado fue el índice de adopción de innovaciones por categoría (IAIC), obtenido a partir de la ecuación siguiente:
Donde: IAICik = Índice de adopción de innovaciones del i-ésimo productor en la k-ésima categoría, Innovjk = Presencia de la j-ésima innovación en la k-ésima categoría, y n = Número total de innovaciones en la k-ésima categoría.
Categoría | Innovaciones |
---|---|
1. Nutrición | IT01. Suministro de alimento concentrado, IT02. Suministro de ensilaje de maíz, IT03. Dietas por etapa fisiológica, IT04. Suplementación mineral, IT05. Agua de calidad ad libitum. |
2. Sanidad y prevención | IT06. Calendario de vacunación, IT07. Participa en campaña de brúcela y tuberculosis, IT08. Desparasitación interna, IT09. Desparasitación externa, IT10. Vitamina al menos una vez al año. |
3. Reproducción y genética | IT11. Insemina artificialmente, IT12. Tratamientos hormonales, IT13. Detección de celos, IT14. Diagnóstico de gestación, IT15. Selección de reemplazo con base en registros. |
4. Manejo de ordeño | IT16. Ordeña fuera del corral, IT17. Ordeño mecánico, IT18 Limpieza de ubres antes del ordeño, IT19. Uso de sellador al finalizar el ordeño, IT20. Desecho de leche con antibióticos, IT21. Prueba para detectar mastitis, IT22. Aplicación del manual de buenas prácticas. |
5. Registros técnicos y económicos | IT23. Registro de ingresos y egresos, IT24. Registros técnicos y productivos, IT25. Registros reproductivos. |
6. Organización y capacitación | IT26. Compras en común, IT27. Ventas en común, IT28. Gestión de recursos de manera grupal, IT29. Servicios de asesoría técnica, IT30. Asistencia a eventos de capacitación. |
El IAIC expresa para cada productor la proporción de innovaciones que son adoptadas con respecto al total de innovaciones consideradas en cada categoría (Muñoz et al. 2007). A su vez, para cada productor se calculó el índice de adopción de innovaciones (InAI) general, que resulta de promediar los valores del IAIC.
Para el análisis de la principal problemática enfrentada por los productores se construyó un árbol de problemas. El árbol de problemas es una de las cinco etapas consideradas dentro de la metodología de marco lógico, método de planificación por objetivos desarrollado por la USAID (1971). Las cinco etapas son: i) análisis de involucrados, ii) árbol de problemas, iii) árbol de objetivos, iv) análisis de alternativas y v) construcción de la matriz de marco lógico.
Específicamente, el árbol de problemas permite dar coherencia, dirección y lógica a las problemáticas percibidas por lo involucrados, en este caso los productores de leche de Ayotlán, mediante un análisis de causa y efecto. Las causas se colocan en la parte inferior del árbol de problemas, representando a las raíces; los efectos en la parte superior, representando a las ramas; y el objetivo es definir la problemática central que conecta a ambos niveles y que representa al tronco.
Resultados y discusión
La Tabla 2 presenta las características de los productores de leche entrevistados. Ellos cuentan en promedio con alrededor de siete vacas en producción, quien tiene menos cuenta con una vaca y quien tiene más posee 40. Por lo tanto, todos los productores entrevistados se tratan de pequeños productores. En general, todos se sitúan por debajo del umbral de 100 vacas (Montiel-Olguín et al. 2019) y en promedio se sitúan incluso por debajo del umbral de 10 vacas productoras (Datta et al. 2019).
Variables | Media | Desviación Estándar | Coeficiente de variación | Mínimo | Máximo |
---|---|---|---|---|---|
Edad del productor (años) | 48 | 16.1 | 33.6% | 18 | 85 |
Experiencia (años en la actividad) | 22.5 | 18.1 | 80.5% | 2 | 78 |
Escolaridad (años) | 8.2 | 3.4 | 41.6% | 0 | 16 |
Número de familiares involucrados | 1.6 | 1.6 | 95.8% | 0 | 3 |
Número de vacas en producción | 6.8 | 8.4 | 122.8% | 1 | 40 |
Producción por vaca (litros/día) | 11.9 | 6.5 | 55% | 3.75 | 30 |
Precio de venta (pesos/litro) | 8.5 | 1.7 | 19.6% | 5 | 11 |
Los productores entrevistados tienen una escolaridad promedio (ocho años) que no completa la educación básica esencial (primaria y secundaria) y que es coincidente con la reportada en otros estudios (Mariscal-Aguayo et al. 2017). En un aspecto que contrastan los productores analizados con respecto a otros es su menor edad (promedio de 48 años), la cual es 14 años menor que la encontrada en otros estudios (Olivera et al. 2019). Asimismo, es de resaltar la alta heterogeneidad respecto a los años de experiencia por parte de los productores. Existen productores con apenas dos años de experiencia en la actividad y quien lleva hasta 78 años realizándola.
La producción lechera a pequeña escala se caracteriza por el empleo de mano de obra familiar (Posadas-Domínguez et al. 2018). Sin embargo, destaca que es bajo el número de familiares involucrados en las unidades de producción de este estudio. Además, el 69% de los productores dijo no contar con algún familiar que esté dispuesto a continuar la actividad. Esto da cuenta de la cantidad reducida de empleos que es capaz de generar la lechería de pequeña escala. A su vez, la ausencia de potenciales sucesores confirma lo identificado en otros estudios (García-Bonilla et al. 2018, Leonard et al. 2020), los jóvenes no encuentran suficientes incentivos económicos en asumir el liderazgo de explotaciones agropecuarias de pequeña escala.
En cuanto a la productividad medida en litros de leche obtenidos por vaca en producción, existen importantes diferencias entre los ganaderos de la muestra estudiada. No obstante, la productividad promedio registrada es alrededor de dos litros inferior a los 14 litros reportados por otros autores que también analizan pequeñas unidades de producción de leche en México (Carrasco-Pérez et al. 2022, Martínez-García et al. 2015a). Sin embargo, la situación es distinta en cuanto al precio de venta de la leche. El promedio obtenido por los productores en Ayotlán es notablemente superior a los $5.14 reportados por Carrasco-Pérez et al. (2022) y a lo registrado en el SIAP (2020) de entre 5.16 y $8.05.
La variación en el precio de venta en Ayotlán depende del canal de comercialización. El menor precio ($5) se paga cuando el rutero o acopiador es quien acude a la unidad de producción para colectar la leche. Si es el ganadero quien transporta su producto a un centro de acopio local o a la agroindustria, el precio es de entre $7.00 y $8.00 por litro. En cambio, cuando los productores realizan la venta casa por casa o en la misma unidad de producción directamente a consumidores, se alcanza el mejor precio, entre $10 y $12 por litro. Los productores que venden directamente a consumidores alcanzan un precio incluso superior al precio de garantía establecido por el gobierno federal ($9.20) (SEGALMEX 2021). La integración de tareas que permiten la entrega directa del producto al consumidor final es una estrategia empleada a menudo por los productores agropecuarios para mejorar sus márgenes de utilidad (Islas-Moreno et al. 2023).
En general, los productores comparten buena parte de los rasgos que caracterizan a los lecheros de pequeña escala en México. Además de la reducida escala; avanzada edad, baja escolaridad y limitada disponibilidad de mano de obra, suelen asociarse con la baja productividad y rentabilidad en la producción lechera (Núñez Olvera et al. 2016, Salinas-Martínez et al. 2020, Carrasco-Pérez et al. 2022). Sin embargo, es importante entender la innovación como factor mediador entre las características socioeconómicas de los productores y los resultados productivos y económicos que obtienen. En la muestra del estudio, una mayor juventud de los productores puede favorecer las actividades de innovación. De acuerdo con Hernández et al. (2013), los ganaderos con mayor escolaridad generalmente están abiertos a nuevas ideas, son innovadores y adoptan más fácilmente tecnologías. Por tanto, la baja escolaridad puede explicar, en parte, la baja propensión a innovar por parte de los productores analizados en Ayotlán quienes en general reportan un nivel de innovación del 43% (Figura 1). Otros factores que pueden estar influyendo en la baja adopción son la carencia de servicios de extensionismo o la falta de recursos para pagar asesoría privada, mismo que se ve reflejado en el 22% de adopción de la categoría de organización y capacitación; o bien por la falta de inversión de otros componentes del sistema de producción, por ejemplo, ganado de mayor calidad genética lo cual se relaciona con la reproducción (35% de adopción). Estos bajos niveles de innovación podría explicarse debido a que este tipo de innovaciones reflejan su resultado en el mediano y largo plazo (Melin y Nordqvist 2007).
Por otro lado, el hecho de que las prácticas más adoptadas sean las relacionadas con sanidad y nutrición resulta lógico, ya que son aspectos directamente relacionados con la productividad en el corto plazo. De hecho, se sabe que las mejoras tecnológicas vinculadas con la eficiencia en la producción suelen ser de los primeros pasos que dan las familias agropecuarias al innovar (Kamau et al. 2018). Más específicamente, las familias ganaderas con frecuencia realizan sus primeros ascensos por la escalera de innovación mediante nuevos y mejorados sistemas de alimentación (Bertolozzi-Caredio et al. 2020). Mientras que Camacho et al. (2017), reportan que un mayor nivel tecnológico, el uso de alimento concentrado y el acceso a asesoría técnica son los factores principales para incrementar los rendimientos lecheros en pequeñas unidades de producción.
De acuerdo con el árbol de problemas construido en concertación con los productores de leche incluidos en el estudio (Figura 2), la baja adopción de innovaciones se explica por la escala pequeña de producción, el acceso limitado a servicios de asistencia técnica y de capacitación, y el desarrollo organizacional o acción colectiva insuficientes. Estos factores a su vez inciden en la baja productividad y calidad insuficiente para vincularse con la agroindustria, consideradas las principales causas que mantienen a los ganaderos poco competitivos y fuera de los mercados más rentables.
Con base en lo anterior, se identifica como problema central de los productores de leche en Ayotlán, Jalisco, un incipiente o bajo nivel de competitividad dentro de la cadena agroalimentaria en que participan. Cabe destacar que el 90% de los entrevistados mencionó como principales causas del problema el creciente costo de los insumos utilizados en la alimentación y el bajo precio de venta de la leche, factores que afectan directamente la rentabilidad de las unidades de producción y que al desarrollar el complejo causal se ubican como consecuencias y no como causas del principal problema. Al respecto, FAO (2021) reporta que los altos costos de los insumos, los bajos precios pagados por la leche, y los consecuentes márgenes reducidos de utilidad son factores que perjudican mayormente a los pequeños productores de leche a nivel mundial. Por tanto, la mayoría de estas unidades carece de las aptitudes competitivas para permanecer en un mercado globalizado, altamente competido e integrado por consumidores cada vez más exigentes.
En la estructura causal construida en este estudio, la baja capacidad para negociar precios de compra de insumos y venta de leche son consecuencia de la baja competitividad de los pequeños productores. Esto tiene como resultado la baja rentabilidad y como desenlace el abandono de la actividad en el mediano y largo plazo. En este sentido, Saripalli y Chawan (2017) afirman que las unidades de escala pequeña se mantienen atrapadas en la pobreza al no tener posibilidades de reinvertir y desarrollar capital humano. El fenómeno de desinversión y eventual abandono de la actividad que se observa en Ayotlán es una ilustración de lo que viene sucediendo a nivel estatal. Ríos-Flores et al. (2015) mencionan que el incremento del Valor Bruto de la Producción del sector lechero en Jalisco se debe a los aumentos en precios y en productividad, y no a crecimientos en el hato estatal, es más, de 2005 a 2013, el hato disminuyó 19%, lo que causó el desplazamiento de la producción familiar por sistemas especializados de mayor escala y con mejor tecnología.
La competitividad en la producción de leche de escala pequeña puede ser fortalecida atendiendo las principales causas; esto es, mediante el actuar colectivo para enfrentar el continuo incremento en los precios de los insumos, elevando la productividad por vaca, y mejorando las relaciones de comercialización de la leche al elevar la calidad de esta y acceder a mayores precios de venta. Por lo tanto, mejorar la competitividad se consigue mediante la suma de esfuerzos que sobrepasan el ámbito individual de los productores de leche de escala pequeña. Villagómez-Cortés et al. (2014) reportan que el hecho de pertenecer a una organización de productores influyó de manera favorable en la rentabilidad económica, al ayudar a reducir el costo de adquirir animales de reemplazo y alimento. Adicionalmente, la rentabilidad y productividad mejora si los productores aplican paquetes tecnológicos ofrecidos por programas gubernamentales de asistencia técnica y capacitación que incluyen componentes relacionados con nutrición animal, salud del hato y organización de la unidad de producción (Espinosa-García et al. 2018). En este trabajo se coincide con autores como Álvarez (2000) quien resalta el valor del soporte institucional para afrontar los desafíos, ya que como lo discuten Camacho et al. (2021) la integración a mercados de mayor exigencia y rentabilidad requiere la incorporación de innovaciones que implican mayor inversión y mayores costos.
El principal problema que enfrentan los pequeños productores de leche de vaca en el municipio de Ayotlán; Jalisco, es el incipiente nivel de competitividad que desencadena una baja rentabilidad y posterior abandono. Los productores perciben como causas los altos costos de los insumos para la alimentación y el bajo precio de venta por litro de leche, factores sobre los cuales ellos no pueden influir más allá de obtener un mejor precio de su producto cuando lo venden de manera directa. No obstante, al analizar la estructura causal de la problemática se encuentra que las verdaderas causas se relacionan con los bajos niveles de adopción de innovaciones tanto tecnológicas y organizativas, lo cual se traduce en una baja productividad e insuficiente calidad para acceder a mercados más rentables. Un buen paso en lo individual sería adoptar innovaciones como el suministro de dietas considerando el estado fisiológico de las vacas, la aplicación de un protocolo de buenas prácticas de ordeño y la selección de animales con base en registros productivos. En lo colectivo, los productores podrían sumar esfuerzos para acceder a capacitación y servicios de asistencia técnica y realizar compras y ventas en conjunto para aumentar su poder de negociación.