Introducción
Las heridas penetrantes por pez aguja son poco comunes, aunque se han reportado lesiones serias e incluso fatales1. Asimismo, los fragmentos retenidos de la mandíbula de estos peces pueden ser causa de dolor crónico e incluso de infección2,3. La mayoría de los casos han sido reportados en Oceanía, y un número menor en otras regiones4.
Caso clínico
Una semana antes de ser visto en el servicio de urgencias, un hombre de 49 años, por la noche, al encender la luz del barco en que se encontraba en la bahía de Acapulco, provocó que saltaran sobre la cubierta de este un cardumen de peces aguja, uno de los cuales le causó un traumatismo directo en la región occipital. Posterior a ello presentó dolor cervical importante, exacerbado por el movimiento, sin déficit neurológico asociado. Asimismo, con el movimiento del cuello tenía la sensación de cuerpo extraño. Acudió a su médico, quien le pidió una tomografía computada (TC) de columna cervical.
En la exploración física tenía una pequeña herida contusa occipital izquierda de aproximadamente 6 mm, atrás del pabellón auricular (Fig. 1), y dolor moderado a la palpación de la región occipital y de la cervical del lado izquierdo que aumentaba con la rotación del cuello.
La TC mostró la presencia de un objeto de densidad ósea de aproximadamente 7 cm que iba de la región occipital al foramen transverso de C2, sin evidencia de hematomas ni colecciones (Fig. 2).
Fue llevado a quirófano, donde bajo anestesia general se localizó la posición del cuerpo extraño con fluoroscopio, y se le hizo una incisión 3 cm por abajo y anterior a la herida contusa ocasionada por el mismo, debido a que el control de fluoroscopía mostraba que la mandíbula del pez aguja estaba inferior al sitio de entrada. Se planeó una incisión de tamaño suficiente para poder disecar los dientes de la mandíbula y no dejar ninguno retenido. Se abrió la aponeurosis cervical, identificando la mandíbula alargada de un pez aguja. Se separó esta de los planos musculares con una sonda acanalada y se extrajo con una pinza de Kelly (Figs. 3-4). Se lavó con solución salina la herida y se cerró por planos.
Se iniciaron antibióticos (doxiciclina y claritromicina) dirigidos a microorganismos gramnegativos, especialmente Vibrio sp. Su evolución posoperatoria fue satisfactoria, con resolución del dolor. Se egresó del hospital ese mismo día y posteriormente no presentó datos de infección en el control en la consulta externa a las 2 semanas. Se valoró nuevamente en consulta a los 2 meses de la intervención quirúrgica, encontrándolo asintomático y sin datos de infección.
Discusión
Los peces aguja son miembros de la familia Belonidae y se encuentran en los mares subtropicales alrededor del mundo. Llegan a medir hasta 2 metros5. En la bahía de Acapulco se han reportado cuatro variedades de estos peces: Ablennes hians (pez agujón sable), Platybelone argalus (pez agujón de quilla), Strongylura exilis (pez agujón de California) y Tylosurus fodiator (pez aguja mexicano)6.
Estos peces generalmente nadan cerca de la superficie del agua, y suelen encontrarse en bahías y aguas costeras7. Tienen la peculiaridad de ser atraídos por la luz. Pueden saltar fuera del agua a velocidades de hasta 64 km/h. En la noche llegan a saltar a las embarcaciones al ser excitados por la luz, ocasionando lesiones con sus mandíbulas alargadas y afiladas a quien se encuentren en su camino7,8. Se han reportado lesiones en diversas partes del cuerpo, siendo las más comunes en las extremidades4,9; también se han reportado lesiones intraabdominales con perforación de vísceras, como el colon1 y el intestino delgado10, en la médula espinal a nivel cervical11 y en las órbitas12, y en la década de 1970 hubo un caso fatal de un niño de 10 años con una lesión cerebral y de la arteria carótida7.
En ocasiones, durante la cirugía no se detectan todos los fragmentos de la mandíbula, los cuales quedan retenidos, siendo causa de dolor crónico e incluso de infección2,3, por lo que se recomienda, en caso de sospecha, realizar estudios de imagen2,3,8,13.
Las lesiones marinas en general son propensas a la infección, siendo los microorganismos más característicos los gramnegativos, entre ellos Vibrio sp., por lo que deben utilizarse antibióticos que cubran estos patógenos14.
Con la sospecha clínica de este tipo de lesiones, con estudios de imagen apropiados, esta patología puede ser tratada quirúrgicamente con un alto índice de éxito.