Introducción
El consumo de tabaco hoy en día es considerado un grave problema social y de salud pública, se calcula que casi 6 millones de personas mueren al año en el mundo por enfermedades atribuidas al consumo de tabaco 1. Según datos de la Organización Mundial de la Salud2) (2018), el tabaco es una de las principales amenazas para la salud pública en el mundo, más de 7 millones de personas al año mueren a causa de su consumo, de las cuales más de 6 millones son consumidores activos y alrededor de 890 000 son no fumadores, expuestos al humo ajeno. El consumo de tabaco está relacionado con el riesgo de mortalidad por enfermedades como el cáncer, cardiopatía isquémica, enfermedad pulmonar obstructiva crónica y accidente cerebrovascular entre las más comunes3.
De acuerdo con la Encuesta Mundial sobre Tabaquismo en Jóvenes publicada en el 20164, a nivel global, aproximadamente 9.5 millones de jóvenes entre 13 a 15 años consumen tabaco, mientras que en el continente americano la prevalencia de consumo de tabaco en adolescentes de entre 13 a 15 años es de 15 %. Los países suramericanos presentan datos más elevados en el consumo de cigarrillos, en tanto que en el área de Norteamérica se observó una disminución considerable en el consumo de cigarrillos del 36.4 % encontrado en 1997, a 23 % para el 20075. En lo que respecta a México, de acuerdo con la Encuesta Nacional de Consumo de Drogas, Alcohol y Tabaco 2016-20176, 14.9 millones de mexicanos son fumadores actuales (3.8 millones son mujeres y 11.1 millones son hombres) de los cuales, 5.4 millones fuman diariamente. Mientras que, la prevalencia global de consumo de tabaco en adolescentes mexicanos es de 4.9 % y la edad promedio de inicio de consumo de tabaco diario es de 14.3 años.
Existen antecedentes de que la mayoría de los adultos fumadores inician con el consumo durante la etapa de la adolescencia, como consecuencia de diversos factores como el emocional, el cual, se establece como una causa y un efecto cada vez más claro en la literatura. Diversos estudios evidencian direccionalidad entre consumo de tabaco y malestares emocionales tales como preocupación, miedo y estado de ánimo decaído en la adolescencia, aunque aún no se tiene claro sobre la relación causal de esta asociación7. No obstante, existe evidencia de que los adolescentes con buenas competencias emocionales presentan una mayor autoestima y un ajuste psicológico adecuado en cuanto a sus emociones y comportamiento 8.
La adolescencia es la población más vulnerable para el inicio del consumo de tabaco ya que, aproximadamente el 90% de los fumadores adultos han iniciado el hábito durante esta etapa 9. Asimismo, las características típicas de la edad, la curiosidad de contar con nuevas experiencias de vida, así como dificultades dentro del ámbito familiar y escolar, son factores que pueden desencadenar que el adolescente pruebe el primer cigarrillo, el primer trago de alcohol e incluso la primera droga ilegal. En los países occidentales, más de la mitad de los adolescentes han tenido la experiencia de consumir tabaco durante su educación secundaria 10. Algunos estudios sobre drogas muestran que el uso casual o permanente de alcohol y tabaco, solos o combinados es común entre los adolescentes, con prevalencias mayormente en los hombres 11 y con un número más alto de usuarios de alcohol que de tabaco 12.
La adolescencia es considerada como una etapa especialmente relevante para la formación de la autoestima, debido a los cambios biológicos, psicológicos, sociales y cognitivos que se presentan durante este ciclo. La adolescencia constituye un periodo importante para el desarrollo del individuo, y es una etapa en la cual se afianza y consolida su personalidad; razón por la cual, es importante la transmisión de hábitos saludables que actúen como factores protectores en la transición hacia la adultez 13.
Rosenberg 14, define la autoestima como el conjunto de pensamientos y sentimientos de un individuo sobre su propio valor e importancia, esta definición refleja la noción de autoestima “global” o “general”. La autoestima es una parte importante en la autocomprensión de los adolescentes, y es probable que sea una construcción dinámica y fluctuante, susceptible a las influencias internas y externas durante la adolescencia. Un nivel alto de autoestima es considerado un factor protector que aparta al sujeto de las influencias no saludables, por lo que contrariamente, la autoestima baja implica autorechazo, autoinsatisfacción, autodesprecio y de esta forma el individuo carece de estima hacia el mismo, lo que puede colocar al sujeto en vulnerabilidad de conductas riesgosas como sería el consumo de sustancias.
La literatura existente que aborda la relación de la autoestima y los estilos de vida saludable es aún confusa y contradictoria. Por una parte, diversos estudios respaldan la hipótesis de que, a mayor nivel de autoestima, menor es el riesgo de conductas no saludables como el consumo de sustancias 15,16. Un estudio realizado con el objetivo de estudiar los factores psicosociales que se asocian al consumo de sustancias como tabaco, alcohol y marihuana en una muestra de estudiantes universitarios mexicanos y colombianos, identificaron a la autoestima positiva como un factor protector ante el consumo de sustancias 17. En este sentido, estudios previos identifican que, ante un nivel bajo de autoestima, mayor es el riesgo de consumo de diversos tipos de sustancias psicoactivas 18,19. Lo anterior, pudiera confirmar el hecho de que, tener una autoestima alta o media, es útil para evitar conductas que dañen la salud del adolescente, como es el uso y abuso del consumo de drogas tanto legales como ilegales. Sin embargo, en un estudio realizado en una muestra de adolescentes en Cartagena Colombia, no se demostró asociación significativa de una baja autoestima con el consumo de cigarrillo 5.
Por lo anteriormente referido, se identifica la necesidad de profundizar en el estudio sobre el fenómeno descrito y se plantean los siguientes objetivos de estudio: determinar los niveles de autoestima en adolescentes de secundaria, identificar la prevalencia global, lápsica, actual e instantánea de consumo de tabaco en adolescentes de secundaria, comprobar la relación entre la autoestima y el consumo de tabaco.
Metodología
El diseño del estudio fue de tipo descriptivo, transversal, correlacional y el muestreo no probabilístico por conveniencia. La población estuvo constituida por 900 estudiantes de nivel secundaria y la muestra estuvo representada por 324 adolescentes de ambos géneros, que cumplieran con el criterio de inclusión, es decir, estar matriculados en el ciclo escolar 2017-2018 y estar de acuerdo en participar en el estudio.
Instrumentos
Se aplicó una Cédula de Datos Personales y Consumo de Tabaco (CDPCT) y un instrumento, la CDPCT está compuesta por información personal del participante como edad, género, grado escolar, estado civil y ocupación. Además incluye 5 reactivos que miden la edad de inicio de consumo, así como la prevalencia de consumo de tabaco global, lápsica, actual e instantánea.
Para medir la autoestima se utilizó la Escala de Autoestima de Rosenberg (1965) (14), la cual permite explorar la autoestima personal entendida como los sentimientos de valía personal y de respeto a sí mismo. Está integrado por diez reactivos frases de las que cinco están enunciadas de forma positiva que comprende los reactivos del 1 al 5; mientras que los reactivos que se puntúan de forma negativa son del 6 al 10.
La escala tiene como puntaje global máximo 40 puntos y mínimo 10 puntos, donde a mayor puntaje mayor autoestima. De acuerdo a la escala, el nivel de autoestima se clasifica en función de tres puntos de corte: nivel de autoestima elevada o normal si se obtiene de 30 a 40; autoestima media si se obtiene de 26 a 29 puntos, y es indicativo de que no se presentan problemas de autoestima grave, sin embargo se recomienda mejorarla, finalmente si el puntaje obtenido es menor de 25 es evaluado como un nivel de autoestima baja y se considera que existen problemas de autoestima significativos. Esta escala ha sido utilizada medir la autoestima en adolescentes mexicanos de nivel secundaria 20 reportando una confiabilidad aceptable de .89; así como en una muestra de universitarios de CDMX 21 encontrando un Alpha de Cronbach de .79.
Procedimiento de recolección de datos
Se contó con la aprobación del comité de Investigación y Ética de la Unidad Académica Multidisciplinaria Matamoros-UAT (número de registro 054), así como de la dirección de la institución educativa donde fueron colectados los datos. Se abordó a los alumnos en un espacio en el cual estuvieran cómodamente sentados, se les explicó el objetivo del estudio y el otorgamiento del asentimiento y consentimiento informado para adolescentes y padres de familia en caso de que decidieran ser parte del estudio, aclarándoles que tenían la libertad de retirarse del estudio en el momento que así lo consideraran necesario. Posteriormente, se les entregó un sobre conteniendo la CDPYCT y el instrumento para la medición de la variable de estudio, al finalizar se les agradeció su participación.
Consideraciones éticas
El estudio se apegó a lo dispuesto por la Ley General de Salud en Materia de Investigación en el área de la salud (Secretaria de Salud, 1987) 22, título II Capítulo I. De acuerdo con el artículo 13 se respetó la dignidad de los sujetos mediante un trato respetuoso y profesional y la protección de sus derechos humanos, conforme a lo establecido en el artículo 14 (Fracción V, VII y VIII) se ajustó a principios científicos y éticos, además se contó con el consentimiento informado por escrito del padre, madre o tutor además del participante, así como la garantía de recibir respuesta a cualquier pregunta respecto a los procedimientos, la seguridad de que no se identificará al sujeto y que se mantendrá la confidencialidad de la información relacionada con su privacidad, de igual forma que tendrá la oportunidad de retirar su consentimiento informado cuando así lo deseara (artículo 21, fracción I, II, IV, VI, VII y VIII).
Análisis de resultados
Los datos obtenidos de la recolección fueron procesados a través del programa estadístico SPSS versión 22.0. Primeramente, se revisó la consistencia interna del instrumento de Rosenberg a través del Coeficiente de Confiabilidad de Alpha de Cronbach. Posteriormente se utilizó estadística descriptiva e inferencial. El análisis descriptivo de las variables continuas y categóricas se realizó mediante frecuencias, proporciones y medidas de tendencia central y de variabilidad. Para determinar asociación se utilizó Chi-cuadrada de Pearson.
Resultados
Para determinar la consistencia interna de la Escala de Autoestima de Rosenberg (1965), se calculó el Coeficiente Alpha de Cronbach, obteniendo una confiabilidad de .81. En relación a las variables sociodemográficas de los participantes del estudio, estos presentaron una media de edad de 13.3 años (DE = 0.99) con una mínima de 12 años y una máxima de 15 años. En cuanto al género, 54 % correspondió al género femenino mientras que 46 % fue para el masculino, en lo concerniente al grado de escolaridad 43.8 % de los participantes cursaban el tercer grado, 34.9 % el segundo grado y 21.3 % refirieron cursar el primer grado en el momento de la entrevista. El 99.4 % mencionaron dedicarse a estudiar solamente y un dato importante de resaltar es el hecho de que la totalidad de los participantes refirieron vivir con sus padres.
En la Tabla 1 es posible observar que, de acuerdo a los niveles de autoestima clasificados en la escala de Rosenberg, los puntajes obtenidos por el total de los participantes del estudio, ubican al mayor porcentaje de ellos, (62.4 %) en el rango de autoestima alta, sin embargo, 15.7 % (51) se encontró con nivel de autoestima baja. Adicionalmente, en relación al nivel de autoestima por género, el mayor porcentaje de los adolescentes, tanto del género masculino (70.5 %) como del femenino (55.4 %) poseen un nivel de autoestima alta, mientras que el nivel de autoestima baja para el género masculino fue 10.1 % (15) y el femenino 20.6 % (36).
En lo que respecta al consumo de tabaco, la Tabla 2 muestra que se encontró un porcentaje muy reducido en la prevalencia de consumo de tabaco alguna vez en la vida, ya que solo el 9.6 % (31) de los encuestados afirmó haber consumido tabaco en algún momento de su vida, el restante 90.4 % señalo nunca haber consumido tabaco. De igual forma, se observa un importante decremento en el porcentaje de consumo de tabaco en el último mes de 1.9 % (6). Se encontró que la edad de inicio de consumo presentó una media de 12 años (DE = 1.5).
Para responder al tercer objetivo del estudio que establece, comprobar la relación entre la autoestima y el consumo de tabaco. En la Tabla 3 se muestra que no se encontró relación estadísticamente significativa entre los niveles de autoestima y el consumo de tabaco (p > 0.05).
Discusión
En el presente estudio fue posible determinar la relación de la autoestima y el consumo de tabaco en una muestra de 324 adolescentes, quienes cursaban sus estudios de nivel secundaria en una institución pública del área urbana, de la cd. de H. Matamoros Tamaulipas, México.
Los hallazgos muestran que la edad de inicio de consumo reportada por los participantes del estudio es a los 12 años, dato que es menor a lo señalado por la Encuesta Nacional de Adicciones (2011) 23 al mencionar que el adolescente inicia su consumo en promedio a los 14 años, esta misma encuesta identifica a este grupo poblacional con mayor vulnerabilidad y riesgo ante la epidemia del tabaquismo, ya que el 12.3 % (1.7 millones) de los adolescentes de México son fumadores activos. La literatura describe que el inicio de la educación secundaria marca el principio del consumo experimental de sustancias 24, ya que es en la etapa temprana de la adolescencia cuando el joven empieza a experimentar curiosidad por nuevas sensaciones 25, así como a desafiar y romper las normas sociales establecidas 26.
En relación con el primer objetivo del estudio, el cual señala determinar los niveles de Autoestima en adolescentes de secundaria, en el presente estudio se evidenció que el mayor porcentaje de los adolescentes (62.3 %) se ubicó en el rango de autoestima alta, similar a lo encontrado en un estudio realizado en adolescentes de población mexicana 27. Lo anterior pudiera explicarse en virtud de que la adolescencia es considerada una etapa especialmente relevante para el desarrollo y consolidación de la autoestima. En cuanto a los niveles de autoestima por género, aun cuando el mayor porcentaje de los adolescentes de ambos géneros mostraron un nivel de autoestima alto; en el caso de los masculinos el porcentaje fue mayor (70.5 %), en comparación con las participantes del género femenino (55.4 %). Dato que es congruente con la literatura al señalar que en la infancia los niveles de autoestima son similares en ambos sexos, sin embargo, en la adolescencia emerge un “vacío” entre ellos, presentando los varones una autoestima más elevada y estable en comparación con las mujeres 28. Adicionalmente, investigaciones previas mencionan que la autoestima de los varones adolescentes depende de sus logros tanto personales como sociales, y un alto nivel de autoestima en los adolescentes, se traduce en un efecto positivo de satisfacción vital 29.
Referente al segundo objetivo que enuncia, identificar la prevalencia de consumo de tabaco global, lápsica, actual e instantánea en adolescentes de secundaria, los resultados obtenidos muestran que un porcentaje muy reducido de los encuestados (9.6 %) mencionó haber consumido tabaco alguna vez en la vida; porcentaje que es menor a lo reportado por la Encuesta nacional de adicciones en el 2011 23 y por la OMS en el 2015 30) quienes señalan que el 12.3% y 22.0% respectivamente de los adolescentes son fumadores habituales de tabaco. Sin embargo, es similar a lo reportado por investigadores españoles, quienes estudiaron la impulsividad y el consumo de tabaco en una muestra de adolescentes que cursaban su instrucción secundaria 25. Un dato importante de resaltar es que los resultados del presente estudio muestran que el porcentaje de los adolescentes que reportaron haber consumido tabaco alguna vez en la vida es muy reducido, además de que se observa que el consumo va disminuyendo en cada una de las prevalencias, lo que significa que del total de adolescentes que tienen un primer contacto con el tabaco, no todos se enganchan con un consumo habitual. Lo anterior pudiera deberse a que la edad promedio de los participantes del estudio, es un año menor a la edad de inicio de consumo de tabaco diario reportado por la Encuesta Mundial sobre Tabaquismo en Jóvenes 4, o bien, al hecho de que el total de los adolescentes reportaron vivir con sus padres, lo que condiciona que estén bajo su supervisión, situación que actúa como un factor protector para el consumo de tabaco 24. Otra explicación pudiera ser que, quizá los adolescentes eviten el consumo por percibir al tabaco como algo peligroso para la salud y el rendimiento físico 31.
En cuanto al tercer objetivo que plantea, comprobar la relación entre la autoestima y el consumo de tabaco en adolescentes de secundaria, los resultados documentaron que no se encontró relación significativa entre los niveles de autoestima y el consumo de tabaco. El resultado quizá obedezca a que más del 80.0 % de los participantes reportaron niveles de autoestima alta y media, lo cual la literatura identifica como un factor protector ante el consumo de sustancias 15. Aunado a lo anterior, el total de los adolescentes que participaron en el estudio cohabitaban con ambos padres, lo que de acuerdo a la literatura existente, el mantener una comunicación efectiva con los padres y el apoyo familiar percibido, actúan como un factor protector ante el consumo de tabaco 32,33. De igual forma, se ha identificado una función mediadora de la autoestima y las características del funcionamiento familiar, actuando ambas condiciones como un factor protector ante el consumo de sustancias en los adolescentes. Es decir, un nivel alto de autoestima y un clima familiar positivo disminuye el riesgo de consumo de sustancias en esta población 34.
Conclusiones
De los resultados obtenidos y en relación con los objetivos del estudio, se puede concluir que: respecto al consumo de tabaco, la prevalencia y la frecuencia en el consumo de tabaco encontrada fue muy baja. Se encontró que el mayor porcentaje de los participantes en el estudio, mostraron niveles de autoestima alto. Referente a los niveles de autoestima por género, el mayor porcentaje de los adolescentes de ambos géneros mostraron un nivel de autoestima alto, destacando el género masculino, y en cuanto al grado escolar; los porcentajes más elevados se identifican en los alumnos del tercer grado. No se encontró correlación significativa de la autoestima y el consumo de tabaco alguna vez en la vida.
Recomendaciones
Aun cuando los resultados del presente estudio evidenciaron un porcentaje muy reducido en el consumo de tabaco, se considera necesario continuar e incrementar el diseño de intervenciones que promuevan y refuercen conductas saludables en los adolescentes. Implementar estrategias que permitan al adolescente analizar y concientizarse sobre las consecuencias negativas del consumo de tabaco a temprana edad, así como desarrollar acciones permanentes de prevención y promoción de la salud en esta población consideraba como vulnerable por las características propias de la etapa de la adolescencia.